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UNIVERSIDAD PRIVADA SAN JUAN BAUTISTA

FACULTAD DE DERECHO – MODEA 2º CICLO

REALIDAD NACIONAL

TEMA: PRIMERA GENERACIÓN REPUBLICANA


“LA ERA DEL GUANO”

CATEDRÁTICO: DRA MARIA MAGDALENA, BERMUDEZ LIZARRAGA DE REYES

INTEGRANTES DE GRUPO:

 Aguilar Huamán, Yessica Rosario


 García Noblecilla, Ofelia Adelina
 Leon Tresierra, Juan
 Martínez Alarcón, Daria Magdalena
 Pio Saire, Karen Marilyn

- Abril, 2018 -
INDICE
INTRODUCCIÓN ................................................................................... 1
1. INICIACIÓN DE LA REPÚBLICA ....................................................... 2
2. EXPORTACIÓN DEL GUANO EN LA HISTORIA REPUBLICANA
DEL PERÚ............................................................................................... 7
3. GUERRA CON ESPAÑA – ERA DEL GUANO ................................. 15
4. EL CONTRATO DE DREYFUS .......................................................... 20
5. HACIA LA GUERRA DEL PACÍFICO ............................................... 24
6. LA DEUDA ........................................................................................... 33
7. VENTAJAS Y DESVENTAJAS........................................................... 38
8. CONCLUSIONES ................................................................................. 40
9. BIBLIOGRAFIA ................................................................................... 42
INTRODUCCIÓN
La Era del Guano o también llamada República del Guano (1840-1872), se presenta en la
historia del Perú en un contexto posterior a la "formal" proclamación de la Independencia del
Perú en julio de 1821, el cual se da como resultado del acuerdo político entre el Ejército
Unido de los Andes compuesto por tropas argentinas, chilenas y colombianas y el Ejército
Realista, compuesto en su mayoría por peruanos.

Los primeros años republicanos se caracterizaron por una crisis que produjo una competencia
comercial selectiva, que va a reducir el número de comerciantes que domina en los años de
1840 cuando se incrementa la producción de Cerro de Pasco y empieza a exportarse el guano.

La década de 1840 significó el inicio de cierta estabilidad política para el Perú, tras décadas
signadas por las guerras civiles, los golpes de Estado y la crisis económica y social. En 1845
se inició el primer gobierno del general Ramón Castilla (1845-1851), el cual coincidió con
el comienzo de un crecimiento económico basado en las exportaciones de guano, las cuales
sostuvieron el gasto público hasta cerca de treinta años más tarde.

Hasta 1862 la explotación y venta del guano estuvieron confiadas a varias casas comerciales
extranjeras, como la de Anthony Gibbs, firma inglesa que era la dominante, por el monopolio
de venta que ejercía en el mercado británico. Al expirar en 1862 el contrato firmado una
década antes, la Casa Gibbs no pudo obtener la renovación del mismo. El gobierno del
Mariscal Castilla prefirió, no sin reticencias, entregar esta consignación a un grupo de
comerciantes peruanos, asociados bajo el nombre de Compañía de Consignatarios
Nacionales, es así como estos comerciantes pasaron a tener el control de la venta del guano
en el mercado inglés, hasta que Piérola, en 1869, les arrebató esta concesión para entregarla
al francés Auguste Dreyfus, mediante el contrato de Dreyfus.

Sobre la Guerra del pacifico lo más perjudicial para el Perú como resultado fue la pérdida
territorial de las provincia de Tarapacá y Antofagasta o el Litoral en favor de Chile, generó
profundas heridas en el Perú, ya que estos sitios eran muy ricos en GUANO Y SALITRE.

A continuación vamos a desarrollar la Iniciación de la República, la Era del Guano, la Guerra


con España, el contrato de Dreyfus, hacia la guerra del Pacífico, la Deuda y las Ventajas y
Desventajas que sucedieron con la explotación y exportación del Guano.

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PRIMERA GENERACIÓN REPUBLICANA
“LA ERA DEL GUANO”

1. INICIACIÓN DE LA REPÚBLICA

Acerca de los orígenes de la gobernabilidad republicana necesariamente se tiene que


entender la coyuntura de la Independencia, que se produjo durante el proceso de la
revolución hispanoamericana, el virreinato peruano fue el centro simbólico, político
y militar de la contrarrevolución.

Durante los años 1814-1820 se tenía una política de "recuperación territorial"


conducida por los virreyes Abascal y Pezuela, quienes expresaban la unidad e
intereses de estos grupos de poder, el Estado colonial y un sector mayoritario de las
élites coloniales peruanas; hasta el arribo de las famosas "expediciones libertadoras",
cabe resaltar que durante ese periodo en el Perú se tenía la ausencia de proyectos de
gobernabilidad claramente independentistas; que se podría inferir prefigurarían los
dilemas de la gobernabilidad durante las primeras décadas de la República.

El virreinato peruano fue el centro del dominio colonial español en Hispanoamérica,


el cual tenía una periferia con Colombia, Argentina, Chile, Ecuador y Bolivia; en este
esquema, la Independencia del Perú también significó la guerra de estos últimos
países tempranamente independizados en contra del virreinato peruano,
consumándose la derrota política y material de las élites coloniales peruanas.

La "formal" proclamación de la Independencia en julio de 1821, fue el resultado del


acuerdo político entre el Ejército Unido de los Andes —con tropas argentinas,
chilenas y colombianas— y el Ejército Realista, mayoritariamente compuesto por
peruanos, fecha en la que el General don José de San Martín proclamó la
independencia del Perú un 28 de julio de 1821 en la Plaza de Armas de Lima, con
estas palabras: "El Perú es, desde este momento, libre e independiente por la voluntad
general de los pueblos y por la justicia de su causa que Dios defiende".

El Protectorado de José de San Martin en Julio, 1821 tuvo un periodo de 1 año,


2meses

 Cabe mencionar que con la llegada de José de San Martín al Perú en 1820 y el
consecuente inicio de la guerra de independencia, el virreinato del Perú empezó
a dar paso a la lenta constitución de la República, proceso que no concluyó sino
hasta 1826, con la caída de la fortaleza del Real Felipe en el Callao.
 La economía colonial había sufrido grandes transformaciones a lo largo del
siglo XVIII en el sector agrario —agrícola, ganadero y forestal— mostraba
ciertas características propias de la transición de una economía tradicional a otra
moderna, en un contexto preindustrial marcado por limitaciones de mercados,
mano de obra y producción.

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La historia de la República del Perú, se abre poco más de un año después de la
ceremonia del 28 de Julio de 1821, al instalarse el primer Congreso Constituyente y
se proponen diversos proyectos de gobernabilidad que estuvieron fuertemente teñidos
por concepciones ideológicas ajenas a la realidad peruana e inspiradas en otros
espacios del continente.
Ya proclamada la Independencia, el mando efectivo del ejército patriota, y por lo
tanto la dirección de la guerra por la Independencia, que recién se iniciaba, al igual
que la política interna; estaba en manos de "extranjeros" (San Martín, Monteagudo,
Bolívar y Heres), se reconoce que no existía ningún grupo social y menos un proyecto
de gobernabilidad hegemónico que podría haberse impuesto, tomando la conducción
de un Estado recientemente constituido.

Los sucesos acaecidos entre 1821 y 1826 (cese de la influencia bolivariana) elevan
hasta el paroxismo el proceso político de consolidación de la Independencia.

En efecto, luego de la expulsión de Bernardo Monteagudo el 30 de julio de 1822,


quien fue el personaje más poderoso y temido de la administración sanmartiniana
abandonaba precipitadamente el Perú a bordo de "La Limeña", rumbo a la ciudad de
Panamá, su alejamiento al cargo de Secretario de Guerra, Gobierno y Relaciones
Exteriores del Protectorado, Monteagudo fue acusado de "cruel, pérfido, ambicioso,
inmoral e irreligioso, inicuo, intrigante, astuto, insolente, opresor atrevido y díscolo
y que Monteagudo había llegado a Lima a "sofocar el patriotismo con sus groseras
invectivas y persecuciones escandalosas" y a disponer arbitrariamente de "la suerte
del Perú", con ello también la liquidación del Protectorado; se instala en Septiembre
de 1822 el primer Congreso Constituyente.

Este primer Congreso Constituyente se configuró de forma irregular ya que aquel


primer ensayo de representación "nacional", no representaba a la mayoría de Peruanos
debido a que una considerable extensión del país aún estaba bajo control Realista que
eran las fuerzas armadas formadas principalmente por españoles europeos y
americanos, y empleadas para la defensa de la monarquía española frente a la
revolución independentista hispanoamericana; y por lo tanto los "representantes" de
aquellas regiones elegidos en Lima en forma poco "democrática" no tenían mayor
"legitimidad", motivo por el cual marcó desde sus inicios la corta duración de la
Asamblea Constituyente.

Seis meses después se produjo el golpe de Estado el 28 de febrero de 1823 por


intermedio de Santa Cruz y Riva-Agüero, quienes con un grupo de militares
ambiciosos diciendo que querían salvar al Perú se amotinaron en Balconcillo, Lima,
tomaron presos a los miembros de la Junta Gubernativa y obligaron al Congreso
Constituyente a elegir como primer presidente del Perú a José Mariano de la Riva-
Agüero´, quien en Febrero, 1823 por el Golpe de Balconcillo es nombrado Presidente
por un periodo de 4 meses.

En junio de 1823 los Realistas ocupan Lima. El Congreso se dividió en tres facciones,
una de ellas se quedó en la capital y se adhiere al bando Realista; otro grupo se refugió
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en los castillos del Callao y declara fuera de la ley a Riva-Agüero, quien se retira a
Trujillo con otro grupo de congresistas y desconoce a la facción que se quedó en el
Callao; estos últimos nombran Jefe Supremo primero a Sucre y luego a Torre Tagle.

En septiembre de 1823 Bolívar es declarado Supremo Dictador, por un periodo de 3


años, 7 meses; tuvo que hacer frente a Riva-Agüero, que entró en negociaciones con
los Realistas, y al propio ejército del Rey.

Entre febrero y marzo de 1824, Lima nuevamente es ocupada por los Realistas.
Después Torre Tagle y un significativo número de ex republicanos vuelven sobre sus
pasos y se declaran abiertamente a favor de la causa Realista. Luego de la
desocupación de Lima, Bolívar inicia un violento proceso de represión en contra de
los residuos de la aristocracia limeña y de la oposición civil a la Independencia.

Todos estos acontecimientos no son sino las consecuencias políticas inmediatas del
precario mandato social sobre los que se fundaron el Estado, la gobernabilidad, la
nueva "soberanía" republicana y el sistema político en los inicios de la República.

Seguidamente se produjeron dos fenómenos paralelos: la constitución del estado


republicano como nuevo centro simbólico del poder político poscolonial y los
perceptibles cambios dentro del escenario social y de los actores colectivos, estos
fenómenos se desencadenaron a propósito del desmembramiento de una estructura
política, social y administrativa cuya funcionalidad perduró cerca de tres siglos: el
sistema de dominio colonial español.

 En relación con el primer punto son cuatro las entidades que destacan
como nuevos espacios de gobernabilidad.

1. El Protectorado (julio 1821-julio 1822),


2. El primer Congreso Constituyente (septiembre 1822-febrero 1823),
3. El gobierno de Riva-Agüero (febrero-junio 1823) y
4. La dictadura de Bolívar (septiembre 1823-julio 1827).

 Lo segundo tiene una realidad de origen más remoto, se trata del desorden
político a raíz de la crisis de gobernabilidad con motivo de la invasión
napoleónica a España y los sorprendentes efectos sobre un vasto conjunto
de unidades territoriales: los "pueblos" de Hispanoamérica.

Un elemento común a los proyectos de gobernabilidad del Protectorado, de Riva-


Agüero y de la dictadura bolivariana es que todos ellos se sostuvieron sobre la
presencia de ejércitos revolucionarios; su legitimidad residía en el hecho de que
debían liquidar a las fuerzas Realistas. De ahí que cuando la gobernabilidad recae en
el primer Congreso Constituyente, éste fue disuelto por las tropas comandadas por
Santa Cruz que impusieron en la presidencia del Congreso a Riva-Agüero,

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precisamente porque la naturaleza deliberativa de la Asamblea impedía toda acción
ejecutiva y rápida para la conducción de la guerra.

- No está de más recordar que fue durante el mandato de la Junta Gubernativa,


entidad creada por el Congreso Constituyente, que el Ejército Unido de los
Andes sufrió las derrotas de Tarata y Moquegua. Se cuestionaron el ¿cómo
legitimar a una entidad política que no era el resultado de un mandato social
y que por el contrario se sostenía sobre bases tan precarias como eran los
residuos de una fuerza militar públicamente censurada? o ¿cómo articular esta
forma de gobierno "republicano" con una sociedad en donde la aptitud civil
estaba restringida por limitaciones propias del antiguo régimen?, esto debido
a que se aumentó de 21 a 25 años la edad mínima de los votantes, limitando
ese derecho a los alfabetos y exigiendo un cierto nivel de ingresos para poder
ser elegido parlamentario, con todo ello quedaban marginados los sectores
populares, es decir la gran mayoría de la población era una República sin
ciudadanos, modernidad sin revolución.

Con la salida del ejército Realista de Lima y la cancelación del proyecto de


gobernabilidad de tipo aristocrático constitucional diseñado durante el Protectorado,
lo que se observa es el ingreso a la lucha ideológica de un conjunto de fuerzas políticas
recientemente constituidas, el grupo republicano plebeyo (Sánchez Carrión, F. J.
Mariátegui, Luna Pizarro, etc.), el republicanismo conservador y nacionalista de
Riva-Agüero y el proyecto confederativo de Bolívar.

Aunque todos ellos tenían el común propósito de afianzar la Independencia y


establecer un gobierno autónomo, uno de los desafíos a los que tuvieron que atender,
fue el de administrar la anarquía y el fantasma de la revolución social que emergía
como un sordo rumor desde los sectores populares tanto urbanos como rurales.

Existieron otras historias paralelas a la construcción del Estado Republicano y sus


proyectos de gobernabilidad: la silenciosa "revolución territorial" de los pueblos y la
lenta pero efectiva erosión de un conjunto de símbolos y lealtades por parte de los
grupos subordinados, rurales y urbanos, contra toda forma de control administrativo
y sujeción política, configurándose como el otro aspecto de la Independencia.

Fue fundamental la participación de los pueblos para elegir a sus representantes, es


decir, el control directo del territorio, los recursos y la administración de justicia a
escala local, con el agregado de que todo este proceso se desencadenó en el contexto
de las guerras de la Independencia; por lo que estarían al frente de un inédito proceso
de transferencia de poderes desde el Estado hacia las comunidades locales.

Dicho de otra manera, luego de la Independencia y del formal establecimiento del


Estado republicano, lo que tenemos en el escenario social rural es, sobre todo, un
complejo sistema político en el que los intereses comunales y el espíritu "localista"
no sólo cuenta con un efectivo brazo armado, sino que aún existe una cultura política
con fuertes contenidos de autonomía y de resistencia a todo intento de sometimiento

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por parte de una entidad, que reclama una soberanía fundada más en la retórica que
en efectivos mecanismos de obediencia política y administrativa.

Aquí estamos frente a un problema que afecta directamente a uno de los fundamentos
de la gobernabilidad, como es la obediencia política y la legitimidad
contemplativa. Efectivamente, se trata de explorar el paradójico modelo de transición
política que experimentó el conjunto de la monarquía española y el modo concreto en
que fue experimentado en los espacios coloniales de Hispanoamérica.

Efectivamente, una sumaria revisión en la conducta política de las élites peruanas


durante este periodo podría proporcionar pistas útiles para conocer no sólo los
proyectos de gobernabilidad que entonces se formularon, sino también, y esto es lo
más importante, el pensamiento político implícito en los mismos y el modo en que
éstos fueron sedimentándose entre los distintos grupos sociales y actores colectivos
de la época.

Además, ayudaría a comprender también la naturaleza social del proyecto de


gobernabilidad republicano que finalmente se impuso y los antecedentes ideológicos
que le fueron inherentes.

Lo que interesa aquí es explicar esta conducta. En primer lugar, quienes redactaban
los principales artículos de contenido político eran en su gran mayoría intelectuales
provenientes de profesiones liberales (abogados, médicos y publicistas). Es decir, no
existían miembros efectivos de la clase propietaria, salvo Manuel Salazar y Baquíjano
y José Baquíjano y Carrillo, de modo que estamos frente a intelectuales orgánicos al
sistema que planteaban modelos para una reforma política más que de su liquidación,
que es en todo caso lo que se pretendía.

Hipólito Unanue, Fernando López Aldana, Diego Cisneros, José Joaquín de Larriva
y Félix Devoti en ningún momento fueron más allá de exigir el fiel cumplimiento de
la Constitución de Cádiz; y no lo hacían porque su pensamiento político y su propia
identidad estaban íntimamente ligados al resultado del funcionamiento del sistema de
dominio colonial español aún intacto; y no apostaron por la Independencia, sino
buscaban su adhesión a un sistema constitucional que se les presentaba como una
oportunidad propicia para acceder a los más altos cargos políticos y en abierta disputa
con el mayoritario sector de la clase dominante de la época que se identificaba con
los intereses del Estado colonial español.

Desde 1820, con el arribo de la Expedición Libertadora, hasta 1824, con la batalla de
Ayacucho, el virreinato peruano asistió a una guerra civil en la que un gran porcentaje
de su población se alineó bajo las banderas del Rey. Durante estos decisivos años, las
percepciones políticas de los diferentes grupos sociales que componían la sociedad
peruana estuvieron fuertemente sujetas a violentas alteraciones ideológicas.

Personajes éstos que ejercieron el poder real durante las primeras décadas de la
República por intermedio de una compleja red de alianzas y negociaciones. Y es sobre
este escenario social que debe estudiarse los proyectos de gobernabilidad del
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temprano s. xix. Una sociedad profundamente militarizada, con una cultura política
fuertemente disgregada por efecto de las permanentes guerras civiles y el desorden
institucional que siguió a la Independencia.

Más aún, lo que llama la atención ya no es este panorama aparentemente desolador y


fragmentado, sino que este proceso no haya conducido a un efectivo cercenamiento
del territorio. Por ejemplo, durante la Confederación Perú-Boliviana o con motivo de
los grandes levantamientos populares de dimensión nacional acaecidos los años 1834,
1854-55, 1865 y 1894-95.

De esta forma, el contenido teórico de la gobernabilidad tiene que incorporar el


análisis y el papel de una figura clave de la temprana República y común para toda
Hispanoamérica: el caudillo. Quienes probablemente fueron los principales actores
de un complejo sistema político, en efecto, consolidada la Independencia y posterior
al cese de la influencia bolivariana, lo que se observa es el inicio de una práctica luego
convertida en tradición en la historia política de la República: los golpes de Estado
encabezados por los caudillos.

No deja de ser curioso y cruel el contenido empírico con que se gestó la


gobernabilidad luego de la Independencia: la "venganza" de los pueblos que desde
entonces impusieron las pautas al proceso político republicano. A la inicial confusión
ideológica que antecedió a los orígenes del Estado republicano, pronto le sobrevino
una profunda dispersión ideológica entre los pueblos y las regiones, que entonces
podían actuar libremente imponiendo a su participación política dimensiones
reivindicativas que desafiaban todo intento por consumar el idealismo republicano, la
soberanía territorial y la obediencia política que reclamaban los textos
constitucionales.

El Perú un país que ingresaba al concierto de Estados libres e independientes, que


cargaba las pesadillas coloniales y anunciaba las promesas y utopías republicanas.
Basadre resume estos iniciales años de la República con el siguiente enunciado
sintético: "Caudillaje versus Constituciones".
Basadre, J. (2002). La Iniciación de la república: contribución al estudio de la
evolución política y social del Perú: Lima: UNMSM, Fondo Editorial.

2. EXPORTACIÓN DEL GUANO EN LA HISTORIA


REPUBLICANA DEL PERÚ
En este contexto de la iniciación de la República el Perú después de varios años de
guerra incluso posteriores a la Independencia del 28 de julio de 1821, tuvo un efecto
dramático en la economía nacional: haciendas y pueblos, inclusive ciudades, habían
sido destruidas o saqueadas, recursos locales o regionales habían sido usados para la
provisión, tanto de los ejércitos realistas como de los patriotas.

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Así, Bolívar trató, sobre todo en el norte del Perú, de usar recursos, inclusive el oro y
la plata de los ornamentos sacramentales de las iglesias, para abastecer y pagar los
gastos del Ejército Libertador. En consecuencia, podría esperarse una crisis
económica de largo alcance; sin embargo, esta no fue tal. Si bien el efecto de la guerra
se sintió agudamente en sectores económicos como el agrícola o ganadero, la minería
se recuperó rápidamente y en los años 1830 estaba creciendo de nuevo o, tal vez
habría más bien que decir, estaba recuperando sus niveles de producción coloniales.

En 1827, por ejemplo, el ministro de Hacienda del nuevo Gobierno peruano


independiente, José Morales y Ugalde, declaraba ante el Congreso que “la principal
riqueza de nuestra nación son los metales que contienen sus montañas”

La Era del Guano, también llamada La Republica del Guano, fue una época de la
historia republicana del Perú entre la década de 1840 y la de 1870 durante la cual la
exportación del guano de las islas de la costa transformaron la economía y la política
nacional, así como la evolución de la economía peruana en especial los sectores del
guano, el salitre, la minería metálica y no metálica, y el petróleo, sectores clave para
entender la naturaleza y el funcionamiento de la sociedad y economía nacionales.

Desde la década de 1840 y, en particular, debido al auge guanero, se constituyó una


dinámica de exportación que dependía enormemente del mercado internacional, que
para entonces era sobre todo el mercado europeo —Inglaterra, Francia, Alemania, etc.
y que luego sería, principalmente, el mercado de los Estados Unidos de Norteamérica.
En cierto sentido, el sector exportador definiría la economía peruana, porque generaba
ingresos más dinámicos que el sector nacional; no obstante, en áreas especiales como
la minería y, en particular, antes de 1890, existía una peculiar combinación de
elementos de mercado interno y demanda externa que será también discutida. Así
pues, en las primeras décadas del Perú independiente el sector más dinámico e
importante de la economía nacional era la minería de plata.

El boom del guano y el auge de la economía exportadora, 1840-1880, permitió que la


economía peruana combinara elementos de economías exportadoras, así como un
relativo desarrollo de industrias locales y mercados internos regionales, desde
entonces hubo un gran auge de un sector económico que exportaba masivamente
hacia el mercado internacional uno o dos productos (especialmente, guano y salitre),
lo que iba a crear una conexión muy fuerte entre el Perú y la dinámica de los capitales
y el comercio internacional.
Se han elaborado varios cálculos para establecer las dimensiones de la producción y
exportación guanera desde 1840 hasta su apogeo y crisis en la década de 1870.
a) Si en 1840, José María Rodríguez calculaba las exportaciones de guano en
6.125 toneladas; para 1863, estas habrían llegado a 419.789 toneladas
efectivas y a un pico de 698.176 toneladas efectivas en 1870.27 El monto
alcanzado en 1870 centuplicó al de 1840, es decir, la producción y exportación
guanera creció en tres décadas en más de 1.000%.
b) En los primeros contratos que estableció el Estado peruano con casas
comerciales para su exportación, es decir, entre 1840 y 1842, los precios del

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guano fluctuaron entre 16 y 28 libras esterlinas por tonelada en el mercado de
Londres, en otras palabras, entre 80 y 140 pesos.
c) Estos precios eran relativamente altos, pues la exportación guanera era una
actividad económica que recién surgía y los montos de su exportación eran
aún relativamente pequeños. Para años posteriores, Shane Hunt —un
economista estadounidense que ha estudiado tanto el ciclo exportador peruano
en el siglo XIX, como el impacto del guano sobre el crecimiento de la
economía peruana en ese mismo siglo— establece precios entre 70 pesos (o
soles) por tonelada o aun menores, 41,4 o 42 soles por tonelada,
especialmente, para la época del Contrato Dreyfus.
d) Si estimamos el valor de la producción y exportación guanera multiplicando
el monto exportado por sus precios, obtendríamos que esta llegó a unos 32
millones de pesos anuales. Frente a la minería de plata, que en su punto más
álgido alcanzó unos 6 millones de pesos anuales, el guano representó entre 5
y 6 veces más que aquella; aunque este cálculo es ficticio, pues el guano
también tuvo fluctuaciones y auges, uno de los más altos precisamente en
1870. Es decir, en algunos momentos, el guano representó 7 u 8 veces las
dimensiones de la producción minera en el ciclo 1820-1840.
e) Con el auge del guano, se alcanzó otro nivel del desarrollo en la economía
exportadora y capitalista en el Perú: se inició “la danza de los millones”.

f) Las estimaciones sobre el monto total en valor de las exportaciones de guano


fluctúan entre 600 millones de dólares y 814 millones de soles.
g) Hasta 1873, el sol peruano era una moneda fuerte del mismo valor que el
dólar norteamericano: ambos se intercambiaban a 5 soles o dólares por cada
libra esterlina inglesa.
h) Al comienzo, el guano contribuyó a sanear el mercado monetario peruano,
así como a crear una sólida economía de exportación y una balanza comercial
favorable para el Perú en sus intercambios con el mercado internacional,
aunque también estimuló el negocio de las importaciones.
i) Cualquier disminución en las exportaciones guaneras podía generar una crisis
y, obviamente, su agotamiento predecía lo que sería una catástrofe económica.
El primer contrato guanero fue celebrado el 10 de noviembre de 1840 entre el
Gobierno peruano, que era el propietario de los recursos, y el empresario nacional
Francisco Quirós, en asociación con Carlos Barroilhet, Aquiles Allier —descrito
como “un agiotista franco-peruano”—, la casa comercial francesa Duetz y la casa
comercial inglesa de Liverpool, William Meyers. Dado que, desde la época de la
independencia, el Estado peruano no contaba con muchos ingresos (fuera de la
contribución de indígenas), los contratistas le pagaron inicialmente 40.000 pesos, con
el compromiso de abonar otros 10.000 al final del primer año y 10.000 más al final
del segundo.

A este primer contrato, le siguieron uno en diciembre de 1841 y otro en 1842, en


donde ya aparecía la casa inglesa Gibbs Crawley & Co., la cual tendría prácticamente
un monopolio de la explotación, comercio y exportación del guano hasta 1861. Aparte
de la casa Gibbs, otras casas comerciales implicadas en el negocio guanero, después

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de las ya mencionadas en el primer contrato, fueron Puymerol Poumarroux & Co.
(francesa), Montané (también francesa), la del empresario peruano Pedro Candamo,
Pedro Blanco & Co., José Canevaro, Zaracóndegui, entre otras.

El boom del guano generó gran cantidad de capitales y ganancias que fueron
distribuidas entre el Gobierno peruano y, hasta 1861, casas comerciales mayormente
extranjeras, con predominancia de la casa Gibbs, que mantuvo un control casi
monopólico del comercio del guano en el mercado británico.

En 1862, el Gobierno de Ramón Castilla concedió la consignación del guano a un


grupo de empresarios, mayormente peruanos, agrupados en la Compañía de
Consignatarios Nacionales; debido a este cambio, una corriente de la historiografía
nacional percibe este momento como el origen de la así llamada “oligarquía peruana”.

Hasta 1861-1862, la modalidad del negocio guanero consistía en establecer contratos


con el Estado peruano para la extracción y comercialización del guano.

Muchas veces se adelantaba dinero al Estado en préstamos con una tasa de interés, en
promedio, al 6%, mientras las casas comerciales se encargaban de la comercialización
y distribución del recurso, tras lo cual se repartían las utilidades. En este caso, el
comerciante privado era el favorecido, pues mantenía el control del proceso y era
quien recibía el dinero de los compradores. La magnitud de las operaciones guaneras
significó un nuevo nivel en el desarrollo de las operaciones financieras y de crédito.

El propio Estado usó los recursos del guano para pagar la deuda interna y externa,
generada en la época de la Independencia. Asimismo, la renta recibida sirvió para
pagar una lucrativa indemnización a los propietarios de esclavos para abolir la
esclavitud, para organizar y desarrollar ampliamente un presupuesto del Estado
central, que ahora era un agente de acción económica y política mucho más
consolidado, y, en general, para desarrollar una burocracia, un aparato militar y
educativo nunca antes visto en la historia del Perú.

Las décadas de 1850 y 1860, que correspondieron al boom guanero, fueron años de
modernización económica, política y cultural en el país.
 En cierto sentido, representan la refundación de la República Peruana.

Una de estas transacciones ocurrió en 1853, cuando el ministro de Hacienda peruano,


Manuel de Mendiburu, firmó un contrato con la casa comercial C. de Murrieta y C. J.
Hambro para obtener un préstamo con el que saldar la deuda inglesa de unos años
atrás (1849, para ser precisos).
El Comité de Tenedores de Bonos de la Deuda Peruano-Inglesa observaba con cierta
ansiedad estas negociaciones que se iban a desarrollar en beneficio de los deudores
en unos pocos años más.

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Poco después, Mendiburu firmó otros dos contratos: uno con la casa J. J. Urribarren
de Londres por 9 millones de pesos, y otro con la casa consignataria francesa
Montané, por 4 millones de pesos; el último de ellos, para cambiar bonos de la deuda
interna por nuevos títulos de la deuda externa. Según el historiador Heraclio Bonilla,
operaciones como estas sirvieron para transferir más de 23 millones de pesos a
diversos acreedores, fueran peruanos o extranjeros. Existía, pues, una masa enorme
de capital-dinero, en buena parte en manos privadas, para invertir productivamente
en diversos ramos de la economía peruana o para especular financieramente con ella.

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Por unos siete años, entre 1862 y 1869, la explotación del guano y su venta, sobre
todo en el mercado inglés, estuvo en manos de la Compañía de Consignatarios del
Guano. En varios sentidos, esta fue la oportunidad perdida que tuvo el país —o “los
hijos del país”, como se les llamaba entonces— para crear las condiciones necesarias
para un desarrollo económico autónomo.

 Por siete años, una “burguesía” nacional controló el recurso más


importante del país y la riqueza generada por las exportaciones guaneras
fue destinada a las arcas estatales o a las fuentes de acumulación de un
empresariado nacional; sin embargo, la oportunidad se perdió.

El 5 de julio de 1869, los comisionados peruanos Toribio Sanz y Juan M. Echenique,


a instancias del ministro de Hacienda de la época, Nicolás de Piérola, firmaron un
contrato exclusivo de compra y venta por dos millones de toneladas de guano con el
financista francés Auguste Dreyffus o Augusto Dreyfus.

De esta manera, el control de las riquezas del guano pasó de un consorcio de


capitalistas peruanos o “burguesía comercial-terrateniente” a un financista francés.

Este abrupto cambio, llevado a cabo por los gobiernos de Castilla a Balta, creó un
cisma en la política peruana desde entonces (fines de los años 1860) hasta comienzos
del siglo XX. Algunos de los miembros de la Compañía de Consignatarios del Guano
pertenecían a los grupos políticos dirigentes de entonces y, en especial, a la Sociedad
Independencia Electoral, que luego se convertiría en el Partido Civil o Civilista,
dirigido por Manuel Pardo.

Por su parte, Nicolás de Piérola fundó todo un movimiento político, el pierolismo,


que para inicios del siglo XX sería el Partido Demócrata en el Perú. Así, fruto de las
disputas por el guano, la actividad política peruana se escindiría entre civilismo y
pierolismo por unas cuatro décadas de la historia republicana.

3. GUERRA CON ESPAÑA – ERA DEL GUANO


La guerra fue un conflicto bélico naval que enfrentó a España contra la alianza de
Chile, Perú, Bolivia y Ecuador desde 1865 a 1866. Los dos países más pequeños, a
falta de medios, no participaron militarmente, pero dieron apoyo político a los
primeros y le negaron el abastecimiento a la flota peninsular.

El detonador fue una reyerta entre civiles peruanos y vascongados que no fue resuelta
satisfactoriamente y escaló a nivel internacional.

Cuando el gobierno peruano de Pezet se negó a aceptar las condiciones españolas


para la solución del impasse, las islas Chincha, fuente principal de las recaudaciones
fiscales, fueron ocupadas el 14 de abril de 1864 por los marinos españoles. El Perú,
sin poder naval suficiente para desalojarlos, debió aceptar en el Tratado Vivanco-

15
Pareja las condiciones exigidas por la antigua potencia colonial, lo que causó su
derrocamiento y reemplazo por la dictadura de Mariano I. Prado.

Chile intervino en el conflicto negándose a abastecer a los buques españoles primero


y declarando la guerra a España el 25 de septiembre de 1865 tras un ultimátum
español, Perú lo hizo el 14 de enero de 1866 y le seguirían en ese mismo año Ecuador
y Bolivia.
Las operaciones militares de esta guerra se concentraron en las costas de Chile y Perú,
entre finales de 1865 y mediados de 1866, siendo sus principales acciones los
combates navales de Papudo y Abtao, el bombardeo de Valparaiso y el combate del
Callao.
Las hostilidades terminaron a mediados de 1866, si bien no se firmaría un armistico
hasta 1871. Los tratados de paz se firmaron de forma bilateral entre cada país
sudamericano y España en los años 1879 (Perú y Bolivia), 1883 (Chile) y 1885
(Ecuador).

ANTECEDENTES Y CAUSAS DE LA GUERRA

El historiador y diplomático peruano Fabián Novak señala dos tipos de causas de la


guerra, las llama las ocultas y las visibles.

En el primer grupo Novak destaca:

1. La intención de algunos españoles de restaurar su influencia América,


2. El deseo de desviar las recaudaciones provenientes del guano peruano a
España
3. Obligar el pago de la deuda peruana
4. Las presiones e intereses de la política interna de la Metrópoli peninsular

Entre las causas visibles señala:

1. La falta de experiencia y habilidad de los diplomáticos de los tres


países involucrados
2. El exacerbado concepto del honor y dignidad, nacional y personal, que
se asociaba a los títulos y nombres
La "forma imperiosa" con que las potencias trataban a las nuevas
repúblicas americanas
3. Las heridas aún abiertas que habían dejado las guerras de la
independencia
4. La inexistencia de relaciones diplomáticas formales entre Perú y
España

EL INCIDENTE DE LA HACIENDA DE TALAMBO

El 4 de agosto de 1863 el colono español Marcial Miller y el hacendado Salcedo se


vieron envueltos en un pleito. El hacendado, considerándose ofendido, ordenó luego
al mayordomo de la hacienda apresar a Miller, quien tras el incidente se encontraba
16
con otros colonos deliberando sobre su situación. El mayordomo, acompañado de un
grupo de peones armados, solicitó que Miller se entregara. Los colonos lo impidieron,
se desenfundaron las armas y en el tiroteo que se cruzó resultaron muertos un vasco
y un peruano y varios heridos de ambos grupos. Los jueces peruanos absolvieron a
Salcedo.
A ello, agrega Novak, se suma un agravio peruano al no contestar un saludo español
de 21 cañonazos a la fragata Amazonas y al rechazo peruano a la designación de José
Merino Ballesteros como nuevo cónsul español en Perú a causa de sus declaraciones
contra el gobierno.

Tras su regreso de California, la escuadra española permanece brevemente en el


Callao donde Pinzón se enteró de lo ocurrido en Talambo; los mandos de la flota
protestaron por la muerte de su compatriota ante el gobierno peruano y zarparon a
Valparaíso.
La información llegada a Madrid entre septiembre y octubre era confusa, hablándose
al principio de «asesinatos». Incluso se llegó a publicar un folleto titulado Horrorosos
detalles de los asesinatos de españoles en el Perú, recibidos por el último correo. A
finales de octubre de 1863 las noticias ya eran correctas e, incluso, el propio
vicecónsul español en Lima envió una carta a la prensa en la que explicaba lo
sucedido.
Con el fin de resolver las disputas, fue enviado Eusebio Salazar y Mazarredo a Lima
con el cargo de "Comisario especial y extraordinario de la reina" y este solicitó, el 30
de marzo de 1864, una reunión con la autoridad competente del gobierno. El canciller
Juan Antonio Ribeyro le indicó que sería recibido como agente confidencial, pues
consideraba que el cargo de «comisario» no era «conforme con las reglas y usos
diplomáticos». El título era el que habían tenido los inspectores enviados por la
Corona en la época virreinal, "motivo más que suficiente para que el gobierno peruano
no aceptase ni siquiera recibirlo". Tras estos hechos el comisario partió al encuentro
del almirante Pinzón.

LAS ISLAS DE CHINCHA

Tan solo en Chincha Norte existían alrededor de 4 millones de toneladas de guano


con acumulaciones de hasta 30 metros de altura. El guano de las islas de Chincha es
el más rico pues alcanza, con frecuencia, contenidos de 15% y hasta 16% de
nitrógeno. Esto se debe a que las condicione meteorológicas favorecen el rápido
desecamiento del guano y así no pierde el nitrógeno. Hasta el siglo XIX, en ningún
momento se pensó que el guano podía exportarse hasta que Alexander von Humboldt
envió muestras del estiércol a los laboratorios alemanes (1802). También llegaron
muestras a Estados Unidos (1824) y Francia (1832). Luego, en 1840, Justus von
Liebig, padre de la química agrícola, reconoció el alto valor del guano como
fertilizante al comprobar su gran contenido en nitratos y fosfatos; otro químico, el
francés Alejandro Cochet, encontró que el guano contenía amoniaco, ácido úrico y
subcarbonato de sodio. El británico Thomas Way, consultor de la Real Sociedad de
Agricultura de Londres, lo recomendó como abono y calculó su precio en 32 libras
por tonelada.

17
TOMA DE LAS ISLAS DE CHINCHA

Cuando Salazar se reunió con Pinzón le expresó que Perú no resolvería justamente el
caso de los asesinatos de Talambo y que además, el país se estaba armando. Aunque
las órdenes principales dadas en Madrid indicaban: «fije V.S. [Salazar] altamente su
intención en que la misión que el Gobierno de S.M. le confía es de paz: que el
Gobierno quiere paz y buena inteligencia», Salazar entregó a Pinzón las instrucciones
secundarias en las que el deseo de paz estaba condicionado por la resolución justa del
caso de Talambo y en las que se afirmaba que quedaba justificado el uso de la fuerza
en el caso extremo de atentado contra la seguridad de los barcos, su personal o el
honor nacional. Aunque Pinzón solicitó el resto de las órdenes, Salazar le indicó que
no eran importantes. Así, el 14 de abril de 1864 la escuadra ocupó la isla Chincha.
Los españoles colocaron al gobernador peruano de las islas bajo arresto a bordo de
la Resolución, capturaron la barca Iquique, ocuparon las islas con 400 infantes de
marina e izaron la bandera española. Según M. Barros, Salazar lisa y llanamente
falsificó supuestas órdenes de la reina.

En un escrito entregado a través del representante francés, Pinzón dio como


«considerandos» que España no había reconocido la independencia de Perú, que la
tregua había sido solo de facto, que el bombardeo de puertos peruanos podría causar
daños a sus aliados y que la islas Chincha podían ser reivindicadas por España por un
derecho que, por ejemplo, Gran Bretaña ya había aceptado en otros casos. Estas islas
entregaban parte importante en los ingresos del guano, que sumaban el 80% de las
recaudaciones fiscales entre 1860 y 1875.

GUERRA CIVIL PERUANA

El tratado, firmado a espaldas del Congreso del Perú, causó conmoción en el país.
El Mariscal Ramón Castilla, presidente del Senado, protesto de manera airada y
directa en una aspera discusión con Pezet, que se había presentado en la Cámara
para explicar la situación. En el Callao falleció el 5 de febrero un marinero a

18
consecuencia de ataques sufridos por españoles desembarcados en manos de los
habitantes del puerto que protestaban contra el tratado.

El 28 de febrero de 1865, en Arequipa, se sublevó el coronel Mariano Ignacio Prado,


quien llegó a las puertas de Lima. En 5 de noviembre de 1865 las fuerzas leales al
Gobierno fueron derrotadas cerca de la capital. Pezet y su familia buscaron refugio
en el buque británico Shear Water y se embarcaron poco después hacia Reino
Unido. Las puertas del Palacio de Gobierno se abrieron y una multitud enfervorizada
entró, principalmente para saquearlo.

Mariano Ignacio Prado entró triunfante en Lima y, aunque el vicepresidente Diez


Canseco había asumido el gobierno, por presión de las asambleas populares y por
decisión del Ejército, el coronel Prado pasó a ocupar de facto la presidencia el 28 de
noviembre.

COMBATE DEL CALLAO

Entretanto, la escuadra de Méndez Núñez no había recibido en nueve meses


abastecimiento desde la península de pólvora, carbón, víveres ni munición y desde
hace años sus marinos no habían pisado tierra firme. Su escuadra llegó a la isla San
LORENZO, frente al Callao, el 26 de abril de 1866.

Al día siguiente, Méndez Núñez anunció al cuerpo diplomático acreditado en Lima


que daría un plazo de cuatro días para la evacuación de la ciudad antes del
bombardeo. Este lapso de tiempo fue aprovechado por las autoridades peruanas para
ultimar la organización de las defensas de la ciudad y de los cuerpos auxiliares,
como las brigadas de bomberos formadas por extranjeros residentes en el Callao.

La artillería naval española contaba con 272 cañones en 7 naves. La defensa costera
poseía 56 cañones y 13 en 5 buques de guerra. En caso de un desembarco se disponía
de dos batallones de infantería y caballería que debían repelerlos. El combate
comenzó al las 11:30 de la mañana y continuó, con variada intensidad, hasta las
17:30 horas.
El resultado del combate ha sido materia de controversia. Según el almirante
Méndez Núñez y los protagonistas españoles, la casi totalidad de las baterías del
puerto fueron silenciadas al punto de que al momento de retirarse, solo tres cañones
del Fuerte Santa Rosa continuaban disparando, versión respaldada por el capitán de
la corbeta francesa Venus, presente durante el combate. También sustentan su
victoria en el hecho de no haber sido hundida una sola de sus naves y que, si bien
dos de ellas (la Berenguela y la Villa de Madrid) sufrieron daños de consideración
y fueron puestas temporalmente fuera de combate, esto no les impidió realizar el
viaje de regreso a España.

Fuentes peruanas por su parte, afirman que las baterías mantuvieron el fuego durante
todo el combate y, a excepción de la ubicada en la Torre La Merced (que explotó),
no sufrieron daños que les impidieran continuar disparando; por otra parte en lo que
se refiere a la población y el puerto los daños materiales fueron escasos de igual
19
manera en los buques defensores; respalda esta versión el testimonio del comodoro
estadounidense John Rodgers, que presenció el combate desde la cubierta
del Powhatan.

La escuadra española tuvo 43 muertos, 83 heridos y 68 contusos. Del lado peruano


no se sabe con exactitud el número de muertos y heridos, por lo que las cifras varían
según las fuentes desde las 200 hasta las 2.000 bajas.

CONSECUENCIAS DE LA GUERRA

La guerra contra España es considerada por el Perú como la consolidación de su


independencia. En este país la contienda tuvo serias consecuencias económicas. Los
gastos para la compra de armamento y barcos de guerra fueron muy elevados, lo que
unido a la ocupación de las islas Chincha (productoras de guano, la principal fuente
de ingresos del país) llevaron a la solicitud por parte del gobierno de diversos
préstamos. Esta situación se alargó en el tiempo, ya que la deuda en 1872 era diez
veces mayor que en 1868.

4. EL CONTRATO DE DREYFUS

El Contrato Dreyfus fue un acuerdo comercial firmado en París el 5 de julio de 1869


entre los representantes del Estado peruano y la Casa Dreyfus & Hnos., empresa cuyo
titular era Auguste Dreyfus. Posteriormente se hicieron algunas mejoras y
ampliaciones. Por medio de este contrato, la Casa Dreyfus & Hnos. se comprometía
a adquirir del Estado peruano dos millones de toneladas de guano de islas, valorados
en 73 millones de soles, que debía abonar a razón de 700.000 soles mensuales; al
mismo tiempo se comprometía a dar al Estado un adelanto de dos millones de soles,
comprometiéndose, además, a cubrir el servicio de la deuda externa peruana, que
ascendía a cinco millones de soles anuales.
Fue aprobado por el Gobierno el 17 de agosto de 1869, en medio de una gran polémica
que dividió a la opinión pública.
Por entonces gobernaba en el Perú el coronel José Balta y era ministro de Hacienda
Nicolás de Piérola Villena, que fue el artífice del contrato.

 Los consignatarios o empresarios nacionales del guano acusaron al Gobierno de


“despojo” e intentaron suplantar por la vía judicial a la Casa Dreyfus.
La Corte Suprema dio la razón a los consignatarios, pero el Congreso de la
República zanjó finalmente la controversia, aprobando y poniendo en ejecución
el contrato el 11 de noviembre de 1870. Sin embargo, Dreyfus no llegó a cumplir
a cabalidad todas las cláusulas del contrato y fue acusado de hacer
manipulaciones en desmedro del Estado peruano.
El contrato, tras tener sucesivas modificaciones, fue rescindido finalmente en
1876.
Las principales estipulaciones del Contrato Dreyfus eran las siguientes:

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1. La Casa “Dreyfus Hnos.” se comprometía a adquirir el guano al término de los
contratos con los consignatarios, en un volumen de dos millones de toneladas.

2. Mientras tanto, Dreyfus adelantaría al Gobierno la suma de 2 millones de soles en


dos mensualidades (esta suma fue, luego, elevada a 2.4 millones).

3. En los meses sucesivos, Dreyfus se comprometía a entregar 700 mil soles cada
mes hasta marzo de 1871.

4. Dreyfus se encargaría de cubrir los pagos de la deuda externa, que ascendía a 5


millones de soles al año.

5. Para todos los casos de pagos e inversiones se establecían los intereses y primas
del caso.

6. Dreyfus tendría el comercio del guano para los mercados de Mauricio, Europa y
sus colonias (a excepción de Cuba y Puerto Rico).

7. El precio de venta del guano a Dreyfus quedó señalado dándose un tipo único de
S/. 36.50 por tonelada, en vez de S/. 31.00 por tonelada pactada con los
consignatarios en mayo de 1869.

El contrato originó un gran debate en el Perú, sobre las ventajas o desventajas del
mismo. Como era de esperarse, los primeros en alzar su protesta fueron los
consignatarios nacionales (aunque entre ellos había también algunos extranjeros),
quienes iniciaron una querella judicial al Estado por “despojo”, reclamando a su favor
el derecho de “retracto”, esto es, el de sustituirse en igualdad de condiciones a Dreyfus
en el contrato, amparados en una resolución legislativa del año 1849 que mandaba dar
preferencia a los nacionales en los contratos de venta del guano.
La Corte Suprema falló a favor de los consignatarios y en contra del Poder Ejecutivo.

Sin embargo, el Gobierno de Balta estaba decidido a llevar adelante el contrato y fue
tajante al señalar que era el Congreso de la República, y no la Corte Suprema, quien
debía decidir si el Ejecutivo había procedido correctamente o no al aprobar el contrato.

Tras un debate vivísimo, donde se lució el ministro Piérola defendiendo su punto de


vista en el recinto parlamentario, el contrato fue finalmente aprobado por el Congreso
el 11 de noviembre de 1870.

Se ha discutido mucho las ventajas y desventajas de este Contrato.

Al respecto, dice el doctor César Antonio Ugarte:

“En nuestro concepto, el contrato Dreyfus representaba un gran progreso en el manejo


de las rentas del guano. Las dificultades sobrevivientes tuvieron origen, más que en el
contrato mismo, en los empréstitos levantados por mediación de la citada casa y en los

21
excesivos adelantos que de ella pidió el Gobierno, para los gastos interiores,
desvirtuando la idea que había inspirado el plan”.

INTENTOS DE BALTA Y PIÉROLA PARA SALIR DE LA CRISIS: EL


CONTRATO DREYFUS

Auguste Dreyfus, cabeza de la Casa Dreyfus & Hnos. Era un judío-francés que hacia
1852 se estableció en Lima para comerciar con telas, y gracias a su habilidad en los
negocios llegó a hacer una gran fortuna. Para 1869 era la cabeza de la Casa Dreyfus
& Hnos. con sede en París. Asociado con la Sociedad General de París (poderosa
entidad bancaria), formó una empresa que fue la que suscribió con el estado peruano
el Contrato que lleva de su nombre, que le dio la exclusividad del negocio del guano
peruano.
Balta, para salir de la crisis, nombró como ministro a Nicolás de Piérola, político
conservador–demócrata, de apenas 30 años de edad. Había estudiado instrucción
media, Teología y Derecho en el Seminario de Santo Toribio de Mogrovejo de Lima.
Se separó del Seminario en 1860 y se graduó en la Facultad de Derecho de Lima.
Piérola como ministro de Hacienda, pidió autorización al Congreso de la República
para negociar directamente (sin consignatarios) la venta del guano al extranjero, en un
volumen que bordeaba los dos millones de toneladas métricas. Los comisionados
Toribio Sanz y Juan Martín Echenique (hijo del expresidente José Rufino Echenique)
viajaron a Europa para dar a conocer las bases del contrato, a fin de que las empresas
interesadas lanzaran sus propuestas. Los comisionados aceptaron la propuesta de la
casa judío francesa “Dreyfus & Hnos.”

El contrato se firmó en París, el 5 de julio de 1869, entre los representantes del Estado
peruano y los de la Casa Dreyfus & Hnos. Este contrato se celebró no en forma
definitiva sino ad referéndum, es decir, con cargo a la aprobación del gobierno
peruano. Con algunas mejoras, éste lo aprobó el 17 de agosto de 1869. Posteriormente,
se harían otras ampliaciones.
CAMBIOS EN EL CONTRATO

Se hicieron cambios al contrato durante el gobierno de Manuel Pardo y Lavalle.


Octubre de 1872.
j) El primer cambio en el contrato vino en relación a las mensualidades de 700
mil soles que debía entregar Dreyfus. En esta entrega, Dreyfus hacía
descuentos por adelantos y comisiones de la gestión de empréstitos, y al final,
la entrega líquida era de 300 a 400 mil soles.

k) Se firmó con Dreyfus un nuevo convenio en el cual, este entregaba una


mensualidad por un año de 500 mil soles (6 millones al año) y luego una
mensualidad de 200 mil soles por el año siguiente (2.4 millones).Marzo de
1873.

22
l) Otro cambio del contrato fue en relación al millón de libras esterlinas,
equivalentes a 5 millones de soles, que Dreyfus tenía que aportar cada año
hasta amortizar los bonos del empréstito de 1865.

m) En enero de 1872, el gobierno de Balta hizo un contrato con Dreyfus para la


emisión de bonos por 36.8 millones de libras esterlinas, equivalentes a 184
millones de soles de plata, además de que Dreyfus debería de rescatar todos
los bonos de 1865 y cobrarse con lo obtenido de ese empréstito. Pero resultó
que, por la crisis económica mundial de ese año, solo se pudo colocar 4
millones de libras esterlinas en bonos.

n) En marzo de 1873, el Estado pactó con Dreyfus la suspensión de la entrega


del millón de libras esterlinas de la deuda externa, pues ya todos los bonos
habían sido rescatados por Dreyfus; la entrega de dos millones de libras
esterlinas ese año, para atender los trabajos públicos (ferrocarriles), la entrega
de un millón de libras esterlinas anuales, y postergar la colocación de bonos
que Dreyfus debía hacer del empréstito de 1872 hasta que los bonos peruanos
suban en su cotización. Abril de 1874.

o) A fines de 1873, Dreyfus tenía por exportar un millón de toneladas de guano


de las dos que había comprado. Podía, mientras no las vendiese, impedir que
el gobierno consignase o negociara el abono de los mercados europeos. Es que
el contrato no especificaba hasta cuando Dreyfus tenía tiempo para retirar sus
dos toneladas de guano, quedando indefinidamente en posición de monopolio.
Dreyfus tampoco había cumplido con entregar el millón de libras esterlinas
para el fondo de obras públicas, de acuerdo a la modificación de marzo de
1873. Además, Dreyfus pasaba por una terrible falta de liquidez que podía
llevarlo a la quiebra, agudizado por la caída de demanda del guano en el
mercado europeo.

p) El 15 de abril de 1874 se acordaron nuevas modificaciones al contrato:

q) El gobierno obtuvo el derecho de exportar guano desde el 1 de julio de 1875


y de venderlo en todos los mercados del mundo desde el 1 de noviembre de
1876, aun cuando Dreyfus no haya concluido de exportar el guano comprado.

r) Dreyfus entregaría 7 millones de soles por mensualidades para atender los


gastos públicos. Dreyfus pagaría los intereses y amortizaría la deuda externa
en los semestres de 1 de julio de 1874, 1 de enero y 1 de julio de 1875. Dreyfus
recibió el derecho de beneficiar el guano mediante el procedimiento del ácido
sulfúrico para aumentar su proporción de materias fertilizantes. Se redujo el
precio de venta de 13 libras esterlinas a 12 libras 10 chelines, pues el gobierno
pensaba que el alto precio había ocasionado la caída de la demanda. Al final,
llegó noviembre de 1876 y Dreyfus estaba muy lejos de haber vendido sus dos
millones de toneladas de guano y entró en vigencia un contrato de

23
consignación entre el Estado y la Peruvian Guano Company, el Contrato
Raphael.

5. HACIA LA GUERRA DEL PACÍFICO

La guerra del Pacifico o también llamado guerra del Guano y el Salitre se produjo en
el Desierto de Atacama, entre los años 1879 y 1883. En esta guerra participaron los
países de Perú, Bolivia y Chile.

Muchísimos años de paz aun no logran borrar definitivamente las cicatrices de esta
guerra. El Clarín de guerra sonó en los pueblos, ciudades y caseríos de tres Patrias-
Chile, Perú y Bolivia- llamando a sus hijos a reconocer cuartel. Miles de campesinos,
mineros y ciudadanos se transformaron en soldados para escribir con su sangre
derramada, gloriosas páginas de historia.

Fue una sangrienta lucha en que Por más de 4 años se puso a prueba la fuerza de los
pueblos y el valor, la nobleza e hidalguía de soldados y marinos- especialmente de
chilenos y peruanos, que se fundieron con el mismo ímpetu para lograr el triunfo.

Hombres de destacada participación por su valentía mostrada en los tiempos difíciles


fueron Francisco Bolognesi, Andrés Cáceres, Miguel Grau, Arturo Prat, Ignacio
Carrera Pinto, Pedro Lagos, Eleuterio Ramírez, el gran presidente Baquedano... y
muchos más. Estas personas fueron admiradas por su patriotismo y decisión, fueron
un homenaje a la paz y hermandad entre los pueblos, que buscan en la colaboración
y la armonía las armas del progreso y de un común bienestar. Tantos años nos separan
cada día más de estos gestos heroicos y los pueblos que heredaron sus glorias, que en
forma tan heroica devolvieron la paz a Chile.

LAS CAUSAS DE LA GUERRA DEL PACIFICO

a) Defectuosa delimitación fronteriza, entre las repúblicas de Chile y Bolivia.

b) Difícil situación económica de las repúblicas de Bolivia y Perú.

c) Explotación de riquezas por capitales chilenos, en la zona cuyos límites no


estaban bien precisados.

d) Incumplimiento, por parte de Bolivia del tratado chileno-boliviano de 1874.

e) Aspiraciones hegemonías de Perú en la región del pacifico sur.

f) Confiscación de los bienes de las compañías mineras chilenas y remates de las


salitreras ordenadas por el presidente de Bolivia general Hilarión Daza.

En ese entonces en el año 1879, la frontera de Chile llegaba hasta Tarapacá, por lo
cual Antofagasta formaba parte del territorio Boliviano.

24
Chile no quería ir a la guerra, pero cuando quedó al descubierto que en 1873 Bolivia
había firmado con el Perú un pacto secreto que los obligaba eran parte del Perú. A
pesar de todo esto, la riqueza salitrera que cubría el suelo antofagastino era explotada
por capitales extranjeros, fundamentalmente chilenos.

Precisamente un año antes que comenzara la Guerra del Pacífico el presidente


boliviano Hilarión Daza había impuesto a la mayor productora de salitre, la firma
chilena Compañía de Salitres y Ferrocarriles Antofagasta, un impuesto de diez
centavos de peso boliviano por cada quintal embarcado del producto. Con ello, no
sólo quebrantaba los tratados firmados con Chile en 1866 y 1874, sino
que demostraba claramente no querer buscar acuerdos pacíficos a los problemas
presentes.

Inútilmente la cancillería chilena reclamó lo ilegal del acto boliviano, exigiendo el


cumplimiento del tratado de 1874, en el cual Bolivia se había comprometido a no
aumentar, durante 25 años los impuestos a "las personas, industrias y capitales
chilenos que trabajasen entre los paralelos 23º y 24º".

Chile hizo ver que el cobro de ese impuesto implicaba la ruptura del tratado y que,
por lo mismo, ellos podrían hacer valer sus antiguas reclamaciones territoriales. Estas
consistían en que la frontera de Chile y Perú se había establecido en el río Loa (23º
de latitud sur). Cuando se creó Bolivia, sus gobernantes estimaron conveniente tener
salida al mar por lo que se establecieron en Cobija, territorio indiscutiblemente
chileno, sin embargo, Chile se mantuvo indiferente. Al descubrirse grandes reservas
de guano y minas de oro plata y cobre; ante este hecho, Bolivia declaró tener posesión
sobre toda la región hasta el paralelo 26º de Lat. sur. La empresa nacional, apoyada
por el gobierno chileno, se negó a pagar el tributo que consideraba completamente
ilegal. Sin embargo, el gobierno boliviano, que estaba decidido a seguir adelante,
ordenó el remate de la compañía salitrera.

De esta forma, llegó el 14 de febrero de 1879, día que los bolivianos habían fijado
para el remate de la empresa y fecha establecida para la ocupación por parte de las
tropas chilenas.

 En esa mañana de 1879 amanecieron anclados frente al puerto de Antofagasta


parte de la flota nacional: el Blanco, el Cochrane y la corbeta O'Higgins. De
ellos desembarcaron los hombres que, al mando del marino y futuro presidente
de Chile don Jorge Montt, tomaron bajo su control la ciudad. Entre los
ocupantes de la población (más del 90% era chilena) el coronel Sotomayor, al
manejo de las tropas de tierra, avanzó en correctamente hacia la plaza Colón,
lugar en que con caballerosidad ordeno al prefecto boliviano Severino Zapata
a a respaldarse mutuamente ante "toda agresión del exterior", el ministro de
Relaciones Exteriores chileno declaró que "la guerra es el único camino que
nos queda".
 En sesión secreta del Consejo de Estado algunos de sus integrantes, dudosos
de las posibilidades chilenas en el conflicto, no se demostraron partidarios de

25
éste. Sin embargo, el 2 de abril de 1879, el presidente Aníbal Pinto declaró la
guerra a Perú.

INTERVENCIÓN DEL GOBIERNO CHILENO - La Covadonga

Zarparon con dirección al norte las unidades de la armada chilena, Cochrane y Blanco
Encalada, además la corbeta O'Higgins con un contingente militar a cargo del coronel
Emilio Sotomayor, el que debía ocupar la ciudad de Antofagasta el día de la subasta,
el 14 de febrero.

Esta acción llevó a la declaración de guerra por parte de Bolivia a Chile. Perú hizo lo
propio en virtud del tratado de 1873. Chile respondió declarando la guerra a ambos
países el 5 de abril de 1879.

LOS INICIOS DE LA GUERRA: LA ORGANIZACIÓN DE LAS TROPAS

Una vez declarada la guerra, el presidente Aníbal Pinto, designó al general Justo Arteaga
como jefe del Ejército de Operaciones del Norte, en abril de 1879, oficial que tenía vasta
experiencia y gran ascendiente en el ejército. Sus subalternos inmediatos eran los
generales Erasmo Escala y Manuel Baquedano. En ese momento Chile contaba con
cuatro regimientos de infantería, un regimiento de artillería, dos de caballería y un
batallón de zapadores, una fuerza operativa total de 2.595 soldados.

LA CAMPAÑA MARÍTIMA (1879)

Desde el comienzo hubo serias diferencias entre el gabinete del ministro Belisario Prats
y el propio presidente Pinto, quien se inclinaba por una solución pacífica al conflicto.
El ministro tenía el plan de atacar directamente al Callao, pero Juan Williams,
comandante de la Escuadra, quería bloquear Iquique, zona de abastecimiento de los
aliados, este plan consistía en que le privaran de recursos a Perú y con esto obligar a su
escuadra a batirse en alta mar. Con dicha acción comenzó la campaña marítima. El
bloqueo se hizo efectivo desde comienzos de mayo. Cabe destacar que el ministerio
Prats hubo de renunciar, siendo reemplazado por el que encabezó Antonio Varas. Las
naves que debían hacerlo cumplir eran las más antiguas de la armada chilena: la
Esmeralda y la Covadonga.

EL COMBATE NAVAL DE IQUIQUE

Un gran espíritu de patriotismo había Chile. Con entusiasmo y valentía, miles de


jóvenes se dispusieron a defender los intereses de la patria: "Vencedores nosotros en
el mar, en la "Esmeralda" y luego de pronunciar esas valientes palabras, dirigiría la
batalla hasta dejar su vida en el mar, contra a Chile con la frente en alto: comenzaba
la Guerra del Pacífico, cuyo campo de batalla será el Perú", estas fueron las palabras
del presidente Pinto... y así sucedió.

26
 La escuadra chilena que se componía de los barcos blindados Cochrane y Blanco más
unos cuantos buques de madera, viejos y lentos, entre los cuales estaban La Esmeralda
y La Cobardona y estaban muy debilitados en comparación al enemigo.

 Perú tenía un mejor ejército humano que Chile (en cuanto a número), contaba con
cuatro barcos blindados que conformaban una armada muy poderosa y tenían un
histórico predominio sobre Chile, ya que Perú heredó el virreinato.

 El 21 de mayo de 1879, la Esmeralda y La Covadonga estaban frente al puerto


peruano de Iquique. Cuando Arturo Prat, al mando de La Esmeralda, vio que se iban
a tener que enfrentar a dos poderosos barcos peruanos. En la madrugada de ese día,
en medio de una espesa niebla, el vigilante alcanzó a ver dos grandes embarcaciones
que se acercaban: eran El Huáscar y La Independencia.

 La Esmeralda recibió los bombardeos del Huáscar, ya que estaba imposibilitada de


moverse por tener malas sus calderas. Cuando ya no quedaba nada más que hacer,
Arturo Prat, junto al sargento Aldea y un marinero anónimo saltaron al encuentro del
buque enemigo. En su valiente tarea le siguieron el teniente Serrano y varios
tripulantes que entregaron su vida por el honor de la patria. Al poco rato, la
embarcación Esmeralda se hundió. Eran las 12:10 cuando los botes del Huáscar
recogían a los 50 sobrevivientes.

 Mientras tanto, Condell, al mando de La Covadonga, se escapaba de la persecución


de La Independencia cuando, a la altura de Punta Gruesa, el barco peruano se estrelló
contra una roca que la dejó con la parte inferior hecha pedazos. La doble batalla de
Iquique terminó dejando a La Independencia, que era un barco clave de la armada
peruana, fuera de la batalla. Y el deseo de los chilenos era ganar o morir.

 A los pocos meses, la trampa hecha para capturar al Huáscar tuvo éxito: en Punta
Angamos se estrelló contra una barrera y tras un desesperado combate en el que murió
el almirante peruano Miguel Grau, el barco tuvo que rendirse. De este modo, la ruta
hacia el Perú quedaba despejada.

"¡Muchachos: la contienda es desigual! Nunca nuestra bandera se ha arriado ante el


enemigo, espero pues que no sea ésta la ocasión de hacerlo. Mientras yo esté vivo,
esa bandera flameará en su lugar, y os aseguro que, si muero, mis oficiales sabrán
cumplir con su deber. ¡Viva Chile!":

EL FIN DE LA ESMERALDA

Grau espoloneó nuevamente. Ahora saltó al abordaje el teniente Ignacio Serrano con
algunos hombres, pero fue abatido igual que su comandante. Los cañones peruanos
proferían mortales heridas al débil casco de la corbeta. Un tercer espolonazo mandó
a pique a la vieja mancarrona desde la proa, con la bandera al tope. La Esmeralda se
hundía a las 12:10 del 21 de mayo. Los sobrevivientes fueron recogidos por el

27
Huáscar. Los cadáveres de Prat y sus hombres fueron enterrados en Iquique y las
pertenencias mandadas por Grau a su esposa en un gesto de caballerosidad sin par.

EL COMBATE DE PUNTA GRUESA (21 DE MAYO)

Carlos Condell , comandante de la Covadonga se había alejado de la Esmeralda con


el fin de buscar aguas propicias. Se desplazó al sur bordeando la costa. La
Independencia, al mando del comandante Juan Guillermo Moore, intentó cazarla,
pero su mayor calado no le permitió acercarse mucho. Además, la puntería de sus
artilleros era deficiente. En esta carrera, Condell pasó rozando los arrecifes de la
costa. Moore lo siguió, encallando su nave cerca de la costa. Al percatarse de ello, el
capitán chileno dio la orden de virar la Covadonga, dirigiéndose sobre la nave
peruana, cañoneándola hasta que se rindió.

EL COMBATE DE ANGAMOS; LA CAPTURA DEL HUASCAR (8 DE


OCTUBRE)

Luego de muchas incursiones en la costa chilena, provocando preocupación en el alto


mando naval, el Huáscar comenzó a ser perseguido sin cesar, con infructuosos
resultados.

Finalmente, el "Cochrane " a la altura de Angamos salió al paso del Huáscar y obligó
a aceptar el combate. El primer disparo del Cochrane, a una distancia de 2.200 metros,
perforó al Huáscar a un pie de la línea de flotación y además causó numerosas víctimas.
Otro disparo corto un elemento importante de la rueda de combate, dejándola casi sin
gobierno, y un nuevo disparo perforó la torre de mando y estalló dentro de ella,
destrozando gran parte del barco y dándole muerte al Almirante Grau. Luego llegó el
Blanco al campo de batalla, de esta manera comenzaba de nuevo la persecución, hasta
que el Huáscar arrió su bandera en signo del triunfo del contrario, esto sucedió a las
10:55 después de dos horas de desigualdad y glorioso combate. El Perú de esta manera
perdía el mejor de sus buques, y también sufría la pérdida de uno de sus más valiosos,
valerosos e inteligentes marinos; Miguel Grau Seminario. Quedaban abiertas las costas
peruanas a la invasión.

LA CAMPAÑA DE TARAPACÁ 1879:

Hasta este momento el gobierno no pensaba en anexarse Tarapacá y sólo pensaba y


deseaba la posesión de esa provincia como garantía del pago de una fuerte
indemnización. Tarapacá era el centro de los recursos económicos del Perú y su
dominio le daría a Chile un punto a favor en la guerra, ya que se temía, de una
intervención europea. Pues cabe advertir que el interés de Perú era poner en contra de
Chile a los ingleses y de otras nacionalidades existentes en las compañías salitreras de
aquella provincia. A fines de octubre, un ejército expedicionario de 10 mil hombres de
embarca en Antofagasta al mando del general Erasmo Escala, militar de la vieja
escuela, formado en tiempos en que el valor decidía los combates.

28
LA BATALLA DE DOLORES

Después de haber perdido Pisagua, el ejército peruano-boliviano, nueve mil hombres


al mando del general Buendía, marchó de Iquique al puesto de Dolores, sin saber que
las tropas chilenas comandadas por el coronel Emilio Sotomayor ya las habían
ocupado con seis mil soldados. Se habían fortificado fuertemente en el cerro Dolores
o de San Francisco, a cuyo pie había una oficina salitrera y un pozo de agua donde,
finalmente, se desarrolló la batalla. Las fuerzas se encontraron el 19 de noviembre.
Luego de un intercambio de artillería, al que siguió el ataque de la infantería Perú-
boliviana por la falda del cerro de San Francisco y el contraataque de la chilena, que
lo hizo retroceder hasta el bajo en un furioso cuero a cuerpo. Los aliados abandonaron
el campo sin ser perseguidos, lo que permitió salvar la mayor parte de sus tropas y
proporcionar más tarde a los chilenos la derrota de Tarapacá.

EL COMBATE DE TARAPACÁ

Después de Dolores se avanzó hacia Iquique, a reunirse con los fugitivos en el oasis
de Tarapacá por lo que Chile quedaba en posesión de un territorio rico en recursos.
El error de no cerciorarse del número del enemigo motivó a que se enviara una
división de dos mil hombres, cabe destacar que estos hombres contaban con escaso
provisiones y municiones y falta totalmente de agua, un elemento indispensable en
toda operación en el desierto. El peruano Buendía había logrado juntar en Tarapacá
cinco mil hombres, incluyendo los defensores de Iquique, que le aportaron
abundantes municiones. El mayor chileno Jorge Wood intentó contraatacar, pero la
falta de municiones y agua, además del cansancio, hizo que el éxito inicial de esta
carga se desvaneciera. La llegada de Baquedano alivió en algo la desastrosa situación.
El combate fue un desastre para las armas chilenas ya que sus hombres quedaron
reducidos en un 32%. En este combate murió el comandante Eleuterio Ramírez.
Después del combate Buendía se retiró hacia Tacna por la falda de la cordillera y
llegó con sólo 3.700 soldados. Las fuerzas chilenas fueron arrasadas. La campaña de
Tarapacá dejaba en poder de Chile la rica provincia salitrera del mismo nombre, cuyas
entradas sirvieron para financiar la guerra.

LA CAMPAÑA DE TACNA (1880): PREPARATIVOS

Para asegurar la ofensiva del mando militar después de cavilaciones que habían
inmovilizado al ejército, el gobierno entendió que era necesario establecer un mando
político en la ciudad de Iquique, que había sido ocupada por Latorre. Patricio Lynch
ejerció la jefatura del gobierno político con gran eficacia, comenzando por organizar
los servicios locales y un municipio con cónsules, de una eficacia admirable. En lo
militar, para concretar la campaña, desembarcaron en Ilo trece mil soldados,
asegurando la retaguardia.

LOS PLANES DEL GENERAL BAQUEDANO

El plan de Baquedano era detener el frente del coronel Andrés Gamarra, que se dirigía
a Arequipa con dos mil hombres de la artillería y la infantería. Pretendía hacerlo en
29
la quebrada de Tumillaca, para cortar la retirada, y escalar con el regimiento Atacama
el acantilado del norte por el camino de Guaneros. La maniobra resultó exitosa. El día
22 de marzo los soldados treparon por el escarpado y sorprendieron a los peruanos
indefensos, los que retrocedieron desbandados. Los chilenos protegían de esa forma
su retaguardia, infringiéndoles a sus enemigos una fuerte derrota.

LA BATALLA DE TACNA (26 DE MAYO)

Desde tiempo atrás se venían produciendo desacuerdos entre el general Escala y el


ministro Sotomayor. El primero renunció al cargo y fue designado en su reemplazo
el General Manuel Baquedano. Luego de la muerte del ministro Sotomayor, poco
tiempo después en el campamento de Bella Vista, suceso lamentable que iba a privar
al ejército del hombre que había sido organizador de la victoria. Los aliados en
número de 8.500 peruanos y 5.000 bolivianos ocupaban el campo de la alianza, un
poco más al norte de Tacna. Los mandaba el general Narciso Campero, nuevo
presidente de Bolivia. Baquedano dispuso de una fuerza total de cerca de quince mil
hombres para sus acciones en el norte, que de aquellos participaron sólo 10.000 ya
que el resto quedó en retaguardia. En la mañana del 26 de mayo la artillería abrió los
fuegos dando inicio a la batalla de Tacna. La superioridad de la artillería chilena
destrozó las líneas del ejército aliados, a lo que siguió una carga de la infantería
comandada por el coronel Amengua, que se detuvo por falta de municiones. Más
tarde, el coronel Pedro Lagos atacó sorpresivamente, provocando la huida de las
tropas aliancistas. Los bolivianos que no volverían a participar en la guerra tomarían
el camino del altiplano. Los peruanos, completamente desalentados, huyeron hacia
Arequipa.

La alianza Perú-boliviana quedaba desecha.

EL ASALTO Y TOMA DEL MORRO DE ARICA (7 DE JUNIO DE 1880)

Como bastión de la defensa peruana, el morro de Arica era fácil de proteger. Su acceso
era complicado, ya que tiene una altura de 133 metros sobre el mar, y además estaba
protegido por 2.000 hombres, al mando del coronel francisco Bolognesi. Y dominaba
buena parte del plan y el puerto. La planicie del morro se fortificó previendo un ataque
marítimo, único posible hasta ese momento. No obstante, la importancia del morro
para las comunicaciones entre las fuerzas chilenas hacía vital su captura. Se designó
al coronel Lagos. Se fabricó un puente sobre el río Lluta, para acceder más libremente
al morro, y una vez cercado se pidió la rendición del general Bolognesi.

Bolognesi rechazó la petición. Con una estrategia inteligente, Lagos hizo creer al
comandante peruano que atacaría por el norte, pues una columna se desplazó hacia
ese punto. Mientras el verdadero ataque se gestaba por el sur y de noche, ya que los
fuegos del campamento permanecieron encendidos. El ataque fue exitoso,
rápidamente destruyeron la línea defensiva y siguieron subiendo, lo mismo sucedió
en las siguientes defensas del Morro, hasta que llegaron a la cima como una turba
infernal, destruyendo todo lo que estuviera a su paso. El Morro era chileno luego de
cincuenta y cinco minutos.
30
Al finalizar la campaña de Tacna, quedaba en poder de Chile toda la parte sur del
Perú, hasta el río Sama.

LA CAMPAÑA DE LIMA (1881)

La organización de las fuerzas para ir en expedición contra Lima fue dirigida por el
propio presidente Pinto y José Francisco Vergara. El ejército aumentó su dotación en
42.000 hombres. Con la derrota del ejército peruano del sur, el presidente Piérola
intentó reorganizar sus tropas en la defensa de la capital en una línea fortificada que
cortaba todos los accesos a la ciudad por el sur y que se creía impenetrable. El número
de sus fuerzas, con la ausencia de sus mejores cuadros y jefes llegaba a 26.000
soldados de línea y tenía una reserva de segunda línea de 13.000 hombres.

LA TOMA DE CHORRILLOS (13 DE ENERO)

El mando chileno decidió atacar de frente con 22.000 hombres y 80 cañones, a la


larga línea defensiva que había tendido Piérola para proteger la capital. Con gran
esfuerzo en Chorrillos, al mismo tiempo que en el morro Solar, se luchaba por tomar
ese balneario. La defensa fue tenaz, pero a las 14:00 horas todo había terminado: el
triunfo de los chilenos era absoluto. De los chilenos que participaron en la toma, hubo
una baja de una quinta parte y entre los peruanos seis mil de los veinte mil hombres
fueron muertos y heridos. Del resto, varios cientos fueron hechos prisioneros, otros
se reagruparon en Miraflores y huyeron.

Baquedano, que no era hombre de planes complicados y que tenía confianza en sus
tropas, ordenó el ataque frontal a sus soldados y con esto consiguió la victoria.

LA BATALLA DE MIRAFLORES (14 DE ENERO)

Las acciones fueron rápidas, luego de una breve tregua. Barceló, apoyado por la
artillería de la Escuadra, atacaba por el flanco derecho de los peruanos. Urriola
retrocedía combatiendo. Lagos, a pesar de sus escasos hombres, apoyó eficientemente
a las fuerzas de Urriola y Barceló, con lo que se aseguraba el flanco derecho. Lagos
aprovechó el buen ánimo de sus soldados y lanzó un ataque contra el fuerte y la doble
línea de trincheras. Barceló cayó abatido y fue reemplazado por el comandante
Demófilo Fuenzalida, logrando el triunfo final de los chilenos.

LA CAMPAÑA DE LA SIERRA:

Después de la ocupación de Lima, Cáceres y otros jefes peruanos se retiraron a las


sierras, donde organizaron montoneras formadas en gran parte por indios crueles y
salvajes, o por mestizos sin disciplina militar

31
EL COMBATE DE SANGRA. (26 DE JUNIO DE 1882)

Uno de los combates más heroicos de la guerra tuvo lugar en Sangra el 26 de junio,
en el territorio peruano de Canta, y tuvo como protagonista a una compañía de 52
hombres del regimiento Buin a cargo del capitán José Luis Aravena. Al mediodía las
fuerzas del coronel peruano Vento bajaban hasta el valle para envolver a las tropas
chilenas. Un nutrido fuego de fusiles se desarrolló toda la tarde. Los chilenos fueron
rodeados; un grupo salió en busca de refuerzos, mientras otro mantenía la defensa
valientemente hasta que llegó la ayuda y se revirtió la situación.

LAS BATALLAS FINALES: LA CONCEPCIÓN Y HUAMACHUCO

Las batallas finales de la guerra fueron muy desiguales. Pequeños destacamentos en


alejadas aldeas fueron atacados como fue el caso de La Concepción. Un grupo de 77
soldados chilenos al mando del capitán Ignacio Carrera Pinto resistió hasta la muerte
a una montonera de cientos de hombres, el 9 de julio de 1882. La defensa fue tenaz y
sólo al día siguiente los últimos cuatro sobrevivientes fueron ultimados. La batalla
final fue la de Huamachuco, exactamente un año después, en la que se derrotó
definitivamente a los peruanos.

CONSECUENCIAS

En Perú se formó con muchas dificultades el gobierno del general Miguel Iglesias
bajo el amparo de las armas chilenas, con el cual se pudo celebrar un acuerdo. Este
fue el tratado de Ancón, ocurrido en 1883, y con el cual se terminó la guerra y estipuló
las siguientes condiciones principales:

1. - Perú cedía a Chile, a perpetuidad, el territorio de Tarapacá.

2. - Perú cedía a Chile, temporalmente, los territorios de Tacna y Arica. Luego, en


1929, los gobiernos de Carlos Ibáñez y Augusto Leguía celebraron un tratado que
adjudicó Tacna al Perú y Arica a Chile (línea de la concordia).

3. - Se fijaron diversas disposiciones sobre la venta de un millón de toneladas de


guano que había ordenado el gobierno chileno, cuyo producto líquido debía ser
dividido por mitades entre Chile y las empresas extranjeras acreedoras del
gobierno peruano.

Con Bolivia se hizo un simple pacto de tregua que declaró terminada la guerra
(1884). Según este, Chile mantendría la ocupación del territorio de Antofagasta,
ejerciendo plena soberanía. Además, se fijaron algunas disposiciones comerciales y
aduaneras.

Luego, en 1904, se firmó el tratado definitivo en el cual Bolivia cedió el territorio de


Antofagasta y Chile se comprometió a construir un ferrocarril de Arica a La Paz,

32
permitió el libre tránsito de las mercaderías bolivianas y pagar en dinero una
compensación.

PRINCIPALES CONSECUENCIAS DE LA GUERRA DEL PACÍFICO

 Chile amplió su territorio con las actuales provincias de Tarapacá y


Antofagasta.
 La posesión del salitre significó disfrutar de una riqueza extraordinaria.
 El Fisco aumentó sus entradas y creció la fortuna de los círculos mineros,
comerciales y bancarios.
 La población proletaria de los distritos del norte aumentó y adquirió mayor
importancia.
 Se acentuó la influencia del capital inglés.

Pero lo más perjudicial para el Perú como resultado de la Guerra del Pacifico fue la
pérdida territorial de las provincia de Tarapacá y Antofagasta o el Litoral en favor de
Chile, generó profundas heridas en el Perú, ya que estos sitios eran muy ricos en
GUANO Y SALITRE.

Luego de un período de inestabilidad política posterior a la derrota (gobiernos


de Miguel Iglesias y Andrés Avelino Cáceres tres veces) llega el gobierno de Nicolás
de Piérola en 1895 del Partido Demócrata.

6. LA DEUDA

LA ERA DEL GUANO: ENDEUDAMIENTO DEL PERÚ

El Perú desde que se declaró independiente atravesaba una fuerte crisis. En la parte
social había pocos habitantes para el extenso territorio y la población era heterogéneo
racialmente.
En la parte económica destrucción masiva de los campos, decae la minería y el callao
pierde supremacía como puerto.
En político hubo continuas conmociones, poco poder del estado y aparece el
caudillismo.
Todo esto causo que en un inicio no se consolidara el poder del estado el país
llevándola a la mala administración, ante una eventual crisis el país no tenga la fuerza
necesaria para poder sostenerse.

Con los años siguientes la aparición del guano en el Perú va generando casi nada de
ganancias, después de dos años, quita el contrato y se lo da a la casa Gibbs. Con este
nuevo ingreso va cancelar la deuda externa e interna contraída en el proceso de
independencia, va a invertir en expandir y fortalecer la burocracia, fuerza militar,
33
creación de ferrocarriles, reduce el tributo generando le mas gasto al estado, además
un creciente números de consignatarios por parte de la casa Dreyfus que origino una
política de préstamos y crisis económica.

Los préstamos que Perú adquirió del exterior eran para solventar los gastos contraídos
en infraestructura, solventar gastos dela guerra con España y la negación de la casa
Dreyfus a seguir pagando al estado. Agregando la crisis mundial que atraviesa ese
periodo, el Perú se declaró en banca rota.

La experiencia del Perú con la deuda soberana durante el auge del guano es una de
las más notables en el siglo XIX. El país surgió de la quiebra en la que se sumió
después de la independencia para convertirse en el deudor más grande en América
Latina. Los bonos del Perú comandaron altos precios en el mercado de Londres, en
muchos casos mayores al de los países mejor considerados en América Latina por su
probidad fiscal.

La experiencia peruana es particularmente instructiva para las teorías modernas sobre


la deuda soberana.
Esta demuestra que los auges basados en recursos naturales tienen el potencial de ser
utilizados como palancas para el acceso a los mercados de capitales, pero que ese
acceso no es automático.
En el caso del Perú, requirió la construcción creativa de vínculos contractuales entre
las exportaciones y el servicio de la deuda, asimismo, el caso peruano muestra que
hipotecar los ingresos estatales no siempre es pura palabrería, sino que puede ser
creíble en las circunstancias correctas.
Tres circunstancias fueron importantes en este caso.

s) Los ingresos del guano se cobraban en una localidad geográfica donde era
prácticamente imposible para el gobierno peruano apropiarse unilateralmente
de ellos.
t) La casa mercantil extranjera que actuaba como consignataria y agente
financiera tenía fuertes incentivos para no coludirse con el gobierno peruano
en una hipotética suspensión de pago.
u) Finalmente, la suspensión unilateral del mecanismo contractual por el
gobierno peruano hubiese llevado a una interrupción del comercio del guano
y de los flujos de ingresos de los cuales el Estado peruano, crónicamente
inestable, dependía. Sin ninguna buena alternativa al guano, los ingresos
asociados a este eran indispensables para la defensa contra enemigos externos
e internos. Así, paradójicamente, la vulnerabilidad financiera y militar de los
sucesivos gobiernos peruanos contribuyó en los hechos a incrementar la
credibilidad del país en los mercados financieros internacionales.

34
Con respecto al debate teórico sobre los roles de las sanciones versus la reputación
en la credibilidad de los contratos de deuda soberana, el caso peruano es un híbrido.
La sanción aplicable no fue la amenaza de represalias militares o financieras por parte
de gobiernos extranjeros. A pesar de que el Perú estaba sujeto a la amenaza de
interrupción en el comercio del guano en caso de cesación de pagos, ese riesgo fue
voluntariamente adoptado por el Perú como una manera de afianzar su capacidad
crediticia. En lo que respecta a su reputación, los sucesivos gobiernos militares y los
civiles del Perú no obtuvieron un gran respeto en Europa, pero a través de los
contratos de la deuda pudieron acceder a capitales internacionales «prestándose» la
reputación de la Casa Gibbs y posteriormente de la Thomson and Bonar.

Las ganancias extraordinarias del guano produjeron una era de relativa prosperidad
para muchos en el Perú, particularmente para las élites. Aquellos que destacan los
impactos positivos que tuvo el auge del guano mencionan el acceso al capital
extranjero y el flujo de ingresos que facilitó la creación de los primeros bancos en el
Perú, así como inversiones en algodón, nitratos y azúcar. Sin embargo, la percepción
de la gran mayoría de historiadores que han estudiado esta etapa de la historia
republicana es que la prosperidad del guano fue efímera y que no dejó un legado
positivo en la economía peruana o en sus instituciones.

LAS EXPECTATIVAS DEL GUANO Y LOS PROBLEMAS DE LA


CONSOLIDACIÓN

El primer pago de la deuda inglesa, que se hizo con dinero proveniente del guano, fue
decretado el 15 de enero de 1842. El Perú acordaba entregar a los acreedores de
Londres, la mitad de los beneficios que le correspondían de acuerdo al segundo
contrato por la venta del guano. De esta manera, el Perú reanuda sus pagos por
concepto de deuda externa; hasta algunos años después, el 9 de abril de 1849, cuando
el Perú logra una reconversión de nuestra deuda al hacer un contrato con la casa
Murrieta. El monto de este nuevo préstamo fue de 3 millones 736 mil 400 libras
esterlinas. Previamente, el 4 de enero, se firmó con la casa Gibbs y Cía un contrato
de consignación de venta de guano, comprometiéndose para esto con el pago de parte
de la deuda externa. Con esto se pagaba el monto de las deudas de 1822 y 1825, y
tres cuartas partes de los intereses acumulados; para esta nueva deuda se daba como
garantía el 50% sobre el producto neto del guano. Al parecer en esta reconvención se
especuló mucho con los papeles de la deuda.

El 25 de enero de 1850 el Perú logra un nuevo empréstito de la casa Gibbs y Cía,


dentro del marco del undécimo contrato de consignación de guano. Este consistía de

35
800 mil pesos, y curiosamente, no se conserva ningún documento que hace mención
o que proporciona mayores datos sobre este préstamo.

El año de 1853, fue un año agitado en lo concerniente a los temas de la deuda interna
y externa del Perú, ya que se dieron cuatro importantes transacciones económicas. El
15 de febrero de ese año se consigue un empréstito para reconvertir parte de la deuda
inglesa (la que estaba con un interés del 6%) y la deuda con Chile. El arreglo fue
pactado con las casas Murrieta y Hambro e hijos, por un monto de 2 millones 600 mil
libras esterlinas, con un interés del 4 ½ % y un valor de colocación del 85%. La
garantía se dio en base al guano en los términos del contrato de 1849. Como este
arreglo iba a reconvertir una deuda con un interés del 6% a otra con un menor interés
(4 ½ %), implicó que el monto original de la deuda a reconvertir se incrementara con
1 millón 64 mil 200 libras más.

El general Mendiburu, el 23 de marzo, firma un contrato con la casa francesa


Urribaren y Cía por la conversión de 9 millones de pesos de nuestra deuda interna, en
deuda externa. De igual manera, el 30 de junio firma un contrato similar con la casa
francesa Montañé y Cía.
Esta vez se trataba de trasladar un monto de 4 millones de pesos de la deuda interna,
para convertirla en deuda externa. Al final, parece que la deuda trasladada solo
alcanzó los 9 millones 71 mil pesos. La documentación sobre estas operaciones nunca
llegó a publicarse, ni tampoco existen en el archivo del ministerio de Hacienda, y son
una muestra de que una vez más, la característica de este tipo de operaciones es la
poca transparencia que se tiene.
Por último, ese mismo año se contrató un préstamo por 403 100 libras para financiar
la construcción del ferrocarril de Tacna – Arica, con una tasa de interés del 4.5%.

Esto generó muchas denuncias de corrupción y enriquecimiento ilícito, ya que entre


otras cosas se reconocieron muchos papeles de deuda de dudosa procedencia. La
consolidación, en síntesis, o era “una manera de dotar rápidamente a una potencial
clase burguesa con el capital necesario para lanzarse a la inversión económica.” O
una manera muy fácil de enriquecerse ilícitamente. Según Tantaleán, la consolidación
solo sirvió para beneficiar a grandes comerciantes y algunos allegados de Castilla y
Echenique. Tal fue esta imagen de corrupción que generó en su época, que las
palabras consolidación y robo eran usadas como sinónimos.

ENTRE LA DEUDA Y LA GUERRA

La guerra con Chile en 1879 encontró al país en una situación económica crítica, tanto
así que ni siquiera teníamos crédito en el extranjero, ya que en 1876 nos declaramos
unilateralmente en moratoria, nuevamente. Previamente a esto hubo una serie de

36
factores que en parte colaboraron para que esta catástrofe se diera, y entre esos
factores está el manejo que se le dio a nuestra deuda externa.

En 1862 se contrata otro préstamo, esta vez por el monto de 5 millones 500 mil libras,
de las cuales se utiliza la mayor parte para el pago de la deuda externa, quedando un
saldo a favor del Perú de 2 millones 308 mil 374 libras. Las deudas que se pagaron
fueron la inglesa que estaba al 4.5%, la deuda Hegan del ferrocarril de Tacna, y la
deuda Urribarren de conversión de deuda interna a externa. Esta deuda tenía un
interés del 4.5%, con un fondo de amortización del 8% al año, al tipo de 93% (¿valor
de colocación?), con una comisión del 2%.

En 1866 se negoció otro préstamo pero esta vez, con Estados Unidos. Con esto se
obtuvo 5 millones de dólares, que equivalía la misma cantidad de pesos en aquella
época. Los bonos de esta transacción tenían un interés anual del 7%, que era un interés
bastante alto en comparación con los préstamos anteriores. Este emprésito se solicitó
para la compra de armamento por un posible conflicto bélico con España,
nuevamente. Al final, solo se llegó a emitir 2 millones 750 mil, de los cuales solo
llegaron a circular 1 millón 626 mil dólares. Hasta este préstamo se tiene la casi total
seguridad de que todos estos empréstitos fueron dados con una garantía por nuestra
producción del guano.

El 19 de mayo de 1870, la casa Dreyfus quedó facultada para negociar un préstamo


de 11 millones 920 mil libras, que resultó siendo una operación exitosa en el mercado
europeo. Estos bonos tenían un interés del 6%, con una amortización del 2%, y con
un valor de colocación del 80.5%. Este empréstito estuvo destinado a la construcción
de ferrocarriles. Confiados por esta operación, el 24 de enero de 1871 se autoriza la
emisión de un nuevo empréstito por 15 millones de libras, haciéndose nuevamente
otro contrato para esto con Dreyfus. Este empréstito es lanzado al año siguiente en
las bancas financieras europeas, y solo se logra colocar 230 mil libras más los 4
millones que Dreyfus se compromete a tomar.

La situación económica del país se había complicado, y nuestra capacidad crediticia


se estaba mermando con los malos manejos que se hacía del gasto público y de la
deuda externa. El 24 de setiembre de 1872, el Presidente Pardo presenta al Congreso
un informe alarmante de la situación de la hacienda pública, en donde se mostraba
que las rentas del guano se encontraban totalmente afectadas para el pago de la deuda
externa.

El Perú tuvo que tomar ciertas medidas en busca de solventar esta crisis. Entre estas
medidas se estatizaron las empresas de extracción guanera, y se dejó a cargo de su

37
comercialización a empresarios peruanos - previamente en 1873 se intervino a la
actividad bancaria, y en 1875 se estatizó el salitre- .

De igual manera se dejó de pagar la deuda externa con acreedores ingleses, como ya
lo mencionamos. Estas medidas afectaron a los intereses británicos, y según Enrique
Amayo, en su libro "La influencia británica en la guerra del Pacífico" esto fue
determinante para que Inglaterra estuviera a favor de esta guerra e inclinara su balanza
a favor de Chile, como forma de garantizar las inversiones británicas en el salitre y el
guano.

Por ello, cuando en plan guerra el Perú buscaba nuevos empréstitos para financiar la
compra de más armamento y barcos de guerra, los empresarios ingleses sabotearon
todos estos intentos.
Como punto final a toda esta triste etapa se firmó el contrato Grace, a fines del siglo
XIX, lo que le permitía al Perú saldar todas sus deudas pasadas pero a un alto costo.

7. VENTAJAS Y DESVENTAJAS

VENTAJAS.- Las ventajas o aspectos positivos de la era del guano en el aspecto


político fueron:

a) La consolidación del Estado, se calculó el Primer Presupuesto Nacional.

Este presupuesto significó un desaliento para el Estado, puesto que si bien era
una ayuda para el control de gastos, en un principio representó notar la
tremenda deuda yaciente en el Estado peruano.

Como un ejemplo está el presupuesto del año 1871. Según este último, los
ingresos estaban calculados en aproximadamente unos 9 millones de soles,
provenientes de las aduanas, las rentas de varios establecimientos, el guano y
otros gastos menores. Sin embargo, los gastos bordeaban los 112 millones de
soles, usados en obras públicas en su mayoría.

Evidentemente, hay una colosal diferencia entre los gastos y los ingresos, por
lo que se puede implicar que se está creando una nueva deuda. Analizando la
importante información que revela el Presupuesto Nacional, se puede estipular
que esta consecuencia tiene un carácter positivo, puesto que le permite al
Estado peruano realizar cambios a costa de disminuir sus deudas.

38
b) Una mayor estabilidad política, los caudillos lograron disminuir los golpes de
Estado, al lograr una mayor estabilidad política, gracias a las relaciones de
clientelaje.

En estas, el caudillo beneficia a una persona a través de obras públicas, cargos


o beneficios económicos. En el caso específico de las obras públicas uno se
beneficiaba construyéndolas y usándolas. Se construyeron varios ferrocarriles
como el ferrocarril de Mollendo a Arequipa, el ferrocarril de Tacna a la
frontera boliviana, el ferrocarril a La Oroya, el ferrocarril de Lima a Callao,
etc.

También, en el periodo de 1845 a 1851, se hicieron varias obras provinciales


como acueductos, hospitales, colegios, cárceles etc. Estas obras fueron
costeadas con el dinero del guano y se puede interpretar tanto positiva como
negativamente. En parte las obras son positivas porque le permiten a un país
progresar de alguna manera, pero personalmente yo creo que en parte también
es negativo porque se está gastando dinero en algo que no va a traer nuevos
ingresos.

c) La creación del primer partido civil, este se creó gracias a la presencia de un


líder con características de caudillo, la formación de un programa
antimilitarista y una disposición para conocer los hechos de una intensa
campaña electoral.

El partido civil es una buena consecuencia de la era del guano porque de


alguna manera unió a la sociedad y permitió un mejor proceso electoral. En
cuanto a sus seguidores, estos eran muy variados. Estaban un sector intelectual
proveniente de la universidad de San Marcos y la Beneficencia de Lima; la
juventud ilustrada; periódicos como El Comercio y El Nacional; gran parte de
los consignatarios y por último, un sector popular que protestaba contra los
militares y tradicionalistas.

OTRAS VENTAJAS

a) Y en general la ventaja de la era del guano se dio porque poseíamos las islas
guaneras en nuestro litoral, por lo cual fue un monopolio natural. La poca
competencia que tuvo se situó en el África, pero el producto africano era de
menor calidad, aparte que los recursos fueron agotados o “saqueados” en poco
tiempo.
b) Esta época de bonanza para el Perú atrajo a muchos inmigrantes e incluso el
país estuvo al borde de una guerra con los Estados Unidos, quienes
amenazaron tomar las islas por la fuerza, a no ser que se bajara el precio,
llevando un barco de guerra a las costas peruanas.

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c) La única ventaja del “monopolio” es la fijación del precio del guano, sin
competencia, para el país o las empresas productoras. Dichos ingresos fueron
destinados a pagar la deuda externa e interna peruana y para la construcción
de ferrocarriles y la adquisición de armas, que se usaron después en la
contienda con Chile. Se usó también para que el gobierno “pagara” por los
esclavos negros, declarándose su libertad por ley.

DESVENTAJAS

a) Las desventajas del monopolio afectaron mayormente a los países


demandantes que dependían del producto y pagaban cualquier precio por
él. Además, la corrupción de la administración pública y el aumento
indiscriminado de los bonos de deuda que poseían los prestamistas, al
evidenciarse la bonanza económica del Perú.
b) Tras la abolición de la esclavitud se fomentó la inmigración de chinos
para la extracción del guano, y que trabajaban en condiciones
infrahumanas, llevándolos a muchos al suicidio.
c) Finalmente, las existencias de guano se sobreexplotaron, tan solo quedaba
el 10% de lo extraído inicialmente, más aún, el salitre comenzó a
reemplazar al guano en su uso agrícola. La necesidad de un abono más
barato o producto sucedáneo llegó en 1915, con el descubrimiento del
químico alemán Fritz Haber de producir artificialmente sustancias con
alto contenido de nitrógeno. De esta manera los fertilizantes industriales
redujeron a niveles mínimos tanto la extracción del guano como la del
salitre.
d) El dinero del guano se esfumó, se despilfarró, se pagaron deudas
inexistentes; luego Chile ganó la Guerra del Pacífico al Perú (1879),
quitándole también las salitreras y territorio, y así, a principios del siglo
XX el Perú quedó sumido en una profunda crisis económica y social.

8. CONCUSIONES

1. Los ingresos producidos por la explotación del guano permitieron atenuar las deudas
que se arrastraban desde la independencia.
2. El gobierno actuó irresponsablemente y se endeudó crecidamente, confiado en las
rentas del guano, que no serían duraderas.
3. La exportación del guano genero una bonanza fugaz para el país. Así el guano se
convirtió en el principal agente del desarrollo nacional, situación que nos haría pensar
en una mejora de la economía del Perú, pero lejos de ello la deuda externa se
acrecentó, hasta el punto de quedar adeudados
4. Se puede añadir que la razón de este fracaso ha sido explicada por la falta de una clase
dirigente peruana. Tanto los militares como los civiles surgidos bajo esta bonanza no
pudieron trazar un proyecto nacional coherente. Dirigieron su mirada hacia el

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extranjero, apostaron por el libre comercio y compraron todo lo que venía de Europa
arruinando la escasa industria nativa. Se convirtieron en un grupo rentista sin vocación
por la industria.
5. En la guerra del pacifico el único país que fue beneficiado es chile, ya que Perú al
igual que Bolivia, perdieron territorios, habitantes, héroes, economía, etc. Y tenemos
que diferenciar que las guerras nunca resuelven nada.

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9. BIBLIOGRAFIA

 Basadre G. J.: Historia de la República del Perú (1822 - 1933), Tomo 7. Ed. El Comercio
Lima, 2005. ISBN 9972-205-69-X (V.7)

 Chirinos S. E.: Historia de la República (1821-1930). Tomo I. Lima, AFA Editores


Importadores S.A., 1985.

 López M. H.: «Augusto Dreyfus: una historia portentosa». Artículo publicado en el diario
El Comercio, Lima, 25 de mayo de 1997

 Orrego Penagos, J. L. (s.f.). Rumbo al bicentenario: Historia del Perú, América Latina y el
mundo. Siglos XIX y XX. Recuperado el 25 de Noviembre de 2011, de
http://blog.pucp.edu.pe/item/28461/la-era-del-guano-la-nueva-elite

 Vizcarra, C. (2011). Guano, compromisos creíbles y el pago de la deuda externa peruana


del siglo XIX. Revista Económica PUCP. Vol. 34, Núm. 67 (2011)

 SCRIBD (25 noviembre 2015). Recuperado de:


https://es.scribd.com/doc/291164673/Por-Que-El-Peru-Se-Declaro-en-Bancarrota-en-
1876-Explique-Con-Detalle.

 Bonilla, H. "La Crisis de 1872", Op. cit, p. 176.

 Bonilla, H. (1974-1984). Guano y Burguesía en el Perú. Perú, Lima: Instituto de Estudios


Peruanos,1984, 2Ju. eJ.),pp.14t1-149.

 Cosamalón, J., Armas, F., Deustua, J., Monsalve, M., Salinas, A. (2011). Ed. Contreras
Carranza, Carlos, IEP; BCRP, 2011. Compendio de Historia Económica del Perú.
Economía de la Primera Centuria Independiente.

• Basadre G. J.: La Iniciación de la República del Perú (1929-1930). Tomo 1, Lima, 1929, p.
x.

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