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Qué Es La Miopía Del Marketing.

Para empezar, decirte que la teoría de la miopía del marketing la empezó a desarrollar un tal Sr.
Theodore Levitt por allá por los años 60.
La miopía del marketing nos viene a decir que es un error no ver más allá de nuestros productos.
Es un error de definición en sí mismo. Es un error no centrarse en las necesidades del cliente
sino en lo “bueno, bonito y barato” que es nuestro producto con respecto a la competencia. Es
un error creer que los clientes nos elegirán sólo por nuestro producto. Viene a decir que tenemos
que ponernos las gafas para poder ver más allá, para poder ver los beneficios que produce
nuestro producto en nuestro cliente. Para poder entender qué es lo que consigue el cliente con
nuestro producto, y no nuestra empresa con el cliente. Poder ver beneficios y no características
es la clave. Por ejemplo, en los anuncios de telefonía móvil no nos dicen qué capacidad tiene el
terminal, o cuán poco pesa, o de cuánto es la pantalla, sin duda son características
fundamentales, pero lo que vemos y lo que nos transmiten es que con ese terminal puedes
llamar por teléfono sin ruido alguno de fondo, lo que provoca mayor relajación y comprensión,
puedes tener recuerdos de esos encuentros maravillosos con su cámara, puedes escuchar la
música que más te gusta en cualquier lugar con sus altavoces y vas a estar siempre en contacto
con tus seres queridos. Eso es ver con las gafas correctas, sin miopía del marketing.

Centrarse En El Producto VS Centrarse En El Cliente.


Ahora te explicaré, mi apreciado padawan, las diferencias entre centrarse en el producto y
centrarse en el cliente. Centrarse en el producto tiene una serie de beneficios como son por
ejemplo el rápido desarrollo del producto, la mejora de las características y aumento del
conocimiento del mismo. Puedes pensar… “Ostras qué bien” pero realmente… ¿Te interesa
gastar dinero en mejorar el producto sin saber si le van a gustar a tus clientes? ¿No es mejor
gastar dinero en saber qué le gusta y después darle ese producto?
Si te centras en el cliente, podrás conocer qué le conviene, cómo lo quiere, qué le preocupa, qué
no le gusta, qué problemas tiene, qué necesidades tiene… En definitiva, conocerás de primera
mano qué es lo que necesita tu cliente y estarás en disposición de ofrecérselo de la mejor
manera posible.
Una vez que ya conoces al cliente, puedes mejorar el producto, pero siempre amoldándolo a tu
cliente. Porque qué sentido tiene que cambies el producto si no cuentas con tu cliente, para qué
vas a mejorar un producto si ahora mismo no es necesario, a lo mejor esa no era la mejora que
demandaba tu cliente y te has gastado un dinero importante en una cosa que no sirve de mucho.
Estás desperdiciando recursos de tu empresa que los podrías haber empleado en conocer si esa
mejora era necesaria ahora o no.
Lo mejor: Encontrar un equilibrio. Has de saber reconocer las necesidades de tus clientes y poder
mejorar el producto cuando lo demanden. No olvides a tus clientes, pero tampoco dejes de lado
a tus productos, ya que las necesidades de tus clientes pueden cambiar.

Ejemplo De Miopía Del Marketing.


Vamos a poner el ejemplo de un cine, que es muy fácil de entender, para comprender qué es la
miopía del marketing. Imagina que tienes un cine padawan, y estás viendo que la gente no va
tanto a tu cine, que prefiere otra cosa, estás perdiendo dinero, y estás perdiendo clientela. Crees
que la gente no va a tu cine porque tus salas, y la calidad (de sonido y vídeo) de las películas no
es buena, por lo que decides invertir dinero en mejorar las salas y la calidad de las películas.
Resulta que cuando terminan las reformas, no viene la gente que esperabas, las reformas no
están teniendo la aceptación que tú creías. Podrías preguntarte ¿Por qué la gente no viene si ya
he mejorado las salas y la calidad de las películas? Te abruman las dudas, las preguntas y no ves
solución por ningún lado… Has invertido mucho dinero en mejorar tu producto/servicio y no has
obtenido lo que esperabas. Esto es Miopía del Marketing. 🙁
Ahora bien, padawan. Tienes el mismo problema, pero en esta ocasión te vas a poner las gafas
de ver y vas a dejar de tener miopía. Vas a preguntar a tus clientes qué es lo que más valoran de
las salas de cine en general, qué echan en falta en tu sala de cine, qué es lo que menos les gusta
y qué es lo que ellos añadirían. Al ver los resultados, entras en asombro… Ves que lo que más
valoran tus clientes no son mejores salas ni mejor calidad, sino que valoran más la variedad de
películas que haya, prefieren que haya películas en versión original, lo que menos les gusta es el
horario y preferirían tener otros, ves que quieren descuentos en el parking, quieren combos de
palomitas más entradas y quieren poder descargar las entradas en su móvil o pc. ¿Ves lo que te
ahorrarías si tuvieras en cuenta a tus clientes antes de mejorar tu producto? Es más fácil cambiar
tus horarios o la variedad de películas que invertir en mejorar la calidad de las salas y las
películas. Esto es buen Marketing. 🙂

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