Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Sacramento y sacramentos
Editorial
Sacramento y sacramentos (Jaume Fontbona) ................ 563
Artículos
Dionisio Borobio
¿Son iguales todos los sacramentos? El principio de
«analogía sacramental» ................................................... 567
Juan Javier Flores Arcas
El aspecto mistérico de los sacramentos .......................... 591
Juan Manuel Sierra López
Los sacramentos son siete: concreción del septenario
sacramental en Occidente .................................................. 603
José Luis Gutiérrez
Estructura y configuración de los signos sacramentales 619
Puntos de vista
El sujeto que recibe los sacramentos (Joan Torra) ... 641
Crónicas
Una nueva traducción al inglés del «Misal Romano»
(José Antonio Goñi)........................................................ 649
Libros
AA.VV., Introibo. Miscelánea en honor del Ilmo. Mons.
Bernardo Velado Graña (Ramiro González Cougil);
Matias Augé, La liturgia della professione religiosa
(Josep Roca); Fuentes litúrgicas recientemente publi-
cadas (José Antonio Goñi).................................................. 655
Sacramento y sacramentos
1 COD 697.
564 Editorial
¿Son iguales
todos los sacramentos?
El principio de
«analogía sacramental»
Dionisio Borobio
La teología, la celebración y la pastoral de los sacramentos se han
visto enriquecidas en los últimos tiempos, no solo con las enseñan-
zas del Vaticano II, sino también con las numerosas aportaciones,
estudios y experiencias procedentes de distintos ámbitos.1 Uno
de estos enriquecimientos es el que se refiere a la aceptación y
valoración explicativa y aplicativa del principio de «analogía
1. El concepto de analogía
Desde una aclaración y aplicación del concepto de analogía, nos
proponemos destacar cómo se ha verificado este concepto en la
comprensión histórica del sacramento, y en la explicación de los
distintos elementos que constituyen su identidad.
tres o cuatro.27 Ya más adelante (siglo xiii), sobre todo con Hugo
de San Víctor, y santo Tomás de Aquino, aún estando más claro
el número septenario de sacramentos, no por eso dejan de hablar
de estas y otras distinciones. De modo especial la analogía sacra-
mental la concreta santo Tomás cuando compara los sacramentos
con el proceso de la vida del hombre, atendiendo a su dimensión
antropológica, en relación con las etapas de la vida humana: 1. El
bautismo lo relaciona con el nacimiento; 2. La confirmación con
el crecimiento y madurez; 3. La Eucaristía con la vida permanente
de la comunidad y el alimento; 4. El matrimonio con la generación
y multiplicación de la humanidad; 5. El orden con el crecimiento
espiritual y la dirección de la comunidad; 6. La penitencia con la
experiencia del pecado y el perdón; 7. La unción de enfermos con el
sufrimiento, la enfermedad y la muerte, y el perdón de las secuelas
del pecado.28 De cualquier manera, estas explicaciones pretenden,
en definitiva, aplicar el principio de la analogía a los sacramentos:
lo común de los sacramentos, que se recoge en la definición general,
se aplica diversamente en cada caso, atendiendo a los elementos
que constituyen la especificidad de cada sacramento.
Con Trento (ses. VII, a.1547) y teólogos postridentinos la doctrina de
los sacramentos en general y del septenario en particular alcanza
un momento decisivo. La institución de los sacramentos por
Cristo, y la afirmación del septenario es clara.29 Su afirmación es
determinante, pero no excluyente de otras sacramentalidades.
Su compromiso es concretizador con estos determinados signos,
pero no reductor de una gracia que también puede significarse
de otras formas. Más que en un sentido cerrado y excluyente, hay
que interpretar el número de siete en un sentido concretizador de
2.2. Vaticano II
Con el Concilio Vaticano II se ha dado un paso importante en
la afirmación del principio de analogía sacramental, dadas las
distintas realidades a las que aplica el concepto «sacramento», de
una u otra forma. El redescubriento de la visión escriturística y
patrística de Cristo y de la Iglesia como «sacramentos»,35 llevaron
al Concilio Vaticano II a ensanchar o ampliar la utilización de la
palabra «sacramento», no solo a Cristo y a la Iglesia, sino tam-
bién en un sentido más amplio al hombre, e incluso a la realidad
cósmica.36 Esta extensión ha sido criticada por algunos autores,
entendiendo que de algún modo desvirtúa lo estrictamente
sacramental del septenario; mientras otros autores reconocen
que es un acierto, al ampliar el campo de lo sacramental y de las
diversas sacramentalidades, enriqueciendo de este modo el mismo
concepto de sacramento. Se trataría de reconocer con más nitidez
los referentes sacramentales desde los que se explican los siete
sacramentos (Cristo, Iglesia, hombre, mundo creado), así como de
dar más apertura y relación con la vida a los signos sacramentales
de la Iglesia en sentido estricto.37
42 Cf. Otros lugares del Catecismo de la Iglesia católica 738, 747, 774-776,
779-780, 1067, 1108, 1140 (aplicado sobre todo a la Iglesia), y cuando se
aborda el tema de la creación, de la revelación, de la identidad y vida
del cristiano. Sobre estos temas: D. Borobio, «De la celebración a la teo-
logía: ¿Qué es un sacramento?», en D. Borobio (ed.), La celebración en la
Iglesia. I. Liturgia y sacramentología general, Salamanca 1985, 381-394; D.
Borobio., Cultura, fe, sacramento, Barcelona 2002, 171-196; D. Borobio,
Sacramentos y creación, Salamanca 2009.
43 Algunos autores amplían la utilización del término a otras realidades,
como la «palabra», la «humanidad», la «historia», el «pobre», v.g. L.
Maldonado, Sacramentalidad evangélica, Santander 1987, 31-155. Y más
aún a otras realidades materiales cuando el hombre las convierte en sím-
bolos, que vienen a ser «sacramentos que exhiben, contienen, remiten,
visualizan otra realidad diversa de ellas, pero presente en ellas», v.g. L.
Boff, Los sacramentos de la vida, Santander 1977.
44 Cf. E. Schillebeeckx, Cristo sacramento del encuentro con Dios, San Sebas-
tián 1966, 24.
¿Son iguales todos los sacramentos? El principio de «analogía sacramental» 585
Las propuestas
catequéticas LAS PROPUESTAS
CATEQUÉTICAS
DE LOS RITUALES
de los rituales.
Las explicaciones que incluían los
rituales posteriores al concilio de Trento,
para que los fieles conocieran el sentido
de los sacramentos y de sus ritos. CUADERNOS
PHASE
203
Cuadernos Phase 203
72 pp., 7,00 €.
Cuatro devocionarios
medievales. CUATRO DEVOCIONARIOS
MEDIEVALES
El aspecto mistérico
de los sacramentos
Juan Javier Flores Arcas
1 «La vida del espíritu tiene una cierta semejanza con la vida corporal,
como, en general, todas las cosas temporales tienen una semejanza con
las espirituales» (cf. Santo Tomás de Aquino, STIII, q. 65, a. I; traducción
castellana en: Santo Tomás de Aquino, Suma de Teología, Tomo V, Parte
III e Índices, Madrid 1994, 550-552.
592 Juan Javier Flores Arcas
10 Sacrosanctum Concilium 6.
11 Casel, Fede, Gnosi, 57.
12 Cf. J.J. Flores Arcas, «No hay otro misterio que Cristo», Phase 50 (2010)
407-416.
13 Citado en E. Jüngel, El ser sacramental en perspectiva evangélica, Salamanca
2007, 23.
598 Juan Javier Flores Arcas
17 Sacrosanctum Concilium 6.
El aspecto mistérico de los sacramentos 601
21 Cf. O. Casel, El misterio del culto cristiano, San Sebastián 1953 109 ss.
22 Jüngel, El ser sacramental, 21.
Phase 305 (2011) 603-617
43 Cf. H. Jedin, Storia del Concilio di Trento. II. Il primo periodo 1545-1547,
Brescia: Morcelliana 21974, 440.
44 Cf. COD 803, 5-10: «Profiteor quoque septem esse vere et propie sacramenta...».
45 Concilio Vaticano II, «Constitución sobre la sagrada liturgia “Sacro-
sanctum Concilium” (4 diciembre 1963)», Acta Apostolicae Sedis 56 (1964)
97-134 [en adelante: SC].
46 Concilio Vaticano II, «Constitución dogmática sobre la Iglesia “Lumen
gentium” (21 noviembre 1964)», Acta Apostolicae Sedis 57 (1965) 5-71 [en
adelante: LG].
47 Cf. X. Ochoa, Index vervorum cum documentis Concilii Vaticani Secundi, Roma:
Institutum Iuridicum Claretianum 1967, 442-443; SC 5; LG 1, 9 y 48.
614 Juan Manuel Sierra López
3. Ulteriores desarrollos
El movimiento litúrgico subrayará la centralidad de Cristo y la
acción de la Iglesia, en la liturgia y en los sacramentos, insistiendo
en el carácter fontal del misterio pascual y el sentido de celebración
litúrgica, que siempre debe estar presente en la administración de
los sacramentos.
En el siglo xix se va extendiendo la aplicación del término sacra-
mento a Cristo y a la Iglesia, subrayando el valor de la encarna-
ción de Cristo y sus acciones que dan lugar a la Iglesia y a los
sacramentos, como acontecimientos que realizan la salvación de
Dios.50 Esto no supone negar que los sacramentos sean siete, sino
el empleo del término sacramento como «signo de salvación»,
usándolo de una manera más amplia de lo que se había realizado
en los últimos siglos.
48 CCE 1131.
49 CCE 1113.
50 Cf. C. Scordato, Il settenario sacramentale. II. Excursus storico-teologico e
dogmatico, Trapani: Il pozzo di Giacobbe 2007, 201-207.
Los sacramentos son siete: concreción del septenario en Occidente 615
3.1. Semmelroth
Semmelroth expresaba esta misma idea cuando dice que «se
extiende la naturaleza humana y divina de Cristo sobre la huma-
nidad como conjunto en la Iglesia y sobre cada uno de los hombres
en los siete sacramentos».51 Sin olvidar que:
Los sacramentos en particular lo son en realidad sólo cuando son
acción [...] la sacramentalidad original de la Iglesia se realiza en
las acciones sacramentales de cada uno de los sacramentos en un
proceso temporal.52
3.2. Schillebeeckx
Schillebeeckx afirma que los sacramentos nos manifiestan la
Redención para que en ellos podamos encontrar a Cristo vivo,
«el acto celestial soteriológico, que no es invisible, se hace visible
en el sacramento», puesto que los sacramentos de la Iglesia son
encuentros del hombre con Jesús glorificado.53 Por otra parte, «el
hecho de que haya siete sacramentos está basado en la esencia
misma de la Iglesia» y, aunque también existan conveniencias de
tipo antropológico, responde a una gracia septiforme.54
3.3. Rahner
De otra forma, Rahner recuerda la vinculación intrínseca de la
Iglesia, protosacramento, con la doctrina de los sacramentos, de
tal manera que sólo desde la primera se pueden comprender las
acciones de salvación que son cada uno de los siete sacramentos:57
todos ellos y sólo ellos, tienen de hecho eficacia sacramental».58
La Iglesia como sacramento aporta un nuevo horizonte a los siete
sacramentos: se puede hablar de sacramento en sentido estricto
en aquellas acciones en las que el sacramento fundamental, la
Iglesia, se «auto-expresa» en todo su ser. De esta manera, cada
elemento del septenario es expresión y presencia de la totalidad,
de la estructura simbólica de la gracia que debe llegar a abarcar
toda nuestra existencia.59
4. Conclusión
El Catecismo recuerda que «los sacramentos, como “fuerzas que
brotan” del Cuerpo de Cristo siempre vivo y vivificante, y como
acciones del Espíritu Santo que actúa en su Cuerpo que es la Iglesia,
60 CCE 116.
61 Cf. CCE 118.
DOSSIERS CPL
La llamada de la Palabra.
Homilías con la doctrina social de la Iglesia. Ciclo B.
Por Sebastià Taltavull
Las homilías de todos los domingos y fi estas del ciclo B,
escritas por el obispo auxiliar de Barcelona,
teniendo en cuenta de una forma especial la Sebastià Taltavull
a nuestro mundo.
Dossiers CPL 121
332 pp., 22,00 €. dossiers C PL
editorial
Estructura y configuración
de los signos sacramentales
José Luis Gutiérrez
1. Consideraciones previas
Cuando en los siglos xii y xiii el pensamiento teológico se estruc-
turó como una ciencia sistemática, las celebraciones sacramentales
del culto fueron abordadas a partir de una neta distinción entre
los aspectos que –según se pensaba– concernían a su significado y
esencia (sacramento), y aquellos que debían adscribirse tan sólo a
su ornato y significación (rito). Desde entonces y hasta el siglo xx,
la teología sacramentaria se ocuparía de los signos sacramentales
en cuanto medios de santificación, mientras el culto, reducido a
sus expresiones externas o a sus disposiciones interiores, quedaba
englobado en el ámbito de la teología moral o del estudio histórico
y disciplinar-canónico. De hecho, aunque los teólogos escolásticos
eran conscientes de que, en los ritos sacramentales, las dimensiones
de santificación y culto eran, en realidad, inseparables, la carencia
de instrumentos epistemológicos adecuados llevó a un excesivo
hiato entre los aspectos considerados dogmáticos (sacramento) y
aquellos que se entendían como exclusivamente antropológicos
(rito).
Por otra parte, si tenemos en cuenta que, para la teología sis-
temática, el signo sacramental se reducía al gesto esencial del
sacramento –es decir, las res et verba de su estructura nuclear y
radical; «materia» y «forma», según la terminología adoptada– se
comprenderá el «minimalismo» propio de la tradición teológica
620 José Luis Gutiérrez
2. La iniciación cristiana
Bautismo, confirmación y Eucaristía constituyen los sacramentos
de la iniciación cristiana, pues introducen de modo progresivo a
3. Eucaristía
De una manera sintética podemos describir la Eucaristía como la
forma ritual sacramental por la que la Iglesia celebra el memorial
del sacrificio pascual de Cristo.10 El tenor exacto de los gestos y
fórmulas que Cristo siguió durante la institución del sacramento
Eucarístico en la última cena es un problema muy debatido. No obs-
tante, para la estructura de la forma ritual propia de la celebración
sacramental de la eucaristía, la cuestión no es tan esencial, ya que
el rito objeto del mandato memorial del Señor nace, precisamente,
de la sucesión de acciones de culto detallada por los relatos del
Nuevo Testamento: «tomar, bendecir-dar gracias, partir, dar»;11
secuencia recogida en la praxis litúrgica de todas las tradiciones
eclesiales: presentación-ofrenda de dones, oración consagratoria
de bendición y acción de gracias (plegaria eucarística), fracción del
pan y comunión. A pesar de sus distintos desarrollos según épocas
En este contexto de crisis, a partir del siglo vii irrumpe una nueva
praxis penitencial proveniente de los monasterios de las islas
británicas: la penitencia tarifada. Según la nueva disciplina, el
ministro –cualquier sacerdote y no necesariamente el obispo–
atiende la confesión de los pecados, estima su gravedad e impone
la satisfacción según una «lista de tarifas» o penas. Por otra parte,
como la satisfacción de la penitencia era secreta, ya no era discri-
minatoria y, en consecuencia, se podía aplicar también a aquellos
pecados que anteriormente no se encontraban sometidos al pro-
cedimiento canónico, pudiendo ser así reiterado el sacramento
cuantas veces fuera necesario. Por último, ante la dificultad de un
segundo encuentro con el ministro para recibir la reconciliación,
alrededor de los siglos ix-x se introdujo la costumbre de conferir
la absolución inmediatamente después de la aceptación de la
satisfacción impuesta.
La fórmula de absolución indicativa («ego te absolvo…») fue conside-
rada en la teología escolástica como «forma» del sacramento;29 doc-
trina que, asumida por las declaraciones del Concilio de Florencia30 y
el Concilio de Trento,31 se extendió a toda la Iglesia latina con el ritual
de 1614. Por último, en el siglo xviii, la preocupación por las buenas
costumbres y la conveniente discreción dictaminó la aparición del
«confesonario» como lugar más apropiado para la celebración del
sacramento, en sustitución de la sede presidencial del ministro.32
El Ordo paenitentiae promulgado en 1973 a instancias del Concilio
Vaticano II33 pretende situarse en continuidad con la tradición litúr-
gica penitencial de la Iglesia. Y así se advierte cuando al mencionar
los elementos esenciales de la celebración (contrición, confesión,
satisfacción y absolución) recoge los tres gestos que conforman
la estructura «judicial» del sacramento.34 El ritual contempla tres
Preguntar por el sujeto que recibe los sacramentos, tal como nos
proponemos hacer en este punto de vista, significa situarnos en
una perspectiva de reflexión de teología pastoral, como no puede
ser de otro modo. No queremos caer en la tentación de separar la
dimensión pastoral de los sacramentos de su dimensión teológica.
Tendremos que vacunarnos también del peligro que representa
juzgar los sacramentos a partir de las problemáticas concretas que
se plantean en la práctica de su administración. No sería bueno
dejarse llevar por la inmediatez, con sus alegrías y sinsabores, de
los cuáles los pastores de almas saben mucho, para juzgar al sujeto
receptor del sacramento y así situar una cantidad de «normas»
condicionantes para dicha recepción que dependan demasiado
de las situaciones concretas de cada pastor con sus múltiples
experiencias.
Es evidente que la legislación para cada sacramento establecida
por la Iglesia aporta reflexiones y normas para su administración
y se refiere a veces muy detalladamente al sujeto que va a recibir el
sacramento. Basta con leer detenidamente las observaciones que
en el ritual de cada sacramento y de cada sacramental se hacen;
acostumbran a ser de gran valor y una gran ayuda pastoral, y por
ello no podemos por menos que recomendar encarecidamente
su lectura. Sin embargo, la práctica pastoral indica que estas
orientaciones nunca son suficientes puesto que la vida, con sus
innumerables circunstancias, plantea problemáticas muy diversas
e imprevisibles para cada uno de los sacramentos, en función de
642 Puntos de vista
1. En los inicios
Del período anterior al Concilio de Nicea (325) sólo tenemos un tra-
tado sobre un sacramento: el De baptismo de Tertuliano. Es notable
observar como lo que preocupaba a su autor no era la concepción
concreta de este sacramento, aunque se refiera a ello, ni la forma de
la celebración, a pesar de las muchas y valiosas indicaciones que
nos proporciona. Le preocupaba la práctica puesto que algunos
herejes estaban utilizando formas parecidas al sacramento bau-
tismal cristiano. Y le preocupaba también el sujeto que recibía el
sacramento. ¿Qué garantías se necesitan para bautizar a los niños?
¿Cuáles deben ser las condiciones de los padrinos? El rigorista y
legalista Tertuliano se inclina, como no podía ser de otro modo
dada su biografía particular, por diferir este sacramento en espera
de que el sujeto que tiene que recibirlo sea plenamente consciente
de cuál es la gracia que recibe y qué compromiso está contrayendo
en la acción sacramental. Pero no se atreve a negar la posibilidad
de administrar el bautismo a los niños aunque seguramente éste
hubiera sido su deseo.
También está preocupado por saber quién tiene que administrar
el sacramento y quién puede administrarlo. En su reflexión cuenta
mucho la necesidad de saber que se está administrado correcta-
mente el sacramento y que, en consecuencia, éste produce el efecto
salvador que deriva de la Pascua del Señor Jesús celebrada bajo
los signos sacramentales.
3. La reforma litúrgica
La reforma litúrgica del Concilio Vaticano II puso de relieve
algunos aspectos quizás olvidados a lo largo de la historia e hizo
un esfuerzo notable para devolver la celebración al sentido que
Puntos de vista 645
4. La «calidad» en la celebración
Todo ello conlleva además otra dimensión nueva –a mi modo
de ver– por las circunstancias de un mundo cambiante que ha
progresado enormemente en todo lo referente a los medios de
comunicación. Y es que una celebración sacramental no deja de ser
por sí misma un acto de comunicación o, si se prefiere, el máximo
acto de comunicación puesto que es Dios mismo el que en ella
comunica a la comunidad eclesial por medio de la celebración su
máxima Palabra y su misma vida. A partir de esta conciencia, la
celebración no puede ser ya la mera ejecución de unos ritos sino
646 Puntos de vista
Fuentes litúrgicas
recientemente publicadas
Gionata Brusa - Ferdinando Dell’Oro (eds.), Usus psallendi
Ecclesiae Vercellensis. (Vercelli, Biblioteca Capitolare, Cod. LIII)
(Bibliotheca Ephemerides Liturgicae. Subsidia 149 – Monumenta
Italiae Liturgica 4), Roma: Centro Liturgico Vincenziano - Edizione
Liturgiche 2009, 384 pp.
El Centro Litúrgico Vincenciano ha que eran cantados en la misa y en el
publicado el Libro Ordinario de la oficio divino. Este libro no sólo nos
catedral de San Eusebio de Vercelli, abre las puertas de la tradición musi-
del siglo xiv, que recoge los textos cal medieval, sino que a través de las
Libros 661
SUSCRIPCIONES DE ESPAÑA
Por correo aparte, enviaremos durante los próximos días
(excepto a los que pagan por librería, por domiciliación bancaria
o mediante una tercera persona) un aviso de pago en el que
consta el importe de la suscripción.
El sistema de pago más económico es mediante cheque
bancario, porque así se evitan las tasas de correo. Si usted
paga por este método, no olvide poner también en el sobre el
aviso de pago que le hemos enviado. Para su comodidad, le
adjuntamos el sobre franqueado para el envío.
Temas
Iglesia y liturgia ................................................................ núm. 301
«Verbum Domini» ............................................................ núm. 302
Cincuentenario de «Phase» ............................................. núm. 302
La versión oficial de la Biblia de la Conferencia Epis-
copal Española ........................................................... núm. 303
La experiencia de Dios en la liturgia .............................. núm. 304
La originalidad cristiana.................................................. núm. 305
Sacramento y sacramentos .............................................. núm. 306
Editoriales
El metropolita Juan de Pérgamo (Jaume Fontbona)... 5-8
«Verbum Domini» (José Antonio Goñi) ........................ 107-108
Cristo presente en la Palabra (José Antonio Goñi) ....... 235-242
Renovar la mentalidad más que los ritos y los textos li-
túrgicos (José Antonio Goñi) ................................... 347-348
¿Podemos vivir como si Dios no existiera? (Jaume Font-
bona) ........................................................................... 443-445
Sacramento y sacramentos (Jaume Fontbona)................. 563-566
Artículos
La eclesiología eucarística en la tradición ortodoxa
(Ioannis Zizioulas) ................................................... 9-24
666 Índice
Puntos de vista
«Ars celebrandi» en la dedicación de la Basílica de la
Sagrada Familia (Lluís Martínez Sistach)........... 161-165
La tradición del «pro multis» (Albert Vanhoye) ......... 311-317
Sobre la Biblia de la Conferencia Episcopal Española
(Joaquim Gomis)........................................................ 318-322
Aprender a orar con la liturgia (Félix María Arocena) 417-424
Parejas de hecho, una realidad de hoy (Montserrat Ibá-
ñez) .............................................................................. 529-533
El sacramento del matrimonio: algo más que una unión
social de los esposos (José Antonio Goñi) .............. 534-539
Una propuesta para las solemnidades del Señor en el
tiempo ordinario (Josep Lligadas) ......................... 540-542
El sujeto que recibe los sacramentos (Joan Torra) .. .... 641-647
Crónicas
Relevo en la dirección del Instituto Superior de Litur-
gia de Barcelona (F. Xavier Parés) ........................... 77-79
Consultores de la Congregación para el Culto Divino
y la Disciplina de los Sacramentos (José Antonio
Goñi) ........................................................................... 80-81
Presencia de Cristo en la liturgia (José Antonio Goñi) 81-82
La Sagrada Escritura en la Iglesia (Óscar Azcona) ...... 167-170
Crónica del Consejo de «Phase» (Luis Fernando Álva-
rez) .............................................................................. 171-172
668 Índice
Libros
Manuel Claret, El matrimonio, comunidad de vida y amor
(Gaspar Mora)........................................................... 83-85
José Antonio Goñi Beásoain de Paulorena, Historia
del Año Liturgico y del Calendario Romano (Corra-
do Maggioni)............................................................. 86-88
Asociación Española de Profesores de Liturgia,
La sacramentalidad de la liturgia (Pedro Manuel Me-
rino) ............................................................................ 88-89
Alberto Sanguinetti Montero, Sursum corda, levante-
mos el corazón (F. Xavier Aróztegui) ....................... 89-91
Joan Torra, Padres de la Iglesia, jóvenes en la Iglesia (F. Xa-
vier Aróztegui) ......................................................... 91-93
Libros sobre el motu proprio «Summorum pontificum»
y la liturgia tridentina (Félix María Arocena - José
Antonio Goñi) ........................................................... 93-96
Fuentes litúrgicas (José Antonio Goñi) ......................... 96-99
Documentación y libros litúrgicos (José Antonio Goñi) 100-101
Respuestas de la Congregación a dudas litúrgicas
(José Antonio Goñi) .................................................. 102-103
Juan Javier Flores, Los sacramentales. Bendiciones,
exorcismos y dedicación de iglesias (Gabriel Seguí) ... 173-176
Guillaume Derville, La concelebración eucarística. Del
símbolo a la realidad (Jaume Fontbona) ................... 176-179
Misceláneas recientemente publicadas (Luis Gar-
cía – Josep Urdeix) ................................................... 180-185
Bibliografía reciente en francés (Emilio Vicente de
Paz) .............................................................................. 186-189
Normand Bonneau, Le lectionnaire Dominical. Parole
ritualisée, modèle pascal (F. Xavier Aróztegui) ........ 323-324
Índice 669