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FUNDACIÓN UNIVERSITARIA SAN ALFONSO

PROGRAMA DE PSICOLOGÍA – PSICOLOGÍA Y RELIGIÓN


LISETH PAOLA VESGA PAMPLONA

Religión y sociología

Según los autores Richard Gelles y Ann Levine, para la sociedad los constructos

sobre religión se ven modificados según la época en la que se vive, los conflictos

que se manejan y la importancia que se le da a diversas esferas en la vida de una

persona. De este modo, los autores realizan un recuento de como diferentes

generaciones han llegado a vivir la vida espiritual, en torno a los acontecimientos

más importantes de la época.

La perspectiva sociológica nos hace ver los acontecimientos históricos de este

manera: hasta los años de la postguerra y la industrialización de los años 60, el

mundo rural estaba superpoblado; las familias campesinas, con una tasa de

natalidad muy elevada (4-5 hijos de media por familia), no contaban con recursos

suficientes para estratificar a todos sus hijos; la misma sociedad ofrecía pocas

alternativas a las nuevas generaciones. Así, pues, los jóvenes rurales hasta la

industrialización de los años 60 no tenían más posibilidades que: unos quedar en

casa con los padres, otros emigrar y otros entrar en los seminarios y casas

religiosas, donde muchos de ellos llegaron a sacerdotes, aumentando el número de

vocaciones.

Por supuesto que, aparte de este razonamiento sociológico, hay que tener en

cuenta los valores religiosos dominantes en la sociedad de aquel entonces, en

donde el tener un hijo sacerdote o religioso era considerado un gran valor, además

de una ayuda económica. Los autores exponen además que la espiritualidad

encierra la búsqueda de propósito, significado y conexión con uno mismo, otras

personas y el universo, de allí que su importancia trascienda de generación en


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generación y no sea tema muerto para la sociedad actual, y quizá nunca llegue a

serlo.

Pero la realidad social hoy a cambiado profundamente: el campo está

despoblado, la familia ha reducido drásticamente el número de hijos (la tasa media

de natalidad en el 2000 es de 1,07 hijos por familia), la situación económica y cultural

ha mejorado sensiblemente y además la sociedad, ahora laica, ofrece muchas más

posibilidades de formación y promoción social.

De la misma forma, se habla sobre como los/as adolescentes perciben

importante la religión, y están activos en la adoración y las actividades religiosas,

está significativamente asociado a la reducción de conductas de riesgo y funciona

como recurso protector en el uso de alcohol y drogas; la delincuencia; la autoestima;

la depresión; el suicidio; la conducta sexual temprana; fumar; y la deserción escolar.

La espiritualidad se ha identificado como un mecanismo positivo o negativo para

enfrentar las adversidades de la vida. Una de las metas del trabajo social es

aumentar las capacidades de las personas en la solución de problemas, sus

mecanismos de lidia y en su desarrollo. Sin embargo, aunque el discurso de la

intervención con el individuo va dirigido a considerarlo como un ser integral: bio

psico-social y espiritual, la dimensión espiritual es poco o no integrada en el proceso

de ayuda. Ideológica e institucionalmente, ha tenido muy poca participación en

formar e informar la profesión de trabajo social porque se concibe en conflicto con

sus metas y valores.

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