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Domínguez Ruiz
Se observa que el 67,3% de los encuestados se definen “católicos” (21,2 practicantes y 46,1 no
practicantes), el 2,7% “creen en otra religión”, un 7,7% son “agnósticos”, los “no creyentes”
son el 9,5% y las personas “ateas” suponen el 11,8%.
Se podría decir, que en España, la mayor parte de las personas son católicas, pero sería una
lectura incompleta, el matiz de ser practicante o no describe el desapego progresivo que está
viviendo la sociedad con respecto a la religión, característica de la secularización, la herencia
histórica del catolicismo en España es innegable y los hábitos y costumbres siguen estando
arraigados, aunque cada vez menos, y de alguna forma pasa a un nivel simbólico, bastante
superficial, sobretodo influido por las tradiciones y creencias familiares.
Para Weber, “La religión proporciona los patrones de conducta social”, si analizamos los datos
obtenidos por el CIS vemos que la proporción de católicos no practicantes es muy alta, y las
personas agnósticas, indiferentes o ateas suman otro gran porcentaje, con lo que la función
social de la religión ya no es preminente en todo el conjunto de la población, no expresa ni
asegura el mantenimiento de una conciencia común, en todo caso, proporcionaría los patrones
de conducta de una minoría.
¿Con qué frecuencia asiste Ud. a misa u otros oficios religiosos, sin contar las ocasiones
relacionadas con ceremonias de tipo social, por ejemplo, bodas, comuniones o funerales?
Dirigidas a las personas católicas y de otras religiones, el resultado fue que la mayoría no van
nunca o casi nunca (64,2%) y sólo un pequeño porcentaje es asiduo a este tipo de prácticas en
su vida cotidiana.
En palabras de Durkheim, “la religión es un sistema solidario de creencias y de prácticas que
unen en una misma comunidad moral, llamada iglesia”, si la asistencia a la iglesia cada vez es
más baja, se reafirma la desconexión socio cultural de la religión.
Karl Marx consideraba a la religión como una descripción de los ideales a conseguir por la
sociedad pero también, sostenía que “es consecuencia de una deficiencia del propio hombre,
cuyas causas hay que buscarlas en sus condiciones concretas de la vida”, también hizo la
analogía de que la religión es el “opio del pueblo” por la justificación que hace la religión de la
desigualdad y la injusticia en la sociedad humana, “la religión es un instrumento de
dominación de clase”, este planteamiento ha llevado a grandes sectores de la sociedad a un
descontento con la religión y la figura de la iglesia como elemento represor.
Tanto Durkheim como Marx pensaban que el devenir histórico cambiaría la religión,
probablemente reduciendo su influencia en la vida de las sociedades modernas, en un proceso
de secularización y en efecto, hoy vemos ese cambio.
Como se puede apreciar, entre los jóvenes hay una proporción bastante menor de “católicos
practicantes” y dicha proporción aumenta en relación a la edad, habiendo grandes diferencias
entre la población anciana en la que el porcentaje es significativamente mayor que la media, la
categoría de “católicos no practicantes” es la más estable, apenas sufre variaciones, la de
“creyentes de otra religión” tiene un orden descendente y la proporción es menor al aumentar
la edad, con los “agnósticos” no se ve una clara tendencia pero se pueden interpretar datos
también relativos a la edad, en los “indiferentes” y “ateos” también hay una marcada
tendencia descendente y la proporción es mayor cuanto más jóvenes son.
Mi intención con este cruce de variables era poder apreciar el comportamiento social con
relación a la religiosidad desde un punto de vista generacional.
Desde la ilustración hasta hoy se han producido grandes cambios en todos los ámbitos
sociales, han consolidado el proceso de secularización como rasgo de la modernidad, frente a
una tradición religiosa, construida por una concepción teológica del mundo. “La sociedad
moderna se configura a partir de una posición hegemónica de la ciencia. El paradigma
científico instituye y muestra una imagen del hombre, de la realidad y de la sociedad
radicalmente diferenciada de la ofrecida por el modelo teológico.”
Cabe resaltar que los cambios se han ido produciendo de manera gradual, pero de una forma
cada vez más intensa, hasta llegar a los cambios que vemos en los datos, ya a una velocidad
muy alta, propia de la sociedad caleidoscópica en la que vivimos.
Los datos provienen mostrados corresponden al barómetro del CIS: 3269| BARÓMETRO DE
DICIEMBRE 2019. POSTELECTORAL ELECCIONES GENERALES 2019.