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MAESTRÍA EN DERECHO LABORAL Y SEGURIDAD SOCIAL

MODULO XII: POLÍTICAS Y ESTRATEGIAS DE LA SEGURIDAD SOCIAL


EN BOLIVIA

Docente: M.Sc. FIDEL TORDOYA RIVAS

Maestrante: Lic. FREDDY HERMAN AYALA ROSPILLOSO

““Análisis de la legislación boliviana, en relación al Art.539 del Reglamento del


Código de Seguridad Social y normas conexas, por su sentido burocrático y la
necesidad de modificación para garantizar la continuidad de medios de
subsistencia entre el salario y la renta de jubilación”

Enero, 2021
SUCRE – BOLIVIA
EL OBSTÁCULO BUROCRÁTICO DEL ARTÍCULO 539 DEL REGLAMENTO
DEL CÓDIGO DE SEGURIDAD SOCIAL Y NORMAS CONEXAS, COMO
IMPEDIMENTO DE LA CONTINUIDAD DE LOS MEDIOS DE SUBSISTENCIA
ENTRE LA PERCEPCIÓN DEL SALARIO Y LA RENTA DE VEJEZ,

 Cómo afecta La burocracia, en la realización de trámites, donde se debería


exigir requisitos mínimos y así evitar situaciones injustas para las personas que
merecen ser afiliadas de manera inmediata a las pensiones de vejez. 

Una simple percepción en nuestra realidad boliviana, vemos que la seguridad


social Pues muchas casos demora la atención a sus habitantes en distintas
áreas por ejemplo salud vemos largas filas para poder afiliarse y
posteriormente ser atendidas en hospitales de segundo y tercer nivel, pero
básicamente pero nuestro análisis se centrará básicamente en una población
muy vulnerable como ser los adultos mayores que durante su vida activa han
aportado para obtener una jubilación digna que les garantice la supervivencia
Durante los últimos años de su vida, para lo cual detectamos algunos
obstáculos que impiden que estas personas en muchos casos pierdan
beneficios por la caducidad que la normativa indica. tal vez si al principio 

I. INTRODUCCIÓN.

El derecho a la seguridad social es obligatoria, así establece el primer artículo


del Código de Seguridad Social (CSS), que dispone que el Estado está en la
obligación de cuidar del capital humano del país, de proporcionarle los medios
de subsistencia, así como proporcionarles los medios económicos para el
mejoramiento del grupo familiar.
En ese sentido, todo trabajador debe ser asegurado desde el primer día de
trabajo, conforme dispone el conjunto de normas de prevención y de auxilio de
nuestro CSS; donde los trabajadores que durante su vida activa contribuyeron
al sostenimiento del Estado con su fuerza productiva material e intelectual, al
haber cumplido un determinado número de cotizaciones y años de servicio
previstos por Ley pasan al sector pasivo, llegando a recibir una renta de
jubilación para que pueda desarrollarse en la vida de manera digna, sin
embargo, en ocasiones, se obstaculiza el ejercicio pleno de este derecho, por
las exigencias de trámites y requisitos burocráticos para acceder al mismo, lo
que puede ocasionar daños irreparables en este sector, por la demora que
pueda ocurrir mientras se subsane aquello.

II. DESARROLLO.

El Art. 45 de la Constitución Política del Estado (CPE) establece que todas las
bolivianas y los bolivianos tienen derecho a acceder a la seguridad social, bajo
los principios de universalidad, integralidad, equidad, solidaridad, unidad de
gestión, economía, oportunidad, interculturalidad y eficacia; cuya dirección y
administración corresponde al Estado, con el control y participación social, es
así que el derecho fundamental de la seguridad social tiene cualidades que son
propias y que se distingue de otras materias por el enfoque protector que le
otorga a la persona a quien debe otorgársele todas las medios y oportunidades
para que se desarrolle de manera digna, con respeto del conjunto de la
sociedad y por el Estado, en ese sentido, la Seguridad Social como derecho
fundamental nos brinda características propias como el ser un derecho
inherente a todo ser humano, donde se reconoce la dignidad de la persona y
por ese hecho goza de derechos fundamentales que nadie debe suprimir,
debiendo ser respetado y garantizado; es un derecho fundamental, que busca
el desarrollo pleno del ser humano, es jurídicamente exigible a través de
medios previstos por el derecho, aun frente a las autoridades, es un derecho de
naturaleza prestacional, por el cual, en caso de contingencias, la seguridad
social debe otorgar prestaciones en dinero o en especie y así lograr satisfacer
una serie de necesidades consideradas ineludibles para tener una vida digna,
es decir, la prestación debe ser integral para que pueda solucionar varias
necesidades que puedan presentarse, es un derecho exigible frente al Estado,
donde éste queda obligado a satisfacer las necesidades inherentes a la
persona, es un derecho universal, porque alcanza a todas las personas, con
igualdad y sin discriminación, no haciendo distinción por su origen racial,
religioso, etario, o grupo social, por tal motivo, el Estado debe garantizar la
prestación de manera oportuna, eficaz e inmediata, abarcando a todas las
personas desde el nacimiento hasta la muerte.

Ahora bien, existen principios rectores de los Derechos Humanos, como el de


la progresividad, a partir del cual no pueden desconocerse los logros y el
desarrollo alcanzado en materia de derechos humanos en cuanto a la
ampliación de su número, desarrollo de su contenido y el fortalecimiento de los
mecanismos jurisdiccionales para su protección (Sánchez Carbonell, 2014),
razonamiento expresado en la SCP 2491/2012. En ese ámbito, deben
considerarse los progresos alcanzados respecto a los mismos tanto en el
ámbito nacional como internacional, buscando el progreso constante del
derecho internacional de derechos humanos que se inserta en nuestro sistema
jurídico a través del bloque de constitucionalidad.

Este principio conlleva a su vez la garantía de prohibición de regresividad de


los derechos; por medidas regresivas se entiende “todas aquellas disposiciones
y políticas cuya aplicación signifique un retroceso en el ejercicio de un derecho
protegido.

Asimismo, tenemos la cláusula democrática de los derechos, instituida en el


art. 13, II) de la CPE, es otro principio rector acorde con las llamadas
constituciones democráticas, que consideran que los derechos fundamentales
no son concesiones estatales; por el contrario, de acuerdo con dicha cláusula,
los derechos significan un momento histórico de derechos; es decir, que en el
momento que se redacta la Constitución “existen estos derechos”; pero ello, no
supone que si durante el proceso en vigor de la Constitución aparecen otro
derechos, aunque no estén reconocidos no puedan exigirse su directa
aplicabilidad y justiciabilidad, es decir, su no expresión en la Constitución, no
significa negación de ellos. Esta cláusula democrática de derechos, conocida
también como la cláusula abierta de los derechos permite pensar en derechos
en devenir, es decir, en derechos que vendrán (Rojas Tudela, 2018).
Ahora bien, en relación a los criterios de interpretación tenemos al criterio de
eficacia, cuya interpretación se funda en el principio de efectividad instituido
por el sistema interamericano como pauta interpretativa, es decir, asegurar una
protección efectiva que tome en cuenta sus particularidades propias, sus
características económicas y sociales, así como su situación de especial
vulnerabilidad, su derecho consuetudinario, valores, usos y costumbres (Attard
Bellido, 2015). Es el art. 14, III) de la CPE que incorpora este criterio rector
cuando establece que “El Estado garantiza a todas las personas y
colectividades, sin discriminación alguna, el libre y eficaz ejercicio de los
derechos establecidos en esta Constitución, las leyes y los tratados
internacionales en derechos humanos”. Attard Bellido remarca que a partir del
principio de eficacia toda interpretación a ser desarrollada por las autoridades
judiciales o administrativas, debe tener la finalidad de asegurar una real
protección a los derechos de las personas y colectividades.

Coincidiendo con ese criterio, la incorporación del principio de eficacia en la


cláusula de prohibición de discriminación, obliga que para un eficaz ejercicio de
derechos sin discriminación y de acuerdo al principio de igualdad material, la
CPE desarrolla derechos con enfoque en grupos prioritarios, para cumplir con
la obligación internacional de los Estados a garantizar y asegurar la más alta
protección; por ello, su reconocimiento constitucional genera una protección
reforzada, cuya efecto a partir del principio de eficacia, es adoptar medidas,
acciones positivas de ajuste que logren nivelar las relaciones desiguales
donde están los más vulnerables. En materia de Seguridad Social, el principio
de eficacia exige que la administración de los recursos y fondos se realice de
la manera más eficiente posible y las prestaciones sean eficaces y oportunas.

Por su parte, tenemos al principio de Inmediatez, que es una exigencia que


se deriva de la naturaleza de la contingencia. Si la protección, cobertura o
protección no se brinda oportunamente, se está lesionando el bien jurídico de
la Seguridad jurídica.

Con el preámbulo descrito, podemos señalar que las personas adultas mayores
al ser un grupo de especial cuidado, deben recibir todo el apoyo necesario y
efectivo para que puedan alcanzar a tener una vida digna desde el primero
momento de su retiro activa del trabajo, sin embargo podemos advertir que
actualmente se encuentra vigente un óbice legal que impide que después de
culminar su actividad laboral puedan gozar de su jubilación de manera
inmediata, por el hecho de exigírseles el cumplimiento de determinados
requisitos para llegar a obtener la renta de jubilación, que incluso impone la
prescripción de prestaciones económicas mientras no cumplan con tal
cometido.

La CPE en su Art. 67, establece que, “todas las personas adultas mayores
tienen derecho a una vejez digna, con calidad y calidez humana, donde el
Estado proveerá una renta vitalicia de vejez, en el marco del sistema de
seguridad social integral”; por su parte, el numeral 5 del Art. 4 de la Ley Nº 369
(Adulto Mayor), nos habla del principio de Protección que busca erradicar la
marginalidad socioeconómica, “…para garantizar el desarrollo e incorporación
de las personas adultas mayores a la sociedad con dignidad e integridad”, en
esa línea el Art. 7 nos señala el trato preferente en el acceso a servicios donde
las instituciones públicas y privadas brindarán trato preferente a las personas
adultas mayores en el uso eficiente de los tiempos de atención, y el Art. 8
establece que el sistema de seguridad social integral garantizará a las
personas adultas mayores “El acceso oportuno a las prestaciones del Sistema
Integral de Pensiones”.

Ahora bien, de qué forma aún subsisten impedimentos que frenan la realización
efectiva de la continuidad de los medios de subsistencia de los jubilados?, con
lo que, debemos indicar que el art. 16, I) del Decreto Ley 14643, estableció que
“El derecho al goce de la renta de vejez, comenzará a partir de la fecha del
retiro del trabajador de la actividad laboral, de modo que exista continuidad
entre percepción del salario y la renta”. Complementando la anterior
disposición, el art. 74 del Manual de Prestaciones de Rentas en Curso de Pago
y Adquisición de la Unidad de Recaudación, aprobado por RS 10.0.0.087/97,
estipula: “La renta de vejez básica y complementaria se otorgará a partir del
mes siguiente a la fecha de retiro del trabajador de la actividad laboral
asegurada, siguiendo el principio de continuidad entre salario y renta, siempre
que el asegurado hubiese iniciado el trámite correspondiente dentro del año
siguiente al de su retiro. Caso contrario, dicha prestación será otorgada a
partir del mes siguiente al de la presentación por el asegurado de la
solicitud con todos los documentos que la justifiquen”. Como podemos
notar, en este punto, ya se comienza a establecer condiciones para que la
persona haga uso de su derecho a la renta pues se les exige la presentación
de documentos, a lo que surge una pregunta, referida a qué pasaría si esa
persona no llega a presentar las exigencias impuestas, pese a que en los
hechos ha cumplido el mínimo de cotizaciones y los años necesarios para
acceder a la jubilación? Pues no obtendrá los frutos legítimos de su trabajo
sacrificado durante años si no cumple esas exigencias, que en muchos casos
podría incluso no llegar a darse por diferentes situaciones, como por ejemplo
que la persona que iba a ser beneficiaria de esta prestación sufra algún
accidente sumado a ello que no tenga familiar alguno que pueda iniciar a su
nombre el trámite de jubilación, por lo que, prácticamente estaría condenado a
no disfrutar de los merecidos frutos de su trabajo, como se notará, este
extremo podrá parecer exagerada, pero en los hechos claro que si puede
darse.

Continuando, el art. 74 del Manual de Prestaciones de Rentas en Curso de


Pago y Adquisición de la Unidad de Recaudación, fue modificado por
Resolución Ministerial (RM) 1302 de 15 de octubre de 1999, cuya parte final del
nombrado art. 74, encuentra concordancia con el art. 471 del Reglamento al
Código de Seguridad Social (RCSS), que estipula: “La falta de presentación
de cualquiera de los documentos que acrediten el derecho del solicitante,
determinará que se tome como fecha de la solicitud el día de la presentación
del o de los documentos que falten”, además el art. 539 del nombrado RCSS,
dispone: “Las prestaciones en dinero de pago periódico, nacen a partir del
primer día del mes siguiente al de la presentación por el asegurado de la
solicitud con todos los documentos que la justifiquen. Por consiguiente,
caducan todos los pagos a que hubiera tenido derecho el asegurado o los
derechohabientes por todo el tiempo anterior a la fecha de presentación
de dicha solicitud o de resolución de la Comisión de Prestaciones de
acuerdo al párrafo anterior”. A nuestro entender, es precisamente este Art.
539 del RCSS, vulnera derechos consagrados y va en contracorriente de los
principios de progresividad, eficacia e inmediatez, que protegen la continuidad
de los medios de subsistencia, porque si el asegurado omite por algún
impedimento la presentación de esos documentos, entonces los derechos que
llegaría a obtener mientras no realice ese trámite caducarán sin derecho a
reembolso por más que se subsane o se regularice el trámite, yendo en contra
de los principios ya nombrados, así como, el de favorabilidad en materia social
establecido por el art. 123 de la CPE.

De esa forma, surge la necesidad de identificar algunos (precedentes


constitucionales) que por analogía deberían tomarse en cuenta y aplicarse para
evitar los dispuesto por el art. 539 del RCCS y así garantizar y hacer efectivos
los derechos progresivos que van a favor de los Derechos Económicos y
Sociales como los mencionados a continuación:

Es así, que el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) estableció sobre la


íntima vinculación del derecho de la seguridad social con el derecho a la
jubilación y la dignidad de la persona, por el que la CPE en su art. 22 señala:
“La dignidad y la libertad de la persona son inviolables. Respetarlas y
protegerlas es deber primordial del Estado”. En ese entendido la precedencia
sentada por la SC 0667/2006-R de 12 de julio, respecto a la lesión a la dignidad
ha indicado: “primero habrá que establecerse que dicho derecho puede ser
considerado lesionado mediante: “todo acto o disposición que degrade o
envilezca a la persona a un nivel de estima incompatible con su naturaleza
humana, cualquiera sea el lugar o situación en la que se encuentre. Este
componente constante o mínimo del derecho a la dignidad debe ser verificado
teniendo en cuenta la situación concreta…'” Lo que significa que la limitación
de acceso a la seguridad social y por ende al derecho a la jubilación de
manera oportuna, según sea cada caso, degrada a la persona a un nivel
inferior de su naturaleza humana, por cuanto se le impide acceder a la
satisfacción de sus necesidades básicas que le permitan gozar de buena
salud y por consiguiente le garanticen su derecho a una existencia digna.
Así lo ha establecido también la SC 2695/2010-R al señalar: “Dicha excepción
debe ser aplicada a los supuestos en que se alegue lesión al derecho a la
seguridad social y concretamente al derecho a la jubilación, debido a la
vinculación que tienen los mismos con otros derechos fundamentales, como la
vida, la salud física y psicológica y la dignidad, de los cuáles son la base y
fundamento. En ese sentido, debe entenderse que el ejercicio de estos
derechos no puede estar supeditado al agotamiento de medios de impugnación
existentes que, en la mayoría de los casos, no son resueltos con la
inmediatez que los derechos protegidos exige, y por lo mismo, no se
constituyen en medios idóneos e inmediatos para la tutela de derechos que
requieren una rápida protección, pues en la medida en que exista demora en
hacer efectivo el derecho a la jubilación, la persona no podrá desarrollar su
vida dignamente, ante la falta de recursos para afrontar las necesidades
básicas que tiene como ser humano”.

La SCP 0280/2012, expresó: “…el beneficio de jubilación que recibe un adulto


mayor, es un derecho en razón de poder cubrir sus necesidades básicas,
puesto que con su pago se sustenta a sí mismo, y eventualmente a los
familiares que sigan bajo su dependencia, más aun tomando en cuenta que las
personas de la tercera edad, constituyen un grupo de atención prioritaria en
aumento... en este contexto, se reitera que la suspensión de la pensión de
jubilación, implica la privación de su única fuente de recursos que
permite su subsistencia, pero además, este hecho puede afectar no sólo
materialmente sino emocionalmente su calidad de vida y salud…”.

Razones estas, que no lleva a reiterar que el art. 539 del RCSS, va a
contracorriente del reconocimiento de los derechos fundamentales de las
personas adultas mayores, llegando a transgredir a la propia CPE, porque
debemos recordar que la Norma Suprema señala que los derechos sociales
son imprescriptibles y este Art. 539 lo que hace es disponer la prescripción de
las todas las prestaciones (derechos) en dinero de pago periódico al asegurado
o sus derechohabientes, por no haber presentado todos los requisitos exigidos,
lo que nos hace afirmar que van en contra de principios progresivos, pues,
creemos que esos derechos no deberían caducar, por el contrario debería
garantizarse y promoverse el acceso a este derechos para lograr la continuidad
de los medios de subsistencia de este sector, porque la afectación del derecho
a la seguridad social por el no pago de las mesadas pensionales implica
angustia, inseguridad e incertidumbre en cuanto al futuro de una persona
mayor por la posible falta de recursos económicos para su subsistencia, ya que
la privación de un ingreso lleva intrínsecamente la afectación en el avance y
desarrollo de su calidad de vida y de su integridad personal.

Dicho aquello, a nuestro criterio, debería crearse entidades públicas que


centralicen los años de servicio y cotizaciones de cada trabajador para que
llegado el momento de aproximarse a la jubilación se haga notificaciones con la
debida anticipación y se expida certificaciones y documentos de manera pronta
y oportuna para que logren obtener los requisitos para gozar de su renta desde
el primer mes siguiente de su jubilación evitando trámites burocráticos tediosos,
ahora bien, si pese a ello la persona no lograra reunir a tiempo los requisitos,
no sería legítimo que caduquen sus derechos por el tiempo que no obtuvo la
documentación necesaria, lo recomendable sería, si con el transcurrir del
tiempo llegara a subsanar y presentar los requisitos, deberían otorgársele de
manera retroactiva todas las rentas suspendidas por el tiempo que demoró en
reunir y presentar su trámite respectivo, pues, sabemos que en ocasiones el
trabajador no tiene documentos en su poder para realizar el trámite nombrado,
es así, creemos que debería aprovecharse al máximo de los medios
tecnológicos, que permita crear un sistema que de manera cronológica y
centralizada, obtenga de cada trabajador sea en el ámbito privado como
público el detalle de las cotizaciones y los años de servicio real para que
llegado el momento de su jubilación, se evite trámites burocráticos que impidan
a esa persona obtener una vida digna, pero mientras tanto debería facilitarse al
trabajador alternativas para evitar que caduquen sus derechos y beneficios
sociales legítimamente alcanzados, pues, recordemos que el derechos a la
seguridad en inherente a la persona, sin discriminación, debe alcanzar la
efectividad de las prestaciones, siendo un deber del Estado el proporcionar
todos los medios a su alcance para lograr ese cometido.

Otro precedente relacionado es la SCP 0055/2013, que con una interpretación


conforme a la Ley Fundamental, concluyó que: “…las rentas de vejez y
jubilaciones, entre otras, encuentran especial protección normativa, resguardo
reforzado que impide a cualquier instancia a disponer su retención, ni siguiera
en un porcentaje mínimo, siendo la única excepción, la deducción por
asistencia familiar; pues las jubilaciones tienen un fin eminentemente social,
que no cabe poner en tela de juicio”.
Fue el mismo Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que estableció: Cuando el
SENASIR no cuente en su archivo central con planillas o datos que le permita
verificar el real tiempo de servicios de sus asegurados, dificultando con ello su
labor de certificación en base a una real densidad de aportes, tiene el deber de
considerar documentos equivalentes, presentados por el asegurado,
reconocidos por el art. 14 del DS N° 27543. Extracto de la Ratio Decidendi: "…
cursan los documentos del Seguro Social de Salud de Partes de Ingreso y
Retiro correspondientes a la Caja, antecedentes todos que no fueron
considerados por el SENASIR y que el Tribunal de apelación enmendó con
buen criterio, en estricto apego a lo dispuesto en los arts. 13 y 14 del DS. Nº
27543 de 31 de mayo de 2004, toda vez que no se puede aducir la falta de
planillas de pago de los años observados, pues su tenencia es de entera
responsabilidad de las empresas y/o de la administración aseguradora,
además que los asegurados o trabajadores no están obligados a la
tenencia de los citados documentos." Certificación en base a documentos
anotados en el art. 14 del D.S. 27543. PRECEDENTE: AASS Nº 213 de 11 de
agosto de 2017, Nº 340 de 17 de octubre de 2016 y Nº 497 de 21 de julio de
2015) en cuanto al empleo de documentación supletoria a considerar por el
SENASIR para la certificación de aportes reclamados y probados por los
trabajadores, en el entendido que, cuando el SENASIR no cuente en su archivo
central con planillas o datos que le permita verificar el real tiempo de servicios
de sus asegurados, dificultando con ello su labor de certificación en base a una
real densidad de aportes, tiene el deber de considerar a dicho efecto los
finiquitos, certificados de trabajo, boletas de pago, planillas de haberes, partes
de afiliación y baja de las Cajas de Salud respectivas, record de servicios o
calificación de años de servicio, contratos de trabajo, memorándums de
designación y despido u otros documentos equivalentes, presentados por el
asegurado, ello considerando que dicha documentación tiene eficacia
probatoria para acreditar dicho aspecto.

De todo lo expuesto, entendemos que al caducar los derechos de las personas


por no presentar requisitos para obtener su jubilación, tiene efectos negativos,
porque debemos entender que esta renta de jubilación ha sido obtenido de
manera merecida por el aporte y los años de trabajo que realizaron, siendo a
partir de ahora el único soporte económico para vivir con dignidad, y no se
debe superponer otras circunstancias, tampoco se debe dejar toda la carga a
este sector para hacer efectivo este derecho, pues por el contrario se debe
buscar la efectivización de los mismos, en ese entendido, tenemos un
precedente progresivo, en relación con el pago a la personas con invalidez por
la falta de transferencia oportuna de aportes de los trabajadores a las AFPs,
con relación al incumplimiento de transferencias de aportes de los trabajadores
a las AFPs, la SCP 0487/2012 de 6 de julio, indicó lo siguiente: “En un caso
similar al presente, el Tribunal Constitucional, emitió la SC 0980/2005-R de 19
de agosto, en la cual determinó: '...si el empleador, no cumple con la obligación
de cancelar los aportes, o no efectúa oportunamente las transferencias de los
mismos a las AFP's, pese a que fueron deducidos de los salarios del
trabajador, haciendo las retenciones de las cotizaciones de seguridad social,
las consecuencias jurídicas de su incumplimiento no pueden afectar el
derecho fundamental del trabajador o los beneficiarios a la seguridad
social; dado que el beneficio de la pensión, de ninguna forma puede estar
sometido a la diligencia del empleador sino a los aportes efectivamente
descontados, los que de buena fe realizó el trabajador en el
convencimiento de que se efectuaría el pago ante la eventualidad de una
enfermedad, etc.; por lo mismo, la AFP BBVA S.A., ahora recurrida, no puede
eximirse de su responsabilidad en el pago de la pensión de invalidez por riesgo
común a la que tiene derecho el representado de la actora, por el hecho de que
el empleador no cumplió con el deber de hacer oportunamente, de los
descuentos salariales; las transferencias, omisión, que como se tiene señalado,
no fue atribuible ni imputable al representado de la actora; entender lo
contrario, sería superponer los derechos (de contenido patrimonial) de las
AFPs, en desmedro, de los derechos fundamentales de los trabajadores”'.

III Conclusiones.

Del análisis realizado, llegamos a concluir que persisten óbices legales de tipo
burocrático como el nombrado art. 539 del Reglamento del Código de
Seguridad Social que imposibilitan garantizar de manera efectiva la continuidad
de los medios de subsistencia de los trabajadores, que incluso en una especie
de sanción a este sector vulnerable, aplica la caducidad de derechos que
perdura mientras no presenten documentación para obtener el nombrado
acceso a la jubilación, yendo contra el principio de continuidad de los
medios de subsistencia o principio de continuidad entre la percepción del
salario y la renta de vejez de los beneficiarios del sistema de seguridad social,
cuya finalidad, es asegurar que la trabajadora o el trabajador que ha alcanzado
una edad que le impide continuar activa económicamente y cumple con un
número de aportes al sistema de reparto, obtenga la prestación económica
imprescindible (renta de vejez básica y complementaria que le garanticen una
vida digna de manera pronta y oportuna), la que se efectivizará en términos de
fecha de inicio de pago. Entendiendo que la ausencia de recursos económicos
ocasionada por la falta de pago de las mesadas pensionales que se ven
condicionados por trámites burocráticos, genera en una persona mayor
directamente un menoscabo en su dignidad, pues en esta etapa de su vida la
pensión constituye la principal fuente de recursos económicos para solventar
sus necesidades primarias y elementales del ser humano.

Por tanto, mientras no se efectivice esta prestación no se estaría cumpliendo el


derecho de continuidad de medios de subsistencia a favor de los jubilados y
por tanto la seguridad social no alcanzaría su objetivo.
Bibliografía

Attard Bellido, M. E. (2015). Herramientas para la defensa colectiva de


Derechos Humanos. Fundación Construir.

Rojas Tudela, F. (2018). Constitución y Deconstrucción. Vicepresidencia del


Estado Plurinacional, 87.

Sánchez Carbonell, M. (2014). Universidad Nacional Autónoma de México.


Instituto de investigaciones jurídicas. Obtenido de Los derechos fundamentales
y su interpretación:
http://www.miguelcarbonell.com/artman/uploads/1/jbr_los_derechos_fundament
ales_y_su_interpretaci_n.pdf

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