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CONTEXTO
La necesidad de la reforma litúrgica del
Concilio Vaticano II
19 DE JULIO DE 2018
UNICERVANTES
Facultad de Teología
Al dar una mirada general a la historia de la Iglesia, es muy fácil darse
cuenta que desde las primeras comunidades cristianas la Iglesia siempre ha
caminado de la mano del contexto histórico en el que se encuentra y ha logrado
conservarse fiel al mensaje revelado; esto, gracias a que ha sabido ubicarse y
adaptarse sin perder su esencia y fidelidad a Dios. Dicho de otra manera, la
Iglesia ha perseverado en la historia porque ha sabido leerse a sí misma para
adaptarse al mundo sin ser del mundo. Eso es lo que se vivió en el Concilio
Vaticano II: una Iglesia que mira a sí misma, se da cuenta de los que es y se
presenta al mundo renovada. Esta renovación abarca todos los campos, aunque
de momento nos interesa sólo lo que tiene que ver el cambio en la liturgia.
Ahora bien, estos cambios queridos por el Papa para la iglesia, y de manera
especial los cambios que se generaron en la liturgia, no salieron de la nada, ya
que son el resultado de una serie de acontecimientos y movimientos gestados
ad intra y ad extra de la Iglesia, que creaban un ambiente de necesaria
renovación, sobre todo en lo que tiene que ver con la liturgia, puesto de alguna
manera el pueblo cristiano se reconocía ad portas de otro milenio pero con una
liturgia que no correspondía a su época. Podríamos decir que estos movimientos
desembocaron en la Sacrosanctum Concilium, y los cambios que se dieron
1
Juan XXIII. (25 de Diciembre de 1961). Recuperado de: https://w2.vatican.va/content/john-
xxiii/es/apost_constitutions/1961/documents/hf_j-xxiii_apc_19611225_humanae-salutis.html.
El dia 17 de julio de 2018.
2
Ibíd.
3
Juan XXIII. (25 de Diciembre de 1961). Recuperado de: https://w2.vatican.va/content/john-
xxiii/es/apost_constitutions/1961/documents/hf_j-xxiii_apc_19611225_humanae-salutis.html. El dia 17
de julio de 2018.
gracias a este documento son la respuesta que se esperaba. Podemos resumir
de la siguiente manera estos movimientos:
4
González, J. L. Diccinario Manual de Teología. Barcelona : CLIE 2010.
5
Mejía, A. R. ( 15 de agosto de 2009). Temas de historia de la Iglesia. Recuperado de:
http://infocatolica.com/blog/historiaiglesia.php/0908151218-historia-de-la-reforma-liturg. El día 17 de
julio de 2018.
3. El movimiento laical: Los más destacados son, el Movimiento de Acción
Católica Juvenil, (juventud Obrera Cristiana) fundado por Josep Cardijn
después de la primera guerra mundial, que impulsaba a los laicos a ser
ejemplos de vida cristiana en sus lugares de trabajo; movimiento que dio
impulso al Vaticano II acerca del papel de los laicos en la Iglesia y en el
mundo. De igual manera el movimiento de la legión de María extendido
desde Dublín a muchas partes del mundo, combinó su espiritualidad seria
de oración con su actividad apostólica.
Ahora bien, lo que se quiere sostener en este ensayo es que esta adaptación
de la liturgia no es algo nuevo en la Iglesia ya que ella siempre ha sido necesaria
incluso desde sus orígenes y aunque siempre ha generado dificultades en su
aceptación, no por esas dificultades se ha dado marcha atrás con la
adaptaciones que se realizaron, como pretenden algunos grupos llamados a sí
mismos “tradicionalistas”, que llevados por una especie de nostalgia por lo
pasado quieren volver al rito extraordinario y con ello a toda la liturgia pre-
conciliar.
Otro ejemplo claro de la necesaria adaptación litúrgica que tuvo que atravesar
la Iglesia fue la que se presentó a partir del siglo IV con el edicto de Milán dado
por Constantino. El contexto es claro. El cristianismo era una religión prohibida y
por lo tanto la celebración de la Eucaristía era de manera clandestina y de
doméstica. A partir de edicto y con la adopción del cristianismo como religión del
imperio la Eucaristía “se transforma progresivamente en algo solemne y regio
dentro del esplendor de las basílicas constantinianas”8. Este época es un
ejemplo claro de la adaptación e inculturación de la liturgia según el contexto que
se vivía ya que,
“es indudable, por ejemplo, que en esta época los ceremoniales pontificales
eran adaptaciones de los utilizados en la corte imperial. Las vestiduras litúrgicas,
que tantos cambios han experimentado, eran originariamente la túnica romana, la
paenula o toga y la mappula. Pero como ejemplo clásico de la relación entre
liturgia cristiana y estructura socio-política de la época tenemos las oraciones para
la ordenación de los obispos, presbíteros y diáconos en el sacramentario
Veronense (LXXVIII, 942-954). En dichas oraciones, términos como honor,
dignitas y gradus no dejan de ser frecuentes. Ahora bien, en el ambiente socio-
político romano tales términos se refieren a un cargo público, con sus diversos
grados, y a su honor y dignidad respectivos. Sin embargo, hay que decir que en
la utilización de la terminología de la época el sacramentario hizo uso de una
tipología bíblica”9.
Como en la época apostólica, se mantiene lo esencial de la celebración,
como por ejemplo el uso de la Sagrada Escritura, pero ahora la celebración
6
SARTORE, D. TRIACCA, A. M. CANALS, J. M. NUEVO DICCIONARIO DE LITURGIA. San Pablo. Madrid,
1997 pg. 5
7
Ibíd. Pg. 4
8
Ibíd. Pg. 7
9
Ibíd. Pg. 8
está impregnada de solemnidad y esplendor se han adoptado los matices del
ambiente romano. La Iglesia aquí tampoco pensó en volver a la manera
antigua de celebrar, simplemente se adaptó a lo nuevo y comenzó a rendir
culto a Dios con una liturgia renovada tal como lo hizo el Vaticano II.
Estos dos ejemplos que se han dado nos son más que una pequeña
muestra de que el Concilio Vaticano II con la Sacrosanctum Concilium
manifiesta una dinámica de continuidad no sólo en lo esencial del culto
litúrgico y eucarístico, sino también una dinámica de continuidad en la manera
como siempre ha actuado la Iglesia adaptándose a sus contexto sin perder su
esencial. Es decir, el cambio que se dio en la liturgia era algo necesario para
la Iglesia que en pleno siglo XX reconocía que se estaba quedando en otra
época que no le correspondía y así lo manifiesta los numerales 21-40 que
presentan los principios generales para la reforma de la liturgia.