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Lo Grotesco Como Forma de Expresión en Los Personajes de La Orgía de Enrique Buenaventura
Lo Grotesco Como Forma de Expresión en Los Personajes de La Orgía de Enrique Buenaventura
de Enrique Buenaventura
Por Luis Eduardo Molina Lora
La Orgía es lo marginal, mundo habitado por personajes grotescos, deformes, poseedores de marcas
denotativas que los convierten en sub-humanos. Es La Orgía un banquete donde la anarquía explota y los
seres que la habitan sucumben a la profecía de auto cumplimiento como universo marginal, tratados como
animales para terminar animalizados. Nos proponemos hacerle seguimiento a lo grotesco como forma de
expresión en los personajes de La Orgía (1968)1, una de las obras cumbres de Enrique Buenaventura.
La orgía es la recreación de la fantasía de una vieja que según Beatriz J. Rizk representa la alta
burguesía en decadencia que lo ha perdido todo, a quien sólo le queda la ilusión de los treinta de cada mes
para representar el recuerdo de sus mejores tiempos. Le acompañan en esta empresa un grupo de mendigos
hambrientos, que acceden por la ilusión de comer en la casa de la vieja. Esta es la continuación de una
crítica ácida, ya iniciada en las primeras obras de Los papeles del infierno,2 que proyecta una sátira mordaz
de la sociedad colombiana e inserta, a través de estos montajes, el teatro de Buenaventura a las obras de la
violencia. Es una aguda crítica de la corrupción, de la explotación y de la injusticia social que reinan en el
país.
Nos serviremos de la estética del esperpento para acercarnos a este mundo deformado, llevado a los
extremos que propone el dramaturgo colombiano, precisamente para invitar al receptor a volver a mirar/leer
la realidad performativa que en ningún momento pretende la construcción de un mecanismo de
identificación del receptor con el texto. Es la estética del esperpento la que nos permite asumir el texto La
Orgía en todos sus determinantes grotescos, desde la construcción lingüística de los personajes como sus
actos performativos. Ambos dibujan una realidad y un presente deforme que a todas luces propone al
receptor la búsqueda de nuevas lecturas. La obra fue escrita y montada a finales de los años 60’s, posterior al
montaje de numerosas obras de Valle-Inclán, de quien tomaría la estética del esperpento con los que el autor
español caricaturizó la sociedad española de principios del siglo pasado.
La Vieja, personaje central de la obra, introduce desde su monólogo inicial la dicotomía entre el
presente paupérrimo y el pasado pomposo, colmado de excesos. Para ello se sirve de binomios comparativos
llevados al extremo; Padre e hijo: “Tu padre, míralo. Era el hombre más hablador del mundo. Cómo se le
movía el bigote…”, en oposición a la referencia hacia su hijo: “...mudo de mierda… Es mudo como una
piedra3. Esta dinámica de oposiciones es la constante en el discurso de La Vieja donde el esperpento es
construido a nivel lingüístico. En general, el capital discursivo de la vieja se lucra de una ascendencia social
y económica de baja esfera, de lenguaje de la calle. Se evidencia cuando ella hace referencia al presente que
se escapa, todo lo que lo incluye es denostado con la palabra. Por el contrario, las referencias al pasado son
de menor procacidad; veamos este fragmento en el monólogo inicial:
El príncipe heredero hace su primer viaje a Suramérica. Viene a mi recamara. ¡Enderézate!
¡El príncipe heredero parecía haberse tragado un paraguas! El príncipe heredero parecía que
llevara una alverja entre las nalgas (le quita las manos, que el Mudo torpemente trata de
besar. El Mudo se agarra desesperadamente a la mano y lucha a la mano y lucha por
besarla). ¡Quita! ¡Quita, imbécil! ¡Ahora vienes con zalamerías! ¡Avaro! (88)
Esta mirada persistente a los tiempos idos es reconocida por ella cuando proyecta en su hijo el Mudo esos
deseos de volver al vientre, al pasado imposible, le dice en la entrada 1 a la mitad del monólogo:
Quisieras volver a entrar allí, ¿no? Te gustaría arrodearte otra vez aquí dentro. (Se toca el
vientre). Y cuando estabas allí pataleabas por salir. ¡Así son los hombres! Se pasan nueve
meses luchando por salir y toda una vida luchando por entrar (Ríe. Ríe hasta las lágrimas).
(89)
Lo esperpéntico le sirve además de exagerar los recuerdos, para exagerar las comparaciones y el
efecto grotesco, como en la sutil referencia incestuosa entre ella y el Mudo, cuando él intenta meterse
acercándosele con insistencia para que luego ella misma lo separe de su lado diciéndole: “Bueno, bueno,
tranquilízate. No me abraces tan fuerte que se me despierta el diablo” (89). O una vez más entre ese pasado
1
Fecha del montaje de los papeles del infierno de cuya colección hace parte La Orgía.
2
Beatriz Rizk dice: “La colección consta de nueve obras en un acto, La audiencia, La autopsia, El entierro, La maestro,
La requisa, El sueño, La tortura, La orgía, El menú. Cada una revela una faceta, un aspecto del verdadero terrorismo
estatal al que fue sometido una gran parte del pueblo colombiano a partir de 1948 hasta aproximadamente 1957. P. 152
3
Hemos utilizado la versión que aparece en la obra que sobre Enrique Buenaventura escribió Carlos Vasquez Zawaski;
Buenaventura, Máscaras y Ficciones. Cali. Universidad del Valle, 1992.
Hybrido 56
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4
El senador prolongó el discurso, con dos citas en latín, para darle tiempo a la farsa. Prometió las máquinas de llover,
los criaderos portátiles de animales de mesa, los aceites de la felicidad que harían crecer legumbres en el caliche y
colgajos de trinitarias en las ventanas. Cuando vio que su mundo de ficción estaba terminado, lo señalo con el dedo.
-Así seremos, señoras y señores –grito-. Miren. Así seremos. (62)
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5
Pécaut, Daniel. Orden y violencia Colombia 1930- 1954. Bogotá: Siglo XXI, 1987, p. 249.
6
Ibid. p. 38, 40, 42, 46, 50, 61, 64, 70, 143, 151, 153.
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7
Pécaut en el texto Crónicas de dos décadas de política colombiana 1968-1988, página 345 plantea como las FARC
apoya activamente las luchas de autodefensa campesina, y sobre la conformación del ELN en 1965-66
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Bibliografía consultada
Barrios, José Luis. "El asco y el morbo: una fenomenología del tiempo", Fractal 16 Enero-marzo 2000
<http://www.fractal.com.mx/F16barri.html>.
García Márquez, Gabriel. “Muerte constante más allá del amor.” La increíble y triste historia de la Candida
Eréndira y de su abuela desalmada. Barcelona: Barral Editores, 1972. 57-69.
Maza, Tania. “Enrique Buenaventura o la suma elegiaca del teatro colombiano. “ La Casa del Asterión
Octubre 2004 <http://casadeasterion.homestead.com/v5n19buena.html>.
Pécaut, Daniel. Crónicas de dos décadas de política colombiana 1968-1988. 2da ed. Bogotá: Siglo XXI,
1989
Pécaut, Daniel. Orden y violencia Colombia 1930- 1954. Bogotá: Siglo XXI, 1987
Rizk, Beatriz. Buenaventura: La Dramaturgia de la Creación colectiva. México: Gaceta S.A., 1991
Vasquez Zawasdski, Carlos. Enrique Buenaventura, Máscaras y Ficciones. Vol. II. Cali: Universidad del
Valle, 1992.
Weiss, Judith. Colombian Theatre in the vortex: Seven plays. Cranbury: Associated University, 1984.
Zabala, Iris. La Musa Funambulesca. Poética de la Carnavalización en Valle- Inclán. Madrid: Orígenes,
1990.
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