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Síndrome Adenomegálico
Síndrome Adenomegálico
Los signos clínicos relacionados con enfermedades de los tejidos linfoides son múltiples, estos
representan un problema frecuente para el médico general, pediatra y el internista de allí que es
de suma importancia disertar algunos hechos relevantes para su diagnóstico correcto. Para
entender de manera precisa la patología de los ganglios linfáticos, se deben definir algunos
términos:
En sujetos normales los ganglios linfáticos nos son palpables. Los niños son más propensos que los
adultos a responder con hiperplasia linfoide a ciertos estímulos menores (cuadros infecciosos
orofaríngeos), con aumento de volumen de los ganglios laterocervicales y obviamente carecen de
significación patológica siempre y cuando no exista compromiso del estado general y/o otros
datos importantes en la anamnesis y examen físico, no así en la población adulta las
adenomegalias pueden reflejar una enfermedad benigna o maligna. Se debe demostrar que la
adenomegalia es patológica, cuál es su etiología, como demostrar la misma y si es necesario
planificar otras exploraciones complementarias, las razones de estas interrogantes es que “no
todo abultamiento en una región ganglionar es una adenomegalia”
Mecanismos implicados en la producción de adenomegalias
Clasificación Las podemos clasificar desde dos desde el punto de vista semiológico y etiológico.
Clasificación semiológica
Extensión.
Situación.
Relación con los planos. Adheridos: tuberculosis (TBC) y metástasis. Móviles: virales.
Clasificación etiológica
Inflamatorias
Medicamentosas: hidantoínas.
Granulomatosas: sarcoidosis.
Neoplásica
Hematológicas: linfomas, leucemia linfoide crónica (LLC), leucemia linfoide aguda (LLA), leucemia
mieloide aguda (LMA) e histiocitosis.
Diagnóstico
La pregunta de mayor importancia que debe contestar el clínico frente a un paciente con un
síndrome adenomegálico; es, si corresponde con un proceso de naturaleza benigna que no precisa
de otras exploraciones o si se deben realizar exploraciones complementarias para descartar su
naturaleza maligna.
Se debe realizar una adecuada historia clínica y hacer énfasis en la epidemiología, edad,
manifestaciones de inflamación y síntomas constitucionales. Datos epidemiológicos: ámbito
laboral, viajes, recientes, comportamiento de alto riesgo que sugieran enfermedades específicas,
uso de fármacos (alopurinol, atenolol, captopril, cefalosporinas, hidralazina o fenitoínas).
Edad. En niños y jóvenes las adenomegalias son generalmente benignas, no así en el adulto; donde
el riesgo de malignidad es de 4% en personas mayores de 40 años frente y de 0.4% en personas
menores de esa edad. Síntomas o signos de inflamación que sugieran infección. Síntomas
constitucionales: fiebre, pérdida de peso, astenia y diaforesis nocturna, que sugieran
enfermedades graves como: linfomas, tuberculosis (TBC), enfermedades del tejido conectivo o
neoplasias sólidas.
Examen físico.
Frente a todo paciente con síndrome adenomegálico hay que hacer énfasis en la exploración
cuidadosa de los diversos territorios ganglionares y los diversos signos de enfermedad sistémica
Ubicación: localizadas o generalizadas. Tamaño: ganglios palpables o adenomegalias. Consistencia:
blanda, firme, elástica, dura o pétrea. Movilidad: móviles o fijas. Dolor e inflamación: un ganglio es
doloroso cuando se expande rápidamente (compromiso de la cápsula); puede ser secundario aun
proceso inflamatorio o a una leucemia. Confluencia en paquetes ganglionares: benignos:
tuberculosis (TBC), sarcoidosis, linfogranuloma venéreo o malignos: metástasis ganglionar y
linfomas. Fistulización: infecciones bacterianas, particularmente la tuberculosis (TBC). Signos
sistémicos asociados; constatar si existe palidez cutáneo mucosa, síndrome purpúrico,
visceromegalias, dolores óseos y signo de Wintrobe positivo o negativo, es decir, otros signos
clínicos que nos orienten si estamos frente a un cuadro de naturaleza benigna o maligna.
Laboratorio.
Si la historia clínica, el examen físico y el estudio hematológico orientan hacia una causa benigna,
se hace un seguimiento de 3-4 semanas y consultar al médico tratante si los ganglios aumentan de
tamaño o aparecen manifestaciones sistémicas. Si la etiología de la adenomegalia es de naturaleza
infecciosa se instaura el tratamiento adecuado y controles periódicos; si por el contrario, es de
naturaleza maligna se refiere a la consulta especializada para su diagnóstico y tratamiento
definitivo.
Estudios histológicos
Una vez obtenido el ganglio, se realiza una serie de improntas ganglionares; se secciona la pieza
quirúrgica en sentido transversal y se contacta muy suavemente la superficie interna con un
portaobjetos; esto permitirá realizar estudios citológicos, citoquímicos e inmunocitoquímico. Parte
del material obtenido se fija inmediatamente para el examen histopatológico, dependiendo de la
orientación diagnóstica se usan muestras de material para realizar cultivos (hongos, bacterianas,
micobacterias) estudios citoquímicos, inmunológicos, suspensiones celulares para Citometría de
flujo e inmunohistoquímica. Recordar que debe existir una comunicación entre los médicos
solicitantes de los respectivos estudios celulares con el hemopatólogo para aclarar datos no
precisos en la ficha de solicitud con la finalidad de obtener un mayor acierto histológico.
Benigna maligna
Dolorosa. Indolora
Linfomas: son grandes, con asimetría local (regional o generalizados), elásticos, renitentes, móviles
e indoloros.
Nódulos metastásicos: son grandes, asimétricos, localizados, duros o pétreos, fijos, indoloros y sin
signos de inflamación.