Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨
LA PRUEBA ONTOLÓGICA DE LA
EXISTENCIA DE DIOS: LA
CRÍTICA DE KANT AL
ARGUMENTO DE DESCARTES
Introducción
La problemática acerca de cómo explicar la existencia de Dios –y si es que
realmente existe uno- ha sido discutida a lo largo de muchos siglos, cada religión y cada
doctrina en su propósito de explicar la realidad, ha intentado dar una respuesta o al menos un
argumento que pruebe su existencia, desde la Antigüedad hasta estos tiempos. Estas
discusiones tuvieron un papel importante en la Edad Media, los teólogos que vivieron durante
esta época se centraron en fundamentar las escrituras sagradas de la religión católica, de esta
manera se construye una filosofía medieval en torno a la religión. En otras palabras los
teólogos intentaron fundamentar la religión y a Dios a través de razonamientos lógicos,
basándose en las obras de los filósofos más importantes de la cultura griega, como Platón, y
Aristóteles, esto se conoce como filosofía escolástica.
Además, se analizará la crítica realizada por el filósofo prusiano Immanuel Kant hacia este
argumento ontológico, considerado el mejor contraargumento del mismo, apoyándose en sus
conceptos de juicios analíticos y sintéticos que impregna de manera magistral en su obra
Critica de la razón pura. A modo de cierre se darán consideraciones acerca de este conflicto
ontológico y su repercusión en la filosofía posterior a estos dos pensadores.
Meditaciones cartesianas: argumento
ontológico
Esta unión entre la existencia y la naturaleza propia de Dios la califica como inquebrantable,
argumentando que, por ejemplo, el triángulo como ente y la característica de tener tres lados
es inseparable, puesto que tener tres lados pertenece a la naturaleza misma del triángulo en
cuanto a ente. O como lo expresa en la siguiente cita :’’no hay menos repugnancia en concebir
un Dios, es decir, un ser soberanamente perfecto, al cual falte la existencia, es decir, alguna
perfección, que concebir una montaña sin valle’’ (Descartes, 2005: 134).
Además, Kant afirma que el hecho de que existe algo, entendiéndose como algo contingente
o necesario en la cosa, no pertenece a la naturaleza del mismo, más bien una correspondencia
añadida al concepto entregado, entendiéndolo de una mejor forma: ‘’Ser no es evidentemente
un predicado real, es decir, un concepto de algo que pueda añadirse al concepto de una cosa.
Es sencillamente la posición de una cosa o de ciertas determinaciones en sí. ’’ (Kant, 1960:
263).
Finalmente, Kant señala que se puede determinar o probar la existencia de las cosas siempre
y cuando se produzcan de un conocimiento que provenga de la misma experiencia, sin
embargo en cosas que competen a conceptos a priori, es injustificable:
En los objetos de los sentidos, esto sucede según leyes empíricas gracias al enlace
con cualquiera de mis percepciones; pero para objetos del pensamiento puro no hay
en absoluto medio alguno para reconocer su existencia, porque esta tendría que ser
reconocida completamente a priori, pero nuestra conciencia de toda existencia (sea
directamente mediante percepción, sea por raciocinios que enlacen algo con la
percepción) pertenece enteramente a la unidad de la experiencia, y una existencia
fuera de este campo no puede declararse absolutamente imposible, pero es una
suposición que no podemos justificar con nada). (Kant, 1960: 265)
Con estas razones, y también en concordancia de muchas personas, Kant refutó por completo
este argumento ontológico que por mucho tiempo se tuvo por cierto –existían refutaciones
de la misma, pero no con tanta solidez-.