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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS

Escuela de Ciencias Jurídicas y Políticas

Asignatura:
Derecho Comercial I

Tema:
Tarea III

Presentado por:
Mairilyn Infante Pichardo

Matrícula:
13-1590

Facilitadora:
Lucrecia Jiménez Escobosa

Santiago de Los Caballeros


Mayo 2018
1. Elaboración de un cuadro comparativo en el que se destaquen los contratos
civiles estudiados en sus aplicaciones comerciales, resaltando lo siguiente:

a. Concepto

Contrato es un acuerdo legal manifestado en común entre dos o más personas


con capacidad (partes del contrato), que se obligan en virtud del mismo, regulando
sus relaciones a una determinada finalidad o cosa, y a cuyo cumplimiento pueden
compelerse de manera recíproca, si el contrato es bilateral, o compelerse una parte
a la otra, si el contrato es unilateral. Es el contrato, en suma,
un acuerdo de voluntades que genera «derechos y obligaciones relativos», es decir,
sólo para las partes contratantes y sus causahabientes. Pero, además del acuerdo
de voluntades, algunos contratos exigen, para su perfección, otros hechos o actos
de alcance jurídico, tales como efectuar una determinada entrega (contratos reales),
o exigen ser formalizados en documento especial (contratos formales), de modo
que, en esos casos especiales, no basta con la sola voluntad. De todos modos, el
contrato, en general, tiene una connotación patrimonial, incluso parcialmente en
aquellos celebrados en el marco del derecho de familia, y es parte de
la categoría más amplia de los negocios jurídicos. Es función elemental del contrato
originar efectos jurídicos (es decir, obligaciones exigibles), de modo que a aquella
relación de sujetos que no derive en efectos jurídicos no se le puede atribuir
cualidad contractual.

b. Características, y

Las características generales de los contratos mercantiles se definen a partir de las


condiciones específicas que median la relación mercantil, entre ellas:

Unilaterales y Bilaterales. El contrato unilateral es aquel en el que se generan


obligaciones solo para una parte y derechos para la otra; el contrato Bilateral es de
acuerdo de voluntades que dan origen a derechos y obligaciones para las partes.
Onerosos y Gratuitos. Es oneroso el contrato que impone remuneración y/o
retribución recíprocas. Es gratuito aquel en el que el provecho corresponde a una
de las partes y las prestaciones a la otra.

No es exacto, realizar asociaciones, tales como, todo contrato bilateral sea oneroso
y todo contrato unilateral sea gratuito.

Los contratos onerosos se subdividen en conmutativos y aleatorios.

Conmutativo: cuando los derechos y las retribuciones son ciertas y conocidas


desde la celebración del contrato; es decir, cuando la cuantía de las prestaciones
puede determinarse desde el origen del contrato.

Aleatorios: cuando los derechos y las retribución son dependientes de una


condición o término, de tal manera que no pueda determinarse la cuantía de las
prestaciones en forma exacta, sino hasta cuando se realice la condición o término.

Reales: Los contratos reales son aquellos que se constituyen por la entrega de la
cosa. Entre tanto no exista dicha entrega, solo hay un ante contrato, llamado
también contrato preliminar o promesa de contrato.

Formales: aquellos en los que el consentimiento debe manifestarse por escrito, con
un requisito de validez, de tal manera que si no se otorga en escritura pública o
privada, según el acto, el contrato estará afectado de nulidad relativa.

Consensual: es opuesto al formal, debido que para su validez no requiere que el


consentimiento se manifieste por escrito y, por lo tanto, puede ser verbal, o puede
tratarse de un consentimiento tácito, mediante hechos que necesariamente lo
supongan, o derivarse del lenguaje mímico, que es otra forma de expresar el
consentimiento sin recurrir a la palabra o a la escritura.

Principales: son aquellos que existen por sí mismos, no requieren de la existencia


de otro contrato.
Garantía o accesorios: son los que dependen de un contrato principal, los
accesorios siguen la suerte de los principales porque la nulidad o la inexistencia de
los principales originan a su vez, la nulidad o la inexistencia del contrato accesorios.

d. Obligaciones de las partes

Las especialidades de las obligaciones mercantiles frente a las civiles son las
siguientes (arts. 61, 62 y 63 del Código de Comercio):

a) Prohibición de los términos de gracia y cortesía. El tráfico mercantil demanda una


mayor seguridad y celeridad que el civil, para el perfeccionamiento y cumplimiento
de los contratos. Este punto de partida es el que justifica lo dispuesto en el artículo
61 del Código de Comercio: «No se reconocerán términos de gracia, cortesía u
otros, que bajo cualquier denominación, difieran el cumplimiento de las obligaciones
mercantiles, sino los que las partes hubieren prefijado en el contrato, o se apoyaren
en una disposición terminante de Derecho». El Código de Comercio prohibe, en
definitiva, la dilación en el cumplimiento de las obligaciones mercantiles, lo que
expresaba, también, gráficamente el artículo 455 del mismo, derogado por la Ley
Cambiaría y del Cheque de 1985, cuando decía: «... las letras deberán satisfacerse
el mismo día de su vencimiento, sin términos de gracia y cortesía». No es posible
que los Tribunales puedan conceder un plazo dilatorio, a diferencia de lo dispuesto
con respecto a las obligaciones civiles, por aplicación del artículo 1124.3 del Código
Civil, que faculta al Tribunal para señalar un nuevo plazo para realizar la prestación
que le incumbe a la parte incumplidora, cuando haya existido justa causa que motive
el incumplimiento. En consecuencia, tratándose de obligaciones mercantiles, sólo
será posible una moratoria si existe pacto entre acreedor y deudor, pero no en otro
caso (sobre la interpretación de los arts. 57 y 61 del C. de c, vid. STS de 14 de
noviembre de 1989)

a) Exigibilidad de las obligaciones puras. El artículo 62 del Código de


Comercio establece: «Las obligaciones que no tuvieren término prefijado por las
partes o por las disposiciones de este Código, serán exigibles a los diez días
después de contraídas, si sólo produjeren acción ordinaria, y el día inmediato, si
llevaren aparejada ejecución». A diferencia de lo dispuesto en el artículo
1128 del Código Civil, que faculta a los Tribunales para fijar el plazo de
cumplimiento de una obligación, en ausencia de pacto sobre este extremo, las
obligaciones mercantiles, cuyo plazo de cumplimiento no haya sido pactado por los
contratantes, serán exigibles a los diez días después de que se hubieren contraído,
a no ser que lleven aparejada ejecución. Se trata de obligaciones puras y sin
término, aunque hay que recordar que, con respecto a ellas, el Código Civil, en el
artículo 1113, establece que son exigibles inmediatamente.

a) La mora del deudor. El retraso culpable en el cumplimiento de la obligación recibe


distinto tratamiento, según la naturaleza de la obligación de que se trate, pues,
mientras que el artículo 1100 del Código Civilexige como presupuesto de la
declaración de morosidad, que el acreedor requiera, judicialmente o extrajudi-
cialmente, el cumplimiento de su obligación al deudor, el Código de
Comercio establece en cuanto a los efectos de la morosidad en el cumplimiento de
las obligaciones mercantiles que los mismos comenzarán así: en los contratos que
tuvieren día señalado para su cumplimiento, por voluntad de las partes o por la Ley,
al día siguiente de su vencimiento y en los que no lo tengan desde el día en que el
acreedor interpelare judicialmente al deudor o le intimare la protesta de daños y
perjuicios hecha contra él ante un Juez, Notario u otro oficial público autorizado para
admitirla (art. 63.1.° y 2.° C. de c. Vid. las Ss.T.S. de 16 de julio de 1982 y 28 de
mayo de 1990).

a) Prescripción de las obligaciones mercantiles. La extinción de los derechos y


acciones que emanan de las obligaciones mercantiles se produce por su
prescripción, en el tiempo que en cada caso señale la Ley, y como consecuencia de
la inactividad del acreedor.

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