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CUADERNOS DE PSICOBIOLOGIA SOCIAL

I. EL NIVEL CELULAR
DE LA ACTIVIDAD PSÍQUICA

Pedro Ortiz C.

Lima, Perú

2004
CONTENIDO
Introducción

Capítulo 1.1. Estructura de la actividad neuronal


Capítulo 1.2. La actividad genética de la neurona
Capítulo 1.3. La actividad bioquímica de la membrana neuronal
Capítulo 1.4. Estructura del axón
Introducción

Los textos más usados por los estudiantes de Psicobiología (el conjunto integrado
de Neurociencias y Psicología), tienen características comunes que es preciso destacar
y criticar. En primer lugar, en todos ellos se separan los capítulos dedicados al estudio
de las células, la anatomía, la fisiología y la química del sistema nervioso, dejando al
final algunas consideraciones sobre “las funciones superiores” del cerebro o la corteza
cerebral. En segundo lugar, hay una notable tendencia a ampliar ciertos temas, bien
porque así lo ha establecido la tradición, o bien porque hay algún avance importante
respecto de la estructura en estudio. El resultado es la total desintegración de la
actividad nerviosa, en órganos y funciones, sin relación con la actividad psíquica –lo cual
es el más claro rezago del dualismo mente-cerebro–, y lo que es peor, sin una clara
relación con el resto del cuerpo, excepto la visión puramente mecanicista de la
interacción entre el mente y el cuerpo a través de un conjunto de vías aferentes y
eferentes apenas sistematizado.
Esta forma de clasificar y estudiar la temática de una ciencia, en torno a elementos
que pueden objetivarse empíricamente, tal como demanda el más puro positivismo, no
sólo hace imposible toda explicación de la actividad personal (del individuo social) desde
el plano de su actividad consciente, sino que mantiene la concepción zoológica del
hombre y la concepción puramente anatómica y funcional del sistema nervioso.
Tratando de superar estas serías limitaciones al estudio, explicación y, sobre todo, a
la atención, cuidado y formación de las personas, es que en estos Cuadernos, tal como
habíamos dejado establecido en nuestra Introducción (Cuaderno 1), abordaremos el
estudio del sistema nervioso, en tanto soporte de la actividad psíquica de toda
personalidad, empezando por el nivel celular, es decir, del estudio de las células
nerviosas, especialmente de las neuronas. Lógicamente que esta forma de estudiar el
sistema nervioso ya no depende de la visión anatómica del hombre-animal, sino de una
concepción integrada de la personalidad, respecto de la cual es imprescindible una
concepción igualmente integrada de las ciencias del hombre. Por cierto que, dentro de
éstas, lo biológico se convierte en los niveles citológico, histológico y fisiológico, pero en
estrecha relación explicativa con los niveles psicológico y sociológico, donde todas estas
ciencias tienen que explicar los procesos epigenéticos y cinéticos que determinan la
estructura de la actividad personal integral.
Dentro del reino animalia se han ubicado a los animales sin sistema nervioso y a los
animales con sistema nervioso. Dentro de estos últimos, hemos llamado organismos a
los animales que no tienen cerebro, y psiquismos a los que sí lo tienen, aunque de tipo
paleocortical. Desde nuestro particular punto de vista, creemos haber argumentado lo
suficiente acerca del concepto de que el hombre, por su propia formación social, es un
psiquismo social, y que por disponer de un cerebro neocortical escapa del reino
animalia, pues es soporte activo del nivel de organización superior de la sociedad.
No cesaremos de criticar la tradición de estudiar el sistema nervioso humano como
si tuviera una organización anatómica y funcional similar o igual a la de cualquier animal,
inclusive sin tomar en cuenta su actividad psíquica; es decir, como si tuviera única y
exclusivamente una actividad funcional. Esto se debe a que no se toma en cuenta el
hecho evidente de que el sistema nervioso de los vertebrados superiores tiene una
organización psíquica, y menos todavía, que la organización del sistema nervioso
humano tiene una organización psíquica consciente, en último término, social. En el
cuadro 1 se resumen los niveles de organización informacional del sistema nervioso
humano (que reflejan todos los niveles de organización de la personalidad), para
destacar que el estudio de las células nerviosas y de la red tisular de dicho sistema
serán motivo del presente Cuaderno.
En el cuadro 2, se señala la manera como se concibe el sistema nervioso en
abstracto y en términos mecanicistas, sin hacer referencia al hombre sino al sistema
nervioso de los mamíferos. Compárese con el cuadro 3 en que se toma en cuenta la
naturaleza informacional de dicho sistema, y social del sistema nervioso de los hombres.

CUADRO 1

NIVEL INDIVIDUO ESTRUCTURA ACTIVIDAD INFORMACIÓN CODIFICACIÓN

Psíquica En redes
V. Persona Neocortical Consciente
Consciente neocorticales
Psiquismo Psíquica En redes
IV. Alocortical Inconsciente
humano Inconsciente alocorticales

En núcleos
Subcortical,
III. Organismo Funcional Neural subcorticales y
Tronco- médula
espinales

En neuro-
II. Tisular Sináptica Metabólica Metabólica
transmisores

En ácidos
I. Celular Neuronal Bioquímica Genética
nucleicos

0. Molecular Física Química No existe Refleja la anterior

El modelo tradicional del sistema nervioso, elaborado en el siglo XIX, es pues un


modelo extendido del sistema nervioso de los invertebrados. Al parecer, la falta de una
definición de la psique o la mente, y el afronte del estudio del sistema nervioso desde un
punto de vista puramente anatómico –derivado a su vez de uso de la disección del
cadáver (de hombres y de animales) para comprender y explicar al hombre–, determinó
que se adoptara una concepción puramente anatómica, acorde con los principios de la
ciencia natural del Renacimiento. A esta concepción anatómica se añadió después la
concepción fisiológica derivada del descubrimiento de la electricidad animal y de la
experimentación con procedimientos de registro de la actividad eléctrica de los nervios y
los músculos, así como los de estimulación con corriente eléctrica de los nervios
periféricos y el cerebro.
Es una cuestión simple que el cerebro, la médula espinal y los nervios periféricos
son directamente observables y se pueden observar y describir las características físicas
de su superficie, los límites de sus componentes anatómicos, así como su estructura
interna después del corte y la disección anatómica.
No obstante, el sistema nervioso vivo no es sólo eso, así le veamos al descubierto,
tal como lo ve el cirujano en una mesa de operaciones. Más importante que su
estructura visible –inclusive por medio de imágenes radiológicas o bajo el microscopio–
es que se trata de una estructura cambiante en el tiempo, no ordenada física o
químicamente, sino organizada informacionalmente. Y así como todo el individuo está
organizado por la información de todos sus niveles, desde el superior de ellos, así
también lo está su sistema nervioso. Recordemos que por esta razón, la organización
del sistema nervioso de los vertebrados superiores es naturalmente psíquica; pero sin
olvidar que la organización del sistema nervioso de los hombres es personal, consciente;
es decir, social.

CUADRO 2
CONCEPCIÓN ANATOMICISTA DEL SISTEMA NERVIOSO

1. Sistema nervioso central


 Encéfalo
 Cerebro
 Tronco cerebral y cerebelo
 Médula espinal
2. Sistema nervioso periférico
 Sistema nervioso autonómico
 Sistema nervioso de relación

CUADRO 3
CONCEPCIÓN INFORMACIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO HUMANO

1. Nivel celular
Subsistema de las células nerviosas –neuronas
Subsistema de las células gliales

2. Nivel metabólico
Subsistema del tejido neural
Subsistema del tejido glial

3. Nivel funcional
Subsistema de la red neural visceral: sensitiva y motora
Subsistema de la red neural somática: sensitiva y motora

4. Nivel inconsciente
Subsistema psíquico paleocortical afectivo
Subsistema psíquico paleocortical cognitivo

5. Nivel consciente
Subsistema psíquico neocortical afectivo
Subsistema psíquico neocortical cognitivo
Subsistema psíquico neocortical conativo
En este Cuaderno se estudiarán sucesivamente la actividad esencialmente genética
de las células nerviosas y la actividad esencialmente metabólica de los tejidos neurales.
La actividad funcional de las redes neurales, viscerales y somáticas, y la actividad
psíquica de las personas serán los temas de los Cuadernos siguientes.
Esto significa que antes de enfocar el estudio de la actividad psíquica es preciso
ampliar varios aspectos de la actividad bioquímica intrínseca de las neuronas, de las
sinapsis y las redes neurales, así como presentar una visión de conjunto de los sistemas
funcionales viscerales y somáticos (cada uno con su doble actividad: de la sensibilidad y
la motilidad).
Aunque, seguiremos usando los conceptos de sistema nervioso central y sistemas
periférico cuando sea pertinente, tendremos en cuenta, por un lado, que la diferenciación
de los niveles de organización informacional del sistema nervioso es relativamente fácil
una vez que se ha precisado la naturaleza de la información que se procesa en cada
uno de ellos; pero, por otro, se tendrá presente también que en una personalidad el
grado de integración es tal, que a veces es difícil abstraer la estructura y la actividad de
cada nivel. El esfuerzo teórico que hacemos por delimitar cada nivel del sistema, tiene
como finalidad hacer una minucioso análisis de los procesos que explican la complejidad
del sistema de la personalidad, para de esta manera comprender mejor nuestras propias
limitaciones al momento de ayudarle en la corrección o tratamiento de los problemas de
su formación o de su salud, al mismo tiempo que se fundamenta mejor la explicación de
sus procesos y la intervención que podamos ejercer sobre ella.
Hay varias clases de células en el sistema nervioso de los vertebrados y del
hombre: las células nerviosas o neuronas, las células gliales, las células ependimarias.
Además, hay varias clases de células de otros tejidos que forman parte del sistema
nervioso: las células de los vasos sanguíneos, entre las cuales nos interesan
especialmente las células de los plexos coroideos y las células endoteliales de los
capilares; las células de las meninges, especialmente de la piamadre; las células del
sistema inmunitario, en especial la microglía.
Para estudiar en nuestros Cuadernos (2 y 3, principalmente), el estudiante debe
tener a la mano un atlas de la anatomía del sistema nervioso de corte clásico, o un texto
de neurociencias de tipo moderno. Estos contienen tanto los gráficos o fotografías de la
histología y la anatomía del sistema, así como la información empírica, por lo general la
más reciente acerca del mismo. Se tendrá en cuenta que estos Cuadernos no son un
tratado de neurociencia, sino una forma de comprender y explicar el sistema nervioso
del hombre, que es, en todo sentido, un sistema nervioso social, como lo es la totalidad
de la personalidad a quien tenemos que atender, cuidar o educar. Por eso la información
científica disponible puede ser, y de hecho debe ser, incluida, integrada, asimilada,
interpretada dentro de una teoría del hombre que más convenga a los fines últimos de la
educación y la atención de salud, que deben ser de naturaleza intrínsecamente moral,
enmarcados como deben estar dentro de una concepción ética del mundo, del sistema
vivo, de la sociedad y de todas y cada una de las personas.
En resumen, para proseguir con el estudio del sistema nervioso de las personas, es
importante tener presente los puntos de vista siguientes:
 El sistema nervioso repite los cinco niveles de organización de la personalidad
(del individuo total), que dependen una clase específica de información, y que
únicamente el sistema nervioso, el cerebro y la corteza cerebral como tales
repiten (reflejan) los mismos niveles de organización.
 El nivel celular del sistema nervioso y de la corteza cerebral corresponde a la
actividad bioquímica de las neuronas, que depende en sentido epigenético de la
actividad genética de estas células, y en sentido cinético de la información
metabólica de las células de los tejidos vecinos que las envuelven.
 El nivel metabólico en el sistema nervioso y en la corteza cerebral, corresponde a
la actividad interneuronal, fundamentalmente sináptica, que también depende
epigenéticamente de la actividad bioquímica de las neuronas y cinéticamente de
la información funcional de la red neural.
Además, el estudiante tendrá presente la composición química de los seres vivos de
la escala animal y del hombre (Cuaderno 1), a fin de aplicar este conocimiento en la
explicación de la estructura y la actividad de las células nerviosas y del tejido nervioso.
Recordaremos que los constituyentes químicos elementales de las células y del
tejido nervioso son casi los mismos que se encuentran en cualquier otro tejido del
cuerpo humano. La diferencia radica en que hay muchas variaciones en cuento a sus
concentraciones, combinaciones, distribución y formas de actividad que desempeñan. El
ejemplo más claro es, como se verá, el de los fosfolípidos, que se encuentran en el
tejido nervioso en concentraciones muy superiores a las de cualquier otro tejido.
CAPÍTULO 1.1

ESTRUCTURA DE LA ACTIVIDAD NEURONAL

Propiedades de la neurona. Componentes estructurales de la neurona: Núcleo;


citoplasma; membrana. Diversidad neuronal.

Si hemos de comprender y explicar la actividad psíquica desde su punto de partida,


es imprescindible el estudio de la estructura de la actividad neuronal. Este principio, sin
embargo, no debe eludir este otro: que las neuronas que forman el sistema nervioso de
una persona han tenido que ser reestructuradas sucesivamente desde los niveles
metabólico intercelular, funcional de la red neural, psíquico paleocortical y psíquico
neocortical. Como punto de partida, la actividad de las células nerviosas del sistema
nervioso humano, en efecto, poco se diferencia de las neuronas de los sistemas
nerviosos de los animales superiores. Más cuando se las estudia aisladas y fuera de
contexto, o como células muertas bajo el microscopio.
La neurona es la unidad viva más elemental del sistema nervioso de los organismos
y de los psiquismos. Además de la fibra muscular, pero muy por encima de ella, la célula
nerviosa es la más diferenciada de todas las células de los seres vivos. Las neuronas
miden entre 10 y 100 μm de diámetro. En realidad, no sabemos cuántas neuronas tiene
el sistema nervioso del hombre. Se dice que podrían existir unos 100 mil millones de
neuronas en el sistema nervioso. Pero la misma cifra se atribuye al cerebro. Podría ser
que una cantidad similar, o superior, se encuentre sólo en la corteza cerebral del
hombre.
Tendremos en cuenta que como todo sistema vivo, la neurona es una estructura
cuya actividad se organiza a base de la información genética. Ésta recibe señales desde
su medio interno –del citoplasma–, como del medio extracelular y de las células que la
rodean (especialmente de las células gliales). En sentido opuesto, dicha información se
expresa en la actividad interna de la célula (en la síntesis de las macromoléculas que
constituyen la estructura celular y las enzimas que regulan la actividad de los
componentes de la misma neurona), así como en la actividad del mencionado medio
tisular exterior, específicamente a través de las moléculas mensajeras que codifican las
señales que se transmiten dentro de la estructura metabólica de la red neural.
El estudio de la célula hubiera sido imposible sin la invención del microscopio. En el
siglo XVII muchos aficionados, entre ellos los creadores de la ciencia natural moderna,
se dedicaron a superponer lentes para ver aquellos aspectos de la realidad que escapan
a la vista. Galileo, por ejemplo, además de inventar el telecopio, también ideó su propio
microscopio. Después de él, Anton van Leeuwenhoek (1632-1723), con el microscopio
de su propia invención, logró visualizar por primera vez la estructura microscópica de los
nervios periféricos: los vio constituidos por delgadísimos vasos, o tubos huecos; de allí
su nombre inicial de nervencylinder, convertido después en axiscylinder, o cilindroeje en
español.
En realidad, en esta época, se pensó que la unidad más elemental de los seres
vivos eran las fibras y la membranas; pero después Bichat (1801) propuso la idea de que
los tejidos son la estructura más elemental de todo ser vivo, a pesar de que Wolff ya
había descrito las células –con los nombres de glóbulos y vesículas– en 1764. Sin
embargo, a lo largo del siglo XIX ya se aceptó la doctrina celular para todos los tejidos,
excepto para el tejido nervioso.
Efectivamente, sólo después del perfeccionamiento de las técnicas de tinción de los
tejidos se iniciaron los estudios de la estructura del tejido nervioso, y se extendió la
teoría celular a este sistema por obra del checo Jan Purkinje (Purkynè) y de los
alemanes Johannes Müller y Theodor Schwann. Purkynje (en 1838) fue el primero en
describir y dibujar las neuronas del cerebelo, sobre todo destacó la neuronas gigantes
que ahora llevan su nombre. (También describió las fibras musculares que transmiten el
impulso cardíaco de las aurículas a los ventrículos del corazón.) Schwann (en 1839)
publicó sus estudios sobre las células que envuelven a los axones de los nervios
periféricos, y que también llevan su nombre. Las células gliales fueron descritas por
primera vez por Virchow (en 1854).
Deiters (1834-1863), cuyo trabajo fue completado y publicado por Schultze,
concibió la célula nerviosa formada por un cuerpo o protoplasma, con prolongaciones
protoplasmáticas, que más tarde His (en 1889) las denominó dendritas, y un axis-
cilynder, término que después devino en axón. Posteriormente (en 1891), la célula
nerviosa recibió el nombre de neurona por Waldeyer.
Es un hecho interesante que tiempo después de culminados estos estudios entrara
en discusión la naturaleza reticular o celular del tejido nervioso. La discusión tuvo como
centro la controversia entre la hipótesis reticularista y la llamada doctrina de la neurona.
Es decir, sobre sí estas células nerviosas forman una red única por la unión, continuidad
o anastomosis de sus prolongaciones, o si las neuronas son unidades aisladas como
cualquier otra célula, relacionadas entre sí por simples contactos. Kölliker fue el primero
en proponer (en 1867) que había una continuidad entre las neuronas a través de sus
dendritas. Luego, Camilo Golgi (1843-1926) modificó esta versión de la red neural, y
basándose en sus propias observaciones histológicas, en una serie de publicaciones
argumentó que había continuidad o anastomosis entre el axón y la neurona siguiente.
Pero His (en 1886) y Forel (en 1887) aseguraron que las células nerviosas se contactan
entre sí por medio del axón. His sentenció que “la transmisión del estímulo (en los
órganos sensoriales) sin continuidad directa es posible”. Pero fue, sobre todo, Santiago
Ramón y Cajal (1852-1934) quien hizo el estudio más amplio y sistemático de la célula
nerviosa. Este laureado neurocientífico español, logró avanzar al grado de sistematizar
los conceptos básicos más importantes de las neuronas, sobre su morfología,
ramificaciones, distribución y conexiones, en distintas regiones del sistema nervioso del
hombre y diversos animales, tanto en adultos como en el periodo embrionario, y tanto
del cadáver como de células en un medio de cultivo. A él se debe los argumentación
definitiva acerca de la doctrina de la neurona, que considera a la célula nerviosa como la
unidad estructural del sistema nervioso; una teoría que ha sido ampliamente confirmada
en el nivel funcional, aunque será necesario hacer algunas reflexiones en vista de ciertas
observaciones más recientes que merecen una nueva explicación.

1.1.1 Propiedades de la neurona


A diferencia de otras células, la neurona tiene propiedades muy especiales, que
vienen a ser punto de partida y soporte activo de la estructura metabólica del tejido
neural. Mencionaremos las principales.
1. Una propiedad esencial de la neurona es su excitabilidad. Consiste en la
inestabilidad de la membrana y la capacidad consiguiente de generar potenciales
(de membrana), los que además pueden propagarse a lo largo del axón y
transmitirse de una célula a otra para formar las redes funcionales y las redes
psíquicas que se organizan a base de las respectivas clases de información de
los niveles superiores de mayor complejidad. Esta propiedad, sin duda la más
importante de la neurona, es en realidad el punto de partida de la actividad
funcional de la red neural. A su vez, esta misma excitabilidad tiene su punto de
partida en la actividad bioquímica –organizada genéticamente– de cada neurona,
puesto que esta clase de actividad determina la inversión momentánea del flujo
de iones a través de la membrana celular.
2. Las neuronas tienen actividad genética de síntesis de sus propios constituyentes
químicos y de sus secreciones. En efecto, desde un punto de vista de mayor
interés metabólico, la neurona se caracteriza por la capacidad de sintetizar no
sólo sus propias macromoléculas, proteínas y lípidos (y también glucógeno), sino
las moléculas transmisoras que al ser liberadas desde la presinapsis se ligan a
receptores de la membrana postsináptica y forman así el nivel tisular metabólico
de las redes funcionales del sistema nervioso.
3. Las neuronas tienen una extensa superficie exterior. Como célula en sí, la
neurona se caracteriza, además, por la inusitada extensión de la superficie del
cuerpo celular al formar prolongaciones dendríticas y el axón. Con esta
estrategia, la neurona incrementa la superficie de su membrana, en promedio,
unas cinco veces más. Por otro lado, la prolongación del axón permite que cada
célula tome contacto con miles de otras de su entorno inmediato o mediato.
Tales contactos son las sinapsis que constituyen la unidades más elementales
del nivel tisular metabólico inmediato superior.
4. La capacidad de codificar información metabólica, es la propiedad que expresa
el hecho de que la información genética de la neurona, una vez que cesa la
división celular y se ha completado su desarrollo unitario al término de la
gestación, ya no servirá para la división celular, sino para expresarse, como se
ha dicho, en la síntesis de las proteínas constituyentes de su propio cuerpo. Pero
esta propiedad determina la capacidad de estas células para ampliar y
estructurar epigenéticamente tanto el crecimiento de sus prolongaciones
axonales como para la síntesis de las enzimas que intervienen en la transmisión
sináptica de señales. Esta es, en realidad, una capacidad de memoria, a la que
se alude cuando se habla de la propiedad plástica (o de plasticidad) de la red
neural; propiedad que será el soporte de la memoria en los niveles funcional y
psíquico –inconsciente y consciente– del cerebro de cada personalidad.

1.1.2. Componentes estructurales de la neurona


Las partes principales de la neurona son: el soma (o cuerpo celular) y sus
prolongaciones: las dendritas y el axón. No debe obviarse el hecho de que, siendo
extensiones de la célula, estas prolongaciones tienen todos los elementos esenciales de
la misma, especialmente los constituyentes de su citoarquitectura y de la membrana,
salvo algunas excepciones.
Los componentes estructurales de la neurona son: el núcleo, el citoplasma y la
membrana plasmática. En este capítulo estudiaremos sólo los dos primeros. Por su
importancia en la actividad metabólica, funcional y psíquica del sistema nervioso,
dejamos el estudio de la membrana para un capítulo aparte. En la figura 1.1.1 se
esquematiza una neurona prototipo y sus principales componentes estructurales.
Las neuronas humanas tienen los mismos componentes intracelulares como tienen
otras clases de células de los demás tejidos de nuestro cuerpo, así como de los
animales. Esta semejanza ha llevado a pensar que si las células humanas son iguales a
las células de los animales, y que esta sería la mejor prueba de nuestra animalidad.
Sin embargo, nunca dejaremos de enfatizar que la semejanza objetiva o visible no
garantiza una identidad. Más aún, no estamos ya interesados sólo en las semejanzas
sino en las diferencias que nos separan de los animales, pus ya sabemos que las
diferencias no dependen sólo de números más o números menos de genes, sino del
hecho de que las células de las personas, empezando por sus neuronas, han sido
reestructuradas en sentido cinético en un 100% por la información social; de tal modo
que no es la presencia de tal o cual molécula lo que las diferencia, sino la configuración
total de su estructura informacional. Es como si dijéramos que dos libros, cada uno
sobre un tema diferente y por un autor diferente, pueden ser idénticos para un neófito y
hasta para un científico, hasta que se da cuenta que cada uno trata un tema diferente.
La identidad consiste en que son células vivas con los mismos componentes, pero cada
uno de estos con su propia configuración personal; una situación que es mucho más
notable en las neuronas que han llegado a ser las células más personales, es decir, más
organizadas socialmente, que tenemos los hombres.

Fig. 1.1.1.- Representación esquemática de la neurona prototipo: la neurona motora y su


sinapsis con el músculo (tomada de Schadé y Ford, 1965)

a) El núcleo
El carioplasma del núcleo es el espacio nuclear que contiene la nucleocromatina, la
heterocromatina y la cromatina sexual. La cromatina está formada por proteínas y el
ácido desoxirribonucleico (ADN). Esta constituida por los 46 cromosomas característicos
de toda célula humana, con la diferencia de que estos no se van a individualizar como
ocurre durante la mitosis de las células que se dividen. El nucleolo neuronal es
particularmente voluminoso; es la estructura que forma y contiene el ácido ribonucleico
(ARN).
La membrana nuclear es una doble membrana: comprende una lámina interna
propia del núcleo y otra externa que se continúa con el retículo endoplasmático del
citoplasma. Es una membrana con poros (de unos 70 nm de diámetro) a través de los
cuales pasan al citoplasma las grandes moléculas del ARN mensajero (ARNm) y, en
ambos sentidos, las enzimas.
b) Citoplasma
Comprende todos los elementos formes distribuidos en un medio acuoso que
caracterizan a todas las células; por tanto contiene:
1. Las organelas cuya actividad bioquímica es la síntesis de elementos de la
células: ribosomas para la síntesis de polipéptidos; el retículo endoplasmático
rugoso para la síntesis de las proteínas de membrana, proteínas de secreción,
enzimas hidrolíticas, de vesículas transportadoras; el retículo endoplasmático liso
para la síntesis de los lípidos, metabolismo de la glucosa, almacenamiento de
ions Ca++; el aparato de Golgi, para la modificación, almacenamiento temporal y
transporte de macromoléculas, formación de lisosomas y de vesículas de
transporte
2. Las organelas con actividad bioquímica de degradación: lisosomas para la
digestión de organelas dañadas; peroxisomas para la degradación de peróxidos
(H2O2); vacuolas para el almacenamiento de algunas sustancias
3. Las organelas para la producción de energía: las mitocondrias para la
transformación de la energía química de los nutrientes finales en energía química
contenida en la ATP
4. Otras organelas menos complejas como son: cisternas hipolemales, cuerpos
multivesiculares, gránulos de lipofuscina, gránulos secretorios, endosomas
5. Las estructuras macromoleculares para el sostén del cuerpo y las prolongaciones
de la neurona y para las interacciones entre ésta y las demás células del tejido
nervioso: el citoesqueleto para el mantenimiento de la forma celular, anclaje de
las organelas, movimiento de organelas dentro de la célula, transporte de
moléculas en general de un extremo a otro de la neurona. Tal citoesqueleto está
constituido por neurofilamentos, neurotúbulos, microfilamentos y una matriz
microtrabecular. El armazón de filamentos es más denso en la periferia por
debajo de la membrana para mantener la forma tridimensional de la neurona, y
se extienden a lo largo del el axón; sólo algunos de ellos a veces se encuentran
en la porción inicial de las dendritas.
6. Además de las proteínas, proteolípidos, lípidos, glucógeno (en mínima
proporción) que constituyen la estructura molecular de la neurona, diluidos en el
agua del citoplasma se encuentran los diversos elementos y compuestos
químicos que son los constituyentes más activos de la célula: glucosa, enzimas,
cofactores, mensajeros químicos, moléculas transportadoras, compuestos
fosforados de alta energía, oligoelementos, iones en constante actividad cinética.

1.1.3. Diversidad neuronal


1) Una característica adicional de las neuronas es su diversidad genética que se
expresa en una gran variedad de formas tanto del cuerpo celular como de sus
prolongaciones. Esta diversidad neuronal depende en parte de su ubicación
geométrica y de ella depende el tipo de actividad predominante que la célula
realiza dentro de la red neural a lo largo de la historia del sistema del individuo.
En general, las neuronas se las clasifica del modo siguiente (figuras 1.1.2 y
1.1.3):
2) Por su forma en granulares, estrelladas, piramidales, etc.
3) Según la forma de sus ramificaciones –dendríticas y axonales– en neuronas
monopolares, bipolares y multipolares.
4) También según la clase de su actividad funcional se las clasifica en neuronas
sensoriales, motoras e interneuronas.
5) Por la extensión de su axón, en neuronas sin axón, de axón corto, de axón largo.
Fig. 1.1.2.- Neuronas cuyos axones se distribuyen en el sistema nervioso central y el
sistema periférico. A. neurona bipolar; B. neurona pseudounipolar; C. neurona unipolar;
D. neurona unipolar (del núcleo motor del trigémino; E. neurona multipolar; F. neurona
multipolar (en el recién nacido); G y H. neuronas estrelladas; I. neurona motora del
nervio vago; J. neurona del ganglio ciliar (en el recién nacido); K. neurona intracardiaca;
L. neurona del ganglio mientérico; M. neurona del núcleo ambíguo; N. neurona del
nervio hipogloso; O. neurona del asta anterior de la médula. A, axón; C, porción central y
P, porción periférica del axón. (Tomada de Carpenter, 1981)
Fig. 1.1.3.- Neuronas cuyos axones se distribuyen dentro del sistema nervioso
central: A. neurona de la oliva inferior; B. neurona granular del cerebelo; C. neurona
pequeña de la formación reticular; D. neurona del núcleo espinal del trigémino; E.
neurona del núcleo del tracto solitario; F. neurona grande de la formación reticular;
G. neurona de la sustancia gelatinosa del asta posterior de la médula; H. neurona
grande del núcleo espinal del trigémino; I. neurona del putamen; J. neurona piramidal
del hipocampo; K. neurona del tálamo; L. neurona del núcleo pállidus. (Tomada de
Carpenter, 1981)
CAPÍTULO 1.2
LA ACTIVIDAD GENÉTICA DE LA NEURONA
Los genes. Procesos de la trascripción genética. Síntesis de las macromoléculas.
Generación de la energía neuronal. Moléculas para el procesamiento de la información
metabólica interneuronal.

En el momento actual, es imposible una explicación de los procesos de la memoria


en el nivel de la actividad consciente sin un conocimiento de la actividad genética de la
neurona. En este capítulo haremos una apretada reseña de la teoría acerca de esta
actividad fundamental de las células nerviosas, a fin de precisar los conceptos teóricos
básicos acerca de los procesos de la expresión genética de las mismas.
Por otro lado, la actividad bioquímica de las neuronas también es similar en lo
esencial a la de cualquier otra célula. Sin embargo, hay tres diferencias importantes: 1)
La actividad genética del ADN neuronal se mantiene sólo para la síntesis de proteínas,
incluidas aquellas que sirven para la codificación de información social en la corteza
cerebral en la forma de información psíquica consciente. 2) De esta actividad de síntesis
proteínica depende, a su vez, la propiedad secretoria de la célula nerviosa, que en
sentido estricto secreta las moléculas mensajeras fundamentales para la transmisión de
señales. 3) Finalmente, de esta clase de actividad bioquímica dependen los procesos de
generación, propagación y transmisión del impulso nervioso, procesos inherentes a la
actividad neuronal, resultado de una intensa actividad de las proteínas de la membrana
neuronal.

1.2.1. Los genes


Las neuronas, como toda célula, desde el primer momento de la formación del
sistema nervioso tiene un número diploide (2n) de cromosomas: 22 pares de autosomas
y 2 cromosomas sexuales: XX (del sexo masculino) y XY (del sexo femenino). La
diferencia respecto de otras células, es que las neuronas (así como las fibras
musculares), una vez terminada la fase de división celular, los cromosomas se
encuentran distribuidos en completo desorden en la forma de cromatina difusa en todo el
núcleo de la célula por toda la vida de la persona. Sólo en los casos felizmente rarísimos
de degeneración neoplásica, las neuronas vuelven a entrar en un proceso de división
mitótica incontrolada.
Por consiguiente, en la neurona adulta, los genes no llegan a formar cromosomas
individuales tal como se ven en la metafase de la mitosis. Sin embargo, cada
cromosoma está constituido por una sola fibra de ADN, fibra que contiene de 50 a 250
millones de pares de bases envueltas en proteínas.
A modo de facilitar la comprensión de la actividad genética de la neurona, haremos
un breve recuento de la teoría del ADN nuclear (que fuera formulada por Watson y Crack
en 1953). Sabemos que el ADN es un ácido nucleico, cuya unidad básica es un
nucleótido. Éste está compuesto por una molécula de desoxirribosa, un grupo fosfato y
una base nitrogenada, que puede ser una purina –adenina (A) o guanina (G)–, o una
pirimidina –timina (T) o citosina (C). Cada nucleótido, por un lado, se une a otro por
enlaces de hidrógeno, de tal modo que cada pirimidina se une a una purina para formar
un par de bases. Por otro lado, cada nucleótido por su lado se une a otro por enlaces
fosfodiéster entre las posiciones 3’ y 5’ de la desoxirribosa. Las moléculas
constituyentes del ADN se muestran en la figura 1.2.1.

Fig. 1.2.1. Moléculas constituyentes del ADN.

Por lo tanto, el ADN es un polímero por dos cadenas de polinucleótido; por eso se
dice que consta de dos hebras de nucleótidos unidas por sus enlaces de hidrógeno,
donde siempre los pares de bases están unidos por puentes de A–T y G–C. Estas
hebras se enrollan de tal modo que llegan a formar una doble hélice (semejante a una
escalera de caracol). Una hebra es el molde; la otra es la hebra codificadora (Fig. 1.2.2)
La replicación del ADN se realiza (durante la interfase de las células que se dividen)
por separación de las dos hebras y la síntesis de dos nuevas complementarias. En las
neuronas esta replicación del ADN es continua.
Recordemos, además, que también existe el ADN mitocondrial que da cuenta de la
síntesis de 13 proteínas y ARN estructurales
El ARN tiene una estructura similar al ADN, pero en este polinucleótido la ribosa
reemplaza a la deoxirribosa y el uracilo (U) a la timina; además, está conformado por
una sola hebra que copia la hebra codificadora del ADN. Hay varias clases de ARN, pero
las principias son: el ARN nuclear (ARNn), el ARN mensajero (ARNm), el ARN de
transferencia (ARNt).
Un gen es la unidad de información genética: es una secuencia de ADN
cromosómico necesaria para sintetizar un producto funcional, ya sea ARN o una
proteína.
Fig. 1.2.2. Representación esquemática del ADN y su replicación.

El genoma haploide humano contiene 3.5 x 109 pares de bases de ADN, que
subdivididas en 23 cromosomas puede codificar hasta 1.5 x106 de pares de genes (en
realidad, sólo 30 mil pares de genes, según los estudios del genoma humano). Los
componentes de un cromosoma se esquematizan en el cuadro 1.2.1, y la estructura de
un gen en el cuadro 1.2.2.

1.2.2. Procesos químicos de la expresión genética


En el proceso de expresión de un gen, la trascripción comprende los pasos
siguientes: 1. la hebra codificadora o de sentido del ADN recibe al ARN. Sabemos que la
hebra no-codificadora (sin sentido) es el molde verdadero. 2. El ARNm es transferido al
citoplasma. 3. la traducción es el siguiente paso, por el cual la secuencia de bases del
ARNm (que lleva el código genético) determina la secuencia de aminoácidos de una
cadena polipeptídica. Para este efecto, el codón –o grupo de 3 bases contiguas de la
molécula de ARNm en diversas combinaciones– servirá para codificar cada amino-ácido
y ubicarlo en la secuencia correspondiente en una proteína. En efecto, 4 bases generan
64 combinaciones posibles para sólo 20 aminoácidos. Inclusive la mayoría de estos son
determinados por más de un codón. El proceso de traducción se realiza en el ribosoma,
a donde el ARNt conduce el aminoácido que corresponda.

CUADRO 1.2.1.
COMPOSICIÓN DE UN CROMOSOMA

Un cromosoma tiene 1.5 x 108 pb


2-4 x 103 genes
Agrupación de genes (aproximadamente 20) 1.5 x 106 pb

Un gen tiene aproximadamente 2 x 104 pb


En la trascripción primaria se reduce a 8 x 103 pb
pb = pares de bases.

Inicio trascripción Señal de


poliadenilización
Codón de inicio Codón de término

Promotor Región 5’ Exon Intron Exon Intron Exon Región 3’ Cola poli-A

Región 5’ Región 3’
no traducida no traducida
“Corriente arriba” “Corriente abajo”
(Dirección de trascripción)
Fig. 1.2.3. Estructura (simplificada) del gen.

1.2.3. Síntesis de las macromoléculas


La síntesis de proteínas es una de las formas de actividad bioquímica más intensa
de las neuronas. Tres son los tipos de proteína que sintetizan las neuronas:
a) Las proteínas citosólicas son de tres clases: 1) las forman el citoesqueleto y
tienen la forma de neurofibrillas, neurotúbulos y neurofilamentos; 2) las enzimas
citosólicas que intervienen en el metabolismo intermediario, y 3) las proteínas
motoras: kinesina, dineina, dinamina, que intervienen en el transporte de otras
sustancias de un lugar a otro de la célula, sobre todo para el transporte axonal,
esto es, desde el cuerpo celular a la terminación axonal y viceversa.
b) Las proteínas nucleares que intervienen en la síntesis del ADN y ARN; las
proteínas mitocondriales que intervienen en la síntesis de ATP, y las proteínas
peroxisomales que intervienen en los procesos de eliminación de radicales libres.
c) Las proteínas de membrana: del núcleo, el retículo endoplasmático, el aparato de
Golgi, gránulos secretorios, lisosomas, endosomas; de la membrana plasmática,
donde constituyen los canales iónicos, los receptores y las bombas iónicas.
Trascripción: hebra codificadora o de sentido recibe al ARN; la hebra no-
codificadora: molde verdadero; el ARN es transferido al citoplasma
Traducción es el proceso por el cual la secuencia de bases del ARNm (que es el
código genético) determina la secuenciación de los aminoácidos de una cadena
polipeptídica. Se llama codón al grupo de 3 bases contiguas de la molécula de ARNm
(en diversas combinaciones para cada amino-ácido). Son 4 bases que generan 64
combinaciones posibles, pero como hay sólo 20 aminoácidos, la mayoría de tales
combinaciones no se realizan; debe ser por esta razón que la ubicación en la cadena
peptídico de la mayoría de los aminoácidos es determinada por más de un codón.
Los procesos de síntesis de estas proteínas son resultado de la expresión de la
información genética, por la cual los respectivos genes activados generan una copia en
el ARNm que al desplazarse y ubicarse en los ribosomas del retículo endoplasmático
determinan la concatenación de los aminoácidos para formar péptidos. Las cadenas de
péptidos, a su vez, son transportados al aparato de Golgi donde son modificadas hasta
adoptar su forma definitiva. Esto quiere decir que el tamaño y la forma final de una
proteína es resultado de procesos postrascripcionales en los que ya no intervine
directamente la información genética sino las enzimas correspondientes.

1.2.4. Generación de la energía neuronal


La generación de energía en las neuronas depende: 1) de la degradación de la
glucosa y 2) de la utilización del oxígeno como aceptor de electrones. Cuando se mide la
glucosa en la arteria carótida (que lleva la sangre al cerebro) y el CO2 en la vena yugular
(que lleva la sangre del cerebro al corazón), se encuentra que la glucosa se reduce a 6,7
mg% y el CO2 aumenta a 6.6 ml% de sangre. Con estos datos se obtiene un cociente
respiratorio de 1 (CR = 1), lo cual quiere decir que la glucosa es prácticamente la única
fuente de energía de la células nerviosas.
La utilización de la glucosa por la neurona comprende, en primer lugar, la fase de
glucolisis anaeróbica (en ausencia de O2) que se efectúa en el citoplasma de la célula.
Aquella es una cadena de reacciones químicas en las cuales se forma ATP aunque en
pequeña cantidad. El resultado final es la formación de ácido láctico, que luego es
convertido en ácido pirúvico. Como la degradación de las proteínas y de los ácidos
grasos también termina en ácido láctico, el ácido pirúvico de todas estas fuentes se une
a la acetil-coenzima A, y así se inicia la fase siguiente, que es el ciclo del ácido cítrico, a
partir del cual se sintetiza una mayor cantidad de ATP. En este mismo ciclo bioquímico
se sintetizan algunos aminoácidos que servirán como neurotransmisores.
El O2 servirá como aceptor de los hidrogeniones que se originan en la tercera fase
de la respiración oxidativa.
La energía del ATP será utilizada en el transporte de iones, de varias moléculas y de
organelas inclusive a través de la célula y sus prolongaciones.

1.2.5. Moléculas para el procesamiento de información metabólica


interneuronal
La interacción tanto de las neuronas entre sí, como de las neuronas sensoriales y de
las neuronas motoras con sus efectores, no es sólo pasaje de corriente eléctrica, sino de
señales químicas, que son las que en realidad determinan la generación de esta
corriente o impulso nervioso. En otras palabras, el punto de partida de la actividad
funcional (eléctrica) de la red neural son los procesos metabólicos de ligación de
moléculas mensajeras a sus respectivos receptores.
Esta actividad metabólica intercelular comprende dos clases de procesos
bioquímicos intracelulares: 1) la de síntesis y almacenamiento de los mensajeros
químicos, es decir, de los neurotransmisores, en la neurona presináptica, y 2) la síntesis
de los receptores tanto de membrana como citosólicos, a los cuales han de ligarse los
respectivos transmisores.
Desde el punto de vista de la actividad bioquímica de las neuronas, es importante
remarcar desde ahora que la ligación del neurotransmisor al receptor inicia en la
neurona postsináptica una cascada de reacciones químicas intracelulares que pueden
ampliarse en sentido cinético hasta la activación de la expresión genética. La señal que
media entre ambos procesos intracelulares son los mencionados neurotransmisores.
CAPÍTULO 1.3
LA ACTIVIDAD BIOQUÍMICA DE LA MEMBRANA
NEURONAL

Estructura de la membrana plasmática. Concentraciones iónicas en la neurona y el


espacio extracelular. Procesos de membrana: difusión y transporte activo. Moléculas
para el procesamiento de información metabólica interneuronal.

Diferenciaremos la actividad bioquímica de la membrana como una forma de


actividad celular intrínseca a la propia estructura de la célula. Tal actividad se tiene que
distinguir de la actividad metabólica intercelular, tal como ocurre en los procesos de
nutrición (a través de la barrera hematoencefálica) y en los procesos moleculares de la
transmisión sináptica.

1.3.1. Estructura de la membrana plasmática


La membrana neuronal está formada por moléculas de fosfolípidos: estas moléculas
forman una membrana bilaminar (también denominada membrana bilipídica, de dos
capas de lípidos). Además, la membrana contiene colesterol, proteínas de membrana y
glucoproteínas de superficie.
Como en cualquier célula, a través de la membrana plasmática pasan sustancias
nutrientes hacia el interior, y sustancias de desecho hacia el exterior. Pero desde el
punto de vista de la actividad funcional de la red neural, nos interesa estudiar tres de los
aspectos bioquímicos más importantes de la membrana neuronal: 1) la forma como se
distribuyen los iones a uno y otro lado de dicha membrana; 2) los procesos de liberación
y recepción de mensajeros químicos, y 3) el movimiento de los iones a través de la
membrana. En la neurona, estas formas de actividad son fundamentales para la
generación de los impulsos nerviosos que al formar secuencias organizadas constituyen
la información neural de la cual depende la actividad funcional de los sistemas
organofuncionales de la persona, y es a la vez el soporte funcional de la actividad
psíquica.
Esta membrana tiene, además, una estructura proteínica, pues contiene varias
clases de proteínas de membrana para el procesamiento de información metabólica.
Dichas moléculas son los canales iónicos, las bombas iónicas y los receptores,
principalmente.

Los canales iónicos


Son proteínas de alto peso molecular que atraviesan la membrana y por un
mecanismo de canal dejan pasar los iones hacia dentro o hacia fuera de la célula. La
membrana neuronal tiene canales para los iones Na+, K+, Cl– y Ca++. Los canales
permanecen cerrados y se abren por algún mecanismo semejante a una compuerta. Los
canales no se distribuyen uniformemente en la superficie de la célula, sino en las zonas
donde abundan receptores de membrana, como son la membrana postsináptica, el cono
axonal y las terminaciones axonales.

Las bombas iónicas


Las bombas (del inglés pump; no bomb) iónicas también son moléculas proteicas
que se encuentran en la membrana neuronal. Se parecen a los canales iónicos, porque
dejan pasar iones, aunque en una sola dirección. De esta manera los iones se
mantienen en concentraciones estables en contra de sus gradientes de concentración.
Este efecto resulta de su acción enzimática de tipo ATP-asa, por la cual activan el ATP u
otro compuesto fosforado de alta energía. En la membrana neuronal existen sólo dos
tipos de bombas iónicas: la bomba de Na+/K+ para expulsar el ión Na+ hacia fuera de la
célula y el ión K+ hacia el interior de la misma, y la bomba de Ca++ para el paso de iones
Ca++ hacia el espacio extracelular exclusivamente.

Los receptores
El concepto de receptor es de enorme importancia en psicobiología. Con este
término nos referimos a: 1) los receptores de membrana, 2) los receptores intracelulares
y 3) los receptores sensoriales.
En general, los receptores son moléculas alostéricas, en el sentido de que su
actividad depende de su propiedad de cambiar de forma al ligarse a otra molécula: las
más importantes de estas moléculas –llamadas ligandos– en el sistema nervioso son los
transmisores, aquí llamados neurotransmisores. Además de los receptores de
membrana, hay receptores intracitoplasmáticos o citosólicos, y receptores
intranucleares. Los receptores sensoriales son moléculas similares, pero se llaman así
por estar ubicados en la membrana de células receptoras o células sensoriales, que
intervienen en la transducción de energía en información.
Estas moléculas forman sistemas de tipo receptor-efector, que comprenden: un
campo de unión para el ligando y un campo efector que actúa sobre proteínas efectoras,
segundos mensajeros, transductores o autacoides. En tal sentido son una vía de
transducción de señales dentro de la célula nerviosa (como lo puede ser en otra clase de
célula).
En otras palabras, en el proceso de neurotransmisión, la secuencia de cambios
bioquímicos intracelulares comprende una cascada de reacciones de moléculas activas
que han recibido el nombre de segundos mensajeros. En tal caso, el neurotransmisor
liberado por la neurona presináptica es el primer mensajero. Él receptor, activado por él,
activa, a su vez, una proteína efectora (que puede ser un canal iónico, adenilciclasa,
fosfolipasa C, fosfolipasa A2 o fosfodiestearasa) o activa a segundos mensajeros, como
AMPc, GMPc, Ca++, derivados del fosfatidil-inositol (diacilglicerol, inositol trifosfato),
ácido araquidónico, oxido nítrico, etc.

1) Receptores de membrana
Son proteínas cuya forma determina que otras moléculas más pequeñas llamadas
ligandos, se liguen o unan a ellas, para de este modo generar cambios en el transporte
de los iones Na+, K+, Cl–, Ca++ y Mg++, incrementando o reduciendo su paso a través de
la membrana celular. Su efecto es un cambio en la conductancia de esta membrana.
Esta clase de receptores abundan en las sinapsis.
Hay dos grandes grupos de receptores de membrana en las neuronas que se
conocen como receptores directos y receptores indirectos.
a) Los receptores directos también se llaman ionotropos. Comprenden dos familias
genéticas, que son los siguientes:
 Los receptores nicotínicos para acetilcolina (Achn), los receptores A para el
ácido gamaaminobutírico (GABAA), los receptores para glicina y los
receptores 5HT2 para la 5-hidroxitriptamina o serotonina

 Los receptores NMDA (N-Metil-D-Aspartato) para el glutamato.

b) Los receptores indirectos también se llaman metabotropos, porque activan


sistemas de segundos mensajeros. Comprenden dos familias:

 Los receptores acoplados a proteína G. Inician una cascada de fosforilación


de ciertas moléculas y así activan enzimas (como las kinasas), Ca y canales
iónicos. La cascada comprende la activación de la GTP (Guanosina Mono
Phosfato), la adenilciclasa, el AMPc (Adenosina Mono Phosfato cíclico). Son
los receptores alfa-adrenérgicos y beta-adrenérgicos para la adrenalina y
noradrenalina, los receptores muscarínicos para acetilcolina (Achm), los
receptores B del GABA (GABAB), los receptores AMPA (Ácido Amino-hidroxi-
Metilisoxazol-Propiónico) para el glutamato, los demás receptores 5HT para
serotonina, los receptores para neuropéptidos, los receptores de las
terminaciones axonales del nervio olfatorio (a las que se ligan sustancias
disueltas en el aire), del nervio gustativo, la rodopsina de los conos y
bastones de la retina (véase el cuadro 1.3.1).

 Los receptores acoplados a la tirosino-quinasa son activados por hormonas y


neuropéptidos.

CUADRO 1.3.1
ALGUNOS RECEPTORES DE NEUROTRASMISORES
ACOPLADOS A PROTEINAS G

Neurotransmisor Receptores
Acetilcolina R. muscarínicos: M1, M2, M3, M4, M5
Glutamato R. metabotropos de glutamato: mGluR1-7
GABA GABAB
Serotonina 5HT1(A, B, C, D, D, E, F); 5HT2, 2F; 5HT4, 5HT5 ,5.
Dopamina D1, D2S, D1I, D3, D4, D5
Norepinefrina 1, 2, 3, 2, 3.
Encefalina , , .

Esta clase de receptores se distribuyen en la membrana postsináptica de las


dendritas, del cuerpo celular y de las terminaciones axonales (véase el Cuaderno 2.II).
La mayoría de estos receptores están en las dendritas. Los cambios bioquímicos
intracelulares que siguen a la ligación transmisor-receptor pueden generar
modificaciones en la expresión genética de la neurona postsináptica. Los cambios
funcionales que siguen consisten en un incremento o una disminución de la polaridad
local de la membrana.

2) Receptores intracelulares
Son moléculas proteínicas citosólicas, que están en el citoplasma, y nucleares que
están en el núcleo de la neurona, a las que también se ligan otros mensajeros químicos,
sobre todo las hormonas.
3) Receptores sensoriales
Se llaman así a ciertas clases de células y de terminaciones axonales en cuya
superficie se encuentran receptores de membrana que son activados por diversas
formas de energía exterior (a la red neural) y de esta manera inician la transducción de
dichas formas de energía en los trenes de impulsos nerviosos que se constituyen en
señales neurales.
Los receptores sensoriales se clasifican de acuerdo al tipo de energía que codifican,
en:
a) Quimiorreceptores: para O, CO, sustancias olorosas, sustancias gustativas
b) Osmorreceptores: para Na, glucosa, aminoácidos, ácidos grasos
c) Termorreceptores: para cambios de temperatura ambiental
d) Mecanorreceptores: para el contacto, la presión (subcutáneos y los
barorreceptores viscerales, vasculares), el movimiento (muscular, articular,
vestibular), para la audición.
e) Fotorreceptores: translucen un rango de la energía electromagnética en luz,
oscuridad y color
f) Nociceptores que transducen la intensidad de diversas clases de estímulo en
sensación dolorosa.

1.3.2. Concentraciones iónicas en la neurona y el medio extracelular


Uno de los requisitos indispensables para la generación de potenciales de
membrana es la distribución de los iones a uno y otro lado de la misma. Un principio de
la vida de una célula es que la membrana plasmática está polarizada: por debajo de la
membrana, el interior de la célula es negativo respecto de su superficie exterior.
Respecto de la neurona, esta negatividad es de –65 mV, algo mayor que respecto de las
mayoría de las células del cuerpo, con excepción de la fibra muscular, cuya negatividad
es de –80 mV. En el cuadro 1.3.1, se señalan las concentraciones iónicas en los
espacios intracelular y extracelular, así como la proporción que hay entre ambas.

CUADRO 1.3.1
DISTRIBUCIÓN DE LOS IONES EN LOS LÍQUIDOS
EXTRACELULAR E INTRACELULAR
Ion/ Espacio Espacio Proporción
Sustancia Extracelular Intracelular extra/intracel.
1:20
K+ 5.0 mM 100.0 mM
10:1
Na+ 150.0 mM 15.0 mM
10,000:1
Ca++ 2.0 mM 0.0002 mM
11.5:1
Cl- 150.0 mM 13.0 mM
1:0.0206
Mg++ 1.2 mEq/l 58.0 mEq/l

HCO3- 28.0 mEq/l 10.0 mEq/l


Otras sustancias que de algún modo contribuyen a la polaridad de la membrana
celular se mencionan en el cuadro 1.3.2.

El mantenimiento de una diferente concentración iónica a ambos lados de la


membrana celular depende de un consumo ininterrumpido de energía. En realidad, gran
parte de la energía que proporciona la glucosa, y específicamente el ATP, sirve para que
la actividad de las bombas iónicas se sostenga a pesar de los cambios que puedan
ocurrir a la célula. La actividad de las bombas de NA/K y de Ca es el proceso
neguentrópico que evita la neutralización de dicha polaridad. En tal sentido, dicha
polaridad no es una simple corrección de las leyes electro-químicas que explican la
difusión de iones a través de una membrana semipermeable, sino un proceso que
depende de la actividad informacional de la totalidad de la célula: es decir, de la
organización y reorganización del conjunto de la actividad celular, tanto a partir de sus
procesos internos, como a base de la actividad exterior a la célula, tal como ocurre en
todo sistema vivo, informacional.

CUADRO 1.3.2
DISTRIBUCIÓN DE LOS CONSTITUYENTES QUÍMICOS DE LA CÉLULA
A AMBOS LADOS DE LA MEMBRANA

Fosfatos 4.0 mg% 75.0 mg%


Glucosa 90.0 mg/dl 20.0 mg/dl
Aminoácidos 30.0 mg/dl 200.0 mg/dl
Proteínas 2.0 g/dl 16.0 g/dl
Lípidos 0.5 g/dl 95.0 g/dl

1.3.3. Procesos de difusión y transporte activo


La membrana neuronal, como cualquier otra, deja pasar sustancias del citoplasma
al medio exterior y del medio exterior al citoplasma de la neurona. El proceso de
transporte de átomos y moléculas se realiza entonces por difusión o por transporte
activo. El agua pasa por ósmosis. Las moléculas más grandes salen de la neurona por
exocitosis.
Dada su importancia en la explicación de la actividad del sistema nervioso en su
conjunto, revisaremos aquí los procesos de difusión y del transporte activo a través de la
membrana plasmática de la neurona.
a) Difusión
Puede ser simple o facilitada.
a) La difusión simple, se realiza a través de
1) La membrana neuronal bilipídica: de sustancias liposolubles, como O2,
CO2, N, y de sustancias insolubles en lípidos, como agua, glucosa, úrea.
2) Los canales iónicos que se abren por mecanismos de “gating” (de apertura
de una especie de compuerta), que a su vez puede ser: dependiente de
voltaje (por acción de potenciales de acción), o dependiente de ligando (por
efecto de un neurotransmisor)
b) La difusión facilitada, que se realiza por medio de portadores, de tal modo que
cuando pasa una sustancia, se facilita la entrada o salida de otra. Así pasan la
glucosa, los aminoácidos.
b) Transporte activo
El transporte de sustancias, sobre todo de iones, a través de la membrana neuronal
también sirve para mantener las concentraciones de estas sustancias en contra de sus
gradientes electroquímica y de presión. Para ello se requiere de un constante y alto
consumo de energía. El transporte activo puede ser primario o secundario.
a) El transporte primario se realiza por medio de las bombas iónicas. Ya hemos visto
que hay sólo dos clases de bombas iónicas en el sistema nervioso: la bomba de
Na+/K+ y la bomba de Ca++. La primera es una molécula de proteína que tiene tres
puntos receptores para iones Na+ en la cara que mira al interior de la célula, y dos
puntos receptores para iones K+ en la cara que mira al espacio extracelular. En su
cara interna tiene actividad enzimática (ATP-asa). Se supone que al ligarse el Na+
a su punto receptor, se activa la enzima que a su vez activa al ATP y la energía
liberada cambia la conformación de la bomba y así deja salir 3 átomos de Na+. El
proceso inverso permite que 2 moléculas de K+ entran a la célula.
b) El transporte secundario se efectúa por las gradientes de concentración creadas
por el transporte activo primario. Puede ser en forma de co-transporte o de
contra-transporte (por ejemplo, con el Na pasan glucosa, aminoácidos y cloro).
Queda pues claro que a ambos lados de la membrana plasmática de la neurona se
mantienen concentraciones de iones en contra de sus gradientes eléctricas, químicas y
de presión. Pero la membrana neuronal es, como se ha dicho, eléctricamente inestable.
Esta es una propiedad inherente a las neuronas, a las fibras musculares y a algunas
células epiteliales convertidas en receptores sensoriales. Consiste en la inversión
instantánea de las concentraciones de los iones Na y K que apenas dura uno o dos
milisegundos (mseg). Es evidente que esta propiedad de la membrana neuronal no es
una forma de actividad puramente física, sino de actividad bioquímica organizada
informacionalmente; y por eso mismo depende de un alto consumo de la energía que
provee el ATP.
CAPÍTULO 1.4
ESTRUCTURA DEL AXÓN

Partes del axón: El cono axonal; la fibra nerviosa y el botón terminal. La vaina de
mielina.

Aunque hay neuronas sin axón, sólo con dendritas, esta prolongación de la célula
nerviosa es otra de sus propiedades esenciales. El axón es pues simplemente una
extensión tubular del citoplasma de la neurona. Cuenta por lo tanto, con todos los
componentes de la membrana, del citosol y del citoesqueleto del cuerpo celular, y sólo
carece del núcleo y las organelas.
Por medio de dichas prolongaciones, como ya sabemos, el conjunto de sistemas
órgano-funcionales de los organismos y los psiquismos pueden ser integrados,
regulados o modulados entre sí, sobre la base de nuevas categorías de información.
Además, la trama de conexiones interneuronales por medio de los axones, ha llegado a
tal grado de complejidad que en los hombres ha hecho posible la estructura de la
conciencia, y con ella el desarrollo de todas las capacidades productivas y creativas de
la personalidad, en el seno de la sociedad.
Del concepto primitivo que considera al axón como una suerte de cable o hilo
conductor que conduce energía eléctrica, debemos pasar al concepto de axón como una
estructura celular que conduce y transmite señales neurales –sensoriales y motoras–,
tanto de un punto a otro del sistema nervioso, como desde y hacia la diversidad de
efectores extraneurales de los sistemas corporales con que cuentan los mencionados
organismos y psiquismos (inferiores, superiores y sociales).
Los axones, sin su envoltura de mielina, tienen un diámetro de 1-2 μm, y una
longitud que va desde muy pocos milímetros hasta cerca de un metro (naturalmente en
los animales gigantescos pueden alcanzar hasta tres metros de largo).

1.4.1. Partes del axón


Todo axón tiene tres partes sucesivas: el cono axonal, la fibra nerviosa y el botón
terminal o teleaxón. Entre el cono y el inicio de la fibra nerviosa se sitúa el segmento
inicial.
Como la gran mayoría de los axones tienen una envoltura de mielina dependiente de
la oligodendroglía o de las células de Schwann, estas mismas células determinan una
segmentación del axón, de tal modo que entre dos segmentos mielinizados hay un corto
espacio en que la membrana axonal está en contacto directo con el espacio extracelular.
Al microscopio de luz se observan como estrechamientos, los que se conocen como los
nodos de Ranvier. Tanto en el segmento inicial como en estos nodos de Ranvier, hay
una exuberante acumulación de canales iónicos que explican el papel del axón en la
conducción de las señales neurales.
El botón terminal cono axonal –teleaxón, terminación axonal, botón terminal– es una
suerte de expansión del citoplasma –que de hecho es la continuidad del citoplasma del
soma neuronal– que contiene la estructura presináptica, mitocondrias y todo el aparato
enzimático necesario para la síntesis de los neurotransmisores y su almacenaje en
vesículas o en gránulos presinápticos.
A todo lo largo del axón, se extienden los filamentos que constituyen el citoesqueleto
de la membrana: los neurotúbulos, los neurofilamentos y los microfilamentos del soma
neuronal.

a) El cono axonal
El axón se distingue de las dendritas por su relativa delgadez y la ausencia de
ramificaciones. Pero en el punto de su origen, hay una pequeña expansión del
citoplasma que es el cono axonal.
Entre el cono axonal y el inicio de la fibra nerviosa se encuentra el segmento inicial
(no mielinizado), en cuya membrana plasmática abundan los canales iónicos y las
bombas iónicas.
La importancia del cono axonal corresponde al nivel funcional del sistema nervioso:
en él se produce la generación de los potenciales de acción que se propagan a lo largo
de la fibra nerviosa hasta el botón terminal. Aquí dará inicio a los procesos de la
transmisión sináptica. Estos procesos serán vistos al estudiar la actividad funcional del
sistema nervioso.

b) La fibra nerviosa
Llamamos así a toda la extensión del axón que media entre el cono y el botón
terminal.
La actividad de la fibra nerviosa comprende: 1) el transporte axonal y 2) la
conducción de las señales neurales. Este segundo aspecto de la actividad de la fibra
nerviosa será tratado
Transporte axonal
Esta forma de actividad axonal consiste en la traslación de organelas como las
mitocondrias y de moléculas, como las enzimas, péptidos y proteínas estructurales
sintetizadas en el citoplasma del soma neuronal hacia la terminación axonal. Por la
velocidad promedio con se efectúa el tránsito de estas moléculas, se distingue dos tipos
de transporte: rápido y lento.
Transporte rápido
Algunos elementos se transportan a una velocidad muy rápida de 100 a 400 mm/día,
mientras que otros lo hacen a velocidades menores de 20 a 70 mm/día. Esta clase de
transporte se hace a lo largo de los neurotúbulos, por medio de proteínas motoras como
la kinesina y la dineina, que son parecidos a la miosina.
Transporte lento
En este caso el transporte se efectúa a velocidades lentas de 3 a 20 mm/día, o muy
lentas de 0.1 a 4 mm/día. vía neurotúbulos y neurofilamentos. El transporte lento se
realiza por medio de los filamentos de actina y tubulina.

c) El botón terminal
La terminación del axón, antes de formar una sinapsis, es una pequeña expansión
del espacio citoplasmático, especializada en la síntesis y el almacenaje de las
sustancias neurotransmisoras, así como en la liberación de las mismas en el espacio
sináptico.
Cuando forma parte de las sinapsis químicas, esta estructura presináptica cuenta
con una membrana rica en canales iónicos, sobre todo de Na, K y Ca. Cuenta con una
membrana presináptica que contiene proteínas motoras para la salida de las moléculas
del neurotransmisor. Además, dentro de su citoplasma se encuentra una abundancia de
mitocondrias, lo cual traduce la intensidad de su actividad bioquímica; una rica
concentración de enzimas, especialmente de las que intervienen en la degradación de la
glucosa y la síntesis de varios de los neurotransmisores más simples, pero
indispensables y en constante recambio. Pero lo más llamativo de su estructura es la
presencia de las vesículas o los gránulos sinápticos que almacenan neurotransmisores
de todo tipo. Naturalmente que cuenta con todo el aparato enzimático y de proteínas
estructurales para la síntesis cíclica de dichas vesículas.

Los neurotransmisores
Según la definición clásica de neurotransmisor, éste es una sustancia que al ser
liberada por una terminación nerviosa en una sinapsis, actúa sobre receptores de una
membrana post-sináptica y produce excitación o inhibición de la célula blanco, que
puede ser otra neurona, una fibra muscular, una célula glandular o una célula
inmunitaria.
Un vista de vista más general, hace referencia al concepto de mensajero químico,
que viene a ser una clase de moléculas sintetizadas por las células, para ser liberadas al
espacio intercelular donde circulan hasta encontrar otras células con moléculas
receptoras a las que se ligan.
Los neurotransmisores son una clase especial de mensajeros químicos sintetizados
por las neuronas. Son los mensajeros químicos del sistema nervioso que al ser liberados
por una terminación axonal presináptica hacia la hendidura sináptica, actúan sobre
receptores de la membrana postsináptica para producir cambios funcionales (eléctricos)
o bioquímicos en la célula blanco (que puede ser otra neurona, una fibra muscular, una
célula glandular o una célula inmunitaria).
Los efectos de los neurotransmisores en la neurona postsináptica, son los cambios
instantáneos de la actividad bioquímica, que eventualmente se expresan en la forma de
excitación o inhibición de la actividad eléctrica de la membrana celular. Tales efectos
también los estudiaremos en los Cuadernos correspondientes a los niveles metabólico y
funcional del sistema nervioso.
La teoría acerca de la neurotransmisión ha tenido un desarrollo impresionante desde
que se hizo evidente la importancia de diversos fármacos en la terapéutica neurológica y
psiquiátrica. Una vez conocido el hecho de que casi todos los medicamentos modifican
la actividad funcional y/o psíquica del cerebro en pacientes con diversas enfermedades,
la necesidad de explicar sus mecanismos de acción indujo a una mayor exploración de
tales medicamentos en los animales de experimentación y al empleo ensayos clínicos de
diversas sustancias que modifican la actividad sináptica en pacientes con desórdenes
metabólicos y funcionales del cerebro. En estas investigaciones, ha sido importante el
estudio de los medicamentos con propiedades agonistas o antagonistas de la actividad
de los neurotransmisores, habiéndose llegado a descubrir así una enorme variedad de
receptores.
En gran medida, el descubrimiento de la diversidad de neurotransmisores y, sobre
todo, de la variedad de sus receptores es producto de la investigación farmacológica
tendiente al descubrimiento de medicamentos que puedan modificar las alteraciones
metabólicas de las enfermedades del sistema nervioso, especialmente los así llamados
desórdenes mentales, así como de la investigación tendiente a explicar los procesos por
los que los agentes tóxicos endógenos y exógenos afectan la membrana neuronal y la
transmisión sináptica. Desde muy temprano en estos estudios se notó que 1) algunas
sustancias imitan el efecto fisiológico de la estimulación de los nervios; y que 2) otras las
bloquean. De allí la separación entre agonistas y antagonistas de tales sustancias, en el
sentido de que imitan la acción normal del neurotransmisor o que bloquean dicho efecto.
En el cuadro 1.4.1, se enumeran las principales de éstas sustancias, muchas de las
cuales han dado nombre a los respectivos receptores del neurotransmisor normal..

Clases de neurotransmisores
Es usual clasificar los neurotransmisores según su “función”, como si además de
neurotransmisores propiamente dichos, hubiera neuromoduladores, neurohormonas,
neuromediadores, neurorreguladores, etc. En realidad, éstas son formas de actividad
informacional, pues se trata del efecto de las señales químicas sobre las neuronas
postsinápticas dentro de una estructura tisular o de una red funcional más o menos
delimitada psíquica, funcional o metabólicamente. En efecto, la misma sustancia puede
tener un efecto funcional de inducir cambios de potencial en la membrana postsináptica,
o modificaciones en la actividad bioquímica o genética de la misma neurona,
dependiendo del contexto, que no es otro que la forma como está organizada la
estructura supracelular en un momento dado.

CUADRO 1.4.1
NEUROFARMACOLOGÍA DE ALGUNOS SUBTIPOS DE RECEPTOR

Neurotrasmisor Subtipo receptor Agonista Antagonista


R. nicotínico Nicotina Curare
Acetilcolina
R. muscarínico Muscarina Atropina
Receptor  Fenilefrina Fenoxibenzamina
Norepinefrina
Receptor  Isoproterenol Propanolol
AMPA AMPA CNQX
Glutamato
NMDA NMDA AP5
GABAA Muscimol Bicuculina
GABA
GABAB Baclofeno Faclofeno

Los transmisores se clasifican de diversos maneras:

a) Por sus efectos, los clasificamos en:


1. Neurotransmisores funcionales, que generan potenciales postsinápticos en
una célula postsináptica
2. Neurotransmisores metabólicos (neuromoduladores, neurohormonas) que
modifican la actividad bioquímica intracelular de la neurona postsináptica
3. Neurotransmisores mixtos, que generan modificaciones metabólicas y
funcionales en neuronas postsinápticas.

b) Por el tiempo de latencia de su acción, en:


1. Neurotransmisores lentos
2. Neurotransmisores rápidos
3. Neurotransmisores ultrarrápidos.

c) Por su composición química, en:


1. Ésteres: Acetilcolina (En algunos textos modernos, la acetilcolina se clasifica
como una amina)
2. Aminas, que comprenden las catecolaminas, como: la dopamina (DA), la
noradrenalina (NA), la adrenalina (AD) y las indolaminas, como la serotonina
(5HT) y la histamina (HI)
3. Aminoácidos, principalmente el glutamato (GL), el aspartato (AP), la glicina
(GL), el ácido gama-aminobutírico (GABA)
4. Polipéptidos, como las hormonas liberadoras (HL) y las hormonas inhibidoras
de las hormonas liberadoras (HI-HL)
5. Péptidos hipofisiarios, como: la hormona adrenocorticotropa (ACTH), la
hormona estimulante de los melanocitos (MSH)), la prolactina (PR), la
tirotrofina (TSH), la hormona de crecimiento (GH) y las gonadotropinas (LH y
FSH).
6. Péptidos cerebrales: vasopresina, oxitocina, sustancia P (SP), gastrina,
colecistoquinina, polipéptido intestinal vasoactivo, neurotensina, insulina,
angiotensina II, glucagon; péptidos opioides (endorfinas).
7. Péptidos no neurales: bradikinina, carnosiana, péptido del sueño, calcitonina
8. De tipo diverso: Oxido nítrico, CO, ácido araquidónico, ATP, adenosina.
En el cuadro 1.4.2 se mencionan las clases de neurotransmisores más importantes
y/o mejor conocidos.

CUADRO 1.4.2
TRANSMISORES MÁS IMPORTANTES
(Neurotransmisores, neuromoduladores, neurohormonas, neuromediadores)

Aminoácidos Aminas Péptidos

GABA Acetilcolina Colecistokinina


Glutamato Dopamina Dinorfina
Aspartato Norepinefrina Encefalinas
Glicina Epinefrina N-acetilaspartilglutamato
Histamina Neuropéptido Y
Serotonina Somatostatina
Sustancia P
HL de la Tirotrofina
Péptido Intestinal
Vasoactivo

Síntesis:
La síntesis de los transmisores se realiza:
1) En el cuerpo celular. En tal caso, como lo hacen las proteínas, los polipéptidos
sintetizados en el retículo endoplasmático, son segmentados en el aparato de
Golgi, para luego son transportados a lo largo del axón hacia la terminación
nerviosa.
2) En la terminación axonal, tal como sucede con todos los aminoácidos. Con este
fin, en dicha terminación están presentes las enzimas y coenzimas, así como
las mitocondrias, que son necesarias para la síntesis de estos aminoácidos.
Almacenamiento:
Los transmisores se almacenan en el botón terminal de los axones en la forma de
gránulos (los péptidos), y en vesículas, redondeadas u ovoideas (los demás
transmisores).

1.4.2. La vaina de mielina


Pocas fibras nerviosas son amielínicas, es decir, no tienen una envoltura de mielina.
La gran mayoría de las fibras nerviosas, tanto centrales como periféricas, son mielínicas
porque están envueltas por una vaina de mielina.
Composición
La mielina es una sustancia formada por el ensamble de moléculas de proteína y de
lípidos. Estas moléculas forman láminas constituidas por un componente lipídico
orientado radialmente y un componente proteico orientado tangencialmente. Cada
unidad de estas láminas están constituidas por una secuencia de proteína-lípido-
proteína-lípido-proteína. Las sustancias específicas que configuran estas láminas, las
mencionamos en la lista siguiente:
Proteínas (30%) Lípidos (70%)
P. proteolipídica Colesterol
P. DM-20 Cerebrósidos, sulfátidos,
P. básica de la mielina Galactolípidos
CNP-asa Fosfátidos de etanolamina,
Glucoproteínas Lecitina, esfingomielina,
P. P0 Fosfatidilserina
Enzimas Fosfatidilinositol
Plasmalógenos

Síntesis
La mielina es sintetizada y formada por la oligodendroglía en el sistema nervioso
central y por las células de Schwann en el sistema nervioso periférico. Con este fin, la
membrana de estas células, durante las fases finales de la gestación, tiene la propiedad
de envolver al axón girando varías veces alrededor del mismo.
Justamente por este origen de la mielina, las fibras nerviosas mielínicas de los
nervios periféricos no tienen una envoltura continua de mielina, sino que ésta está
segmentada ya que cada célula de Schwann forma un segmento mielinizado, separado
del siguiente por el nodo de Ranvier, donde, como ya se ha dicho, la membrana del axón
está en contacto directo con el espacio extracelular y la astroglía. En las vías nerviosas
del sistema nervioso central, cada oligodendrocito forma hasta dos o tres segmentos.
Actividad
El tipo de actividad que realiza la mielina es la de un aislante; es un papel similar al
de la envoltura que cubre cualquier cable que conduce electricidad. Del grosor de la
vaina de mielina depende la velocidad con que se propaga el impulso nervioso a lo largo
del axón: a mayor grosor, mayor velocidad de conducción nerviosa. Así, en los nervios
periféricos (Cuaderno 3), las fibras A, de 1 – 20 m de espesor son de conducción
rápida (de 6 a 120 m/s), mientras que las fibras C, de 0. 5 a 2 m de espesor, que son
amielínicas o poco mielinizadas, son de conducción lenta (0.5 - 2 m/s).
BIBLIOGRAFÍA
1. Bear, M.F., Connors, B.W. y Paradiso, M.A. (1996) Neuroscience. Exploring the
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McGraw-Hill Interamericana. Madrid.
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9. Netter, F.H. (1983) The Ciba Collection of Medical Illustrations. Vol. 1: Nervous
system. CIBA.
10. Ortiz, C.P (2003) Cuadernos de Psicobiología Social 1: Introducción a una
Psicobiología del Hombre. UNMSM, Lima.
II. EL NIVEL METABÓLICO
DE LA ACTIVIDAD PSÍQUICA
CONTENIDO

Introducción
SECCIÓN 1. Procesos metabólicos de la transmisión sináptica
Capítulo 1.1. Estructura de la sinapsis
Capítulo 1.2. Neurotransmisión y redes químicas.
Capítulo 1.3. Procesos de la transmisión sináptica
SECCIÓN 2. Actividad metabólica del cerebro
Capítulo 2.1. Procesos del metabolismo cerebral
Capítulo 2.2. El ambiente tisular del cerebro
SECCIÓN 3. Procesos genéticos y metabólicos de la memoria
Capítulo 3.1. Codificación metabólica de la información psíquica
Capítulo 3.2. Regulación endocrina e inmunitaria de la actividad mnésica del cerebro
Apéndice: Aspectos metabólicos de los desórdenes psíquicos
INTRODUCCIÓN

La explicación química de la actividad del sistema nervioso parece que empezó con
Hensing en 1719, cuando al estudiar la composición química del cerebro le´llamó la
atención su alto contenido de fósforo. El conocimiento de su importancia aún persiste en
la cultura popular. Pero sólo después que se introdujeran las técnicas de análisis
químico por medio de solventes (por Vauquelin en1811), recién fue posible el estudio
exhaustivo de la estructura y la actividad bioquímica del sistema nervioso.
Pero antes, y como siempre, el pensamiento filosófico precede al descubrimiento o la
comprobación científica: Couerbe (en 1833) introdujo el concepto de que la enfermedad
mental es un desorden químico del cerebro. También es interesante que Baeyer (en
1850) haya podido sintetizar la acetilcolina y que su importancia en la actividad
metabólica del sistema nervioso recién se descubra cerca de 75 años después.
Schlosberger, a su vez, (en 1854) introdujo el concepto de la química nerviosa o
“neuroquímica”.
Otro hecho llamativo de la etapa previa a la eclosión de los estudios bioquímicos del
sistema nervioso es el estudió los efectos del curare oriundo de la selva peruana por
Claude Bernard en 1857.
Para la neurociencia, la neuroquímica moderna se inicia con los estudios de
Tudichum y la publicación de su “A Treatise on the Chemical Constitution of the Brain”
en 1884. Él realizó el primer estudio sistemático de la composición química del cerebro y
así llegó a aislar 140 sustancias, la mayoría de las cuales fueron los lípidos cuyos
nombres introducidos por Tudichum aún se mantienen.
Otra fase del estudio del sistema nervioso desde el punto de vista neuroquímico se
orientó a la explicación de los procesos metabólicos interneuronales. Tal tipo de estudio
se inició con el trabajo de Lewandowsky que, en 1898, publicó su trabajo sobre el efecto
de un extracto de la glándula suprarrenal sobre la musculatura vesical. Allí demostró que
tal efecto era similar al de la estimulación eléctrica de los nervios simpáticos. El trabajo
fue hecho de modo independiente por Langley, que en su publicación de 1901 llego a
hacer la misma observación.
Poco tiempo después, Elliot (en 1905) publicó su artículo “The action of adrenaline”,
en el que sugirió (en la vejiga del gato) que los impulsos simpáticos liberan cantidades
muy pequeñas de una sustancia semejante a la adrenalina, y que ésta de inmediato se
pone en contacto con las células efectoras. Casi al mismo tiempo Langley (en 1905),
sugirió que las células efectoras tienen “sustancias receptoras” que producen la
excitación o la inhibición del efector.
Dixon hizo notar, en 1907, en la misma vena de las ideas anteriores, la similitud que
hay entre la estimulación del nervio vago y el efecto de la muscarina. Sobre esta base
sugirió con toda razón que el nervio vago o neumogástrico libera una sustancia tipo
muscarina que actúa como trasmisor. Dale (en 1914) demostró que la acetilcolina tiene
un efecto parasimpaticomimético, e intuyó, además, la existencia de una enzima que
debe destruirla una vez que ejerce su acción local.
Años más tarde, Lewi (en 1921) pudo demostrar que después de la estimulación del
músculo cardiaco de la rana a través del mismo nervio vago, el líquido de perfusión
contenía una sustancia, pues pudo excitar otro corazón con el mismo líquido: le llamó
“parasimpatina” a la posible sustancia liberada, la misma que en 1926 comprobó era la
acetilcolina (Feldberg y Krager, en 1933, la encontraron también en mamíferos).
Cannon y Uridil (en 1921) también llegaron a demostrar que la estimulación del
nervio simpático del hígado produce una sustancia que eleva la presión arterial y la
frecuencia cardíaca. Le llamaron simpatina a esta sustancia aún desconocida, que más
tarde Von Euler (en 1946) demostró que es la misma noradrenalina o adrenalina
desmetilada.
Una tercera fase de esta historia, es la del estudio del metabolismo del cerebro, que
empezó con Schmidt (en 1928), con la medida del consumo de oxígeno por este órgano.
Kety (en la década de los cuarenta) introdujo las técnicas de medición del metabolismo
cerebral y su relación con el flujo sanguíneo cerebral, por medio de sustancias
marcadas, en los animales de experimentación.
Por otro lado, esta es la época en que se da comienzo a los estudios de mayor rango
teórico. Así, Winterstein (en 1929) elaboró los primeros intentos de síntesis físico-
química en relación con la función cerebral, es decir, inició así una orientación de las
investigaciones hacia la neurofisiología química. Page (en 1937) publicó su obra “La
química del cerebro”, como el primer intento de integrar la función y el metabolismo del
cerebro.
Una cuarta fase la iniciaron McIlwain y Himwich en la década del cincuenta, con el
estudio sistemático de la patoquímica de las enfermedades del sistema nervioso. De
modo simultáneo, aunque ya se había introducido el uso de los bromuros, el fenobarbital
y la fenitoína para el tratamiento de las crisis epilépticas, Laborit (en 1952) logró la
síntesis de la clorpromazina y el tratamiento farmacológico de la esquizofrenia por Delay
y Deniker, y así se da inicio a la psicofarmacología moderna.
Un aspecto importante del desarrollo de la neurofarmacología es la introducción por
Carlsson del tratamiento de la enfermedad de Parkinson (en 1958), después que por
métodos histoquímicas se demostrara la depleción de la dopamina en los núcleos
basales. Los estudios de la dopamina cerebral y la introducción de la L-DOPA en el
tratamiento de dicha enfermedad, marcan el inicio del estudio sistemático de la
neurotransmisión central. Por su parte, Tower (en 1960) inició el estudio neuroquímico
de la epilepsia.
Otro aspecto de esta etapa del desarrollo de la Neuroquímica es el estudio de lo que
se ha dado en llamar la química de la memoria; estudio que fue iniciado en los
invertebrados por Hyden en 1958, y continuado por Kandel a partir de los setenta.
Pero, no cabe duda que el descubrimiento de la estructura química de los genes por
Watson y Crack en 1953, condujo a los descubrimientos de la genética molecular que,
ya en los últimos años, ha logrado explicar el desarrollo del sistema nervioso durante la
gestación, no como cambios anatómicos, sino como procesos epigenéticos de
diferenciación celular.
En resumen, la investigación neuroquímica en las cinco últimas décadas se ha
caracterizado por llevar los descubrimientos respecto del sistema nervioso periférico y
los tejidos extraneurales al estudio de la actividad metabólica del cerebro, sobre todo
desde que se descubrió la presencia de Ach (1940) y de noradrenalina (1954) en el
cerebro y se inició la genética molecular (Watson y Crick, 1953) con el descubrimiento
de la estructura química del ADN y la clonación de la información genética.
A partir de los años setenta la investigación se orienta a la explicación genética de
los procesos neuroquímicos de las enfermedades mentales hereditarias y degenerativas,
así como al estudio de los cambios metabólicos debidos a sustancias neuroactivas y
psicoactivas, y hacia la investigación farmacológica tendiente al tratamiento de los
desórdenes metabólicos y funcionales del cerebro.
Las técnicas de investigación experimental más usadas en el estudio neuroquímico
del sistema nervioso (más en los animales que en el hombre) son:
 Las preparaciones de tejido cerebral y las técnicas para el ensayo de enzimas y
sustratos
 La medición de la diferencia arteriovenosa de sustancias que ingresan al cerebro y
salen de él. Ha servido para determinar el cociente respiratorio
 El estudio de lesiones cerebrales por procedimientos de estereotaxia, para precisar
el curso de las vías químicas
 Las técnicas de perfusión total (del cerebro, médula, ganglios): para medir
sustancias que se producen por la actividad neural, tanto por estimulación artificial
como por efecto de sustancias inyectadas
 El cateterismo regional, por medio del implante de cánulas intraventriculares o
intracerebrales
 La disección manual con microscopio de disección (o por centrífuga) para obtener
fragmentos de neuronas y medir concentraciones de sustancias (que puede llegar al
grado de medir concentraciones de 0.0001 g)
 El estudio de rodajas de corteza cerebral: para estudiar cambios en la actividad
funcional producidos por sustancias
 El uso de homogenizados para aislar enzimas y organelas
 El aislamiento de partículas en las terminaciones nerviosas (sinaptosomas) por
centrifugación, para el estudio ultramicroscópico de mielina, mitocondrias, vesículas
sinápticas, membranas sinápticas.
SECCIÓN 1
PROCESOS METABÓLICOS DE LA TRANSMISIÓN
SINÁPTICA

En esta sección haremos una revisión de las sinopsis y de los procesos de la


transmisión sináptica interneuronal y neuroefectora, especialmente neuromuscular.
Al respecto, es preciso saber que la relación metabólica interneuronal y
neuroefectora en la sinapsis son sólo casos especiales de una variedad más amplia de
relaciones intercelulares. Entre éstas se pueden contrastar las relaciones de tipo
autocrino, paracrino y endocrino
La relación autocrina ocurre cuando una célula libera sustancias para las que tiene
receptores en su propia membrana. Tales sustancias se ligan a estos autorreceptores y
así modulan la actividad de la propia célula; es decir, la neurona se regula a sí misma, o
vuelve a utilizar el mismo neurotransmisor. En las sinapsis interneuronales, muchos
neurotransmisores tienen autorreceptores en el botón terminal del axón.
La relación paracrina se produce cuando una célula libera sustancias que pueden
ligarse a receptores de superficie de otras células vecinas, por simple difusión en el
espacio intersticial. Tal relación ocurre en las sinapsis propiamente dichas, cuando un
neurotrnsmisor es liberado por una neurona presináptica y se liga a receptores de la
neurona postsináptica.
La relación endocrina es característica de las glándulas de secreción interna, que
liberan sustancias –las hormonas– que circulan en la sangre a través del sistema
cardiovascular, hasta que encuentran las células-blanco que cuentan con los receptores
apropiados, intracelulares o de membrana, a los que se ligan siguiendo los mismos
principios de la ligación transmisor-receptor. Un caso especial de esta relación endocrina
en el sistema nervioso es la relación neuroendocrina, que ocurre cuando ciertas
neuronas liberan sustancias, las neurohormonas, que ejercen su acción del mismo modo
que cualquier otra hormona.
Como habrá podido apreciarse, toda relación metabólica intercelular requiere de
transmisores y de receptores. Naturalmente que todas las células sintetizan y liberan
transmisores, y al mismo tiempo tienen receptores a los que pueden ligarse dichos
transmisores, de la misma célula o de otras, cercanas o distantes.
Es usual que cuando se hace referencia a la actividad sináptica se aluda al
transmisor y a al receptor como moléculas independientes y aisladas, mejor dicho en
abstracto, y con sus plenas propiedades químicas. Debemos reiterar, sin embargo, que
en las relaciones intercelulares este tipo de conceptuación tendría que atribuirse a los
efectos aleatorios de las moléculas, mas no a las relaciones entre células que bien
sabemos son formas de determinación o de interacción organizadas
informacionalmente. Mejor dicho, la configuración epigenética de un conjunto de células
determinarán la configuración de las relaciones metabólicas entre ellas en un momento
dado, lógicamente dentro del curso de la historia del individuo, en el caso nuestro de la
persona. Por ello habremos de distinguir entre la acción de una o muchas moléculas de
un transmisor, y la acción organizada a base de la configuración de tales moléculas, que
es lo denominamos la información metabólica. Este concepto no descarta que como
parte de la actividad unitaria del transmisor, su conformación atómica es parte de la
misma estructura informacional.

1. Autocrina
2. Paracrina
• Sináptica 1
3. Endocrina
• Neuroendocrina

Vaso sanguíneo

Fig. 1.1. Relaciones metabólicas intercelulares: tipos de flujo de las señales químicas

En el nivel de organización siguiente, también distinguiremos entre una contracción


muscular causada por la avalancha de unas moléculas (el efecto de la epinefrina sobre
el músculo de la vejiga, por ejemplo) y la acción organizada de la información metabólica
sobre la musculatura durante la expresión de una cierta emoción.
Ya hemos hecho breves introducciones al estudio de los receptores y de los
neurotransmisores al hablar de la estructura de la membrana neuronal y del botón
terminal del axón. En esta sección ampliaremos estos estudios como parte de la
explicación de los procesos de la actividad sináptica.
CAPÍTULO 1.1
ESTRUCTURA DE LA SINAPSIS

Estructura de las sinapsis físicas. Estructura de las sinapsis químicas: clases.

La sinapsis es la estructura tisular formada por el contacto entre neuronas, y entre


neuronas y un efector no-neural. En la zona de contacto las membranas de la
terminación axonal y de la neurona postsináptica se modifican estructuralmente, de
modo sutil en las sinapsis físicas más simples, y de modo algo o extremadamente
complejo en las sinapsis químicas.
Toda sinapsis está pues constituida por la membrana postsináptica de la parte
terminal del axón de la neurona presináptica, y la membrana postsináptica (o
subsináptica) de la neurona postsináptica o de un efector postsináptico (como las fibras
musculares), que contiene los receptores postsinápticos.
Desde el punto de vista del nivel metabólico de la actividad neural, la sinapsis debe
ser considerada como un sistema tisular relativamente aislado de las neuronas que
intervienen en ella. John Eccles ya había señalado la necesidad de aislar la sinapsis
como el órgano más esencial del sistema nervioso. Lógicamente que es una unidad
esencial, pero no del sistema total, sino del nivel tisular-metabólico. Tan es así, que
inclusive la posibilidad de hablar de superneuronas, o de neuronas interconectadas
estructuralmente a través de las sinapsis, aluden a este nivel informacional
supraneuronal del sistema nervioso organizado a base de la información metabólica.
Esta concepción de la actividad nerviosa (y personal) debe llevarnos a revisar la
antigua controversia entre la doctrina de la neurona de Cajal y el reticularismo que con
tanto ardor defendió Golgi. Estos conceptos son, como hemos visto en varios puntos de
estos Cuadernos, otro ejemplo de las grandes intuiciones filosóficas que se han
elaborado dentro de la neurociencia, que ora nos convencen en una dirección teórica,
ora en la dirección contraria, hasta que después que se ha dado por superada la
contradicción, y terminada la controversia, resulta que ambas posiciones originales eran
igualmente ciertas y que quienes las propusieron, todos habían tenido la razón.
Efectivamente, desde el punto de vista de la concepción informacional del sistema
nervioso, en el nivel genético la neurona está ciertamente separada, en tanto que en el
nivel superior siguiente las neuronas forman un retículo, la superneurona de la
neurociencia natural, o mejor, el tejido supraneuronal del nivel tisular-metabólico del
sistema nervioso, que corresponde al nivel tisular supracelular de la persona.
Teniendo en cuenta la ausencia o presencia de una sustancia neurotransmisora, las
sinapsis se clasifican en sinapsis físicas y sinapsis químicas.

1.1.1. Sinapsis físicas


Llamadas también sinapsis eléctricas, se caracterizan porque no usan transmisores
ni receptores en el proceso de transmisión de señales químicas. Su estructura y
actividad se caracteriza por su relativa sencillez: en la pequeña área de contacto entre
axones o dendritas, tanto la membrana presináptica como la postsináptica se acercan
ligeramente: si el espacio que separa dos neuronas tiene un ancho de 20 nm, en la
sinapsis física la distancia se acorta a 3.5 nm. Se forma así una unión intercelular
comunicante.
En esta zona, moléculas proteínicas especiales, las conexinas, forman hemicanales,
uno por la neurona presináptica y otro por la postsináptica. Estos hemicanales se
acoplan y forman un conexón o canal único, a través de los cuales los iones (u otras
pequeñas moléculas) pueden pasar directamente de una neurona a otra, generando
potenciales graduados que se propagan electrotónicamente. Nos parece que este tipo
de sinapsis explica la transmisión epáptica (no sináptica) de la neurofisiología clásica, o
es, por lo menos, un tipo de conexión interneural que corresponde a esta forma de
relación interneuronal, talvez sin efecto de señal.
Esta clase de sinapsis abunda más en los animales inferiores, pero se encuentra
también en varías zonas del sistema nervioso de los animales superiores y del hombre.
Predominarían como sinapsis dentro-dendríticas.

1.1.2. Sinapsis químicas


Mientras no conozcamos de qué manera intervienen las sinapsis físicas en la
actividad psíquica, nuestros análisis sobre la actividad metabólica del tejido nervioso
quedará limitado a las sinapsis químicas
Son sinapsis de mucho mayor complejidad que las anteriores. Como quiera que
estas sinapsis son las más abundantes en el sistema nervioso de los animales
superiores y del hombre, la investigación neuroquímica esta dedicada especialmente a
ellas; además de que su importancia está en estrecha relación con la integración de la
actividad del sistema nervioso y de la actividad personal en su conjunto, así como en
relación con la memoria, es decir, con el guardado de la información psíquica (que es la
que nos interesa) en el nivel metabólico de su codificación.
Por debajo de la membrana de la terminación nerviosa presináptica se adosan una
variedad de proteínas motoras que intervienen en el adoquinamiento de las vesículas
sinápticas inmediatamente antes de su liberación en la hendidura sináptica. Contiene
además autorreceptores a los que se ligarán las moléculas del neurotransmisor liberado,
como parte de los procesos de su desaparición. Como se ha dicho, el botón terminal del
axón presináptico contiene mitocondrias y el aparato enzimático necesario para la
síntesis de los neurotransmisores aminas y aminoácidos.
La hendidura sináptica no es un espacio vacío. Además de enzimas que intervienen
en la desaparición del neurotransmisor apenas liberado, contiene varios elementos
intermembranas. En realidad, mucho después que la existencia de la sinapsis fuera
intuida por Charles Sherrington a fines del Siglo XIX, sólo con la invención del
microscopio electrónico y de su introducción en el estudio de las células en 1950, pudo
visualizarse la estructura de las sinapsis químicas, además de la membrana y demás
estructuras celulares. Al comienzo fue evidente la separación de las membranas
presináptica y postsináptica por la llamada hendidura sináptica (el espacio sináptico).
Posteriormente pudieron verse los mencionados elementos intermembranas, como hilos
que pasan de una a otra membrana. Se sabe ahora que cierto tipo de neurofilamentos
se prolongan de una neurona a otra a través de la sinapsis y que su presencia sería
causada por el aprendizaje, es decir, cuando ha llegado a codificarse algún tipo de
información en red neural o en el complejo supraneuronal del que forma parte la
sinapsis. La hendidura sináptica, por otro lado, está bordeada por la astroglía que rodea
a las neuronas.
La membrana postsináptica se la ve engrosada por la presencia de receptores y
canales iónicos de diverso tipo que cada clase de neurona contiene. Por debajo de la
membrana, secuencias de moléculas acopladas a proteínas G, adenilciclasa, inositol
trifosfato (IP3), diacilglicerol (DAG), ATP, AMPc, proteinocinasas, todas las cuales
intervienen en la actividad de la neurona postsináptica desencadenada por la ligación
del neurotransmisor al receptor.

Fig. 1.1.1. Sinapsis química vista al microscopio electrónico (Tomado de Ford y


Schadé, 1965)

Clases de sinapsis químicas


Las sinapsis químicas se las puede clasificar desde varios puntos de vista:.
a) Por el tipo de conexión, son:
a. Axo-dendríticas, cuando él contacto entre las neuronas se realiza entre la
terminación axonal y las dendritas de la neurona postsináptica
b. Axo-somáticas, se forman entre la terminación axonal presináptica y la
membrana del soma neuronal
c. Axo-axónicas, que se forman entre la terminación de un axón y el botón
terminal de un axón que hace sinapsis con otra neurona
d. Dendro-dentríticas, es decir, entre las dendritas de una neurona
presináptica y otra postsináptica, una forma de conexión que sería rara
para este tipo de sinapsis.
b) Por su forma, son:
a. Simples, en cuyo caso el botón terminal se una a la superficie llana de la
neurona postsináptica
b. Espinas, cuando en las dendritas la neurona postsináptica forma una
especie de prominencia inmediatamente por debajo del botón terminal. En
esta caso, la espina es un compartimiento o bolsa de citoplasma aislado
por un cuello o garganta del resto del interior de la dendrita
c. Crestas, son prominencias semejantes a las espinas, pero sésiles o sin
cuello
d. Varicosidades, se forman cuando un axón “trepa” a lo largo de una
dendrita formando múltiples sinapsis, en escalera
e. Glomérulos, se forman cuando las ramificaciones terminales del axón se
contactan con las ramificaciones en forma de penacho de una dendrita
postsináptica
f. Plexiformes, se forman cuando varías terminaciones axonales contactan
entre sí formando una especie de pelotita o glomus muy pequeño.
g. Combinadas, cuando varias de estas formas de sinapsis se reúnen en un
mismo punto.
c) Por sus funciones, se las clasifica en:
a. Sinapsis tipo 1, que generalmente son sinapsis axo-dendríticas y
producen un efecto excitatorio sobre la membrana postsináptica. Se
caracterizan porque el área postsináptica es única y ancha, y el botón
terminal contiene vesículas redondas
b. Sinapsis tipo 2, que generalmente son axo-somáticas y producen un
efecto inhibitorio sobre la membrana postsináptica. A diferencia de las
anteriores, la superficie postsináptica está dividida en pequeños parches,
delgados, y las vesículas del botón presináptico son ovaladas.
CAPÍTULO 1.2
NEUROTRANSMISIÓN Y REDES QUÍMICAS

Principales neurotransmisores: síntesis, tipos de receptor, almacenaje, modo de


acción, disipación, efectos más importantes, distribución. Redes químicas.

En el presente capítulo haremos una revisión de la teoría acerca de los principales


neurotransmisores. En el capítulo 1.4 (1.4.1) ya nos hemos referido a las características
generales de los neurotransmisores en tanto productos de la actividad bioquímica,
intrínseca, de la neurona, especialmente de la parte terminal del axón.
Aquí haremos sólo una síntesis de los aspectos más relevantes de los
neurotransmisores mejor estudiados y conocidos, y cuya aplicación en farmacología
clínica (así como en la explicación de la dependencia a drogas que ha devenido en un
tema de importancia social) hace indispensable su conocimiento. Estos aspectos se
refieren a su modo de síntesis, los tipos de receptores a los que se ligan, su modo de
almacenaje en la terminación axonal, su modo de acción y de disipación/destrucción, así
como respecto de sus papeles o efectos más destacados en los niveles funcional y
psíquico de la actividad nerviosa. Es pues preciso revisar las versiones más amplias de
los textos de neuroquímica y de farmacología (véase, sobre todo, Siegel y otros, 1999, y
Hardman y otros, 2003).
La historia de la transmisión sináptica es el más claro ejemplo de cómo se han
elaborado los conceptos fundamentales de la neurociencia moderna. Infortunadamente
sin tener en cuenta la estructura informacional de los seres vivos, y menos la estructura
social del hombre. Nos referimos a la forma como se deducen las “leyes” y luego se
dicta la “doctrina” sobre el aspecto parcial que se ha aislado de la realidad. Al respecto,
hay por lo menos un aspecto de la transmisión sináptica que merece una apreciación
crítica. Fue el supuesto inicial, derivado de una observación experimental, de que cada
neurona sintetiza y libera un neurotransmisor, y que, por lo mismo, cada neurona
postsináptica dispone de un solo receptor. Sabemos ahora, en primer lugar, que cada
neurona puede sintetizar más de un neurotransmisor, y en segundo lugar, que cada
neurotransmisor puede tener más de un receptor en la membrana postsináptica e
inclusive en la presináptica. Igual comentario tendremos que hacer (véase 1.2.2) sobre
la abstracción de las redes químicas, tal como se encuentra actualmente planteada.
Al explicar la actividad de la neurotransmisión química en el nivel metabólico de las
sinapsis, se tendrá en cuenta que ya tenemos los conceptos relativos a la síntesis de los
neurotransmisores y su consiguiente almacenaje en la terminación axonal presináptica,
así como la presencia de los respectivos receptores en la membrana postsináptica. Por
consiguiente, habrá de notarse la diferencia que existe entre la ubicación de las
neuronas presinápticas que contienen un determinado neurotransmisor y la ubicación de
las neuronas postsinápticas que contienen los receptores correspondientes.
A pesar de que hay técnicas que permiten ubicar un neurotransmisor en la
terminación sináptica, en buen número de casos sólo ha sido posible ubicar los
receptores en neuronas cuyas aferencias no son bien conocidas. En el mejor de los
casos, se puede afirmar que, por ejemplo, en tal o cual región del cerebro existen
neuronas dopaminérgicas, porque se ha localizado dopamina en dicha región o porque
se ha detectado la presencia de receptores a este neurotransmisor en la misma zona.
Sin embargo, el cuerpo de la neurona dopaminérgica en sí puede estar, y así es en la
mayor parte de los casos, en un núcleo de una región lejana o muy lejana. En muchos
casos se requiere la comprobación de que la enzima que interviene en su síntesis se
encuentra también en la misma neurona presináptica. El caso típico es el de los
llamados sistemas de activación cuyas neuronas presinápticas se encuentran en varios
núcleos del tronco cerebral, y cuyos axones terminan en áreas distantes como la corteza
cerebral, entre otras: por tanto, los receptores respectivos se encuentran en neuronas
postsinápticas de la corteza, de los núcleos basales, del cerebelo, etc. Entonces,
cualquiera vía nerviosa, por larga que fuera –o por más distante que se encuentre su
cuerpo neuronal de la neurona blanco–, siempre estará conectada a otra red neural
metabólicamente, y la unidad metabólica será la ligación transmisor-receptor.

1.2.1. Principales neurotransmisores


En lo que sigue, tratando de superar las limitaciones de los conceptos tradicionales,
haremos la revisión de los aspectos ya señalados respecto de los neurotransmisores
más importantes.
Más que en ningún otro tema del presente texto, el estudiante tendrá en cuenta que
le será indispensable ampliar sus conocimientos en los diferentes textos de neurociencia
publicados. La importancia de este conocimiento es grande, pero no suficiente como
para que se tratado en estos Cuadernos, dados sus objetivos más amplios.

1. Aminas

Dopamina (DA)
La dopamina es producto de degradación del aminoácido tirosina en neuronas que
tienen el aparato enzimático indispensable. La tirosina, por efecto de la tirosino
hidroxilasa, es convertida en dihidroxifenilalanina (DOPA); ésta es descarboxilada a DA
por efecto de la DOPA-descarboxilasa, y ésta es convertida en DA por la enzima
dopamino β-hidrolasa (Fig. 1.2.1)
Además de interneuronas dopaminérgicas que se encuentran en el bulbo olfatorio y
en la retina, las principales grupos neuronales que contienen DA forman tres sistemas
dopaminérgicos: nigroestriado, mesocortical y tuberohipofisiario. El primero se origina en
la zona compacta del núcleo niger, e inerva el núcleo caudado y el putamen que forman
el núcleo estriado. En la enfermedad de Parkinson hay una degeneración de esta vía
nigroestriada, cuyo resultado es la depleción de la DA y la consiguiente aparición de los
síntomas motores, especialmente la acinesia.
El segundo sistema parte del núcleo tegmental ventral del mesencéfalo, que inerva
la corteza cerebral, principalmente del lóbulo frontal y el área del cíngulo, además del
septum, el núcleo accumbens y el tubérculo olfatorio. Se supone que la acción de los
antipsicóticos se centra en este sistema neuronal.
El tercer sistema dopaminérgica tiene sus neuronas de origen en los núcleos
arcuato y periventricular del hipotálamo, que envían sus axones al lóbulo intermedio de
la hipófisis y la eminencia media. Interviene en la regulación de la liberación de la
prolactina.
Los receptores dopaminérgicos son: D1, D2a, D2b, D3, D4, D5
Fig. 1.2.1. Procesos de síntesis de los neurotransmisores aminas:
dopamina, noradrenalina y adrenalina.

La dopamina tiene dos tipos de receptor: tipo-D1 y tipo-D2. Ambos están acoplados a
la enzima adenilciclasa de la membrana postsináptica; pero mientras los de tipo D1
(receptores D1 y D5) estimulan la actividad de la enzima, los de tipo D2 (D2, D3 y D4), la
inhiben. Todos estos receptores pertenecen a la familia de receptores ligados a
proteínas G. Ambos grupos de receptores están co-regulados; así, el bloqueo de
receptores tipo D2 por sus antagonistas como la sulpirida, producen una mayor densidad
de receptores del grupo D1 (lo cual se manifiesta, por ejemplo, en los movimientos
involuntarios de tipo disquinesia tardía).
Los receptores D1 se encuentran en neuronas intrínsecas del estriado dorsal, del
núcleo accumbens y tubérculo olfatorio. Los receptores D2 se encuentran en estas
mismas estructuras, pero en las neuronas extrínsecas del mismo estriado. Estos
receptores tienen alta afinidad por las benzodiazepinas; el receptor D5 tiene la máxima
afinidad por la dopamina.
Los receptores D3 y D4 tienen afinidad por los neurolépticos atípicos (especialmente
los D4 por la clozapina). Los D4 están acoplados a los canales de K+. Los D3 se
encuentran en el tubérculo olfatorio, el hipotálamo y el núcleo accumbens, y los D4 en la
corteza frontal, amígdala, mesencéfalo y bulbo, y en menor concentración en los núcleos
basales. Receptores D5 se encuentran en el hipocampo y el núcleo parafascicular del
tálamo.
Una característica común de los receptores DA es que la administración de
agonistas de dopamina (L-DOPA, bromocriptina, lisurida) producen un sensibilización o
tolerancia inversa, en el sentido de que sus efectos finales se incrementan con el tiempo,
por ejemplo de la hiperactividad motora. Aunque no se conocen los procesos por los que
se produce este fenómeno, lo cierto es que ocurren con ambos tipos de receptor DA, e
inclusive con agonistas como la anfetamina y la cocaína. El conocimiento de los efectos
de los receptores de DA ha resultado ser de la mayor importancia en la explicación de
las psicosis, incluyendo la enfermedad depresiva. Se supone que los neurolépticos
clásicos (fenotiazinas, haloperidol) actúan como antagonistas de una sobreestimulación
de los receptores D1 y D2, de lo cual resulta también la aparición de las disquinesias y
los desórdenes de tipo parkinsonoide que se observa en pacientes tratados con estos
medicamentos. En cambio, los antagonistas atípicos (clozapina, olanzapina, mirtazapina,
etc.) actuarían inhibiendo la actividad de receptores D3 o D4, y de allí su mayor acción
sobre la psicosis y la apatía, y su menor efecto sobre la motilidad somática. A partir de
estas observaciones se han deducido muchas hipótesis acerca de la patogénesis de los
desórdenes mencionados, todas ellas de corte puramente mecanicista y por lo mismo
improbables.
La DA es destruida en la sinapsis por acción de la MAO y es también usada por
recaptación. En la figura 1.2.2 se muestra la secuencia de los procesos químicos de
degradación de la dopamina, cuyo producto final es el ácido homovanílico (HVA).
Los efectos de la DA en los niveles funcional y psíquico son de tipo inhibitorio, pues
interviene especialmente dentro de los sistemas de organización de la actividad motora
intencional, y en los procesos de activación cortical, especialmente de la actividad
conativa prefrontal.

Noradrenalina (NA)
La NA (o norepinefrina) se forma a partir de la DA, en neuronas que contienen la
enzima dopamino-β-hidrolasa (Fig. 1.2.1).
La NA se distribuye en el sistema visceral simpático (en los vasos sanguíneos,
corazón, aparato digestivo, aparato urinario). Este sistema utiliza NA para la relajación
del músculo liso, la liberación de la glucosa en el músculo, y la lipólisis. También se
encuentra distribuida en el hipotálamo, el sistema límbico, la amígdala, el hipocampo, el
núcleo accumbens, el tegmento bulboprotuberancial. Es el neurotransmisor del sistema
de activación del núcleo ceruleus.
Los efectos de la NA (y la adrenalina) son mediados por receptores α1-adrenérgicos,
α2-adrenérgicos y β-adrenérgicos. Hay tres subtipos de receptores α1-adrenérgicos (α1A,
α1B y α1C); tres subtipos de α2- (α2A, α2B y α2C) y tres subtipos de β-adrenérgicos (β1, β2 y
β3). También hay autorreceptors adrenérgicos que al parecer regulan la liberación
adicional del mismo transmisor. Es interesante que los autorreceptores β-adrenérgicos
del SNP al facilitar la liberación del transmisor amplifican la actividad de la neurona; un
efecto que es diferente de la acción inhibitoria de los autorreceptores α-adrenérgicos (así
como los D2) que tienen un efecto cinético inhibitorio sobre la liberación del transmisor.
Loa receptores α-adrenérgicos están acoplados negativamente (son inhibitorios) y
los β-adrenérgicos positivamente (son excitatorios) a la adenilciclasa. La distinción
también es farmacológica: el isoproterenol es un agonista selectivo de los receptores β-
adrenérgicos, y la fentolamina es su antagonista; el propanolol y otros compuestos
afines son antagonistas de los receptores β-adrenérgicos (por eso se les llama beta-
bloqueadores).
Los receptores adrenérgicos situados en las terminaciones axonales de las sinapsis
axono-axónicas, tienen también un efecto inhibitorio sobre la síntesis y liberación de los
neurotransmisores de dicha terminación neuronal. La gran mayoría de los receptores
adrenérgicos están en el sistema nervioso periférico. Receptores α- y β-adrenérgicos se
encuentran en neuronas del cerebro, principalmente de la corteza cerebral, el núcleo
niger y el núcleo ceruleus.

Fig. 1.2.2.-Catabolismo de la DA, por desaminación oxidativa (izq) y por O-


metilación. COMT=catacolamina-O-metil transferasa; MAO=monoamino
oxidasa.

La NA es destruida por la MAO, y se disipa por recaptación y difusión. En la figura


1.2.3 se explica el cataclismo de la NA, que termina en dos productos finales: el 3-
meotoxi-4-hidroxifeniglicol (MHPG) y el ácido vanililmandélico (VMA).
Como quiera que es el neurotransmisor de uno de los sistemas de integración del
tronco cerebral, Interviene en los procesos de la atención y vigilancia, como también
dentro de los procesos de expresión del humor y la emotividad.

Fig. 1.2.3. Catabolismo de la noradrenalina. ADH=Aldehidodehidrogenasa.


AlcDH=Alcoholdehidrogenasa; CMPT=catecolamino-O-metil transferasa;
MAO= monoaminooxidasa.

Adrenalina (A)
La A (o epinefrina) se deriva de la NA, por desmetilación en neuronas que contienen
la enzima feniletanolamino n-transferasa.
La A es sintetizada y liberada al torrente sanguíneo por la glándula suprarrenal; en
cuyo caso su acción es la de una hormona, y por los axones motores del sistema
nervioso visceral simpático. Se encuentra en pequeñas cantidades en la formación
reticular del bulbo, en el tálamo y el hipotálamo. Ejerce su acción a través de los mismos
receptores de la NA.
La A es destruida por la MAO.
Es la hormona que media en la expresión corporal de las emociones a través del
sistema nervioso visceral.

Serotonina (5HT)
La 5HT se sintetiza a partir del triptófano. En las neuronas que tienen las enzimas
necesarias, este aminoácido se convierte en 5-hidroxitriptófano por acción de la enzima
decarboxilasa de los aminoácidos aromáticos) en 5-hidroxitriptamina (Fig. 1.2.4).
Se encuentra en las terminaciones axónicas de las neuronas de los núcleos del rafe,
sobre todo en los axones que se distribuyen en los núcleos basales y la corteza.
La 5HT es el neurotransmisor que tiene la mayor variedad de receptores y son,
además, los de más complicada nomenclatura. Los principales receptores de serotonina
son los siguientes: 5HT1a, 5HT1b, 5HT1c, 5HT1d, 5HT2, 5HT3, 5HT4, 5HT5.
El neurotransmisor 5HT es destruido por la MAO y también desaparece por
recaptación.

Fig. 1.2.4.- Procesos de síntesis y degradación de la serotonina.

Es el neurotransmisor de las redes neurales que intervienen en la inhibición de las


neuronas-blanco por aumento de conductancia del K. Es el neurotransmisor de los
sistemas que intervienen en los estados de alerta tónico y del sueño; así como en de los
que intervienen en el control de los grados de dolor.

Histamina HI
La HI se sintetiza a partir de la histidina en neuronas que cuentan con la enzima
Es encuentra en las terminales axonales de neuronas del hipotálamo principalmente;
pero la HI es un transmisor de tipo eicosanoide distribuido en los tejidos del cuerpo,
especialmente de las mucosas y de la piel. Los procesos bioquímicos de síntesis de la
histamina, a partir del aminoácido histidina, y su consiguiene desgradación se
esquematiza en la fig. 1.2.5. Los productos finales de esta degradación son el ácido
imidazolacético en el sistema nervioso periférico y el ácido tele-metilimidazolacético en
el sistema nervioso central.
Los receptores para la HI son de tres tipos: H1, H2 y H3.
La HI interviene en los sistemas que forman parte de los procesos del despertar, de
regulación de la temperatura corporal y, en el resto del cuerpo, de la dinámica vascular.
Fig. 1.2.5.- Procesos de síntesis y degradación de la histamina.

2. Ésteres

Acetilcolina (ACh)
La ACh se sintetiza a partir de la colina y la Acetil-coenzima A, por acción de la
enzima colinoacetiltransferasa (Fig. 1.2.6).
La ACh se encuentra distribuida en las neuronas preganglionares del sistema
nervioso visceral, las neuronas postganglionares del sistema visceral parasimpático y las
terminaciones axonales simpáticas de las glándulas sudoríparas. También es el
neurotransmisor del sistema nervioso somático, y así se libera en la placa mioneural. En
el sistema nervioso central hay neuronas colinérgicas en el tectum, el hipocampo, la
corteza cerebral, los núcleos basales, el cerebelo, el tronco encefálico. Entre estas
destacan las neuronas colinérgicas del sistema de activación del núcleo basal de
Meynert, y las células de Renshaw del asta anterior de la médula espinal.
La ACh tiene dos tipos de receptores: muscarínicos (AChm) y nicotínicos (AChn), y
cada uno de estos con distintas subvariedades. Receptores muscarínicos-1 se
encuentran en los ganglios autonómicos y en el sistema nervioso central; receptores
muscarínicos-2 se encuentran en el corazón; muscarínicos-3 en el músculo liso;
receptores nicotínicos-m en la placa mioneural, y nicotínicos-n en los ganglios
autonómicos, glándulas suprarrenales y también en varias regiones del sistema nervioso
central. En el SNC hay receptores nicotínicos en el tectum; receptores muscarínicos en
el hipocampo, córtex, núcleos basales, cerebelo, tronco encefálico, el sistema de
activación cortical del núcleo basal de Meynert, y en las células de Renshaw de la
médula espinal.
Fig. 1.2.6.- Procesos de síntesis y degradación de la ACh.

La ACh es destruida por la acetilcolinoestearasa.


Además de su actividad en la transmisión neuromuscular y en el sistema
autonómico, en el sistema nervioso central la Ach interviene en varios sistemas
metabólicos importantes para el aprendizaje de nueva información en la corteza
cerebral, y para el recuerdo.

3. Aminoácidos

Glutamato (GL)
El GL, así como los demás neurotransmisores aminoácidos, se producen como
resultado de reacciones colaterales del ciclo del ácido cítrico (Fig. 1.2.7).
Se encuentra en las terminaciones axonales de las vías sensoriales, en las redes
intracorticales, paleocorticales y neocorticales, y en los núcleos basales.
Tiene por lo menos dos clases de receptor: el receptor de tipo NMDA y el de tipo
AMPA. Ambos receptores se encuentran generalmente en la misma sinapsis, por lo
menos en la corteza cerebral.
El GL se disipa por difusión hasta que es captado por la astroglía, donde es
convertido en glutamina.
Los efectos del GL son de carácter excitatorio

Ácido gamma-amino butírico (GABA)


Este neurotransmisor se produce por descarboxilación del ácido glutámico.
Se encuentra en interneuronas locales de la corteza cerebral y de los núcleos
basales.
El GABA tien dos tipos de receptor: GABAA, que son postsinápticos (sus agonistas
son los barbitúricos y las benzodiazepinas), y GABAB que son de ubicación presináptica,
donde controla la liberación de otro neurotransmisor.
Se extingue por recaptación. En la terminación axonal, vuelve al ciclo del ácido
cítrico.
Sus efectos sinápticos son de inhibición presináptica.

Fig. 1.7.- Síntesis de los neurotransmisores aminoácidos dentro del ciclo del ácido cítrico (de Krebs).

4. Péptidos neuroactivos
En conjunto, los péptidos neuroactivos se sintetizan en el citoplasma de la neurona,
igual que las proteínas adoptan su composición final en el aparato de Golgi y son
transportados a la terminación del axón, donde se almacenan formando gránulos
presinápticos. Se distribuyen en todo el sistema nervioso, pero en cantidades
extremadamente pequeñas.
Los receptores mejor estudiados se conocen con las letras: ,  y 
la consolidación de la memoria; en la regulación de la secreción hipofisiaria y de la
actividad del sistema inmunitario y de los procesos motores del cuerpo estriado.
Una vez liberados, se inactivan por las peptidasas de la hendidura sináptica.
Sus acciones son similares a la de los neurotransmisores clásicos; pero, en general,
son cotransmisores, pues acompañan a aquellos en el proceso de la transmisión
sináptica. Su efecto es la modificación de la actividad presináptica o postsináptica, o la
modulación de la excitabilidad de la membrana postsináptica; de allí su calificación como
neuromoduladores.
Se conocen los efectos específicos de varios de estos neuromoduladores. Por
ejemplo, la sustancia P se encuentra en neuronas que modulan la transmisión de las
señales sensoriales del dolor. La angiotensina II (ATII), interviene en las redes
hipotalámicas que procesan señales respecto de la sed. La colecistokinina (CCK) es
neuromodulador en las redes neurales que intervienen en los procesos de la saciedad
del hambre.

1.8.- Algunos procesos de derivación de los péptidos

Los péptidos opioides, como encefalinas (met-encefalina y leu-encefalina), péptido E,


endorfinas, dinorfinas, entre otras, también se encuentran en las vías que modulan las
señales del dolor; en aquellas que procesan las diversas respuestas al estrés, así como
en las que intervienen en la regulación de la respiración, la circulación, la temperatura
corporal. Intervienen en la regulación de la secreción hipofisiaria y la actividad
inmunitaria. También forman parte de los neurotransmisores que modulan la actividad
sináptica del cuerpo estriado. En la corteza cerebral, varios neuropéptidos intervienen en
los procesos de codificación de la información psíquica consciente.

5. Neurotrasmisores ultrarrápidos
Los neurotransmisores ultrarrápidos mejor conocidos son el monóxido de carbono
(CO) y el óxido nítrico (NO3).
Están distribuidos en varios tejidos corporales. Se ha sugerido que uno de ellos, o
algún otro, tanto en el hipocampo como el resto de la corteza, intervendrían como
transmisores retrógrados cuyo efecto sobre la neurona presináptica es la prolongación
de los cambios de potencial postsináptico durante la codificación de nueva información.
1.2.2. Redes químicas
Un aspecto de suma importancia en la investigación neurofarmacológica y
psicofarmacológica, es este de la distribución de los neurotransmisores en el sistema
nervioso central, especialmente en el encéfalo. En términos generales, es cierto que
esta distribución sigue un cierto plan general que depende de la forma como se
ramifican y distribuyen los axones para conectarse entre sí. Se ha dado el nombre de
vías químicas a la forma como se distribuyen los axones para formar las redes neurales
dentro del sistema nervioso central, sobre la base del neurotransmisor que liberan los
axones respectivos. Es una manera de llamar la atención al hecho de que la distribución
de las vías que nos muestra la disección anatómica vendría a ser sólo una primera
aproximación al conocimiento de la conectividad neuronal dentro del sistema nervioso.
De dicho plan general de distribución dependería entonces la formación de tres
clases de redes químicas:
1) Redes neocorticales cortas, como las que forman las neuronas de axón corto en
la corteza cerebral, y que usan como neurotransmisores: GABA, GL, AP, GI,
péptidos, NO, CO
2) Redes paleocorticales convergentes o divergentes, que forman neuronas de
axón largo, pero que se distribuyen en serie y en paralelo, como vías
ascendentes o descendentes y conectan las áreas paleocorticales con el tronco
cerebral y la médula espinal, y que usan Ach, SP y otros péptidos como
neurotransmisores
3) Redes subcorticales divergentes, formadas por grupos de neuronas ubicadas
en el ronco cerebral, cuyos axones se distribuyen en el cerebro, cerebelo y
médula espinal. Usan como neurotransmisores: NA, DA, 5-HT, HI, y también
péptidos.
Sin un análisis adecuado de estos dos aspectos de la transmisión sináptica: de lo
que queda de la doctrina una-neurona-un-neurotransmisor-un-receptor, y del concepto
esencialmente neuroanatómico de las vías químicas, se dedujo de modo mecanicista, un
tercero, el concepto idealizado de que las vías anatómicas que se esquematizan en la
neuroanatomía, deberían ser reemplazadas por un sistema nervioso molecular, en el
que las moléculas de un determinado neurotransmisor ejercen una “función”, en el
sentido de un papel específico, que de inmediato explica cualquier forma de actividad
psíquica. Por ejemplo, tal o cual neuropéptido controla la sed, el dolor o el impulso
sexual y hasta el amor. Bajo este criterio sólo se transfieren los términos de la
explicación de los mecanismos de tipo telegráfico a la explicación de tipo bioquímico,
donde las moléculas tienen, según se dice, funciones, que no son sino explicaciones
igualmente mecánicas.
Si algo de verdad hay en esta simplista forma de comprender la actividad bioquímica
del sistema nervioso, es que hay ciertos núcleos formados por neuronas que sintetizan y
liberan un neurotransmisor que, siendo el mejor estudiado o conocido, puede dar su
nombre al núcleo, como una manera de adjetivar su función, real o supuesta. Tal es el
caso de los llamados “sistemas de activación” del tronco cerebral y de la base del
cerebro –conocidos como sistemas dopaminérgico, serotoninérgico, noradrenérgico,
colinérgico, histaminérgico, gabaérgico–, que supuestamente explican uno que otro
síntoma o enfermedad mental. Lo que no tiene que necesariamente cierto es que (como
veremos en los cuadernos siguientes) estos sistemas no son entes aislados que activan
por sí mismos otros entes igualmente aislados. Mejor será considerar que cualquier
grupo de neuronas, en cualquier parte del sistema, se comporta de modo similar: liberan
un neurotransmisor con una acción mejor conocida sobre otros grupos de neuronas
blanco, que se van conociendo poco a poco. El resultado final es que, si no se toma en
cuenta la organización informacional de estas interconexiones, nada se habrá avanzado
respecto del objetivo final: explicar la actividad personal en su conjunto.
Es en este sentido que el concepto de red química debe aplicarse a todo conjunto de
sinapsis interconectadas a través de neuronas que codifican una determinada clase de
información de cualquier nivel superior: funcional, psíquico inconsciente o psíquico
consciente. Por tanto, una red química puede coincidir, o no, con una red neural
funcional, o una red psíquica de un nivel superior. En todo caso, y desde otro punto de
vista, será una unidad metabólica supraneuronal, en el sentido que ya se ha explicado
previamente.
CAPÍTULO 1.3
EL PROCESO DE LA TRANSMISIÓN SINÁPTICA

De la transmisión sináptica en general: liberación del neurotransmisor; ligación


neurotransmisor-receptor; destrucción/disipación del neurotransmisor. La transmisión
neuroefectora y la generación de la señal sensorial.

En este capítulo haremos mención sólo a la transmisión a través de una sinapsis


química. El proceso mismo de la transmisión sináptica se refiere al paso de una señal
neural (aunque usualmente se alude únicamente a la transmisión del impulso nervioso
por medio de moléculas) de una neurona presináptica a una neurona postsináptica, a
través de una sinapsis.
Los objetivos de la transmisión sináptica son: 1) la transmisión de señales neurales
(funcionales) por intermedio de señales químicas; 2) la encodificación de información
neural en información metabólica (y genética), y 3) la descodificación de la información
metabólica en información neural. Recordemos que la codificación de información está
determinada por la configuración que adoptan las moléculas de los neurotransmisores
que intervienen en un conjunto dado de sinapsis, dentro de una red de conexiones
organizadas por la información del nivel superior. Las señales químicas consiguientes
pueden determinar tanto modificaciones en la expresión genética de la neurona como en
la configuración de trenes de impulsos nerviosos que circulan en a red neural.
Por otro lado, es preciso insistir en el hecho de que las moléculas mensajeras que
intervienen en estas formas de interacción celular se han clasificado desde distintos
puntos de vista: por su estructura química, la forma como se ligan al receptor, sus
efectos en la célula receptora. Pero lo importante es que estas moléculas, una vez que
se ligan al receptor, producen modificaciones en la membrana celular, una de las cuales
es la transmisión de los impulsos nerviosos de una neurona a otra o de una neurona a
un efector. En este caso, la sustancia mensajera es un neurotransmisor funcional.
Cuando el efecto no es sino la modificación de la duración o amplitud del impulso
nervioso, la sustancia mensajera es un neuromodulador, y si la misma sustancia
modifica la actividad genética de la célula, ya se comporta como una neurohormona. Si
una misma molécula mensajera tiene los efectos de este modo diferenciados, su nombre
dependerá de la forma en que produce su efecto.
Es también importante tener presente respecto de estas formas de relación entre las
neuronas, que las moléculas mensajeras por sí solas no portan mensaje alguno, y que el
nombre de mensaje se usa por simple analogía con las señales que usamos las
personas para comunicarnos. En realidad, si bien las relaciones entre células son de
naturaleza informacional, la información, como ya hemos dicho, no se encuentra en cada
molécula, sino en conjuntos organizados de moléculas que forman lo que podríamos
llamar estructuras químicas distribuidas en la matriz intercelular. La actividad de estas
estructuras son las verdaderas señales que determinan cambios específicos en los
procesos internos de las células blanco. De ese modo la información metabólica es la
base que organiza la actividad individual de las células; pero la actividad metabólica de
la red neural ya es punto de partida de la información neural que se codifica en los
trenes de impulsos nerviosos que se propagan a lo largo de las vías nerviosas, y así la
red neural queda organizada funcionalmente.

1.3.1. De la transmisión sináptica en general


Damos por entendido que los neurotransmisores ya sintetizados y almacenados en
vesículas o gránulos del botón terminal del axón, están listos para ser liberados en el
instante en que el impulso nervioso, dígase la señal neural, arriba a la terminación del
axón.
El proceso metabólico de la transmisión sináptica comprende: 1) la liberación del
transmisor en el espacio sináptico; 2) la ligación del transmisor al receptor, y 3) la
destrucción / disipación del transmisor. Luego siguen los cambios propios de la neurona
postsináptica, es decir, los procesos bioquímicos y funcionales de la membrana y el
interior de la neurona postsináptica. Todo este proceso de la transmisión de las señales
químicas a través de una sinapsis dura aproximadamente 1 a 2 mseg, después de una
latencia de 0.5 a 3 seg., esto es, el tiempo que media entre la llegada de los impulsos
nerviosos a botón terminal y la liberación del neurotransmisor. En la figura 1.3.1 se
especifican esquemáticamente los procesos de la transmisión sináptica.

Fig. 1.3.1.- Los procesos metabólicos de la sinapsis: 1, canales de Ca; 2, vesícula


sináptica liberando en neurotransmisor (NT); vías de destrucción/disipación: 3,
receptor directo; 4, receptor indirecto; 5, proteina carrier; 6, autorreceptor; 7,
difusión del NT; 8, captación por la glía. 9, síntesis de la vesícula sináptica; 10,
gránulos de péptidos; 11, liberación de los péptidos. (Tomado de Siegel y otros,
1999)
1. Liberación del neurotransmisor
La liberación del neurotransmisor en la hendidura sináptica se produce a partir de la
llegada del impulso nervioso, después de una latencia de 0.5 - 3 seg. Este lapso
incluye la apertura de canales de calcio de la membrana presináptica, el ingreso masivo
del calcio al espacio intracelular, la activación de sinapsinas, que son las proteínas
motoras que movilizan las vesículas sinápticas hasta su adoquinamiento a la membrana
presináptica por las proteínas sinaptotagmina y sinaptobrevina, y luego la fusión de la
vesícula a la membrana presináptica por una sinaptofisina. Finalmente, la apertura de
las vesículas hacia la hendidura deja que escapen las moléculas neurotransmisoras para
su difunsión en la hendidura sináptica.

2. Ligación del neurotransmisor al receptor


El efecto más importante de la liberación del neurotransmisor es la ligación o
acoplamiento neurotransmisor/receptor: El resultado subsiguiente de esta ligación es la
apertura, cierre u algún otro tipo de modificación de los canales iónicos.
Los procesos que inician los receptores en la neurona postsináptica una vez
activados por la ligación del neurotransmisor, son entonces de dos tipos: los efectos
bioquímicos intracelulares y los efectos eléctricos de la membrana.
I. Los efectos bioquímicos intracelulares postsinápticos, pueden ocurrir en diversas
direcciones:
a) Los cambios en los receptores activan enzimas que tienen efectos catalíticos,
como son: tirosinokinasas, tirosinofosfatasas, serina/treonino-kinasas,
guanililciclasa
b) Producen cambios en los canales iónicos dependientes de ligando, como
ocurre con la activación de los receptores AchN, glutamato, GABAA, glicina,
5HT3
c) Activan sistemas acoplados a proteínas G, como ocurre con transmisores
aminas, eicosanoides, péptidos hormonales. Las proteínas G se unen a GTP
que puede actuar sobre adenilciclasa; sobre fosfolipasas A2, C o D; sobre
canales de Ca, K o Na, o sobre proteínas transportadoras
d) Algunos transmisores, sobre todo hormonas que se ligan a receptores
citosólicos, activan factores de trascripción, que a su vez regulan la
trascripción de genes específicos
e) Activan secuencias de segundos mensajeros: AMP-cíclico, Ca², Inositol-Tri-
Fosfato, Diacilglicerol
II. Los efectos correspondientes al nivel funcional en la membrana postsináptica,
pueden ser 1) de tipo no-electrogénico, como la modulación o modificación de la
actividad de los canales iónicos, o 2) de tipo electrogénico, por medio de los cuales los
receptores directos o indirectos, determinan la apertura o cierre de canales iónicos que
luego al dejar (o no dejar) pasar los iones del exterior al interior de la célula, o viceversa,
generan cambios de potencial de la membrana, en sentido de excitación o de inhibición.

3. Destrucción/disipación del neurotransmisor


Las moléculas del neurotransmisor una vez que se han ligado a su respectivo
receptor y producido los efectos subsiguientes, tienen que desaparecer de la hendidura
sináptica. El efecto instantáneo de su acción local, puede alargarse sólo dentro de
límites muy estrechos. Por consiguiente, el neurotransmisor debe ser destruido o debe
disiparse hasta desaparecer del medio sináptico. Este efecto se consigue por medio de
los procesos siguientes:
a) Por inhibición enzimática, como ocurre con la ACh que es destruida por la
enzima acetilcolinoestearasa (AChE-asa) o los transmisores aminas que lo son
por la monoamino-oxidasa ( MAO)
b) Por difusión simple, tal como sucede con el NO, el CO
c) Por recaptación por medio de por autorreceptores o por proteínas
transportadoras que regresan al neurotransmisor hacia el botón terminal
presináptico para su reutilización
d) Por transporte activo hacia la misma neurona o hacia la astroglía vecina, como
ocurre con los transmisores aminoácidos, especialmente el glutamato
e) Por hidrólisis, tal como sucede con los neuropéptidos que son destruidos por
neuropeptidasas.
En el cuadro 1.3.1 se resumen los procesos de la transmisión sináptica.

CUADRO 1.3.1
PROCESOS METABÓLICOS DE LA TRANSMISIÓN SINÁPTICA
1. Liberación en el espacio sináptico
a. Movilización de la vesícula (sinapsinas)
b. Acoplamiento (sinaptotagmina, sinaptobrevina)
c. Fusión (sinaptofisina)

2. Ligación del neurotransmisor al receptor


I. Efectos metabólicos:
a) Activación de receptores como enzimas: con efectos catalíticos: tirosinokinasas,
tirosinofosfatasas, serina/treonino-kinasas, guanililciclasa)
b) Activación de ionóforos dependientes de ligando: R. AchN, glutamato, GABAA, glicina,
5HT3
c) Activación de sistemas acoplados a proteínas G: para aminas biógenas, eicosanoides,
péptidos hormonales. Se unen a GTP que actúa sobre adenilciclasa, fosfolipasas A2, C
y D; canales para Ca, K o Na; y proteínas transportadoras
d) Activación de receptores citosólicos: factores de trascripción. Regulan trascripción de
genes específicos
e) Activación de segundos mensajeros: AMP-cíclico, Ca², Inositol-Tri-Fosfato, Diacilglicerol

II. Efectos funcionales: –no-electrogénicos


–electrogénicos: directos, indirectos
3. Destrucción/disipación del neurotransmisor

a. Inhibición enzimática (AChE-asa, MAO)


b. Difusión simple (NO, CO)
c. Recaptación –por autoreceptores
–por proteínas transportadoras
d. Transporte activo a neurona o glía (aminoácidos)
e. Hidrólisis (neuropéptidos por neuropeptidasas)
1.3.2. La transmisión neuro-efectora y la generación de la señal
sensorial
Históricamente, la transmisión neuromuscular más directamente accesible a la
observación fue la fuente de nuestros conocimientos acerca de la transmisión sináptica
en general. Hoy es sólo un caso especial dentro de la variedad de procesos que median
entre las neuronas entre sí y con sus efectores.
Cuando estudiemos el nivel de organización funcional del sistema nervioso
(Cuaderno 3), se hará más evidente la separación que haremos entre las células, los
tejidos y los órganos no neurales, por un lado, y las neuronas y el conjunto del tejido
nervioso, por otro. Sin embargo, no es difícil imaginar la interfase correspondiente en el
nivel tisular-metabólico.
Como es evidente, las terminaciones axonales sensoriales, que contienen los
receptores sensoriales de membrana, no están en contacto directo con el ambiente
extraindividual (el espacio exterior al individuo, y que incluye las cavidades viscerales
como los bronquios y el tubo digestivo), sino que está rodeado por todas partes por los
tejidos corporales exteriores al sistema nervioso. Además, sólo en cierto sentido en el
polo opuesto, la otra interfase separa las terminaciones axonales motoras con los
efectores.
SECCIÓN 2
ACTIVIDAD METABÓLICA DEL CEREBRO

En esta sección haremos una introducción al estudio de la actividad global del


cerebro, entendido como un conjunto de tejidos integrados que requieren del aporte
permanente de nutrientes: agua, oxígeno, oligoelementos, glucosa, aminoácidos y
ácidos grasos.
Luego será preciso hacer una revisión, también somera, de los procesos del
metabolismo intermediario, esto es, acerca de cómo los tejidos del cerebro, por procesos
de asimilación y desasimilación, usan las diversas sustancias aportadas por la sangre,
para la renovación y mantenimiento de su estructura química –la citoarquitectura de las
células–, y la continuidad de su actividad metabólica que se refleja en los niveles de la
actividad funcional y la actividad psíquica –es decir, la actividad de la membrana para la
generación y transmisión de las señales neurales y psíquicas.
En gran medida, la actividad metabólica básica del tejido nervioso se desarrolla en
procesos similares a los de cualquier otro tejido. Pero, para quienes no han sido
iniciados en la teoría del metabolismo tisular en general, introducimos los conceptos
fundamentales que permitirán explicarse con la mayor claridad posible los aspectos más
específicos de la actividad nerviosa, como son especialmente los del desarrollo
formativo del sistema nervioso durante la gestación, y los procesos de codificación de la
información social en la memoria neocortical.
Por supuesto que el conocimiento de los procesos químicos del metabolismo tisular
del cerebro es indispensable para la explicación de los desórdenes psíquicos y
funcionales que tienen su punto de partida en desórdenes patogenéticos de dicho
metabolismo tisular, así como los desórdenes metabólicos que reflejan cinéticamente la
diversidad de trastornos psíquicos y funcionales que afectan al cerebro desde la
estructura social.
CAPÍTULO 2.1
PROCESOS DEL METABOLISMO CEREBRAL

Aspectos generales del metabolismo cerebral. Metabolismo estructural y energético.


Utilización del oxígeno y la glucosa.

Nadie duda que todos las personas, así como todos los seres vivos, tienen
necesidad de reponer tanto las sustancias que componen la estructura del cuerpo como
aquellas que proveen la energía corporal. Rubner y Atwater demostraron que los
alimentos son fuente de energía () del cuerpo de todos los seres vivos.
En otros términos, el aporte de las sustancias que contienen los alimentos es
fundamental para el crecimiento y el mantenimiento de la estructura y la actividad del
individuo, así como del aporte de los requerimientos mínimos de oxígeno y de agua. Los
hombres, al igual que todos los seres vivos dependen del agua, en el sentido de que al
ser agua en alrededor del 70 al 90% de su masa corporal, no pueden dejar de injerir este
líquido para sobrevivir. La deshidratación, así como la intoxicación por el agua, pueden
llevar a tal grado de desestructuración de las células y tejidos, que uno terminará por
morir.
Del mismo modo, como los seres vivos que dependen de oxígeno, la anoxia (o falta
de ese elemento) es incompatible con la vida del hombre. Igual cosa puede suceder con
la desnutrición por falta de alguno o de todos los alimentos.
El metabolismo de los tejidos empieza con la digestión de los alimentos y termina
con la eliminación de los deshechos del mismo metabolismo. En el nivel celular, los
compuestos más elementales en que se descomponen los alimentos por la digestión,
son primero transformados en los procesos de asimilación, y luego desechados por
medio de los procesos de desasimilación.
Los procesos de asimilación, en las células de los tejidos cerebrales, conducen a la
síntesis de las propias proteínas y lípidos de las células y de la matriz intercelular. Hay
pues una diferencia fundamental con otros tejidos (sobre todo del hígado y los
músculos), por cuanto las neuronas no sintetizan carbohidratos, ni glucosa ni glucógeno,
a pesar de la energía química del cerebro se deriva exclusivamente de la glucosa.
A partir de los alimentos, los seres vivos obtienen los nutrientes. Estos se
convertirán, como se dijo, en las sustancias que serán los constituyentes estructurales
de los tejidos, y las que sirven como combustibles para extraer la energía química y
eléctrica que, para el caso que tratamos, sirven de soporte de la actividad psíquica que
trascurre a lo largo de toda la vida.
Se llaman nutrientes esenciales a las sustancias que no pueden ser sintetizadas por
nuestros tejidos, y que por lo tanto deben ingerirse necesariamente con los alimentos.,
como son los aminoácidos esenciales, los ácidos grasos esenciales y las vitaminas.
Otros, como los minerales, son esenciales en el sentido de que tienen que ser
reemplazados necesariamente, conforme se eliminan con los deshechos del
meabolismo.
Se consideran macronutrientes al agua, las proteínas, los carbohidratos y los lípidos.
Y micronutrientes a los minerales y las vitaminas.

2.1.1. Aspectos generales del metabolismo cerebral


Se llama metabolismo a la suma de las reacciones bioquímicas que ocurren en los
sistemas vivos. En el cuadro 2.1.1, se resumen los procesos del metabolismo, desde la
digestión de los alimentos hasta las reacciones anabólicas y catabólicas que se
producen en los tejidos. El metabolismo intermediario es el conjunto de transformaciones
químicas que sufren los alimentos en los tejidos, entre la ingesta y la excreción.
Comprende: 1) el anabolismo, es decir, las reacciones de síntesis que se realizan con un
consumo de , y 2) el catabolismo, que es la serie de reacciones de descomposición
molecular, durante las cuales se libera .

CUADRO 2.1.1
LOS PROCESOS DEL METABOLISMO

Anabólicas:
Moléculas  Digestión  Moléculas  Absorción  Vías +2H, + ~P
de alimento sencillas anfibólicas

Catabólicas:
+ O  CO2 + H2O

Oxidaciones biológicas
Un proceso de oxidación biológica consiste en la incorporación de O2- a un elemento
o compuesto; se produce, por tanto, por un aumento de la valencia de un átomo o ión.
En otro sentido, la remoción de H de un compuesto orgánico equivale a la remoción de
electrones de la sustancia oxidada.
Por ejemplo, en la reacción
Fe++  Fe+++ + e-
la oxidación de un átomo de Fe se ha producido por la pérdida de un electrón y ha
aumentado la valencia del átomo de Fe. Aunque en el caso de la formación de una
molécula de agua
2H+ + O2-  H2O
el proceso de remoción de electrones no es tan evidente, la reacción es en sí misma una
oxidación.
Por otro lado, los electrones nunca están libres: deben pasar de uno a otro átomo, de
modo que mientras una sustancia se oxida, otra se reduce, un hecho que es de vital
importancia en la transferencia y uso de energía. El O2 inspirado se usa para formar
agua con H de sustratos. El O2 del CO2 no es el O2 inspirado, sino el que se deriva
igualmente de los sustratos.
En síntesis, diremos que la oxidación equivale a una pérdida de electrones y la
reducción a una ganancia de electrones. Y que mientras un elemento se oxida, otro se
reduce; de allí que sea preferible hablar de reacción de óxido-reducción (redox).
El proceso de utilización del oxígeno cosiste en el uso de este elemento en la
respiración de las células: respiración es el proceso por el cual las células obtienen
energía en forma de ATP a partir de la reacción controlada del hidrógeno con el oxígeno
para formar agua. En este sentido es que se dice que la célula tiene una dependencia
del oxígeno.
Enzimas
Las enzimas son moléculas proteínicas que Intervienen sobre otras moléculas, que
para el caso son los sustratos, a las que modifican en los procesos bioquímicos de la
actividad intracelular y extracelular o intercelular, regulados homeostáticamente. En
sentido estricto son catalizadores estereoespecíficos, porque catalizan una reacción
específica o un tipo de reacción al acoplarse por su forma molecular a la molécula
sustrato. De este modo, puede activar (cambiar la forma molecular) o movilizar, añadir o
quitar electrones, átomos, radicales o moléculas, o transferir estos elementos de uno a
otro sustrato. La mayor parte de las enzimas se encuentran en organelas específicas de
la célula, aunque algunas de ellas son secretadas en la forma de proenzimas. Se llaman
isoenzimas a las enzimas que tienen formas moleculares físicamente distintas, pero con
igual acción catalítica. Con la muerte celular las enzimas pasan a la sangre.
Las enzimas que intervienen en las oxidaciones biológicas son las oxidorreductasas.
Las principales son las
 Oxidasas, son enzimas que utilizan oxígeno como aceptor del hidrógeno, como
son los citocromos, las flavoproteínas.
 Deshidrogenasas, son enzimas que transfieren H; para ello usan coenzimas
como la nicotinamida, la riboflavina
 Hidroperoxidasas, son proteínas que tienen como núcleo porfirina y Fe.
Producen la reducción de un sustrato por medio de átomos de hidrógeno; de ese
modo se reduce la molécula sustrato y se oxida la molécula donante. Las más
conocidas son las peroxidasas y las catalasas.
 Oxigenasas: incorporan O2 a sustratos, tal como ocurre en el sistema del
citocromo P-450 de las mitocondrias.
Las reacciones catalizadas por enzimas son, en general, reguladas por hormonas.
En la tabla 2.1.1 se mencionan algunas de las principales enzimas celulares, su
ubicación en las organelas y sus acciones más importantes.

Coenzimas
Las coenzimas son moléculas que se consideran como un segundo sustrato, o
moléculas que funcionan como reactivos en la transferencia de grupos atómicos o
moleculares. Se derivan de las vitaminas y del monofosfato de adenosina

Vitaminas
Bastante se ha difundido los conceptos respecto de las vitaminas, hasta tal punto
que para el saber popular, estas son sustancias curativas para múltiples males.
Desmitificar a estas sustancias, sin reducir su importancia, es fundamental para la
educación popular en el campo de la salud. Haremos aquí una breve reseña de sus
particularidades más destacadas de las vitaminas que intervienen en la actividad
metabólica del sistema nervioso.
Vitamina B1 (Tiamina)
Convertida en pirofosfato de tiamina, interviene en los procesos moleculares del ciclo
del ácido cítrico, en el paso de piruvato a acetil-Co-A, de -cetoglutarato a Succinil-Co-
A, de los aminoácidos a -cetoácidos + C-1 CoA, y como coenzima de transketolasa
(en la forma de trifosfato de tiamina) que interviene en el intercambio de Na en la
membrana celular.

TABLA 2.1.1
PRINCIPALES ENZIMAS CELULARES, SU UBICACIÓN Y ACCIONES
Enzimas principales Ubicación Acciones
Transcriptasa Núcleo Síntesis de ARN

Glutámico dehidrogenasa Mitocondrias Ciclo del ácido cítrico;


Fosforilación oxidativa
Glucosa-6-fosfatasa Retículo endoplasmático Síntesis de proteínas y lípidos
Oxidación de xenobióticos
Fosfatasa ácida Lisosomas Almacenaje de hidrolasas

Galactosiltransferasa Aparato de Golgi Distribución de proteínas


Reacciones de glicosilación
Reacciones de sulfatación
Catalasa Perxisomas Degradación de
Oxidasa del ácido úrico Aminoácidos y ácidos grasos
Na/K-ATP-asa Membrana plasmática Transporte de moléculas
5-Nucleotidasa Adherencia, relación intercelular

Vitamina B3 (Ácido nicotínico)


En la forma de nicotinamida dinucleótido interviene en los procesos redox.
Vitamina B6 (Piridoxina)
Es convertida en fosfato de piridoxal. Así interviene en la transaminación de -
cetoglutarato a glutamato, en la decarboxilación de glutamato a GABA, y del 5-
hidroxitriptofano a 5-hidroxitriptamina, y de la dihidroxifenilalanina a DOPA
Vitamina B12 (cobalamina)
El metabolismo requiere de la actividad integrada de las vitaminas B12, B3 y
riboflavina. La cobalamina es mportante en síntesis de ácidos nucleicos. Convertida en
adenosilcobalamina interviene en el metabolismo de los aminoácidos y los ácidos
grasos, y convertida en metilcobalamina, interviene en la conversión de la homocisteina
en metionina, una sustancia que es importante en metabolismo de los folatos.

2.1.2. Metabolismo estructural y energético


En principio, el recambio de proteínas es característica de todas las formas de vida.
En este sentido, la neurona es una célula secretoria, pues la función primordial del
citoplasma de la neurona es la síntesis de macromoléculas.
De las observaciones de Waller (1861), se ha podido deducir que la célula nutre a su
respectiva fibra nerviosa, para lo cual tiene que sintetizar las proteínas específicas del
axón (así como de las dendritas).
La síntesis de proteínas depende de la expresión genética del ADN de los
cromosomas. Como ya sabemos, la información se transcribe en ARN y éste se traduce
en la síntesis de proteínas. Debido a que la neurona no se divide, el núcleo tiene
estructura amorfa, excepto por la presencia de un nucleolo prominente, que contiene la
porción de ADN que codifica el ARN de los ribosomas ARNr. Otros genes se transcriben
en ARNm necesario para la síntesis de las proteínas del citoplasma y sus
prolongaciones.
En mitocondrias el ADNmt se transcribe en ARNt (ARN de transferencia) para la
síntesis de las enzimas mitocondriales: citocromo-oxidasa, citocromo b, subunidades de
ATP, NADH-coenzima Q-reductasa y una ATP-asa.

Metabolismo energético
Se llama bioenergética al proceso por el cual la energía libre se convierte en un
potencial químico. Sabemos que los sistemas biológicos siguen las leyes de la
termodinámica. Según la primera ley, la energía química se puede convertir en calor,
electricidad y energía mecánica.
En el acoplamiento de las reacciones metabólicas de las células, las reacciones
pueden ser exergónicas o endergónicas, es decir, que producen o consumen energía,
respectivamente. En ambos casos se requiere de un compuesto intermediario o de una
molécula portadora de alta energía, como puede apreciarse en el cuadro 2.1.2. En el
proceso endergónico se producirá la síntesis de las proteínas celulares e intercelulares,
servirá para la generación de los impulsos nerviosos, la contracción mecánica del
músculo, el transporte activo de los iones y moléculas a través de la membrana celular.
En otras palabras, toda la actividad de las células y tejidos del cerebro (como la de
cualquier otro tejido u órgano, dependerá de la energía química de estas moléculas.

CUADRO 2.1.2
Reacciones exergónicas    ~   Proceso endergónico
 Síntesis de proteínas
 Generación del impulso nervioso
 Contracción muscular
 Transporte activo

Las fuentes de energía para estas reacciones son: la fosforilación oxidativa, la


glucolisis y el ciclo del ácido cítrico. Los organofosfatos son los fosfatos de alta energía
que actúan como energía circulante de las células. Estas moléculas intervienen en la
transducción de energía en los procesos celulares. En el cuadro 2.1.3 se hace una lista
de los fosfatos de alta energía y la cantidad de calorías que pueden generar.
Utilización del oxígeno y glucosa por el cerebro
El consumo de O2 por el cerebro es de 3.5 ml/100 g de tejido/minuto, en promedio.
La presión arterial cefálica asegura que el aporte de oxígeno se produzca de modo
permanente y estable, a tal punto que la velocidad respiratoria del tejido cerebral no
cambia así disminuya el aporte de O2 hasta en 20%: esta compensación se produce por
un aumento proporcional del flujo sanguíneo cerebral (FSC).
Se ha destacado que siendo el peso cerebral sólo el 2% del peso corporal, este
órgano consume el 20% del O2 inspirado, e inclusive una cantidad mayor –alrededor del
50%– en el recién nacido. Además, el consumo de oxígeno no varía durante las 24 hs
del día, y más bien aumenta durante el sueño REM y la ansiedad severa.
La utilización de la glucosa en el tejido cerebral es igualmente fundamental para el
mantenimiento de la actividad psíquica, funcional, metabólica y genética del cerebro. El
consumo de glucosa por el cerebro es de 5.5. mg/100 g de tejido/minuto. Cuando se
mide la diferencia arteriovenosa entre la cantidad de glucosa que ingresa por la sangre
arterial al cerebro y la cantidad de CO2 que egresa por la sangre venosa de retorno
desde el mismo cerebro, se encuentra que es prácticamente igual a 1.0; es decir,
mientras la concentración de glucosa en sangre es de 6.7 mg% de glucosa por minuto,
la concentración de CO2 es de 6.6 mg%. Por lo tanto el cociente respiratorio (CR) será
igual a 1.1 (6.7 – 6.6 = 1.1).

CUADRO 2.1.3
FOSFATOS DE ALTA ENERGÍA
1. Fosfoenolpiruvato 14.8 kcal/mol
2. Carbamilfosfato
3. 1,3-difosfoglicerato
4. Fosfocreatina 10.3 ” (en cerebro y músculo)
5. ATP  ADP + Pi 7.3 ” (UTP, GTP, CTP)
6. ADP  AMP + Pi 6.6 ”
7. Pirofosfato
8. Glucosa 1-fosfato
9. Fructosa 6-fosfato
10. AMP
11. Glucosa 6-fosfato
12. Glicerol 3-fosfato 2.2 ”

Por esta razón se dice que el uso de la glucosa por parte del cerebro es un uso
obligatorio. En recién nacido el metabolismo energético del cerebro es glicolítico, pues
produce ácido láctico como producto final (de allí el riesgo de acidosis láctica en el
recién nacido). Este tipo de metabolismo, gradualmente se convierte en uno de tipo
oxidativo, el cual termina en: ~P + H2O + CO2.
En las mitocondrias, el sistema de transporte de H termina con la formación de
agua. El ácido láctico ingresa al ciclo del ácido cítrico. Recordemos que en las
reacciones bioquímicas de este ciclo se produce también la síntesis de los
neurotransmisores. Además, el llamado shunt de la pentosa sirve para la síntesis de los
lípidos (especialmente de la mielina) y de los nucleótidos.
CAPÍTULO 2.2
EL AMBIENTE TISULAR DEL CEREBRO

El flujo sanguíneo cerebral. La barrera hematoencefálica.

El sistema nervioso está, desde varios puntos de vista, aislado de los demás tejidos
corporales, especialmente del tejido conectivo y de los vasos sanguíneos, e inclusive del
líquido céfalo-raquídeo (LCR) de las cavidades ventriculares y del espacio
subaracnoideo. Además, está separado de sus contenedores, el cráneo y la columna
vertebral, por medio de las meninges y el espacio virtual que existe entre la aracnoides y
la duramadre.
El aporte efectivo del agua, el oxígeno, las sustancias nutrientes, los oligoelementos
y las demás sustancias activas (mensajeros químicos, enzimas, citokinas) que circulan
en la sangre, y que tienen que llegar al interior de la red neuronal de todo el sistema
nervioso, tienen que pasar, primero, a través del endotelio de los capilares y los plexos
coroideos y el LCR, y luego a través de la trama interneuronal formada por las células
astroglíales y las células ependimarias.
Hay solamente cinco pequeñas zonas estratégicamente ubicadas entre el LCR y el
tejido neuronal. Son los llamados órganos circunventriculares: el´rogano subfornical, el
órgano vasculoso de la lámina terminal, la eminencia media del hipotálamo, la
neurohipófisis, la glándula pineal, el órgano subcomisural de la comisura posterior y el
área postrema del cuarto ventrículo–, en los que no hay barrera alguna entre dicho tejido
neuronal y la sangre. En estas zonas, el paso de las sustancias a las neuronas es
directo, con algunas excepciones.
En lo que sigue haremos referencia solamente al flujo sanguíneo cerebral (FSC) y la
barrera hematoencefálica (BHE), sin hacer mayor alusión al tronco cerebral y la médula
espinal.

2.2.1. Flujo sanguíneo cerebral


El sistema nervioso, como cualquier otro tejido, pero con una amplitud mayor, recibe
todos sus nutrientes a través de la circulación de la sangre. El cerebro, por ejemplo, es
en extremo dependiente del aporte de sangre que el corazón le envía por medio del
sistema arterial aortocervical. Éste comprende los cuatro grandes vasos que forman el
sistema carotídeo y el sistema vertebrobasilar que, después en la base de la cavidad
craneal se conectan a través del círculo de Willis, luego forman las arterias cerebrales:
anteriores y medias (que proceden de las carótidas) y posteriores (que nacen de la
arteria basilar).
Además de esta separación de los dos sistemas arteriales, todo el sistema también
comprende dos sistemas diferentes por su embriogénesis y distribución: un sistema axial
y un sistema periférico. El primero se distribuye en el tronco y los núcleos subcorticales
del cerebro; el segundo en la corteza del cerebelo y del cerebro.
El sistema capilar forma una red vascular que se separa metabólicamente de la red
neural por la barrera hematoencefálica. La sangre venosa retorna al corazón por medio
del sistema de las venas cerebrales, los senos venosos de la duramadre y las venas
yugulares.
El FSC es decir la cantidad de sangre que ingresa, circula y sale del cerebro en una
unidad de tiempo. La medida promedio es de 57 ml/100 g de tejido cerebral/minuto. Este
flujo debe mantenerse bajo límites estrechos. De allí la importancia de la coordinación
entre la presión arterial sistémica y los procesos intrínsecos del cerebro en la
autorregulación del flujo a través de la masa cerebral.
Los estudios de medición del flujo se han hecho por medio de deoxiglucosa marcada
con 14C, de la 2-18Fluoro-2-deoxiglucosa, y por medio de imágenes topográficas de
resonancia magnética nuclear (RMN). Desde las primeras mediciones se pudo
comprobar que el FSC no se distribuye uniformemente en la masa cerebral, sino que tal
flujo aumenta o disminuye sistemáticamente de una zona a otra del cerebro,
especialmente de la corteza cerebral. Se ha podido comprobar, con mayor precisión por
medio de estudios de RMN funcional (RMNf), que se trata de un FSC regional (FSCr), es
decir, de un flujo cuya distribución está determinada por las variaciones de la actividad
psíquica, tanto durante la vigilia como durante el sueño.
Es ahora evidente que la actividad psíquica en curso determina cambios por la
mayor exigencia de sobre todo oxígeno y glucosa por parte de las neuronas mayormente
involucradas en dicha actividad. EL FJCR varía entonces según el grado de utilización
de la glucosa y el oxígeno por parte de la red más activa.
Los procesos de regulación del FJCR dependerían de la actividad visceral del tronco
cerebral que se expresa a través de la red nerviosa visceral que rodea los vasos
sanguíneos en su curso en la base del cerebro y dentro del mismo parénquima cerebral.

2.2.2. Barrera hematoencefálica


La constancia del medio interno del cerebro es única totalmente distinguible del resto
de los demás tejidos. En gran medida se explica, como se ha dicho, por el hecho de que
el cerebro está aislado de su ambiente tisular por una BHE, que sirve para mantener
niveles adecuados de concentración de las sustancias activas (neurotransmisores,
hormonas, iones) metabólicamente importantes, así como para mantener la estabilidad
de la trama estructural del citoesqueleto, las organelas y la membrana neuronal. Está
ampliamente documentado el papel que juega la glía en esta homeostasis del tejido
cerebral.

Papel de la astroglía
Como se sabe, la glía propiamente dicha comprende la astroglía y la oligodendroglía.
Las células ciliadas del epéndimo son el otro gran constituyente de este sistema tisular
del ambiente de la red neuronal. La microglía está formada por células derivadas del
sistema inmunitario.
Las células astrogliales envuelven y aíslan a las neuronas y las sinapsis. Intervienen
no sólo en la reparación del tejido lesionado (por el proceso de gliosis que produce un
incremento de una proteína fibrilar acídica), sino en la regulación del pH, el balance
iónico y la captura de la diversidad de transmisores circulantes.

Los procesos de la BHE


La actividad de la BHE comprende el movimiento de moléculas a través de
membranas, en primer lugar a través del endotelio capilar (donde cuentan las
características especiales del endotelio capilar cerebral), y en segundo lugar a través de
las glía por transporte transcelular.
Los gases, el agua y ciertas sustancias liposolubles, pasan la BHE por difusión; las
proteínas lo hacen por pinocitosis (a través del endotelio); la glucosa y los aminoácidos
requieren de moléculas de transporte tipo carriers (proteínas cargadoras o
transportadoras).
El transporte transcelular o transcitosis, puede ser por difusión simple, por medio de
carriers y canales. En este segundo caso, el transporte puede ser activo o facilitado. Así
pasan la glucosa, los ácidos monocarboxílicos (lactato, piruvato, acetato), los
aminoácidos neutros, la colina, las vitaminas. Los iones metaloides atraviesan la BHE
por un intercambio lento (por ejemplo, por acción de la bomba Na/K); ciertas proteínas
para atravesar la BHE se ligan a receptores o lo hacen por absorción.
El LCR es otro medio altamente selectivo a través del cual sólo unas pocas
sustancias pasan de la sangre al parénquima cerebral, y viceversa, algunos metabolitos
de la actividad neuronal pasan a la sangre para su destrucción y/eliminación por el
hígado o el riñón. La composición estándar del LCR la resumimos en el cuadro 2.2.1.
El paso de la BHE que usa el LCR, se realiza por transporte activo de solutos a
través de plexos coroideos; también hay paso de sustancias derivadas del metabolismo
cerebral al LCR y de éste a la sangre.

CUADRO 2.2.1
COMPOSICIÓN DEL LCR
Glucosa 45-80 mg % (20% menos que en suero)
Proteínas 15-45 mg %
Albúmina 10-30 mg %
Globulinas: 1 , 2 , , , Ig-G 15 mg%
Cloro 120-130 mEq/l
Sodio 142-145 mEq/l
Potasio 2.2-3.3 mEq/l
2
Co 25 mEq/l
Transaminasas GOT 7-49 UI
Dehidrogenasa láctica 10 % menos que en el suero
Creatinofosfokinasa 0-3 UI
Urea 5-25 mg/l
Aminoácidos 30% menos que en el suero
SECCIÓN 3
PROCESOS GENÉTICOS Y METABÓLICOS DE LA
MEMORIA

Hacer referencia a procesos de la memoria en los niveles genético y metabólico del


cerebro, significa que tales procesos los estamos diferenciado de aquellos que
corresponden a otros niveles de la actividad cerebral, o mejor aún, a otros niveles de la
actividad personal. En efecto, nos estamos refiriendo a una concepción de memoria que
es totalmente distinta de la visión tradicional de la memoria. Seguimos aquí la
concepción teórica según la cual (Ortiz, 1998), la memoria no es simplemente recordar o
guardar información (sin precisar de qué tipo), sino que la memoria es toda estructura
viva que es capaz de guardar alguna forma específica de información: genética,
metabólica, neural, psíquica o social.
En el cuadro 3.1 se especifican las diferencias que existen entre las teorías clásicas
de la memoria y la elaborado por el autor. Sobre esta base, se explican los procesos de
codificación genética (del nivel neuronal) y metabólica (del nivel tisular) de los sistemas
de memoria del sistema nervioso del hombre. Haremos notar que tales procesos se
repiten en el nivel neocortical del cerebro humano, y es por lo mismo importante que
reparemos en el hecho de que tal explicaciones servirán para explicar, a su vez, la
codificación de la información social en la forma de información psíquica consciente en
el neocórtex cerebral de las personas.
De acuerdo a esta concepción, en el nivel inconsciente la codificación de la
información psíquica inconsciente, determinada epigenética y ambientalmente, debe
producirse en dos sistemas:
1. Afectivo-emotivo (en las redes neurales del paleocórtex límbico)
2. Cognitivo-ejecutivo (en las redes neurales del paleocórtex heterotípico)
Es evidente que debe haber formas de codificación de información psíquica
inconsciente como consecuencia de aprendizajes de tipo humano (en el nivel animal)
desde poco antes del nacimiento por efecto del ambiente local (aunque ya estructurado
socialmente). Es decir que la formación de las redes afectivas y cognitivas debe ser
facilitada en forma selectiva en las áreas corticales paleocorticales epigenéticamente
dispuestas para su estructuración en las horas o días que siguen al nacimiento.
De modo similar, pero en el nivel más complejo de formación de la conciencia, la
codificación de la información social como información psíquica consciente también tiene
que ser determinada epigenéticamente, pero fundamentalmente en sentido sociocinético
por la información social en que se forma la personalidad (Véase los Cuadernos 4 y 5).
Como ya se ha visto (Cuaderno 1), tal codificación de la información social se hará en
tres sistemas neocorticales:
1. Afectivo-emotivo: en el neocórtex límbico
2. Cognitivo-productivo: en el neocórtex parietooccipitotemporal
3. Conativo-volitivo: en el neocórtex prefrontal
CUADRO 3.1
MODELOS DE LA MEMORIA HUMANA

EL MODELO CLÁSICO DEL EL MODELO DE LA MEMORIA DE


APRENDIZAJE Y LA MEMORIA NIVEL CONSCIENTE

Aprendizaje: proceso por el cual nosotros Conjunto socialmente organizado de


y otros animales adquieren conocimiento estrategias por medio de las cuales el
acerca del mundo individuo humano se forma como
personalidad

Los animales más simples tienen la La diferencia en el aprendizaje entre los


habilidad de aprender de su ambiente: animales y el hombre no es de grado sino
cualitativa: Los animales sólo usan formas
elementales de aprendizaje: No-asociativo
(habituación, sensibilización), y Asociativo
(condicionamiento clásico y operante)

Está claro que esta habilidad alcanza su Los hombres usan además formas
punto más alto en los seres humanos. conscientes de adquisición de información
social: sentimientos, conocimientos y
motivaciones.

Memoria es la retención o almacenaje de La memoria es una propiedad de los


tal conocimiento. sistemas vivos animales: cada individuo
tiene tantos niveles de memoria como
niveles de organización:
Sólo el hombre tiene un nivel de memoria
consciente.

Las funciones de la memoria pueden Todo el cerebro es un sistema de


localizarse en regiones específicas del memoria: Pero sólo el sistema de memoria
cerebro consciente abarca todos los niveles de
organización del neocórtex cerebral.

Se tiene que saber qué formas de Se tienen que desarrollar estrategias


aprendizaje existen, y qué tipos de sociales para la adquisición de
relaciones ambientales se aprenden más información social por parte de las
fácilmente. personas.

Se debe explicar cuáles son los estadios Se tiene que explicar cómo se codifican
de la formación de la memoria. las distintas clases de información en el
sistema nervioso, pero primordialmente la
información social en el neocórtex
cerebral del hombre.

Con todo, nadie duda de que los procesos de la memoria en los niveles celular y
metabólico del sistema nervioso (y por lo tanto en los niveles celular y metabólico de la
conciencia y la inconsciencia), son intrínsecamente regulados por la actividad endocrina
e inmunitaria que modula la actividad de todos los sistemas tisulares del cuerpo.
En efecto, si se analiza con detenimiento, los efectos de las hormonas del sistema
endocrino y las citokinas del sistema inmunitario, se reflejan claramente en las
propiedades mnésicas de las neuronas y las redes neurales del sistema nervioso (como
de otros tejidos y células del cuerpo); es decir, que modifican, a favor o en contra, la
codificación de diversas clases de información en los diferentes niveles de la memoria
neural, desde el nivel psíquico consciente hasta el genético celular. Esta es la razón por
que reunimos en una misma sección el estudio de los procesos de la memoria en sí, y
de los endocrinos e inmunitarios que modifican la redes del nuestro sistema nervioso.
CAPÍTULO 3.1
CODIFICACIÓN METABÓLICA DE LA INFORMACIÓN
Codificación sináptica en el aprendizaje no asociativo y asociativo. Codificación
sináptica en la corteza cerebral.

Se ha sustentado la idea, especialmente por Eric Kandel, de que “las formas


implícitas de memoria no dependen de “neuronas de memoria” cuya función fuera la de
almacenar información. Más bien, la memoria resulta de cambios en neuronas que son
componentes funcionales de una vía refleja normal. Por tanto, es probable que en el
cerebro humano, también la memoria se almacene en células nerviosas que tienen otra
función distinta a la de almacenar información.” Esta idea implica que los cambios
tisulares de codificación de la información (cuya clase debe especificarse) ocurren en el
mismo locus, o en la misma red nerviosa que procesa dicha información. Tales procesos
son, por consiguiente, o bien una retención a corto plazo, lo que implica modificaciones
metabólicas transitorias y reversibles en las sinapsis comprometidas, o bien una
retención a largo plazo que implica modificaciones más duraderas o permanentes en la
red neural, lo cual requiere de la síntesis de macromoléculas.
Se tendrá presente que todas los conocimientos que se tienen sobre la actividad de
las redes neurales durante el aprendizaje, se han deducido de observaciones
experimentales en animales. Inclusive, dada la complejidad de los procesos de
codificación de la información en los distintos niveles de organización de las redes
neurales, se ha tenido que hacer observaciones en los animales con un sistema
nervioso muy simple. Tal es el caso de los experimentos hechos por Kandel en la
Aplasia califórnica, un molusco que apenas cuenta con un sistema nervioso funcional,
sin cerebro, y por tanto sin actividad psíquica alguna. A pesar de todos los problemas
que implica la extrapolación de estos datos a la explicación de la memoria de nivel
neocortical del hombre, los conocimientos adquiridos por esta vía no dejan de ser
importantes. Sin embargo, no se trata de aplicarlos por simple analogía, como se ha
venido haciendo. Más importante sería que tales datos se incluyan dentro de una teoría
del hombre, cuya memoria de nivel consciente claramente lo diferencia de todos los
animales, como ya hemos hecho notar en nuestra Introducción (Cuaderno 1).
Por otro lado, se tendrá en cuenta que la explicación de los procesos de codificación
de la información en una memoria, sin tener en cuenta de qué sistema vivo se trata, es,
por decir lo menos, una abstracción biológica idealista, que de nada sirve para aplicarla
en el desarrollo formativo de las personas, que es justamente el objetivo fundamental de
una Psicobiología del hombre.
La ubicación del presente capítulo en el Cuaderno dedicado a los niveles celular y
metabólico del sistema nervioso se justifica sólo por dos razones: la primera, que la
investigación en este campo nos ha provisto de una vasta literatura sobre la
neuroquímica de la memoria, y la segunda, que esta investigación ha comprendido
básicamente los niveles más celulares de la codificación de la información neural en el
sistema nervioso de los invertebrados, que no tienen actividad psíquica, y en las
regiones más periféricas del sistema nervioso de algunos vertebrados. En tal sentido,
tómense los datos expuestos como una primera aproximación al tema de la codificación
de la información en cualquier sistema de memoria en una red multineuronal. En los
cuadernos siguientes (sobre todo en el Cuaderno 4), se hará la debida integración de
nuestros conocimientos acerca de la memoria psíquica del hombre.

3.1.1. Codificación sináptica en las formas de aprendizaje no asociativo


En los procesos de aprendizaje no asociativo, como son la habituación y la
sensibilización, no se incorpora nueva información (funcional o psíquica), sino que la
misma reacción del animal (o de la persona) se atenúa hasta desaparecer o, por el
contrario, se incrementa hasta un cierto límite por encima de lo usual. En cada caso, la
retención de los cambios depende del tipo estímulo, que será inocuo en la habituación y
nociceptivo en la sensibilización.
En la habituación
Como decíamos, en la habituación se aprende a no responder a estímulos inútiles o
inocuos. La codificación consiste en una depresión homosináptica entre la neurona
sensorial (o una interneurona) y la neurona motora. El fenómeno ha sido ampliamente
estudiado en el gato y la aplasia. En ambos casos se ha comprobado la reducción de la
amplitud de los potenciales excitatorios postsinápticos (PEPS) en las interneuronas y en
las neuronas motoras (ver Cuaderno 3). Esta modificación en la actividad funcional de la
red neural, parece producirse por la inactivación de los canales de Ca tipo N situados en
la terminación presináptica, lo cual produce una reducción del flujo del Ca hacia el
interior del botón axonal presináptico. La menor concentración de Ca intracelular
causará, por tanto, una menor movilización de vesículas sinápticas a la zona activa de la
membrana presináptica, liberándose menos cantidad del neurotransmisor.
En una sesión de 10 estimulaciones, se llega a producir habituación a corto plazo,
puesto que los cambios sólo persisten por unos pocos minutos. Pero unas cuatro
sesiones espaciadas produce habituación a largo plazo, que dura unas 3 semanas. En
este caso, las neuronas sensoriales conectadas a las motoneuronas se reducen hasta
un 30%, lo cual significa que se han producido cambios estructurales en las células
sensoriales de la red neural involucrada.
En la sensibilización
En la sensibilización el animal (o una persona), aprende a responder más
vigorosamente ante estímulos nocivos o que pueden causar un daño potencial. Por lo
general, ante estímulos de este tipo, el animal genera reacciones de defensa
preparatorias para retraerse o escapar.
Consiste en la ampliación de la respuesta en una red de conexiones sinápticas, por
facilitación heterosináptica. El estímulo activa interneuronas facilitadoras que forman
sinapsis axono-axónicas serotoninérgicas con neuronas sensoriales; de este modo, en el
axón terminal de la neurona sensorial se amplía la liberación del neurotransmisor, en
gran medida por aumento de la actividad del AMPc.
La sensibilización a corto plazo depende de la 5HT que se libera en el terminal de la
interneurona. En la membrana postsináptica de la neurona sensorial, la 5HT se liga a
receptores asociados a proteínas Gs, y produce la siguiente secuencia de cambios
intracelulares:
1. La proteína Gs activa la adenilciclasa, la cual aumenta la conversión de ATP en
AMPc
2. De esta manera se activa (por fosforilación) la proteinokinasa A (Pk-A) que es
dependiente del AMPc
3. En la neurona motora, la Pk-A, en paralelo con Pk-C produce, a su vez, los efectos
siguientes:
 Fosforila y cierra canales de K, con lo cual se reduce de flujo de iones K y así
se prolonga el potencial de acción. Éste a su vez activa canales de Ca tipo N y
la entrada de Ca aumenta la liberación del neurotransmisor, pues la Pk-A
aumenta la movilización de las vesículas de neurotransmisor y la liberación del
mismo.
 Pero el neurotransmisor también puede activar otro receptor asociado a
proteína Go, el cual activa la fosfolipasa C. Ésta activa el diacilglicerol de la
membrana; ésta al Pk-C que altera los canales de Ca tipo L y así que aumenta
la movilización de las vesículas sinápticas.
La estimulación nociceptiva, en un sólo ensayo produce sensibilización a corto plazo
que dura unos minutos. Unos cuatro ensayos más, producen sensibilización a largo
plazo que persiste por un día. Un número mayor de ensayos llevan a una retención de
los cambios por una semana o más.
En la sensibilización a largo plazo, por efecto de la estimulación repetida, la Pk-A
dependiente del AMPc se trasloca al núcleo de la neurona sensorial donde produce los
efectos siguientes:
 Fosforila las moléculas llamadas Ciclic-AMP Regulatory Elements (CRE)
 Activa factores de trascripción de la familia de proteínas reguladoras de
transcripción dependientes del AMPc, como es la proteína Ciclic-AMP
Response Element-Binding (CREB)
 Estas proteínas activan dos clases de genes efectores que codifican dos
clases de proteínas: la ubiquitina hidroxilasa, cuyo efecto es una persistente
activación de la Pk-A que mantiene la fosforilación de proteínas
estructurales, y las proteínas necesarias para el crecimiento de las
conexiones sinápticas (al microscopio electrónico se podido mostrar que las
neuronas sensoriales estimuladas tienen el doble de terminales presinápticos
en comparación con neuronas de animales no entrenados.
La sensibilización a largo plazo implica, por consiguiente, el incremento de las zonas
activas en los terminales sinápticos desde en 40% hasta un 65% por encima del número
previo al aprendizaje. También se produce un crecimiento de dendritas para acomodarse
al aumento de terminaciones presinápticas, al contrario de la habituación a largo plazo
en que hay una poda de conexiones sinápticas.

En el condicionamiento clásico
En el aprendizaje por condicionamiento, el animal (o una persona) tampoco aprende
una nueva clase de información (psíquica o funcional), o como también se dice, no
aprende una propiedad del estímulo, sino una relación entre dos estímulos. Esta forma
más compleja de sensibilización e produce por facilitación presináptica, para lo cual se
requiere de la convergencia de los dos estímulos en las neuronas sensoriales. En tal
caso, el estímulo neutro (que luego se convertirá en estímulo condicionado) debe
preceder al estímulo incondicionado (EI) por un período crítico de 0.5 seg.
En los invertebrados (y en la médula espinal de los mamíferos), las vías sensoriales
se interconectan a través de interneuronas facilitadoras que hacen sinapsis axono-
axónicas presinápticas sobre la parte terminal de los axones de aquellas.
Si el EI activa aquellas interneuronas que tienen conexiones axono-axónicas con las
neuronas sensoriales que procesan el estímulo neutro, se produce una facilitación (y
sensibilización) presináptica.
Pero si el EI actúa inmediatamente después que las neuronas sensoriales han
empezado a descargarse en respuesta al estímulo neutro, se producirá una facilitación
presináptica aún mayor: en tal caso se habrá producido una facilitación presináptica
dependiente de actividad (FPsDA).
Esta FPsDA se produce en la neurona presináptica por entrada de Ca, el que amplía
la actividad de la adenilciclasa dependiente de Ca (se tendrá en cuenta que los canales
de Ca están abiertos al presentarse el EI). El Ca que fluye a la célula por efecto del
potencial de acción del EI, actúa a través de la calmodulina que amplía la activación de
la adenilciclasa (inducida por serotonina o por otro modulador liberado por la vía
incondicionada).
La calmodulina cambia su conformación y aumenta su efecto de sintetizar AMPc (a
partir del ATP). El aumento de la actividad de la cascada del AMPc (o de otras) activa
aún más la Pk dependiente del AMPc, lo que lleva a una mayor liberación de
neurotransmisor.

3.1.2. Codificación metabólica y genética en la corteza cerebral


Desde que se conocieron los efectos catastróficos de las lesiones mediales del
lóbulo temporal sobre la memoria en el hombre (y en los mamíferos), el hipocampo ha
sido considerado como la estructura cerebral más importante para el almacenaje de por
lo menos ciertas de clases de memoria, como vendría a ser la memoria declarativa o
explícita del hombre.
Se supone que –por lo menos así parece– las neuronas del hipocampo tienen el tipo
de plasticidad que se requiere para esta clase de memoria. Ésta es al menos la postura
teórica más tradicionalmente aceptada.
En efecto, el hipocampo tiene tres vías sucesivas o en serie que se extienden desde
el subiculum al área CA1 (véase el Cuaderno 3). Estas vías son:
1) La vía perforante que procede del área parahipocámpica y termina en las células
granulares de la circunvolución dentada.
2) Los axones de estas células forman la vía de las fibras musgosas que se dirige al
propio hipocampo, y termina en el área CA3.
3) Las células piramidales de CA3 –que son las neuronas eferentes que forman el
circuito del fórnix–, envían la vía colateral de Schaffer que se dirige al área CA1. Estas
son neuronas de función excitatoria.
Un tren de EE de alta frecuencia a cualquiera de estas vías aumenta los PEPS en
las neuronas del HC que puede durar horas (días a semanas en el animal intacto): este
tipo de facilitación es la PLP.
La red neural de CA1
Es una red de tipo asociativo. Los cambios sinápticos que se producen en CA1 por
efecto de un aprendizaje se debería a que esta región cortical tiene 3 características:
cooperatividad, asociatividad y especificidad. Un concepto adicional para comprender el
modo de guardar información en redes de tipo cortical es el de sinapsis hebbiana (en
honor a Donald Hebb, el psicólogo que propuso el modelo), que se define como aquella
en la cual los cambios en la excitabilidad de la membrana neuronal requieren de la
descarga simultánea de la neurona presináptica como de la neurona postsináptica. (Para
los detalles del nivel funcional, véase el Cuaderno 3.)
Las colaterales de Schaffer usan glutamato. Éste se liga a receptores NMDA y no-
NMDA. Los receptores no-NMDA se activan por estímulos simples. Los receptores
NMDA (que son canales de doble compuerta) están bloqueados por iones de Mg: para
desbloquearse y activarse necesitan que la neurona postsináptica esté adecuadamente
despolarizada por un estímulo (llamado fuerte o cooperativo) de muchas neuronas
presinápticas, pues el canal se vuelve funcional sólo cuando el glutamato está ligado al
receptor y la membrana ya está despolarizada por la estimulación (tetánica de alta
frecuencia) previa. Solo entonces salta el Mg dejando que los iones Na y Ca fluyan hacia
el interior de la célula.
La entrada del Ca inicia el fenómeno de potenciación a largo plazo (PLP): el
aumento de Ca en la espina dendrítica postsináptica gatilla las Pk-dependientes de Ca
(calcio/calmodulinokinasa y kinasa C) que inducen dicho fenómeno de PLP de la
membrana postsináptica.
Una vez iniciada la PLP, la neurona postsináptica debe liberar un neurotransmisor
retrogrado que activaría proteinokinasas del terminal presináptico, aumentando así la
liberación continuada del glutamato.
Los receptores NMDA se localizan sólo en las espinas dendríticas. La entrada de Ca
se limita al interior de las espinas: por eso la PLP es selectiva a las sinapsis activas.
Pero el Ca activa también dos serina-treonina-Pk dependientes de Ca, que son la
Ca/calmodulinokinasa y la Pk-C, y una tirosina-Pk. El resultado de esta activación es la
activación persistente de la Pk-C.
La PLP se genera de diferentes maneras en otras áreas de la corteza del
hipocampo. Por ejemplo, en el área CA3, el fenómeno es de tipo no-asociativo, y es un
proceso solamente presináptico.
En resumen, la inducción de PLP, que es posible que se genere en varias áreas de
la corteza cerebral, así como ocurre en el hipocampo, en el nivel metabólico depende de
tres pasos (que siguen a una despolarización postsináptica en el nivel funcional): la
entrada de iones Ca, la activación de segundos mensajeros por el Ca y la liberación de
un neurotransmisor presináptico. La PLP, también en este nivel, se produce por un
incremento en la liberación de glutamato, y un aumento de la sensibilidad de los
receptores no-NMDA, y genera dos tipos de procesos asociados en serie: un proceso de
tipo hebbiano dependiente del NMDA postsináptico, y una facilitación presináptica
dependiente de actividad. El resultado sería la amplificación espacial de las señales.
Las elucubraciones adiciones sobre la manera como estos cambios metabólicos de
las sinapsis parecen explicar algunas formas de aprendizaje en los mamíferos, los
veremos y discutiremos en el Cuaderno siguiente.

Plasticidad neuronal: expresión genética y síntesis proteica


Hay evidencia respecto de que la fase tardía de la PLP, que correspondería a la
memoria a largo plazo, requiere de la expresión genética y síntesis de las proteínas que
formarán parte de la misma o de nuevas sinapsis.
En las áreas CA1 y CA3 del hipocampo la activación y expresión genética es
inducida por el AMPc. Según se postula un tanto especulativamente, las memorias
implícita y explícita parecería que comparten un número restringido de mecanismos para
el almacenaje a largo plazo.
Por ejemplo, es verdad que los mapas somatotópicos de la corteza cerebral (como
también los que se encuentran en las columnas posteriores) se modifican por la
experiencia. Esto significa que pueden ocurrir cambios estructurales en la conectividad
de las redes corticales por el aprendizaje. Así se ha podido demostrar en la formación de
las columnas de dominancia ocular en la corteza occipital (que no se forman al ocluir un
ojo del gato recién nacido); los mapas corticales que corresponden a los dedos de la
mano desaparecen cuando los dedos (en el mono) son unidos quirúrgicamente, así
como pueden reducirse cuando el mono es entrenado para usar un solo dedo. Cambios
semejantes se han podido comprobar en niños con sindactilia, en personas que
presentaron el fenómeno de segmento fantasma; en el hipocampo de animales a los que
se había seccionado la vía perforante.
Naturalmente que los procesos por medio de los cuales se forman las conexiones de
entrada a neuronas corticales en las áreas receptivas se forman, en parte, a partir de su
propia actividad por medio de procesos asociativos semejantes a la PLP; pero es sin
duda necesario que estos procesos de codificación en el nivel metabólico requieran de
una base funcional. Es posible también que los cambios patológicos que afectan estos
sistemas de memoria y que se observan en las diversas enfermedades, tengan una
doble determinación, epigenética y cinética, igual que los procesos normales de
encodificación y descodificación de la información del nivel respectivo, como ya hemos
señalado desde el comienzo.
Entonces, en vez de separar enfermedades orgánicas y funcionales, y de hacer
preguntas como esta: “en qué forma los procesos biológicos del cerebro dan origen a
eventos mentales, y cómo, a su vez, los factores sociales modulan la estructura
biológica del cerebro; respecto de la conciencia, se debe preguntar qué procesos
sociales determinan cinéticamente una desestructuración del sistema de la conciencia, y
qué procesos psíquicos, funcionales, metabólicos o genéticos determinan
epigenéticamente una desestructuración similar?.
Lógicamente que para obtener explicaciones realmente útiles para el desarrollo
humano, respecto de la actividad tisular-metabólica de codificación de la información en
la corteza cerebral, se tiene que precisar cuáles son las etapas del desarrollo de las
sinapsis corticales. En el cuadro 3.1.2, por ejemplo, se comparan dos formas de
conceptuar los procesos de formación de las sinapsis. La cuestión es que si dejamos la
explicación solamente en el nivel molecular de la formación de estas estructuras
tisulares, poco es lo que podemos lograr en términos de una explicación de la memoria y
del aprendizaje por parte de los hombres, sobre todo en sus etapas formativas. Como
puede verse, en la columna de la izquierda, el planteamiento tradicional se refiere a la
formación de las sinapsis en general y en abstracto. Como contraparte obsérvese
nuestra posición respecto de sinapsis específicas como son las que se forman en las
áreas paleocorticales durante el desarrollo formativo de la corteza cerebral.

CUADRO 3.1.1
LA FORMACIÓN DE LAS SINAPSIS

De las sinapsis en general: De las sinapsis corticales:

La formación de sinapsis en las primeras La estructuración de la red sináptica del


paleocórtex, se produce a partir de la actividad
fases del desarrollo se hace bajo control genética de las neuronas y a base de la
genético información funcional de la propia red cortical

El afinamiento de la sinapsis recién La reestructuración de la red sináptica del


paleocórtex se produce a partir de la actividad
formadas, que ocurre en períodos críticos, funcional de la red y a base de información
depende de la estimulación ambiental psíquica

La regulación de la efectividad de las La estructuración de la red sináptica


neocortical, durante la formación de la
sinapsis a corto y a largo plazo está dada conciencia, se produce a base de información
por la experiencia social.

Finalmente, se dice que la formación de las sinapsis en la corteza cerebral humana


sería un proceso similar al de la memoria a nivel celular (por sensibilización a largo plazo
y por condicionamiento). Cuando es preciso pensar que el almacenaje de la información
social en el cerebro, requiere de su codificación en varios niveles de organización del
neocórtex cerebral.
CAPÍTULO 3.2
REGULACIÓN ENDOCRINA E INMUNITARIA DE LA
ACTIVIDAD MNÉSICA DEL CEREBRO
Interrelación neuroendocrina. Mecanismos de la acción hormonal. Efectos de las
hormonas sobre la actividad cerebral. Interrelación neuroinmunitaria.

Como sabemos, la organización de la actividad tisular depende de la información


metabólica, esto es, de estructuras químicas supracelulares que se almacenan y
procesan en la matriz intercelular. De estas estructuras, las conformadas por las
hormonas son las que predominan en la persona madura; otras moléculas fueron
importantes durante la gestación. Con la aparición del sistema nervioso, la información
neural pasa a organizar la actividad metabólica de los tejidos corporales, lo cual no
excluye lógicamente al propio sistema nervioso.
Es usual hablar de procesos de control neuroendocrino como si fueran mecanismos
de dirección manejados por un timonel, como si el cerebro, o alguna parte de él,
controlara las glándulas y que luego las glándulas controlan al cerebro “por
reroalimentación”. Esta es una apreciación aproximada de la forma como los procesos
informacionales se determinan tanto en sentido genético como cinético de un nivel de
organización a otro. Respecto de la interfaz entre el nivel funcional y el metabólico,
diríamos que siendo la regulación hormonal un proceso cinético, es natural que los
neurotransmisores, los neuromoduladores y las neurohormonas modifiquen la actividad
de todos los tejidos del cuerpo, incluyendo los del sistema nervioso, y por tanto de
aquellas células del cerebro que tienen los receptores adecuados, del mismo modo que
las señales neurales pueden modificar la actividad de todos los sistemas orgánicos que
tengan los efectores igualmente apropiados.
A partir de la organización de la personalidad, se deduce que la actividad psíquica
cortical se expresa en la actividad funcional subcortical y ésta en la actividad metabólica
de los tejidos corporales. En el nivel metabólico de la persona, las formas superiores de
actividad se expresan por medio de señales químicas que se codifican en las diferentes
configuraciones que adoptan las hormonas en el sistema endocrino y en el sistema
inmunitario. Pero este modo de determinación psicocinética, también implica una
interrelación epigenética, en el sentido de que tales señales químicas deben modificar la
actividad metabólica del tejido nervioso, en el nivel de las células y las sinapsis,
naturalmente.
La relación de determinación cinética neuroendocrina ocurre en la interfaz
hipotálamo-hipofisiaria. Esta regulación neuroendocrina de la actividad metabólica de los
tejidos abarca principalmente los procesos de transporte y utilización de las sustancias
nutritivas, además del agua y el oxígeno, por todas y cada una de las células; la
regulación de la velocidad de los procesos bioquímicos de dichas células; la activación y
mantenimiento de los procesos de inmunidad o de defensa sobre todo ante los agentes
infecciosos (virus, bacterias).
La cascada neuroendocrina comprende:
1) las hormonas hipotalámicas liberadoras e inhibidoras
2) las hormonas tróficas de la hipófisis y
3) las hormonas de las glándulas endocrinas.
En efecto, respecto de los procesos de determinación cinética, las diversas formas
de control endocrino sobre los tejidos corporales –entre los que están naturalmente los
tejidos del sistema inmunitario y del sistema nervioso– implica, entonces, una cascada
de efectos hormonales (cuadro 3.2.1), que empieza en un primer plano con la secreción
de las hormonas liberadoras y de hormonas inhibidoras por parte de neuronas
específicas del hipotálamo. Prosigue en un segundo plano con la secreción de las
hormonas tróficas de la hipófisis a la circulación sanguínea general, y termina con la
secreción hormonal de las glándulas de secreción interna: tiroides, glándula suprarrenal,
testículos, ovarios. Sin embargo, algunas hormonas hipotalámicas –como la oxitocina y
la vasopresina– que pasan directamente a la sangre y ejercen su acción también directa
sobre su blanco tisular (músculo uterino y glándula mamaria, y túbulo renal distal,
respectivamente). Así como hay también hormonas hipofisiarias que también ejercen su
acción directamente sobre tejidos blanco, tal el caso de la hormona de crecimiento
(sobre los tejidos en fase de crecimiento, principalmente), la prolactina (sobre la glándula
mamaria) y la MSH (sobre los melanocitos).

CUADRO 3.2.1
HORMONAS HIPOTALÁMICAS

Hormonas liberadoras: actúan sobre:


Hormona liberadora de la tirotrofina: tirotrofina; prolactina
Hormona liberadora del ACTH ACTH; beta-lipotrofina
Hormona liberadora de las gonadotrofinas LH, FSH
Hormona liberadora de la hormona de crecimiento Hormona de crecimiento
Factor liberador de prolactina Prolactina
Factor liberador de la MSH MSH; β-endorfina.

Hormonas o factores inhibidores:


Factor inhibidor de la prolactina (dopamina) Prolactina
Hormona inhibidora de la hormona de crecimiento (somatostatina) Hormona de Crecimiento
Factor inhibidor de la hormona estimulante de los melanocitos MSH

Existe pues una forma de secreción por planos de las hormonas hipotalámicas, las
hipofisiarias y las periféricas que se produce en respuesta a la actividad psíquica
consciente que depende de la experiencia, y de la actividad subconsciente e
inconsciente que depende de los cambios de estado de la actividad personal que no
necesariamente se expresan en el plano epiconsciente o dependen de él. Lo importante
aquí es que las hormonas secretadas en respuesta a señales psíquicas pueden
modificar la actividad metabólica de los tejidos corporales, incluidos los de los sistemas
inmunitario y nervioso, específicamente la del cerebro, incluida la corteza cerebral.
Un razonamiento similar, nos debe llevar a pensar que, entre el sistema nervioso y
el sistema inmunitario también se establecen relaciones de doble determinación: en
sentido cinético, la actividad psíquica, a través de la actividad funcional y metabólica del
sistema nervioso, modifica, modula o regula, incrementa o reduce, la actividad del
sistema inmunitario. Pero en sentido epigenético, las sustancias liberadas por las células
del sistema inmunitario también modifican la actividad del sistema nervioso, sobre todo
bajo condiciones en que es preciso un incremento de la actividad de defensa del
individuo a una agresión patogénica.
Otro aspecto importante de la acción de las sustancias que se comportan como
hormonas dentro del sistema endocrino es, como ya se habrá podido notar cuando
hablamos de los neurotransmisores peptídicos, que ellas también son sintetizadas
posiblemente por muchas clases de neuronas, las que al ser liberadas en las respectivas
sinapsis de la red neural que las incluye, y en el respectivo nivel metabólico, ya no
podemos decir que proceden como hormonas, sino como neuromoduladores. Lo mismo
vale decir respecto de la síntesis y secreción de varias sustancias inmunitaria de parte
de neuronas de ciertas zonas del cerebro, aunque este aspecto de la relación
neuroinmunitaria es relativamente menos conocida.
Habría que notar, entonces, que todo individuo dispone de dos sistemas de
regulación metabólica de los sistemas tisulares del individuo: un sistema endocrino, en
relación predominante con el componente visceral del cuerpo, como sistema metabólico
de regulación del medio interno, y un sistema inmunitario, en relación predominante con
el componente somático del cuerpo, como sistema de regulación de la actividad
metabólica (más evidente como defensa) del individuo en relación con el medio exterior.
Respecto del nivel funcional superior, es también clara la relación del sistema endocrino
con el componente visceral del sistema nervioso, y la relación del sistema inmunitario
con el sistema somático del mismo, y por lo mismo, serán claras sus relaciones con los
sistemas psíquicos afectivo y cognitivo, respectivamente.

1.4.1. Interrelación neuroendocrina


A modo de recuerdo, en la lista siguiente solamente enumeramos las principales
acciones metabólicas generales de las hormonas hipotalámicas e hipofisiarias, pues
nuestro mayor interés está en la relación de sentido endocrino-neural:
Hormona hipotalámica Hormona hipofisaria y acción de la hormona periférica
(Leyenda: H, hormona; HL, hormona liberadora; HI, hormona inhibidora; FI, factor inhibidor)

Oxitocina: Trabajo de parto (contracción uterina) y eyección de


la leche materna
H. Antidiurética (HAD): En caso de disminución del volumen de agua, se activa la
liberación de la HAD que interviene en la reabsorción del
agua en el túbulo distal del riñón.
HL de TSH La TSH (hormona estimulante del tiroides) estimula la
secreción por la glándula tiroides de las hormonas
triyodotironina (T3) y tetrayodotironina (T4)
HL del ACTH La ACTH (hormona adrenocorticotrofa) estimula la
secreción de cortisol de la glándula suprarrenal, y de beta-
lipotrofina
HL de las Gonadotrofinas: La H. luteinizante, en el hombre estimula la Hiperplasia de
las células de Leydig que segregan testosterona. En la
mujer, estimula el cuerpo lúteo que segrega la progestina
durante la gestación
La H. foliculoestimulante en el hombre estimula las células
de Sertoli para la espermatogénesis. En la mujer estimula
la maduración del folículo que segrega los estrógenos
HL de la HC La H. de crecimiento estimula la síntesis de las proteínas
especialmente durante el crecimiento
FL de la prolactina La prolactina estimula la secreción láctea durante la
lactancia
FL de MSH La MSH (hormona estimulante de los melanocitos) estimula
la síntesis de la melanina por los melanocitos
HI de la liberación de la Prolactina (dopamina): la DA reduce la liberación de prolactina.
HI de la liberación de la HC (somatostatina ) reduce la liberación de la HC y la TSH
FI de la MSH, reduce la actividad de los melanocitos.
La acción de las hormonas del sistema endocrino sobre las neuronas blanco del
cerebro se clasifican en términos de sus mecanismos celulares de acción. Hay por lo
menos dos formas de acción hormonal sobre las células, en general: primero, por
activación de receptores de membrana acoplados a proteínas G, que a su vez activan
segundos mensajeros intracelulares (AMPc, Ca2-calmodulina, DAG), o por difusión
facilitada ingresan al citoplasma y se ligan a receptores del citoplasma o del núcleo,
activan un receptor que se liga a un dominio del ADN y así se promueve la trascripción
genética al ARN. Los glucocorticoides y los estrógenos actúan sólo a través de
receptores nucleares (receptores genómicos). Las hormonas tiroideas lo hacen a través
de los tres tipos de receptores: de membrana, citosólicos y nucleares.
Cuatro son los tipos principales de acción hormonal sobre el cerebro:
1) Modulan los procesos del desarrollo formativo del cerebro, como por ejemplo,
en la diversificación de las neuronas, la diferenciación sexual, el incremento de
la actividad metabólica del tejido
2) Regulan los cambios cíclicos del comportamiento en la reproducción sexual y
el ritmo del sueño-vigilia. Estos efectos sobre las neuronas y células gliales
son cíclicos y reversibles
3) Intervienen en los cambios de adaptación (o de mala adaptación) ante
experiencias diversas de la vida (sobre todo ante situaciones de estrés, de
agresión, de encuentro sexual, o las que causan miedo)
4) Protegen la actividad neuronal o, por el contrario, potencian los daños que
conducen a la muerte celular. La potenciación de la atrofia neuronal y la
pérdida de las células durante el envejecimiento por efecto de un estrés
psicosocial severo y prolongado son ejemplos de una sobrecarga alostática.
Todos estos efectos se desarrollan por las mencionadas modificaciones en la
expresión genética de las neuronas. Es evidente que hay relaciones directas entre las
acciones sobre el genoma y las acciones sobre la membrana celular, que explican la
actividad integrada de las células, y que en el nivel tisular explican la actividad integrada
de una determinada red metabólica (así como en el nivel funcional).
En seguida revisaremos los conocimientos acerca de los efectos que ejerce la
actividad endocrina sobre el cerebro, específicamente de las hormonas esteroides y
tiroideas sobre la actividad psíquica.

Efectos de las hormonas esteroides


Se denominan neuroesteroides a los esteroides sintetizadas y liberadas por
neuronas del cerebro. Esteroides neuroactivos son todos los esteroides (medicamentos,
inclusive) que tienen algún efecto metabólico sobre el cerebro.
Si se toma en cuenta sus efectos metabólicos, las hormonas esteroides se dividen
en las clases siguientes:
1) Hormonas sexuales: estrógenos (estradiol), andrógenos (testosterona),
progestinas (progesterona)
2) Corticoides: glucocorticoides (corticoesterona) y mineralocorticoides
(aldosterona)
3) Vitaminas D: 1,25-(OH)2 vitamina D3.
Los receptores genómicos para las hormonas esteroides han sido claramente
identificadas en todo el sistema nervioso. Estos receptores son fosfoproteínas que tienen
un dominio que se liga al ADN y un dominio que se liga al esteroide.
Algunas hormonas esteroides se convierten en el cerebro en productos más o
menos activos que son los que interactúan con receptores específicos.
Las hormonas esteroides en general, facilitan el crecimiento de colaterales axonales
y la reinervación de las sinapsis. Pero, también se sabe que las hormonas esteroides
pueden producir tanto protección como daño celular. Por ejemplo, los efectos duraderos
de la secreción gonadal que ocurren normalmente durante la vida, podrían facilitar la
terminación de la función cíclica del hipotálamo respecto de la ovulación.

Hormonas sexuales (gonadales)


Las hormonas sexuales que secretan las glándulas gonadales tienen receptores de
estradiol son nucleares y citosólicos (similares a los del útero). Se encuentran en
neuronas de la hipófisis, el hipotálamo, el área preóptica y la amígdala del adulto, y
también en la corteza y el hipocampo durante la etapa embrionaria. Los receptores de
progesterona se encuentran en la hipófisis.
Los receptores de andrógenos están ampliamente distribuidos en el cerebro, con
una mayor concentración en el hipotálamo y las estructuras límbicas. En el cerebro, la
testosterona es convertida a) en 5α-dihidrotestosterona (5α-DHT), en la hipófisis, en
neuronas del tronco cerebral, el hipotálamo y la corteza cerebral; su papel es la
regulación de la secreción de gonadotropinas, y b) en estradiol, en la hipófisis, el
hipotálamo, las estructuras límbicas y la corteza cerebral.
El sitio principal de acción del estradiol y la progesterona es el núcleo ventromedial
del hipotálamo. La testosterona y el estradiol intervienen en las redes neurales cuya
función es la puesta en marcha de la actividad sexual.
La progesterona interviene en las redes cuya función es la inducción de la actividad
sexual femenina. También interviene en las redes que facilitan la liberación de
dopamina, oxitocina, hormona liberadora de la LH. En los testículos induce la
maduración de los espermatozoides.
En general, las hormonas gonadales intervienen en la diferenciación sexual del
tracto genital, del conjunto del cuerpo y de modo especial del cerebro. En los seres
humanos, esta diferenciación se produce a mediados de la etapa gestacional. Los
efectos de la 5α-DHT o del estradiol sobre la diferenciación sexual del cerebro depende
de los respectivos receptores.
La masculinización del cerebro depende de la 5α-DHT o de una acción combinada
con el estradiol sobre diferentes clases de neuronas. La testosterona y el estradiol
estimulan el crecimiento de las dendritas de neuronas del hipotálamo en animales
machos.

Corticoides
Los receptores para los corticoides son de dos clases: tipo 1 y tipo 2. Los receptores
tipo 1 tienen dos subunidades: una que se liga al ADN y otra al esteroide; se encuentran
en neuronas la glía de todo el cerebro. Los receptores tipo 2 (para mineralocorcoides),
se encuentran principalmente en el hipocampo.
Los receptores para glucocorticoides son receptores de membrana acoplados a
proteinas G. Interactúan con receptores dopaminérgicos, adrenérgicos y de GABA (esta
sería la razón por la que tienen efectos anestésico, ansiolítico e hipnótico)
Las hormonas esteroides, en su respectivo nivel metabólico de acción, de algún
modo vinculan el ambiente con la actividad genética de las células. Es evidente que la
información psíquica determina modificaciones en la secreción hormonal. Las hormonas
actúan sobre la actividad genómica y modifican su estado activo. Esta influencia puede
medirse al comprobar los cambios que muestran los ribosoma, el ARNm, el diámetro del
núcleo y la cromatina. Estos cambios son permanentes en las neuronas embrionarias;
son transitorios en las del adulto.
Los glucocorticoides intervienen en la diferenciación de las neuronas colinérgicas en
dirección adrenérgica. También intervienen en la formación de las neuronas
serotoninérgicas del cerebro.
Los corticoides del sistema endocrino, junto a la actividad del sistema nervioso
visceral, intervienen en los procesos de alostasis. Procesos alostáticos son aquellos por
medio de los cuales se adquiere estabilidad por medio del cambio. El sistema alostático
promueve la adaptación corporal por tres vías: 1) como consecuencia de la actividad
repetida de los eventos estresantes; 2) por falta de “apagado” o cese de los cambios
después que el desafío ha pasado, y 3) por la imposibilidad de que el sistema sea
activado apropiadamente, permitiendo que otros sistemas contra-regulados se tornen
hiperactivos.
El concepto de sobrecarga alostática implica una paradoja en la acción de los
esteroides adrenales: protegen en el corto plazo, por un lado, pero causan daño en el
largo plazo, por otro.

Vitamina D
Los receptores para vitamina D3 también son nucleares con dos subunidades, están
ampliamente distribuidos, pero con mayor concentración en el hipocampo.
La vitamina D, antes de actuar sobre el sistema nervioso, es convertida en
metabolito activo, la 1,25-dihidroxi vitamina D3, en el hígado y el riñón.

Efectos de las hormonas tiroideas


Las hormonas tiroideas tetrayodotironina (T4) y triyodotironina (T3), también actúan
a través de receptores que modifican la actividad genómica, y así afectan la síntesis de
proteínas, especialmente durante el desarrollo formativo del individuo. Pero hay que
tener en cuenta que las hormonas tiroideas alteran la actividad metabólica del cerebro
de modo diferente, y al mismo tiempo semejante, al su acción durante el desarrollo
formativo. Los receptores nucleares T3 se encuentran en altas concentraciones en el
sistema nervioso durante la gestación, más que en el adulto. En el feto humano se
incrementan entre la décima y decimosexta semanas, cuando la división de los
neuroblastos alcanza su grado más alto.
El primer paso es la conversión de la T4 en T3, que es la que se liga a receptores
nucleares, citosólicos y de la membrana sináptica. Su efecto principal es el desarrollo del
citoesqueleto neuronal y la formación de las sinapsis. Por eso el efecto más destacado
del hipotiroidismo en el recién nacido es la formación de un neuropilo hipoplásico, con
dendritas más cortas y escasas espinas sinápticas, especialmente en la corteza
cerebral.
La deficiencia de hormona tiroidea en el adulto aumenta la probabilidad de
enfermedad depresiva, mientras que su exceso incrementa la probabilidad de manía.
Estas observaciones tienen algún interés terapéutico en estas enfermedades.
1.4.2. Interrelación neuroinmunitaria
La actividad inmunitaria es una forma de defensa o protección de todo el sistema
vivo ante agentes que pueden provocar la desintegración de alguno de sus
componentes o de todo el individuo. Dado que el conocimiento de las relaciones entre la
actividad nerviosa y el sistema inmunitario son menos conocidas, haremos una somera
revisión de los conceptos básicos más importantes.
En las personas, los procesos de defensa celular y tisular se activan ante la
presencia de agentes patógenos (virus, bacterias, hongos, parásitos); ante la presencia
de otras células (modificadas como las neoplásicas, o de otras personas); ante
sustancias de diverso tipo (alergia a alimentos, medicamentos; una acción que es
diferente de la degradación de sustancias tóxicas, por ejemplo en el hígado por medio
de enzimas).
El sistema inmunitario es un conjunto de tejidos cuyas células circulantes tienen
receptores o tienen la propiedad de sintetizar receptores para moléculas derivadas de
los agentes invasores y así generan su capacidad de producir sustancias que destruyen
o neutralizan la acción bioquímica de aquellas moléculas, que son las citokinas. De este
modo el sistema inmunitario produce una red química intercelular de citokinas –que son
las principales moléculas del sistema inmunitario– distribuidas en zonas estratégicas de
los tejidos del cuerpo. Un esquema acerca de la organización del sistema inmunitario se
muestra en el cuadro 1.4.2.

CUADRO 1.4.2
EL SISTEMA HEMATOPOYÉTICO

ÓRGANOS LINFÁTICOS
MÉDULA ÓSEA SECUNDARIOS
CÉLULA MADRE
C. No-L.
CÉLULA B CÉLULAS B DE MEMORIA
PRECURSORA
CÉLULAS PLASMÁTICAS

CÉLULA NK PRECURSORA CÉLULAS NK

TIMO

CÉLULAS T PRECURSORAS CÉLULAS T DE MEMORIA

CÉLULAS T EFECTORAS

Hay dos clases principales de inmunidad: inmunidad natural e inmunidad adquirida.


La primera es determinada genéticamente, y es a su vez de dos clases: a) humoral:
complementos, citokinas de los macrófagos, y b) celular: de las células fagocitarias
(como los macrófagos), células NK (que emplean sustancias citolíticas). La inmunidad
adquirida, puede ser también a) humoral: que actúa por medio de anticuerpos y de
citoquinas de los linfocitos, y b) celular, constituida por los linfocitos B y los linfocitos T.
La respuesta inmunitaria de los linfocitos T, que es de especial importancia en la
capacidad de defensa de un individuo, comprende tres clases de procesos: 1) Inducción
o de detección del agente, 2) Activación o de proliferación y movilización, y 3) Efectora, o
de neutralización y eliminación del agente.

Regulación psiconeural de la actividad inmunitaria


El incremento de la actividad inmunitaria, su focalización (en la zona afectada del
cuerpo), la limitación de sus efectos (al agente invasor) y la reversión a su estado inicial,
depende de dos niveles de regulación: Intrínseca: por medio de citokinas, y de células T
supresoras, y extrínseca, por medio del sistema endocrino y del sistema nervioso.

Todo el proceso de regulación tiene que hacerse, como se podrá deducir, por medio
de mensajeros químicos y de receptores para tales mensajeros. Las células de los
tejidos del sistema inmunitario tienen receptores para una diversidad de mensajeros, tal
como puede apreciarse en el cuadro 1.4.3.

CUADRO 1.4.3
RECEPTORES PARA MENSAJEROS QUÍMICOS EN EL SISTEMA INMUNITARIO

Neurotransmisores Neuropéptidos H. esteroideas


-adrenérgicos H. De crecimiento Esteroides I y II
-adrenérgicos Prolactina Estrógenos
Dopamina ACTH Progesteronas

Serotonina HL-ACTH Andrógenos


Acetilcolina Sustancia P
Histamina Somatostatina
VIP, vasopresina
Hormonas tiroideas
Endorfinas, encefalinas

En seguida veremos que las relaciones de determinación cinética de la actividad


inmunitaria se efectúa por medio de una doble señalización (Cuadro 1.4.4). Por medio
de ésta las señales neural e inmunitaria (las moléculas extrañas) activan receptores que
a su vez desencadenan la cascada de segundos mensajeros que terminan por modular
la expresión genética de la célula inmunitaria.
CUADRO 1.4.4
DOBLE SEÑALIZACIÓN DE LA RESPUESTA INMUNITARIA

SEÑAL NEURAL SEÑAL INMUNITARIA

RECEPTOR RECEPTOR

SEGUNDOS SEGUNDOS
MENSAJEROS MENSAJEROS

MODULACIÓN DE LA EXPRESIÓN GENÉTICA DE LA CÉLULA

La inervación del tejido linfoide está a cargo de terminaciones axonales del simpático
y parasimpático, cuyos neurotransmisores tienen receptores en los tejidos inmunitarios:
médula ósea, timo, bazo y ganglios linfáticos. Las catecolaminas producen efecto
estimulante de la respuesta inmunitaria a bajas concentraciones y efecto inhibidor a altas
concentraciones, y su efecto se puede traducir en 1. la supresión de la producción de
anticuerpos; 2. la supresión de la actividad citolítica de linfocitos T; 3. el aumento de la
actividad de las células NK, ó 4) una disminución de la actividad linfocitaria en el bazo.
La existencia de una regulación de la actividad inmunitaria de una persona por la
información psíquica y neural, se ha deducido de la observación de los efectos de las
lesiones cerebrales sobre la inmunidad celular, tanto en animales como en el hombre.
En animales, las lesiones del hipotálamo anterior protegen del choque anafiláctico,
disminuyen el número de células del bazo, la respuesta antigénica, el número de células
NK, y las lesiones del hipocampo y la amígdala producen aumento de la respuesta
inmunitaria del timo y el bazo
En humanos, las lesiones del hemisferio izquierdo se ha visto que disminuyen el
número de células T en el bazo, y de la actividad de las células NK. Una observación
poco convincente es que habría mayor incidencia de desórdenes inmunitarios en zurdos.
Los efectos inmunitarios de la actividad psíquica, se han podido deducir de las
observaciones hechas en animales sobre la respuesta al condicionamiento, pues se
puede suprimir o incrementar la actividad inmunitaria por aprendizaje asociativo, así
como de las respuestas al estrés, por ejemplo, en animales los estresores aumentan la
morbilidad y mortalidad frente a infecciones virales y cáncer, y en humanos aumenta la
probabilidad de infección, cáncer o enfermedad autoinmune, especialmente se ha
podido comprobar que el estrés aumenta la susceptibilidad a infección por rinovirus; que
hay una relación entre cáncer y depresión; que la psicoterapia aumenta la sobrevivencia
en pacientes con cáncer, y que el efecto del estrés académico, por divorcio, duelo,
cuidado de pacientes con Alzheimer, produce en quienes lo soportan una disminución de
la actividad de las células NK, las células T, el interferón y de algunos anticuerpos.
En el cuadro 1.4.5, se esquematizan aquellos procesos inmunitarios que tienen que
ser regulados por la actividad psiconeural a través del sistema nervioso visceral y del
sistema endocrino.

CUADRO 1.4.5
PROCESOS DE REGULACIÓN PSÍQUICA DE LA ACTIVIDAD
INMUNITARIA
1. Distribución de las células inmunitarias en los tejidos
2. Modificación de la actividad de las células inmunitarias
a) Producción de IL-2
b) Expresión genética de receptores para la IL-2
c) Proliferación de linfocitos T
3. Procesos de control neuroendocrino
a) A través del eje hipotálamo-hipófiso-adrenal (en sangre)
b) A través del sistema nervioso autónomo

Efectos del sistema inmunitario sobre los sistemas nervioso y endocrino


Hay suficiente evidencia como para asegurar que la actividad inmunitaria, a través
de la circulación de la sangre, se algún modo modifica la actividad metabólica y funcional
de por lo menos ciertas redes neurales del cerebro, puesto que se han encontrado que
el sistema inmunológico afecta la actividad psíquica, sobre todo a través de la vía de los
efectos inmunitarios de las citokinas que se distribuyen en varias regiones del sistema
nervioso central. Aunque las citokinas son moléculas relativamente grandes,
particularmente la irterleukina-1 (IL-1), pueden cruzar la BHE vía transporte activo. La IL-
1 también es producida en el cerebro, no sólo por la microglía que son los macrófagos
residentes en el sistema nervioso central, sino también por los astrocitos. La IL-1
periférica puede afectar al cerebro, incluyendo la producción de citokinas, a través de la
vía sensorial del nervio vago.
Hay receptores de citokinas en el cerebro, principalmente para IL-1, IL-8 e interferón,
tanto en las células gliales como en las neuronas. Las citokinas intervienen en el
desarrollo y regeneración de los oligodendrocitos y por lo mismo en la producción de
mielina. Los citokinas del cerebro juegan un rol efector en los mecanismos inmunitarios,
regulados por el cerebro, e incluso un papel en la infección e inflamación del cerebro.
Las citokinas intervienen también en los procesos de esclerosis, en los gliomas y las
demencias asociadas a HIV, lesiones en el cerebro y posiblemente en la enfermedad de
Alzheimer. La citokina pro-inflamatoria, particularmente IL-1, y el factor de necrosis
tumoral (FNT) intervienen en la inducción de la fiebre, el sueño, la anorexia y la fatiga en
las enfermedades inflamatorias. Se sabe que los microbios de diverso tipo se
reproducen menos a altas temperaturas del cuerpo, aunque sin duda depende
principalmente de la inmunoestimulación.
A modo de resumen, destacamos que: 1) hay diversas citokinas en el hipotálamo y
la hipófisis (así como en las glándulas endocrinas); 2) hay varias interleukinas, como la
IL-1 y la IL-6, intervienen en regulación del sueño, la temperatura, comportamiento
alimentario y secreción hormonal; 3) la IL-1- se encuentra en células del hipotálamo e
hipocampo. Se sabe que interviene en la liberación de varias hormonas hipotalámicas
(sobre todo la HL-ACTH), pues determina un incremento de ACTH, LH, GH, TSH, y una
disminución de la prolactina, y 4) la limosina, una citosina liberada por células del timo,
incrementa la liberación de ACTH, -endorfina y corticoesterona por su acción sobre el
hipotálamo.
No cabe duda de la importancia de estos estudios psiconeuroinminitarios, aunque
con la exageración que es característica del positivismo, se ha dado por inventar una
ciencia especial para hacer las debidas correlaciones entre las esferas psicológica,
neurocientífica e inmunológica, además de la endocrinológica. Es evidente que existen
procesos de determinación –de sentido cinético y epigenético– entre los niveles de
organización de la persona y de su sistema nervioso, y que no hay nada de particular en
descubrir y explicar tales relaciones. Por lo tanto, no tiene que haber nada especial
respecto de los procesos que determinan los modos de enfermar de las personas.
Además se tomará en cuenta que sólo una concepción integrada de la personalidad
puede hacer más comprensibles y fáciles de modificar sus desórdenes patológicos, por
ejemplo, en los casos de inmunodeficiencia (como en el síndrome de Down, de agenesia
del cuerpo calloso, del SIDA); de autoinmunidad (como en la miastenia gravis, las
encefalomielitis diseminadas agudas, las esclerosis múltiple, las enfermedades del tejido
conectivo), y de alergia (especialmente de anafilaxia y la gran variedad de dermatitis
alérgicas).
Las implicancias en la explicación de los desórdenes psíquicos también son de
primera importancia. Así, está demostrado que varios desórdenes psíquicos pueden
producir un desorden inmunitario; es decir que las alteraciones de la actividad psíquica
pueden predisponer a las personas a sufrir una enfermedad inmunitaria (cáncer,
infección, enfermedad autoinmune), como es el caso de la inmunocompetencia que se
observa en la enfermedad depresiva. Por otro lado, los desórdenes de la actividad
inmunitaria puede producir alteraciones de la actividad nerviosa, como es el caso del
papel que tiene la autoinmunidad en los desórdenes psíquicos y las enfermedades del
sistema nervioso (una observación que ha servido para sugerir que la causa de la
esquizofrenia es un desorden inmunitario desencadenado por algún virus.
APÉNDICE
ALGUNOS ASPECTOS METABÓLICOS DE LOS DESÓRDENES PSÍQUICOS

Por importancia en la práctica médica, así como en la sustentación teórica de la


práctica psicológica, en inclusive en la educación, hacemos un resumen de las fallas que
ocurren en el nivel metabólico de la actividad cerebral, cuyo conocimiento es elemental
para la explicación de los desórdenes psíquicos más frecuentes.

1. ENCEFALOPATÍAS METABÓLICAS AGUDAS

Las encefalopatías metabólicas, que se expresan en la forma de confusión o delirio


(llamado también psicosis sintomática), son causadas por privación de sangre, glucosa,
oxígeno, vitaminas, o por intoxicaciones, principalmente.

Enfermedades metabólicas que causan confusión

1. Con signos de compromiso predominantemente cortical:


 Hipoxia-isquemia
 Hipoglicemia
 Insuficiencias viscerales (hepática, renal, respiratoria, cardiaca,
pancreática)
 Enfermedades carenciales (B12, ácido nicotínico)
 Intoxicaciones
2. Con signos predominantemente subcorticales:
 Infartos múltiples de la sustancia blanca subcortical
 Alcoholismo
 Tolueno
 Esclerosis múltiple
 SIDA
 Infarto múltiple (lacunares)
 Carencias vitamínicas (B1)

2. DEMENCIAS

Enfermedades que causan demencia

2.1. Enfermedades no curables:

Enfermedad de Alzheimer 50
Enfermedad vascular cerebral 10
E. de Alzheimer y vascular combinadas 10
Otras enfermedades incurables (HIV) 5
70-75%
2.2. Enfermedades curables:
Enfermedad depresiva
Enfermedades metabólicas
Infecciones (lúes, micosis)
Hidrocéfalo a presión normal
Tumores cerebrales
Hematoma subdural
25-30%
(Modificado de: Wells, C.E. Dementia. Davis, 1977)
ENFERMEDAD DE ALZHEIMER
Deterioro de las capacidades afectivas, cognitivas y conativas de la personalidad, de
comienzo gradual y curso crónico, debido a una deficiencia de la actividad mnésica por
degeneración de las redes nerviosas neocorticales de causa no conocida.

Delimitación del problema clínico:

a) Un síndrome demencial se puede caracterizar por

1. Deterioro de las capacidades del nivel consciente de la personalidad


2. Presentarse a cualquier edad (regresión, en niñez y adolescencia)
3. Iniciarse en una de las tres unidades funcionales del cerebro o afectar
predominantemente a uno de ellos
4. Su curso progresivo o regresivo; reversible o irreversible
5. Ser causado por enfermedad primaria del cerebro o por compromiso
secundario del mismo por una enfermedad sistémica, de causa conocida o no
conocida.
b) La demencia de Alzheimer se caracteriza por:

1. Deterioro de las capacidades del nivel consciente de la personalidad


2. Ocurrir generalmente después de los 50 años, y su incidencia aumenta con la
edad; es rara a menor edad
3. Un déficit funcional acompañado de afasia, apraxia. agnosia u otro déficit
neocortical
4. Ser de inicio insidioso y curso progresivo en años
5. No tener causa conocida
6. Alteraciones histológicas características
Debe descartarse otras causas de demencia.
Alteraciones bioquímicas en la enfermedad de Alzheimer
Es necesario diferenciar entre la enf. de Alzheimer por su presentación esporádica,
tardía o familiar, pues tiene diferente patogénesis en cada caso. Se debe precisar la
importancia de
1. los cambios histológicos similares a los de la vejez
2. los cambios en la neurotransmisión
3. los defectos cromosomiales y genéticos
4. los depósitos de amiloide en la corteza cerebral
5. los cambios en las macromoléculas estructurales.

1. Alteraciones celulares (genéticas)

 Muerte neuronal por procesos degenerativos determinados genéticamente


 El gen que codifica la Proteína Precursora del Amiloide (APP) se encuentra en el
brazo largo del cromosoma 21
 El gen APP produce 3 proteínas de 695, 751 y 770 aminoácidos. Estas proteínas
forman parte de la membrana celular y se comportan como receptores:
intervienen en el crecimiento de los terminales axónicos, las relaciones
interneuronales y como neuroprotectores
 Mutaciones en el gen APP (en pacientes con enfermedad de Alzheimer familiar)
determina alteraciones en esta proteína y su posible degradación y
fragmentación en proteína -amiliode que se deposita en el neuropilo y los vasos
sanguíneos formando las placas seniles
 Las placas seniles son depósitos de un polipéptido derivadO de APP
 En las mitocondrias habría daño del ADN mitocondrial, por lo que fallan los
mecanismos de óxido-reducción
 Los ovillos neurofibrilares son otras alteraciones celulares que abundan en la
corteza, especialmente en CA1 del hipocampo. Son filamentos helicoidales
formados por la proteína tau (una proteína asociada a los microtúbulos)

2. Alteraciones sinápticas (metabólicas)

 Reducción de sinaptolisinas en las capas III y V de la corteza.


 Se encuentra una marcada disminución de la catecolacetiltransferasa en el
núcleo basal de Meynert y de la acetilcolinoestearasa en el hipocampo
 Hay disminución de la NA presináptica y de sus metabolitos en el neocórtex
(asociado a pérdida neuronal en el locus ceruleus)
 Disminuye la 5HT (tanto la liberación como la recaptación) y del 5-HIAA. Hay una
disminución de la ligación de 5HT a receptores 5HT1 y 5HT2 (presinápticos en N.
Meynert) Los cambios se asocian a pérdida neuronal en el núcleo del rafe y en
las neuronas con ovillos neurofibrilares, NFT)
 Hay disminución de la somatostatina en los lóbulos temporal y parietal
 Se encuentra disminución de la HL-ACTH en los lóbulos frontales y temporales y
el núcleo caudado
 No se ha encontrado alteraciones en el GABA y los péptidos investigados (NPY,
PIV, NT, HL-TSH)
3. Expresión histológica de las alteraciones estructurales de las neuronas y de la
red neural del cerebro
 Degeneración granular y vacuolar de las neuronas corticales
 Pérdida de la población neuronal
 Disminución de las ramificaciones axonales y dendríticas
 Pérdida de las espinas sinápticas
 Pérdida de las sinapsis
 Reducción progresiva de la red, y de la plasticidad neuronal, en el neocórtex, el
paleocórtex y varios núcleos subcorticales
 Hay una angiopatía amiloide. El factor relajante del endotelio está en relación con
el depósito de proteína -amiliode (normalmente el depósito es evitado por
acción de la enzima peróxidodismutasa).

PROCESOS PATOGENÉTICOS DE LA ENF. DE ALZHEIMER

El papel de las fallas en la neurotransmisión

La marcada reducción de la actividad de las enzimas colino-actiltransferasa y


acetilcolinoestearasa, indica disfunción y pérdida de neuronas colinérgicas del cerebro basal y
sus proyecciones corticales

Aunque la reducción de estos maracadores colinérgicos se correlaciona con el grado de


demencia y el número de placas seniles, la pérdida de la actividad colinérgica no debe
considerarse la alteración fundamental de la enfermedad de Alzheimer

Muchas neuronas que liberan monoaminas y neuropéptidos también muestran alteraciones


morfológicas y atrofia. Estas neuronas incluyen las células dopaminérgicas y serotonérgicas del
tronco cerebral; células que producen somatostatina y hormona liberadora del ACTH en el
neocórtex, y neuronas que liberan glutamato, GABA, sustancia P y/o neuropéptido Y.

El papel de las sustancias tóxicas y de las infecciones

El papel del Al en la patogenia de la enfermedad parece que está descartada

La determinación genética de la enfermedad

En un número cada vez mayor de familias se ha identificado mutaciones específicas en


el ADN

El fundamento para la hipótesis de que la E de Alzheimer sea determinada


genéticamente se dedujo inicalmente de la observación de que virtualmente todos los
sujetos con síndrome de Dawn (trisomía 21) desarrollan lesiones histopatológicas típicas
de Alzheimer si es que sobreviven más allá de los 40 años

Además, los sujetos con síndrome de Down que mueren entre los 10 y los 20 años
tienen depósitos difusos de de baja a moderada densidad en las cortezas límibica y de
asociación, en ausencia de cambios neuronales o gliales, placas neuríticas u ovillos
neurofibrilares. Esta observación refuerza el concepto de que el depósito de -amiloide
es un evento muy inicial que precede los otros cambios típicos de la enfermedad.

Experimentos inmunoquímicos y bioquímicos han llevado a la conclusión de que la


principal subunidad proteínica de los ovillos fibrilares (que al microcopio electrónico se
ve que consisten en filamentos helicoidales pareados) es una forma alterada de la
proteína tau asociada a los microtúbulos

El análisis de la proteína PHF-tau, de la corteza de pacientes con Alzheimer ha


mostrado que las moléculas tau alteradas contienen grupos fosfato adicionales. El
mecanismo por el cual esta proteína hiperfosforilada actúa no se conoce

Una vez conocida la secuencia de los amino-terminales de la proteína A, condujo a la


conación del polipétido precursor. El primer cADN aislado codificaba una Proteína
Precursora del Amiloide (PPA de 695 aminoácidos) que comprende un grupo
heterogéneo de polipéptidos (después se descubrió la PPA de 770 aminoácidos)
La clonación de la PPA condujo a la localización de su gen en el brazo largo del
cromosoma 21

Pequeñas cantidades de Amiloide  (A) soluble se libera de las neuronas en


condiciones normales, y se le encuentra en el LCR y la sangre de sujetos normales y
con enf. de Alzheimer. Esto indica que pequeñas cantidades de A es un producto
normal del metabolismo de la PPA

En 1991 se identificaron dos familias cuyos miembros afectados tenían una mutación en
el codón 717 de la PPA770. Esta observación fue la primera en sugerir que existe una
causa molecular específica de la enf. de Alzheimer y sugería que una alteración en la
PPA podía inciar una amiloidosis  en ausencia de cualquier otro factor patológico

Luego se demostró que la mutación en la PPA en una parte de las familias con enf. de
Alzheimer de inicio temprano estaba ligada a un gen no conocido en el cromosoma 14

Posteriormente se descubrió un gen homólogo llamado presenilina 2


(PS2) en el cromosoma 1

La manera como las mutaciones en la presenilina incrmenta la generación del amiloide 


(A42), no se conoce. Pero puede involucrar la formación de complejos entre la presilina
y la PPA, lo cual puede ocurrir en retículo endoplasmático y/o el aparato de Golgi.

Los estudios bioquímicos en busca de proteínas en el LCR capaces de unirse al A,


identificaron la apolipoproteína E (ApoE). El análisis genético mostró que podía ocurrir
un polimorfismo de tipo 4 del gen ApoE que se encuentra ocasionalmente en enfermos
de Alzheimer esporádicos. La presencia de Apoe parece ser el factor de riesgo más
importante de desarrollar la enfermedad

Se han propuesto hipótesis alternativas acerca del efecto de la ApoE4 en la enf. de


Alzheimer. Éstas se basan en la evidencia de que (1) ApoE4 no favorece la formación de
axones in vitro y es menos útil para la estructura y función normales de las neuronas que
la ApoE3, y (2) que la ApoE4 podría facilitar que la proteína tau se disocie de los
microtúbulos y que participe en la formación de los filamentos pareados helicoidales
característicos de las neuronas degeneradas de la enfermedad.

FACTORES GENÉTICOS QUE PREDISPONEN A LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER:


RELACIONES CON EL FENOTIPO AMILOIDE A

Cromosoma Gen defectuoso Edad de inici o Fenotipo A

21 Mutaciones en APP 50s  producción de


péptidos A totales
o de péptidos A42

19 Polimorfismo ApoE4 60s o más  densidad de placas


A y depósitos
vasculares

14 Mutación en presenilina 1 40s y 50s  producción del


péptido A42
1 Mutación en presenilina 2 50s  producción del
péptido A42

DIAGRAMA DE LA ESTRUCTURA PRIMARIA DE LA PROTEINA PRECURSORA DEL -


AMILOIDE

3. RETARDO MENTAL

CAUSAS MÁS IMPORTANTES DE RETARDO MENTAL

1. RM leve: 50%, de causa multifactorial

2. RM moderado y severo

a) De causa prenatal: Por aberraciones cromosomiales: 30%, genes mutantes


(errores del metabolismo), causas ambientales (drogas, endocrinopatías)

b) De causa perinatal: Hipoxia, hipoglicemia, acidosis

c) De causa postnatal: Deshidratación, intoxicaciones, desnutrición

CAUSAS METABÓLICAS DE RETARDO MENTAL Y DE REGRESIÒN TEMPRANA

1. Sustancias tóxicas endógenas presentes en la sangre materna durante la gestación


o después del nacimiento
2. Tóxicos exógenos con efectos nocivos conocidos sobre el desarrollo fetal durante la
gestación (tabaco, alcohol y otras drogas controladas) o después del nacimiento
3. Desnutrición fetal o postnatal
4. Errores innatos del metabolismo
5. Alteraciones endocrinas durante los primeros años de vida (hipotiroidismo)
6. Encefalopatía hipóxica perinatal
7. Encefalopatía hipoglicémica postnatal
8. Acidosis metabólica

PATOGENIA DE LOS ERRORES DEL METABOLISMO

Hay un patrón general en la patogénesis del retardo mental causado por errores del
metabolismo:
1. En los cromosomas: Gen estructural Gen regulador

2. En retículo endoplasmático: Proteína

3. En aparato de Golgi: Enzimas Coenzimas

4. Metabolitos: Sustrato Producto

5. Expresión somática: Fenotipo normal

Exceso de sustrato Déficit de


Producto

Fenotipo anormal
4. SÍNDROME DE REGRESIÓN

Disminución o deterioro de las capacidades psíquicas de nivel consciente una vez que
han sido adquiridas, por enfermedades que afectan al cerebro. Puede ser transitoria,
regresiva o progresiva

Puede mostrarse de tres maneras: Como pérdida de capacidades, falla par adquirir
nuevas capacidades, enlentecimiento en la adquisición de nuevas capacidades
Predominan desórdenes como: dificultad par recordar y aprender nueva información,
para la comprensión y expresión verbales, de los rasgos y características personales,
desórdenes cognitivos más o menos definidos, desórdenes del pensamiento de tipo
autista o psicótico, cambios afectivos de orden depresivo, trastornos psíquicos focales o
funcionales asociados.
Diferenciar de: problemas de estabilización del desarrollo dentro del rango normal,
retardo mental, autismo, falso deterioro (por efecto de las técnicas de examen)

Causas de regresión

Enfermedades sistémicas: Hipotiroidismo, hipertiroidismo; cáncer


Otras enfermedades crónicas

Enfermedades del sistema nervioso: Infección viral crónica


Enfermedad desmielinizante (EM)
Leucodistrofias
Desórdenes neurocutáneos
Desórdenes extrapiramidades progresivos
Lesiones que ocupan espacio
Hidrocefalia
Epilepsia (formas degenerativas)
Efectos adversos de medicamentos
Desórdenes metabólicos hereditarios
Enfermedad de Wilson
Desórdenes psíquicos: Depresión
Esquizofrenia

Problemas sociales: Maltrato del niño


Muchos cuidadores a cargo del niño Abandono o aislamiento social

5. ENFERMEDAD DEPRESIVA

a) Efectos de los medicamentos:

 La reserpina: produce depresión por depleción de catecolaminas cerebrales


 Los anticolinoestearásicos (fisostigmina) producen depresión
 Los anticolinérgicos producen desórdenes maniformes
 La imipramina y los inhibidores de la MAO incrementan la NA cerebral
 La clomipramina y los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina
(ISRS) aumentan la actividad de la 5-HT

b) Cambios en el metabolismo de los neurotransmisores:

De la noradrenalina:

 Incremento de la NA, normetanefrina extraneuronal en orina


 Disminución de la tirosino-hidroxilasa en cerebros de suicidas
 Cambios en los niveles del metoxi-hidroxifenil glicol (MHPG) neuronal en la orina.
Habría tres formas de enfermedad depresiva:
o Tipo I: con disminución del MHPG (generalmente bipolar)
o Tipo II: con niveles intermedios (forma unipolar)
o Tipo III: con incremento de MHPG asociado a incremento de la actividad
colinérgica (forma unipolar): habría un disbalance NA/ACh

De la dopamina

 Disminución del ácido vanilmandélico (VMA) en orina y en LCR (más en


pacientes con retardo psicomotor y en suicidas)
 Aumento del VMA en deprimidos con delusiones

De la serotonina: Disminución del ácido 5-hidroxi-indol acético (5-HIAA) en LCR;


también en suicidas
Del GABA: El GABA está disminuido en sangre
De los péptidos: Aumento de β-endorfina en sangre y disminución de vasopresina en
LCR

c) Cambios neuroendocrinos:

Clínicamente se ha encontrado: Depresión en el hipotiroidismo, panhipopituitarismo, y


manía en el hipertiroidismo, hipercorticismo, y otras alteraciones en tres ejes:

1. En el eje hipotálamo-hipófiso-adrenal: aumento de cortisol libre en sangre:


estado hipercortisólico, más en unipolar y ausencia de supresión de la secreción
de cortisol en el test de supresión de la dexametasona
2. En el eje hipotálamo-hipófiso-tiroideo: en el test de estimulación con HL de la
TSH, sin incremento de la TSH
3) En el eje de la hormona de crecimiento: la HC disminuye durante el sueño y no
aumenta con la clonidina

d) Cambios en el sistema inmunitario:

 Disminución de la proliferación de los linfocitos T. Se inhibe su reproducción por


efecto de segundos mensajeros
 Disminución de la actividad killer de las células inmunitarias

6. DESORDEN DE PÁNICO

 Las crisis se pueden provocar por la administración de lactato, yohimbina,


isoproterenol, fenfluramina, flumazedil
 En imágenes por PET se observa incremento de la actividad metabólica en área
parahipocámpica y orbitaria, mayor en el lado derecho
 Disminución del FSCr en las áreas prefrontales

7. DESÓRDENES FÓBICOS (social y específicos)

 Los inhibidores de la MAO y los tricíclicos los alivian


 Hay aumento de la actividad de la 5HT
 No hay respuesta adrenérgica a la clonidina (produce aumento de la presión
arterial)
 Los beta-bloqueadores (propanolol) mejoran la ansiedad de desempeño;
suprimen la taquicardia, la sudoración y el temblor)

8. DESORDEN OBSESIVO COMPULSIVO


 En imágenes por PET se observa anormalidades metabólicas en lóbulos
frontales, áreas del cíngulo y en el cuerpo estriado
 El tratamiento con ISRS es efectivo ((producen disminución de 5-HIAA)
 Parece haber una disminución de receptores 5HT en la áreas afectadas

9. DESORDEN DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO


 Hay una hiperactividad simpática general
 Disminución de la respuesta al ACTH y de la HL de la ACTH
 Aumento de la sensibilidad de los receptores para glucocorticoides
 Se alteran los sistemas opioides: ausencia de respuesta analgésica al naloxone
 (Aumento del sueño REM y disminución de la fase 2 del sueño no-REM)
10. DESORDEN DE ANSIEDAD GENERALIZADA
 Hay anormalidades en el sistema GABA: aumenta su actividad por el antagonista
flumazedil, especialmente en las áreas occipitales (también se observa por medio
de PET)
 La buspirona (que tiene acción serotonérgica) alivia esta clase de ansiedad.

11. ESQUIZOFRENIA
1. Cambios metabólicos:

a) Cambios en el flujo sanguíneo cerebral: utilización de O2 y glucosa:

 Sobreactivación del hemisferio izquierdo: incremento del metabolismo del


lóbulo temporal, más acentuado en el hipocampo y el área parahipocámpica
 Hipofrontalidad metabólica

b) Cambios en la neurotransmisión:

1. En el tronco cerebral:

 Incremento de D2 en el locus niger


 Incremento de la actividad NA, 5HT

2. En el hipotálamo:

 Incremento de norepinefrina

3. En el cuerpo estriado:

 Incremento de la densidad o de la afinidad de receptores D2 (en el núcleo


caudado, putamen y accumbens)
 Reducción de D1 y aumento de más selectivo de D4
 Incremento de serotonina en globus pallidus
 Aumento de receptores NMDA en el putamen

4. En el sistema límbico:

 En amígdala: aumento de dopamina y de HVA


 Disminución de CCK
 Incremento de receptores NMDA en amígdala
 Reducción de receptores de receptores AMPA y NMDA en CA4 y CA3
 Aumento de receptores D2, y de NA en el núcleo accumbens

5. En la corteza cerebral:

 Incremento de la actividad de la NAAD fosfato diaforasa


 Aumento de receptores de glutamato en la corteza frontal
 Incremento ligación de kainato en córtex frontal medial y orbitario
 Incremento de D4 en mesocórtex; anomalías en receptores 5-HT2

2. Cambios anatómicos y funcionales: reducción de volumen del cerebro

a) En el tronco cerebral:
 Reducción de volumen de neuronas en área tegmental ventral
 Atrofia del vermis del cerebelo

b) En el hipotálamo:
 Adelgazamiento capa periventricular y gliosis

c) En el cuerpo estriado:
 Reducción de volumen (O. y C. Vogt)

d) En el tálamo:
 Reducción de volumen del N. dorsomedio

e) En el sistema límbico:
 Reducción de volumen y cambios de citoarquitectura del área parahipocámpica:
en la arborización dendrítica de las neuronas piramidales

f) En la corteza cerebral:

 Adelgazamiento de la corteza: disminución de neuronas, más en el área


prefrontal
 Aumento del neuropilo
 Engrosamiento axonal
 Adelgazamiento de corteza temporal (en RMN)
 Posibles defectos de migración celular afectan la conectividad

Hipótesis sobre la patogénesis de la esquizofrenia


a) Hipótesis dopaminérgica:
 Neurodegeneración
 Defecto de maduración

b) Hipótesis noradrenérgica:
 Defecto del sistema de recompensa noradrenérgico

c) Hipótesis serotoninérgica:
 Efecto del LSD
 Efecto de bloqueadores de receptores 5-HT2 y 5-HT3

d) Hipótesis glutamatérgica:
 Fenciclidina (antagonista de receptores NMDA) produce psicosis

e) Hipótesis colinérgica:
 Un defecto genético (en cromosoma 15) que codifica el receptor nicotínico
alfa-7 para acetilcolina que interviene en la atención a estímulos auditivos.
BIBLIOGRAFÍA

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