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LA FRATERNIDAD EN LA VIDA RELIGIOSA

La palabra fraternidad sabemos viene de la palabra Frater, que significa


Hermanos, de manera que “fraternidad” es un grupo de hermanos.

La RAE, dice que una Fraternidad es una “Agrupación de personas que buscan
determinado fin”. Este fin puede ser bueno o malo (Ku Klux Klan).

Esta definición cuadra con lo que dice la regla de nuestro Padre San Agustín en el
capítulo 1 de la regla:

“Lo primero por lo que se han congregado en la comunidad es para que habiten
unánimes en la casa (cf. Sal 67,7), y tengáis una sola alma y un solo corazón
orientados hacia Dios (Hch 4,32)”

“La fraternidad cristiana se basa profunda y definitivamente, en la fe, que nos


asegura ser hijos del padre del cielo y hermanos unos de otros”.

Este el fundamento de nuestra fraternidad, que somos hijos de Dios.

Porque la vida fraterna es el fundamento sobre el que se solidifica la vida


religiosos por eso este párrafo de la regla nos da la puerta de entrada a nuestra
vida comunitaria y nos da la clave para cultivar y cuidar la fraternidad

Tres cosas nos dicen:

1. Habitar unánimes en la casa


2. Tener una sola alma y un solo corazón
3. Orientados hacia Dios

Si queremos lograr la Fraternidad, aquí esta nuestro derrotero, lo que tenemos


que cumplir. Por eso, como el tiempo es tan corto, lo que pretendo hacer es que
meditemos sobre cómo lograr este objetivo.

¿Cómo lograr eso?

1. Debemos tomar conciencia que la Fraternidad es un don y una tarea que


debemos vivir todos los días.
1. Habitar unánimes en la casa

“El Señor le dijo a Abram: «Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, y


vete a la tierra que te mostraré.» Haré de ti una nación grande, y te bendeciré;
haré famoso tu nombre, y serás una bendición” (Gn 12, 1)

Concretamente para llegar a vivir unánimes en la misma casa, debo hacer dos
cosas:

a. Dejar tierra, parientes, la casa de mis padres.

Con estas tres cosas el Señor nos hace un llamado a la radicalidad, dejarlo todo.
Para poder vivir unánimes en la misma casa, debo dejar todo.
“Él nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia
mediocre, aguada, licuada” (GAUDETE ET EXSULTATE)

- Comodidades: dejar las comodidades.


- Dejar padres: con esto me refiero a dejar las cadenas de pecado que
heredamos de nuestros padres: mal genio, tristeza, impaciencia
- Dejarme a mí mismo: "El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo,
cargue con su cruz cada día y venga conmigo".
este es el camino contra el Egoísmo
Pensar en una fraternidad, vivir unánimes, sin vencer los egoísmos es imposible:
dejar caprichos, complejos,
- dejar todo lo que nos impida amar a Cristo.
Lo primero, que debo dejar es pensar que se puede amar a Cristo, sin amar al
hermano
b. Ir la tierra que el señor nos mostrará.
Esto es dejarse conducir por Dios,
Esto es volver a nuestros orígenes. En que Dios era mi Dios, yo escucho a Dios y
acepto su proyecto. (Gn 3)
2. Tener una sola alma y un solo corazón
“Todos los creyentes tenían un solo corazón y una sola alma, y nadie llamaba
propia cosa alguna de cuantas poseían, sino que tenían en común todas las
cosas” Hch 4, 32)
Judios: la sede de los sentimientos. Según la mentalidad judía, el corazón es el
órgano central y más importante del cuerpo, en que radica no sólo la vida física,
sino también la vida espiritual, intelectual, afectiva y pasional de la persona.
Concretamente, lo que nos pide el Señor y san Agustín para vivir la Fraternidad es
que:
- Amemos lo mismo
- Creamos lo mismo
- Esperemos lo mismo
Las tres virtudes teologales.
Amar lo mismo y en el mismo orden: pues es no amar otra cosa que
Dios, pero amarlo en primer lugar y con esto tenemos que recordar el ordo
Amoris de san Agustín.
No puedo poner nada por encima de Dios
No puedo poner nada por encima de mis hermanas (ni familia, ni pastoral, ni
caprichos)
Amar lo mismo, que cada una esté dispuesta a salir de sí misma para amar.
¿Ahora bien que es amar?

San Francisco de sales decía que amar es:

- Buscar hacer todo el bien posible al otro


- Evitar cualquier mal posible al prójimo
Amar al prójimo es:

a. Tratarlo como quiero que me traten a mi


Mt 7, 12 dice el señor:

“Todo cuento quieran que hagan los demás, háganlo también con ellos”
b. Es respetar su opinión
Esto es, no querer que piense como yo, o actúe como yo

San Juan XXIII escribió en su decálogo de la serenidad

“Sólo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto: cortés en mis maneras, no
criticaré a nadie y no pretenderé criticar o disciplinar a nadie, sino a mí mismo”.

c. Es servirle
- es decir, olvidarme de lo que yo quiero hacer o lo que yo necesito, para dar
gusto y AYUDAR a los demás:
- Servir es hacer un favor antes de que me lo pidan.

d. Es ser amable en el hablar, en el tratar a las personas con cariño y no


gritos o a las malas
Efesios 4, 29 “dice salga de vuestra boca ninguna palabra mala, sino sólo la
que sea buena para edificación, según la necesidad del momento, para que
imparta gracia a los que escuchan”

e. Es ser paciente:
Paciente para soportar sus errores o su personalidad distinta a la mía (lento,
acelerado)

f. Es no juzgar
Dar siempre el beneficio de la duda

h. amar es perdonar

…cuales con los atentados contra este amor al prójimo. (hermanas)


a. El afán de dominio: el domino se puede llevar a cabo de distintas
maneras.

- No escuchando al otro,
- imponiéndose en las decisiones,
- haciendo cosas sin contar con el otro.

b. Largo tiempo sin hablar después de las discusiones.


c. La desconfianza en el otro: con esto me refiero no a la desconfianza de lo
que haga el otro. Sino a no ser capaz de confiar en el otro.
d. La incapacidad de perdonar.

Quiere saber si ama a sus hermanas: Ejemplo de la barca…. Saque a todos y


deje a uno

Creer en lo mismo y con la misma intensidad: creer en Dios ya creemos,


pero ante tantas corrientes de pensamiento, lo mejor para creer en lo
mismo es el magisterio de la Iglesia.
Para creer con la misma intensidad:
- es creer todo lo que Dios reveló
- cada una debe hacer su propio credo histórico.

Esperar lo mismo: el catecismo de la Iglesia Católica dice que la


esperanza es la aspiración de la vida eterna, confiado en las promesas de
Cristo. Pues bien, esto quiere decir todos debemos recordar que lo que
hacemos aquí es por la vida eterna.

3. Orientados hacia Dios 0

La traducción correcta es “en Dios” pues bien como estos dos los derroteros que
nos propone la regla para vivir la Fraternidad, tener una sola alma y un solo
corazón en Dio quiere decir:
Vivir dos principios de su espiritualidad que están sus constituciones,
- Devoción a la virgen. (CC, 5)
- Devoción a la Eucaristía (Dir. 116)
Es vivir en la presencia de Dios por medio de la imitación de las virtudes de la
Virgen María
Y vivir una vida Eucarística: es una vida de agradecimiento, de entrega, de amor
-

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