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UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO

FACULTAD DE MEDICINA
ESCUELA PROFESIONAL DE MEDICINA HUMANA

INMUNODEFICIENCIAS

INTEGRANTES

 Aguilar León Lesly Isabel.


 Atoche Otoya Diego Aldair.
 Celi Zapata Paola.
 Chang Albán Angie Susliamy.
 Cornejo Chávez Nora Elizabetha.
 Gonzáles Gallardo Gianella Lucía.
 Masgo Agurto Nadia Alexandra.
 Poicón Martinez Benys Gabriela.
 Serquén Portero Karen Isabel.

DOCENTE

 Silupu Garcia Carmen


 Chavez Mezones Jorge

PIURA-PERÚ-2018

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INDICE

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INTRODUCCION:

Las Inmunodeficiencias son un grupo de trastornos que aumentan la susceptibilidad a


las infecciones, procesos autoinmunes y neoplasias. Pueden ser primarias y
secundarias a otros trastornos conocidos.

El estudio de casos de pacientes con distintas anomalías ha permitido conocer mejor


los distintos pasos en la diferenciación del Sistema Inmune. Si se produce un paro en
esta maduración tiene lugar un déficit inmune a partir de ese nivel.

En esta década ha tenido lugar la caracterización genético-molecular del defecto


subyacente en la mayor parte de los trastornos descritos. Entre estos avances se
incluyen la identificación de los genes responsables de síndromes como la
inmunodeficiencia combinada severa ligada al cromosoma X, varias formas de
inmunodeficiencia combinada severa autosómica, a gamma globulinemia ligada al
cromosoma X y autosómica.

Las inmunodeficiencias influyen en la capacidad del sistema inmunitario para defender


al organismo de la invasión o del ataque de células extrañas o anómalas (como
bacterias, virus, hongos y células cancerosas). La consecuencia puede ser la aparición
de infecciones bacterianas, víricas o fúngicas poco habituales, o el desarrollo de
linfomas u otros tipos de cáncer.

Otro problema es que hasta el 25% de las personas con inmunodeficiencia también
tienen un transtorno inmunitario (como la trombocitopenia inmunitaria). En un trastorno
autoinmunitario, el sistema inmunitario ataca a los propios tejidos del organismo. A
veces, el trastorno autoinmunitario se desarrolla antes de que la inmunodeficiencia
provoque síntomas.

Hay dos tipos de inmunodeficiencias:

Primarias: Dichas enfermedades suelen estar presentes desde el nacimiento y suelen


ser hereditarias. De modo característico se manifiestan durante el primer año de vida o
en la infancia. Sin embargo, algunos trastornos de inmunodeficiencia primaria no llegan
a ser reconocidos hasta la edad adulta. Existen más de 100 inmunodeficiencias
primarias, todas ellas son relativamente poco frecuentes.

Secundarias: Suelen aparecer a una edad más avanzada y, por lo general, son
consecuencia de la administración de ciertos medicamentos o de otro trastorno, como
la diabetes o el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Son más frecuentes que
las primarias.

Algunas acortan la esperanza de vida, mientras que otras persisten durante toda la vida,
aunque sin alterar la esperanza de vida, y unas pocas desaparecen con tratamiento o
sin él.

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OBJETIVOS:

 Explicar las características generales de las


inmunodeficiencias.

 Explicamos la deficiencia de LT.

 Explicamos la deficiencia de LB.

 Explicar el diagnostico de las inmunodeficiencias.

 Identificar las principales deficiencias inmunológicas primarias.

 Identificar las deficiencias inmunológicas secundarias,


especialmente centrándonos en el VIH.

 Clasificar las inmunodeficiencias combinadas graves

 Explicar el mecanismo de las inmunodeficiencias.

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INMUNODEFICIENCIAS:

1. CARACTERÍSTICAS GENERALES
Generalidades de las enfermedades por inmunodeficiencias

 La principal consecuencia de la inmunodeficiencia es una mayor


propensión a la infección. La naturaleza de la infección en un paciente
en particular depende en gran medida del componente del sistema
inmunitario que sea defectuoso. La deficiencia de la inmunidad humoral
da lugar habitualmente a una mayor propensión a la infección por
bacterias encapsuladas y formadoras de pus y por algunos virus, mientras
que los defectos por la inmunidad celular llevan a la infección por virus y
otros microbios intracelulares. Las deficiencias combinadas de la
inmunidad humoral y celular hacen a los pacientes proclives a infecciones
provocadas por todas las clases de microorganismos. Los pacientes con
inmunodeficiencias, especialmente aquellos con defectos en la inmunidad
celular, acuden a menudo con infecciones por microbios con los que las
personas sanas se encuentran con frecuencia, pero eliminan con eficacia;
de tales infecciones se dice que son oportunistas. Los defectos en la
inmunidad innata pueden dar lugar a diferentes categorías de infecciones
microbianas, dependiendo de la vía o del tipo celular afectado. Las
deficiencias del complemento, por ejemplo, imitan a las deficiencias de los
anticuerpos en su presentación clínica, mientras que las deficiencias de
los linfocitos citolíticos naturales dan lugar sobre todo a infecciones víricas
recurrentes. Hay cada vez más pruebas de que los adultos recurrentes o
graves albergan mutaciones en los genes que regulan la función
inmunitaria.
 Los pacientes con inmunodeficiencias también son proclives a
ciertos tipos de cáncer. Muchos de estos canceres parecen causados
por virus encógenos, como el virus de Epstein-Barr y el del papiloma
humano. Se observa más a menudo una mayor incidencia de cáncer en
la inmunodeficiencias por linfocitos T, porque, estos desempeñan una
función importante en la vigilancia contra los tumores encógenos.
 ciertas inmunodeficiencias se asocian, paradójicamente, a una
mayor incidencia de autoinmunidad
 la inmunodeficiencia puede deberse a defectos en el desarrollo o la
activación del linfocito o a defectos en los mecanismos efectores de
las inmunidades innata o adaptativa. las enfermedades por
inmunodeficiencia tienen manifestaciones clínicas anatopatològicas
heterogéneas, en parte debido a que deferentes enfermedades afectan a
diferentes componentes del sistema inmunitario. (ABBAS, LICHTMAN, &
POBER, 2004)

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2. DEFICIENCIAS LT

Deficiencia LT
Los principales patógenos de interés en las deficiencias de LT son patógenos
intracelulares, incluyendo el virus Herpes simplex, Mycobacterium y
Listeria. (The Lymphomas,. 2006)
Además, las infecciones por hongos también son más comunes y graves en
deficiencias de LT.

Las causas de deficiencia de células T incluyen linfopenia de las células T y/o


defectos en la función de las células T individuales.

Una insuficiencia completa de la función de células T puede ser resultado de


condiciones hereditarias tales como la inmunodeficiencia combinada grave
(SCID), síndrome de Omenn, e hipoplasia cartílago cabello. Las causas de
insuficiencia parcial de la función de células T incluyen:

- Síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA)


- Condiciones hereditarias tales como el síndrome de DiGeorge (DGS),
síndromes de rotura cromosómica (CBSS),
- Trastornos combinados de células B y células T, como la ataxia
telangiectasia (AT) y el síndrome de Wiskott-Aldrich (WAS).

1. LT “asesinos” o “efectores”, llevan a cabo la destrucción del


microorganismo invasor. Éstos protegen al cuerpo de bacterias y virus que
tienen la habilidad de sobrevivir e incluso reproducirse dentro de las
células del cuerpo. Ellos responden también a tejidos extraños al cuerpo,
tales como un riñón trasplantado.

2. LT “cooperadores”, asisten a los LB en producir anticuerpos y a los LT


efectores en su ataque a sustancias extrañas. Éstos ayudan o aumentan
la función de los LB, provocando que produzcan anticuerpos más
rápidamente y a cambiar la producción de IgM a IgG y a IgA.

3. LT “supresores”, suprimen o apagan a los LT cooperadores. Sin las células


supresoras, el sistema inmune seguiría trabajando aun cuando una infección
haya sido curada y exagerarían la reacción ante la infección.

Los LT poseen dos subgrupos que pueden distinguirse por la presencia de dos
proteínas de superficie especificas para cada uno; los linfocitos T ayudadores
(LTh)

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que expresan en su superficie la molécula CD4 y los linfocitos T citotóxicos (LTc)
que expresan CD8. La mayor parte de los LT/CD8+ tienen actividad citotóxica,
es decir, tienen la propiedad de destruir células que expresen moléculas extrañas
en su superficie, estos linfocitos son muy importantes en la defensa contra
infecciones virales. Los linfocitos LT/CD4+ funcionan como células cooperadoras
promotoras de la proliferación, maduración y función inmunitaria de otros tipos
celulares mediante la secreción de citocinas (Stites, 1999).

La cuantificación de LT/CD4 y LT/CD8 se realiza principalmente por la técnica


de citometría de lujo. Esta técnica también permite identificar moléculas de
superficie de los LT como moléculas de adhesión entre las que se encuentran
las caderinas, moléculas pertenecientes a la super familia de
las inmunoglobulinas así como integrinas selectinas y el proteoglicano.

También se pueden medir moléculas de superficie, como el receptor para el


antígeno de la célula T (TCR), moléculas del complejo mayor de
histocompatibilidad (MHC) y los receptores tipo Toll (TR) al igual que moléculas
estimuladoras como el CD28.

Existen mecanismos efectores en algunas poblaciones de linfocitos como los LT


CD8+ y las células “natural Killer” (NK), entre estos mecanismos se encuentra la
citotoxicidad celular que consiste en la capacidad para interactuar con otras
células y destruirlas.

- Deficiencia de la enzima JAK3


La deficiencia de la enzima JAK3 se identificó en 1995 y parece representar el
10% al 20% de todos los casos de SCID. La JAK3 es una tirosinquinasa
citoplasmática vinculada con la g c, necesaria para la transducción de señales
ligadoras de interleuquinas. Las mutaciones son heterogéneas pero, por lo
común, se mantienen en la familia afectada.
- Deficiencia del receptor de la IL-7
Los defectos en la cadena a del receptor se asocian con un fenotipo parecido
al de la deficiencia de JAK3 y del XSCID. Sin embargo, no hay interrupción en
el desarrollo de células NK.
- Deficiencia de IL-2
Se han identificado familias únicas con anomalías en la producción de dicha IL
pero aún se desconocen los defectos genéticos responsables. La
administración de IL recombinante puede mejorar la alteración en algunos
pacientes.
- Deficiencia de genes de recombinación RAG1 y RAG2
Representa el 10% al 20% de todos los casos de SCID. Estos genes son
esenciales para que se produzca el reordenamiento genético de los segmentos

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variable (V) de diversidad (D) y de unión (U) de los receptores específicos de
antígeno de los linfocitos T y B (TCR y BCR, respectivamente). El
reordenamiento génico es crucial ya que permite lograr la diversidad inmune
necesaria para reconocer la enorme cantidad de antígenos a los que puede
enfrentarse el organismo.

- Deficiencia de ZAP-70
Es un SCID grave de transmisión autosómica recesiva descrita en familias
consanguíneas. Hay linfocitosis pero disminución de la población CD8+ por
mutaciones de la ZAP-70 de la tirosinquinasa que participa en forma activa en
el envío de señales desde el TCR. En casi todos los enfermos hay
hipogammaglobulinemia y alteración de la funcionalidad B y T.
- Deficiencia de CD3
El TCR para ser funcional debe estar ensamblado con el complejo de superficie,
CD3, de 6 subunidades. La mutación en alguna de ellas altera, por lo tanto, la
expresión del TCR. El cuadro clínico puede adoptar la misma gravedad que la
que se observa en las mutaciones de los genes de recombinación, aunque hay
formas más leves.

3. DEFICIENCIAS LB
Las inmunodeficiencias humorales, a su vez, se subclasifican en tres tipos
principales: la agammaglobulinemia (caracterizada por la disminución drástica
de todos los isotipos de inmunoglobulinas), la inmunodeficiencia común variable
(en la que existe una reducción de las concentraciones de dos de los tres isotipos
de inmunoglobulinas que se encuentran en suero: IgM, IgG e IgA) y el síndrome
de hiper-IgM, en el que sólo hay producción de IgM y la producción de IgG e IgA
está disminuida; (Durandy A) existe, además, una serie de defectos humorales
cuyas causas en la mayoría de los pacientes aún se desconocen, como la
deficiencia de IgA, la hipogammaglobulinemia transitoria de la infancia, la
deficiencia de subclases de IgG y la deficiencia específica de anticuerpos. El
descubrimiento de estas enfermedades está estrechamente asociado con el
descubrimiento del linfocito B; los aspectos históricos que ligan estas
enfermedades con la función y la diferenciación del linfocito B.

Frecuencia de las inmunodeficiencias humorales


En la actualidad, existen comunidades científicas que se dan a la tarea de
registrar y organizar una base de datos que contiene la información acerca de
los tipos de diagnóstico de inmunodeficiencias primarias que se realizan. La
Sociedad Europea de Inmunodeficiencias (ESID) es, quizá, la comunidad
científica que ha presentado datos relevantes al respecto. En la página
electrónica de esa sociedad, puede notarse que las inmunodeficiencias primarias
de anticuerpos se han considerado los defectos más comúnmente
diagnosticados en el mundo y abarcan en la actualidad cerca de 60% de los

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diagnósticos. Los principales grupos de inmunodeficiencias primarias que
afectan la diferenciación y la función de las células B son: la
agammaglobulinemia, el síndrome de hiperIgM y la inmunodeficiencia común
variable. Sin embargo, existen muchos otros defectos en los que la célula B se
ve afectada en su función o diferenciación; sin embargo, estos defectos forman
parte de otro tipo de inmunodeficiencias primarias, como los defectos
combinados de células T y B, síndromes complejos como ataxia-telangiectasia
o síndrome de Griscelli, entre otros. La IgAd es la inmunodeficiencia primaria
más frecuente, su prevalencia es de 1/500 en población caucásica, (Smith CI)
mientras que la hipogammaglobulinemia transitoria de la infancia, la deficiencia
de subclases de IgG y la deficiencia selectiva de anticuerpos son enfermedades
raras y no existen estadísticas confiables respecto a su ocurrencia abordaremos
las tres inmunodeficiencias primarias humorales mayormente estudiadas a lo
largo de la historia de la inmunología: la agammaglobulinemia, el síndrome de
hiper-IgM y la inmunodeficiencia común variable.

 Agammaglobulinemia ligada al x
La Agammaglobulinemia ligada al X fue una de las primeras enfermedades de
inmunodeficiencia en ser identificada. La XLA es una enfermedad de
inmunodeficiencia heredada en la que los pacientes no poseen la habilidad de
producir anticuerpos, proteínas que forman la globulina gamma o la fracción de
inmunoglobulina del plasma sanguíneo. Los anticuerpos son una parte integral
del mecanismo de defensa del cuerpo contra ciertos microorganismos (e.g.
bacterias, virus). Los anticuerpos son importantes en la recuperación después
de infecciones, y también protegen para no adquirir algunas infecciones más de
una vez. Existen anticuerpos diseñados específicamente para combinarse con
todos y cada uno de los microorganismos - tal como la llave y el cerrojo. Cuando
los microorganismos, tales como las bacterias, llegan a una membrana mucosa
o entran al cuerpo, las moléculas de anticuerpos específicas para dicho
microorganismo se adhieren a la superficie del microorganismo. Los anticuerpos
unidos a la superficie del microorganismo pueden tener uno o más efectos que
son benéficos para la persona. Por ejemplo, algunos microorganismos deben
adherirse a células del cuerpo antes de poder provocar una infección y los
anticuerpos previenen que los microorganismos se “peguen” a las células. Los
anticuerpos adheridos a la superficie de algunos microorganismos causarán
también la activación de otras defensas del cuerpo (tales como un grupo de
proteínas de la sangre llamadas complemento del suero) que pueden destruir
directamente a las bacterias o virus. Finalmente, las bacterias cubiertas por
anticuerpos son mucho más fáciles de ser digeridas y destruidas por los glóbulos
blancos (fagocitos) que aquellas bacterias que no se encuentran cubiertas por
anticuerpos. Todas estas acciones previenen que los microorganismos invadan
tejidos corporales donde pueden causar infecciones graves

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El defecto básico en XLA es una inhabilidad del paciente de producir anticuerpos.
Los anticuerpos son proteínas que son producidas por células especializadas del
cuerpo, las células plasmáticas. El desarrollo de células plasmáticas se da de
una forma ordenada a partir de células madre localizadas en la médula ósea.
Las células madre dan origen a linfocitos inmaduros llamados linfocitos-pro-B.
Los linfocitos-pro-B dan origen a los linfocitos-pre-B, quienes a su vez dan origen
a los linfocitos B. Al entrar en contacto con una sustancia extraña llamada
antígeno (tal como los microorganismos) los linfocitos B maduran en células
plasmáticas que producen y secretan anticuerpos. La mayoría de los pacientes
con XLA poseen linfocitos B precursores, pero muy pocos de estos se
desarrollan para convertirse en Linfocitos B. Por lo tanto, el defecto sobresaliente
en XLA es la imposibilidad de los linfocitos B precursores de convertirse en
células-B maduras. Los pacientes con XLA presentan mutaciones en un gen que
es necesario para el desarrollo normal de los linfocitos B. Este gen, descubierto
en 1993, es llamado BTK, o Cinasa de Tirosina de Bruton, en honor al
descubridor del trastorno, el Coronel Ogden Bruton, M.D. Tal como lo sugiere el
nombre del trastorno, el gen BTK se localiza en el cromosoma X.

 Sindrome HiperIg-M
Los pacientes con el Síndrome de HiperIgM (HIM) muestran incapacidad para
cambiar su producción de anticuerpos del tipo IgM a anticuerpos de los tipos IgG,
IgA o IgE. Como consecuencia, los enfermos de esta inmunodeficiencia primaria
presentan niveles disminuidos de IgG e IgA en suero y niveles normales o
elevados de IgM. Los linfocitos B pueden producir anticuerpos IgM por su propia
cuenta, pero requieren la interacción de los linfocitos T para cambiar la
producción de anticuerpos del tipo IgM a los tipos IgG, IgA e IgE. El Síndrome
de HiperIgM se debe a diversos defectos genéticos que afectan a esta
interacción entre los linfocitos T y los linfocitos B. La forma más común del
Síndrome de HiperIgM se debe a un defecto o una deficiencia de una proteína
que se encuentra en la membrana de los linfocitos T activados. La proteína
afectada se llama “ligando del CD40”, ya que se acopla a una proteína de los
linfocitos B llamada CD40. El ligando del CD40 es producido por un gen en el
cromosoma X. Por tanto, esta inmunodeficiencia primaria se hereda como rasgo
recesivo ligado al cromosoma X y por lo general sólo afecta a los varones. Como
consecuencia de la deficiencia en el ligando del CD40, los linfocitos T de los
pacientes afectados son incapaces de dar orden a los linfocitos B de que
cambien su producción de inmunoglobulinas del tipo IgM a los tipos IgG, IgA e
IgE. Además, el ligando CD40 es importante para otras funciones de los linfocitos
T y, por tanto, los pacientes con Síndrome de HiperIgM ligado al cromosoma X
(HIM-LX), también muestran defectos en algunas de las funciones protectoras
de sus linfocitos T. Otras formas del síndrome HIM se heredan como rasgos
autosómicos recesivos y se han observado en mujeres y varones. Los
fundamentos moleculares que dan lugar a algunas otras formas de HIM ya han
sido descubiertos. Estas formas del síndrome HIM se deben a defectos en los

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genes responsables del camino de señalización de la CD40. Los defectos
genéticos de la CD40 son muy raros y se han observado en pocas familias. La
enfermedad que causan es prácticamente idéntica al síndrome HIM-LX porque,
aunque el ligando CD40 está presente en los linfocitos T, la CD40 que se
encuentra en los linfocitos B y en otras células del sistema inmunológico o no
está presente o no funciona con normalidad. Se han identificado otros dos genes
(AID y UNG) necesarios para que los linfocitos B puedan cambiar su producción
de anticuerpos del tipo IgM a los tipos IgG, IgA o IgE. Se han observado defectos
en estos dos genes en pacientes con síndrome HIM. Como la función de estos
genes está limitada al cambio de producción de anticuerpos, las otras funciones
del ligando CD40 en los linfocitos T no se ven afectadas y estos pacientes tienen
menos probabilidades de padecer infecciones causadas por organismos que son
controlados por las células T. Por ultimo, un defecto en otro gen ligado al
cromosoma X que es necesario para activar la molécula señalizadora NF-kB ha
sido identificado en una forma de HIM asociada a una enfermedad de la piel
llamada displasia ectodérmica. Estos enfermos presentan, entre otras
anormalidades, inmunodefi ciencia, cabello escaso y dientes cónicos. La NF-kB
es activada por la CD40 y es necesaria para el camino de señalización que
ocasiona el cambio en la producción de anticuerpos. La NF-kB también es
activada por otros caminos de señalización que son importantes para combatir
las infecciones. Por tanto, estos varones afectados son propensos a padecer
diversas infecciones graves. (IPOPI, 2015)

 La Inmunodeficiencia Común Variable


La Inmunodeficiencia Común Variable (un trastorno caracterizado por los bajos
niveles de inmunoglobulinas del suero (anticuerpos) y una mayor susceptibilidad
a infecciones. La causa exacta de los niveles bajos de inmunoglobulinas del
suero no es conocida. Esta es una forma relativamente común de
inmunodeficiencia, de ahí, la palabra “común”. El grado y tipo de deficiencia de
inmunoglobulinas del suero y la conducta clínica, varía de paciente a paciente,
de ahí, la palabra “variable”. En algunos pacientes existe una reducción tanto en
IgG como en IgA; en otros, los tres principales tipos (IgG, IgA e IgM) de
inmunoglobulinas se pueden encontrar reducidos. Las señas clínicas pueden
también variar desde severos hasta moderados. Infecciones frecuentes e
inusuales pueden ocurrir durante la primera infancia, adolescencia o la vida
adulta. En la mayoría de los pacientes, sin embargo, el diagnóstico no se realiza
sino hasta la 3era o 4rta década de la vida. Dado que la aparición de los síntomas
y el diagnóstico es relativamente tardía, se han usado otros nombres para este
trastorno incluyendo: agammaglobulinemia “adquirida”, agammaglobulinemia de
aparición adulta, o hipogammaglobulinemia de aparición tardía. El término
“inmunodeficiencia adquirida” se utiliza ahora para referirse a un síndrome
causado por el virus del SIDA (virus VIH) y por lo tanto no debe ser usado para
individuos con Inmunodeficiencia Común Variable (CVID). Estos dos trastornos
son muy distintos. La mayoría de los individuos con CVID al principio presentan

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infecciones bacteriales recurrentes y, cuando se les hacen pruebas, tienen
niveles marcadamente disminuidos de inmunoglobulinas del suero y respuestas
deterioradas de anticuerpos. Las causas del CVID son desconocidas. Estudios
en las células del sistema inmune de los pacientes con CVID han revelado un
espectro de anormalidades de los linfocitos. La mayoría de los pacientes
aparentemente tienen un número normal de linfocitos B, pero estos no pasan por
el proceso normal de madurar en células plasmáticas capaces de producir los
diferentes tipos de inmunoglobulinas y anticuerpos. A otros pacientes les faltan
los linfocitos T ayudantes necesarios para una respuesta normal de los
anticuerpos. Un tercer grupo de pacientes tienen una cantidad excesiva de
linfocitos T citotóxicos. (Grimbacher B)

4. DIAGNOSTICO

Diagnóstico de las inmunodeficiencias primarias

El diagnóstico precoz de las IDP es fundamental para poder instaurar un


tratamiento eficaz que evite la aparición de daño irreversible en diferentes
órganos, responsable de la morbilidad y mortalidad de los pacientes afectados.
El tipo de infecciones que se manifiestan pueden ser la clave para determinar
que tipo de IDP presenta el paciente. Las IDPs pueden también ser la causa de
que el organismo se ataque a si mismo – se llama “autoinmunidad” - y pueden
dar distintos síntomas, incluido el dolor y edema de las articulaciones (artritis),
rash cutáneo, disminución del número de los hematíes (anemia), etc... Las IDPs
mas graves presentan manifestaciones en los primeros días de vida; por
ejemplo, el Síndrome de DiGeorge completo presenta malformaciones faciales,
lesiones cardiacas y problemas neurológicos desde el nacimiento. La historia
familiar de otros casos de IDPs o síntomas sugestivos de IDPs, junto con unos
estudios hematológicos básicos, pueden proporcionar una información muy útil.
Según los primeros datos obtenidos, se deben realizar estudios posteriores de
la respuesta inmunitaria. Estos estudios se deben realizar de forma progresiva,
de manera que el primer paso es descartar las IDPs más graves, como la
Inmunodeficiencia combinada grave (IDCG). Las determinaciones más
importantes son:
• Hemograma completo con un recuento diferencial de los leucocitos.
• Los niveles de las inmunoglobulinas.

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Hemograma completo (HC)
El HC nos muestra cuantas células de cada tipo están presentes en una pequeña
muestra de sangre del paciente. Para el diagnóstico de una IDP se debe incluir
un recuento diferencial de los distintos tipos de leucocitos. Los valores del HC se
deben comparar con los valores de referencia descritos en personas sanas.
Estas pruebas están al alcance de todos los médicos y son cruciales en el
diagnóstico de las IDPs, ya que aportan datos sobre las causas de algunas de
ellas. Así en la IDCG, una de las IDPs con peor pronóstico, la mayoría tienen un
número muy reducido de linfocitos T. La IDCG es una “urgencia pediátrica” ya
que presentan un elevado riesgo de padecer infecciones oportunistas. Un
diagnóstico y tratamiento precoz es esencial para mejorar la supervivencia de
estos pacientes. La Organización Internacional de Pacientes con IDP (IPOPI)
apoya la realización del “screening” neonatal en recién nacidos en Europa. La
Ataxia Telangiectasia (A-T) es otra IDP que presenta niveles bajos de linfocitos
T en el curso de su evolución.

El HC también nos muestra si hay “neutropenia”, valores bajos de los neutrófilos


causados por distintas formas de IDPs (ej.: neutropenia congénita grave y la
neutropenia ligada al X). Igualmente nos puede mostrar defectos en el número
de plaquetas, las células que ayudan a la coagulación. Los pacientes con S. de
Wiskott-Aldrich (WAS) tienen cifras muy bajas y por tanto un alto riesgo de
sangrado. La anemia se detecta también en el HC y sus consecuencias es que
los hematíes llevan poco oxígeno a los tejidos del organismo. Los distintos tipos
de células de la sangre pueden alterarse por distintas enfermedades, por el uso
de algunas drogas y también por las IDPs. Estos condicionantes deben tenerse
en cuenta en la interpretación cuidadosa de los valores del HC. Además, los

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niveles de estas células evolucionan con el desarrollo del sistema inmunológico
y en su interpretación debe tenerse en cuenta la edad del paciente. El HC es un
indicativo esencial de los problemas en el sistema inmunitario, pero no es
suficiente para diagnosticar una IDP. En realidad, el HC nos guía a la utilización
de pruebas más detalladas y específicas, que habitualmente realizan los
inmunólogos.

Otras pruebas hematológicas


Subpoblaciones linfocitarias y estudios de proliferación celular

Los linfocitos (T y B) tienen distintas subpoblaciones; ej.: linfocitos T-


colaboradores (también llamados linfocitos CD4) y linfocitos T citotóxicos (CD8).
El recuento de los distintos tipos de linfocitos ayuda en el reconocimiento del tipo
de IDP presente. Además del número de linfocitos hay en sangre periférica, se
debe conocer cómo funcionan. Por ej, hay pruebas para identificar como se
multiplican “proliferan” estos linfocitos cuando son estimulados por substancias
químicas o antígenos que normalmente activan el sistema inmunológico.
Estudio de la función de los granulocitos:

Los neutrófilos, basófilos y mastocitos se conocen como “granulocitos”. Estas


células, especialmente los neutrófilos, producen peróxido de hidrogeno (también
llamado “Oxigeno reactivo”) para matar las bacterias y los hongos. La cantidad
de peróxido de oxigeno puede medirse en el laboratorio mediante la prueba de
oxidación de la dihidrorodamina (DHR). Es una prueba esencial para el
diagnóstico de la Enfermedad granulomatosa crónica (EGC), que tiene un
número elevado de neutrófilos, pero que no trabajan adecuadamente. Otras
pruebas analizan la capacidad de desplazarse hacia el agente invasor
(quimiotactismo) y su efectividad en la capacidad de captar y matar las bacterias.
Maduración de los linfocitos B en médula ósea:

Se usa para diagnosticar algunos tipos de Agammaglobulinemias, como la


Agammaglobulinemia ligada a X (ALX o enfermedad de Bruton). Estas IDPs son
causadas por defectos que alteran la maduración de los linfocitos B.
Habitualmente los linfocitos B maduran a células plasmáticas y sintetizan las
inmunoglobulinas. Los pacientes con estas enfermedades tienen niveles muy
bajos de las inmunoglobulinas (ver valoración de las inmunoglobulinas) y de los
linfocitos B.
Expresión de moléculas de membrana

Estos estudios pueden detectar defectos en algunas proteínas que se


encuentran en la superficie de los leucocitos. Por ej.: CD40 y CD40L son dos
proteínas que ayudan a los linfocitos T colaboradores a estimular la respuesta
de los linfocitos B. Los defectos en CD40 y CD40L son IDP´s graves conocidas

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como síndromes de hiper IgM. Los defectos en las proteínas CD11 y CD18 son
las responsables de los Defectos de adhesión leucocitaria (LAD).
Linfocitos B de memoria.
Los linfocitos B de memoria son un subgrupo de los linfocitos B que “recuerdan”
los antígenos que el organismo ha reconocido anteriormente. Cuando vuelven a
ser estimulados por el mismo antígeno, los linfocitos B de memoria producen
anticuerpos frente a este antígeno en mayor cantidad y más rápidamente. La
valoración de los linfocitos B de memoria es útil en los estudios de la
Inmunodeficiencia variable común (IDVC), el síndrome de hiper IgE y los
defectos de CD40/CD40L.

Valoración de las Inmunoglobulinas Niveles de las Inmunoglobulinas (IGs)

Las inmunoglobulinas (IGs) (o anticuerpos) son proteínas que reconocen los


microorganismos y ayudan a las células de la respuesta inmunitaria a eliminarlos.
Muchas de las IDPs se caracterizan por una síntesis baja o nula de alguna o
todas las inmunoglobulinas. La determinación de los niveles de
inmunoglobulinas IgG, IgA, IgE y IgM es muy importante para el diagnóstico de
una IDP. Distintas IDPs tienen valores variables de las IGs (ver la tabla) Por ej.:
los pacientes con ALX (Enfermedad de Bruton) tiene niveles muy bajos de todas
ellas. El Déficit selectivo de IgA, como su nombre sugiere, tiene solo cifras muy
bajas de IgA. Algunos pacientes con Defectos aislados de las subclases de la
IgG, tienen niveles normales de IgG total, pero unos niveles reducidos de una o
mas de las subclases- su valoración ayuda al diagnostico de esta IDP.

Algunas IDPs (ej.: las diagnosticadas como enfermedades por disregulación


inmunológica) no afectan los niveles de las IGs. Por lo tanto, si los niveles son
normales no significa que el paciente no tenga una IDP. Los niveles de las IGs
varían durante los primeros años de vida, por lo que los resultados de estos
estudios se deben interpretar teniendo en cuenta la edad del paciente.

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Diagnosticar otras enfermedades

Ciertas enfermedades y algunas drogas pueden dar lugar a signos y síntomas


similares a los de las IDPs. Se deben realizar algunos estudios para descartar
estas enfermedades antes de diagnosticar una IDP.

• Virus de la Inmunodeficiencia humana (VIH). El VIH ataca el sistema


inmunitario y puede conducir a un síndrome de inmunodeficiencia adquirida
(SIDA). La detección del VIH es una prueba sanguínea fácil y ampliamente
disponible.

• Enfermedades autoinmunes: Los síntomas de las enfermedades autoinmunes


pueden ser causados por distintas enfermedades que deben estudiarse para su
exclusión. Por ej.: el factor reumatoide en sangre se realiza para excluir una
enfermedad reumatológica.

• Detección del cáncer: se pueden realizar las pruebas para detectar un cáncer
en los pacientes con IDPs. Se pueden utilizar técnicas de imagen como la
Resonancia magnética (RM) o la tomografía por emisión de positrones (PET) de
los ganglios linfáticos.

16
5. CONGÉNITAS O PRIMARIAS: TIPOS
INMUNODEFICIENCIAS PRIMARIAS

Las Inmunodeficiencias Primarias (IDP) son un grupo de enfermedades


causadas por la alteración cuantitativa y/o funcional de distintos mecanismos
implicados en la respuesta inmunológica. Las diferencias en sus manifestaciones
clínico-inmunológicas, especialmente el tipo de infecciones que presentan, están
relacionadas con la alteración molecular en cada caso.
Los pacientes con IDP son susceptibles a infecciones de gravedad variable que,
de no ser tratadas en forma adecuada, pueden ser fatales o dejar secuelas que
empeoran la calidad de vida de los pacientes. Además, actualmente aparecen
cada día más ejemplos de estas enfermedades en las cuales existe una
susceptibilidad selectiva a patógenos únicos, lo que nos lleva a estar cada día
más alerta de la existencia de estas entidades. Es muy importante tener presente
que las IDP, además de esta susceptibilidad aumentada a infecciones, se
asocian frecuentemente a cuadros de autoinmunidad y neoplasias
(especialmente del tejido linfoide), con una frecuencia mucho mayor a la
población general.
Las IDP ocurren en más de 1/2000 recién nacidos vivos, con una gran
variabilidad entre las diferentes entidades.

TIPOS:

 AGAMMAGLOBULINEMIA LIGADA AL X

La Agammaglobulinemia ligada al X (XLA) fue descubierta por primera vez en


1952 por el Dr. Ogden Bruton. Esta enfermedad, algunas veces llamada
Agammaglobulinemia de Bruton o Agammaglobulinemia Congénita, fue una de
las primeras enfermedades de inmunodeficiencia en ser identificada.

El defecto básico en la Agammaglobulinemia ligada al X Los pacientes afectados


presentan incapacidad para que unas células del sistema inmune llamadas
linfocitos B precursores, pasen a convertirse en linfocitos B y células plasmáticas.
Las células plasmáticas son las encargadas de producir anticuerpos o
inmunoglobulinas. Como consecuencia los pacientes que presentan esta
afección carecen de inmunoglobulinas y son muy propensos a presentar
infecciones repetidas desde la infancia, como otitis, conjuntivitis, dermatitis y
sinusitis. También infecciones graves como neumonía, sepsis o meningitis que
ponen en peligro la vida del enfermo.

Los anticuerpos son una parte integral del mecanismo de defensa del cuerpo
contra ciertos microorganismos (E.g. bacterias, virus). Los anticuerpos son

17
importantes en la recuperación después de infecciones, y también protegen para
no adquirir algunas infecciones más de una vez. Existen anticuerpos diseñados
específicamente para combinarse con todos y cada uno de los microorganismos
tal como la llave y el cerrojo.
Cuando los microorganismos, tales como las bacterias, llegan a una membrana
mucosa o entran al cuerpo, las moléculas de anticuerpos específicas para dicho
microorganismo se adhieren a la superficie del microorganismo.
Los anticuerpos unidos a la superficie del microorganismo pueden tener uno o
más efectos que son benéficos para la persona. Por ejemplo, algunos
microorganismos deben adherirse a células del cuerpo antes de poder provocar
una infección y los anticuerpos previenen que los microorganismos se “peguen”
a las células.
Los anticuerpos adheridos a la superficie de algunos microorganismos causarán
también la activación de otras defensas del cuerpo (tales como un grupo de
proteínas de la sangre llamadas complemento del suero) que pueden destruir
directamente a las bacterias o virus. Finalmente, las bacterias cubiertas por
anticuerpos son mucho más fáciles de ser digeridas y destruidas por los glóbulos
blancos (fagocitos) que aquellas bacterias que no se encuentran cubiertas por
anticuerpos. Todas estas acciones previenen que los microorganismos invadan
tejidos corporales donde pueden causar infecciones graves (véase capítulo de
Sistema Inmune).
El defecto básico en XLA es una inhabilidad del paciente de producir anticuerpos.
Los anticuerpos son proteínas que son producidas por células especializadas del
cuerpo, las células plasmáticas (véase capítulo de El Sistema Inmune Normal).
El desarrollo de células plasmáticas se da de una forma ordenada a partir de
células madre localizadas en la médula ósea. Las células madre dan origen a
linfocitos inmaduros llamados linfocitos-pro-B. Los linfocitos-pro-B dan origen a
los linfocitos-pre-B, quienes a su vez dan origen a los linfocitos B. Al entrar en
contacto con una sustancia extraña llamada antígeno (tal como los
microorganismos) los linfocitos B maduran en células plasmáticas que producen
y secretan anticuerpos.
La mayoría de los pacientes con XLA poseen linfocitos B precursores, pero muy
pocos de estos se desarrollan para convertirse en Linfocitos B. Por lo tanto, el
defecto sobresaliente en XLA es la imposibilidad de los linfocitos B precursores
de convertirse en células-B maduras. Los pacientes con XLA presentan
mutaciones en un gen que es necesario para el desarrollo normal de los linfocitos
B. Este gen, descubierto en 1993, es llamado BTK, o Cinasa de Tirosina de
Bruton, en honor al descubridor del trastorno, el Coronel Ogden Bruton, M.D. Tal
como lo sugiere el nombre del trastorno, el gen BTK se localiza en el cromosoma
X.
En personas normales son destruidos o desactivados muy eficientemente por
anticuerpos.

18
Las bacterias más comunes que causan infección son los neumococos,
estreptococos, estafilococos y Hemophilus influenzae. Algunos tipos específicos
de virus pueden también provocar infecciones en estos pacientes.

 Herencia
La Agammaglobulinemia ligada al X (XLA) es una enfermedad genética y como
tal puede ser heredada o transmitida en una familia. Es heredada como un rasgo
recesivo ligado al X. Es importante entender el tipo de herencia para que las
familias puedan entender porque un niño está afectado, el riesgo de que niños
subsecuentes puedan ser afectados, y las implicaciones para otros miembros de
la familia. Ahora que ha sido identificado el gen preciso que causa XLA, es
posible examinar a miembros del sexo femenino de la familia (hermanas) del
paciente con XLA, y otros parientes del sexo femenino tales como las tías
maternas del niño, para determinar si son portadores de la enfermedad. Los
portadores del XLA no presentan síntomas, pero tienen una probabilidad del 50%
de transmitir la enfermedad a cada uno de sus hijos (véase capítulo de Herencia).
En algunos casos, es también posible determinar si un feto de un portador de
sexo femenino nacerá con XLA. Por ahora, estas pruebas genéticas son
practicadas por muy pocos laboratorios.

 DEFICIENCIA SELECTIVA DE IgA


Concepto: La Deficiencia Selectiva de IgA es la deficiencia severa o ausencia
total de la clase IgA de inmunoglobulinas en el suero sanguíneo y secreciones.
Existen cinco tipos (clases) de inmunoglobulinas o anticuerpos en la sangre: IgG,
IgA, IgM, IgD e IgE. La clase de inmunoglobulina presente en mayor cantidad en
la sangre es el IgG, seguido por IgM e IgA. Las IgD e IgE se encuentran
presentes en muy pequeñas cantidades en la sangre.

De estas clases de inmunoglobulinas, son principalmente las IgM e IgG las que
protegen el torrente sanguíneo, tejidos corporales y órganos internos de
infecciones. Es también muy importante que el cuerpo sea protegido en las
superficies que entran en contacto cercano con el medio ambiente. Estos puntos
son las superficies mucosas: la boca y la nariz, la garganta, las vías respiratorias
del pulmón, el tracto gastrointestinal, los ojos y los genitales. Los anticuerpos IgA
(los cuales son transportados por las secreciones a las superficies mucosas)
juegan un papel importante en la protección de las superficies mucosas contra
infecciones. Los anticuerpos IgG, IgM e IgE se encuentran también en
secreciones de las superficies mucosas, pero no en la misma cantidad que el
anticuerpo IgA. Es, por esto que el IgA es conocido como el anticuerpo
secretorio. Si nuestras superficies mucosas fueran extendidas cubrirían
cualquier área igual a una y media canchas de tenis, por lo que la importancia
del IgA al proteger nuestras superficies mucosas no puede ser subestimada. La
IgA posee algunas características químicas especiales. Se encuentra presente

19
en las secreciones en forma de dos moléculas de anticuerpo unidas por un
componente llamado la cadena J (“J” por juntar) .Para que estos anticuerpos
puedan ser secretados, tienen que estar unidos a otra molécula llamada la pieza
secretoria. La unidad de IgA que protege las membranas mucosas se compone
por dos moléculas IgA juntas por la cadena J y unidas a la pieza secretoria. Los
individuos con Deficiencia Selectiva de IgA no producen IgA. Producen, sin
embargo, todas las otras clases de inmunoglobulinas. Además, la función de los
linfocitosT, células fagocíticas y sistema complemento son normales o casi
normales. Por lo tanto, esta afección es conocida como Deficiencia “Selectiva”
de IgA. La causa o causas de la Deficiencia Selectiva de IgA son desconocidas.
Es probable que existan varias causas de la Deficiencia Selectiva de IgA y que
dichas causas puedan diferir de un paciente a otro. Los individuos con
Deficiencia Selectiva de IgA tienen linfocitos B aparentemente normales, pero
que no maduran en IgA produciendo células plasmáticas.

 Cuadro Clínico

La Deficiencia Selectiva de IgA es la más común de las enfermedades de


inmunodeficiencia primaria. Los estudios han indicado que tantas personas
como una en cada quinientos tiene Deficiencia Selectiva de IgA. Muchos de
estos individuos presentan enfermedades relativamente ligeras y generalmente
no se encuentran lo suficientemente enfermos para ser vistos por un médico. Por
lo tanto, nunca se les descubre la Deficiencia de IgA. De hecho, la mayoría de
los individuos con Deficiencia Selectiva de IgA son relativamente sanos y no
presentan síntomas. En contraste, también existen individuos con Deficiencia
Selectiva de IgA que tienen enfermedades significativas. Hasta ahora, no se ha
entendido porque existen individuos con deficiencia de IgA que no presentan casi
ninguna enfermedad mientras que otros se encuentran muy enfermos. Los
estudios han sugerido que a algunos pacientes con deficiencia de IgA les falta
una fracción del IgG (la subclase IgG2) y esa puede ser una explicación de la
razón por la cual algunos pacientes con deficiencia de IgA son más susceptibles
a infecciones que otros. Un problema común en la deficiencia de IgA es la
susceptibilidad a infecciones. Infecciones recurrentes del oído, sinusitis,
bronquitis y neumonía son las infecciones más comúnmente observadas en
pacientes con Deficiencia Selectiva de IgA. Esto es fácil de entender porque la
IgA protege a las superficies mucosas de infecciones. Estas infecciones se
pueden volver crónicas. Además, puede ser que las infecciones no
desaparezcan con tratamiento, y los pacientes pueden permanecer con
antibióticos durante más tiempo de lo normal. El segundo problema más
importante en la deficiencia de IgA es la ocurrencia de enfermedades
autoinmunes. En las enfermedades autoinmunes el individuo produce
anticuerpos o linfocitos T que reaccionan con sus propios tejidos resultando esto
en daño a estos tejidos. Algunas de las enfermedades autoinmunes más
frecuentes asociadas con la deficiencia de IgA son: Artritis Reumatoide, Lupus
Eritematoso Sistémico y Púrpura Trombocitopénica Inmune (ITP por sus siglas

20
en inglés). Estas enfermedades autoinmunes pueden causar inflamación y dolor
en articulaciones de manos y rodillas, erupción en la cara, anemia (recuento bajo
de glóbulos rojos) o trombocitopenia (recuento bajo de plaquetas). Otros tipos de
enfermedades autoinmunes pueden afectar el sistema endocrino y/o sistema
gastrointestinal. Las alergias pueden ser también más comunes entre los
individuos con Deficiencia Selectiva de IgA que entre la población general. Los
tipos de alergias varían. El asma es una de las enfermedades alérgicas que
ocurren comúnmente con la Deficiencia Selectiva de IgA. Se ha sugerido que el
asma puede ser más grave y responder menos a la terapia, en individuos con
deficiencia de IgA que lo que es normal entre individuos. Otro tipo de alergia
asociada con la deficiencia de IgA es la alergia a alimentos, en la cual los
pacientes tienen reacciones ante ciertos alimentos. Los síntomas asociados con
las alergias a alimentos son diarrea o calambres abdominales. No es seguro si
existe un aumento en la incidencia de rinitis alérgica (fiebre del heno) o eccema
en la Deficiencia Selectiva de IgA. Otra forma inusual, pero importante, de alergia
puede ocurrir en la deficiencia de IgA. En personas cuya sangre no contiene IgA,
el IgA de otras personas puede ser reconocido por el sistema inmune como una
proteína extraña. Ya que los anticuerpos se producen normalmente en contra de
proteínas extrañas, algunas personas con Deficiencia Selectiva de IgA producen
anticuerpos IgG o IgE en contra del IgA. En este caso, si una persona con
deficiencia de IgA que tiene anticuerpos contra IgA recibe sangre que contenga
IgA, puede resultar una reacción alérgica. Aun cuando las reacciones alérgicas
al IgA son muy poco comunes, es importante que cada paciente con Deficiencia
Selectiva de IgA esté consciente del riesgo potencial de reacciones a
transfusiones si han recibido sangre o productos sanguíneos.

 ATAXIA – TELANGIECTASIA

La Ataxia – Telangiectasia es una enfermedad de Inmunodeficiencia primaria


que afecta a una variedad de órganos en el cuerpo. Los pacientes con Ataxia –
Telangiectasia tienen una marcha inestable (Ataxia), vasos sanguíneos dilatados
(Telangiectasia), y una Inmunodeficiencia variable que involucra tanto a los
linfocitos B como a los linfocitos T.

 Características
Anormalidades Neurológicas que resultan en una marcha inestable (Ataxia)
-Vasos sanguíneos dilatados (Telangiectasia) de la piel y ojos.

-Una inmunodeficiencia variable que Involucra respuestas inmunes tanto


celulares (linfocitos T) como humorales (linfocitos B).
-Una predisposición a ciertas clases de Cáncer.

 Cuadro Clínico

21
El primer síntoma que se presenta es generalmente ataxia, un término médico
que se usa para describir un modo de andar inestable. Los niños con Ataxia –
Telangiectasis (AT) pueden ladearse cuando se paran o se sientan, y
balancearse o tambalearse cuando caminan. Esto usualmente resulta de
anormalidades neurológicas que afectan la parte del cerebro (cerebelo) que
controla el equilibrio La AT se vuelve aparente por primera vez cuando el niño
empieza a caminar, generalmente entre los 12 y los 18 meses de vida. En esta
etapa temprana, se piensa que los niños tienen parálisis cerebral o un trastorno
neurológico indefinido. El diagnóstico específico de AT puede ser difícil de
realizar cuándo los síntomas aparecen por primera vez. Los síntomas
neurológicos posteriores incluyen anormalidades en los movimientos de los ojos,
incluyendo contracciones rápidas alternantes de los ojos (nistagmo) y dificultad
al iniciar movimientos voluntarios de los ojos (apraxia oculomotora). Presentan
también dificultad al usar los músculos necesarios para el habla (disartria) y para
deglutir. Los vasos sanguíneos dilatados (Telangiectasia) se vuelven aparentes
después del comienzo de la ataxia, generalmente entre los 2 y los 8 años de
edad. La Telangiectasia ocurre usualmente en la porción blanca del ojo
(conjuntiva bulbar), pero puede encontrarse también en las orejas, cuello y
extremidades. Otra característica clínica de la AT es una mayor susceptibilidad
a infecciones. Este síntoma es una característica principal en algunos individuos.
Las infecciones involucran más comúnmente a los pulmones y senos
paranasales, y son usualmente provocadas por bacterias o virus. Las infecciones
son, por lo menos en parte, debido a la inmunodeficiencia variable observada en
la AT. Otro factor que puede contribuir a las infecciones en pulmón es la
disfunción de deglución que resulta en aspiración de alimentos sólidos y líquidos
cuando bajan por el tracto a los pulmones (tráquea) en lugar del tracto al
estómago (el esófago).
Los pacientes con AT pueden presentar defectos tanto en el sistema de linfocitos
T como en el sistema de linfocitos B. Pueden tener menor cantidad de linfocitos
T en sangre. Estas anormalidades en linfocitos T por lo general se encuentran
con una glándula, el timo, pequeña o inmadura. La menor cantidad de linfocitos
T no siempre aumenta la susceptibilidad del paciente a infecciones. La mayoría
de los pacientes con AT produce algunas respuestas de anticuerpos contra
antígenos ajenos, tales como los microorganismos, pero algunas de estas
respuestas pueden estar impedidas, particularmente aquellas respuestas
dirigidas a grandes moléculas de azúcar (polisacáridos) que se encuentran fuera
de las bacterias que causan infecciones respiratorias. Estas respuestas
desordenadas de anticuerpos pueden estar asociadas con niveles anormales de
inmunoglobulinas – IgA ausente en 70% de los pacientes, IgE ausente en 80%
de los pacientes. Las deficiencias subclase IgG pueden también ser encontradas
en individuos con AT. Por último, los pacientes con AT tienen un mayor riesgo a
manifestar ciertas clases de cáncer, particularmente del sistema inmune, tal
como linfoma y leucemia.

22
 Herencia

La Ataxia – Telangiectasia (AT) se hereda como un trastorno autosómico


recesivo (véase capítulo de Herencia). El gen responsable de la AT ha sido
identificado y se encuentra en el brazo largo del cromosoma 11 en 11q22-23.
Éste controla la producción de una enzima del tipo – forsfatidilinositol- 3- cinasa
involucrada en respuestas celulares y control de ciclo celular. La identificación
del gen específico responsable de la AT ha hecho posible la detección de
portadores y el diagnóstico prenatal, sin embargo aún no se encuentra disponible
en laboratorios comerciales.

 INMUNODEFICIENCIA COMÚN VARIABLE


La Inmunodeficiencia Común Variable (CVID por sus siglas en inglés) es un
trastorno caracterizado por los bajos niveles de inmunoglobulinas del suero
(anticuerpos) y una mayor susceptibilidad a infecciones. La causa exacta de los
niveles bajos de inmunoglobulinas del suero no es conocida. Esta es una forma
relativamente común de inmunodeficiencia, de ahí, la palabra “común”. El grado
y tipo de deficiencia de inmunoglobulinas del suero y la conducta clínica, varía
de paciente a paciente, de ahí, la palabra “variable”. En algunos pacientes existe
una reducción tanto en IgG como en IgA; en otros, los tres principales tipos (IgG,
IgA e IgM) de inmunoglobulinas se pueden encontrar reducidos. Las señas
clínicas pueden también variar desde severos hasta moderados. Infecciones
frecuentes e inusuales pueden ocurrir durante la primera infancia, adolescencia
o la vida adulta. En la mayoría de los pacientes, sin embargo, el diagnóstico no
se realiza sino hasta la 3era o 4rta década de la vida. Dado que la aparición de
los síntomas y el diagnóstico es relativamente tardía, se han usado otros
nombres para este trastorno incluyendo: Agammaglobulinemia “adquirida”,
Agammaglobulinemia de aparición adulta, o hipogammaglobulinemia de
aparición tardía. El término “inmunodeficiencia adquirida” se utiliza ahora para
referirse a un síndrome causado por el virus del SIDA (virus VIH) y por lo tanto
no debe ser usado para individuos con Inmunodeficiencia Común Variable
(CVID). Estos dos trastornos son muy distintos. La mayoría de los individuos con
CVID al principio presentan infecciones bacteriales recurrentes y, cuando se les
hacen pruebas, tienen niveles marcadamente disminuidos de inmunoglobulinas
del suero y respuestas deterioradas de anticuerpos. Las causas del CVID son
desconocidas. Estudios en las células del sistema inmune de los pacientes con
CVID han revelado un espectro de anormalidades de los linfocitos. La mayoría
de los pacientes aparentemente tienen un número normal de linfocitos B, pero
estos no pasan por el proceso normal de madurar en células plasmáticas
capaces de producir los diferentes tipos de inmunoglobulinas y anticuerpos. A
otros pacientes les faltan los linfocitos T ayudantes necesarios para una
respuesta normal de los anticuerpos. Un tercer grupo de pacientes tienen una
cantidad excesiva de linfocitos T citotóxicos.

23
Tanto hombres como mujeres pueden tener Inmunodeficiencia Común Variable
(CVID). Aun cuando algunos pacientes tienen síntomas en los primeros años de
vida, muchos pacientes podrían no manifestar síntomas hasta la segunda o
tercera década, o incluso después. Las características iniciales de la mayoría de
los pacientes con CVID son infecciones recurrentes que involucran los oídos, los
senos paranasales, la nariz, los bronquios y los pulmones. Cuando las
infecciones en pulmón son graves y ocurren repetidamente, pueden ocasionar
daño permanente en bronquios y se desarrolla una condición crónica en
bronquios (tubos respiratorios) ocasionando el ensanchamiento y cicatrización
de estas estructuras. A esta afección se le conoce como bronquiectasis. Los
organismos que se encuentran comúnmente en estas infecciones se encuentran
esparcidos en la población y frecuentemente pueden causar neumonía
(Haemophilus influenzae, pneumococo y estafilococo). El propósito del
tratamiento de las infecciones en pulmón es el de prevenir la reaparición y el
daño crónico en tejido pulmonar que las acompañan. La tos regular en la mañana
que produce esputo amarillo o verde sugiere la presencia de infección crónica o
bronquiectasis (ensanchamiento, cicatrización e inflamación de los bronquios).
Los pacientes con CVID pueden también desarrollar nódulos linfáticos
agrandados en el cuello y pecho o abdomen. La causa específica es
desconocida, pero los nódulos linfáticos agrandados pueden ser provocados por
una infección, falta de regulación inmune, o ambos. De forma similar, el
agrandamiento del bazo es relativamente común al igual que el agrandamiento
de conjuntos de linfocitos en las paredes del intestino llamadas placas de Peyer.
Algunos pacientes con CVID que pueden no estar recibiendo terapia óptima de
gamma globulina también podrían manifestar una inflamación dolorosa de una o
más articulaciones. Esta afección se conoce como poliartritis. Aun cuando en la
mayoría de los casos, el líquido de las articulaciones no contiene bacteria, para
poder estar seguro de que la artritis no es causada por una infección tratable, el
líquido de las articulaciones puede ser removido aspirándolo con aguja y así
poder estudiar la presencia de bacterias. En algunos casos, una bacteria llamada
Micoplasma puede ser la causa y puede ser difícil de diagnosticar. La artritis
típica asociada con CVID puede involucrar articulaciones mayores tales como
rodillas, tobillos, codos y muñecas. Las articulaciones menores (e.g.
Articulaciones de los dedos) rara vez son afectadas. Los síntomas de la
inflamación de las articulaciones usualmente desaparecen con terapia de
gamma globulina y los antibióticos apropiados. En algunos pacientes, sin
embargo, aun cuando estén recibiendo reemplazo adecuado de gamma
globulina, la artritis puede presentarse. Algunos pacientes con CVID reportan
quejas gastrointestinales tales como dolor abdominal, indigestión, náuseas,
vómito, diarrea y pérdida de peso. Una evaluación cuidadosa de los órganos
digestivos puede revelar una pobre absorción de grasas y ciertos azúcares. Si
se obtiene una muestra pequeña (biopsia) de mucosa intestinal, se podrán
observar cambios característicos. Estos cambios son de gran ayuda para
diagnosticar y tratar el problema. En algunos pacientes con problemas

24
digestivos, se ha identificado un pequeño parásito llamado Giardia lamblia, en
las biopsias y muestras fecales. La erradicación de estos parásitos por medio de
medicamentos puede eliminar los síntomas gastrointestinales. Aun cuando
algunos pacientes con CVID tienen una respuesta disminuida de anticuerpos y
bajos niveles de gamma globulina en la sangre (hipogammaglobulinemia),
algunos de los anticuerpos producidos por estos pacientes pueden atacar a sus
propios tejidos.

Aun cuando algunos pacientes con CVID tienen una respuesta disminuida de
anticuerpos y bajos niveles de globulina gamma en la sangre
(hipogammaglobulinemia), algunos de los anticuerpos producidos por estos
pacientes pueden atacar a sus propios tejidos (auto anticuerpos). Estosauto
anticuerpos pueden atacar y destruir células sanguíneas (e.g. glóbulos rojos,
glóbulos blancos o plaquetas), o pueden causar trastornos endocrinos, tales
como enfermedad tiroidea o diabetes. Por último, los pacientes con CVID pueden
tener un mayor riesgo de cáncer, especialmente cáncer del sistema linfático, de
la piel y el tracto gastrointestinal.

6. ADQUIRIDAS O SECUNDARIAS
Suelen aparecer a una edad más avanzada y, por lo general, son consecuencia
de la administración de ciertos medicamentos o de otro trastorno, como la
diabetes o el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Son más frecuentes
que las primarias.

Algunas acortan la esperanza de vida, mientras que otras persisten durante toda
la vida, aunque sin alterar la esperanza de vida, y unas pocas desaparecen con
tratamiento o sin él.
Estos trastornos pueden ser el resultado de:

 Padecer determinadas enfermedades prolongadas (crónicas) y/o graves,


como diabetes o cáncer.
 Fármacos o sustancias
 Raramente, radioterapia

Las inmunodeficiencias pueden ser consecuencia de casi cualquier enfermedad


grave prolongada. Por ejemplo, la diabetes puede derivar en una
inmunodeficiencia, debido al funcionamiento inadecuado de los glóbulos blancos
(leucocitos) cuando la concentración de azúcar en sangre es alta
(hiperglucemia). La infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)
produce el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), que es el más
frecuente de los trastornos por inmunodeficiencia adquirida grave.

Muchos tipos de cáncer pueden causar inmunodeficiencia. Por ejemplo,


cualquier tipo de cáncer que afecta a la médula ósea (tales como la leucemia y

25
el linfoma) puede impedir que la médula ósea produzca glóbulos blancos
normales (células B y células T), que son parte del sistema inmunitario.

La desnutrición (por carencia de todos los nutrientes o solo de uno de ellos)


puede deteriorar el sistema inmunitario. Cuando el peso disminuye a menos del
80% del recomendado por desnutrición, el sistema inmunitario suele resultar
afectado. Una reducción a menos del 70% suele derivar en una insuficiencia
grave.

6. 1 TIPOS VIH/SIDA
 VIH-SIDA
El síndrome de inmunodeficiencia adquirida (conocido por sus siglas
SIDA, o AIDS en inglés), es causado por el virus de la inmunodeficiencia
humana (VIH, o HIV por sus siglas en inglés). El SIDA (referido en este
documento de ahora en adelante como “sida”) es la etapa más avanzada
de la infección con el VIH, el virus que causa que una persona desarrolle
sida eventualmente.
Con el transcurso del tiempo, el virus ataca y destruye el sistema
inmunológico del cuerpo (el sistema responsable de proteger al cuerpo
contra las enfermedades; también referido como sistema inmunitario).
Una persona que no tenga un sistema inmunológico completamente
funcional corre el riesgo de contraer una variedad de infecciones que no
afectan con frecuencia a las personas sanas. A estas infecciones se les
denomina infecciones oportunistas. Las personas con el VIH también
están a un mayor riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer, como el
sarcoma de Kaposi, linfoma y cáncer de cuello uterino, entre otros
problemas de salud. Muchas de estas afecciones ponen la vida en peligro.
Mundialmente, alrededor de 35 millones de personas viven con VIH/SIDA.
Más de la mitad de estas personas vive en la parte subsahariana de África
y alrededor de la mitad son mujeres.

Transmisión del VIH


El VIH puede transmitirse de una persona a otra cuando la sangre o algún
fluido corporal (semen, secreciones vaginales o leche materna) de una
persona infectada ingresa al organismo de una persona no infectada.
Entre las vías de transmisión se incluye:
 Sexo vaginal, anal u oral sin protección con una persona
infectada.
 Compartir jeringas y otros utensilios en el consumo de drogas con
personas que tienen el VIH.
 Exposición prenatal (antes del nacimiento) y perinatal (durante y
justo después del nacimiento) de recién nacidos por sus madres
con el VIH.
 Lactancia de madres infectadas con VIH

26
 Productos de transfusión sanguínea que contienen el virus.
 Trasplante de órganos de donantes infectados con el VIH.
 Heridas profundas o accidentes que los profesionales médicos
(por lo general, piquetes con agujas que fueron usadas en
personas infectadas) mientras atendían o manipulaban la sangre
de pacientes con el VIH.
El VIH no se transmite a través de los mosquitos, garrapatas ni otros
insectos. Tampoco se transmite por el contacto casual como las
conversaciones, saludar de mano, estornudos, compartir platos (trastes),
compartir baños, teléfonos o computadoras, ni a través del agua. No se
transmite a través de la saliva, las lágrimas ni el sudor.
Las transfusiones de sangre y los productos sanguíneos causaron
algunas infecciones con el VIH a principios de la década de 1980. Gracias
a las nuevas precauciones y a las pruebas detalladas en los bancos de
sangre, este riesgo ha sido casi completamente eliminado.

Mecanismo inmunológico
La patogénesis de la infección por el VIH-1 se fundamenta en la
interacción de este virus con los componentes del sistema inmune del
hospedero.
Este virus afecta diferentes células de la respuesta inmune, ya sea como
consecuencia directa de la infección o, indirectamente, por múltiples
mecanismos que incluyen, entre otros, la inducción de apoptosis mediada
por varias proteínas virales solubles (Nef, Tat, Vpu, Vif), la muerte celular
secundaria al estado de hiperactivación inmunológica inducido por esta
infección, la formación de sincitios y el daño progresivo de los órganos
linfoides primarios y secundarios.
Diferente a lo observado en la mayoría de las infecciones virales y
bacterianas, la infección por el VIH-1 lleva a una activación del sistema
inmune desproporcionadamente extensa e inespecífica. Sin embargo,
esta activación de la respuesta inmune no logra desarrollar mecanismos
totalmente efectivos para controlar completamente la infección en la
mayoría de los individuos infectados. Se sabe que el VIH-1 tiene una
capacidad inherente para generar mutaciones en las secuencias
antigénicas reconocidas por el sistema inmune adaptativo, creando cepas
de escape. En consecuencia, a pesar de casi dos décadas de
investigaciones dirigidas a inducir una respuesta inmune adaptativa
contra el VIH-1, no se han implementado terapias inmunológicas o
vacunas exitosas.

La respuesta inmune en el control de VIH


Respuesta inmune innata. El sistema inmune innato es la primera línea
de defensa contra los patógenos invasores y es particularmente

27
importante en el control de bacterias y virus que tratan de ingresar por las
superficies epiteliales y mucosas.
La importancia de la respuesta innata en el control de la infección por el
VIH-1 es actualmente un área de mucho interés, ya que varios
componentes del sistema inmune innato tienen efecto anti-VIH-1 directo
y, al mismo tiempo, son blanco de la infección viral.
Factores solubles. Los componentes solubles de la inmunidad innata
están entre los primeros factores que fueron evaluados buscando
actividad natural contra el VIH-1; se descubrió que la lectina unidora de
manosa (Mannose-binding lectin, MBL) y proteínas del complemento se
unen directamente al VIH1, estimulando la fagocitosis mediada por los
neutrófilos y macrófagos, e induciendo la lisis del virus. Se ha observado
que los individuos con una baja concentración sérica de MBL tienen un
mayor riesgo de infección por el VIH-1 y en ellos la progresión al sida es
más rápida. También se ha demostrado que el sistema del complemento
puede destruir el VIH-1 en presencia de anticuerpos antivirales
específicos; de esta manera, el complemento integra la inmunidad innata
y la adaptativa en la respuesta contra el VIH-1. Pese a estas
observaciones, actualmente se considera que la acción de estos factores
solubles en el control in vivo de la infección por el VIH-1 tiene muy poca
relevancia.
Otros componentes solubles, incluyendo las quimiocinas beta (RANTES,
MIP-1α y MIP-1β), otras citocinas y algunas defensinas, son secretados
luego de la interacción de los microorganismos patógenos con las
diferentes células del sistema inmune innato y pueden modular tanto la
respuesta inmune celular innata como la adaptativa contra el VIH-1 (10).
Por ejemplo, las citocinas interleucina-12 (IL-12), IL-4, IL-6, IL-16 e
interferón-gamma (IFN-γ) determinan si predomina una respuesta inmune
adaptativa tipo Th1 o Th2. La respuesta Th1 coordina la acción del
sistema inmune contra las infecciones por gérmenes intracelulares, como
el VIH-1. La respuesta tipo Th2 regula la inmunidad contra los patógenos
extracelulares mediante el estímulo para la secreción de anticuerpos y se
ha observado que predomina en los pacientes infectados por el VIH-1, en
especial, en los que están en fases avanzadas de la enfermedad.

7. COMBINADAS GRAVES
INMUNODEFICIENCIA COMBINADA GRAVE

La Inmunodeficiencia Combinada Grave es una inmunodeficiencia primaria poco


común, en la que hay una ausencia combinada de las funciones de los linfocitos
B y los linfocitos T. Existen diversos defectos genéticos que pueden causar esta
enfermedad. Estos defectos dan lugar a una propensión extrema a padecer
infecciones muy graves. Por lo general, esta afección se considera la más grave

28
de las enfermedades de inmunodeficiencia primarias. Afortunadamente existen
tratamientos eficaces, como el trasplante de médula ósea, que pueden curar el
trastorno y el futuro permite concebir la esperanza de la terapia génica.

La Inmunodeficiencia Combinada Grave (IDCG), es un síndrome poco frecuente,


mortal, que tiene diversas causas genéticas, en el que existe ausencia
combinada de las funciones de los linfocitos T y los linfocitos B (y en muchos
casos también de las funciones de los linfocitos citotóxicos naturales, o NK (por
sus siglas en inglés). Estos defectos dan lugar a una propensión extrema a las
infecciones graves. Hoy en día se conocen doce causas genéticas de la IDCG.
Aunque varían con respecto al defecto específico que causa la
inmunodeficiencia, a algunos de los resultados de laboratorio y a su patrón de
herencia, todas presentan deficiencias graves en las funciones de las células T
y B. (Chan, 2005)

1. Deficiencia de la cadena gamma común del receptor de 6 distintas


citosinas

Es la forma más común de IDCG, que afecta casi al 45% de todos los casos. Se
debe a mutaciones de un gen en el cromosoma X que codifica un componente
(o cadena) compartida por los receptores para factores del crecimiento de los
linfocitos T y por otros receptores del factor de crecimiento. A este componente
se le llama cγ, que significa cadena gamma común. Las mutaciones de este gen
provocan recuentos muy bajos de linfocitos T y linfocitos NK, pero el recuento de
los linfocitos B es elevado (el llamado fenotipo T-, B+, NK-).

A pesar de su elevado número, los linfocitos B no cumplen sus funciones, puesto


que las células T no pueden “ayudar” a las B a funcionar con normalidad. Esta
deficiencia se hereda como un rasgo recesivo ligado al cromosoma X. Sólo los
varones tienen este tipo de IDCG, pero las mujeres pueden ser portadoras del
gen y tienen un 50% de probabilidades de pasarlo a cada uno de sus hijos.
(Fischer, 2004)

2. Deficiencia de Adenosina Deaminasa

Otro tipo de IDCG es provocado por las mutaciones de un gen que codifica una
enzima llamada adenosina deaminasa (ADA). Esta enzima es esencial para la
función metabólica de diversas células del organismo, pero especialmente de los
linfocitos T. La ausencia de esta enzima lleva a una acumulación de productos
tóxicos metabólicos dentro de los linfocitos, lo que ocasiona su muerte. La
deficiencia de ADA es la segunda causa más común de IDCG y representa
aproximadamente el 15% de todos los casos. Los bebés con este tipo de IDCG
presentan un numero bajo de linfocitos, dado que sus linfocitos T, B y NK son
muy bajos. Esta forma de IDCG se hereda como un rasgo autosómico recesivo.
Tanto los varones como las mujeres pueden verse afectados.

29
3. Deficiencia de la cadena alfa del receptor IL-7

Otra forma de IDCG se debe a las mutaciones de un gen del cromosoma 5 que
codifica un componente de otro receptor de factor de crecimiento, la cadena alfa
del receptor IL-7 (IL-7Rα). Los recuentos de linfocitos muestran que los niños
con este tipo de IDCG tienen linfocitos B y NK, pero no tienen linfocitos T. Sin
embargo, los linfocitos B no funcionan con normalidad debido a la falta de
linfocitos T. La deficiencia de IL-7Rα es la tercera causa más común de IDCG y
representa el 11% de todos los casos. Esta forma de IDCG se hereda como un
rasgo autosómico recesivo. Tanto los varones como las mujeres pueden verse
afectados. (McGhee, 2005)

4. Deficiencia de tirosin-cinasa Janus 3

Este tipo de IDCG es provocado por una mutación de un gen del cromosoma 19
que codifica una enzima de los linfocitos llamada tirosin-cinasa Janus 3 (Jak3,
por sus siglas en inglés). Esta enzima es necesaria para la función de la arriba
mencionada cadena gamma común cγ. Por tanto, al realizar un recuento de
linfocitos, los niños con esta forma de IDCG tienen los mismos tipos de recuentos
de linfocitos T, B y NK que aquellos con IDCG ligada al cromosoma X, es decir,
son del fenotipo T-, B+, NK-. Ya que esta forma de IDCG se hereda como un
rasgo autosómico recesivo, tanto los varones como las mujeres pueden verse
afectados. La deficiencia de Jak3 representa menos del 10% de todos los casos
de IDCG.
5. Deficiencias de las cadenas CD3

Otras tres formas de IDCG se deben a mutaciones de los genes que codifican
tres de las cadenas de proteínas individuales que forman otro componente del
complejo de receptores de las células T, la CD3. Estas mutaciones genéticas
que causan IDCG dan lugar a deficiencias de las cadenas CD3δ, ε o ζ. Estas
deficiencias también se heredan como rasgos autosómicos recesivos.

6. Deficiencia de CD45

Otro tipo de IDCG se debe a mutaciones del gen que codifica CD45, una proteína
que se encuentra en la superficie de todos los glóbulos blancos y que es
necesaria para las funciones de las células T. Esta deficiencia también se hereda
como rasgo autosómico recesivo. (Puck, 2007)

7. Otras causas de IDCG

Otros cuatro tipos de IDCG de los que se conoce su causa molecular son
aquellos que se deben a mutaciones de genes que codifican proteínas
necesarias para el desarrollo de receptores de reconocimiento inmune en los
linfocitos T y B. Son la deficiencia de los genes activadores de recombinasa 1 y
2 (RAG1 y RAG2) (en algunos casos también se conoce como Síndrome de
Ommen), la deficiencia del gen Artemis y la deficiencia de ligasa 4. Los bebés

30
que presentan estos tipos de SCID carecen de linfocitos T y B, pero tienen
linfocitos NK, es decir que tienen el fenotipo T- B- NK+. Todas estas deficiencias
se heredan como rasgos autosómicos recesivos. Por último, probablemente
existen otras mutaciones que causan IDCG que aún no han sido identificadas.
Inmunodeficiencias combinadas menos graves

Hay otro grupo de trastornos genéticos del sistema inmunológico que dan lugar
a inmunodeficiencias combinadas que por lo general no alcanzan el nivel de
gravedad clínica necesario para ser considerados inmunodeficiencia combinada
grave. A continuación, se presenta una lista de algunos de estos trastornos,
aunque puede haber otros síndromes ausentes en esta lista que podrían
considerarse inmunodeficiencia combinada (IDC). Entre estos trastornos figuran
el síndrome del linfocito desnudo (deficiencia de la molécula MHC clase II); la
deficiencia de purina nucleósido fosforilasa (PNP); la deficiencia de ZAP70; la
deficiencia de CD25; la hipoplasia cartílago-pelo; y la deficiencia de MHC clase
I. (Huang, 2005)
CUADRO CLÍNICO

El síntoma más común que se presenta en los niños enfermos con una IDCG es
un número excesivo de infecciones. Estas infecciones no son por lo general del
mismo tipo que las que tienen los niños normales, como por ejemplo los
resfriados frecuentes. Las infecciones de los bebés con IDCG pueden ser mucho
más graves e incluso poner en peligro su vida, como la neumonía, la meningitis
o las infecciones del torrente sanguíneo. El uso extendido de antibióticos incluso
para infecciones mínimas ha cambiado el patrón de presentación clínica del
IDCG, de manera que el médico que examine al bebé debe ser muy cuidadoso
y precavido para poder detectar esta enfermedad. Las infecciones en niños con
IDCG pueden ser provocadas por microorganismos que causan infecciones en
los niños normales, o por microorganismos o vacunas que normalmente no
resultan dañinos para los niños con inmunidad normal. Entre los más peligrosos
se encuentra un microorganismo llamado Pneumocistis jerovicii, que puede
provocar rápidamente una neumonía mortal, si no es diagnosticada y tratada de
forma precoz. Otro microorganismo muy peligroso es el virus de la varicela.
Aunque la varicela es incómoda y provoca mucho malestar en los niños sanos,
por lo general sólo afecta la piel y las membranas mucosas, y se resuelve en
cuestión de días. En los niños con IDCG, puede ser mortal porque no se resuelve
y puede infectar el pulmón, el hígado y el cerebro. El citomegalovirus (CMV), otro
virus que casi todos llevamos en las glándulas salivares, puede provocar
neumonía mortal en niños con IDCG. Otros virus peligrosos para los niños con
IDCG son los virus Herpes simplex, adenovirus, parainfluenza 3, el virus de
Ebstein-Barr (EBV, o virus de la mononucleósis infecciosa), los poliovirus, el virus
del sarampión, de la rubéola y el rotavirus. Como los niños reciben vacunas de
virus vivos para la varicela, el sarampión y el rotavirus, los niños con IDCG
pueden contraer infecciones de estos virus a través de sus vacunas. Si se sabe

31
que algún miembro de la familia ha tenido esta enfermedad anteriormente, o que
en tiene una IDCG en el presente, estas vacunas no deben administrarse a los
bebés de la familia hasta que se haya descartado que padecen la enfermedad.
Las infecciones fúngicas (hongos) pueden resultar muy difíciles de tratar. Por
ejemplo, las infecciones orales de cándida (el muguet) son comunes en la
mayoría de los bebés, pero desaparecen por lo general de forma espontánea o
con medicamentos orales simples. En cambio, en los niños con IDCG el muguet
persiste a pesar de los medicamentos; puede mejorar, pero no desaparece
completamente o vuelve tan pronto como se interrumpe la medicación. La zona
del pañal también puede verse afectada. De vez en cuando, se puede desarrollar
neumonía por cándida, abscesos, infecciones esofágicas e incluso meningitis en
los niños con IDCG. La diarrea persistente y el consiguiente retraso en el
desarrollo es también un problema común en los niños enfermos de IDCG. El
trastorno puede llevar a una pérdida de peso importante y desnutrición. La
diarrea puede ser causada por los mismos parásitos, bacterias o virus que
afectan a los niños normales. Sin embargo, en el caso de la IDCG es muy difícil
eliminar los microorganismos una vez que se han establecido. La piel puede
verse afectada en los niños con IDCG. La piel puede sufrir infecciones crónicas
por el mismo hongo (cándida) que infecta la boca y causa el muguet. Los bebés
con IDCG también pueden presentar una erupción cutánea que se diagnostica
erróneamente como eccema, pero que en realidad está provocada por una
reacción de las células T de la madre (que entran en el sistema circulatorio del
bebé enfermo con IDCG antes del nacimiento) contra los tejidos del bebé. Esta
patología recibe el nombre de reacción de injerto contra huésped (GVHD, por
sus siglas en inglés). (McGhee, 2005)
DIAGNÓSTICO

Por lo general se sospecha un posible diagnóstico de IDCG en niños que


presentan los síntomas antes mencionados. Sin embargo, en algunos casos en
que ha habido anteriormente un niño con IDCG en la familia, este historial
positivo puede indicar el diagnóstico en un nuevo niño incluso antes de que
desarrolle cualquier síntoma. Una de las maneras más fáciles de diagnosticar
esta enfermedad es a través del recuento de linfocitos en la sangre periférica del
bebé (o en el cordón umbilical). Esto se hace con dos pruebas: el recuento
sanguíneo total y el recuento manual diferencial (el porcentaje de los distintos
tipos de glóbulos blancos en la sangre), a partir de los cuales el médico puede
calcular el recuento absoluto de linfocitos (o número total de linfocitos en la
sangre). Normalmente hay más de 4.000 linfocitos (por milímetro cúbico) en la
sangre de un niño normal durante el primer año de vida, de los cuales el 70%
son células T. Como los niños con IDCG carecen de células T, por lo general
tienen un número bastante inferior de linfocitos. El valor medio para todos los
tipos de IDCG es de 1.500 linfocitos (por milímetro cúbico). Si se descubre un
bajo recuento de linfocitos, el resultado debe confirmarse repitiendo una vez más
la prueba. Si el recuento sigue siendo bajo, se debe realizar rápidamente la

32
prueba que detecta el número de células T y mide sus funciones, a fi n de
confirmar o descartar el diagnóstico. Los distintos tipos de linfocitos pueden
identificarse con anticuerpos especiales y después contarse. De esta manera se
puede contar el número total de linfocitos T, de linfocitos T colaboradores, de
linfocitos T citotóxicos, de linfocitos B y de linfocitos NK. Como existen otras
enfermedades que pueden dar un recuento de los distintos tipos de linfocitos
inferior a lo normal, las pruebas más importantes son las que analizan las
funciones de las células T. La prueba más definitiva para examinar la función de
los linfocitos T consiste en colocar los linfocitos de la sangre del niño en tubos
de cultivo, tratarlos con diversos estimulantes y dejarlos incubar durante varios
días. Los linfocitos T normales reaccionan a los estimulantes desencadenando
la división celular. En cambio, los linfocitos de pacientes con IDCG generalmente
no responden a estos estímulos. Normalmente los niveles de inmunoglobulinas
son muy bajos en los enfermos de IDCG. En la mayoría de las ocasiones (pero
no siempre), todas las clases de inmunoglobulinas presentan niveles
disminuidos (IgG, IgA, IgM e IgE). Como la IgG de la madre pasa a la sangre del
feto a través de la placenta, estará presente en el bebé y el niño en niveles
prácticamente normales. Por lo tanto, es posible que la deficiencia de
inmunoglobulina no se reconozca durante varios meses, hasta que termine de
metabolizarse la IgG materna. El diagnóstico de IDCG también puede efectuarse
“in útero” (antes del nacimiento del bebé), si en la familia ha habido anteriormente
un niño afectado y si el defecto molecular ha sido identificado. Si se ha realizado
el análisis de las mutaciones en el niño anterior afectado, se puede determinar
un diagnóstico en el embrión o en el feto. Esto puede realizarse mediante el
análisis molecular de células procedentes de la muestra de vellosidades
coriónicas (CVS, por sus siglas en inglés) o por amniocentesis, que consiste en
extraer una pequeña cantidad del líquido de la cavidad del útero (que contiene
células fetales). Aún en el caso de que la anormalidad molecular no haya sido
caracterizada completamente en la familia, hay pruebas que pueden descartar
ciertos defectos. Por ejemplo, la deficiencia de adenosina deaminasa puede ser
descartada o confirmada mediante el análisis de enzimas en las mencionadas
vellosidades coriónicas (CVS) o células amnióticas. Si hay documentación de
que la forma de IDCG se hereda como un rasgo recesivo ligado al cromosoma
X y el concepto es de sexo femenino, la niña no se verá afectada, aunque puede
ser portadora. En la mayoría de los casos, a menos que la interrupción del
embarazo se considere como alternativa si el feto se ve afectado, el mejor
diagnóstico es el que se realiza tras el nacimiento con linfocitos del cordón
umbilical, pues existen riesgos para el feto si se utilizan los procedimientos antes
descritos, o si se le extrae sangre para estudiar los linfocitos mientras se
encuentra en el útero.

El diagnóstico precoz, antes de que el bebé haya tenido tiempo de desarrollar


alguna infección, es sumamente valioso, pues los trasplantes de médula ósea
compatibles realizados durante los tres primeros meses de vida tienen éxito en

33
un 96% de los casos. De hecho, el chequeo médico de todos los bebés para
detectar el IDCG poco después del nacimiento es técnicamente posible gracias
a los últimos avances científicos. (Chan, 2005)
HERENCIA

Todos los tipos de IDCG se deben probablemente a defectos genéticos. Estos


defectos pueden ser heredados de los padres o deberse a nuevas mutaciones
que aparecen en el niño afectado. Tal como se ha señalado, el defecto puede
ser heredado bien como un defecto ligado al cromosoma X (ligado al sexo), lo
que supone que el gen es heredado de la madre, o como uno de diversos tipos
de defectos autosómicos recesivos, en cuyo caso ambos padres son portadores
de un gen defectuoso. Los padres deben obtener asesoramiento genético para
tener conciencia de los riesgos que suponen los futuros embarazos. (Roifman,
2012)

8. MECANISMO
MECANISMOS DE LA INMUNODEFICIENCIA

Entre las células susceptibles de ser infectadas por el VIH se encuentran los
linfocitos T CD4+, T CD8+, monocitos, macrófagos, microglía y células de
Langerhans. El principal receptor celular del VIH es la proteína CD4.

RESPUESTA INMUNE Y MECANISMOS INMUNODEPRESIÓN

La infección por el VIH genera una respuesta inmune importante que a su vez
acelera la propia destrucción de linfocitos. Además del efecto citopático directo
producido por el VIH, existen una serie de mecanismos indirectos de destrucción
de CD4+ debidos a la propia respuesta inmunitaria del paciente y al efecto tóxico

34
de proteínas que alteran las vías de transducción linfocitaria y llevan a la muerte
celular. Tras la entrada del VIH se genera una respuesta inmunitaria enérgica de
tipo humoral y celular:
– Respuesta humoral:

 Específica: se generan anticuerpos contra la mayoría de las proteínas


virales (anticuerpos frente a proteínas estructurales y reguladoras,
anticuerpos neutralizantes: gp120, gp41 y anticuerpos facilitadores). No
es muy eficaz e incluso puede facilitar la parasitación de células que
poseen receptores para la fracción Fc de las inmunoglobulinas, como
macrófagos y linfocitos.
 Inespecífica: sistema de complemento e interferones. El VIH es capaz de
activar el complemento, pero además de no dañarlo, el complemento
participa en la progresión y extensión de la infección.

– Respuesta celular:

 Específica: respuesta citotóxica CD8 (CTL). Probablemente la respuesta


más eficaz frente al VIH. Además de una respuesta citotóxica muy
intensa, los CD8 liberan unos factores solubles que inhiben la replicación
viral.
 - Inespecífica: citotoxicidad celular dependiente de anticuerpos, actividad
citotóxica NK (natural killer) y factores solubles (citocinas y quimiocinas).
No obstante, esta respuesta no es capaz de eliminar completamente la
replicación del virus. Los mecanismos por los que el VIH es capaz de
evadir la respuesta del sistema inmune son múltiples:
 Variabilidad genética: la alta tasa de mutabilidad, debido a los errores de
la transcriptasa inversa viral (tasa de error de 10-3 - 10-4), junto con la
alta cinética de replicación (109 a 1010 viriones/ día), produce mutantes
de escape, de forma que el VIH se encuentra en el organismo como un
conjunto de poblaciones genéticamente distintas, denominadas
“cuasiespecies”. La posibilidad de recombinación también contribuye a la
variabilidad genética, cuando las moléculas de ARN proceden de distintos
virus, puede generarse un virus con genoma híbrido (cepas
recombinantes).
 Enmascaramiento de epítopos de neutralización: son mecanismos que
protegen a la célula infectada frente a los CTL por internalización de los
complejos de histocompatibilidad clase I, necesarios en el reconocimiento
de la célula infectada por CTL.
 Latencia y reactivación: una célula infectada de forma latente no puede
ser reconocida por los CTL, escapa del sistema inmune y cuando se
produce la reactivación, la generación de nuevos viriones es más rápida
que la destrucción por el sistema inmune.

35
 Infección de reservorios: la persistencia de un reservorio de VIH
(probablemente las células del SNC, sistema reproductor y órganos
linfoides) es el principal obstáculo para la supresión efectiva de la
replicación viral debido a la baja biodisponibilidad de los fármacos y la
escasa accesibilidad de los anticuerpos a estos reservorios.+

 Mecanismos Inmunológicos
 El síndrome de inmunodeficiencia es un cuadro en el cual se presenta un
déficit de la inmunidad humoral, celular o de ambas, y que se caracteriza
por una susceptibilidad aumentada a las infecciones, y en algunos casos
a enfermedades autoinmunes, e incluso uno de ellos, la deficiencia
aislada de Ig A, alcanza una incidencia cercana a 1 por cada 600
individuos. El defecto en la inmunidad humoral suele provocar infecciones
crónicas o recurrentes del púlmon, meningitis y bacteriemias, usualmente
por bacterias piógenas (H. Influenzae, S. Pneumoniae, etc.). La
deficiencia en la inmunidad celular predispone a infecciones víricas
diseminadas (principalmente por virus latentes como el herpes simple o el
citomegalovirus), candidiasis y otras micosis sistémicas, y en especial a
la neumonía por pneumocystis carinii. Finalmente, aquellos pacientes con
déficit tanto humoral como celular, están expuestos a todas las
infecciones, incluso por aquellos organismos que no se consideran
patógenos. El tratamiento de estos síndromes es extraordinariamente
difícil, en constante evolución y dilatada polémica.
Los individuos sanos se encuentran protegidos contra los
microorganismos por medio de diferentes mecanismos. Algunos de estos
mecanismos de protección incluyen la inmunidad innata (también llamada
natural o nativa). Las características de la inmunidad innata se limitan a la
capacidad para discriminar un microorganismo de otro y a
su naturaleza moderadamente estereotípica, siendo su función muy
parecida frente a la mayoría de los agentes infecciosos. Los elementos
esenciales de la inmunidad innata son: 1) barrearas físicas y químicas,
como epitelios y sustancias antimicrobianas producidas en la superficie
epitelial; 2) proteínas sanguíneas, entre las que se incluyen miembros
del sistema de complemento y otros mediadores de la inflamación; y
3) células fagocíticas (neutrófilos, macrófagos) y otros leucocitos, como
las células NK. La inmunidad innata representa la primera línea de
defensa contra los microorganismos. La patogenicidad de los
microorganismos está relacionada en parte con su capacidad para resistir
a los mecanismos de la inmunidad innata.
A diferencia de la inmunidad innata, existen mecanismos de defensa
mucho más evolucionado que son estimulados tras la exposición a
agentes infecciosos, y cuya intensidad y capacidad defensiva aumentan
después de la ulterior exposición a un determinado microorganismo.
Puesto que esta forma de inmunidad se desarrolla como una respuesta a

36
la infección, se le denomina inmunidad adaptativa. Las características de
la inmunidad adaptativas son: especificidad exquisita para moléculas
diferentes; especialización, que las capacita para responder de forma
singular a distintos tipos de microorganismos; y su capacidad para
"recordar" y responder con más fuerza tras exposiciones repetidas al
mismo microorganismo. Debido a esta capacidad para discriminar entre
diferentes microorganismos, la inmunidad adaptativa se denomina
también inmunidad específica. Los componentes de esta se hallan
presentes antes de la exposición a los microorganismos, frente a los
cuales son muy respondedores y rápidamente estimulados por ellos. Los
componentes de la inmunidad específica son los linfocitos y
sus productos, entre ellos los anticuerpos. Las sustancias extrañas que
inducen respuestas inmunitarias específicas o son dianas de tales
respuestas se denominan antígenos. Convencionalmente
la inmunología es el estudio de la inmunidad específica y la "respuesta
inmunitaria" hace relación a las respuestas que son específicas a distintos
antígenos, que pueden ser antígenos microbianos o sustancias no
infecciosas.

37
CONCLUSIONES

 La principal consecuencia de la inmunodeficiencia es una mayor


propensión a la infección. Los pacientes con inmunodeficiencias también
son proclives a ciertos tipos de cáncer. Muchos de estos canceres
parecen causados por virus encógenos, como el virus de Epstein-Barr y
el del papiloma humano. Se observa más a menudo una mayor
incidencia de cáncer en la inmunodeficiencias por linfocitos T, porque,
estos desempeñan una función importante en la vigilancia contra los
tumores encógenos.Ciertas inmunodeficiencias se asocian,
paradójicamente, a una mayor incidencia de autoinmunidad. La
inmunodeficiencia puede deberse a defectos en el desarrollo o la
activación del linfocito o a defectos en los mecanismos efectores de las
inmunidades innata o adaptativa. las enfermedades por
inmunodeficiencia tienen manifestaciones clínicas anatopatològicas
heterogéneas, en parte debido a que deferentes enfermedades afectan
a diferentes componentes del sistema inmunitario.
 Los principales patógenos de interés en las deficiencias de LT son
patógenos intracelulares, incluyendo el virus Herpes simplex,
Mycobacterium y Listeria.
Además, las infecciones por hongos también son más comunes y graves
en deficiencias de LT.
Las causas de deficiencia de células T incluyen linfopenia de las células
T y/o defectos en la función de las células T individuales.
Una insuficiencia completa de la función de células T puede ser resultado
de condiciones hereditarias tales como la inmunodeficiencia combinada
grave (SCID), síndrome de Omenn, e hipoplasia cartílago cabello.
 Las inmunodeficiencias humorales, a su vez, se subclasifican en tres tipos
principales: la agammaglobulinemia (caracterizada por la disminución
drástica de todos los isotipos de inmunoglobulinas), la inmunodeficiencia
común variable (en la que existe una reducción de las concentraciones de
dos de los tres isotipos de inmunoglobulinas que se encuentran en suero:
IgM, IgG e IgA) y el síndrome de hiper-IgM, en el que sólo hay producción
de IgM y la producción de IgG e IgA está disminuida; (Durandy A) existe,
además, una serie de defectos humorales cuyas causas en la mayoría de
los pacientes aún se desconocen, como la deficiencia de IgA, la
hipogammaglobulinemia transitoria de la infancia, la deficiencia de
subclases de IgG y la deficiencia específica de anticuerpos. El
descubrimiento de estas enfermedades está estrechamente asociado con
el descubrimiento del linfocito B; los aspectos históricos que ligan estas
enfermedades con la función y la diferenciación del linfocito B.

38
 El diagnóstico precoz de las IDP es fundamental para poder instaurar un
tratamiento eficaz que evite la aparición de daño irreversible en diferentes
órganos, responsable de la morbilidad y mortalidad de los pacientes
afectados. El tipo de infecciones que se manifiestan pueden ser la clave
para determinar que tipo de IDP presenta el paciente. Las IDPs pueden
también ser la causa de que el organismo se ataque a si mismo – se llama
“autoinmunidad” - y pueden dar distintos síntomas, incluido el dolor y
edema de las articulaciones (artritis), rash cutáneo, disminución del
número de los hematíes (anemia), etc... Las IDPs mas graves presentan
manifestaciones en los primeros días de vida; por ejemplo, el Síndrome
de DiGeorge completo presenta malformaciones faciales, lesiones
cardiacas y problemas neurológicos desde el nacimiento. La historia
familiar de otros casos de IDPs o síntomas sugestivos de IDPs, junto con
unos estudios hematológicos básicos, pueden proporcionar una
información muy útil. Según los primeros datos obtenidos, se deben
realizar estudios posteriores de la respuesta inmunitaria.
 Las principales deficiencias inmunológicas primarias son:
AGAMMAGLOBULINEMIA LIGADA AL X: La Agammaglobulinemia
ligada al X (XLA) fue descubierta por primera vez en 1952 por el Dr.
Ogden Bruton. Esta enfermedad, algunas veces llamada
Agammaglobulinemia de Bruton o Agammaglobulinemia Congénita, fue
una de las primeras enfermedades de inmunodeficiencia en ser
identificada.El defecto básico en la Agammaglobulinemia ligada al X Los
pacientes afectados presentan incapacidad para que unas células del
sistema inmune llamadas linfocitos B precursores, pasen a convertirse en
linfocitos B y células plasmáticas.
DEFICIENCIA SELECTIVA DE IgA: La Deficiencia Selectiva de IgA es la
deficiencia severa o ausencia total de la clase IgA de inmunoglobulinas
en el suero sanguíneo y secreciones. Existen cinco tipos (clases) de
inmunoglobulinas o anticuerpos en la sangre: IgG, IgA, IgM, IgD e IgE. La
clase de inmunoglobulina presente en mayor cantidad en la sangre es el
IgG, seguido por IgM e IgA. Las IgD e IgE se encuentran presentes en
muy pequeñas cantidades en la sangre.
ATAXIA – TELANGIECTASIA: La Ataxia – Telangiectasia es una
enfermedad de Inmunodeficiencia primaria que afecta a una variedad de
órganos en el cuerpo. Los pacientes con Ataxia – Telangiectasia tienen
una marcha inestable (Ataxia), vasos sanguíneos dilatados
(Telangiectasia), y una Inmunodeficiencia variable que involucra tanto a
los linfocitos B como a los linfocitos T.
 Las inmunodeficiencias secundarioas suelen aparecer a una edad más
avanzada y, por lo general, son consecuencia de la administración de
ciertos medicamentos o de otro trastorno, como la diabetes o el virus de la
inmunodeficiencia humana (VIH). Son más frecuentes que las primarias.
El VIH-SIDA: El síndrome de inmunodeficiencia adquirida (conocido por

39
sus siglas SIDA, o AIDS en inglés), es causado por el virus de la
inmunodeficiencia humana (VIH, o HIV por sus siglas en inglés). El SIDA
(referido en este documento de ahora en adelante como “sida”) es la etapa
más avanzada de la infección con el VIH, el virus que causa que una
persona desarrolle sida eventualmente.Con el transcurso del tiempo, el
virus ataca y destruye el sistema inmunológico del cuerpo (el sistema
responsable de proteger al cuerpo contra las enfermedades; también
referido como sistema inmunitario). Una persona que no tenga un sistema
inmunológico completamente funcional corre el riesgo de contraer una
variedad de infecciones que no afectan con frecuencia a las personas
sanas. A estas infecciones se les denomina infecciones oportunistas.
 La Inmunodeficiencia Combinada Grave es una inmunodeficiencia
primaria poco común, en la que hay una ausencia combinada de las
funciones de los linfocitos B y los linfocitos T. Existen diversos defectos
genéticos que pueden causar esta enfermedad. Estos defectos dan lugar
a una propensión extrema a padecer infecciones muy graves. Por lo
general, esta afección se considera la más grave de las enfermedades de
inmunodeficiencia primarias. Afortunadamente existen tratamientos
eficaces, como el trasplante de médula ósea, que pueden curar el trastorno
y el futuro permite concebir la esperanza de la terapia génica.
 El mecanismo de la infección por el VIH genera una respuesta inmune
importante que a su vez acelera la propia destrucción de linfocitos.
Además del efecto citopático directo producido por el VIH, existen una
serie de mecanismos indirectos de destrucción de CD4+ debidos a la
propia respuesta inmunitaria del paciente y al efecto tóxico de proteínas
que alteran las vías de transducción linfocitaria y llevan a la muerte celular.
Tras la entrada del VIH se genera una respuesta inmunitaria enérgica de
tipo humoral y celular: Respuesta humoral y celular

40
BIBLIOGRAFIA

Bibliografía
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