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Ana Sofía Chaman Cuerda 24/04/18

Las Ruinas Circulares

Es complicado leer cuentos de Jorge Luis Borges si lo has leído poco o en lo absoluto. Es necesario
leer y releer cada cuento, analizando cada frase, figura retórica y detalle para poder llegar a
entender poco o mucho (y en ciertas veces nada) a lo que se refiere. Cada lector puede hacer sus
inferencias, y tal vez, sin previo análisis, algunos coincidan.

“Las Ruinas Circulares” habla sobre un hombre desconocido; para mi, un extranjero que llega a
un lugar olvidado y destruido, en donde pretende llevar acabo algo. Ese algo es crear un hombre
que tenga la misma naturaleza que él. Sin embargo, la manera en la que pretende crearlo es dentro
de sus sueños.
Desde que leemos esto, nos damos cuenta que el cuento va a entrar en materia fantástica.

Los sueños son algo que aún no somos capaces de explicar al cien por ciento. Muchos argumentan
que aquellos pueden ser producidos por sucesos que quisiéramos que pasaran en nuestra vida real.
Otros los toman como señales, y los interpretan de una u otra manera. Hay personas que son
capaces de darse cuenta que están soñando y actuar de manera consciente dentro de sus sueños.
Por otro lado, los científicos tendrán otra manera de explicar los sueños con más lógica.
Sin entrar más a detalle en cada una de las diferentes formas con la que los sueños son vistos, está
claro que desde el comienzo de los tiempos nos han fascinado y desconcertado al mismo tiempo.

Jorge Luis Borges hace uso de este tema que es tan entendido como el resto del océano para crear
un lugar en donde el personaje principal pueda materializar, poco a poco, al hombre que llamará
su hijo. Sin embargo, sus esfuerzos son primero nulos, y, después de tomarse un tiempo de
descanso y esperar a que llegue la luna llena, siguen sin ser totalmente efectivos.

El hecho de esperar a que llegue la luna llena nos habla de lo mucho que creían los antiguos
habitantes de la tierra en lo metafísico; en la magia y en las fuerzas fuera de este mundo. En los
Dioses.
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El personaje principal, después de encontrarse nuevamente ante una barrera, la cual impide que su
hijo despierte, decide pedirle ayuda a un Dios, quien es conocido terrenalmente como “Fuego”.
Sus súplicas son escuchadas y su hijo despierta, no sin antes pedirle a este Dios que también borrara
toda memoria que pueda tener su hijo sobre la manera en que fue creado, para que pueda sentirse
y actuar como un hombre de este mundo. Solo él y el Fuego sabrían la verdad de su origen.

Finalmente, su sueño se había cumplido. Ese sueño materializado, sin embargo, terminó por
atormentarlo unos cuantos años después, cuando unos hombres le hablaron sobre un hombre que
era incapaz de ser quemado. Sin dudarlo dos veces, el personaje principal supo que se trataba de
su hijo, y tembló de miedo al darse cuenta que su hijo podía llegar a darse cuenta, después de
mucho tiempo, que el fuego no le hacía daño por haber sido creado por este mismo y por el sueño
de alguien más, siendo una mera proyección de un soñador.

Aquí notamos como Borges describe el miedo de un padre ante la posibilidad de que un hijo sufra,
el cual siempre es mayor que cualquier otro tipo de miedo irracional. Éste miedo hace que, aunque
en realidad a un ser querido no le esté pasando nada, el padre, madre o hermano sufra por el simple
hecho de que algo pueda pasar. Es un juego de palabras en donde el sufrimiento ante el miedo de
que un ser querido sufra toma lugar.

El personaje principal se encuentra al final de sus días, en donde Jorge Luis Borges nos cuenta
como éste, al final, llega a un lugar que se esta incendiando. El hombre piensa esconderse, para
luego darse cuenta que simplemente era la muerte llegando para terminar sus días y llevárselo en
paz, ‘coronando su vejez’. Sin embargo, cuando el hombre se adentra en el fuego, nota que éste
no le hace daño, dándose cuenta con alivio y un terrible miedo al mismo tiempo, que el, como su
hijo, es la proyección de alguien más. El sueño de un soñador…
Es hasta el final en donde podemos hacer sentido del título. “Las Ruinas Circulares” hacen
referencia a las ruinas a las que llega el hombre al principio y como tal, y también a la eternidad:
a aquella idea en donde todo comienza, termina, y vuelve a comenzar. El eterno retorno. La
circularidad. La idea de que el personaje principal es, como su hijo, el sueño materializado de un
soñador, plasma este concepto de manera circular. Termina como empieza, y empieza como
termina.

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