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DERECHO ROMANO
Participante
José Gregorio Matute Moros C.I 12365060
Magaly del Carmen Meza Rivero C.I 12448114
Carmen victoria Barrios C.I.8671694
María Cristina Álvarez Guerra C.I 10994728
Profesor: Jesús Beltrán
Derecho Romano
Módulo I
Sección 4
INTRODUCCIÓN
La leyenda de la fundación de Roma duró hasta el siglo XVIII de la era cristiana, tiempo en
que los autores la sustituyeron por un origen histórico que se remonta a hechos ciertos y
comprobables, basados en la organización político territorial de Roma. De acuerdo a la tesis
de Pérez Rivas, y según la tradición, Rómulo organizó la estructura primitiva de Roma por la
fusión de tres tribus (razas) de la civitas romanae, que fueron, 1) los Ramnenses, de raza
latina y cuyo jefe fue Rómulo y se estableció en el Palatino; 2) los Titienses, de raza sabina,
comandados por Titotacio sobre el Quirinal y, 3) los Lúceres, etruscos establecidos en el
Capitolio y dirigidos por Lucomo. Es importante reconocer esta estructura primitiva de Roma
para conocer la organización política-social, en la que se pueden distinguir dos etapas en la
época monárquica. De acuerdo con Chibly Abouhamad, la primera de estas etapas, de
escasa jurisprudencia, corresponde a reyes completamente itálicos, conformada por
Rómulo, Numa Pompilio, Tulio Hostilio y Anco Marcio. Por su parte, una segunda etapa,
caracterizada por el verdadero momento de la formación romana, de su constitución social y
fisonomía política, en la que resaltan los reyes extranjeros, como fueron Tarquinio Vetus,
Servio Tulio y Tarquinio el Soberbio. El Derecho Romano es de gran importancia para el
estudio del derecho ya que nos permite conocer el origen del derecho vigente y también
entender la fundamentación y resolución de muchos de los casos que se nos plantean en la
actualidad. En nuestro entorno, se nos presentan dos vertientes claramente diferenciadas:
los sistemas del “Derecho Común” o Common Law y aquellos otros con tradición
romanista o de “Derecho Civil”. El primero se refiere a los sistemas derivados del
derecho anglosajón cuyo rasgo principal es el de carecer de codificaciones formales y
basarse en principios generales.
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Entendemos por fuentes del Derecho los orígenes histórico – sociales del derecho.
El vocablo deriva del latín «FONS, FONTIS» que se refiere al manantial de agua que brota
de la tierra, en sentido figurado significa el origen de algo, el fundamento o principio. Se
llama también fuente del derecho a la voluntad creadora de normas jurídicas y el acto
concreto de creación normativa, igualmente el modo específico de manifestarse las normas
mismas. Las fuentes del derecho romano son el conjunto de medios normativos que un
pretor o un juez podían aplicar en la resolución de cada caso. A lo largo de la historia
romana, estas fuentes fueron añadidas o modificadas dependiendo de las circunstancias,
por lo que cada periodo histórico tiene su propio conjunto de fuente. Los romanos serían los
primeros en hacer una división formal de las fuentes del derecho, especialmente luego de
que se inició la secularización del derecho romano, durante el periodo preclásico, que trajo
consigo la primera división entre el derecho escrito y el derecho no escrito.
Son elementos que nos permiten reconstruir el proceso de formación del Derecho romano a
través de sus épocas históricas, entre las muchas clasificaciones que existen las
dividiremos en fuentes directas o jurídicas y fuentes indirectas o extrajurídicas. Las primeras
son acciones humanas creadoras y aplicadoras de normas jurídicas. Las segundas no son
derecho, son también creaciones humanas, pero que en alguna forma se refieren a él,
ayudando a fijarlo históricamente en el espacio y en el tiempo.
Fuentes de Producción
Son aquellos documentos que sirven de base para elaborar las normas jurídicas y están
compuestos principalmente por el Derecho no Escrito, consuetudinario, y el derecho escrito.
Hace especial referencia a los hechos o actos jurídicos que tienen como función la creación,
reforma, anulación o derogación de los preceptos o leyes contenidos en un reglamento
jurídico. Principio teórico que identifica a la ley, a las regulaciones o a la costumbre como
fuentes de producción del derecho.
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El origen de la ciudad de Roma puede situarse especialmente cerca del monte Palatino,
junto al río Tíber, en un punto en el cual existía un vado natural que permitía su cruce y,
además, era navegable desde el mar (ubicado a 25 km río abajo) únicamente hasta esa
posición. En ese punto el río discurría entre varias colinas excavadas por su cauce, aisladas
entre sí por valles que el Tíber inundaba en sus crecidas, lo que convertía la zona en
pantanosa, y por lo que la población de agricultores y ganaderos fue en su origen muy
reducida. Este punto estratégico presentaba una ubicación fácil de defender respecto a la
amplia llanura fértil que rodeaba el lugar, protegido como estaba por el Palatino y las otras
colinas que lo rodeaban y, además, era un cruce destacado en las rutas comerciales del
Lacio central, y entre Etruria y Campania. Todos estos factores fueron los que a la larga
contribuyeron al éxito y a la fortaleza de la ciudad. El origen étnico de la ciudad hay que
remontarlo a la fusión de las tribus latinas de la aldea del Germal (Roma quadrata) con los
sabinos del Viminal y el Quirinal, creando así la Liga de Septimontium o Septimoncial (Liga
de los siete montes), una confederación religiosa preurbana de clara influencia etrusca, el
poder hegemónico de Italia en esta época. El nombre de la ciudad podría remontarse hasta
la gens etrusca Ruma, si bien existen otras teorías al respecto.
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Los Patricios: Eran los descendientes de las primeras familias fundadoras de Roma,
integraban la clase privilegiada y gozaban de todos los derechos. Desde las primeras
décadas de Roma estaban presentes estos patricios, destacando que el término deriva de
Patris – Pater, es decir, son considerados los padres de Roma y como padres de Roma, se
determinó que eran los titulares de los derechos políticos, puesto que eran los aristócratas
gobernantes. Las otras dos clases romanas eran los clientes y los plebeyos, que
constituyeron las clases dominadas.
Los Clientes: Era la clase social que nace bajo la protección de otra clase. Son personas
libres, integrados por extranjeros o proletarios bajo la protección de un ciudadano romano o
de un grupo gentil por una relación de clientela. Según algunos autores eran huéspedes
pobres, extranjeros vencidos y también esclavos libertos que habían quedado ligados a sus
antiguos dueños, úes al tener el Ius patronatus, ofrecían sus servicios a los patricios a
cambio de su protección.
Los Plebeyos: Era la clase social oprimida que no estaba sometida a la protección social.
Eran comerciantes, industriales, artesanos que carecían de derechos y solo poseían el Ius
comercii
Sacerdotales
La organización política de la antigua Roma se caracterizaba por una estructura compleja
que evolucionó a lo largo de los siglos. Los elementos clave de esta organización incluyen
el Rey, el Senado, los Comicios y los Colegios Sacerdotales. Estas instituciones
desempeñaron un papel fundamental en la toma de decisiones políticas y religiosas. Los
Colegios Sacerdotales eran asociaciones religiosas en la antigua Roma encargadas de los
asuntos religiosos y rituales. Entre los colegios más destacados se encontraban los
Pontífices, los Augures y los Vestales. Los Pontífices eran responsables de mantener y
regular el calendario religioso romano, así como de interpretar los auspicios. Los Augures,
por su parte, eran encargados de interpretar las señales divinas y los presagios.
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Sociedad romana.
El Rey era el gobernante supremo de Roma en sus primeros años. Aunque sus poderes
eran amplios, con el tiempo se vieron limitados por la creación de instituciones republicanas.
El Senado fue uno de los órganos más importantes de gobierno. Estaba compuesto por
miembros patricios y tenía la responsabilidad de asesorar al Rey y más tarde a los
magistrados republicanos. Su influencia y autoridad se derivaban de su prestigio y
experiencia acumulados.
Los Comicios
Eran asambleas populares en las que los ciudadanos romanos ejercían su derecho al voto.
Existían diferentes tipos de comicios, como los Comitia Curiata, los Comitia Centuriata y los
Comitia Tributa. Los ciudadanos romanos tenían la oportunidad de expresar su opinión y
participar en la toma de decisiones políticas a través de estas asambleas.
Tribunado de la Plebe
El Tribunado era una institución que representaba los intereses y las demandas de los
plebeyos. Los tribunos de la plebe eran funcionarios electos y tenían el poder de veto sobre
las decisiones del Senado y los magistrados. El Tribunado de la Plebe se convirtió en una
herramienta poderosa para la protección de los derechos de los plebeyos. Los tribunos
tenían la capacidad de convocar asambleas populares llamadas concilios de la plebe donde
se discutían y aprobaban leyes conocidas como plebiscitos Estos plebiscitos tenían fuerza
de ley y se aplicaban exclusivamente a los plebeyos. Uno de los logros más significativos
del Tribunado fue la Ley de las Doce Tablas. Esta ley, promulgada en el siglo V a.C., fue
una codificación escrita del derecho romano y estableció una base legal común para todos
los ciudadanos romanos. La Ley de las Doce Tablas proporcionó un marco legal que
garantizaba derechos fundamentales y protección jurídica para los plebeyos.
Magistraturas Republicana.
La concepción romana establecía que el magistrado (de magis=más) era la persona
investida de poder público (imperium), el cual inicialmente era un poder global sin
limitaciones constitucionales, sin embargo, los magistrados que solo tenían potestad podían
ver limitada su facultad de imponer castigos, reduciéndose, por ejemplo, a la mera
imposición de multas. Así, en la época Republicana solo los cónsules, pretores (y en
circunstancias especiales, también los dictadores) llegaron a gozar de imperium; mientras
que el resto de los magistrados tenían potestad, de igual manera, La constitución
Republicana se asentaba en tres pilares básicos: Senado, Asambleas Popular
Magistraturas, así que las magistraturas romanas fueron un cargo político y conjunto de
atribuciones con las cuales se investía a un ciudadano, el magistrado, para que
desempeñara ciertas funciones relacionadas con la administración y dirección política de la
ciudad, eran cargos de elección popular, cuyos sujetos ostentaban la facultad de ejercer su
poder afectando a todos los cives (=ciudadanos).
Magistraturas Ordinarias
Magistraturas Ordinarias, se llama magistratura ordinaria a aquella cuya competencia se
determina y regula de una vez y para siempre y tienen una denominación fija, de igual
manera se desarrolla su actividad en circunstancias normales y son elegidas por periodos
anuales (salvo los censores, elegidos cada cinco años), siendo permanentes aquellas que
están normalmente en constante e ininterrumpido ejercicio, con una sucesión anual
inmediata de los cargos, como ocurre en el consulado, la pretura, la edilidad, la cuestura y
el tribunado de la plebe. Por otro lado, las no permanentes son aquellas que, a pesar de ser
esenciales, no requieren un ejercicio continuo en el tiempo de forma inmediata, sino que se
establecen de tanto por periodos más o menos extensos, como ocurre en la censura. Las
magistraturas ordinarias eran las que regían en tiempos de normalidad. Se accedía a ellas
de acuerdo al cursus honorum, cuya forma definitiva quedó establecida, en el año 180 a. C.,
por la ley Villia annalis, además tenían un orden jerárquico descendente, El consulado, La
censura, La pretura, La edilidad, La cuestura.
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Magistratura Extraordinaria
Magistratura Extraordinaria. Es aquella que se crea de forma excepcional para responder a
exigencias circunstanciales gravosas, como la necesidad de nombrar un dictador por un
tiempo determinado, teniendo como competencia las magistraturas extraordinarias,
denominándose en cada caso particular, al mismo tiempo que se les elegía o, usualmente,
por una ley especial anterior al nombramiento.
Curules y no Curules
Curules y no Curules. La palabra curul remite en su etimología a la palabra latina “curulis”, a
su vez procedente de «currus» que aludía al carro empleado en la guerra; nombrándose de
ese modo, al asiento cuadrado “sella curilis” con adornos de esfinges o alegorías en marfil
(a veces toda la silla era de ese material) plegadiza y portátil (tipo tijera), sin respaldar ni
apoyo para los brazos, con patas curvas y en forma de x. Su origen sería etrusco, y si bien
habrían sido utilizadas desde la monarquía romana como símbolo del poder real, siendo
durante el gobierno de los últimos tres reyes, de origen etrusco, potestad monopolizada por
el rey, poder desplazarse, en carros o sillas tiradas por caballos; ciertos magistrados de la
Antigua Roma, de la época Republicana, recibieron el nombre de “curules”, con derecho a
usarlas, haciéndose extensiva la denominación “curul” al cargo que detentaban.
Magistraturas Mayores
Magistraturas Mayores: Las magistraturas ordinarias eran mayores (magistratus maiores) y
menores (magistratus minores), según la elección del magistrado dependiera,
respectivamente, de los comicios centuriados o de los comicios tribunados. Magistraturas
mayores eran: El Consulado, se le denominó a la magistratura romana que sustituyó la
monarquía al frente del Estado, de igual manera, se ocupaban de ejecutar leyes y tomar las
decisiones más importantes, cada año se elegían dos cónsules. La Pretura o los pretores
eran los encargados de presidir los tribunales, durante un año, aunque finalizado ese tiempo
podían convertirse en propretores y gobernar otro año sobre unos territorios determinados,
eran ocho, y podían considerarse los ayudantes de los cónsules, los cuales se encargaba
de realizar los juicios y aplicar los castigos a los culpables.
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Magistraturas Menores
Magistraturas Menores: Los Ediles eran magistrados menores sin imperio, originalmente se
crearon, al margen de la constitución romana, ediles plebeyos como asistentes del tribuno
de la plebe, fue en el año 367 a. C. se estableció el edil curul, como magistrado
constitucional patricio, al tiempo, se reconocería la constitucionalidad a los ediles plebeyos,
dada la igualdad de funciones, los ediles curules y plebeyos terminaron confundiéndose en
una sola magistratura. Tales funciones eran: cuidar el orden público (cura urbis); organizar
juegos y fiestas públicas (cura ludorum); vigilar el orden y resolver las controversias que
pudieran presentarse en los mercados (cura annonae), así como se ocupaban de
administrar las ciudades Romanas, así como La Cuesta, los primeros cuestores fueron
jueces encargados de los casos de asesinato de alta traición, con el tiempo. Su
denominación más común fue Decemviri Perduellionis et parricidii.
Los Comicios
Los Comicios. La historia del Derecho Romano nos coloca con respecto de los comicios al
inicio de esta, cuando el Rey Rómulo ordeno la división de los patricios en tres tribus, que
luego se subdividirían en 10 curias. Estas curias formarían los primeros comicios, por lo
tanto era en Derecho Romano una asamblea de habitantes del pueblo, en la que se
decidían todas las acciones a tomar en pro de la sociedad y en contra de quienes no
correspondían en respeto y obediencia al lineamiento legal que se empezó a escribir en
Roma. Según su etimología, la palabra comicio es proveniente del latín “Comitium” que
significa “Conjunto o Compañía” de ahí se establece que un comicio no es más que una
reunión de personas que en conjunto llegan a un acuerdo, estos comicios poseen una
función, todos las leyes constitucionales debían pasar por ellos. Sus cometidos más
importantes eran Declarar la guerra y firmar la paz, por lo tanto elegían a los altos
magistrados ordinarios.
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El Senado
El Senado. Era el que dominaba en materia de elección y de gobierno, siendo sobre todo un
órgano con poder ejecutivo: en él recaía la potestad de nombrar y controlar las más altas
magistraturas del Estado (consulado y pretura), y controlaba al ejército y llevaba a cabo la
política exterior, propiamente una cámara legislativa (aunque en algunos casos podía
promover leyes), pues por un lado los tribunos de la plebe tenían el poder de vetar cualquier
propuesta del Senado (fuera del tipo que fuera) y en general eran dichos tribunos los que
desarrollaban la función legislativa, redactando los proyectos de ley, que solían ser
sometidos previamente al Senado (procedimiento conocido como senadoconsulto, de
consultar al Senado) para después convocar los plebiscitos en los que finalmente eran
aprobadas las leyes; las leyes romanas, por tanto, eran promovidas a propuesta de los
tribunos, no del Senado, y sancionadas directamente por el pueblo. El paso de las leyes por
el Senado no era algo obligatorio, pero sí fundamental, pues al disponer del poder ejecutivo,
podía poner o no en ejecución un plebiscito votado, de manera que cualquier tribuno que
deseara ver desarrollado adecuadamente el programa de leyes que había promovido se
veía forzado a llegar a acuerdos con el Senado.
El Imperium Proconsulare
El Imperium Proconsulare. Otorgaba al príncipe los poderes de un procónsul, sin estar
restringido a una provincia específica (infinitum) y con carácter superior al de toda otra
autoridad (maius). Toda vez que su fundamento último consistía en una cualidad moral, cuál
era la auctoritas, el título de príncipe (así como sus poderes asociados) no era hereditario.
Jurídicamente, todo nuevo príncipe debía recibir sus poderes del senado y del pueblo
romano, a través de la lex de imperio. En los hechos, era habitual que fuera el príncipe
anterior quien designara a su sucesor. El procedimiento consistía en adoptar al elegido y
otorgarle gradualmente el ejercicio de los poderes imperiales, especialmente el mando
militar, para que así, llegado el momento, el senado y el pueblo no tuvieran otra alternativa
que nombrarlo como nuevo emperador.
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El Senado
Proviene del término Senex, que significa “El de mayor edad”. Según la obra de Agustín
Hurtado, era un órgano monárquico que se trataba de un consejo de señores o de una
corporación de ancianos. Según la tradición, compuesta por Patres o Senatores, cuyo
nombramiento era de origen real. El senado: Asamblea de los hombres más ricos,
interviene en decisiones políticas de alto rango, decide sobre las deliberaciones de los
comicios, tenían un cargo vitalicio, asesoran y juzgan a los magistrados,
Los Comicios
Los Comicios. El pueblo ejercitaba sus derechos en los comicios, considerado como el
segundo órgano de la época monárquica, en cuanto a la organización política se refiere.
Comitia Centuriata (Comicios Centuriados): intervienen en la elección de magistrados y en
la creación de leyes dictados por ellos. Comitia Tributa: Son la misma Comitia Plebis
convocada por magistrados para elegir magistrados menores, en las (Asambleas de la
plebe) y Tribunado de la Plebe: defienden los intereses del pueblo llano, pueden oponerse a
los magistrados Ius Intercessionis si afectan al gobierno de la ciudad o a la plebe.
Magistraturas
Magistratura especial llamada “Decem viral legibus scribundis” y al año siguiente lograron la
elaboración de una ley en diez tablas. Los plebeyos, en desacuerdo, crearon un nuevo
“Decem virato”, conformado por siete patricios y tres plebeyos, agregaron dos tablas más, a
las cuales los romanos llamaron inicuas porque no eran iguales. Existe diferencia entre los
criterios acerca de la Ley de las XII Tablas.
Organización Económica
La economía del Imperio romano se caracterizaba por la agricultura y el comercio como
actividades principales. A cambio de poseer y explotar las tierras, la población pagaba
impuestos al Estado. La economía del Imperio romano se desarrolló entre el año 27 A.C. y
el 476 D.C. La base económica de Roma, en la época de la monarquía 4, tuvo su origen en
pequeñas comunidades agrícolas, con muy escaso comercio y una rígida división en clases
sociales. La ganadería era de participación privada, mientras que la agricultura era de
manejo de las clases sociales bajas como la campesina y esclava. La economía durante la
Monarquía romana se destacó por la actividad agrícola, el sistema de intercambio y el
comercio comunitario con pueblos vecinos. Comercializaban mercancías de lo más
variadas, como cereales, metales, armas e, incluso, esclavos para trabajar en la agricultura.
La Minería
La actividad minera fue de gran importancia como fuente de recursos para la Antigua Roma.
Así, de la Galia se obtenía el hierro, mientras que las minas de Britania aportaban cobre y
las minas de Pangeo (Grecia) ofrecían oro. El mármol se conseguía de las minas de la Isla
de Paros y del Pentélico, cuyo comercio se extendía desde Grecia a la Península Ibérica.
Por otra parte, de Asia Menor se obtenía oro, plata, cobre y hierro, mientras que las minas
de Egipto brindaban el pórfido y el mármol necesarios para construir esculturas. Mientras
que las minas más rentables solían quedar en manos del Estado, las menos productivas se
entregaban en régimen de alquiler. Por lo que, quienes las explotaban, debían abonar un
canon a Roma. Quienes explotaban las minas tenían libertad para elegir entre mano de
obra libre y mano de obra esclava.
La Agricultura
En la economía de la Antigua Roma, la agricultura estaba valorada como una actividad
prestigiosa, pues dicha civilización tenía como origen a una sociedad agrícola y ganadera.
Los patricios, como la élite social, disponían de lujosas villas y explotaban grandes
extensiones de terreno o latifundios. Mientras tanto, los esclavos se encargaban del trabajo
en el campo, donde se producían diversos alimentos. Estos productos, al ser perecederos,
se transportaban diariamente a los mercados.
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La artesanía
La producción artesanal era muy variada y prácticamente todos los trabajos de edificación
locales les eran encargados a los artesanos de la ciudad. Más aún, los artesanos solían
servirse de materias primas locales para sus trabajos. Así, profesiones como los
carpinteros, los herreros y las mujeres tejiendo en los telares jugaron un papel importante
en la economía del Imperio romano.
El Comercio
En la época del Imperio romano, el mayor nivel de tráfico comercial, tuvo lugar dentro de las
fronteras del propio Imperio. Para facilitar la circulación de las mercancías se erigieron vías
y se ofrecieron mapas y guías. En cambio, el transporte marítimo, permitió el
desplazamiento de importantes cargamentos de mercancías.
Codex vetus
Justiniano hizo reunir todas las constituciones desde Adriano hasta sus días, así como sus
numerosas variaciones. Clasificó todo por materias bajo diferentes títulos y formó de ellos
una obra que apareció en el año 529 conocida con el nombre de Codex lustinianuso o
Código de Justiniano. El código fue confirmado por una constitución del emperador
(el Codex Vetus). Un pensamiento tan útil y acertado como era el de reunir todas las leyes
en una sola obra, indujo bien a Justiniano a publicar bajo su nombre otras colecciones
legales a las que dio fuerza obligatoria.
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Digesto
Concluidas las constituciones, encargó a Triboriano, uno de los principales redactores del
Antiguo Código (Codex vetus), y al cual asoció otros dieciséis abogados importantes, para
que tomara de las obras de los jurisconsultos más célebres todas aquellas doctrinas de las
que todavía se podía hacer uso en la práctica: Esta obra fue redactada en tres años durante
los cuales se compulsaron los escritos de treinta y nueve jurisconsultos, cuyas sentencias
se tomaron la mayoría de las veces, no de sus mismas obras, sino de otras en que habían
sido insertadas, por efecto de la precipitación y de la impaciencia con que se trabajó.
Novellae constituciones
Después de publicadas estas colecciones legales el reinado de Justiniano se prolongó
treinta años más dictándose multitud de constituciones y decretos que son conocidas con el
nombre de Novellae constitutiones. Se conservaron por mucho tiempo separadas y hoy en
día debemos tenerlas reunidas a una combinación hecha por los glosadores, compuesta de
nueve colaciones. Cada colación comprende muchos títulos y en ellos se contiene
generalmente una novela, pero la novela octava comprende dos que son el segundo y el
tercero de la segunda colación. Los glosadores no admiten en las nueve colaciones más
que noventa y siete novelas, que forman por consiguiente noventa y ocho títulos. A las
demás las miraban como inútiles, llamándolas, extravagantes o novellae extraordinarias, las
que se añadieron en un principio a la novena colección, hasta que La Conte las incorporó a
la edición no glosada que dio en 1571. De manera que ahora hay 168 novelas, de las
cuales 160 son de Justiniano, mientras que las novelas 140 y 144 son de Justino el Joven,
las 161, 163 y 164 son de Tiberio, y las 166 y 168 son edictos de los praefecti pretorio
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Conclusión
Bibliografía
Fuente
academia-lab.com
https://academia-lab.com › 2012/08/06 › las-fuentes-del-
Bravo, Gonzalo. (1998). Historia de la Roma antigua. Colección "El libro universitario.
Materiales". Madrid: Alianza. ISBN 84-206-5732-8 e ISBN 978-84-206-5732-5