Está en la página 1de 4

Artículo 9.

- Legitimación especial

9.1 Las pretensiones derivadas de la afectación al derecho a la no discriminación en el acceso

al empleo o del quebrantamiento de las prohibiciones de trabajo forzoso e infantil pueden ser

formuladas por los afectados directos, una organización sindical, una asociación o institución

sin fines de lucro dedicada a la protección de derechos fundamentales con solvencia para

afrontar la defensa a criterio del juez, la Defensoría del Pueblo o el Ministerio Público.

9.2 Cuando se afecten los derechos de libertad sindical, negociación colectiva, huelga, a la

seguridad y salud en el trabajo y, en general, cuando se afecte un derecho que corresponda a

un grupo o categoría de prestadores de servicios, pueden ser demandantes el sindicato, los

representantes de los trabajadores, o cualquier trabajador o prestador de servicios del

ámbito.

1. (…) Concepto de Legitimación Procesal

En términos sencillos, podría decirse que la legitimación procesal o legitimidad para obrar,

es un presupuesto procesal que tiene por objetivo evitar que en el proceso participen

sujetos que no tienen relación alguna con lo que se está discutiendo. Decimos que se trata

de un presupuesto procesal en tantos nos encontramos frente a uno de los "requisitos

necesarios para que pueda constituirse un proceso válido, o una relación procesa/válida'"';

en consecuencia, si alguna de las partes del proceso no cuenta con legitimación procesal

(ya sea activa o pasiva, según el caso) , el juez se encontrará impedido de emitir un

pronunciamiento sobre el fondo que ponga fin a la controversia, pudiendo afirmarse que

su existencia es tan importante que "aun cuando las partes no denuncien su ausencia, el

propio juez puede notar su falta y entonces el proceso no puede continuar" . Sobre el

particular, MONTERO AROCA ha señalado que "la legitimación es un presupuesto o


impedimento procesal en cuanto que: 1. o Su existencia o inexistencia viene determinada

por una norma procesal, pues esta naturaleza tiene la norma que atribuye la legitimación

ordinaria, la que priva de la misma y la que concede la legitimación extraordinaria en

cualquiera de sus manifestaciones. 2. o Su existencia o inexistencia no atiende a

determinar el fondo de la sentencia sino, simplemente, a que ésta pueda dictarse, por

cuanto la concesión o no por la ley de legitimación no sirve para atribuir derechos

subjetivos y obligaciones materiales, sino que simplemente coloca o no a una persona en

la posición habilitante para impetrar la actuación jurisdiccional de la ley en el caso

concreto"'.

Esto último es de suma importancia, pues como bien menciona el citado autor, "el

problema básico que ha presentado la legitimación hasta ahora es el de su confusión con

la cuestión de fondo que se discute en el proceso"

No son pocos, pues, los que en la actualidad siguen sosteniendo -erróneamente- que la

legitimidad para obrar es la relación lógico-jurídica que existe entre los sujetos de la

relación material y los sujetos de la relación procesal.

Corresponde, pues, recalcar que "es necesario distinguir entre titularidad activa o pasiva

de la relación jurídico

… En tal sentido, el objeto de estas breves líneas es abordar un aspecto específico de la NLPT

relativo a la legitimación procesal de las organizaciones sindicales, en la medida que se

encuentra directamente relacionado a la protección de derechos fundamentales laborales

como son el principio de igualdad y el mandato de no discriminación, la libertad de trabajo y

la integridad moral, física y psíquica de los menores de edad.

Las organizaciones sindicales tendrán legitimación procesal para actuar en cualquier caso de

discriminación en el empleo, trabajo forzoso o trabajo infantil en el que se afecte a una


persona, sea que se trate de uno de sus dirigentes o afiliados, algún trabajador no afiliado del

ámbito de actuación negocial, o, incluso, cuando el sindicato haya tomado conocimiento de

cualquier víctima fuera de su ámbito de actuación a la que se le haya afectado alguno de estos

derechos fundamentales laborales.

En nuestra opinión, debe prevalecer la segunda de las interpretaciones antes reseñadas por

las siguientes razones: (i) el “bloque de constitucionalidad” como criterio de interpretación

jurídica; (ii) la política estatal dirigida a la prevención y erradicación de este tipo de

vulneraciones a los derechos fundamentales; y, (iii) la tendencia a un modelo democrático de

relaciones colectivas de trabajo.

En cuanto al primer motivo, es pertinente recordar que la Cuarta Disposición Final y

Transitoria de la Constitución establece que las normas relativas a los derechos y a las

libertades que la Constitución reconoce -como ciertamente es el caso del derecho a la igualdad

y no discriminación (numeral 2 del artículo 2), la libertad de trabajo (numeral 15 del artículo

2) y la protección de los menores que trabajan (artículo 23) se interpretan de conformidad

con la Declaración Universal de Derechos Humanos y con los tratados y acuerdos

internacionales sobre las mismas materias ratificados por el Estado peruano.

En ese sentido, es preciso indicar que el Estado peruano ha ratificado, entre otros

instrumentos internacionales igualmente aplicables, el Convenio OIT núm. 111 sobre la

discriminación (empleo y ocupación), el Convenio OIT núm. 29 sobre el trabajo forzoso y el

Convenio OIT núm. 138 sobre la edad mínima; los que, en sus respectivos campos y en

términos generales, impulsan decididamente la protección adecuada y eficaz de estos

derechos fundamentales, no solo desde la política estatal sino también desde los propios

actores sociales: empleadores y organizaciones sindicales..


En segundo término, y en línea con lo anterior, debe resaltarse que desde el año 2012 el

Estado peruano ha aprobado e implementado un conjunto de políticas públicas que tiene

como objetivo la promoción y protección de la igualdad de oportunidades de distintos grupos

vulnerables en el mercado de trabajo (vr.gr.: Plan Nacional de Igualdad de Género 2012-

2017), así como la prevención y erradicación del trabajo infantil y el trabajo forzoso

(Estrategia Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil 2012-202 y Plan

Nacional para la Lucha contra el Trabajo Forzoso, respectivamente). En el marco de dichas

políticas, y en la misma lógica de los objetivos que éstas persiguen, consideramos válido

entender que las organizaciones sindicales deban ser consideradas sujetos activos y

legitimados para la defensa procesal de estos derechos fundamentales.1

Artículo 10.- Defensa pública a cargo del Ministerio de Justicia

La madre gestante, el menor de edad y la persona con discapacidad que trabajan tienen

derecho a la defensa pública, regulada por la ley de la materia.

1
VILLAVICENCIO, Alfredo. El modelo de relaciones colectivas peruano: del intervencionista y restrictivo al
promocional.

También podría gustarte