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UNIDAD I
NOCIÓN Y UBICACIÓN DEL CONTRATO. SU EVOLUCIÓN Y ESTADO ACTUAL
Evolución y estado actual de la noción de contrato.
1) Derecho Romano: históricamente nos remitimos al Derecho Romano ya que tiene gran
influencia en nuestro Código Civil. Pero en lo que al tema respecta, el Derecho Romano tenía una
concepción realista y mucho más objetiva del contrato que en la actualidad. Para Vélez, lo que
caracteriza al contrato es el acuerdo, mientras en Roma, sólo había contrato cuando se cumplían
ciertas exigencias o requisitos formales (por ej., la sponsio requería ciertas formalidades sin las
cuales no había contrato).
2) Derecho Francés: tenía una concepción voluntarista y subjetiva del contrato: bastaba el mero
acuerdo para que hubiera contrato. Esta concepción ha imperado en el derecho occidental
continental, en los países del “civil law” en contraposición a los países del “common law”.
3) Derecho Anglosajón actual: tiene una concepción realista y objetiva ya que prevaleció el
Derecho Romano como fuente. Se requiere que se cumplan ciertos requisitos y que se produzcan
en determinadas circunstancias. Además, en el Derecho Anglosajón existe la consideration que
exige que además del acuerdo haya una prestación en miras a satisfacer una contraprestación, es
decir que ambas partes realicen un sacrificio para que haya contrato.
4) Nuestro Derecho: se tomó la concepción del Derecho Francés (subjetivista y voluntarista) pero
morigerada en cierto modo. Por ej., en los contratos de consumo, en nuestro derecho, interesa
más el equilibrio de las prestaciones que el mero acuerdo, lo cual supone objetivar la noción
voluntarista y subjetiva del siglo XIX.
PUNTO 1
UBICACIÓN DEL CONTRATO EN UNA TEORÍA GENERAL DEL DERECHO
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CONTRATOS
a.1) Voluntarios: son aquellos en los que el hombre actúa con voluntad, es decir, con
discernimiento, intención y libertad (elementos internos del hecho voluntario), y la misma se
exterioriza, se manifiesta.
a.2) Involuntarios.
Los Hechos Jurídicos Humanos Voluntarios pueden ser:
a.1.a) Lícitos: son aquellos en los que se actúa conforme al ordenamiento normativo.
a.1.b) Ilícitos.
Los Hechos Jurídicos Humanos Voluntarios Lícitos pueden ser:
a.1.a.1) Simplemente Lícitos: (art. 899 C.C.) estos no producen por sí más que resultados
materiales (no se persigue un fin jurídico), pero por las circunstancias en que han tenido lugar el
derecho les asigna consecuencias jurídicas1.
a.1.a.2) Actos Jurídicos Strictu Sensu: son aquellos en los cuales el agente persigue un fin jurídico
determinado, pero el derecho les asigna otros efectos distintos de los buscados2.
a.1.a.3) Actos o Negocios Jurídicos: Están definidos en el art. 944 que dice que: “Son actos
jurídicos los actos voluntarios lícitos, que tengan por fin inmediato, establecer entre las personas
relaciones jurídicas, crear, modificar, transferir, conservar o aniquilar derechos”. En estos el efecto
buscado por el sujeto coincide con el que le asigna el derecho (la nota específica del acto jurídico
que sirve para distinguirlo de los demás actos es su fin jurídico: nacimiento, modificación o
extinción de una relación jurídica). Dentro de estos se ubica el contrato, que por naturaleza es un
acto jurídico.
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CONTRATOS
6.b) Actos Jurídicos Extrapatrimoniales: son los que no tienen contenido económico.
9) El contrato, que es también fuente de obligaciones por tratarse de un “acto lícito”, por lo tanto,
del mismo van a surgir obligaciones para las partes que lo celebren.
Cabe aclarar que en el campo de las relaciones creditorias u obligaciones el rol del contrato
no se limita a crear o constituir tales relaciones; puede trasmitir la relación creditoria, tanto en su
aspecto activo (cesión de créditos) como en el pasivo (cesión de deudas) y, asimismo, como un
conjunto de créditos y deudas, que es lo que acontece cuando se cede un contrato o mejor dicho,
la posición contractual.
Y a más de crear o transmitir la relación jurídica creditoria, el contrato también puede
modificar esas relaciones ya existentes, o bien, finalmente, extinguirlas.
La amplitud acordada al concepto de contrato en el ámbito obligacional, encuentra
fundamentación en nuestro derecho en la definición del art. 1137 (cuando habla con toda latitud de
“reglar derechos”) y en el alcance que el art. 944 otorga al acto jurídico en general: “crear,
modificar, transferir, conservar o aniquilar derechos”.
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Son contratos que sirven de título para el derecho real los siguientes: compraventa, permuta, cesión de derechos y
acciones, donación, futura constitución de usufructo, futura constitución de uso, futura constitución de habitación, futura
constitución de servidumbre real, hipoteca, prenda y anticresis.
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CONTRATOS
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Por ley 21.173 se incorpora al C.C. el art. 1071 bis sobre derecho a la intimidad que expresa: “El que arbitrariamente
se entrometiere en la vida ajena, publicando retratos, difundiendo correspondencia, mortificando a otros en sus
costumbres o sentimientos, o perturbando de cualquier modo su intimidad, y el hecho no fuere un delito penal, será
obligado a cesar en tales actividades, si antes no hubieren cesado, y a pagar una indemnización que fijará
equitativamente el juez, de acuerdo con las circunstancias; además, podrá éste, a pedido del agraviado, ordenar la
publicación de la sentencia en un diario o periódico del lugar, si esta medida fuere procedente para una adecuada
reparación”.
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El art. 947 cita como ejemplo de acto jurídico unilateral el testamento.
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CONTRATOS
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CONTRATOS
Luego del Título I trae el Código, en diecisiete títulos, la parte especial dedicada a la
regulación de los contratos en particular.
La presencia al final de la Sección III, en el Título XVIII, de dos cuasicontratos clásicos
constituye un grave error de método; ni la gestión de negocios ni el empleo útil son contratos.
Ocurre que nuestro Código no confirió a las fuentes de las obligaciones el lugar que las mismas
merecen. En vez de abarcarlas a todas con lógica proximidad en una sección, prefirió tratarlas
aisladamente: por un lado los “actos ilícitos” (delitos y cuasidelitos) en la Sección II, dedicada a los
“hechos y actos jurídicos”; por otro lado, en la Sección III, al contrato, y finalmente, en el “furgón de
cola” de los contratos en particular, a dos especies cuasi contractuales.
No es posible silenciar, asimismo, la equivocación en el método que significa ubicar a las
garantías por saneamiento, comprensivas de la evicción y los vicios redhibitorios, junto con las
figuras contractuales típicas cuando un ordenamiento más prolijo aconseja su tratamiento dentro
de los efectos de los contratos o, mejor aún, de los contratos onerosos.
Los códigos dictados durante el siglo XX siguen, en su gran mayoría, el método inspirado
en los planteos de Savigny, consistente en separar la Parte General de la Especial; así por ej., los
Códigos alemán, brasileño, soviético, japonés, turco, etc.
PARTE CONTRACTUAL
Parte contractual es un centro de interés que, por lo común, suele estar constituido por una
sola persona o sujeto, pero que a veces, también puede estar integrado por varios sujetos que
persiguen el mismo interés común, sin perjuicio de las diferencias específicas de intereses que
puedan existir entre ellos. Por ejemplo, cuando varios condóminos venden la cosa común o
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CONTRATOS
cuando varios adquirentes compran una cosa en condominio. Es este supuesto, hay en el contrato
de compraventa solamente dos partes: la compradora y la vendedora; pero cada una de ellas o
ambas pueden estar formadas por varios sujetos6.
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Las Sociedades, por la circunstancia de ser sujetos colectivos, no dejan de ser un sujeto único frente a los terceros que
entran en relaciones jurídicas con ellas.
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CONTRATOS
PUNTO 2
UBICACIÓN DEL CONTRATO EN LA REALIDAD SOCIAL: ANÁLISIS
ECONÓMICO DE LOS PROBLEMAS CONTRACTUALES. LA NEGOCIACIÓN
CONTRACTUAL
Dimensión Sociológica
Desde esta visión se extraen los datos relevantes de la realidad social a la hora de
conformar un contrato.
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CONTRATOS
Este sistema económico fue criticado tanto por el Marxismo, que consideraba que el
capitalismo producía una acumulación de capital en desmedros de las clases trabajadoras, como
por la Iglesia Católica en la Encíclica Rerum Novarum de León XIII.
Estas dos corrientes que criticaron al capitalismo llevaron a que durante la primera mitad
del Siglo XX el Estado asumiera un rol activo en las relaciones económicas (intervensionismo-
keynesianismo).
En la década de 1980 (gobiernos de Tatcher en Inglaterra y de Reagan en EE.UU.) se
retorna al capitalismo clásico del Estado “gendarme” (caída del Muro de Berlín).
Hoy en día, ya no existe el problema del Capitalismo vs. Colectivismo. Hay Capitalismo vs.
Capitalismo, es decir, hay dos vertientes de este sistema:
- Capitalismo Anglosajón: es el capitalismo clásico del “Estado Gendarme”; todos los bienes
patrimoniales son susceptibles de comercializarse.
- Capitalismo Renano (alemán) o Economía Social de Mercado: el Estado toma un papel de
equilibrador en las relaciones económicas.
Con todo este desarrollo resulta obvio que no se puede estudiar al contrato sin una
proyección económica.
b) Es un instrumento eficaz para la negociación.
Porque a través del contrato las partes negocian para llegar a un acuerdo. La negociación
concluye cuando hay acuerdo, es decir, en el contrato.
Hoy, esto del contrato como instrumento para la negociación se encuentra en crisis, ya que
hay contratos en los que no hay negociación, sino que el mismo proviene del poder o la autoridad
ejercida por aquél que detenta un mayor poder de negociación, por ej., el contrato por adhesión.
Hay un quiebre del concepto tradicional del contrato, porque encontramos nuevas categorías
resultantes, por lo cual debemos analizar los efectos jurídicos que les vamos a asignar.
Hay que diferenciar los siguientes contratos:
- Contratos Negociados: son aquellos que resultan de una negociación.
- Contratos Masificados: son aquellos que resultan de la predisposición de la parte más fuerte
(Contratos en masa).
- Contratos entre Empresas: generalmente son negociados, pero también pueden ser
masificados, por ej., el contrato de franquicia, en el cual quien la otorga impone las
condiciones.
- Contratos de Consumo: son aquellos que vinculan una empresa con un consumidor; se da el
fenómeno de la masificación y no hay negociación.
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CONTRATOS
1) Contratos Predispuestos
2) Contratos por Adhesión Estandarización contractual
3) Condiciones Generales de Contratación
4) Contratos Normativos Preparatorios
5) Contratos Tipo
6) Contratos Preliminares
Estandarización contractual.
Las tres primeras modalidades están vinculadas al fenómeno de estandarización
contractual: los grandes protagonistas de las operaciones económicas son las empresas, quienes
producen en masa (masificación de la producción). Esto requiere una aceleración de la
comercialización y una de las maneras es estandarizando, unificando las condiciones
contractuales. Estas tres figuras si bien están estrechamente vinculadas entre sí, deben
diferenciarse necesariamente, ya que responden a diferentes supuestos. El Proyecto de Alterini
distingue estas tres modalidades.
1) CONTRATOS PREDISPUESTOS.
Son aquellas modalidades contractuales por las cuales una de las partes (predisponente)
pre-redacta el contrato, quedando al disponente sólo la posibilidad de aceptar o rechazar la
propuesta.
El predisponente tiene mayor poder negocial que consiste en la pre-redacción del contrato
(nota caracterizante).
El disponente ve afectada su libertad contractual que comprende la libertad para establecer
los contenidos del contrato.
Estas tres modalidades tienen una nota común que es la pre-redacción, y un problema
común que es el que se da cuando las cláusulas son injustas, cuando hay un abuso en la pre-
redacción, cuando se redacta trasladando riesgos cuando normativamente están a cargo del
predisponente.
Contratos preparatorios.
Dentro de las modalidades que tienden a preparar o dinamizar la contratación vimos que se
encontraban los contratos tipo y los normativos, ambos pertenecientes a la especie de los
contratos preparatorios que son aquellos que tienen como fin, como bien la palabra lo indica,
preparar futuros contratos.
4) CONTRATOS NORMATIVOS.
En estos tipos de contratos, las partes, en previsión de una pluralidad de relaciones
contractuales a constituirse entre ellas en el futuro, determinan anticipadamente el esquema
genérico de regulación de esos contratos para el supuesto de que los mismos se celebren.
Las partes de antemano negocian el contenido de los futuros contratos, aunque en la
hipótesis de que decidan celebrarlo pueden ampliarlo o modificarlo en virtud del principio de
autonomía de la voluntad. Se trata de una especie de contrato marco: se sientan las bases, las
directivas o pautas generales.
Cabe aclarar que las partes no quedan obligadas a celebrar el futuro contrato, pero en caso
que decidan celebrarlo, lo pactado en este tipo de contratos, obliga a ambas partes.
5) CONTRATOS TIPO.
La mayoría de la doctrina considera que entre los contratos normativos y este tipo de
contratos existe una relación de género a especie. Es decir que el contrato tipo es una especie de
los contratos normativos.
En este tipo de contratos, las partes, en previsión de una pluralidad de relaciones
contractuales a realizarse entre ellas, deciden establecer anticipadamente el esquema concreto del
contenido de esas futuras relaciones contractuales.
Contiene el clausulado definitivo de esos futuros contratos, por lo que para contratar les va
a bastar manifestar su voluntad de realizarlo.
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CONTRATOS
6) CONTRATOS PRELIMINARES
Suele ocurrir a veces que las partes no quieren o no pueden concluir inmediatamente un
contrato, y entonces convienen en estipularlo cuando llegue la oportunidad.
El contrato preliminar es aquel mediante el cual una de las partes o bien ambas se obligan
a celebrar en un momento ulterior otro contrato que, por contraste, suele llamarse definitivo y cuyo
contenido ha quedado determinado por aquel preliminar . La nota que los diferencia de los
contratos preparatorios (normativos y tipo) es que en estos hay obligación de contratar en el futuro.
1) EL AUTOCONTRATO.
Este tipo de contrato se perfecciona con el consentimiento de una sola persona que
responde a centros de intereses distintos. Va de la mano de la representación (manifestar la
voluntad a nombre y por cuenta de otra persona); tiene que haber una manifestación de voluntad
mediando representación.
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CONTRATOS
PARTICULARIDADES:
- Se trata de un contrato con sujeto alternativo.
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El art. 1919 establece que si el mandatario “…fuese encargado de tomar dinero prestado, podrá prestarlo él mismo al
interés corriente; pero facultado para dar dinero a interés, no podrá tomarlo prestado para sí, sin aprobación del
mandante”.
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CONTRATOS
- El contrato siempre se celebra a nombre y por cuenta propia, por lo cual si la parte
que lo celebra no designa a otra persona en el tiempo establecido por el contrato, o si
el designado no acepta, los efectos caen sobre quien lo celebró.
- Si se designa a otro hay una sustitución del rol de parte. El designado queda en la
misma situación jurídica que tenia el designante.
Esta figura no está disciplinada por nuestro derecho.
Los efectos del contrato van a operar desde el vencimiento del plazo fijado para la
designación. En cuanto a la duración del plazo, nuestro C.C. no lo prevé, por lo que rige la
autonomía de la voluntad de las partes. Pero si las partes no determinan un plazo, tendrán que
recurrir al juez para que lo haga, salvo que se trate de un plazo tácito.
Algunos proyectos de reformas nacionales establecen plazos de entre 5 y 10 días; el plazo
es corto para que queden definidas las partes.
El Cod. Italiano de 1942 establece un plazo de 3 días.
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CONTRATOS
mérito del nuevo contrato puede adquirir derechos y obligaciones iguales o más limitados, pero no
mayores. La modificación puede ser cuantitativa pero no cualitativa.
La subcontratación presupone la existencia de tres centros de intereses y de contratos
plurales, ubicados en unión jurídica con dependencia unilateral y funcional. Así en la locación
de cosas, los centros de intereses están dados:
1) por el locador en el contrato originario;
2) por el locatario en igual contrato, que es, a la vez, sublocador en el contrato derivado, y
3) por el sublocatario (locatario del locatario) en el contrato derivado o subcontrato.
Los contratos:
son plurales: una primera y una segunda locación;
son distintos, en cuanto el subcontrato puede originar derechos y obligaciones no coincidentes
con las nacidas del contrato-padre; pero, asimismo, la relación de filiación crea una
dependencia unilateral y funcional: las facultades que el sublocador puede otorgar al
sublocatario están limitadas por el respeto debido a las cláusulas del contrato originario,
principalmente en cuanto al tiempo de duración y en cuanto al uso y goce a darse a la cosa
locada.
La existencia de tres centros de intereses posibilita la acción directa, ejercida por el
causante contra el causahabiente mediato. La admisión de la acción directa que tiene el locador
contra el sublocatario (art. 1601, inc. 2) y éste contra aquél (art. 1591); los subempresarios contra
el dueño de la obra (art. 1645), etc., no importa, por ende, una “inconsecuencia técnica” respecto
al concepto de contrato derivado.
PUNTO 3
PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO (PGD) EN LAS RELACIONES
CONTRACTUALES:
DIMENSIÓN AXIOLÓGICA O VALORATIVA
Esta dimensión apunta a saber qué valores intervienen en la noción de contrato. Desde
esta dimensión el contrato es un instrumento para la realización de valores.
En el derecho, el valor fundamental es la Justicia (valor rector de todo el ordenamiento
jurídico, es la ratio del derecho, el valor de los valores).
Como el contrato tiene un contenido patrimonial es necesario tener en cuenta un valor que
es propio de la ciencia económica: la Utilidad.
Puede darse, como bien decía Jack Sten, jurista francés, que haya tensión entre estos
valores: “no todo lo útil resulta ser justo”. La labor del jurista es lograr la Justicia, pero
armonizándola con la Utilidad, es decir, debe primar la Justicia y la personalización del hombre
(que el hombre sea cada vez más hombre, más digno).
Precisamente para lograr la Justicia Contractual hay que valerse de los Principios
Generales de Derecho. Durante mucho tiempo, sobretodo con el racionalismo que comenzó con el
Code Napoleónico se entendía que lo justo era lo acordado, pero luego se comenzó a criticar este
positivismo. Para esto ayudó la Doctrina Social de la Iglesia, por ej. la Encíclica de León XIII.
Con la expansión de los PGD se fue llegando a ver la importancia de la Justicia
Contractual. Antes los PGD eran simplemente residuales, tal como lo prevé nuestro C.C. en el art.
16, pero hoy se han revalorizado y hay una fuerte expansión de estos valores.
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CONTRATOS
b) Libertad Contractual: implica la libertad para poder configurar el contenido del contrato.
2) BUENA FE.
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CONTRATOS
La Responsabilidad Precontractual.
Como se ha visto, el art. 1198 reformado por la ley 17.711 dispone que “los contratos deben
celebrarse…de buena fe”. La reforma ha venido a resolver un debatidísimo problema planteado
durante la vigencia del Código Civil anterior a ella, consistente en saber si en nuestro
ordenamiento era o no admisible la responsabilidad emergente para las eventuales partes por
actos que determinarán la ruptura injustificada de las negociaciones previas y, por consiguiente, el
fracaso de la concertación del negocio.
Ha quedado explicado en qué consiste la buena fe con referencia al momento de la
celebración del contrato, caracterizándosela como lealtad en el trato, sinceridad en la exposición
de las circunstancias que puedan determinar la voluntad de la contraparte. Desde luego, esa
lealtad y sinceridad en la conducta deben ser no solamente simultaneas al instante de la
concertación del contrato sino anteriores a dicho momento, ya que, de ordinario las partes llegan al
acto de la formalización del negocio después de un proceso más o menos largo de conversaciones
y deliberaciones previas, durante las cuales deben informarse recíprocamente acerca de los
pormenores que consideren relevantes para determinar su consentimiento. Pero la ley no
determina el momento exacto en que, dentro de ese proceso de conversaciones previas, nace el
deber de buena fe. En línea general, la simple declaración de querer entrar en negociaciones ha
de considerarse irrelevante, ya que la persona a quien va dirigida puede no adherir a ella. Es
menester que a tal declaración siga la confianza de la otra parte en la seriedad de la invitación;
confianza que verdaderamente representa la circunstancia determinante que da empuje a las
negociaciones y, por lo tanto, representa el ulterior presupuesto que, juntamente con la oferta,
integra el hecho constitutivo del deber de buena fe. Así pues, el deber de buena fe nace en el
instante en que alguien dirige a otro una oferta revestida de caracteres de seriedad idóneos y
suficientes para hacer nacer en el destinatario la confianza en que las negociaciones que se inician
habrán de ser llevadas a buen término.
En cuanto al contenido del deber de buena fe, y para poder formarnos una idea adecuada
del mismo, debemos partir del análisis del proceso de formación de la voluntad contractual.
- Si atendemos al supuesto de formación instantánea de dicha voluntad, advertiremos que
quien formula una oferta ha estimado previamente la aptitud del contrato para satisfacer sus
intereses; por su parte, el destinatario de la propuesta, antes de aceptarla, necesita y quiere
informarse de las circunstancias que le permiten valorar la conveniencia de llevar a cabo el
negocio.
- Si al contrato han de llegar las eventuales partes a través de un proceso de
deliberaciones previas, resulta aun más evidente que los futuros contratantes quieren informarse
adecuadamente acerca de la conveniencia o inconveniencia que, para cada uno de ellos, puede
significarles la concertación del negocio.
Ocurre asimismo que, además de necesitar las partes una información adecuada acerca de
las circunstancias que habrá de decidirlas a celebrar el negocio, se ven precisadas a mantener en
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CONTRATOS
reserva entre ellas ciertas noticias o informes adquiridos durante el curso de las conversaciones,
para evitar que terceros puedan valerse de los mismos en perjuicio de los eventuales contratantes.
Cabe agregar que hoy en día se habla de una responsabilidad postcontractual, es decir, la
responsabilidad que puede surgir una vez que el contrato ya fue ejecutado, como ser violar el
deber de secreto.
3) ABUSO DE DERECHO.
Fue introducido en el art. 1071 reformado por la reforma del ’68. Este principio era extraño
para Vélez, por su concepción absoluta de los derechos.
La doctrina y la jurisprudencia fueron generando una noción de abuso de derecho y ya el
Proyecto de Bibiloni comenzó a reconocer lo que ya reconocían aquellas.
¿Cuándo un acto es abusivo? Hay dos teorías al respecto:
a) Teoría Objetiva: se subdivide en dos corrientes
Una considera que lo abusivo es lo contrario a la moral, las buenas costumbres o la buena fe.
Otra sostiene que hay abuso cuando se contraría el fin que tuvo la ley al reconocer los
derechos o los particulares al celebrar el contrato (Teoría de Josserand).
b) Teoría Subjetiva: esta teoría, recurriendo a las fuentes de la responsabilidad subjetiva,
considera que hay abuso cuando hay dolo o culpa.
Nuestro legislador tomó la teoría objetiva en sus dos corrientes, ya que se considera que
hay ejercicio abusivo de los derechos cuando se contraríe los fines que la ley tuvo en miras al
reconocerlos o al que exceda los límites impuestos por la buena fe, la moral y las buenas
costumbres.
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4) RAZONABILIDAD.
Este principio ya existía en el Derecho Público desde hacía mucho tiempo. En el Derecho
Civil comienza a aplicarse en la década del ’70, por lo que es un principio nuevo, pero no es propio
de este derecho, sino que sus fuentes se encuentran en el Derecho Constitucional. En el Proyecto
de Alterini, el art. 967 consagra este principio.
Este principio permite al juez realizar un cotejo productivo, resolver con un sentido humano
de valoración. Lo razonable es lo jurídicamente aceptable, lo cual denota una valoración
humanista.
Se critica este concepto porque es muy amplio. Los dogmáticos sostienen que esto
permite al operador moverse en un campo muy abierto, por lo cual lo jurídicamente aceptable varía
de acuerdo al operador.
Por último, vale decir que este principio se va gestando y limita al Derecho Contractual, a la
autonomía de la voluntad.
UNIDAD II
ELEMENTOS DEL CONTRATO
PUNTO 1
CLASIFICACIÓN ELEMENTOS ESTRUCTURALES, NATURALES Y ACCIDENTALES
ELEMENTOS DEL CONTRATO. CLASIFICACIÓN8
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En el terreno de los elementos del contrato, reina una gran anarquía, no sólo en lo relativo al alcance o significado de
los vocablos sino también, lo cual es más importante, en lo relativo a saber qué elementos integran el contrato
concurriendo a su formación y validez.
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CONTRATOS
PUNTO 2
ELEMENTOS ESTRUCTURALES
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CONTRATOS
3) Desde otro punto de vista, las manifestaciones (ya fueren declarativas o no) pueden ser:
Recepticias: este tipo de manifestaciones para ser eficaces (es decir, para producir los
efectos jurídicos propios de ellas) deben ser necesariamente dirigidas a uno o varios destinatarios
y no producen efectos jurídicos si no llegan a conocimiento de estos.
No recepticias: estas no necesitan ser dirigidas a nadie. Producen sus efectos jurídicos
propios tan pronto como son producidas, con prescindencia del conocimiento que otros sujetos
puedan llegar a tener de ellas.
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CONTRATOS
Variantes de la Manifestación.
Directa Mediante Comportamiento Declarativo: por ej., la oferta para realizar un contrato.
Directa Mediante Comportamiento No Declarativo: el cumplimiento de las prestaciones sin
decir nada, es decir, cuando el que iba a contratar, directamente ejecuta el contrato.
Indirecta Mediante Comportamiento Declarativo: la venta del inmueble que previamente se
había ofrecido en locación (es indirecta porque se había ofrecido alquilar el inmueble, pero como
se lo vende se infiere que ya no se quiere alquilar).
Indirecta Mediante Comportamiento No Declarativo: la destrucción de un contrato por el
acreedor (se infiere indirectamente mediante la conducta de romper el contrato, la intención de no
exigir el crédito).
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Dice la nota al art. 918: Regularmente el acto no basta por sí solo, para establecer la declaración de la voluntad: es
preciso además el concurso de otras circunstancias exteriores. Si un acreedor, por ejemplo, entrega a su deudor el
título de su crédito, este acto, según las circunstancias, es susceptible de muchas interpretaciones. Puede ser mirado
como una remisión tácita de la deuda, o como una prueba del pago de ella. La presentación voluntaria ante un juez
incompetente, importa una prorrogación tácita de la jurisdicción; mas esta prorrogación no tiene lugar si se ha hecho
por error.
En otros casos los actos por sí importan la certidumbre de la voluntad. El acreedor que recibe con anticipación
intereses por un cierto tiempo, promete por ese hecho no reclamar el capital antes de la expiración de ese término.
Cuando un heredero vende todos los inmuebles de una sucesión en presencia de sus coherederos, y éstos reciben la
porción del precio que les correspondía, se juzga que ellos han vendido tácitamente su parte.
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CONTRATOS
Ignorancia y error.
La ignorancia y el error expresan dos estados intelectuales diferentes; la ignorancia
significa la ausencia completa de nociones sobre un punto cualquiera; el error supone falsas
nociones sobre él. La doctrina moderna prescinde del estudio de la ignorancia y se limita a
considerar el error.
El error jurídico importa una falla de conocimiento, una discordancia entre un dato
determinado de la realidad y la representación mental que de ese dato tenía el sujeto al realizar un
acto que el derecho valora.
El error puede ser de hecho o de derecho. Es de hecho cuando el falso conocimiento recae
sobre un dato fáctico o de hecho, contenido o presupuesto del negocio. Es de derecho cuando se
refiere “al derecho aplicable a un caso dado”, a la disciplina jurídica del negocio, a la ley.
El art. 923 se ocupa del error de derecho disponiendo que el mismo no excusa. En ningún
caso impedirá, dice, “los efectos legales de los actos lícitos, ni excusara la responsabilidad por los
actos ilícitos”. Salvo que, de acuerdo con el art. 20 la excepción esté expresamente establecida.
Distingue el Código el error esencial del error accidental (arts. 924 y ss.); el primero es
causa de nulidad del acto (anulabilidad), el segundo, no ejerce influencia alguna sobre su validez.
La doctrina clásica seguida por Vélez establece categorías típicas de errores esenciales de
acuerdo con el elemento sobre el que recae: sobre la naturaleza del contrato o in negocio (art.
924), sobre la persona (art. 925), sobre la causa fin (art. 926 primera parte), sobre las cualidades
substanciales de la cosa (éstas son las tenidas en vista por los contratantes) (art. 926 segunda
parte), o sobre el objeto (art. 927).
En la doctrina moderna prima un concepto distinto: si aquellos sobre lo cual se erró era
fundamental en ese contrato determinado el error es esencial.
Pero además de ser esencial el error requiere, para ser relevante, es decir para actuar
como causa de anulabilidad del contrato, ser excusable. El art. 929 alude a este requisito en los
siguientes términos: “ el error de hecho no perjudica cuando ha habido razón para errar, pero no
podrá alegarse cuando la ignorancia del verdadero estado de las cosas proviene de una
negligencia culpable”. La culpa de quien yerra, teniendo en cuenta las circunstancias del caso
particular, le veda la invocación de su error.
En la doctrina moderna el requisito de la excusabilidad es sustituido por el de la
reconocibilidad del error. El error es reconocible, por la otra parte contratante, cuanto atendidos el
contenido o las circunstancias del negocio o la calidad de las partes, una persona de normal
diligencia lo hubiese podido advertir, aunque de hecho no lo haya advertido.
Es indudable que en la reconocibilidad, va, en cierto modo, implícita la excusabilidad ya que
normalmente es reconocible el error excusable.
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CONTRATOS
Dolo.
El dolo como vicio para “... conseguir la ejecución de un acto, es toda aserción de lo que es
falso o disimulación de lo verdadero, cualquier artificio, astucia o maquinación que se emplee con
ese fin” (art. 931). Cabe tener presente que cuando hay dolo siempre hay ilicitud; el engaño es, en
todos los casos, contrario a la ley. Las falsedades leves, no son dolo.
El dolo vicia la voluntad negocial actuando sobre la inteligencia mediante el engaño y, por lo
tanto, induciendo a error al autor del negocio, es decir, que cuando el error es producto de un
engaño se habla de dolo.
La reticencia dolosa (art. 933), a diferencia de la acción dolosa, es un dolo por omisión; se
configura cuando el contratante no desengaña a la parte contraria sobre un error reconocible en
que incurre, o no le suministra aclaraciones que un deber de buena fe imponía. “La ley tutela la
buena fe pero no la credulidad”.
Tanto la acción como la omisión dolosa violan la buena fe con que deben celebrarse los
contratos (art. 1198).
El dolo, para actuar como vicio de la voluntad y conducir a la anulabilidad del negocio
jurídico, debe ser:
Determinante del querer, también denominado esencial o principal (art. 932 inc. 2do.). Si el
contrato hubiese sido igualmente concluido en las mismas u otras condiciones, nos encontramos
frente a un dolo incidental, que no quita validez al acto pero obliga a reparar los daños y perjuicios
causados (art. 934). Si existió el dolo en cualquiera de sus formas, de simulación o disimulación, y
si el perjuicio se produjo, no interesa la intención. El dolo no requiere una intención especifica de
perjudicar al otorgante, aunque esa es la consecuencia. La intención puede estar dirigida a
perjudicar sólo por malignidad, pero también puede estar dirigida a obtener un beneficio indebido
para sí o para terceros, por afán de lucro, simpatía o lo que fuere. Una acción u omisión puede
engañar a uno sí y a otro no, según sus condiciones intelectuales o biológicas, y el juzgador debe
tenerlas en cuenta para establecer si la voluntad fue determinada o no por el dolo.
Además el dolo debe ser grave (art. 932 inc. 1), susceptible de engañar a un hombre de
mediana prudencia. Se traza un paralelo entre el dolo grave y el error excusable. Así como quien
incurrió en un error por descuido no lo puede alegar, también le está impedido impugnar el acto a
quien por negligencia se dejó engañar.
Que el dolo haya ocasionado un daño importante (932, inc. 3): Según Mosset, el calificativo
“importante” permite dejar de lado, exclusivamente, aquellas acciones u omisiones dolosas que
acarrean daños insignificantes.
Que el dolo no sea recíproco: El art. 932 inc 4, prohíbe alegar el dolo de la parte contraria
cuando a su vez se ha actuado engañosamente (dolo reciproco).
Vélez equiparó el dolo de la parte al dolo producido por un tercero (art. 935). No se ocupó
para nada del porqué de la actuación del tercero, o sea, en distinguir el tercero que actúa en
connivencia con la parte, de aquél que se mueve por su exclusiva cuenta, al margen del
conocimiento del contratante que obtendrá el beneficio. Nuestros tribunales dijeron: “cuando el
dolo da causa al acto, no se hace diferencia si es causado por una de las partes o por un tercero, y
es así dentro de la letra misma de la ley, sea culpable o inocente; la diferencia estriba en que si es
inocente, debe soportar la nulidad del acto jurídico, pero si es culpable también responderá
solidariamente por los daños y perjuicios”.
28
CONTRATOS
Violencia.
El CC en los arts. 936 y ss., se ocupa de la violencia como vicio de la voluntad,
comprensiva de la violencia material o física (vis absoluta) y de la violencia mental, moral o
psíquica (vis compulsiva). En esta última la violencia actúa sobre la determinación psicológica.
Habrá violencia moral o intimidación “... cuando se inspire a uno de los agentes por injustas
amenazas, un temor fundado en sufrir un mal inminente y grave en su persona, libertad, honra o
bienes, o de su cónyuge, descendientes o ascendientes, legítimos o ilegítimos”, conforme al art.
937. El art. 938, completando el artículo anterior dispone “la intimidación no afectara la validez de
los actos, sino cuando por la condición de la persona, su carácter, habitudes o sexo, pueda
juzgarse que ha debido racionalmente hacerle una fuerte impresión”.
Interesa, en consecuencia, comprobar la idoneidad de la amenaza para producir una fuerte
impresión en una persona sensata sin dejar de tener en cuenta las condiciones de la víctima. La
violencia debe ser determinante del acto. La intimidación tiene que ser anterior o concomitante con
el acto. La amenaza es notable si el temor es de tal naturaleza que impresione a una persona
normal, es decir, que no se trate de un héroe ni de un pusilánime.
La amenaza del ejercicio de un derecho no es, en principio, injusta y de allí que no
configure intimidación (art. 939); sin embargo puede constituir violencia moral cuando se amenace
con el ejercicio anormal o irregular de un derecho propio, o con el objeto de obtener beneficios
ilícitos. O sea que la violencia debe ser injusta.
La fuerza o intimidación pueden provenir de una parte o de un tercero (art. 941). No es
indiferente que la parte beneficiada conozca o no la actitud del tercero agresor. El conocimiento
coloca a ambos (tercero y parte) en calidad de deudores solidarios de los daños y perjuicios; la
ignorancia del beneficiado hace al tercero único responsable. En ambos casos el negocio es
anulable.
Temor reverencial.
El art. 940 dice: “el temor reverencial, o el de los descendientes para con los ascendientes,
el de la mujer para con el marido, o el de los subordinados para con su superior, no es causa
suficiente para anular los actos”.
Barbero explica el temor reverencial “en el impulso espontaneo a realizar una acción,
proveniente en el temor a desagradar si no se la hace, a mostrarse desagradecido (o hasta a
recibir un reproche o la desaprobación) a una persona hacia la cual se tiene sentimientos de
reverencia, de veneración, de reconocimiento, sujeción, etc.”
Estado de necesidad.
El estado de necesidad coloca a la víctima en la disyuntiva entre dos males graves e
inminentes. En materia contractual podemos ejemplificar con la penuria extrema que lleva a
contratar en condiciones inicuas o a no lograr satisfacer una necesidad pungente.
Para que esas presiones exteriores impersonales conduzcan a la anulabilidad del acto
jurídico es menester que esas circunstancias exteriores sean tan duras y apremiantes que
importen la privación de la libertad del agente.
La lesión subjetiva-objetiva.
29
CONTRATOS
10
Del desequilibrio surgido a posteriori se ocupa la “excesiva onerosidad sobreviniente” o Teoría de la Imprevisión,
consagrada en el art. 1198.
30
CONTRATOS
Por último, en las Cuartas Jornadas de Derecho Civil celebradas en San Rafael en 1976,
recomendaron:
La figura de la lesión se integra con tres elementos:
a) Desproporción; (elemento objetivo)
b) Situación de inferioridad de la víctima, y (elemento subjetivo)
c) Explotación por parte del beneficiario (elemento subjetivo).
11
Nacen en el Derecho Alemán.
31
CONTRATOS
12
Tienen incapacidad absoluta:
1. Las personas por nacer.
2. Los menores impúberes.
3. Los dementes.
4. Los sordo-mudos que no saben darse a entender por escrito.
32
CONTRATOS
profesión podrá ejercerla por cuenta propia sin necesidad de previa autorización. La doctrina
discrepa acerca sobre cuál es el menor aludido: el mayor de 14 o de 18 años.
d) El menor autorizado por el padre para celebrar contratos: de acuerdo con el art. 128, 2da.
parte, los menores de edad, mayores de 18 años, pueden celebrar contratos de trabajo en
actividad honesta sin necesidad del consentimiento ni autorización de su representante, quedando
a salvo al respecto, las normas del Derecho Laboral. Para los mayores de 14 y menores de 18
años, rige el requisito de la autorización expresa o presunta del art. 283 del C.C.
Son también incapaces relativos para obrar los inhabilitados, ebrios consuetudinarios,
toxicómanos, el disminuido en sus facultades y el pródigo. No pueden disponer por sí de sus
bienes por actos entre vivos, sin la conformidad del curador. En consecuencia, sólo pueden
celebrar actos de administración, salvo los excluidos en la sentencia de inhabilitación “teniendo en
cuenta las circunstancias del caso”, según el art. 152 bis.
El art. 1160 prosigue refiriéndose a la incapacidad derecho, al decir: “No pueden contratar
[...] ni los que están excluidos de poderlo hacer con personas determinadas o respecto de cosas
especiales”.
Cuando el art. 1160 agrega: “No pueden contratar...ni aquellos a quienes les fuese
prohibido en las disposiciones relativas a cada uno de los contratos”, no hace sino referirse a las
dos situaciones mencionadas: prohibición respecto a personas determinadas y a cosas especiales.
También incluye dentro de los incapaces de derecho a los religiosos profesos y los
comerciantes fallidos sobre bienes que correspondan a la masa del concurso, si no estipularen
concordatos con sus acreedores.
Todas estas incapacidades serán tratadas a continuación.
Esa aptitud o idoneidad para el ejercicio de los derechos por sí mismo refiere al cuidado de
los intereses propios y no debe confundirse con el poder de obrar para cuidar intereses ajenos. Se
explica de este modo que el art. 1897 autorice el mandato otorgado a un “incapaz de obligarse”
que es un supuesto de la incapacidad de Hecho; en cambio, el art. 2288 exige al gestor de
negocios que sea “capaz de contratar”, puesto que, por lo normal, actúa en su propio nombre.
A la Incapacidad de Hecho siempre se la ha distinguido en Relativa o Absoluta, según que
abarquen todos los actos o una determinada esfera de ellos. Pero hoy en día esa distinción se deja
de lado porque no aporta nada al derecho ya que en la práctica no existe un incapaz absoluto de
hecho, salvo el nasciturus, porque cualquier persona está habilitada para realizar pequeños
contratos de la vida diaria, pero siempre a dinero de contado (como por ej., contratos referidos a la
adquisición de cosas muebles destinadas a la alimentación o al vestido, o bien contratos de
transporte). En estos casos se presume que el incapaz cuenta con tácita autorización de su
representante legal, no obstante el silencio de la ley al respecto.
En las limitaciones impuestas a la capacidad de obrar no está de por medio el orden
público; por consiguiente, las mismas son establecidas para la protección de un interés particular.
En consecuencia los actos realizados por incapaces de hecho son nulos de nulidad relativa,
puesto que son susceptibles de confirmación.
Emancipados:
La incapacidad por minoridad termina a los 21 años. Pero el menor puede lograr plena
capacidad de obrar antes de llegar a esa edad, por medio de la emancipación.
La emancipación puede ser:
Dativa o por habilitación de edad: al respecto establece el art. 131 que: “Los menores que
hubieren cumplido dieciocho años podrán emanciparse por habilitación de edad con su
consentimiento y mediante decisión de quienes ejerzan sobre ellos la autoridad de los padres.
Si se encontraran bajo tutela, podrá el juez habilitarlos a pedido del tutor o del menor, previa
sumaria información sobre la aptitud de éste...”. Y agrega que “la habilitación podrá revocarse
judicialmente cuando los actos del menor demuestren su inconveniencia, a pedido de los
padres, de quien ejercía la tutela al tiempo de acordarla o del ministerio pupilar”.
34
CONTRATOS
Por Matrimonio: según el art. 131 los menores que contrajeren matrimonio se emancipan y
adquieren capacidad civil con las limitaciones previstas en el art. 134. Esta emancipación es
irrevocable (art. 133).
El art. 134 establece que los emancipados no pueden ni con autorización judicial:
a) Aprobar cuentas de sus tutores y darles finiquito;
b) Afianzar obligaciones;
c) Hacer donación de bienes que hubiesen recibidos a título gratuito. Respecto a estos bienes,
“sólo tienen la administración; y para disponer de ellos deberán solicitar autorización judicial,
salvo que mediare acuerdo de ambos cónyuges y uno de estos fuere mayor de edad” (art.
135).
COMERCIANTES FALLIDOS
35
CONTRATOS
La enumeración del art. 1160 concluye con los comerciantes fallidos (a los cuales podemos
equiparar “los concursados civiles”) que no pueden contratar sobre bienes que correspondan a la
masa del concurso.
Por comerciantes fallidos entendemos a aquellos que en virtud del auto declarativo de la
quiebra han sido desapoderados de sus bienes. El fallido queda desapoderado de pleno derecho
de sus bienes existentes a la fecha de la declaración de la quiebra y de los que adquiera hasta su
rehabilitación. El desapoderamiento impide que ejercite los derechos de disposición y de
administración.
El fallido no pierde su capacidad jurídica ni su capacidad de obrar. Ocurre que no puede
perjudicar a sus acreedores lesionando los efectos del desapoderamiento de que es objeto.
Ese desapoderamiento de los bienes, transmitidos a la masa de manera fiduciaria, es el
que impide a los comerciantes fallidos contratar sobre esos mismos bienes.
Según la Cátedra hay que distinguir a los quebrados de los concursados, ya que los
segundos pueden establecer acuerdos con sus acreedores, en cambio los primeros no.
Los concursados, no son incapaces sino que les falta legitimación para actuar, el
fundamento de esta falta de legitimación es que el patrimonio del concursado constituye la prenda
común de sus acreedores.
LOS PENADOS
El art. 12 del C.P. dispone que: “La reclusión y prisión por más de 3 años llevan como
inherente la inhabilitación absoluta, por el tiempo de la condena...”; esas condenas “importan
además la privación, mientras dure la pena, de la patria potestad, de la administración de los
bienes y del derecho de disponer de ellos por actos entre vivos”. Finalmente determina el artículo
que “el penado quedará sujeto a la curatela establecida por el C.C. para los incapaces”.
Varias son las sanciones que siguen para el penado a reclusión o prisión por más de 3
años afectando distintos ámbitos, pero las que nos interesan, son las referidas a los derechos
patrimoniales.
El penado no puede celebrar contratos de administración ni de disposición sobre sus
bienes. Se vuelve incapaz relativo de hecho y se lo somete a la curatela.
Estas prohibiciones se establecen para la protección del penado, pero lo que se critica hoy
día es que más que una protección, estas prohibiciones se convierten en una carga para él, ya que
un tiene que soportar que un tercero disponga de sus bienes.
INHABILITADOS
El art. 152 bis establece limitaciones a los inhabilitados, estos son:
- los pródigos, que son quienes malgastan sus bienes y tienen ascendientes, descendientes o
cónyuges;
- los ebrios consuetudinarios y toxicómanos, son los que dependen del alcohol y las drogas
respectivamente;
- los disminuidos en sus facultades, el artículo no menciona de que facultades se trata, pero como
se remite al art. 141 algunos entienden que se refiere a las facultades mentales únicamente.
Rivera, en cambio, entiende que se refiere a ambas facultades, mentales o físicas, por ej., sordos,
cuadripléjicos, etc. La doctrina mayoritaria entiende que entran ambas facultades pero las físicas
sólo cuando resulten un problema para disponer de sus bienes.
36
CONTRATOS
Los inhabilitados son capaces para disponer de sus bienes pero requieren para ello de una
voluntad compleja. En los supuestos de incapacidad absoluta, la voluntad del incapaz es suplida
por la voluntad del representante; a diferencia de la inhabilitación en la cual se requieren ambas
voluntades (inhabilitado + curador-asistente).
Los inhabilitados, en principio no pueden disponer de sus bienes, pero si el juez considera
que tampoco pueden administrarlos, lo debe especificar en la sentencia.
Los contratos otorgados por los incapaces de obrar, absolutos o relativos, son nulos (arts.
1041 y 1042). Son también nulos los contratos celebrados sin autorización del juez o de su
representante necesario (art. 1042 in fine).
Los contratos otorgados o celebrados por quienes padecen de una incapacidad de
derecho, son nulos, según el art. 1043. Acerca de la posibilidad del desconocimiento de la
incapacidad de hecho y, por ende, de la existencia de contratos celebrados por tales incapaces
que sean meramente anulables, discrepa la doctrina:
a) Para Llambías, la incapacidad de obrar no puede depender de una investigación
esclarecedora, pues no es asunto que pueda dar lugar a dudas.
b) Para Buteler puede no ser así, por ejemplo, cuando hubiera necesidad de echar mano a la
prueba supletoria para demostrar la edad de una persona a falta de la partida de nacimiento.
Son anulables, por el contrario, los contratos celebrados por quienes obrasen con una
incapacidad natural o accidental, “...como si por cualquier causa se hallaren privados de su
razón...” (art. 1045). Se comprenden en la norma los siguientes contratos:
a) los otorgados por insanos o interdictos;
b) por sordos que no pueden darse a entender por escrito, no interdictos;
c) los celebrados en estado de delirio febril, sonambulismo, hipnotismo, o embriaguez completa.
Son anulables los contratos en que interviene una persona en violación del precepto que
consagra una incapacidad jurídica, cuando la inhabilidad resulta desconocida al tiempo de la
celebración del negocio (art. 1045 segunda parte).
Son consecuencias derivadas de la distinción entre contratos nulos y anulables la falta de
eficacia desde un mismo origen, en los primeros, y la ineficacia a partir de la sentencia, en los
segundos (arts. 1038, 1046 y concs.).
Otros autores estiman, en consideración al efecto retroactivo de la sentencia de nulidad
(art. 1050), que la diferencia es inútil.
En cuanto a la situación de los terceros adquirentes de buena fe y a título oneroso (art.
1051), la ley 17.711 ha venido a desbaratar el distingo que buena parte de la doctrina efectuaba,
declarando consolidados los derechos transmitidos, provengan de un negocio nulo o anulable.
38
CONTRATOS
ejemplo, sea amparado, discrepa la doctrina: una parte, sostiene que se refiere al menor
adulto, mayor de 14 años; otros, en cambio, extienden la excepción al menor impúber que
alcanzo los 10 años, en consideración a que ya alcanzó el discernimiento para los actos ilícitos
que la ley reputa existentes a esa edad (arts. 921 y 1076). Mosset adhiere a esta última
postura.
b) si el dolo consistiese en la ocultación de la incapacidad (dolo incidental). Esta excepción,
relativa a la maniobra, artificio o engaño para la ocultación de la incapacidad, recibe
explicación en el Esbozo de Freitas13 La mera ocultación de la incapacidad no significa el dolo
al cual se refiere el art. 1166. El capaz tiene a su elección, en los casos normales de dolo, o
exigir la indemnización de los daños causados por el incapaz que actuó con dolo u oponer a la
acción de nulidad, (promovida por el representante del incapaz, o por éste luego de recuperar
su capacidad) la excepción de dolo.
B) FORMA
13
Art. 1879, última parte, del Esbozo, después de expresarse en términos muy semejantes a los del art. 1166, remite al
art. 485 que dice: “Los artificios que no sean susceptibles de engañar, no afectaran la validez de los actos lícitos...”, por
lo que la excepción se justifica en la poca gravedad del artificio, no susceptible en sí de engañar, aún cuando en el caso
hubiera producido la consecuencia buscada).
40
CONTRATOS
Concepto.
Como vimos, la forma no es un elemento del contrato, sino que junto con la capacidad,
constituyen los dos presupuestos de validez del consentimiento.
Se puede hablar de forma en un sentido amplio y restringido.
Sentido Amplio: se entiende como la manifestación de la voluntad que siempre
necesariamente se exterioriza de alguna forma. En este sentido no hay actos no formales.
Sentido Restringido o Concepto Legal: surge del art. 973: “La forma es el conjunto de las
prescripciones de la ley, respecto de las solemnidades que deben observarse al tiempo de la
formación del acto jurídico...”. Es ya clásica la crítica que se hace a esta parte del artículo,
sosteniendo que no puede ser que un conjunto de normas (prescripciones legales) constituya la
forma del acto jurídico sino que debe entenderse que como conjunto de solemnidades prescritas
por la ley o las partes; y no se debe interpretar exegéticamente la oración que dice que deben
cumplirse al momento de la formación del acto jurídico, porque la ley admite las excepciones sobre
todo en materia de actos formales no solemnes en los que se permite la conversión del negocio
jurídico.
la parte que resistiere hacerlo, podrá ser demandada por la otra para que otorgue la escritura
pública, bajo pena de resolverse la obligación en el pago de pérdidas e intereses” (se impone el
cumplimiento forzoso).
A su vez el art. 1188 agrega que: “Los contratos que debiendo ser hechos por instrumento
público o particular, fuesen hechos verbalmente, también quedarán concluidos para el efecto
designado en el artículo anterior”.
Tanto la doctrina como la jurisprudencia han establecido que la obligación de escriturar no
es una obligación de hacer intuito personae, por lo que el juez puede escriturar en nombre de la
parte que no lo quiera hacer. En cuanto a las costas del juicio, por lo general, las debe pagar el
que adquirió ya que el mismo obtiene un beneficio.
Diversas Teorías.
Existen diversas posturas acerca de cuál es el objeto del contrato. A saber:
Ripert y Boulanger: afirman que el contrato no tiene objeto, sino que tiene efectos, y esos
efectos consisten en la producción de obligaciones; son esas obligaciones las que tienen un
objeto.
Se critica esta postura alegando que el objeto del contrato no puede identificarse con los
efectos, así como tampoco es admisible sostener que el contrato y la obligación tienen un mismo
objeto.
El contrato es fuente de relaciones jurídicas obligacionales; la obligación tiene por objeto la
prestación de dar, hacer o no hacer y la prestación, finalmente tiene por objeto las cosas o
servicios debidos.
Messineo: distingue entre objeto y contenido de la obligación, y ve en el contenido el
comportamiento que debe observar el deudor, o sea la prestación; el objeto está constituido por
las cosas o servicios debidos.
La crítica que se le hace a esta teoría es que confunde el objeto del contrato con el objeto
de la prestación (cosas o servicios).
El Código Civil: los arts. 1168 y 1169 y concordantes del Código Civil confunden el objeto
de la obligación (la prestación) con el objeto del contrato. Dice el art. 1169: “La prestación, objeto
de un contrato, puede consistir en la entrega de una cosa, o en cumplimiento de un hecho positivo
o negativo susceptible de una apreciación pecuniaria”. El 1168 comienza diciendo: “Toda especie
de prestación, puede ser objeto de un contrato...”, y por último, el art. 1167 remite a lo dispuesto
acerca del objeto de los actos jurídicos.
43
CONTRATOS
14
El art. 1175 dice: “No puede ser objeto de un contrato la herencia futura, aunque se celebre con el consentimiento de
la persona de cuya sucesión se trate; ni los derechos hereditarios eventuales sobre objetos particulares”. Y el 1176: “Los
contratos hechos simultáneamente sobre bienes presentes, y sobre bienes que dependen de una sucesión aún no diferida,
son nulos en el todo, cuando han sido concluidos por un solo y mismo precio, a menos que aquél en cuyo provecho se ha
hecho el contrato consienta en que la totalidad del precio sea sólo por los bienes presentes”.
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CONTRATOS
15
Para dar un ejemplo, un fallo determinó que era inmoral el contrato celebrado entre dos profesores (o entre dos
alumnos o entre alumno y profesor, etc.) mediante el cual uno de ellos se comprometió, por una suma de dinero, a
redactar un trabajo intelectual destinado a un concurso en que participaría el otro con el objeto de obtener una beca para
viajar al exterior, engañando así a la entidad que lo otorgaba y perjudicando a los otros concursantes que se valen por sí.
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CONTRATOS
Otra corriente insiste en el distingo entre imposibilidad legal e imposibilidad material. Así,
por ejemplo, las cosas inexistentes constituyen un objeto imposible.
El art. 1172 dice: “Son nulos los contratos que tuviesen por objeto la entrega de cosas
como existentes, cuando estas aún no existan, o hubiesen dejado de existir; y el que hubiese
prometido tales cosas indemnizará el daño que causare a la otra parte”.
Distinta es la situación de aquellas “cosas” que aún no existen pero pueden llegar a existir,
dependiendo de un hecho de la naturaleza o de un hecho mixto, denominadas cosas futuras.
Pueden, en principio, ser objeto de los contratos (art. 1173); el negocio se hará aleatorio si el
acreedor se hace cargo del riesgo de que la cosa no exista, y conmutativo, cuando se condiciona
la validez del contrato a la existencia parcial o total del objeto.
Las cosas fuera del comercio han sido definidas en el art. 2337, por su inenajenabilidad
absoluta o relativa. El criterio puede ser ampliado a los bienes que no pueden ser, en general,
objeto de contratos, por ejemplo los derechos de la personalidad.
Las cosas ajenas, si bien pueden ser objeto de los contratos (art. 1177), darse en locación
(art. 1583) depósito, etc., son inidóneas para ser vendidas (art. 1329).
Las cosas futuras que pueden ser objeto de los contratos (art. 1173) no pueden donarse,
según el art. 1800.
Las cosas muebles no pueden ser hipotecadas (art. 3108) ni los inmuebles pueden ser
objeto de un contrato de prenda (art. 3204).
Tanto la locación de cosas como el depósito regular, comodato, etc., no pueden efectuarse
sobre bienes fungibles o consumibles; a la inversa ocurre con el mutuo (art. 2241).
Las cosas que están fuera del comercio pueden ser dadas en arrendamiento (art. 1501)
salvo que estuvieran fuera del comercio por nocivas al bien público, u ofensivas a la moral y
buenas costumbres.
Sobre las cosas litigiosas (sometidas a debate judicial) dadas en garantía real (prenda,
hipoteca o anticresis) y embargadas se ocupan los arts. 1174 y 1179. Por el primero se las admite
como objeto de los contratos, en general, “salvo el deber de satisfacer el perjuicio que del contrato
resultare a terceros”. Por el segundo, se califica como delito de estelionato la contratación sobre
tales bienes “como si estuviesen libres” y frente a terceros de buena fe.
( III ) CAUSA
La causa del contrato. Concepto.
La causa constituye otro de los elementos estructurales del contrato, y afirmar que la causa
es un elemento necesario para la existencia del contrato importa adherir a la corriente
neocausalista.
La causa es la razón o motivo determinante del contrato que se exterioriza .
Aparece entonces la causa del contrato como subjetiva, concreta y variable en cada
negocio jurídico, aún en los de la misma especie.
- Subjetiva, porque se vincula con la finalidad que guía a los contratantes.
- Concreta, porque atiende a cada negocio en particular.
- Variable, porque tratando de apreciar el móvil que ha impulsado a las partes será distinta
en cada contrato.
La causa debe ser común a los celebrantes. Siendo individual entendemos que el móvil se
vuelve común, se bilateraliza, cuando se exterioriza, cuando llega a conocimiento de la otra parte o
haya debido conocerse normalmente. Esta noción de causa resulta perfectamente compatible con
el sistema adoptado por el CC.
que los textos citados son una reproducción muy aproximada de disposiciones análogas incluidas
en el C.C. francés y dedicadas, sin lugar a dudas, a la consideración de la causa final de los
contratos.
DIVERSAS TEORÍAS
Causalismo. Concepción Clásica.
Se denomina clásica a la concepción que de la causa expuso Domat, en el siglo XVII.
Domat expuso una concepción unitaria, referida más a la causa de las obligaciones que a
la de los contratos, distinguiendo entre los contratos onerosos, los reales y los gratuitos.
1) en los onerosos, la causa es el comportamiento u obligación que asumen las partes, a la
prestación se contrapone la contraprestación, la causa es la interdependencia y reciprocidad de las
obligaciones a cargo de una y otra parte.
2) en los reales, la causa está en la entrega de la cosa y en la obligación de la otra parte de
pagar lo debido por la cosa.
3) en las donaciones y demás contratos gratuitos, la causa está en el ánimo de realizar
una liberalidad
La causa en esta teoría es abstracta e idéntica en el mismo género de contratos.
Anticausalismo.
Contra la noción clásica de causa sistematizada por Domat y cultivada por los exégetas
franceses se levantó la denominada Tesis Anticausalista, expuesta por primera vez por Ernst, en el
año 182616.
Los anticausalistas coinciden en afirmar que la idea de la causa es artificial, que no
constituye un elemento distinto del consentimiento o del objeto.
16
Decía Ernst: “si la causa, en los contratos a título oneroso, es lo que cada una de las partes debe respectivamente a
la otra, se confunde con el objeto de la convención y por lo tanto de nada sirve hacer de una sola y misma cosa dos
elementos distintos, y exigir cuatro condiciones: voluntad, objeto, capacidad y causa, cuando en realidad sólo existen
tres. Si en los contratos a título gratuito la causa reside en la liberalidad del benefactor, tampoco es cierto que ésta sea
por sí misma una condición exterior de la existencia de tales contratos. No puede separarse el sentimiento que anima al
donante de la voluntad que expresa, para hacer de él un elemento del contrato”.
48
CONTRATOS
En síntesis, la noción de causa se identifica con el objeto y por lo tanto es inútil, artificial,
sería mejor dejarla de lado.
Neocausalismo.
Siendo varias las posturas neocausalistas conviene precisar los comunes denominadores
que presentan:
a) Superación de la teoría clásica de Domat;
b) Afirmación de la causa como elemento estructural del acto o negocio jurídico, entendida
como finalidad
c) Esfuerzo por distinguir la causa de los demás elementos.
El gran renovador de los estudios sobre la causa y precursor de las corrientes fue Capitant,
para quien la causa del contrato reside, en rigor, en la causa de las obligaciones. La define como
“la consideración del fin” a cumplir con el negocio.
La Tesis Subjetiva: el motivo determinante. (POSTURA A LA QUE ADHIERE LA CATEDRA)
Esta teoría fue formulada por la Escuela Francesa de Josserand.
Para esta corriente neocausalista la causa se ubica en el ámbito de la pura voluntad.
La causa del contrato es el motivo determinante que llevó a cada contratante a realizar el
contrato y que al exteriorizarse se vuelve común.
Se intenta afirmar la distinción entre la causa y el objeto. La causa es variable y concreta.
La Tesis Dualista.
La tercera corriente neocausalista se orienta hacia una concepción dualista que contiene, a
la vez, aspectos subjetivos y objetivos.
Videla Escalada la define así: “la causa es la finalidad o razón de ser del negocio jurídico,
entendida en el doble sentido de la causa categórica de la figura en cuestión y de los motivos
psicológicos relevantes, admisibles para el Derecho, que en la hipótesis concreta hayan impulsado
a las partes a concluir el acto”.
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CONTRATOS
Falsa causa.
El art. 501 establece que: “La obligación (acto jurídico o contrato) será válida aunque la
causa expresada en ella sea falsa, si se funda en otra causa verdadera”.
La cuestión que plantea una causa no verdadera que oculta otra (existente, real y lícita) se
vincula con el tema de la simulación (arts. 955 y ss. CC).
Interesa la causa real y no la aparente (simulación relativa) pero: “los que hubieren
simulado un acto (el motivo determinante) con el fin de violar las leyes o de perjudicar a un tercero,
no pueden ejercer acción alguna el uno contra el otro, sobre la simulación, salvo que la acción
tenga por objeto dejar sin efecto al acto y las partes no puedan obtener ningún beneficio de la
anulación” (art. 959). Buena parte de la doctrina confunde la falta de causa con la falsa causa.
Causa ilícita.
“La obligación fundada en una causa ilícita, es de ningún efecto. La causa es ilícita, cuando
es contraria a las leyes o al orden publico” (art. 502 CC).
El motivo determinante puede ser ilícito por contrariar la ley en su letra o espíritu
(ilegalidad), por estar prohibido como atentatorio contra el orden público o, finalmente, por
transgredir las buenas costumbres (inmoralidad). El requisito de la ilicitud en la causa es esencial.
Su obligatoriedad permite “ejercer, a los tribunales, un control eficaz sobre la moralidad de los
contratantes”. La causa es ilícita, como fin ilícito, cuando tiende a “defraudar la ley”.
Estando de por medio un interés público la nulidad acarreada por la causa ilícita no es
susceptible de confirmación, es absoluta. La necesidad de descubrir el fin perseguido permite
calificar al contrato de anulable. La prueba de la ilicitud debe suministrarla quien invoca la ilicitud.
Lo mismo ocurre cuando se invoca el error sobre la existencia de la causa o su falsedad; todos los
medios son conducentes a este objeto.
50
CONTRATOS
UNIDAD III
FORMACIÓN Y CONCLUSIÓN DEL CONTRATO
PUNTO 1
LA FORMACIÓN DEL CONTRATO
El consentimiento es uno de los elementos estructurales del contrato, junto al objeto y la
causa. Tiene dos presupuestos: la capacidad y la forma. Y está constituido por dos elementos: la
oferta y la aceptación.
Para llegar al contrato se requiere del consentimiento, es decir, la manifestación común de
voluntad. Vale aclarar que mientras la manifestación es común, la voluntad es distinta. Tal
manifestación común se forma cuando una parte emite una oferta y la otra una aceptación de la
misma; de ahí que ambas “manifiesten”.
51
CONTRATOS
TRATATIVAS PREVIAS
Dentro del período de la ideación o elaboración del consentimiento, que comienza según
vimos con el contacto inicial de los futuros contratantes, debe mencionarse algunas figuras, a
saber:
a) La invitación a ofertar: es la solicitud que se efectúa por medio de una manifestación unilateral
de voluntad emanada de una futura parte, que no vincula ni engendra responsabilidad, dirigida
a un número de personas indeterminadas o al público en general por medio de circulares,
catálogos o listas de precios. Se invita a entrar en tratativas o, más concretamente, a formular
una verdadera y propia oferta, o sea, una manifestación que sumada a la aceptación posea
aptitud para originar el consentimiento17.
b) La minuta: ha sido definida de diversos modos atendiendo al contenido que la misma puede
tener y, por ende, a los efectos que produce entre los tratantes.
- Se mencionan en primer lugar, las minutas que constituyen una simple prememoria o mero
proyecto, redactado basándose en las tratativas efectuadas hasta entonces;
- luego, las minutas que tienden a fijar por escrito el resultado aun parcial de las
negociaciones y a predisponer el esquema del futuro contrato (borrador), y,
- por último, las minutas denominadas perfectas que contienen explícitamente el propósito
de obligarse, pero a las cuales les falta algún elemento para ser el contrato buscado18.
c) La carta de intención: pertenece al género de las cartas misivas19, pero la voluntad en ella
exteriorizada se halla dirigida a producir un efecto provisorio que se agota en la preparación
del contrato. No constituye el instrumento de un acuerdo ni obliga a quien la emite. Se
diferencia de la minuta, por que ésta última surge de ambas futuras partes, mientras que la
carta de intención es emitida por una sola de ellas.
17
Se diferencia de la oferta porque la invitación a ofertar, como dijimos, se dirige a personas indeterminadas, mientras
que aquella por el principio general establecido en el art. 1148 C.C. requiere dirigirse a personas determinadas.
18
La importancia de la minuta es indudable a los fines de la eventual responsabilidad precontractual para demostrar la
existencia de las tratativas y el estado de las mismas.
19
Art. 1036 CC: “las cartas misivas dirigidas a terceros, aunque en ellas se mencione alguna obligación, no serán
admitidas para su reconocimiento”.
52
CONTRATOS
PUNTO 2
LA OFERTA
El CC. argentino ignora la etapa de las meras tratativas, el período de la ideación o
elaboración del consentimiento. Coloca en la génesis del consentimiento a la oferta, que se ubica
en el período de la concreción del acuerdo, lo cual no significa, de modo alguno, que la etapa de
las tratativas no cuente o sea indiferente para nuestro ordenamiento jurídico. Dice el art. 1144: “El
consentimiento debe manifestarse por ofertas o propuestas de una de las partes, y aceptarse por
la otra”.
Concepto.
20
Téngase en cuenta que puede haber contrato perfeccionado y faltar alguno de los elementos que habitualmente
integran la figura típica. La omisión de puntos considerados como importantes o esenciales es suplida a veces por la ley
(en la locación de inmuebles urbanos o rurales, a falta de plazo previstos por las partes rigen los fijados por el
legislador), o por el juez (fijación a petición de parte del plazo en que debe cumplirse una obligación sin plazo, art. 509
C.C.); legislador y juez concurren entonces a integrar el contrato ante el silencio u omisión del mismo
53
CONTRATOS
Requisitos.
El art. 1148 dice que “Para que haya promesa, ésta debe ser a persona o personas
determinadas, sobre un contrato especial, con todos los antecedentes constitutivos de los
contratos”.
Del artículo se deduce que para que haya oferta deben darse los siguientes requisitos:
a) Debe ser RECEPTICIA, en cuanto que debe ser dirigida a persona/s determinada/s o
determinable/s. No constituye oferta el envío de tarifas, listas de precios y otros prospectos o
avisos análogos, ya que tales declaraciones, dirigidas al público en general o a grupos de
personas, constituyen invitaciones a ofertar.
b) Debe ser SERIA, VINCULANTE, es decir, formulada con la intención de quedar obligado.
c) Debe ser REFERIDA A UN CONTRATO EN PARTICULAR, típico o atipico y contener los
elementos estructurales del mismo.
d) Debe ser AUTOSUFICUENTE O COMPLETA, es decir, debe poseer todos los elementos del
contrato; sólo así se explica que la mera aceptación baste para formar el consentimiento.
Cuando falte alguno de estos cuatro requisitos, estaremos ante una invitación a ofertar, una
tratativa previa.
Oferta al público.
La doctrina moderna se inclina por admitir la validez de las ofertas hechas a personas
indeterminadas, al público en general, cuando ellas reúnen los restantes requisitos de la oferta y
como un modo de proteger la buena fe del público.
El art. 7 de la Ley 24.240 de Protección al Consumidor, expresa: “Oferta. La oferta dirigida
a consumidores potenciales indeterminados obliga a quien la emite durante el tiempo en que se
realice, debiendo contener la fecha precisa de comienzo y de finalización, así como también sus
modalidades, condiciones o limitaciones.
La revocación de la oferta hecha pública es eficaz una vez que haya sido difundida por
medios similares empleados para hacerla conocer”.
Modalidades.
El art. 1153 legisla sobre dos modalidades de ofertas:
1) Las alternativas: que tienen por objeto uno entre varios contratos independientes y distintos (art.
635) o “cosas que pueden separarse” dentro de un único contrato (vender esto o aquello), en cuyo
caso la aceptación de uno de los términos de la oferta basta para perfeccionar el consentimiento;
2) La oferta conjunta: o “cosas que no pueden separarse”, de modo tal que la aceptación de sólo
una de ellas, importaría un nuevo contrato (contraoferta).
que llega a manos del destinatario (como la oferta, al igual que la aceptación, es una declaración
de voluntad recepticia, sólo se entiende perfeccionada desde el momento que llega a
conocimiento del destinatario21), o si por el contrario, ella puede ser retractada o revocada en
cualquier momento, antes de su aceptación.
Según el art. 1150: “las ofertas pueden ser retractadas mientras no hayan sido aceptadas,
a no ser que el que las hubiere hecho, hubiese renunciado a la facultad de retirarlas, o se hubiese
obligado al hacerlas, a permanecer en ellas hasta una época determinada”.
La moderna doctrina, e incluso la legislación, en cambio, ven en los efectos previstos en los
arts. 1150 y 1156 aplicaciones de la voluntad unilateral como fuentes de obligaciones.
En el caso de la oferta a plazo, ¿qué efectos produce la revocación arbitraria o sea aquella
que se exterioriza aún no vencido el término?. ¿Se trata de una declaración irrelevante que no
obsta a la formalización del consensus o, por el contrario, impide el acuerdo, generando la
obligación de resarcir los daños causados? La primera consecuencia, es la que se acepta
mayoritariamente, y Mosset juzga acorde con los principios de respeto a la confianza suscitada
y buena fe, que deben presidir la celebración del contrato. (art. 1198).
21
La doctrina distingue, en la vida de la oferta, otras dos etapas: de la consideración o estudio de la oferta, que culmina
con la aceptación, y desde que se exterioriza la aceptación hasta que llega a conocimiento del oferente, momento en que
desaparecen oferta y aceptación para dar vida al contrato. En nuestro derecho, el envío de la aceptación perfecciona,
entre ausentes, el consentimiento; sin perjuicio de las consecuencias, revocación y caducidad, previstas en los arts. 1149
y 1155.
22
Quien formula la oferta en tales condiciones, ofrece al destinatario un plazo para reflexionar, y el sólo hecho de
recibir la oferta sin rechazarla de inmediato importa la aceptación tácita del plazo, que puede fundarse en el hecho de
que éste es de total ventaja para la persona a quien se concede y en que la no contestación importa uso del plazo, lo
que presupone su aceptación.
55
CONTRATOS
La dificultad del sistema estriba en precisar la duración del denominado “lapso razonable”,
o sea del tiempo que dispone el destinatario para la consideración y estudio de la oferta que
debe adicionarse al necesario para que la aceptación llegue a conocimiento del oferente.
Ese lapso varía, claro está, según la mayor o menos complejidad del contrato a celebrar
(por ende, de la oferta considerar) y también según la distancia que medie entre los
contratantes (puesto que el problema sólo se da en el consentimiento entre ausentes; lo relativo
a la distancia está, en buena medida, superado por los medios modernos de comunicación). No
estando determinado en la ley quedará su fijación o estimación, en caso de litigio, sometida a la
decisión del juez.
Concluyendo, podemos sintetizar diciendo que la oferta por regla es revocable en tanto y
en cuanto no haya sido aceptada. Pero hay dos excepciones que son: la renuncia por parte del
oferente a la facultad de renunciar y el caso en que se hubiere obligado a mantenerla durante
un tiempo determinado.
El Código omite toda referencia a la caducidad de la oferta por el mero transcurso del
tiempo; si la oferta lleva un plazo convencional de duración, vencido éste queda sin efecto, caduca.
La situación no es tan sencilla cuando se hace sin plazo. En tal hipótesis ¿puede ser
aceptada en cualquier momento (cualquiera sea el tiempo transcurrido desde su emisión) siempre
que no haya sido retirada o revocada? Tanto el retiro de la oferta como su revocación exigen una
manifestación de voluntad por parte del oferente; en cambio, la caducidad opera de pleno derecho
por la muerte o incapacidad del oferente antes de que haya conocido la aceptación.
Hay una excepción a este principio de que la oferta caduca por muerte o incapacidad del
oferente antes de que haya conocido la aceptación, que es la que contempla el art. 1795 respecto
de la donación: “si el donante muere antes que el donatario haya aceptado la donación, puede
56
CONTRATOS
éste, sin embargo, aceptarla, y los herederos del donante están obligados a entregar la cosa
dada”.
Entonces, la regla es que la oferta caduca por la muerte o incapacidad del oferente antes
de haber conocido la aceptación. La excepción a la regla es para el caso de muerte de donante
del art. 1795 en cuanto a la indemnización, ésta solo procede en caso que el aceptante hubiere
realizado gastos relacionados con el contrato.
PUNTO 3
ACEPTACIÓN
Concepto.
La aceptación es la manifestación unilateral y recepticia destinada a perfeccionar el
contrato.
Se diferencia de la OFERTA en cuanto a su finalidad:
-Oferta: Fin: invitar a la otra parte a celebrar un contrato;
- Aceptación: Fin: perfeccionar el contrato
Al comentar la Teoría de la “Punktation” señalamos que la aceptación debe coincidir sobre
todos y cada uno de los puntos o elementos de la oferta, para que se entienda formado el acuerdo
de voluntades; que cualquier modificación importa la propuesta de un nuevo contrato (art. 1152).
Requisitos.
Si bien el Código no establece expresamente los requisitos con que debe contar la oferta
para que sea válida, estos se pueden inferir de diversos artículos. Así, la aceptación debe ser:
a) RECEPTICIA, en cuanto debe ser destinada al oferente (art. 1148).
b) PURA Y SIMPLE, por que según el art. 1152 cualquier modificación a la oferta importa una
contra oferta y no aceptación; no así la oferta, la cual debe ser compleja, es decir, contener
todos los elementos del contrato.
c) EN TIEMPO OPORTUNO, el tiempo oportuno depende de si la oferta tiene plazo o si carece
del mismo. En el primer caso, el tiempo oportuno es el señalado en la misma oferta; en el
segundo, va a ser aquél antes de la retractación de la oferta, es decir, puede ser aceptada la
oferta mientras que el oferente no la retracte.
Modalidades.
23
Discrepa la doctrina acerca de cuando se entiende aceptada una oferta que a pedido del proponente, o por la
naturaleza del negocio, o según los usos, no requiera una declaración de voluntad. Se propone, por una parte, que se
juzgará concluido el contrato desde que fue recibida la propuesta, siempre que el rechazo de ella no se produjere
dentro de un término prudencial.
57
CONTRATOS
Sólo será posible que esto ocurra en el consentimiento entre ausentes, en el cual media, un
lapso entre la emisión de la aceptación y su llegada a destino. Entre presentes, el conocimiento de
la manifestación es coetáneo a su exteriorización.
Autonomía; caducidad.
PUNTO 4
LA CONCLUSIÓN DEL CONTRATO
FORMACIÓN DEL CONSENTIMIENTO ENTRE PRESENTES
Las partes que concurren a prestar el consentimiento pueden encontrarse una frente a la
otra, en un mismo lugar o al menos en situación que les permita el intercambio inmediato de oferta
y aceptación, como ocurre cuando hablan de persona a persona por teléfono; en tales hipótesis se
dice que el consentimiento se forma entre presentes.
Nuestro CC. alude al consentimiento entre presentes cuando se refiere a las declaraciones
hechas verbalmente (art. 115124) y prescribe que, en tal hipótesis, la oferta no se juzgará
aceptada si no lo fuese inmediatamente. De donde cualquier demora en la contestación, salvo
que se hubiere pactado lo contrario, importa el rechazo de la oferta formulada entre presentes.
24
ART. 1151: la oferta hecha verbalmente no se juzga aceptada si no lo fuese inmediatamente.
58
CONTRATOS
Empleamos esta denominación para referirnos al consentimiento que se forma con base en
una oferta y una aceptación transmitidas por medio telefónico, en una comunicación de persona a
persona, entre quienes, aunque situados en lugares distantes, intercambian declaraciones en un
mismo tiempo, coetáneamente. De allí que el consentimiento prestado por teléfono se considere
entre presentes.
59
CONTRATOS
Nuestro codificador adoptó un sistema mixto, sobre la base de la Teoría del Envío; a la vez
que moderó el rigor de sus consecuencias, con soluciones tomadas de la Teoría del Conocimiento;
criterio el de Vélez digno de todo elogio y coincidente, con las enseñanzas de la doctrina más
moderna.
El núcleo del sistema lo constituye el art. 1154: “La aceptación hace sólo perfecto el
contrato desde que ella se hubiese mandado al proponente”. Clara consagración del postulado
central de la Teoría del Envío.
Con motivo de la caducidad de la oferta por muerte o incapacidad del proponente (art.
1149), se toma en cuenta el conocimiento de la aceptación. Esos eventos, muerte o incapacidad,
ocurridos antes de ese conocimiento, aun cuando sean posteriores a la emisión, hacen caducar la
oferta. Se acoge una consecuencia accesoria de la teoría del conocimiento.
60
CONTRATOS
Y otro tanto ocurre con la retractación de la aceptación que puede efectuarse validamente
antes que ella haya llegado a conocimiento del proponente (art. 1155). Consecuencia también de
la Teoría del Conocimiento.
De este modo, como principio general se adopta la Teoría del Envío y con dos excepciones
en donde se toma la Teoría del Conocimiento: en los casos de caducidad de la oferta por muerte o
incapacidad del oferente (art. 1149) y en los de retractación de la oferta (art. 1155).
UNIDAD IV
PUNTO 1
CLASIFICACIÓN DE LOS CONTRATOS DESDE EL PUNTO DE VISTA
JURÍDICO
61
CONTRATOS
En los arts. 1138 a 1143 el C.C. hace una clasificación técnica-jurídica de los contratos.
Pero dicha clasificación, ¿tiene carácter normativo?. Tener carácter normativo implica tener
imperio, es decir, cuando se ordena algo. En este sentido, la clasificación no tiene carácter
normativo. Al decir de Spota, las clasificaciones y las definiciones deben quedar en manos de la
doctrina, ya que esa labor no es propia del código. Pero es dable aclarar que la única clasificación
que tiene carácter normativo en el Código es las de los arts. 1140 y 1141 sobre contratos
consensuales y reales.
25
El vocablo “perfeccionamiento” es usado como sinónimo de celebración válida.
62
CONTRATOS
Plurilaterales.
Algunos dicen que se trata de una subespecie de los contratos bilaterales, mientras que
otros lo consideran como una tercera categoría, al lado de los unilaterales y bilaterales.
Se considera contrato plurilateral al que tiene, originaria o potencialmente, mas de dos
centros de intereses diferenciados (partes), sin que exista reciprocidad o interdependencia entre
todas las prestaciones nacidas del contrato.
La nota distintiva del contrato plurilateral está dada por la manifestación negocial
proveniente de más de dos partes. Esa pluralidad de partes es puramente eventual, dado que el
mismo contrato puede subsistir con dos partes, o sea como bilateral. Las obligaciones que de ellos
emergen son múltiples en sentido cuantitativo (según el número de contratantes) pero
cualitativamente son idénticas y comunes.
De allí que ubiquemos a los contratos plurilaterales como una especie de los bilaterales,
pero ello no nos impide valorar las notas distintivas.
26
El art. 1201 establece que “...una de las partes no podrá demandar su cumplimiento, si no probase haberlo
ella cumplido u ofreciese cumplirlo, o que su obligación es a plazo”-
63
CONTRATOS
6) En los bilaterales el incumplimiento de las obligaciones por una de las partes posibilita a la otra
a resolver el contrato;
En los plurilaterales el incumplimiento lleva a una resolución limitada, con relación a la parte
que incumplió, salvo los casos de excepción que la ley establece (art. 1704, primera parte).
7) En los bilaterales rige la excepción de incumplimiento;
En los plurilaterales dicha excepción no se aplica, al menos con el alcance y en la forma
tradicional; así en la sociedad, típico contrato plurilateral, el incumplimiento de uno de los
socios no autoriza a los demás a no cumplir sus respectivas obligaciones; el socio incumpliente
puede ser excluido (art. 1735, inc. 2) pero los demás quedan obligados a sus respectivas
prestaciones.
B) FORMALES Y NO FORMALES27
a) Contratos formales: son aquellos cuya solemnidad es taxativamente prefijada por la ley28.
b) No formales: son aquellos cuya exteriorización es libre y que pueden, por lo tanto, realizarse en
cualquiera “de las que el uso social considera instrumento de manifestación admisible e
inequívoca”.
El concepto de forma que nos da el art. 973 del C.C es el “...conjunto de las prescripciones
de la ley, respecto de las solemnidades que deben observarse al tiempo de la formación del acto
jurídico”. Pero vale decir, que forma no es conjunto de prescripciones legales sino de
solemnidades prescriptas por la ley.
Cuando no se designa forma para algún acto jurídico estamos frente a un acto no formal,
susceptible de ser realizado de la manera que los interesados juzgaren conveniente (art. 974). Es
el principio de la libertad de formas.
27
Ver Unidad II lo relativo a la forma de los contratos.
28
Como ejemplos de solemnidades el Código cita: “la escritura del acto, la presencia de testigos, que el acto
sea hecho por escribano público, o por un oficial público, o con el concurso del juez del lugar”.
29
Así como la lesión (art. 954) vela por el equilibrio originario de las prestaciones (sancionando al desequilibrio fruto
del aprovechamiento); la excesiva onerosidad cuando es sobreviniente, encuentra en la ley adecuado remedio (art. 1198,
Teoría de la Imprevisión).
64
CONTRATOS
Existe una política legislativa en disfavor respecto a esta categoría de contratos ya que quien
realiza negocios gratuitos, siguiendo un ideal de solidaridad, caridad, beneficencia, etc.,
disminuye su patrimonio, puesto que salen de él bienes sin compensación alguna, y esta
merma puede llegar a atacar la legítima de los herederos forzosos, perjudicar a los acreedores
y aun conducir a la indigencia al propio autor de tales negocios, transformándolo en una carga
para el Estado. De allí el disfavor con que el legislador ve tales contratos, actitud que se
traduce en preceptos que imponen formalidades.
c) Contratos incoloros: se trata de una categoría intermedia en cuanto que no se puede decir de
ellos que sean exclusivamente onerosos o exclusivamente gratuitos. Según como se los
enfoque, estos contratos podrán ser onerosos o gratuitos. Así, por ejemplo, el contrato de
fianza asume carácter gratuito si es prestado por un amigo; en cambio, sería un contrato
oneroso si el fiador fuese un banco.
Conmutativos y aleatorios.
Nuestro C.C. no incluye entre los preceptos que dedica a clasificar los contratos uno
destinado a distinguir la categoría de los conmutativos de la de los aleatorios; sin embargo esa
distinción surge de otros artículos tales como el 1173, 1405, 2051.
a) Contratos Conmutativos: son aquellos en que las obligaciones que asumen las partes o una de
ellas son ciertas y apreciables en su significación económica al momento de celebrarse el
contrato. Las partes conocen las ventajas y desventajas que el contrato comportará.
b) Contratos aleatorios: son aquellos en que las ventajas o pérdidas para una o ambas partes
dependen de un acontecimiento futuro e incierto.
No hay que confundir el contrato aleatorio con el contrato condicional, ya que la
condición es un elemento accidental del contrato que se agrega al mismo, mientras que el alea es
un elemento estructural del contrato. La condición supedita la existencia del contrato condicional,
en cambio, el contrato aleatorio existe, produce efectos, pero algunas de las ventajas están
supeditadas al alea.
también estará obligado a pagar la totalidad del precio, pero solo en el caso que la cosa llegue a
existir, al menos, en la cantidad mínima (“x”) (art. 1405); con lo cual si ese mínimo no es
alcanzado, el comprador no estará obligado al pago del precio, y en caso de que ya lo hubiera
pagado tiene derecho a repetirlo.
b) Contrato de compra-venta a todo riesgo: En este caso, a diferencia del supuesto anterior,
la cosa existe en la génesis del contrato pero está sometida a un riesgo 32. Dicho riesgo puede
comprender el peligro del simple deterioro, del perecimiento o destrucción, etc.
En este caso se debe pagar el precio aunque la cosa, luego de celebrado el contrato,
hubiere dejado de existir (art. 1406), pues se trata de una compraventa aleatoria (art. 1332).
No obstante ello, la venta sometida a riesgo puede ser anulada, si el comprador lograse
probar que el vendedor conocía el resultado del riesgo al que la cosa estaba sujeta (art. 1407).
32
La doctrina ha dado como ej. la compra de animales que se encuentran en un campo inundado, o afectado por la
sequía.
33
“Forman la clase de los contratos reales, el mutuo, el comodato, el contrato de depósito, y la constitución de prenda y
de anticresis”.
66
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CONTRATOS
34
Todo de acuerdo al Proyecto del ’98.
68
CONTRATOS
35
En estos tipos de contratos, la desigualdad de las prestaciones (desequilibrio inicial) puede dar lugar a la aplicación de
la lesión, si existe el elemento subjetivo “aprovechamiento”; la aplicación de la excesiva onerosidad sobreviniente
(teoría de la imprevisión) queda descartada.
36
En este tipo de contratos la excesiva onerosidad (teoría de la imprevisión) puede tener cabida. En cuanto a la lesión
esta puede jugar en el supuesto de que el desequilibrio de las prestaciones se mantenga hasta el momento de la ejecución
69
CONTRATOS
a) Contratos directos: son aquellos en los que el resultado práctico o la finalidad económica del
contrato se obtiene inmediatamente. Ej., se celebra una compra-venta para intercambiar el
dominio de cosa y precio.
b) Contratos indirectos: son aquellos en los que el resultado se obtiene por una vía transversal u
oblicua. Hay una disonancia entre el medio utilizado y la finalidad perseguida. Ej., la donación
con el cargo de beneficiar a un tercero. Generalmente estas vías se utilizan cuando hay algún
impedimento legal: Ej,. le dono a un tercero para que éste le done a mi esposa, porque el
contrato de donación entre esposos esta prohibido.
c) Contratos fiduciarios: son aquellos contratos que basados en la confianza, consisten en la
modificación de una relación jurídica preexistente que tiende a facilitar el cumplimiento de un
contrato. Ej., contrato de mandato; venta con pacto de retroventa (un vendedor vende un
inmueble a otra persona con la condición de que en un determinado tiempo le devuelva el
inmueble).
PUNTO 2
CLASIFICACIÓN DE LOS CONTRATOS POS SU FUNCIÓN ECONÓMICO-
SOCIAL
Para completar la clasificación de los contratos, es necesario agruparlos desde el punto de
vista de la función económica y social que cumplen, debido al importante papel que desempeña el
contrato dentro de la vida económica.
El contrato puede ser utilizado como una herramienta de cambio o de circulación de bienes,
para generar crédito, para que exista la cooperación, para satisfacer la necesidad de garantía y por
ultimo la de custodia. Estas son las finalidades económico-sociales que cumple el contrato.
a) Contrato de Cambio: son aquellos en los que se produce una circulación de bienes a través
de su enajenación o disposición (compraventa, permuta, cesión onerosa de derechos, etc.), o
en virtud de esa circulación pero recurriendo a la concesión del uso temporario de esos bienes
(locación urbana, arrendamiento rural, etc.).
b) Contrato de Crédito: son aquellos que se concretan mediante prestamos de consumo, mutuo
oneroso y gratuito, o de uso gratuito, comodato, o entrega en guarda con derecho a usar,
deposito irregular; otro tanto ocurre con el contrato oneroso de renta vitalicia.
c) Contrato de Garantía: son aquellos contratos accesorios que brindan seguridad respecto del
cumplimiento de otro contrato (contrato principal); por ejemplo, el contrato de fianza, si el
deudor no cumple, las obligaciones las cumple el fiador o garante.
d) Contrato de Custodia: son aquellos que tienen finalidad de guarda o conservación, como
ocurre en el contrato de deposito regular, voluntario o necesario (por el cual el depositante
entrega al depositario una cosa para que la guarde y la entregue cuando le sea requerida)
generalmente gratuito en el ámbito civil y oneroso en el comercial; lo mismo ocurre en los
contratos atípicos de garaje y de guarda en cajas de seguridad.
e) Contrato de Cooperación: son aquellos contratos en los cuales media una función de
cooperación para alcanzar un fin determinado. Por ejemplo, el contrato de locación de obras y
de servicios; el contrato de mandato, por el cual el mandatario contribuye con el mandante
para alcanzar un fin determinado.
70
CONTRATOS
71
CONTRATOS
UNIDAD V
PRUEBA. INTERPRETACIÓN, INTEGRACIÓN Y CALIFICACIÓN DEL CONTRATO
PUNTO 1
Concepto.
Probar significa demostrar lo que se afirma. La prueba civil consiste en la actividad
tendiente a crear en el proceso judicial la convicción de la existencia o inexistencia de los hechos
alegados por las partes.
Probar un contrato es demostrar la existencia de una relación jurídica entre partes; es
también establecer la naturaleza y el contenido exacto de los derechos y obligaciones emergentes
del mismo. Esta cuestión vincula íntimamente la prueba con la interpretación del contrato.
Se trata pues de averiguar primeramente qué obligaciones se hallan incluidas en el contrato
y, a continuación, las prestaciones que contiene cada una de esas obligaciones. Luego si las
obligaciones contraídas son de resultado, o por el contrario, obligaciones de medio. Conocer el
contenido del contrato resulta primordial para ubicar la responsabilidad en que incurre el autor del
daño, en el ámbito contractual o extracontractual. Determinar la naturaleza de las obligaciones, si
de resultado o de medios, es fundamental a los fines de la prueba.
Sistemas de prueba.
Hay dos sistemas extremos y uno intermedio:
Sistema de la prueba legal: es aquel en el cual la ley dispone cuando se encuentra acreditado
un hecho o acto jurídico. Este es un sistema extremo en el que la actividad del juez se
encuentra muy limitada por el legislador.
Sistema de la libre convicción: este sistema es el otro extremo y consiste en dejar al libre
arbitrio del juez la determinación de cuando se tiene acreditado algún hecho sin dar ninguna
explicación.
Sistema de la sana crítica o intermedio37: este sistema combina los dos anteriores: el juez
determina cuando un hecho se encuentra probado pero debe dar explicaciones del porqué de
su decisión y que fue lo que tuvo en cuenta.
MEDIOS PROBATORIOS
La actividad probatoria se cumple en el proceso y está dirigida a convencer al juez de la
verdad de lo afirmado.
El interés en probar se refleja en el tema “carga de la prueba”, o sea en lo referente a saber
cual de las partes en el proceso tiene la obligación de realizar la prueba.
37
Este sistema es el adoptado por el CPCC de Santa Fe.
72
CONTRATOS
En cuanto a la carga probatoria, en principio (Teoría Clásica), quien alega un hecho debe
probarlo. Pero excepcionalmente, en virtud de la moderna “teoría de la carga probatoria dinámica”,
debe probar la parte que se encuentre en mejores condiciones de hacerlo38.
Los medios probatorios son los instrumentos aptos para lograr la demostración, en los que
el juez encontrará los motivos de su convicción y que se encuentran en la legislación de fondo.
Hay que distinguirlos de los modos probatorios que son cómo esos medios se insertan en
el proceso y que es materia de los Códigos Procesales.
El art.1190 CC contiene una enumeración de medios probatorios por los cuales se
demuestra la existencia de los contratos en general. Para cada contrato en particular existen
artículos específicos.
“Los contratos se prueban por el modo que dispongan los Códigos de procedimientos de
las Provincias federadas:
a) por instrumentos públicos;
b) por instrumentos particulares firmados o no firmados;
c) por confesión de partes, judicial o extrajudicial;
d) por juramento judicial;
e) por presunciones legales o judiciales;
f) por testigos”.
Según Mosset, esta enumeración no es taxativa y por ende no excluye la posibilidad de que
los contratos sean probados por otros medios dispuestos por los Códigos de procedimientos o no
incluidos en ellos.
a) Instrumentos Públicos.
En los arts. 979 a 996 se ocupa el Código de los instrumentos públicos en general y, luego,
de las escrituras públicas en particular (arts.997 a 1011). Los instrumentos públicos hacen plena
prueba y se presumen auténticos por de la presencia del funcionario público y de la sujeción a las
reglas prescriptas por la ley para su confección.
El valor probatorio de instrumento público puede ser destruido por una acción civil o penal
de falsedad; hasta tanto hace plena fe de los hechos cumplidos por el oficial público o pasados en
su presencia, entre partes y frente a terceros, no así de los hechos que las partes manifiesten.
b) Instrumentos privados.
Estos se denominan así por no requerir la presencia del oficial público, condicionan su
eficacia probatoria al reconocimiento de la firma y además, frente a terceros, al logro de una fecha
cierta. El art. 1190 habla de “instrumentos particulares firmados o no firmados”. El código se ocupa
de tales documentos en los arts. 1012 a 1036.
El art.1026 establece que “el instrumento privado reconocido judicialmente por la parte a
quien se opone, o declarado debidamente reconocido, tiene el mismo valor que el instrumento
público entre los que lo han suscripto y sus sucesores”. Pero “...no prueban contra terceros o
contra sucesores a título singular, la verdad de la fecha expresada en ellos” (art.1034), si no se les
confiere “fecha cierta” sobre la base de alguno de los modos previstos en el artículo103539.
38
Esta teoría es aplicable con frecuencia en la responsabilidad médica, así por ej., respecto a la mala praxis, la alega el
paciente, pero la clínica deberá ofrecer la prueba por estar en mejores condiciones para hacerlo.
39
El art. 1035 dispone: “Aunque se hale reconocido un instrumento privado, su fecha cierta en relación a los sucesores
singulares de las partes o a terceros, será: 1) la de su exhibición en juicio o en cualquiera repartición pública para
cualquier fin, si allí quedase archivado; 2) la de su reconocimiento ante un escribano y dos testigos que lo firmaren; 3)
la de su transcripción en cualquier registro público; 4) la del fallecimiento de la parte que lo firmo, o del de la que lo
escribió, o del que firmó como testigo”.
73
CONTRATOS
No obstante que el art. 1012 preceptúa que “la firma de las partes es una condición
esencial para la existencia de todo acto bajo forma privada”; pero hay instrumentos que aunque no
estén firmados tienen valor probatorio como por ej., los libros de comercio. Llambías analizando el
art. 1012 considera que los instrumentos privados en un sentido amplio engloban tanto los
documento firmados como los no firmados, mientras que en un sentido estricto solo documentos
firmados.
c) Confesión de partes.
La confesión “es la declaración que una parte hace de la verdad de hechos desfavorables a
ella y favorables a la otra parte”. Es la prueba por excelencia, a tal punto que desplaza a las
demás. Tiene eficacia práctica, puesto que elimina la controversia, pero ello no quiere decir que lo
confesado tenga “valor probatorio” en cuanto puede muy bien no ser verdad. La confesión debe
emanar voluntariamente de la contraparte, con plena conciencia de que con ella está favoreciendo
a la otra parte y perjudicándose (es el ánimus que se exige para la confesión).
74
CONTRATOS
La confesión judicial es la que se presta dentro del proceso, del modo que disponen los
códigos procesales, sea ella espontánea o provocada. Puede ser, asimismo, expresa o tácita, esta
última confesión se tendrá en caso de incomparecencia, de rehusar responder o de hacerlo en
forma evasiva.
La confesión extrajudicial es la hecha fuera de juicio, “por escrito o verbalmente, frente a la
parte contraria o a quien la represente”. Hace plena prueba siempre que sea acreditada por los
medios establecidos por la ley.
d) Juramento judicial.
Consiste en someter la decisión del juicio a la palabra de una de las partes, presuponiendo
la honradez de lo que dice. Es muy poco usado.
El juramento puede ser:
- Juramento decisorio, en virtud del cual se deja librado a la parte, a su juramento, la suerte del
pleito, es decir que ese juramento pone fin al litigio.
- Juramento estimatorio o supletorio, por el cual se completa la prueba, “cuando la demanda o
las excepciones no son plenamente probadas, pero no están absolutamente desprovistas de
prueba”, o bien se establece el valor de la cosa demandada. Por ejemplo, cuando el que presta
juramento estima lo que se refiere a la cuantía de un daño o perjuicio.
e) Presunciones.
Las presunciones dan por asumida la realidad de los hechos antes de cualquier
demostración. Son consecuencias extraídas de ciertas circunstancias que tienen por finalidad
excluir la carga probatoria o bien desplazarla.
Existen dos tipos de presunciones:
- Presunciones legales: pueden ser presunciones iuris et de iure (que no admiten prueba en
contrario) o iuris tantum (que admiten prueba en contrario).
- Presunciones judiciales u hominis: son aquellas en las que se basan los jueces ante la
ausencia de una prueba directa.
f) Los testigos.
Son las declaraciones en juicio que realiza una persona sobre lo que sabe o presenció. Debe
tratarse de un tercero imparcial, ya que de no ser así se lo puede tachar.
La idoneidad de los testigos será apreciada por el juez, al dictar sentencia definitiva
teniendo en cuenta las circunstancias y motivos que corroboren o disminuyan la fuerza de las
declaraciones. La apreciación de este medio de prueba debe hacerse con suma cautela, valorando
el juez el carácter de los testimonios, la credibilidad de los testigos, etc.
75
CONTRATOS
Para la demostración en juicio de un contrato solemne el art. 1191 40 sienta la regla de que
los contratos que tengan una forma determinada por las leyes, no se juzgarán probados, si no
estuvieren en la forma prescrita.
Este texto puede crear una confusión entre forma y prueba (conceptos distintos) pues uno
alude a la actividad de otorgamiento y otro a la demostración; pero ocurre que la forma puede
estar dispuesta para dar validez al negocio (forma solemne) o meramente a los fines de su prueba
(forma para la prueba).
Cuando la forma es requerida para la validez del contrato, la omisión acarrea su nulidad. Al
no juzgarse realizados se sigue como consecuencia que no se podrán juzgar probados, no
revistiendo la forma exigida por la ley.
Podría ocurrir, sin embargo, que celebrados con la solemnidad requerida ocurra luego la
destrucción o extravío del documento; en tal hipótesis, probada la “documentación”, se tendrá por
demostrado el contrato, no obstante la “imposibilidad de presentar” el documento.
Cuando la forma es exigida para la prueba, como ocurre en el supuesto previsto por el art.
119341, la omisión de la solemnidad obsta a su demostración sobre la base de otros medios
probatorios.
La regla del art.1193 reconoce las excepciones que el propio art.1191, aclarado por el
siguiente 119242, señala y que harán admisibles los restantes “medios de prueba designados” en el
caso de existir:
1) imposibilidad de obtener la prueba exigida por ley;
2) principio de prueba por escrito, y
3) principio de ejecución.
En el art. 1191 se incluye indebidamente como excepción el caso en que “la cuestión
versare sobre los vicios de error, dolo, violencia, fraude, simulación o falsedad de los instrumentos
de donde constare” el contrato, por cuanto en tales cosas se trata de probar meros hechos y no de
la prueba del contrato, pudiendo recurrirse con entera libertad a cualquier medio probatorio.
Las Excepciones
1) La imposibilidad de obtener la prueba designada por la ley: nos lleva a distinguir entre:
a) la imposibilidad de presentar la prueba, no obstante haberse formalizado el contrato, y
b) la imposibilidad de celebrar el contrato de acuerdo con la forma requerida para la prueba.
La ley parece referirse a este segundo supuesto cuando interpreta que “se juzgará que hay
imposibilidad de obtener o de presentar prueba escrita del contrato, en los casos de depósito
necesario o cuando la obligación hubiese sido contraída por incidentes imprevistos en que hubiese
sido imposible formarla por escrito” (art. 1192, primera parte) como por ej., en el caso de que un
40
El art. 1191: “Los contratos que tengan una forma determinada por las leyes, no se juzgarán probados, si no
estuvieren en la forma prescripta, a no ser que hubiese habido imposibilidad de obtener la prueba designada por la ley, o
que hubiese habido un principio de prueba por escrito en los contratos que pueden hacerse por instrumentos privados, o
que la cuestión versare sobre los vicios de error, dolo, violencia, fraude, simulación, o falsedad de los instrumentos de
donde constare, o cuando una de las partes hubiese recibido alguna prestación y se negase a cumplir el contrato. En
estos casos son admisibles los medios de prueba designados”.
41
El art. 1193: “Los contratos que tengan por objeto una cantidad de más de diez mil pesos, deben hacerse por escrito y
no pueden ser probados por testigos”.
42
El art. 1192: “Se juzgará que hay imposibilidad de obtener o de presentar prueba escrita del contrato, en los casos
de depósito necesario o cuando la obligación hubiese sido contraída por incidentes imprevistos en que hubiese sido
imposible formarla por escrito. Se considerará principio de prueba por escrito, cualquier documento público o privado
que emane del adversario, de su causante o de parte interesada en el asunto, o que tendría interés si viviera y que haga
verosímil el hecho litigioso”.
76
CONTRATOS
médico atienda a una persona el la calle, no le va a exigir que firme un contrato de locación de
servicios.
En los contratos con forma para la prueba no será necesario probar la documentación, pues
ésta no hace a la validez sino a la demostración del negocio, bastando con justificar la
“imposibilidad” de formalizar. El depósito necesario es el ocasionado por “incendio, ruina,
saqueo, naufragio, incursión de enemigos o por otros acontecimiento de fuerza mayor” (art.
2277); son ellos los “incidentes imprevistos” a que alude el texto del art. 1192.
2) El principio de prueba por escrito en los contratos que pueden hacerse por instrumento
privado, es la segunda hipótesis de excepción. El Código, en el art. 1192, segunda parte, da la
noción de “principio de prueba por escrito” al decir que es cualquier documento público o
privado que emane del adversario, de su causante o de parte interesada en el asunto, o que
tendría interés si viviera y que haga verosímil el hecho litigioso.
3) El principio de ejecución se encuentra contemplado en el art. 1191 como excepción a la regla
sobre la prueba de los contratos formales, el hecho de que “...una de las partes hubiese
recibido alguna prestación y se negase a cumplir el contrato”; este “principio de ejecución”, de
una o más prestaciones, puede provenir de cualquiera de las partes. La negativa de la
contraparte respecto del cumplimiento de la prestación a su cargo, sobre la base de la omisión
de la formalidad, origina el planteo judicial acerca de la prueba del negocio43.
PUNTO 2
LA INTERPRETACIÓN DEL CONTRATO
Interpretar significa desentrañar el sentido de algo. Interpretar un contrato es descubrir el
sentido de la voluntad real que las partes han manifestado al momento de celebrar el negocio para
conocer el verdadero alcance del contrato o de sus cláusulas.
43
La aplicación de esta excepción es frecuente en los contratos de locación de cosa, de obra o de servicio, para cuya
validez no se exige una formalidad, pero cuya prueba, cuando el objeto supera los diez mil pesos, debe prestase por
documento privado (art. 1193). Negada la existencia del contrato por una de las partes y habiendo principio de ejecución
(entrega de la cosa al locatario, prestación del servicio por el locador o ejecución en alguna medida de la obra por el
empresario), se abre la posibilidad de probar el negocio por los restantes medios enumerados en el art. 1191.
77
CONTRATOS
44
Obsérvese que la buena fe es como el eje sobre el cual se mueve la reforma de la ley 17.711 en la temática de las
relaciones patrimoniales. Aparece en el art. 1051, protegiendo a los terceros adquirentes “de buena fe a título oneroso”
frente a los efectos del acto nulo o anulable; en el 1185 bis, amparando a los adquirente por boleto; en el 2355,
legitimando la posesión de inmuebles adquiridos por boleto
78
CONTRATOS
costumbre del lugar donde debe ejecutarse el contrato prevalecerán sobre cualquier inteligencia
en contrario que se pretenda dar a la palabras”.
d) Interpretación fáctica.
El art. 218 inc. 4 dice que “Los hechos de los contrayentes, subsiguientes al contrato, que
tengan relación con lo que se discute, serán la mejor explicación de la intención de las partes al
tiempo de celebrar el contrato”.
Sólo se ha de recurrir a estos elementos extrínsecos, que arrojan luz sobre la intención,
habiendo ambigüedad en las palabras.
En la aplicación práctica que los contratantes han realizado de las estipulaciones del
contrato, aplicación anterior a las desaveniencias, se encuentra el genuino sentido de las mismas.
Esta interpretación se llama fáctica o auténtica, por provenir de los hechos de los propios
contratantes.
La segunda parte del inc. 3 apunta a una interpretación acorde con la naturaleza del
contrato y las reglas de la equidad. Por medio de la calificación del contrato se determinará la
naturaleza de la relación jurídica y se la clasificará, tanto desde el punto de vista jurídico como del
económico, entre las categorías jurídicas existentes. La interpretación debe tomar en cuenta la
índole del contrato: si oneroso o gratuito, bilateral o unilateral, etc., o bien si tiende al cambio de
prestaciones o a unión de esfuerzos, a la previsión, etc.
El juez verá en cada caso, según su prudente arbitrio, cuál es la interpretación que más se
acomoda con la naturaleza del contrato y las reglas de la equidad, y que conforme a una
interpretación finalista permita a las partes alcanzar los fines perseguidos, debiendo el juez colmar
los vacíos y remediar los defectos de sus declaraciones.
b) Contra estipulante.
En caso de dudas hay que estar a la interpretación más desfavorable para aquél que ha
predispuesto el contrato. La interpretación debe ser contraria a los intereses del predisponente;
sería una sanción por haber redactado el contrato inadecuadamente.
PUNTO 3
81
CONTRATOS
UNIDAD VI
VICISITUDES Y EFECTOS DE LOS CONTRATOS
PUNTO 1
VICISITUDES O INEFICACIA DE LOS CONTRATOS. INEFICACIA ABSOLUTA (ORIGINARIA Y
SOBREVINIENTE) Y RELATIVA
Las vicisitudes de los contratos son aquellos sucesos a los cuales está sometido el
contrato. Pero la mayoría de la doctrina prefiere utilizar el término ineficacia en vez de vicisitud.
La mayoría de los contratos se extinguen de modo normal; pero puede ocurrir que por
alguna circunstancia el contrato se extinga anticipadamente, es decir, por un modo anormal
(ineficacia).
Los contratos generan efectos entre las partes y respecto de terceros. Son partes los
centros de interés. Los terceros son aquellos que no participan en el acuerdo. Pueden ser terceros
interesados o no interesados. Los interesados son aquellos que tienen un interés directo en el
acuerdo y persiguen un interés legítimo en la contratación, como por ej., los acreedores de los
contratantes, que tienen contra ellos acciones integrativas (acción revocatoria, subrogatoria y de
simulación).
La ineficacia puede ser:
1) Absoluta: cuando el contrato no surte sus efectos entre las partes ni frente a terceros. Esta a
su vez puede ser:
a) Originaria o estructural: que atiende a la fase de celebración o formación del negocio
jurídico y que se da cuando el acto tiene un vicio originario, lo cual genera la nulidad del
mismo.
82
CONTRATOS
INEFICACIA ORIGINARIA
NULIDAD. ANULABILIDAD
La NULIDAD es una sanción legal que priva al acto de sus efectos propios en virtud de un
vicio existente al momento de la celebración.
Se trata de defectos inherentes a la estructura del contrato que producen “un estado
originario de muerte”, en el caso de la nulidad, o bien “un estado de enfermedad” que puede
conducir a la muerte, en el caso de la anulabilidad.
Algunos autores, generalmente la doctrina francesa, solían distinguir entre nulidad (o
invalidez) e inexistencia:
- Nulidad o invalidez: cuando el acto posee todos los elementos estructurales, pero uno de los
mismos se encuentra viciado. Por ej., el acto celebrado por un incapaz.
- Inexistencia: cuando el acto carece de uno de los elementos estructurales. Por ej., un contrato
sin objeto.
Esta distinción en la actualidad carece de trascendencia. La nulidad puede provenir tanto
de la falta de un elemento estructural como de un vicio en alguno de los elementos estructurales y
a nota al art. 103845establece que ambas (invalidez e inexistencia) se regulan de la misma manera.
45
En la nota al art. 1038 Vélez dice: “La nulidad puede resultar de la falta de las condiciones necesarias y relativas, sea
a las cualidades personales de las partes, sea a la esencia del acto, lo que comprende principalmente la existencia de la
voluntad, y la observancia de las formas prescriptas para el acto. Ella puede resultar también de una ley que prohíba el
acto de que se trate”.
83
CONTRATOS
b) Nulidad Parcial: cuando se afectan una o varias cláusulas en particular. Hay una tendencia a la
subsistencia del contrato, o sea, a la declaración de la nulidad parcial anulando únicamente las
cláusulas contrarias a la ley. (Por ej. una cláusula abusiva, art. 37 LDC)
EFECTOS DE LA NULIDAD
El PRINCIPIO GENERAL está consagrado por los arts. 1050 y 1052. El art. 1050 establece
que “La nulidad pronunciada por los jueces vuelve las cosas al mismo o igual estado en que se
hallaban antes del acto anulado”, y el art. 1052 dice que “La anulación del acto obliga a las partes
a restituirse mutuamente lo que han recibido o percibido en virtud o por consecuencia del acto
anulado”. Se desprende de ambos textos que la nulidad tiene efecto retroactivo o ex tunc al
momento de celebración del acto.
La EXCEPCIÓN a este principio general se encuentra en el art. 1165 según el cual en el
caso de un contrato celebrado por un incapaz, establece que “Declarada la nulidad de los
contratos, la parte capaz para contratar no tendrá derecho para exigir la restitución de lo que
hubiere dado, o el reembolso de lo que hubiere pagado, o gastado...”,
Pero a la vez, el mismo artículo establece una EXCEPCIÓN A DICHA EXCEPCIÓN al decir
“...salvo si probase que existe lo que dio (en el patrimonio del incapaz), o que redundara en
provecho manifiesto de la parte incapaz”.
46
El hecho posterior pone fin al contrato, por su mera ocurrencia o por autoridad de una de las partes o por decisión
judicial, y de allí que acarree la ineficacia del mismo y, por ende, la de la relación jurídica de él nacida.
84
CONTRATOS
también unilateral)
Causal Prevista en el Contrato Prevista por la ley Prevista en el contrato o
(para Alterini también la legalmente
ley)
Efectos Para el futuro (ex nunc) Para el futuro (ex nunc) Para el pasado (ex tunc)
RESCISIÓN O DISTRACTO
Es un acuerdo entre las partes para poner fin al contrato. También se llama “distracto”. Esta
prevista en el art. 1200 que establece que “Las partes pueden por mutuo consentimiento extinguir
las obligaciones creadas por los contratos, y retirar los derechos reales que se hubiesen
transferido...”.
Se trata de la posibilidad de extinguir relaciones jurídicas creditorias y reales por un nuevo
contrato. Por mutuo acuerdo, por un nuevo contrato, se extinguen las relaciones jurídicas para el
futuro, sin alterar los efectos ya producidos, opera ex nunc, salvo que las partes quisieran otorgarle
otro efecto diferente.
La rescisión sólo se concibe en contratos no agotados por cumplimiento, es decir, en
contratos en vías de cumplimiento, ejecución continuada o tracto sucesivo o en aquellos cuyos
efectos no han empezado aún a producirse (de ejecución diferida).
Para la cátedra la rescisión es siempre contractual, ya que va a estar en la voluntad de las
partes el ponerle fin a un contrato47.
REVOCACIÓN
El art.1200, segunda parte, dice “...y pueden también (las partes) por mutuo consentimiento
revocar los contratos, por las causas que la ley autoriza”.
No obstante el texto, la doctrina está de acuerdo en sostener que no es el mutuo
consentimiento el que se necesita para revocar un contrato, pues lo característico de la revocación
es la extinción por voluntad de una sola de las partes.
Quien revoca retrae su voluntad originaria, que concurrió a dar nacimiento al negocio, y
ocasiona la cesación de los efectos desde ese momento para el futuro, ex nunc. Las
consecuencias ya producidas quedan firmes entre partes y frente a terceros.
Los únicos contratos que admiten la revocación son la donación y el mandato, ya sea
oneroso o gratuito.
Las causas de revocación son exclusivamente legales, o sea que las partes no pueden
pactar causales de revocación.
Hay algunos autores que dividen las causas legales en:
- Discrecionales o incausadas: la ley autoriza a revocar un contrato por propia voluntad sin
necesidad de invocar causa alguna. Por ej., el mandato, el cual se puede dejar sin efecto por la
sola voluntad del mandante.
- Causadas: solo se puede revocar el contrato si se acredita la causa contemplada en la ley. Por
ej., ingratitud del donatario.
47
Alterini, por su parte, considera que la rescisión puede tener fuente contractual o legal, surgir de ambas partes o de una
de ellas, y da como ejemplo el supuesto contemplado por el art. 1638 que permite al dueño de una obra desistir de la
ejecución de ella por su sola voluntad, indemnizando al locador.
85
CONTRATOS
RESOLUCIÓN.
Tiene lugar cuando una de las partes la solicita en virtud de una cláusula resolutoria
prevista en el contrato o de una disposición legal.
La resolución actúa opera ex tunc, retroactivamente, salvo los efectos ya cumplidos, en los
contratos de ejecución continuada o tracto sucesivo de prestaciones equivalentes y divisibles, “que
quedarán firmes” (art.1204, primera parte)48.
Entre las causales de resolución contenidas en la ley podemos citar:
La facultad comisoria o el pacto comisorio implícito que autoriza a la parte cumplidora (por
voluntad de la ley), ante el hecho futuro e incierto (que la prestación no sea ejecutada por el
deudor) a la resolución del contrato por alguno de estos procedimientos. (art. 1204)
La imposibilidad de cumplimiento de la prestación a cargo de uno de los contratantes, que
resulta de un hecho posterior al contrato y no imputable a las partes, produce la resolución del
contrato. “La obligación se extingue (dice el art.888 C.C.) cuando la prestación que forma la
materia de ella, viene a ser física o legalmente imposible sin culpa del deudor”. La pérdida de
la cosa debida (según el art.891) se produce en tres situaciones:
- cuando la cosa ha sido destruida completamente;
- cuando la cosa ha sido puesta fuera del comercio, y
- cuando se la ha hecho desaparecer y no se sabe donde se encuentra.
La excesiva onerosidad sobreviniente es también causa de resolución del contrato, según lo
establece el art.1198; la particularidad consiste en la posibilidad, acordada al demandado
“beneficiado”, de impedir la resolución “ofreciendo mejorar equitativamente los efectos del
contrato”.
Entre las causales pactadas por las partes podemos citar:
El pacto comisorio expreso que autoriza a la parte cumplidora, ante el hecho futuro e incierto
de “que alguna obligación no sea cumplida con las modalidades convenidas”, a optar por la
resolución del contrato, declarando su voluntad en tal sentido y comunicándola a la
incumplidora según lo expresado en el art. 1204 tercer párrafo. Pero además la parte
cumplidora puede optar “...por exigir a la incumplidora la ejecución de sus obligaciones con
daños y perjuicios” (art.1204, párrafo cuarto).
48
Por ej., en un contrato de locación, se dispone el uso y goce de la cosa y cada mes se debe pagar $500. Las
prestaciones son equivalentes porque usar la cosa equivale a $500, y también es divisible porque el contrato de locación
es de 24 meses y cada cuota equivale a $500; en este caso si hay incumplimiento, lo pagado queda firme
86
CONTRATOS
PUNTO 2
EFECTOS DE LOS CONTRATOS
Los efectos de los contratos son las consecuencias jurídicas que los mismos producen. Los
efectos representan la consagración del propósito perseguido y, en general, se traducen en el
cambio de la situación jurídica preexistente.
87
CONTRATOS
Los pilares de la fuerza vinculatoria del contrato son la “buena fe lealtad” y la “buena fe
creencia”.
La regla jurídica que impone la obligatoriedad de los contratos surge del art. 1197: “las
convenciones hechas en los contratos forman para las partes una regla a la cual deben someterse
como a la ley misma” y tiene su fundamento en la regla moral que hace al hombre sirviente de su
propia palabra, pero concurren a dar fuerza a ese vinculo la libre aceptación de las cláusulas
limitativas de la voluntad individual y la confianza que mutuamente se suscitan los contratantes.
Esta regla refleja también el principio de la autonomía de la voluntad. Incluso algunos dicen que
se trata de las dos caras de una misma moneda.
Este principio hoy se encuentra en crisis, ya que si bien la regla es que “los contratos
deben cumplirse”, en la actualidad el principio de la autonomía de la voluntad con su correlativa
fuerza vinculante, va siendo sustituido por el de la sujeción de la actividad humana a los
imperativos de la solidaridad social, creados por la división del trabajo y la comunidad de
necesidades. Hoy día se está en busca de la “justicia contractual”.
88
CONTRATOS
nacieren de ellos fuesen inherentes a la persona, o que resultase lo contrario de una disposición
expresa de la ley, de una cláusula del contrato, o de su naturaleza misma”.
El sucesor universal (art. 3263 CC) es aquel a quien se le transmite todo el patrimonio
(heredero) de una persona, o una parte alícuota del mismo (coheredero).
El sucesor se va a encontrar en la misma situación en que se hallaba el causante.
Excepciones al principio
Los sucesores universales en principio son tratados como parte en los contratos de los
cuales el causante era parte. Pero el art. 1195 marca tres excepciones:
Cuando el contrato cree derechos u obligaciones inherentes a la persona del causante: esto se
relaciona con el art. 498 que establece que no son transmisibles a los herederos los derechos
inherentes a la persona, pero no dice qué se entiende por “inherente a la persona”. No hay
claridad en la doctrina respecto a cuando se considera que un derecho es inherente a la
persona. Llambías, tal vez el mas acertado, entiende que “un derecho es inherente a la
persona, cuando ya por su naturaleza, ya por una disposición de la ley, es inconcebible su
ejercicio independientemente del individuo humano a favor de quien está instituido”50.
Cuando resulte de una disposición expresa de la ley: es decir, que el propio legislador hubiese
previsto la intrasmisibilidad, por considerar inconveniente dicha transmisión51.
Cuando las partes, en uso de la libertad contractual, hayan estipulado que la muerte de una de
ellas causaba la extinción del contrato: esto es excepcional en el C.C., pero ocurre
habitualmente en la realidad. Se trata de una cláusula de estilo. En los hechos se invierte la
regla del C.C52.
TERCEROS
En principio, son todos aquellos que no son parte del contrato. Pero este concepto es
ambiguo porque hay distintas especies de terceros: interesados y desinteresados.
Son terceros interesados los que tienen un interés legitimo que los vincula al contrato, sea
reconociéndoles derechos o imponiéndoles responsabilidades. Estos terceros al tener un interés, o
bien, cuentan con una acción o pueden ser accionados.
50
El ejemplo más gráfico es el contrato de locación de obra, si se contrata a un pintor famoso para que pinte un cuadro,
ese contrato está pensado para ser hecho por ese pintor y sólo por él (obligación intuito personae), no puede ser pintado
entonces por sus herederos.
51
Un ejemplo es la figura del pacto de preferencia que es el que se introduce en una compraventa a favor del vendedor,
que implica que si el comprador quiere volver a vender, debe preferir como comprador al vendedor originario. Se prevé
la extinción de ese contrato con la muerte del vendedor originario.
52
Esto se suele dar en los contratos de larga duración, como por ej., en la locación.
89
CONTRATOS
Entre los obligados originarios, las partes, y sus herederos o sucesores universales, por un
lado, y los verdaderos terceros, por otro lado, existen dos categorías de personas que poseen
vínculos con los obligados:
El sucesor particular no tiene porque responder por todas las obligaciones del causante.
Así, el articulo 3266 traza la regla según la cual “Las obligaciones que comprenden al que ha
transmitido una cosa, respecto a la misma cosa, pasan al sucesor universal y al sucesor
particular”; o sea que solo responde por las obligaciones vinculadas con la cosa transmitida. Son
las obligaciones propter rem o ambulatorias que se trasladan con la cosa y que deben ser
consideradas como accesorias del objeto adquirido 53. El principal carácter de estas obligaciones
reales finca en que se transmiten al sucesor particular sin que sea necesario para ello convenio
especial de transmisión de la obligación o una asunción por parte del sucesor particular.
53
Por ej., locación de cosas (art. 1498): el sucesor de la cosa arrendada debe respetar el contrato de locación durante el
tiempo convenido en dicho contrato.
90
CONTRATOS
Acción directa.
La acción directa es la que compete al acreedor para percibir de un tercero lo que éste le
adeuda a su deudor: Así, “A”, acreedor de “D”, tiene derecho a percibir de “T” lo que éste le debe a
“D”.
El fundamento o la razón de ser de esta facultad del acreedor se encuentra en el principio
que veda el enriquecimiento sin causa. Esto se ve con particular claridad en materia de
91
CONTRATOS
subcontratos: el locador (A) puede accionar directamente contra el subinquilino (T) por lo que le
adeuda, en concepto de alquileres, el inquilino (D); de esa manera se impide que el inquilino (D) se
enriquezca sin causa usando y gozando de la cosa, sin pagar el alquiler, y no obstante ello perciba
los subarriendos del subinquilino (T).
Cabe tener en cuenta que los efectos que produce esta acción marcar la diferencia con la
acción subrogatoria:
- el acreedor no puede reclamar más que su crédito, ni más de lo que debe el tercero al deudor
de aquél.
- El acreedor obtiene para sí el bien debido, de manera que la acción directa resulta ejercida en
su provecho.
- La acción se ejerce por propio nombre.
OTRAS ACCIONES
Acción de simulación.
Busca desenmascarar un negocio que es meramente aparente, simulado, y que perjudica
al acreedor. Su fin es atacar al contrato simulado. Para nuestro Código la simulación aparece
tratada como generadora de una acción de nulidad o anulación (arts. 1044 y 1045 CC).
Cesión con liberación del cedente y sin liberación del cedente. Reglas aplicables.
Hay dos especies de cesión:
92
CONTRATOS
Cesión con liberación del cedente o cesión perfecta, que libera al cedente para lo cual es
necesario que la parte cedida tome conocimiento y haya prestado conformidad.
Cesión sin liberación del cedente o imperfecta , esta se da cuando el cedido no presta
conformidad, y como consecuencia de esta falta de conformidad el cedente sigue
respondiendo ante la parte cedida.
Cuando la aceptación de la cesión se produce, el cedente es liberado de las obligaciones
nacidas del contrato y pierde a la vez, los derechos engendrados a su favor. Si el cedido no acepta
la cesión no se verifica la cesión del cedente; pero como el negocio ha tenido efecto entre las
partes, ambos (cedente y cesionario), quedan obligados frente al cedido54.
Concepto.
Podemos decir que se entiende por estipulación a favor de un tercero, el supuesto en que
una persona denominada “estipulante” o “promisorio” conviene en su propio nombre, con otra
persona llamada “promitente”, que esta última quede obligada hacia un tercero designado
“beneficiario”, a cumplir una prestación que, aceptada por el mismo, se estabiliza a su favor.
Relación entre las partes y el tercero (relación triangular).
54
Por ejemplo: en materia de locación de cosas, el articulo 1584 del CC, dice que “la cesión consistirá únicamente en la
transmisión de los derechos y obligaciones del locatario, y a ella son aplicables las leyes sobre la cesión de derechos” ,
y el articulo 1596 agrega: “el locatario que […] cede el arrendamiento, no puede por cláusula alguna, librarse de sus
obligaciones respecto al locador, sin el consentimiento de este”; finalmente, el articulo 1599, segunda parte, prescribe
que “pasaran también al cesionario todas las obligaciones del locatario para con el locador, o solamente la parte
correspondiente a la cesión, sin que el cedente quede exonerado de sus obligaciones”, cuando, por falta de aceptación,
claro esta, no se opera la liberación.
93
CONTRATOS
Efectos.
Se comprueba un doble juego de efectos emanados del contrato:
- una primera relación une al estipulante con el promitente
- y una segunda relación al promitente con el tercero beneficiario.
94
CONTRATOS
95
CONTRATOS
a) Autorización post facto o ratificación: convalidación por parte del tercero, del negocio hecho por
el sujeto que no tenía legitimación para actuar.
b) Ejecutar actos derivados de ese contrato (principios de ejecución): si contratamos a los fines
de comprar una cosa en nombre de un tercero y éste realiza el pago, de esta manera está
autorizando el negocio.
97
CONTRATOS
Fundamento.
Para la mayoría de la doctrina se funda en la reciprocidad de las prestaciones, lo que se
denomina “sinalagma contractual”. Es una idea fundacional de la excepción de incumplimiento:
en la base del contrato se establecía que las partes cumplirían simultáneamente, por lo tanto
es lógico que una parte se niegue a cumplir si la otra no cumple.
También se funda en la buena fe, que tiene una fuerza expansiva significativa, que implica una
exigencia de obrar bien por parte de los contratantes. Es de mala fe, desleal, exigirle a una
parte que cumpla si no se cumplió la contraprestación respectiva, ya que sería falto de ética.
Según la cátedra este es el fundamento ético-jurídico más adecuado y de mayor raigambre.
Naturaleza jurídica.
La excepción figura en el repertorio de las medidas de autodefensa privada, con cierto
carácter coercitivo, tendientes a salvaguardar el equilibrio contractual.
Existió en la doctrina un gran debate acerca del tema, pero hoy en día esta esclarecido.
Machado y otros, entre los primeros comentaristas del C.C. sostuvieron criterios distintos
de los que hoy se sostienen. Actualmente los autores reflejan dos distintas maneras de concebir a
la excepción:
Para una postura: la excepción es vista como un requisito necesario de la acción, juega como
un presupuesto sustancial de la demanda, porque para poder demandar por incumplimiento
contractual, se requiere la acreditación previa del cumplimiento de la prestación. No se puede
demandar el cumplimiento sin antes haber cumplido (tesis que encuentra apoyo en la
interpretación literal del art. 1201 CC). El art. 130 del CPCC establece los requisitos formales
de la demanda; los autores sostienen que la excepción es un requisito sustancias
En síntesis, se puede decir que esta teoría deja de ver a la excepción como una excepción y la
ve solo como un requisito (sustancias) de la demanda.
Para la segunda postura: la ve como una verdadera excepción o defensa, que debe ser
opuesta por el accionado (demandado por cumplimiento). La excepción de incumplimiento es
una verdadera excepción.
99
CONTRATOS
1) Suspensión del contrato: plantea la paralización de los efectos del contrato ante supuestos de
hecho. No se debe confundir con la suspensión del proceso que se paraliza mediante la
excepción procesal dilatoria. En el caso de la excepción de incumplimiento, nunca se paraliza
el proceso sino solo el contrato. Se vinculan así dos institutos: proceso y contrato
2) Probatorio: el artículo 1201 juega desde el punto de vista probatorio, ya que regula la
distribución de la carga de la prueba. El que demanda debe probar:
- que cumplió
- que va a cumplir
- o que su obligación es a plazo.
No hay que probar que la otra parte no cumplió. Es difícil probar hechos negativos, por eso
Vélez invierte la carga de la prueba en beneficio del excepcionante, que invoca un hecho
impeditivo: “no cumplo por que la otra parte no cumplió”.
Este es un efecto inoperante que tiene que ver con la distribución de la carga de la prueba;
hoy hay una cierta morigeración (por el dinamismo de la carga probatoria)
3) Sentencia Judicial: la sentencia debe resolver la pretensión incoada por el actor, entonces se
debe ver si acoge la demanda o acepta la excepción.
El juez tiene diferentes caminos:
- no dar lugar a la excepción, condenar al excepcionante y admitir la demanda.
- considerar procedente la excepción si se dan los requisitos, entonces al acoger la
excepción rechaza la demanda.
El efecto es que continua paralizado el contrato, al demandado no se le puede exigir cumplir si
el actor no cumple. La sentencia no extingue el contrato, tampoco la excepción. El contrato
esta vigente pero las partes no pueden exigir el cumplimiento59.
59
Esta alternativa supone una doble instancia, porque si se rechaza la demanda, el actor realiza una nueva
demanda. Por esta razón el Código Alemán plantea que cuando el juez considere procedente a la excepción, en vez de
rechazar la demanda, obligue a ambas partes a cumplir las prestaciones a cargo del actor y demandado. Se discutió si era
posible aplicar o no la solución del Código Alemán. La doctrina y jurisprudencia considera que es posible su aplicación
según el principio de economía procesal. El problema procesal que se presenta es acerca de quien paga en este caso las
costas ya que en abstracto ninguna de las dos partes están vencidas, pero parece que el excepcionante es quien gana
porque logra defenderse. Es un tema harto dudoso.
100
CONTRATOS
SEÑAL O ARRAS
Concepto.
Se denomina seña, señal o arras, a la dación o entrega de una cosa mueble (que puede o
no ser dinero) o inmueble, que una de las partes contratantes realiza a favor de la otra u otras. Es
preciso su entrega efectiva “real”.
Finalidades.
La seña puede hacerse con dos finalidades distintas:
1) Reforzar el cumplimiento, ejerciendo una presión o coacción sobre ambas partes, tanto sobre
quien la da como sobre quien la recibe (arras confirmatoria), y
2) Permitir el arrepentimiento de cualquiera de los contratantes, el retiro unilateral, actuando como
indemnización de daños y perjuicios (arras penitencial).
Constituye un efecto accidental que puede ser incorporado a los contratos bilaterales y
plurilaterales (definitivos) y también a los contratos preliminares. El momento para efectivizar la
seña es el de la celebración del negocio o uno posterior, pero siempre previo al cumplimiento del
mismo.
Caracteres de la Seña.
signo de ratificación del contrato, sin que pueda ninguna de las partes retractarse, perdiendo las
arras”.
En la segunda parte del artículo se prevé la posibilidad de dar a las arras, “por cláusula
especial del contrato” un carácter penitencial, por el cual “les sea lícito arrepentirse y dejar de
cumplir lo contratado”.
De allí que la estipulación de una seña, en el ámbito comercial, fortifica el vínculo
impidiendo su ulterior disolución por la voluntad unilateral de los contratantes.
De lo expuesto, con referencia al Código de Comercio, se desprende que la seña
confirmatoria excluye toda posibilidad de arrepentimiento, siendo esa la diferencia fundamental con
la penitencial.
Cuando el contrato se cumple, se computará “por cuenta del precio”, si fuera de la misma
especie, y si no fuere de la misma especie, debe devolverse en el estado en que se encuentre,
solución similar a la prevista para la seña penitencial, en el C.C.
Cuando el contrato celebrado con arras confirmatorias no se cumple, nada obsta a solicitar
la resolución en ejercicio de la facultad resolutoria implícita (pacto comisorio), de acuerdo con el
art. 216 del Código de Comercio, con más los daños y perjuicios; asimismo, podrá el acreedor
demandar por cumplimiento con los daños y perjuicios pertinentes.
Pero, ¿puede una parte, ante el incumplimiento de la otra, retirarse del contrato reteniendo
la seña recibida o exigiendo el doble de la entregada? Creemos que a falta de una disposición
expresa que lo autorice, la señal o arras confirmatorias no acuerdan, en el Derecho argentino, esa
tercera posibilidad; de allí que daba optarse por el cumplimiento o la resolución con daños y
perjuicios, y si los daños no existieren o fueren menores que el valor de lo entregado, deberá
devolverse proporcionalmente lo recibido en seña.
Los daños quedan delimitados por el valor de la seña, si se arrepiente quien la entregó, o
por el doble de ella si el arrepentido es quien la recibió; no siendo admisible pretender:
102
CONTRATOS
60
La cláusula penal también delimita la indemnización, no teniendo el acreedor “derecho a otra indemnización, aunque
pruebe que la pena no es indemnización suficiente” (art. 655); e igualmente no obliga al acreedor “a probar que ha
sufrido perjuicios”, ni permite al deudor “eximirse de satisfacerla probando que el acreedor no ha sufrido perjuicio
alguno” (art. 656).
103
CONTRATOS
104
CONTRATOS
El eje del sistema era el pacto comisorio. El art. 1204 en su redacción originaria establecía
que “Si no hubiere pacto expreso que autorice a una de las partes a disolver el contrato si la otra
no cumpliere, el contrato no podrá disolverse, y sólo podrá pedirse su cumplimiento”.
En el contrato de renta vitalicia (art. 2088) Vélez ratificaba la figura del pacto comisorio
como principio general. Sin embargo, en otros casos estableció excepciones, aceptando la facultad
comisoria (arts. 1412 y 1420 para la compraventa).
Vélez tomó como fuente al Código Austriaco, y se apartó del Código de Napoleón que
hacía referencia a la facultad comisoria implícita.
El Código de Comercio, en cambio, tenía prevista la facultad comisoria, con lo cual era
viable la resolución por incumplimiento aun cuando no se hubiere pactado expresamente en el
contrato.
Reforma de la ley 17.711:
Con la reforma de la ley 17.711, se establece la posibilidad legal de extinguir el contrato por
incumplimiento, aun cuando esta posibilidad no fuera expresamente pactada por las partes; se
aplica de todos modos como principio general, porque así lo prevé la ley en el art. 1204 (Facultad
Comisoria). Se tomó como fuente el art. 216 del Código de Comercio reformado en 1963.
El nuevo artículo ha variado completamente la situación, regulando la facultad comisoria
que aparece como principio general, por un lado, y el pacto comisorio, por el otro.
El nuevo art. 1204 trajo problemas metodológicos porque sólo se reformó el principio y no
lo referente a los contratos en particular. La cuestión que se planteó es la siguiente: las normas de
la parte especial ¿han quedado derogadas?
No se presentaba el problema con aquellas normas que en el régimen de Vélez eran
excepciones al principio general, como los arts. 1412 y 1420, puesto que ahora son ratificatorias
del nuevo principio general.
Pero el debate se dio respecto de las normas que eran ratificatorias del principio general
establecido por el Código de Vélez, como el art. 2088.
La cuestión aun no esta cerrada: algunos autores consideran que las normas que eran
ratificatorias del viejo principio, ahora funcionan como excepciones del nuevo. Pero la mayoría de
la doctrina considera que la reforma del 1204 pretendió modificar íntegramente el instituto de la
resolución por incumplimiento, y que por tanto, atendiendo a la finalidad del legislador, debe
entenderse que dichas normas han quedado derogadas por el nuevo principio general.
FACULTAD COMISORIA
El nuevo art. 1204, en el primer párrafo establece que: “En los contratos con prestaciones
recíprocas se entiende implícita la facultad de resolver las obligaciones emergentes de ellos en
caso de que uno de los contratantes no cumpliera su compromiso”.
Se introdujo así, la facultad de resolver los contratos como un elemento natural de los
contratos con prestaciones recíprocas.
Mecanismos resolutorios.
Para ejercer la facultad comisoria se puede proceder por dos vías: judicial y extrajudicial.
Si se opta por la vía extrajudicial, será más rápido, más económico, pero menos certero; en
cambio, por vía judicial se obtendrá una sentencia que dará seguridad y no dejará dudas sobre la
resolución del contrato.
105
CONTRATOS
Vía extrajudicial o por autoridad del acreedor: este procedimiento está previsto en el art.
1204, párr. 2º que establece que: “No ejecutada la prestación, el acreedor podrá requerir al
incumplidor el cumplimiento de su obligación en un plazo no inferior a quince días, salvo que los
usos o un pacto expreso establecieran uno menor, con los daños y perjuicios derivados de la
demora; transcurrido el plazo sin que la prestación haya sido cumplida, quedarán resueltas, sin
más, las obligaciones emergentes del contrato con derecho para el acreedor al resarcimiento de
los daños y perjuicios”.
De la lectura del artículo se desprende que deberán cumplirse tres requisitos:
1) Requerimiento o intimación a la parte incumplidora: la parte cumplidora debe requerir un
cumplimiento categórico de pago para que la parte incumplidora satisfaga la prestación. No se
requiere forma alguna, pero según la doctrina, el requerimiento debe ser por un medio
fehaciente (susceptible de prueba).
2) El requerimiento debe se acompañado de un plazo mínimo de quince días : la extensión del
plazo la fija el acreedor no pudiendo ser inferior a 15 días (es un plazo mínimo para el
acreedor, que no puede dar uno menor, y máximo para el deudor que no puede prorrogarlo),
salvo que las partes hubiesen pactado un plazo más breve que el mínimo o que se desprenda
de los usos y costumbres61. El plazo se computa desde que el deudor recibe la notificación. Se
trata de un plazo suplementario, ya que el deudor, de por sí ya se encuentra en mora, por lo
que también deberá reparar los perjuicios derivados de la demora.
3) Apercibimiento resolutorio62: aun cuando el art. 1204 establezca que transcurrido el plazo sin
que la prestación haya sido cumplida, se resuelve “sin mas el vínculo contractual”, según un
sector de la doctrina (Alterini) el requirente debe manifestar su voluntad extintiva. No es un
requisito que surja de la ley, pero es necesario a los fines de que el requerimiento sea idóneo
para resolver (en contra: Mosset Iturraspe).
Vía judicial o por sentencia judicial: la resolución por sentencia judicial constituye el otro
camino a disposición del acreedor cumpliente; esto otorga mayor seguridad jurídica. No está
regulada por el CC, pero aparece tangencialmente en la ultima parte del art. 1204.
Es verdad que requiere un litigio, pero éste no siempre se evita con la resolución por
“autoridad del acreedor”. La demanda por resolución debe expresar con claridad la voluntad de
concluir la relación pudiendo promoverse por vía de acción o reconvención.
La cuestión que se plantea respecto a la resolución por vía judicial es la siguiente: ¿Puede
la parte incumplidora cumplir con la prestación a su cargo, una vez promovida la demanda por
resolución?
- Tesis minoritaria: considera que es posible que el incumplidor cumpla con el contrato, puesto
que la ley no distingue tal situación, y donde la ley no hace distinciones no se puede distinguir
(Llambías). El incumplidro podrá cumplir dentro de los quince días de notificada la demanda.
- Tesis mayoritaria: considera que una vez promovida la demanda no es posible cumplir con el
contrato. Se funda en que al llevar al juicio la cuestión, la parte cumplidora ha perdido interés
en el contrato. Esta es la tesis que ha prevalecido en la jurisprudencia, pero es una
interpretación contra legem al art. 1204.
PACTO COMISORIO
61
La doctrina también considera que el plazo puede ser inferior a quince días cuando el plazo para el cumplimiento del
contrato fuere esencial.
62
Se inserta en el requerimiento con la frase: “bajo apercibimiento de quedar resuelto el contrato”.
106
CONTRATOS
Se trata de una cláusula accidental de los contratos que las partes incorporan al mismo, por
la cual se prevé que el incumplimiento de una de las partes habilita a la otra a resolver el contrato.
El art. 1203, da la noción del mismo en los términos siguientes: “Si en el contrato se
hubiere hecho un pacto comisorio por el cual cada una de las partes se reservase la facultad de no
cumplir el contrato por su parte, si la otra no lo cumpliere, el contrato sólo podrá resolverse por la
parte no culpada y no por la otra que dejó de cumplirlo”.
El pacto comisorio autoriza a quien ejecutó o estuvo dispuesto a cumplir las obligaciones a
su cargo, a resolver el contrato, desvinculándose de él, ante la inejecución del deudor. La
resolución al tornar ineficaz el vínculo nacido del contrato y, por ende, el contrato mismo, libera a la
parte cumpliente.
En cuanto al mecanismo resolutorio, puede darse por las mismas vías que la facultad
comisoria; pero siempre debe estarse a lo que hubieren dispuesto las partes en el contrato.
El art. 1204, en el tercer párr. establece: “Las partes podrán pactar expresamente que la
resolución se produzca en caso de que alguna obligación no sea cumplida con las modalidades
convenidas; en este supuesto la resolución se producirá de pleno derecho y surtirá efectos desde
que la parte interesada comunique a la incumplidora, en forma fehaciente, su voluntad de
resolver”.
El supuesto previsto, prevé la resolución de pleno derecho del contrato, para el caso en que
alguna obligación no hubiese sido cumplida, requiriéndose para ello que dicho supuesto este
previsto expresamente en el contrato, y que la parte interesada comunique por un medio
fehaciente su voluntad de resolver, produciéndose el efecto de la resolución desde dicha
comunicación.
EL “JUS VARIANDI”
El acreedor no culpable puede optar por demandar el cumplimiento o por la resolución del
vinculo. Así lo establece el nuevo art. 1204 en el 4º párr.: “La parte que haya cumplido podrá optar
por exigir a la incumplidora la ejecución de sus obligaciones con daños y perjuicios”.
Demandado el cumplimiento del contrato el acreedor puede variar su decisión y reclamar
posteriormente la resolución: “La resolución podrá pedirse aunque se hubiese demandado el
cumplimiento del contrato”. Éste derecho puede ejercerse, para un sector de la doctrina, mientras
no haya recaído sentencia firme en la causa por cumplimiento; para otros, aun cuando exista
sentencia firme (o pasada en autoridad de cosa juzgada) hasta tanto no se ejecute63.
Pero no podrá solicitarse el cumplimiento cuando se hubiese demandado por resolución
(art. 1204, in fine).
La solución se justifica, no obstante que es la sentencia y no la demanda la que extingue la
relación, porque el deudor “no puede quedar sometido a las variaciones del interés del acreedor,
quien al decidir su voluntad por la resolución debe ponderar todas las consecuencias” (Halperín).
63
Distinta es la solución que da el art. 1375, inciso 3º: “Puede el vendedor a su arbitrio demandar la resolución de la
venta, o exigir el pago del precio. Si prefiriese este último expediente, no podrá en adelante demandar la resolución del
contrato”. No ejecutada la sentencia que condena a pagar perdura el incumplimiento y de ahí que sea admisible el
ejercicio del Jus Variandi.
107
CONTRATOS
UNIDAD VII
PUNTO 1: RESPONSABILIDAD CIVIL
108
CONTRATOS
Considera que si bien hay dos fuentes de responsabilidad, las diferencias no son esenciales
por cuanto que en ambas se busca la reparación del daño.
PUNTO 2
RESPONSABILIDAD PRECONTRACTUAL
Se plantea la cuestión acerca de si la Responsabilidad Precontractual:
- constituye un régimen autónomo;
- se ubica dentro de la Responsabilidad Contractual,
- se ubica dentro de la Responsabilidad Extracontractual.
A) TEORIAS CONTRACTUALISTAS
Teoría de Ihering.
En 1861 Ihering publicó su trabajo “Culpa in contrahendo” en el que planteó la hipótesis de
quien quiere comprar cien libras de un artículo, pero en el contrato escribe cien quintales, caso en
el cual el contrato es nulo (por error en la cantidad), pero no obstante se han realizado gastos de
embalaje y de transporte. Consideró en tal caso, que quien por su culpa había dado lugar a la
nulidad del contrato debía indemnizar a la otra parte, ya que si bien no había contato, Ihering crea
la ficción de que hay un acuerdo tácito entre las partes que genera una responsabilidad similar a la
contractual.
Fundamento: cuando una de las partes actúa culposamente al celebrar un contrato, incurre
en culpa in contrahendo (que seria una culpa contractual en una dirección particular), y por lo tanto
debe indemnizar a la otra parte.
Extensión del periodo de operatividad: para Ihering la responsabilidad precontractual existe
desde el momento en que se ha emitido una oferta.
110
CONTRATOS
Extensión del resarcimiento: quien incurre en culpa in contrahendo debe indemnizar por el
daño al interés negativo o de confianza, comprendiendo el daño emergente. Lo que nadie sabe es
si Ihering consideraba abarcado también el lucro cesante.
Teoria de Fagella65.
Fundamento: consideró que si bien las partes son libres de retirarse de las tratativas
tendientes a celebrar el contrato, tienen el deber de indemnizar a la otra parte cuando el
apartamiento fuese intempestivo ya que las partes se han autorizado recíprocamente, de manera
expresa o tacita, a realizar tareas preparatorias.
Extensión del periodo de operatividad: amplió el periodo precontractual admitiendo dos
periodos diferentes:
- desde las tratativas previas hasta la emisión de la oferta
- desde la emisión de la oferta hasta el desacuerdo total.
A medida que se avanza, el vínculo es mas fuerte y la responsabilidad es mayor.
Extensión del resarcimiento: considera que debe indemnizarse el interés negativo pero solo
por el daño emergente (se indemniza solo lo gastado).
Teoria de Saleilles.
Fundamento: coincide con Fagella en que el apartamiento intempestivo genera
responsabilidad por que implica la violación del deber de obrar conforme a la equidad comercial y
a la buena fe.
Extensión del periodo de operatividad: coincide con Fagella en que es a partir del comienzo
de las tratativas previas.
Extensión del resarcimiento: acuerda con Fagella en que debe indemnizarse el
interésnegativo por el daño emergente, pero también considera que se debe indemnizar el interés
positivo cuando se hubiere revocado la oferta antes del plazo por el cual el oferente se
comprometió a mantenerla.
65
Fagella es el primero en utilizar la denominación “Responsabilidad precontractual”.
111
CONTRATOS
perdidas e intereses (art. 1156); se trata del daño al interés negativo, comprensivo solo del
daño emergente.
5) Nulidad del contrato: el art. 1056 dispone que “los actos anulados, aunque no produzcan los
efectos de los actos jurídicos, producen sin embargo los efectos de los actos ilícitos, o de los
hechos en general, cuyas consecuencias deben ser reparadas”.
Se aplican estos criterios:
- Daño al interés negativo (comprensivo del daño emergente como del lucro cesante): la
responsabilidad de los contratantes a causa de la invalidez del contrato se extiende al interés
negativo siempre que la causa de la nulidad sea atribuible a algunas de las partes.
- Restitución de lo entregado: además del daño al interés negativo, si las partes se hubieren
entregado algo, deben restituírselo (art. 1052) (esto sin perjuicio de las nulidades por causa de
incapacidad).
PUNTO 3
RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL
1) RESPECTO DE LAS OBLIGACIONES QUE TIENEN POR OBJETO DAR SUMAS DE
DINERO
Aclaración preliminar. Respecto al valor del dinero hay dos doctrinas:
- Nominalista: el dinero tiene un valor nominal, que es el que está impreso o acuñado en el
billete o moneda. Así, si me obligo por $10, al momento del cumplimiento debo pagar $10.
- Valorista: el dinero tiene un valor de cambio o real que varía conforme a su poder adquisitivo.
Así, si me obligo por $10, al momento del cumplimiento debo pagar la cantidad que me permita
adquirir lo mismo que hubiese podido adquirir por $10 al momento de contraer la obligación
(momento de oblig.: 10 leches = $10; momento cumplimiento: 10 leches = $20; debo pagar
$20).
Cuando tenemos que cancelar una deuda pecuniaria: ¿Cómo lo hacemos si el valor de
cambio varió desde que se contrajo la obligación hasta que hay que cumplirla?
El viejo articulo 619 establecía que “si la obligación del deudor fuese de entregar una suma
de determinada especie o calidad de moneda corriente nacional, cumple la obligación dando la
especie designada, u otra especie de moneda nacional al cambio que corre en el lugar el día del
vencimiento de la obligación”. Se observa que Vélez adopto el sistema valorista.
La ley de convertibilidad derogó el art. 619 y dispuso: “si la obligación del deudor fuese de
entregar una suma de determinada especie o calidad de moneda, cumple la obligación dando la
especie designada, el día de su vencimiento”. Esta es una clara adopción del sistema nominalista.
La misma ley prohíbe la indexación aun para las deudas en mora.
Según el artículo 622, el deudor moroso debe los intereses que estuviesen convenidos en
la obligación desde el vencimiento de ella. Si no hay intereses convenidos, debe los intereses
legales que las leyes especiales hubiesen determinado. Si no se hubiere fijado el interés legal, los
jueces determinaran el interés que se debe abonar.
La ley asigna al interés el carácter de consecuencia inmediata y necesaria del
incumplimiento de la obligación de dar dinero, mediante una presunción legal de causalidad que
comprende tanto a la existencia como a la cuantía del daño resarcible: esto es, presume la
responsabilidad hasta el alcance de los intereses, por que el acreedor no tiene que probar que el
113
CONTRATOS
daño de que se queja ha sido causado por el demandado y mas aun, tiene derecho a percibirlos a
pesar de que no haya sufrido ningún perjuicio efectivo por la falta de entrega del capital.
Ahora bien, ¿y si el incumplimiento causa un daño mayor que el que se cubre con los
intereses moratorios? ¿Tiene el acreedor derecho a obtener indemnización del daño no cubierto
por el pago de intereses?
Derecho Francés: el código de napoleón disponía que con el pago de los intereses
moratorios se indemniza la totalidad de los perjuicios. En el año 1900 se reforma el código y se
agrega una excepción: en caso de que el incumplimiento del deudor sea de mala fe, es procedente
la indemnización del daño mayor.
Derecho alemán, suizo e italiano: adoptan la teoría del daño mayor según la cual en caso
de que los intereses moratorios no cubran el daño ocasionado al acreedor, este puede exigir que
se lo indemnice por todos los daños y perjuicios generados.
En el Derecho Argentino no esta prevista legalmente la posibilidad de exigir el resarcimiento
del daño no cubierto por el pago de intereses.
Para doctrina argentina el daño mayor debe resarcirse siempre y cuando:
- Se hubiese convenido al contraer la obligación
- O bien este previsto por la ley en un caso concreto66.
- Incumplimiento doloso: se responde por las consecuencias inmediatas y también por las
mediatas. El art. 521 dispone que “Si la inejecución de la obligación fuese maliciosa los daños
e intereses comprenderán también las consecuencias mediatas”. Son consecuencias mediatas
las que resultan de la conexión de un hecho con un acontecimiento distinto (art. 901).
PUNTO 4
RESPONSABILIDAD POSTCONTRACTUAL
VIOLACIÓN DE LOS DEBERES POSTCONTRACTUALES
La responsabilidad postcontractual, al igual que la precontractual, está fuera del contrato; y
está ubicada en los momentos posteriores a la extinción del contrato.
Los Mazeaud ponen el siguiente ejemplo: el empleado de una fábrica que rodeado de la
confianza de su antiguo patrón, ha sido puesto en conocimiento por él de todos los secretos de
fabricación y que entra al servicio de un competidor directo, a quien hace conocer dichos secretos
en beneficio de su producción y en detrimento de su anterior empleador, parece que debe ser
condenado a pagar daños y perjuicios, aun cuando el contrato expirado no restringiera su
libertad68.
Según Mosset Iturraspe y Spota, esta responsabilidad se funda en el ejercicio de un
derecho de un modo antifuncional, contrariando la buena fe, la moral y las buenas costumbres.
OBLIGACIÓN DE SANEAMIENTO
La garantía u obligación de saneamiento, según el diccionario de la lengua española,
abarca las garantías de evicción y los vicios redhibitorios. Es genérica ya que el enajenante deberá
68
En realidad, si hubiera una cláusula conteniendo la obligación de guardar secreto la responsabilidad sería contractual.
115
CONTRATOS
garantizar la existencia y legitimidad del derecho (evicción) y tratándose de cosas, la posesión útil
de aquélla.
El saneamiento vendría ser el género; la evicción y los vicios redhibitorios sus dos
especies.
Tanto la evicción como los vicios redhibitorios se fundan en una causa (vicio) anterior o
contemporánea (arts. 2091 y 2164).
Se trata de una responsabilidad objetiva no derivada necesariamente de la culpa o el dolo
del enajenante las que tendrían como consecuencia agravar su responsabilidad en cuanto a los
daños resarcibles como sanción por haber conocido al tiempo de la enajenación el peligro y no
haberlo comunicado al adquirente.
Más comúnmente se denomina saneamiento a la citación o llamado que el demandado en
juicio (adquirente) está obligado a formular al enajenante en el tiempo señalado por la ley de
procedimientos (art. 2108).
EVICCIÓN
Concepto.
Etimológicamente, evicción proviene del latín evictus que significa vencido en juicio.
Plantea la responsabilidad del transmitente de un derecho (garante), cuando el adquirente (evicto;
vencido) fue privado del mismo por un tercero (eviccente; vencedor).
Una noción más moderna denomina evicción a cualquier turbación o privación que sufra el
adquirente en el derecho que le fue transmitido.
Naturaleza Jurídica.
Se trata de un efecto natural de los contratos onerosos, estando las partes autorizadas a
que en ejercicio de la autonomía de la voluntad regulen el contenido de esta responsabilidad, ya
que la misma no esta sujeta al orden publico.
116
CONTRATOS
Metodología.
El CC trata con acierto la evicción apartandose de la legislación de la época que la trataba
solo en el marco de la compraventa. Lo que si se le critica a Vélez es que la haya incluido en la
parte especial de los contratos siendo un tema de la teoría general del contrato.
REQUISITOS
1) Turbación o privación de derecho en el derecho transmitido: el art. 2091 dice al
respecto: “habrá evicción si el adquirente por título oneroso fue privado en todo o en parte del
derecho que adquirió, o sufriese una turbación de derecho en la propiedad, goce o posesión de la
cosa”. La ley utiliza ambos términos como sinónimos vinculados de género a especie.
Turbación: cuando un tercero reclama judicial o extrajudicialmente al adquirente, invocando
la existencia de un mejor derecho en su favor. Por ej. embargo anterior a la adquisición.
Privación: es una turbación gravosa. El adquirente resulta desposeído de su derecho por
parte del tercero (en principio por sentencia judicial). La misma puede ser:
- Total: cuando hay un cambio en la posición jurídica (El que figuraba como titular es
suplantado por otro).
- Parcial: puede darse bajo dos aspectos:
a. Cuantitativo: no hay una afectación sustancial del derecho, sino una limitación a la
extensión del mismo (ej., se transmiten 100 hectáreas y un tercero reclama sólo 20
hectáreas)
b. Cualitativo: cuando afecta al derecho en su sustancia (ej., se transmite un campo
sobre el cual el tercero está ejerciendo una servidumbre de paso).
Tanto la turbación como la privación deben ser de derecho: el tercero debe apoyar su
pretensión en una norma. Si es de hecho no juega la evicción. Tampoco juega en turbaciones o
privaciones de derecho procedentes de la ley (por ej. en el caso de inmuebles de esquina: debe
soportar las indicaciones de las calles y semaforos) o las formadas en virtud de un derecho real o
personal de goce de existencia conocida al tiempo de la enajenación.
69
Por ej., al tiempo de transmisión de un inmueble, el mismo viene siendo ocupado pacíficamente por un tercero que
actúa como dueño, hace 19 años y 11 meses. Al mes siguiente se cumple el plazo de prescripción adquisitiva, con lo cual
el derecho surge con posterioridad, pero la causa es de 19 años y 11 meses anterior.
117
CONTRATOS
EFECTOS
1) Obligación de no turbar al adquirente: es una obligación de no hacer a cargo del enajenante,
quien no debe actuar como tercero reclamante frente al adquirente. Esta obligación también
pesa sobre los herederos del enajenante.
2) Defensa en juicio o citación de evicción: el enajenante debe acudir en defensa del adquirente
cuando este fuere turbado judicialmente en su derecho, y fuere citado por el término que
designe la ley de procedimientos.
118
CONTRATOS
REQUISITOS
a) Vicio oculto: acerca de cuando el vicio es oculto se presentan tres teorías:
- cuando el vicio no es evidente, es decir, que no puede ser detectado por un hombre
medio (por que si fuera detectable por un hombre medio el vicio seria aparente, y
por tal no debe responderse).
119
CONTRATOS
- hay que ver cada caso en concreto, porque para algunos el vicio puede ser oculto y
para otros ser aparente (ej., el mecánico).
- cuando un adquirente medio hubiese puesto toda las diligencias que debe poner
(art. 1198) e igualmente no pudiese descubrirlo.
b) Vicio grave: es aquel que hace que la cosa sea impropia para su destino o que, de haberlo
conocido el adquirente no lo hubiera comprado o hubiera pagado menos.
c) Vicio existente al momento de la adquisición: no se responde por vicios posteriores a la
adquisición. El adquirente carga con la prueba de que el vicio existía al momento de adquirir la
cosa.
EFECTOS
A) En la compraventa y en la locación de cosas (1525): en caso de vicios redhibitorios proceden
tanto la acción redhibitoria (restitución de las cosas que se dieron las partes con motivo del
contrato) como la acción quanti minoris (disminución del precio); pero si se opta por una luego
no podrá ejercerse la otra, ya que se trata de acciones alternativas.
B) En otros contratos: solo procede la acción redhibitoria.
En cualquiera de los dos casos se puede exigir la indemnización por daños y perjuicios
cuando el enajenante obro de mala fe o debió conocer el vicio de acuerdo a su profesión (2176).
Si el adquirente conocía los vicios o debía conocerlos por su profesión u oficio, no puede
reclamar vicios redhibitorios (art. 2170). Esto último no rige en el derecho del consumidor (art. 18,
Ley 24240).
Prescripción.
El artículo 4041 establece que tanto la acción redhibitoria como la quanti minoris prescriben
a los 3 meses desde que el vicio se manifestó o desde que se conoció.
El articulo 4023 establece la prescripción de 10 años para toda acción personal por deuda
exigible, con lo cual si el vicio existió en el momento de la adquisición y lo descubro a los 9 años y
11 meses, solo tengo un mes para ejercer la acción redhibitoria o bien la quanti minoris.
120
CONTRATOS
UNIDAD VIII
DEFENSA DEL CONSUMIDOR
LEY DE DEFENSA DEL CONSUMIDOR Nº 24.240 (LDC).
Evolución.
La ley Nº 24.240 fue dictada en octubre de 1993. Surgió de los proyectos presentados al
Congreso por Alterini y Lopez Cabana por un lado, y el senador León por el otro.
Fue duramente mutilada por el PE por que la promulga parcialmente, vetando:
- el art.11 (garantía legal de cosas muebles no consumibles);
- el art. 13 (que establece la responsabilidad solidaria de la garantía legal establecida en el art.
11);
- y el art. 40 (referido a la responsabilidad solidaria de todos los que integran los procesos de
producción y comercialización, por daños al consumidor resultante del vicio o riesgo de la cosa
o de la prestación del servicio).
Algunos autores consideraron que sin estos artículos (considerados sustanciales) la ley no
tenia sentido. No obstante ello, tanto doctrina como jurisprudencia optaron por aplicarla con todos
sus alcances.
Con la reforma constitucional del ’94 la temática relativa al derecho de los consumidores
adquiere rango constitucional al incorporarse el art. 42 a la Carta Magna:
“Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la relación
de consumo a:
- la protección de la salud;
- seguridad e intereses económicos;
- a una información adecuada y veraz;
- a la libertad de elección;
- y a condiciones de trato equitativo y digno.
Las autoridades proveerán a:
- la protección de esos derechos;
- a la educación para el consumo;
- a la defensa de la competencia contra toda forma de distorsión de los mercados;
- al control de los monopolios naturales y legales;
- al control de la calidad y eficiencia de los servicios públicos;
- y a la constitución de asociaciones de consumidores y usuarios…”
121
CONTRATOS
Es una norma de Orden Publico: el art. 65 dice: “La presente ley es de orden público…”. La
ley es por su temática, de orden público económico de protección, ya que tiende a defender los
intereses de los consumidores, considerados como partes débiles de la relación de consumo.
INTEGRACIÓN DE LA LDC
La LDC se integra con “las normas generales y especiales aplicables…” a las relaciones
jurídicas entre consumidores-usuarios y proveedores, “en particular con las de Defensa de la
Competencia y de Lealtad Comercial”. (Art. 3) También debe ser integrada, aunque no lo diga
expresamente el art. 3, con la Ley de Tarjetas de Crédito, por su relevancia en materia de derecho
de consumidor.
INTERPRETACIÓN
El art. 3 establece que “en caso de duda, se estará siempre a la interpretación más
favorable para el consumidor”. Se trata de una derivación del principio favor debitoris, hoy día
reformulado por el de favor debilis, por no ser siempre el deudor la parte más débil de una relación
jurídica.
1) CONSUMIDORES Y USUARIOS:
El art. 1 dice “La presente ley tiene por objeto la defensa de los consumidores y usuarios.
Se consideran consumidores o usuarios, las personas físicas o jurídicas 70 que contratan a título
oneroso para su consumo final o beneficio propio o de su grupo familiar (los que cohabitan con el
consumidor) o social (cualquier grupo de relación al que pertenece el consumidor: club, trabajo)”.
El consumidor es quien adquiere el bien o servicio para su consumo final o beneficio propio.
El usuario es quien se beneficia con el bien o el servicio (grupo familiar o social) pero no es el que
lo contrata.
El decreto reglamentario 1798/94 dispuso: “Serán considerados asimismo consumidores o
usuarios, quienes, en función de una eventual contratación a título oneroso, reciban a título
gratuito cosas o servicios (por ejemplo: muestras gratis).” El fundamento de esto es que lo que
se da gratuitamente es para seducir al consumidor para que luego compre la cosa o contrate el
servicio, y no con el ánimo de hacer una liberalidad.
A su vez, el 2º párr. del art. 2 dispone que: “No tendrán el carácter de consumidores o
usuarios, quienes adquieran, almacenen, utilicen o consuman bienes o servicios para integrarlos
en procesos de producción, transformación comercialización o prestación a terceros”. (Es
decir, que el bien o servicio no es para el consumo final)
Por su parte el decreto reglamentario 1798/94 dijo que: “Se entiende que los bienes o
servicios son integrados en procesos de producción, transformación, comercialización o
prestación a terceros cuando se relacionan con dichos procesos, sea de manera genérica o
70
En Europa no están abarcadas.
122
CONTRATOS
123
CONTRATOS
OFERTA
El CC establece como uno de los caracteres de la oferta el de ser recepticia, es decir, que
sea dirigida a persona determinada.
La LDC, en el art. 7 por su parte dispone: “La oferta dirigida a consumidores potenciales
indeterminados, obliga a quien la emite durante el tiempo en que se realice, debiendo contener la
fecha precisa de comienzo y de finalización, así como también sus modalidades, condiciones y
limitaciones.
La revocación de la oferta hecha pública es eficaz una vez que haya sido difundida por
medios similares a los empleados para hacerla conocer”.
Por su parte el decreto reglamentario 1798/94 dispuso:
a) En la oferta de bienes y servicios realizada en el lugar donde los mismos se comercializan se
podrán omitir las fechas de comienzo y de finalización, en cuyo caso obliga a quien la emite
durante el tiempo en que se realice. La oferta realizada fuera del lugar de comercialización
deberá contener siempre el plazo de su vigencia.
Cuando el proveedor limite cuantitativamente su oferta de productos y servicios, deberá
informar la cantidad con que cuenta para cubrirla.
b) si el proveedor de cosas o servicios no cumple la oferta o el contrato, el consumidor podrá, en
su caso, alternativamente y a su elección:
124
CONTRATOS
GARANTÍAS EN LA LDC
Encontramos cinco tipos de garantías:
1) Garantía legal;
2) Garantía convencional;
3) Garantía de post-venta;
4) Garantía por la prestación de los servicios;
5) Garantía por los vicios redhibitorios.
1) Garantía legal.
El art. 11 establece las garantías para cosas muebles no consumibles y dispone: “Cuando
se comercialicen cosas muebles no consumibles, el consumidor y los sucesivos adquirentes
gozarán de garantía legal por los defectos o vicios de cualquier índole (abarca vicios ocultos y
aparentes), aunque hayan sido ostensibles o manifiestos al tiempo del contrato, cuando afecten la
identidad entre lo ofrecido y lo entregado y su correcto funcionamiento.
La garantía legal tendrá vigencia por tres meses a partir de la entrega, pudiendo las partes
convenir un plazo mayor.
125
CONTRATOS
En caso de que la cosa deba trasladarse a fábrica o taller habilitado, el transporte será
realizado por el responsable de la garantía y serán a su cargo los gastos de flete y seguros y
cualquier otro que deba realizarse para la ejecución del mismo”
Por su parte, el decreto reglamentario 1798/94 dispuso al respecto: “Si la cosa debiera
trasladarse a fábrica o taller para efectivizar la garantía, el consumidor deberá notificar al
responsable de la misma para que en el plazo de 48 hs. de recibida la comunicación realice el
transporte.
Cuando no se realice dentro de ese lapso, el consumidor podrá disponer el traslado sin
comunicación previa al responsable de la garantía, pero en tales casos éste no quedará obligado
sino hasta los importes de flete y seguro corrientes en plaza. El traslado deberá hacerse al centro
de reparación mas próximo al lugar donde la cosa se encuentre, si no indicare otro el responsable
de la garantía”.
2) Garantía convencional.
No puede bajo ningún aspecto restringir la garantía legal. Si puede ampliarla.
126
CONTRATOS
71
SALVO que no existan en el mercado nacional.
72
Escrita de puño y letra del consumidor.
127
CONTRATOS
desconocimiento o ignorancia. O sea que el consumidor puede siempre reclamar por daños y
perjuicios, sin importar si el enajenante fue de buena fe o mala fe.
El art. 2170, que libera al vendedor ante el conocimiento del vicio por el comprador por
razón de su profesión u oficio, es inaplicable a las relaciones de consumo. Por lo tanto, si el
comprador es consumidor, aun cuando por su profesión u oficio pueda conocer el vicio, puede
reclamar por los vicios redhibitorios. (ej., mecánico que compra un auto para su consumo final).
A) VENTAS DOMICILIARIAS.
El ART. 32 dispone que la venta domiciliaria “es aquella propuesta de venta de una cosa o
prestación de un servicio efectuada al consumidor en el lugar donde reside, en forma permanente
o transitoria o en su lugar de trabajo. En ella el contrato debe ser celebrado por escrito y con las
precisiones del artículo 10.
Lo dispuesto precedentemente no es aplicable a la compraventa de bienes perecederos
recibidos por el consumidor y abonados al contado”.
El DECRETO REGLAMENTARIO 1798/94 dispone que: “a) se entenderá que están
comprendidas dentro de la venta domiciliaria o directa, sin perjuicio de otros, los sistemas en que
la oferta del consumidor se efectúe en el domicilio particular del oferente o en el del consumidor,
en su lugar de trabajo o en el domicilio de un tercero”.
El art. 10 al que hace referencia el art. 32 dispone [CONTENIDO DEL DOCUMENTO DE
VENTA] “En el documento que se extienda por la venta de cosas muebles deberá constar:
a) la descripción y especificación de la cosa;
b) El nombre y domicilio del vendedor
c) [vetado]
d) La mención de las características de la garantía conforme a lo establecido en esta ley;
e) Los plazos y condiciones de entrega;
f) El precio y las condiciones de pago.
La redacción debe ser hecha en idioma nacional, ser completa, clara y fácilmente legible,
sin reenvío a textos o documentos que no se entreguen previa o simultáneamente. Un ejemplar
debe ser entregado al consumidor. Cuando se incluyan cláusulas adicionales a las aquí indicadas
o exigibles en virtud de lo previsto en esta ley, aquellas deberán ser escritas en letras destacada y
suscripta por ambas partes”.
En rigor, se trata de una operación realizada “fuera del local comercial”, en domicilios
particulares o lugares de trabajo. Venta, por tanto, inhabitual, de alguna manera sorpresiva, con la
presencia de personas que el comprador-consumidor no hubiera llevado, por lo normal, a un local
de comercio; en horas impropias, por lo general, horas de descanso o distracción; con animo no
negocial sino doméstico.
128
CONTRATOS
La denominada “venta por correspondencia” constituye otra modalidad que, si bien parece
a primera vista conveniente, posibilita los abusos que la ley quiere evitar. A diferencia de la
hipótesis del art. anterior, el medio usado permite la reflexión.
No obstante ello, fuerza a decidir sobre la base de fotografías o bien descripciones
imprecisas, de donde surge el riesgo de recibir productos que no se correspondan con los que se
esperaban. Además por lo normal, se trata de un negocio a distancia, entre ausentes.
La vulgarización de las ofertas por TV, con la aceptación por teléfono, es otra variante del
mismo tema. Aparece aquí la cuestión tan relevante de la publicidad engañosa, particularmente
peligrosa en aspectos relacionados con la salud, métodos o sistemas para adelgazar.
Interpretación.
El art. 37 in fine, dispone: “la interpretación del contrato se hará en el sentido mas favorable
al consumidor. Cuando existan dudas sobre los alcances de su obligación, se estará a la que sea
menos gravosa. En caso de que el oferente viole el deber de buena fe en la etapa previa a la
conclusión del contrato o en su celebración o transgreda el deber de información o la legislación
de defensa de la competencia o de la lealtad comercial, el consumidor tendrá derecho a demandar
130
CONTRATOS
la nulidad del contrato o la de una o más cláusulas. Cuando el juez declare la nulidad parcial,
simultáneamente integrara el contrato, si ello fuere necesario”.
El control esta a cargo del juez.
Este artículo había sido vetado por el poder ejecutivo (decreto 2089/90) y fue incorporado
en el año 1998 por la ley 24.999.
131
CONTRATOS
UNIDAD IX
COMPRAVENTA
CONCEPTO
El art. 1323 del CC establece que “Habrá compra y venta cuando una de las partes se
obligue a transferir a la otra la propiedad* de una cosa, y ésta se obligue a recibirla y a pagar por
ella un precio cierto en dinero”.
*Se le ha criticado a Vélez el hecho de que haya utilizado el término propiedad, cuando
hubiese sido preferible la utilización del vocablo dominio porque es un concepto más amplio que el
de propiedad, y propio del Derecho Civil73.
CARACTERES
1) Es Típico: porque se encuentra regulado legalmente.
2) Es Consensual: porque produce sus efectos con el mero consentimiento, sin necesidad de
entregar la cosa o pagar el precio.
3) Es Bilateral: ya que genera obligaciones para ambas partes: la de transferir la propiedad de
una cosa (a cargo del vendedor) y la de pagar el precio (a cargo del comprador).
4) Es Oneroso: ya que la ventaja dada a la otra parte esta en relación al sacrificio, lo que resulta
claro de la relación precio/bien adquirido.
5) Es Conmutativo: ya que las ventajas se conocen desde el momento de la celebración;
excepcionalmente es aleatorio (ejemplo, venta a riesgo, venta de esperanza).
6) Es No formal: aun en el caso de que tenga por objeto la transmisión de inmuebles, la escritura
publica exigida por el articulo 1184, inc. 1, es un requisito de la transferencia del dominio, pero
73
El término propiedad es propio del Derecho Constitucional.
132
CONTRATOS
no del contrato en sí, que puede ser validamente celebrado en instrumento privado y aun
verbalmente74.
El sistema argentino.
Como vimos, el derecho argentino recepta el distingo entre título y modo. Para establecer la
relación entre la compraventa y la transmisión del dominio, es necesario hacer distingos según los
bienes que forman el objeto del contrato, a saber:
a) Muebles no registrables: la compraventa es el título y la tradición es el modo, y ambos actos
están relacionados de manera que la tradición (modo) debe ser por un título suficiente para
transmitir el dominio (art. 2602), es decir, que debe responder a una causa. La tradición debe
ser hecha por el propietario; las partes deben tener capacidad suficiente para dar y recibir (art.
2601). En estas condiciones, la compraventa (título) mas la tradición (modo) tienen por efecto
producir la transmisión del derecho real (art. 577).
b) Compraventas manuales: aquí una persona entrega una cosa y la otra le paga el precio, en
forma simultánea. El comprador entrega directamente el precio, al mismo tiempo que
manifiesta su voluntad, y el vendedor, al aceptarlo, entrega la cosa; es decir, hay simultaneidad
entre el consentimiento y el cumplimiento. Las partes entienden claramente que están
comprando y vendiendo y que una de ellas entrega una cosa en propiedad a cambio del dinero
recibido. La transmisión dominial se produce, en este caso, por la tradición.
c) Automotores: a partir del decreto 6582/58, lo automotores son bienes registrables. La
compraventa es el título, pero la tradición no es suficiente, siendo necesaria la inscripción
registral que es constitutiva. De tal manera, quien está registrado como titular es el propietario,
74
No obstante, algunos consideran que la exigencia del articulo 1184, inc. 1, hace que la transferencia de inmuebles sea
un contrato formal no solemne.
75
En materia de automotores, en cambio, el modo se da a través de la inscripción registral que tiene carácter
constitutivo.
76
Por ej., la llave de la caja donde están guardadas las cosas, o del edificio (art. 2385).
133
CONTRATOS
aunque haya vendido el vehículo a otra persona, y en virtud de ello tiene responsabilidad civil
frente a terceros.
d) Inmuebles: en estos casos la compraventa es título, la tradición es modo, y la inscripción
registral es una forma de publicidad del acto frente a terceros.
134
CONTRATOS
un interés del acreedor en el modo en que ese hacer se produce, lo que lo faculta a dar
directivas y a tener un poder de injerencia77.
4) Con la cesión de derechos.
El CC establece que si la transferencia es sobre cosas se aplican las reglas de la compraventa
y si es sobre derechos las de la cesión de derechos (art. 1434) y que si se cede por un precio,
será juzgada por las reglas de la compraventa. Se sigue entonces que en el caso de la
denominada “cesión-venta” las normas aplicables son las mismas que en la compraventa; pero
la doctrina ha intentado diferenciar ambos contratos diciendo que mientras en la cesión se
transfieren derechos, en la compraventa se transfieren cosas. A ello se ha objetado que en
ambos casos se transfieren derechos, solo que en el caso de la compraventa es el derecho de
dominio sobre una cosa mientras que en la cesión son otros derechos que pueden ser tanto
reales (usufructo, uso, etc.) como personales.
5) Con la dación en pago.
Según el art. 779, la dación en pago se opera cuando el acreedor recibe voluntariamente por
pago de la deuda alguna cosa que no sea dinero en sustitución de lo que se le debía entregar o
del hecho que se le debía prestar. Cuando la deuda tuvo origen en la entrega de una suma de
dinero al deudor, la analogía con la compraventa es evidente: de una parte hay entrega de una
suma de dinero; de la otra, la de una cosa. La semejanza es tan notoria que el art. 781 dispone
que si se determinase el precio por el cual el acreedor recibe la cosa en pago, sus relaciones
con el deudor serán juzgadas por las reglas de la compraventa.
Esta semejanza no excluye, sin embargo, la existencia de una diferencia radical: la dación en
pago supone una obligación preexistente que queda extinguida por ese acto; la compraventa
constituye de por si la fuente de las obligaciones reciprocas de comprador y vendedor.
6) Con la donación con cargo.
El cargo que con alguna frecuencia imponen los donantes a los beneficiarios, no modifica por lo
común el carácter liberal del acto. Pero ocurre a veces que el cargo resulta económicamente
equivalente a los bienes donados. Si el beneficiario del cargo es un tercero, todavía la
distinción con la compraventa es sencilla; y el acto, por más que resulte gravoso, será siempre
una donación, bien sea que el verdadero destinatario de la liberalidad sea el donatario o el
beneficiario del cargo. Mucho más difícil es la distinción cuando el beneficiario es el propio
donante. En tal caso, parece atinado decidir, como regla general, que cuando el cargo consiste
en una prestación en dinero mas o menos equivalente a la cosa hay compraventa oculta tras
una apariencia de donación. Pero esta no es una regla absoluta, pues las circunstancias del
caso pueden demostrar que la intención del transmítete de la cosa fue realmente liberal. Esto
suele ocurrir cuando factores no previstos en el momento de hacerse la donación, han
desvalorizado la cosa o hecho más gravoso el cargo.
77
Este tema será estudiado con mayor profundidad en la Unidad X dentro del contrato de Locación de Obra.
135
CONTRATOS
cuestión esta controvertida. Para Borda no es posible dar a esta cuestión una respuesta general
sino que deben distinguirse las distintas hipótesis que el art. 1324 denomina “ventas forzosas”:
a) Cuando hay derecho en el comprador de comprar la cosa por expropiación, por causa
de utilidad pública (inc. 1º): en este caso no hay venta sino expropiación. Es decir, el Estado,
por un motivo de utilidad publica, se apodera de un bien privado indemnizando al dueño por la
perdida sufrida. El Estado no negocia con el dueño sino que impone una solución; no paga un
precio, sino una reparación. La expropiación es disciplinada por el Derecho Administrativo y no
por el CC.
b) Cuando por una convención o por un testamento se imponga al propietario la obligación
de vender una cosa a persona determinada (inc. 2º): en el caso del testamento, no cabe
duda de que el dueño esta obligado a vender, pero adviértase que él aceptó y se comprometió
a vender al aceptar la herencia o el legado, con lo cual prestó su consentimiento de obligarse a
vender. Con lo cual se trataría de una venta, pero no forzada.
En el caso de la convención, tampoco se trata de una venta forzosa ya que el consentimiento
ha sido prestado en el acto mismo que causa la obligación de vender, ya se trate de una
promesa unilateral o bilateral de venta, o bien el caso de que el adquirente de un bien se
comprometa en ese mismo acto a venderlo a terceros o al mismo enajenante como en el caso
de la venta con pacto de retroventa.
c) Cuando la cosa fuese indivisible y perteneciese a varios individuos y alguno de ellos
exigiese el remate (inc. 3º): es el caso del condominio; los condóminos tienen derecho a
solicitar la división del condominio, pero ello no configura una venta forzosa; lo forzoso no es la
venta, sino la división.
d) Cuando los bienes del propietario de la cosa hubieren de ser rematados en virtud de
ejecución judicial (inc. 4º): no se trata de una venta civil sino de la ejecución de los bienes de
una persona por disposición de una sentencia judicial. Esta calificación tiene importantes
consecuencias: no hay partes contractuales; el propietario no responde por evicción ni por
vicios redhibitorios; no hace falta escritura pública; el procedimiento se rige por las normas
procesales.
e) Cuando la ley impone al administrador de bienes ajenos, la obligación de realizar todo o
parte de las cosas que estén bajo su administración (inc. 5º): tal es el caso de la obligación
impuesta al tutor o curador de vender prontamente los bienes muebles del incapaz (art. 440)
que no podrán ser vendidos sino en remate publico, salvo cuando sean de poco valor. Por lo
tanto no se trata de una venta forzosa sino de un caso remate judicial.
CAPACIDAD
Vélez trató la capacidad en relación al contrato de compraventa, bajo el título “De los que
pueden comprar y vender”, reiterando las reglas generales contenidas en el Libro Primero, lo que
ha sido criticado.
Principio general.
El art. 1357 sienta el principio general de que toda persona capaz de disponer de sus
bienes puede vender y toda persona capaz de obligarse puede comprar. Pero lo que interesa,
pues, no es el principio, sino las excepciones.
136
CONTRATOS
Excepciones.
a) Incapacidades de hecho:
El contrato no puede ser celebrado por incapaces de hecho (arts. 1361, CC y 12 CP),
aunque pueden hacerlo a través de sus representantes legales (arts. 54 y 55).
Los menores que hubieran cumplido 18 años pueden comprar y vender los bienes que
hubieran adquirido con su trabajo personal (art. 128).
Los menores emancipados adquieren capacidad de administración y disposición de sus
bienes, pero sólo pueden vender libremente (en verdad, disponer a titulo oneroso, lo cual es más
amplio) los bienes que han adquirido a titulo oneroso, en cambio para disponer a título oneroso los
bienes recibidos a título gratuito deben contar con la previa autorización de su cónyuge, si éste es
mayor de edad, o del juez, en otra hipótesis (emancipación dativa, art. 135).
b) Incapacidades de derecho:
En estos supuestos existen incapacidades de derecho, lo que impide la celebración del
contrato, sea por sí mismo o por medio de sus representantes.
Enumeración.
No pueden celebrar contrato de compraventa:
- LOS ESPOSOS ENTRE SÍ (art. 1358): “El contrato de venta no puede tener lugar entre marido
y mujer, aunque hubiese separación judicial de los bienes de ellos”. La compraventa celebrada
entre cónyuges es nula de nulidad absoluta78.
- PADRES, TUTORES Y CURADORES: Los padres, tutores y curadores no pueden vender sus
propios bienes a sus hijos, pupilos o curados (art. 1359) ni comprar los de éstos (art. 1361,
incs. 1º y 2º). La nulidad es relativa y susceptible de confirmación79. (BORDA)
- ALBACEAS: Los albaceas no pueden comprar los bienes de las testamentarias que estén a
su cargo (art. 1361, inc. 3º). La nulidad es solamente relativa. (BORDA)
- MANDATARIOS (art. 1361, inc. 4º): Los mandatarios no pueden comprar bienes que estén
encargados de vender por cuenta de sus comitentes. A su vez, el art. 1918 establece que: “No
podrá el mandatario por sí ni por persona interpuesta, comprar las cosas que el mandante le
ha ordenado vender, ni vender lo suyo al mandante, lo que éste le ha ordenado comprar, si no
fuese con su aprobación expresa”. El efecto de la violación de esta regla es la nulidad. Si el
acto es ratificado, equivale al mandato (art. 1936), y se subsanaría el vicio. De allí que la
nulidad, siendo susceptible de confirmación, es sólo relativa.
- EMPLEADOS PÚBLICOS (art. 1361 inc. 5º): a los empleados públicos les está prohibido
comprar los bienes del Estado o de las municipalidades de cuya administración o venta
estuviesen encargados. La nulidad es absoluta.
- JUECES Y EMPLEADOS EN LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA (art. 1361, inc. 6º): los
jueces, abogados, fiscales, defensores de menores, procuradores, escribanos y tasadores no
pueden comprar los bienes que estén en litigio ante el Juzgado o Tribunal ante el cual
ejerciesen o hubiesen ejercido su respectivo ministerio. La nulidad es absoluta.
- MINISTROS NACIONALES Y PROVINCIALES (art. 1361, inc. 7º): Los Ministros nacionales no
pueden comprar los bienes nacionales o de cualquier establecimiento público o corporación
78
La nulidad puede ser pedida por cualquier interesado. Si bien los cónyuges no están habilitados para pedirla porque
han participado en el acto (art. 1047), lo cierto es que en este caso el juez debe declararla de oficio por ser absoluta y
manifiesta (Borda).
79
El argumento es que si se trata de la protección del menor y éste, llegado a la mayoría de edad, confirma el acto, no es
razonable impedirlo. Para mi, la nulidad es absoluta, y si quiere celebrar el acto, que lo haga de nuevo, pero no es viable
la confirmación, por que las nulidades absolutas no son confirmables.
137
CONTRATOS
civil o religiosa, ni los Ministros de provincia los bienes provinciales o municipales o de las
corporaciones civiles o religiosas de las provincias. La nulidad es absoluta80.
FORMA
La compraventa, en principio es un contrato no formal (art. 974).
En lo que atañe a la compraventa de inmuebles, el art. 1184, inc. 1º, dispone que debe
hacerse por escritura pública. Pero desde que la jurisprudencia ha admitido que el comprador por
boleto privado puede no solamente reclamar la escrituración del deudor tal como lo autoriza el art.
1185, sino que también puede pedir que la escrituración sea suscripta por el juez en caso de
negativa de aquél, la escritura pública ha dejado de ser en nuestro derecho una exigencia formal
del contrato de compraventa de inmuebles, para convertirse solamente en una formalidad
indispensable para la transmisión del dominio, problema muy diferente. Pues el contrato de
compraventa de inmuebles hecho por boleto privado obliga en definitiva al vendedor a transmitir el
dominio, tanto como la escritura misma. (Serian formales no solemnes)
PRUEBA
Siendo la compraventa un contrato consensual y no formal, puede ser acreditado por
cualquier medio de prueba siempre que su valor no exceda de los diez mil pesos de la vieja
moneda; en este caso, será indispensable al menos un principio de prueba por escrito, o bien que
el contrato hubiera tenido principio de ejecución (arts. 1191 y 1193). Cualquiera de estas
circunstancias hace admisible todo género de pruebas, incluso la de testigos.
80
La razón es obvia, ya que si se permitiera la confirmación sería fácil eludir la prohibición con un simple acuerdo de los
funcionarios. Es una nulidad absoluta, inconfirmable, imprescriptible y que puede ser declarada de oficio.
138
CONTRATOS
a) Licita;
b) Posible física y jurídica;
c) Existente o de existencia futura;
d) Determinada o determinable en su especie y cantidad.
139
CONTRATOS
2) Cuando la cosa es vendida como ajena: es decir, sabiendo ambas partes que la cosa
pertenece a un tercero, pues siendo así, el contrato debe interpretarse como una promesa de
venta de cosa ajena, en la cual el vendedor se compromete a adquirir la propiedad de la cosa
para luego transferir su dominio al comprador y no como un compromiso liso y llano de
transferirla a éste.
3) Cuando se vende una cosa mueble que no haya sido robada ni perdida a un tercero
adquirente de buena fe, y el contrato ha sido seguido de la entrega efectiva de la cosa:
En, efecto, en tal caso entra a jugar la regla del art. 2412, según la cual la posesión de buena
fe de una cosa mueble crea a favor del que la posee, la presunción de tener la propiedad de
ella y el poder de repeler cualquier acción de reivindicación si la cosa no hubiera sido robada o
perdida.
4) Cuando se trate de la venta hecha por el heredero aparente a favor de un comprador de
buena fe (art. 3440).
b) Si el comprador era de buena fe y el vendedor de mala fe: en tal caso el vendedor no podrá
reclamar la nulidad de la venta ni aún antes de la entrega; sin embargo, hasta ese momento
podrá excepcionarse oponiéndose a la entrega, pues nadie puede ser obligado a consumar un
hecho ilícito. En cualquier caso, deberá restituir el precio y pagar los daños y perjuicios. En
cuanto al comprador, él está en condiciones de pedir la nulidad en los mismos casos y con la
misma extensión que en el caso anterior (art. 1329).
c) Si el comprador era de mala fe y el vendedor de buena fe: en tal caso el comprador no
tendrá derecho a reclamar daños y perjuicios ni a que se le restituya el precio (art. 1329, in
fine). Sin embargo, si la cosa aún no le hubiere sido entregada, podrá excepcionarse,
negándose a recibirla y a pagar el precio, pues nadie puede ser obligado a consumar un hecho
ilícito.
81
En la doctrina francesa se discutía si tal venta debía o no reputarse válida sobre la porción que correspondía al
vendedor, y para impedir que la misma duda se plantease en nuestro derecho, Vélez la resolvió de modo expreso,
inclinándose según Borda, por la mala solución, pues para él no hay motivo para que este contrato no deba obligar al
condómino vendedor en lo que toca a su parte, siempre que el comprador así lo pretenda.
82
El caso de la venta de cosas futuras se vincula estrechamente con el requisito de la existencia de la cosa.
141
CONTRATOS
La regla general es que “las cosas futuras pueden venderse” (art. 1327), pero como cosas
futuras, es decir, es preciso que las partes que celebran el contrato sepan que la cosa aún no
existe aunque esperan que exista.
Son cosas futuras las que no existen al momento de la celebración del contrato, pero hay
un grado de probabilidad suficiente de que existan en el futuro y que las partes toman en cuenta
para contratar.
La venta de cosa futura puede admitir dos variantes:
1) Venta sometida a una condición suspensiva: Es una compraventa conmutativa ya que el
comprador no asume el riesgo de la inexistencia, y se trata del caso de la venta de cosa
esperada (“emptio rei speratae”)83: las partes contratan bajo la condición suspensiva de que la
cosa exista. En consecuencia, inicialmente el precio no se paga y si la cosa existe, se
perfecciona el contrato quedando el vendedor obligado a transferir la cosa y el comprador a
pagar el precio. Si la cosa no llega a existir, el contrato no se perfecciona, por lo que el
comprador no esta obligado al pago del precio ni el vendedor a entregar la cosa.
2) Venta pactada de modo aleatorio: Es el caso de la venta de la esperanza (“emptio spei”)84: el
comprador asume el riesgo de que la cosa llegue o no a existir en el futuro. En este caso, el
comprador debe pagar el precio aunque luego la cosa no exista porque es un riesgo que el
contrato pone a su cargo (art. 1404).
Pero puede suceder que el comprador asuma un riesgo distinto: el de que la cosa exista en
mayor o menos medida (es decir, que exista como mínimo “x” cantidad). En tal caso, el
comprador también estará obligado a pagar la totalidad del precio, pero solo en el caso que la
cosa llegue a existir, al menos, en la cantidad mínima (“x”) (art. 1405); con lo cual si ese
mínimo no es alcanzado, el comprador no estará obligado al pago del precio, y en caso de que
ya lo hubiera pagado tiene derecho a repetirlo.
VENTA AD GUSTUM
Se llama venta ad gustum a aquella en la cual el comprador se reserva la facultad de
degustar la cosa y de rechazarla si no le satisficiere (art. 455, C. com.).
La facultad de degustar la cosa es una cláusula natural en las ventas de cosas que es
costumbre gustar o probar antes de recibirla (art. 1336).
Naturaleza jurídica.
83
Muy frecuente en el ámbito agrario donde se venden cosechas a producirse.
84
Común en el ámbito de la pesca en la que se vende el producto de lo que se obtendrá, pero no se sabe cuanto es,
porque depende de varios factores que la tornan aleatoria.
85
La doctrina ha dado como ej. la compra de animales que se encuentran en un campo inundado, o afectado por la
sequía.
142
CONTRATOS
Naturaleza Jurídica.
86
Dice Baudry Lacantinerie, con razón, que muchos comerciantes deben su reputación y su clientela a la fineza de su
propio gusto, que les permite procurar una mercadería de una calidad excepcional.
87
Dice el art. 1337: “Si el comprador fuese moroso en gustar […] la cosa, la degustación se tendrá por hecha y la venta
quedará concluida”.
143
CONTRATOS
Al igual que la venta ad gustum, se trata de una venta condicional; el contrato se presume
hecho bajo la condición suspensiva de que la cosa sea efectiva (art. 1336).
88
Dice el art. 1337: “Si el comprador fuese moroso en […] probar la cosa, la degustación se tendrá por hecha y la
venta quedará concluida”.
89
Lorenzetti.
90
Así por ej., 100 vacas holando-argentino; 1.000 quintales de trigo duro, etc.
144
CONTRATOS
Efectos.
Las ventas realizadas con está cláusula producen ab initio los efectos normales de la
compraventa: obligación del vendedor de entregar la cosa convenida, obligación del comprador de
pagar el precio.
Si la cosa no tuviese las calidades convenidas, el comprador tiene a su disposición varias
acciones:
a) Puede pedir la resolución del contrato por incumplimiento de sus condiciones y, desde luego,
los daños y perjuicios consiguientes;
b) O bien puede exigir del vendedor la entrega de otras mercaderías que reúnan las calidades
prometidas;
c) Finalmente, puede aceptar las mercaderías ofrecidas con reducción de precio y daños y
perjuicios.
Efectos.
Como toda venta de calidad determinada, ésta no es una venta condicionada, sino firme
desde el mismo momento de celebrado el acto.
Por lo tanto, si la mercadería entregada no se ajusta a la muestra, el comprador tendrá a su
disposición las acciones que surgen de la venta de calidad determinada.
91
Lo que no impide, según Borda, que puedan admitirse diferencias insignificantes o ligeras, que son toleradas por las
costumbres comerciales.
92
Por ello, no es venta sobre muestra la que se hace sobre la base de muestrarios que el vendedor conserva consigo y
que, por tanto, no se entregan al comprador en garantía de la operación.
145
CONTRATOS
en el precio, aunque las cosas sean indicadas en masa (art. 1340). Así por ej., la venta de los
libros de una biblioteca se individualizan y se establece un precio por cada uno de ellos, o bien, la
venta de trigo fijando un precio “x” por quintal.
146
CONTRATOS
2) Reglas lícitas.
a) Determinación del precio por el valor del mercado: el CC lo admite sólo respecto de los
bienes muebles (art. 1353), lo cual es criticado, porque actualmente también los inmuebles tienen
valor de mercado fijado por tasaciones que realizan las inmobiliarias y corredores. Por ello, la
doctrina93 admite que los inmuebles puedan ser vendidos remitiéndose al precio de otros
inmuebles similares de características determinadas. También pueden ser vendidos ajustándose a
tasaciones de corredores.
A tal punto es admitido respecto de los bienes muebles, que el art. 1354 dispone que: “Si la
cosa se hubiere entregado al comprador sin determinación del precio, o hubiere duda sobre el
precio determinado, se presume que las partes se sujetaron al precio corriente del día, en el lugar
de la entrega de la cosa”. En esta hipótesis, solo válida para bienes muebles 94, la ley presume que
lo que las partes en realidad quisieron es sujetarse al precio corriente.
b) Determinación del precio por referencia al valor de una cosa cierta: las partes pueden
referir el precio al que tiene otra cosa cierta en el mercado, utilizando de este modo, el
procedimiento de la analogía (art. 1349).
c) Determinación del precio por un tercero: no hay inconveniente en que la fijación del precio
se sujete al arbitrio de un tercero (art. 1349). En tal caso, éste actúa como mandatario de las
partes.
Ahora bien, este tipo de determinación del precio trae aparejado dos problemas:
- El primer problema que se plantea es qué pasa si la persona designada no quisiere, no
pudiere o no llegare a determinar el precio. Según el art. 1350, en tal caso, la venta quedará
sin efecto. Se trataría de una venta hecha bajo la condición suspensiva de que el tercero fije el
precio.
La solución tiene su lógica, pues el contrato carecerá entonces de uno de sus elementos
esenciales, pero la misma no coincide con la regla general de determinación en materia
contractual prevista por el art. 1171 que permite acudir al juez para que determine el objeto del
contrato por sí mismo o por medio de peritos si fuese necesario, a fin de que se cumpla el
contrato.
- El otro problema que puede acarrear la fijación del precio por un tercero surge del art. 1351, el
cual dispone que la estimación que hiciere el tercero para la determinación del precio, es
irrevocable, y no hay recurso alguno para variarlo. Esta disposición plantea el siguiente
interrogante: ¿Qué pasa en caso de que el tercero al fijar el precio hubiere incurrido en error, o
hubiere sido víctima de dolo o violencia por alguna de las partes interesadas, o hubiese fijado
un precio desproporcionado o abusivo? En tales casos, la doctrina y la jurisprudencia
93
Lopez de Zavalía, Lorenzetti.
94
Lopez de Zavalía.
147
CONTRATOS
consideran que la decisión del tercero puede ser impugnada, siempre que se vean afectados
principios generales del derecho.
148
CONTRATOS
Naturaleza jurídica.
Se trata de una venta hecha bajo condición resolutoria (art. 1373), lo cual tiene como
consecuencia que el rescate opere retroactivamente: se reputa que la propiedad nunca ha salido
del patrimonio del vendedor y quedan si efecto los actos de disposición sobre la cosa hechos por
el comprador.
Ámbito de aplicación.
Este tipo de pacto solo resulta aplicable respecto de los bienes inmuebles: está
expresamente prohibido respecto de las cosas muebles (art. 1380)96.
Condiciones de validez.
Para que el pacto de retroventa sea válido debe reunir las condiciones siguientes:
a) Debe recaer sobre bienes inmuebles: hemos dicho que esta expresamente prohibido respecto
de los bienes muebles (art. 1380).
b) Plazo no superior a tres años: el art. 1381 dispone que el mayor plazo para la retroventa no
puede exceder de tres años, desde el día del contrato. El vencimiento del plazo opera ipso iure,
y pasado ese término, se extingue el derecho del vendedor para resolver la venta, y el
comprador queda propietario irrevocable (art. 1382).
c) Debe estipularse en el mismo acto de la venta: para que el pacto funcione como condición
resolutoria, es indispensable que se haya pactado en el mismo contrato de venta, pues si se
hubiera pactado por contrato separado, no se estará ya en presencia de una condición
resolutoria, sino de un nuevo contrato.
herencia y la cosa vendida se ha adjudicado a uno de los herederos, la acción del vendedor
debe intentarse contra él por la cosa entera (art. 1390).
c) Los terceros adquirentes de la cosa aunque en la venta que se les hubiese hecho, no se
hubiere expresado que la cosa vendida estaba sujeta a un pacto de retroventa (art. 1388).
97
Entre los accesorios se incluyen las mejoras, los aumentos que hubiera experimentado el inmueble, los tesoros que se
hubieran descubierto.
150
CONTRATOS
El derecho surgido del pacto de mejor comprador puede ser cedido, pasa a los herederos
del vendedor y puede ser ejercido por los acreedores del vendedor por vía de acción subrogatoria
(art. 1397).
Efectos.
A) Obligaciones del vendedor.
a) Hacer saber al comprador quién sea el mejor comprador (art. 1401).
b) Hacerle saber en qué consisten las mayores ventajas (art. 1401). Generalmente éstas se
traducirán en un aumento de precio; pero pueden consistir en plazos más breves o en mejores
garantías del pago del saldo. El mayor precio o la mejora ofrecida deben ser por la cosa como
estaba cuando se vendió, sin los aumentos o mejoras ulteriores (art. 1399).
98
Se justifica que el plazo sea muy breve porque este pacto crea una situación de incertidumbre respecto del dominio,
que conviene evitar.
151
CONTRATOS
Dispone el art. 1396 que el derecho adquirido por el pacto de preferencia no puede ser
cedido ni pasa a los herederos del vendedor. Y aunque el CC no lo diga, según Borda debe
admitirse que este derecho no puede ser ejercido por los acreedores del vendedor en ejercicio de
la acción subrogatoria.
Efectos.
A) Obligación del comprador de notificar al vendedor.
El comprador debe avisar al vendedor las condiciones que le son ofrecidas por el tercero y
además comunicar todas las condiciones de la operación propuesta.
En caso de que el comprador no haya dado aviso, y haya enajenado la cosa a un tercero,
dicha venta es válida y el vendedor originario sólo podrá exigir del comprador el pago de los daños
y perjuicios sufridos (art. 1394).
99
Este pacto suele fundarse en razones puramente sentimentales; el dueño de una cosa se desprende de ella a condición
de que la posea quien sepa valorarla o cuidarla, pero desea evitar que caiga en manos de extraños.
152
CONTRATOS
del vendedor originario se reduce a participar de la puja realizando ofertas en la misma, pero
sin gozar de ninguna preferencia respecto a los demás oferentes.
COMPRAVENTA INMOBILIARIA
En la práctica de las operaciones inmobiliarias, la compraventa se concierta siempre, salvo
casos muy excepcionales, por medio de boletos privados. Ello se explica porque el otorgamiento
de la escritura pública importa un trámite bastante engorroso y largo; y las partes, una vez logrado
el acuerdo sobre las condiciones de venta, tienen necesidad de procurarse un instrumento en el
que consten las obligaciones asumidas.
BOLETO DE COMPRAVENTA
Concepto.
El boleto de compraventa es un instrumento privado en el que las partes establecen el
contenido esencial del contrato de compraventa, esto es, manifiestan su consentimiento en torno a
la cosa y el precio.
153
CONTRATOS
Evolución de la figura.
Las formalidades de la compraventa inmobiliaria, demandan dinero y tiempo. El incremento
de los costos de transmisión dominial colisionó con la capacidad de pago de los contratantes. Ello
produjo una brecha en el desarrollo del boleto de compraventa, que provocó innumerables
conflictos: para el régimen jurídico, se trataba de un contrato preliminar e incompleto por la falta de
forma legal; las partes, en cambio, entendían haber llegado a un acuerdo definitivo. Esta división
entre la ley y la costumbre, llevó a posturas formalistas y no formalistas (o realistas) en torno a la
naturaleza jurídica del boleto de compraventa.
La evolución legislativa.
La reforma de la ley 17.711 cambió sustancialmente el rostro jurídico del boleto de
compraventa inmobiliaria.
Se reformó el art. 1184 en cuanto se suprimió la frase “bajo pena de nulidad” para los
contratos que, debiendo ser hechos en escritura pública, eran redactados en instrumento privados.
Se incorporó el art. 1185 bis que dispone que los boletos de compraventa de inmuebles
otorgados a favor de adquirentes de buena fe son oponibles al concurso o quiebra del vendedor si
se hubiere abonado el 25% del precio y en esos casos el juez podrá disponer la escrituración.
El art. 2355 dispuso que se considera legítima la adquisición de inmuebles de buena fe,
mediando boleto de compraventa.
La jurisprudencia.
154
CONTRATOS
La jurisprudencia fue receptando las demandas de quienes, siendo acreedores por boleto,
pretendían la obtención de la finalidad del contrato celebrado y no la indemnización. Se admitió la
condena a la escrituración, lo que a partir de 1951 fue doctrina plenaria en el ámbito de la Capital
Federal100. Se estableció que la obligación de escriturar no es personalísima y que puede ser
hecha por el juez, ante el incumplimiento del obligado.
100
Caso “Cazes de Francino c/ Rodríguez Conde”.
155
CONTRATOS
2. Oponibilidad del boleto frente al concurso o a la quiebra del vendedor (art. 1185 bis y art.
146 de la ley 24.522): una cuestión que había dividido a nuestra jurisprudencia antes de la
reforma era la de si cayendo en concurso o quiebra el vendedor, después de firmar el boleto y
antes de la escritura, la masa esta obligada a entregar la escritura. LA JURISPRUDENCIA se
dividía por fueros:
- para la jurisprudencia comercial, el boleto era inoponible al concurso o a la
quiebra del acreedor; el comprador no tenia derecho a reclamar la
escrituración, por que él no es sino un acreedor mas del concurso, de modo
que para no afectar la igualdad de tratamiento de todos los acreedores, la
obligación debe transformarse en su equivalente de dar suma de dinero y
entrar a concurrir con los demás acreedores a prorrata en un pie de igualdad.
101
A partir de 1951 la jurisprudencia viene sosteniendo que los jueces pueden escriturar en caso de desistimiento de
alguna de las partes.
102
La posesión es legitima cuando sea el ejercicio de un derecho real, constituido en conformidad a las disposiciones del
código; y es ilegitima cuando se tenga sin titulo, o por un titulo nulo, o fuere adquirida por un modo insuficiente para
adquirir derechos reales, o cuando se adquiera del que no tenia derecho a poseer la cosa, o no lo tenia para transmitirla
(art. 2355).
156
CONTRATOS
De este modo, el boleto resulta oponible al concurso o quiebra del vendedor siempre que
se den los siguientes requisitos:
a) Adquirente de buena fe: es decir, que no hubiere conocido al
momento de contratar que el vendedor se encontraba en estado de
insolvencia.
b) Haber pagado el 25% del precio: este es un requisito objetivo103.
c) Que el boleto tenga fecha cierta anterior al concurso o a la quiebra.
En 1972 se sanciona la ley de quiebras 19.551, cuyo art. 150 establecía un requisito más:
que el inmueble tenga destino a vivienda. Pero hoy ya no se exige dicho requisito, porque la ley
24.522 derogatoria de la ley 19.551, excluye dicho requisito en el art. 146 retornando al régimen de
la ley 17.711.
3. Derechos de los adquirentes por boleto frente a los acreedores del vendedor: existen
algunos conflictos que no encuentran una solución legislativa. Dichos conflictos son:
- El que se suscita entre distintos adquirentes por boleto;
- El que se da entre el adquirente por boleto y un acreedor del vendedor que haya trabado un
embargo sobre el inmueble adquirido por aquél;
- El que se suscita entre el adquirente por boleto y un acreedor hipotecario cuando el vendedor
haya hipotecado el inmueble luego de firmar el boleto104.
Para dar solución a dichos conflictos, frente al vacío legal, la doctrina y la jurisprudencia
han postulado diversas soluciones:
Para unos se debe aplicar analógicamente el art. 1185 bis del C.C.
103
No obstante, Borda considera que si el adquirente por boleto ha entrado en posesión del inmueble y no ha pagado el
25% del precio, puede oponerle el boleto al concurso o a la quiebra, en virtud del nuevo art. 2355 que lo considera
poseedor legítimo.
104
El vendedor puede constituir una hipoteca ya que todavía tiene el dominio sobre el inmueble, al menos frente a 3º.
157
CONTRATOS
Para otros debe hacerse prevalecer a quien ostenta un derecho o una situación jurídica
inscripta registralmente.
Para la posición mayoritaria en doctrina y jurisprudencia (y esta es la solución que
adoptamos) el conflicto debe ser resuelto a favor de quien tenga un derecho o una
situación jurídica debidamente publicitada (emplazamiento publicitario), y en caso de
haber conflictos publicitarios, debe triunfar el de publicidad anterior.
La publicidad puede ser registral (por inscripción) o bien posesoria (por el ejercicio de
un determinado derecho). Si esas dos publicidades colisionan, ninguna tiene
preferencia sobre la otra pues ambas tienen idéntica importancia, sino que el conflicto
se resuelve por el principio “Primero en el tiempo primero en el Derecho”.
1. Venta sin indicación de su área y por un solo precio. Venta ad corpus (inc. 1º).
En el inc. 1 del art. 1344 se contempla la llamada venta ad corpus, es decir, la que se hace
sin indicación del área y por un solo precio. Es relativamente frecuente en las operaciones sobre
terrenos urbanos, que se individualizan por su ubicación. Ejemplo: la casa ubicada en Iriondo
1729, Mendoza 1775, etc. En tal caso, las medidas no juegan ningún papel en la operación.
2. Venta sin indicación de área, a un precio por medida. Venta ad mensuram (inc. 2º).
Este tipo de venta es la que se llama venta ad mensuram; por ejemplo, se vende una
estancia a $5.000 la hectárea; un terreno a $500 el metro cuadrado. El precio resultará de la
mensura y evidentemente no se concibe reclamo fundado en la mayor o menor extensión, pues lo
que se tuvo en cuenta fue el valor de la unidad medida.
3. Venta con indicación de área que se tomará de otra mayor (inc. 3º).
En este caso se indica el precio, la extensión vendida y el inmueble del que esa extensión
ha de deducirse. Así, por ejemplo, vendo mil hectáreas a tomar de mi campo que tiene cinco mil.
4. Venta con indicación del área y precio por medida (inc. 4º).
En esta hipótesis, si el campo tiene la superficie indicada en el contrato, no hay problema;
pero ¿qué ocurre si es más o menos extenso? Así por ejemplo, vendo mi estancia “Santa María”
158
CONTRATOS
de mil hectáreas a $5.000 la hectárea; luego la mensura revela que la verdadera superficie es
distinta. El art. 1345 fija las siguientes reglas:
a) Si resultare un superficie mayor, el comprador tiene derecho a tomar el exceso, abonando
su valor al precio estipulado;
b) Si resultare menor, tiene derecho a que se le devuelva la parte proporcional al precio;
c) En ambos casos, si el exceso o la diferencia fuere de un vigésimo (20%) del área total
designada por el vendedor, puede el comprador dejar sin efecto el contrato.
160
CONTRATOS
161
CONTRATOS
La ley 19.724 sancionada en el año 1972, tiene como propósito regular las ventas de
departamentos o de pisos que en un futuro habrán de constituirse bajo el régimen de propiedad
horizontal.
Para que nazca el derecho de propiedad horizontal tiene que darse previamente el
reglamento de copropiedad y administración, pero éste no puede nacer hasta que no haya
finalizado la obra.
Esta ley busca proteger a los adquirentes de pisos o departamentos en la etapa previa a la
constitución de la propiedad horizontal (prehorizontalidad).
Ámbito de aplicación.
Tiene un ámbito de aplicación bastante definido; el art. 1º establece que todo propietario de
un edificio construido, en construcción o a construirse en un futuro que quiera enajenarlo en
unidades (pisos o departamentos) a titulo oneroso queda comprendido en el régimen de la
prehorizontalidad.
163
CONTRATOS
Venta de automotores.
La transmisión del dominio de automotores se encuentra sujeta a un régimen especial. El
modo en materia de automotores, no es la tradición, sino que en el caso, es una inscripción
constitutiva.
El art. 1º del decreto ley 6582/58 establece que “la transmisión del dominio de los
automotores deberá formalizarse por instrumento público o privado y sólo producirá sus efectos
entre las partes y con relación a terceros desde la fecha de su inscripción en el Registro Nacional
de la Propiedad del Automotor”.
De este modo, una vez celebrado el contrato de compraventa, surge para el vendedor la
obligación de transmitir el dominio, pero no se transmite el dominio; y es a la transmisión del
dominio que la ley impone la formalidad de su inscripción en el Registro Nacional de la Propiedad
del Automotor.
Es decir que la registración es necesaria para que se produzcan los efectos entre las
partes como respecto de terceros.
Venta de aeronaves.
El tema esta regulado por el Código aeronáutico (decreto ley 17.285/67). Como la
compraventa de aeronaves debe ser registrada (art. 45) se vuelve de rigor su instrumentación, sea
por instrumento público o privado debidamente autenticado105 (art. 49) sin la cual no podrá llegar al
Registro, y será inoponible a terceros (art. 50).
Según López de Zavalía, del sistema del Código Aeronáutico surge que dicha
instrumentación es sólo un requisito de la registración, por lo que en todo lo demás, y
especialmente en lo que atañe a las relaciones interpartes, la compraventa de aeronaves se
encuentra sujeta al régimen general de la compraventa de muebles. Pero respecto de terceros, el
art. 50 in fine dispone que los contratos no surtirán efectos si no van seguidos de la inscripción en
el Registro Nacional de Aeronaves.
Es decir que la registración hace falta para los efectos respecto de terceros, esto es para la
oponibilidad del negocio. En cambio interpartes, el negocio tiene plenos efectos, sin necesidad de
registración alguna.
Venta de buques.
El tema se encuentra legislado en el decreto ley 20.094/73.
105
Cuando la compraventa es realizada en el extranjero y destinada a producir efectos en la República, la clase de
instrumentación es mas circunscripta, pues el contrato debe ser hecho “por escritura pública o ante la autoridad consular
argentina” (art. 51).
164
CONTRATOS
Los buques se dividen en mayores y menores. Mayor es el que tiene un arqueo total no
menor de diez toneladas; Menor es el que tiene un arqueo total inferior a esa cifra (art. 48).
En cuanto a la venta de buques mayores la norma antes aludida dispone que deben
hacerse por escritura pública o por documento privado autenticado, bajo pena de nulidad (art.
156). A su vez, el art. 158 dispone que la venta “solo produce efectos con relación a terceros,
desde la fecha de su inscripción en el Registro Nacional de Buques”.
Es decir que hace falta la inscripción para los efectos con relación a terceros en las ventas
de buques mayores, es decir que esta inscripción no es constitutiva (como lo es en cambio la de
automotores) sino declarativa (como la de aeronaves).
En lo que hace a la venta de buques menores el art. 159 dispone que debe hacerse por
instrumento privado con las firmas certificadas, en inscribirse en el Registro Nacional de Buques.
Sólo producen efecto con relación a terceros desde la fecha de su inscripción.
O sea que al igual que la venta de aeronaves, la inscripción es declarativa, produciéndose
los efectos de la venta con relación a terceros a partir de la fecha de su inscripción.
165
CONTRATOS
PERMUTA
CONCEPTO
La permuta tiene lugar “cuando uno de los contratantes se obliga a transferir a otro la
propiedad de una cosa, y éste se obliga a darle la propiedad de otra cosa a cambio” (art. 1485).
La analogía con la compraventa, que es un intercambio de una cosa por un precio, justifica
la remisión que el art. 1492 hace a sus normas y la escasez de textos propios para este contrato.
La permuta es históricamente anterior a la compraventa: es el antiguo “trueque” o cambio
de cosas por cosas. La aparición del dinero como medio de intercambio la desplazó del lugar
central que ocupaba que pasó a ser detentado por la compraventa.
CARACTERES
1) Es Típico: porque se encuentra regulado legalmente.
2) Es Consensual: porque produce sus efectos con el mero consentimiento, sin necesidad de
entregar la cosa o pagar el precio.
3) Es Bilateral: ya que genera obligaciones para ambas partes.
4) Es Oneroso: ya que la ventaja dada a la otra parte esta en relación al sacrificio.
5) Es Conmutativo: ya que las ventajas se conocen desde el momento de la celebración;
6) Es No formal.
COMPARACIÓN CON LA COMPRAVENTA
Se diferencian una de otra porque mientras que la compraventa es el intercambio de una cosa por
un precio en dinero, la permuta supone el truque de una cosa por otra. La distinción es clara, pero el
problema surge en los casos en que se cambia una cosa por una parte en dinero y parte con otra cosa. Así
por ejemplo, una persona cambia su auto por otro y entrega además una suma en dinero ¿hay permuta o
compraventa?. Según Lorenzetti, basándose en el art. 1356, la solución es la siguiente: si el valor de la cosa
es mayor que el representado por el dinero, el contrato es de permuta, si es igual o inferior, es compraventa.
Para Borda en cambio, fundando su postura en el art. 1356 y en la nota al Art. 1485, considera que en caso
de que los valores representados por la cosa y el dinero fueran iguales, el contrato será de permuta.
EVICCIÓN
En la permuta, tratándose de obligaciones de entrega de cosas para transferir el dominio
sobre ellas, hay garantía de evicción.
Para el caso de evicción total rigen los arts. 1489, 2128, 2129 y 2130 que permiten al
permutante evicto anular el contrato y reclamar:
a) la devolución de la cosa que entregó (art. 1489). En tal caso, el copermutante deberá restituir
la cosa en el estado en que se halle, como poseedor de buena fe (art. 2129); y si la cosa
hubiese sido enajena por el copermutante, o hubiese constituido sobre ella un derecho real,
habrá que distinguir si el acto fue a título oneroso o a título gratuito. Si fue a título oneroso, el
evicto no tendrá derecho alguno contra los terceros adquirentes, pero si lo fue a título gratuito,
podrá exigir de estos o el valor de la cosa, o la restitución de ella (art. 2130);
b) o el valor de la cosa que recibió (art. 1489);
c) o el valor de la cosa que el evicto perdió, según el que tenía al tiempo de la evicción (art.
2128).
En cualquiera de hipótesis reclamará, además, el pago de los daños y perjuicios.
En caso de evicción parcial se aplican las normas de la compraventa (art. 2131), esto es, el
art. 2125, con lo cual el co-permutante evicto tiene la elección de demandar una indemnización
proporcionada a la pérdida sufrida, o exigir la resolución del contrato, cuando la parte que se le ha
166
CONTRATOS
quitado o la carga o servidumbre que resultare, fuere de tal importancia respecto al todo, que sin
ella no habría celebrado el contrato.
CESION DE DERECHOS
CONCEPTO
López de Zavalía define a la cesión de derechos como aquel “contrato por el cual se
traspasan derechos patrimoniales transmisibles que no tienen por ley un determinado
procedimiento distinto de traslación”.
Decimos que es el contrato que traspasa derechos patrimoniales transferibles, excluyendo
aquellos que tienen un método distinto previsto por la ley.
Los derechos pueden ser transmisibles por actos inter vivos o por actos mortis causa; o
intransmisibles (inherentes a la persona). Y dentro de los primeros cabe hacer un distingo, pues
hay algunos que siendo transmisibles, lo son por procedimientos jurídicos distintos al de la cesión.
Así el derecho de dominio, es transmisible, pero el instrumento idóneo para verificar el traspaso,
no es la cesión, sino un contrato (por ej., la compraventa) seguido de tradición.
106
Tal lo que resulta del examen de textos como los de los arts. 1438, 1444/5, 1449 y 1454.
107
El “no” esta de más (Rezzónico).
167
CONTRATOS
108
Es claro que aunque la ley habla de créditos, ello debe ser entendido genéricamente como todo objeto incorporal o
todo derecho (art. 1444).
168
CONTRATOS
109
Nota al art. 1445.
169
CONTRATOS
NATURALEZA JURIDICA
La cesión de herencia es una subespecie del contrato de cesión de universalidades
jurídicas, el cual a su turno es una especie dentro del género “cesión de derechos”. Es decir que la
cesión de derechos hereditarios tiene la particularidad de que lo que se cede (el objeto) es una
universalidad jurídica, lo cual encaja perfectamente en el art. 1444, puesto que la universalidad es
en efecto un objeto incorporal.
CARACTERES
1) Es Consensual en el sentido de que queda concluido con el consentimiento de las partes.
2) Es Formal no solemne, puesto que el art. 1184, inc. 6, exige la escritura pública; pero en caso
de inobservancia de la forma se aplica siempre el art. 1185 referido a la conversión del negocio
jurídico.
3) En general, se indica que es Aleatorio. Pero esta afirmación debe ser tomada con ciertas
reservas. El problema se circunscribe a la esfera de las cesiones onerosas, porque cuando la
cesión es gratuita, sería inútil preguntarse por su carácter aleatorio, puesto que, por hipótesis,
lo de conmutativo o aleatorio, sólo se predica de los contratos onerosos.
Y aquí, cabe distinguir entre la existencia (quien cede ¿es o no heredero?), la cantidad (quien
cede ¿es el único heredero, o hay otro sucesores universales?), y la consistencia de la
herencia (¿cuáles son la relaciones jurídicas concretas que abarca la universalidad, de lo que
dependerá el emolumento final de la misma?).
Tanto en lo que atañe a la existencia, como a la cantidad de la herencia, la cesión onerosa es
naturalmente conmutativa.
Es en el aspecto de la consistencia de la herencia, donde aparece el álea, pues al tiempo de le
celebrarse el contrato no se conoce la magnitud de la prestación del heredero, por lo que el
cesionario deberá soportar la desproporción con relación a su prestación; asimismo puede
ocurrir a la inversa y resultar perjudicado el cedente.
170
CONTRATOS
EFECTOS
a) Efectos entre las partes: Responsabilidad por evicción.
La responsabilidad por evicción se rige por los arts. 2160 y ss.
Como regla, el cedente sólo responde de la evicción que excluya su calidad de heredero, y
no por la evicción de los bienes de que la herencia se compusiera (art. 2160).
Esa obligación puede ser aumentada, disminuida o suprimida (art. 2098). Un aumento,
puede darse en este sentido: garantizando una cierta consistencia, en cuyo caso el cedente viene
a responder aun de la evicción de algún objeto particular. Una disminución, en este otro sentido:
que el cedente no garantice los derechos hereditarios, esto es, no garantice su calidad de
heredero, en cuyo caso, de producirse la evicción, el cedente no debe daños y perjuicios, pero sí el
precio (art. 2163).
Cuando los derechos hereditarios son cedidos como litigiosos o dudosos, el cedente no
responde por la evicción (art. 2161); en esta hipótesis, no sólo no debe los daños y perjuicios sino
que tampoco debe restituir e precio. La razón es que aquí, se ha hecho una cesión aleatoria, y el
cesionario ha cargado con el riesgo.
De allí que si el cedente (de mala fe) “sabía positivamente que la herencia no le
pertenecía... la exclusión de su calidad de heredero le obliga a devolver al cesionario lo que de él
hubiese recibido y a indemnizarlo de todos los gastos y perjuicios que se le hayan ocasionado”
(art. 2162).
110
Hay que tener en cuenta que aquí no hay notificación
171
CONTRATOS
CESION DE CRÉDITOS
CONCEPTO Y ANALISIS CRÍTICO
Según el art. 1434 “Habrá cesión de crédito cuando una de las partes se obligue a
transferir a la otra parte el derecho que le compete contra su deudor, entregándole el título del
crédito, si existiese”.
López de Zavalía considera que la definición legal es inexacta y perturbadora.
1. Es inexacta: de la letra de la ley resultaría que en virtud del contrato de cesión, el cedente se
obliga a transferir un crédito al cesionario. Esto no es así, pues la cesión transmite el crédito.
2. Es perturbadora: la ultima parte del art. 1434 prescribe: “entregándole el título del crédito, si
existiese”. Pero la entrega del título no es un requisito constitutivo del contrato, pues la cesión
no es un contrato real, sino consensual. Pero sin perjuicio de que el traspaso se opere por el
consentimiento, el cedente queda además obligado a entregar el título representativo si
existiere. Y esto es razonable, pues si el deudor cedido niega la existencia de su deuda, le será
necesario al cesionario probarla, y para eso necesitaría el título111.
SUBTIPOS
La cesión de créditos puede presentarse bajo tres subtipos fundamentales (arts. 1435/7):
cesión-venta, cesión-permuta, y cesión-donación.
1. Cesión-venta: hay cesión-venta cuando el crédito fuese cedido por un precio en dinero. La
cesión-venta se rige por las disposiciones sobre el contrato de compraventa que no estuviesen
modificadas por las normas que regulan todas la cesiones (art. 1435).
2. Cesión-permuta: hay cesión-permuta cuando el crédito fuese cedido por una cosa con valor en
sí, o bien, si fuese cedido por otro crédito. La cesión-permuta se rige por las reglas del contrato de
permutación que no fueren modificadas por las contenidas en el título de la cesión (art. 1436).
3. Cesión-donación: hay cesión-donación cuando el crédito fuese cedido gratuitamente. La
cesión-donación, se rige por las reglas del contrato de donación que no fueren modificadas en el
título de la cesión (art. 1437).
CARACTERES
1) Es un Consensual, porque se perfecciona por el consentimiento del cedente y del cesionario.
2) Puede ser Oneroso o Gratuito.
3) En principio es Conmutativo, pero puede ser Aleatorio como en el caso de cesión de créditos
dudosos o litigiosos.
4) Es Formal, pues requiere la forma escrita bajo pena de nulidad (art. 1454) y aún a veces es
necesaria la escritura pública, como en el caso de cesión de derechos hereditarios (art. 1184,
inc. 6) o en el caso de cesión de derechos litigiosos. Sólo en la cesión de títulos al portador la
forma escrita ha sido sustituida por la entrega del título.
5) Será Bilateral en los casos de cesión-venta y cesión-permuta; y será Unilateral en el caso de la
cesión-donación.
111
Nuestra doctrina es prácticamente conteste en el sentido de que la entrega del título sólo constituye un deber
accesorio y no es un requisito para el traspaso del crédito.
172
CONTRATOS
PARTES
Las partes en la cesión se denominan cedente, a aquél que transmite el crédito, y
cesionario que es quien adquiere el crédito.
El deudor cedido no es parte en el contrato de cesión de créditos, sino que es un tercero
interesado, y para que el mismo le resulte oponible se requiere un plus: la notificación, o la
aceptación o hechos equivalentes.
EFECTOS
a) Efectos entre las partes.
Entre cedente y cesionario se produce el traspaso del crédito por la sola fuerza del contrato
de cesión (art. 1457).
1. Traspaso del crédito.
La cesión traspasa el crédito con todos sus accesorios (fianzas, hipotecas, prendas).
112
Es una situación muy común, por ejemplo, cuando las obras sociales dan asistencia médica a un afiliado que sufre un
accidente de tránsito; la víctima-acreedora recibe el pago de un tercero, la obra social, y le subroga los derechos contra el
responsable del accidente, que es el tercero deudor.
113
Es en ejemplo anterior, el acreedor-víctima acciona contra el deudor-responsable del accidente con base en la deuda
causada por el hecho ilícito cuasidelictual; la obra social ha recibido en cesión-subrogación parcial el crédito que tenía la
víctima contra el responsable del accidente hasta el monto del servicio médico prestado, y por ese monto reclama al
deudor.
173
CONTRATOS
El cesionario puede ejercer todas las acciones y excepciones que tenía el cedente con
respecto al deudor cedido.
La cesión también comprende la fuerza ejecutiva del crédito, si éste tuviere y aunque la
cesión se hiciere en forma privada (art. 1458).
La cesión comprende también los intereses, y no solamente los futuros, sino también los que
ya estuvieren vencidos pero pendientes de pago en la época de la cesión (art. 1458).
2. Facultades conservatorias.
Según el art. 1473, el cedente conserva hasta la notificación, o aceptación de la cesión, el
derecho de hacer todos los actos conservatorios del crédito.
Si el cedente fuera más allá de los actos conservatorios y llegara a cobrar el crédito, tal
acto podría ser impugnado por el cesionario, pues el pago hecho por el deudor sería válido (art.
1468). Pero el cedente tendría que entregar al cesionario lo que hubiera percibido, pues entre
partes el crédito queda transferido sin necesidad de la notificación o aceptación.
También el cesionario tiene facultades conservatorias aun antes de la notificación o
aceptación del traspaso del crédito (art. 1472)
3. Garantía de la cesión. Evicción.
El CC regula la garantía de evicción para la cesión de derechos en general en los arts.
2155 a 2163 y, en relación a la cesión de créditos, en los arts. 1476 y ss. El estudio de este tema
debe distinguir la cesión de derechos creditorios de las otras situaciones y, dentro de ellos, la
cesión onerosa y gratuita.
El cedente tiene a su cargo una garantía de derecho, ya que responde por la existencia y
legitimidad del crédito al tiempo de la cesión, a no ser que lo hubiese cedido como dudoso o
hubiera quedado liberado por convenio de partes.
Pero no tiene a su cargo una garantía de hecho, porque no responde de la insolvencia del
deudor o de sus fiadores, a no ser que fuese anterior y pública, o la hubiera tomado a su cargo
mediante un pacto.
La garantía de derecho, que es un aplicación de la evicción y de los vicios redhibitorios
existentes para la compraventa, se presume, puesto que es un elemento natural del contrato, pero
puede ser dejada sin efecto por las partes, salvo en los contratos de consumo; en cambio, el
sistema es inverso para la garantía de hecho: no existe salvo acuerdo de partes.(Cláusula
accidental).
114
En el derecho de consumidor (ley 24.240) una cláusula de este tipo no sería posible puesto que sería una cláusula
limitativa de la responsabilidad y, por lo tanto, abusiva (art. 37).
115
En la cesión de un crédito como dudoso se advierte al cesionario que la existencia del mismo no es segura, con lo que
se transfiere el riesgo de la existencia, en razón de ello paga un precio menor por el crédito (Borda).
174
CONTRATOS
un efecto natural existe una garantía implícita respecto de la existencia y legitimidad de estos
accesorios; por supuesto, todo ello salvo pacto en contrario.
En cuanto al contenido, cabe acotar que “existencia y legitimidad del crédito al tiempo de la
cesión”, involucran una garantía de evicción (arts. 2155 y ss.), a la que se aplican las reglas
específicas de ese instituto entre comprador y vendedor, entre permutantes o en las donaciones,
según los casos (arts. 2156 y 2157).
El crédito es inexistente cuando nunca existió, o cuando existió pero se extinguió con
anterioridad a la cesión. No es inexistente, en cambio, el crédito que existe al momento de la
cesión pero se encuentra afectado por un vicio que acarrea su nulidad.
La legitimidad se refiere a la titularidad para disponer: el crédito existe pero quien lo tiene
no es titular, o carece de legitimación para transmitirlo a nombre de otro.
Tanto la existencia como la legitimidad deben darse al tiempo de celebración de la cesión
(art. 1476), no respondiendo el cedente de eventos producidos por causa posterior.
175
CONTRATOS
del precio pagado, los gastos hechos con ocasión del contrato, la diferencia nominal del crédito
cedido y el precio de la cesión, y los demás daños que pruebe el cesionario (arts. 1478 y 1480).
Es obligación del cesionario excutir (perseguir la ejecución de los bienes del deudor) y
recién cumplida esta gestión puede recurrir contra el cedente (art. 1481); otro tanto ocurre con las
fianzas o hipotecas establecidas para seguridad del crédito. Como sanción a la conducta del
cesionario que deja perecer las seguridades del crédito transmitido o no lo reclama en tiempo, la
ley le hace perder esta excepcional garantía relativa a la solvencia (arts. 1482 y 1483).
En el caso de garantía fundada en un pacto expreso se discute si, frente al incumplimiento,
el cedente se convierte en fiador. Diez Picazo señala que el cedente no es fiador y que en este
caso no debe pagar el valor del crédito incobrable, sino que debe devolver el precio de la cesión
porque la misma se resuelve por incumplimiento de la garantía. En contra de esta opinión, el
Proyecto del ‘87 y el del ‘93 introducen un texto que remite a la fianza considerándolo fiador y por
lo tanto, obligado a pagar el monto del crédito incumplido.
La notificación.
La notificación es el acto jurídico unilateral idóneo para volver oponible el traspaso del
crédito.
1. Sujetos notificantes.
Lo ideal es que notifiquen conjuntamente el cedente y el cesionario. Pero puede notificar
tanto el cedente solo, como el cesionario solo, siendo este ultimo caso lo que generalmente
acaece, pues es el cesionario el principal interesado en que el crédito resulte oponible a terceros.
No obstante ello, pueden notificar los acreedores del cesionario, y los acreedores del
cedente, actuando por vía subrogatoria.
2. Sujetos notificados.
La notificación debe dirigirse al deudor (arts. 1459 y 1460).
3. Forma de la notificación.
176
CONTRATOS
Corresponde distinguir según que se trate de los efectos de la notificación con relación al
deudor cedido, o respecto a otros terceros:
a) Para que la notificación tenga efectos respecto al deudor cedido no se requiere forma alguna
especial, pudiendo ser hecha por correspondencia, e incluso verbalmente. Desde luego,
conviene hacerla por un método exteriorizante que facilite luego la prueba.
b) Pero para que la notificación tenga efectos respecto de otros terceros, es preciso que la misma
sea hecha por acto público (art. 1467). Acto público es desde luego una escritura pública, pero
es asimilable también al telegrama colacionado o a la carta documento.
4. Oportunidad de la notificación.
Está en el interés del cesionario el notificar inmediatamente de convenida la cesión, no
pudiendo hacerlo antes pero sí después, en cualquier tiempo. Sin embargo, si se han producido
otros acontecimientos distintos del solo transcurso del tiempo, corre el riesgo de llegar tarde:
a) Llega tarde si otro cesionario del mismo crédito obtiene la notificación o aceptación anterior,
pues entonces no podrá oponer a dicho cesionario la existencia de la cesión (art. 1459).
Si se hubieren hecho dos o más notificaciones en el mismo día “los diferentes cesionario
quedan en igual línea, aunque las cesiones se hubiesen hecho en diversas horas” (art. 1466).
b) Llega tarde, si hay un embargo hecho sobre el crédito cedido (art. 1465). En tal caso, el
traspaso del crédito cedido no es oponible a dicho acreedor embargante, pero lo es a otros
acreedores que no hubieran pedido el embargo (art. 1465, segunda cláusula).
c) Llega tarde, finalmente, en la hipótesis del art. 1464, a cuyo tenor: “En caso de quiebra del
cedente, la notificación o aceptación de ella, puede hacerse después de la cesación de pagos;
pero sería sin efecto respecto a los acreedores de la masa fallida, si se hiciese después del
juicio de la declaración de quiebra”.
La aceptación.
La aceptación es un acto jurídico unilateral que proviene del deudor cedido y que consiste
en la manifestación de éste de que tiene conocimiento de la cesión. En definitiva es equiparable a
la notificación.
177
CONTRATOS
- Primera tesis: considera que primero cobra el acreedor y el saldo (si queda) lo percibe el
cesionario. Esta tesis se apoya en el art. 1465 según el cual la notificación de la cesión será de
ningún efecto cuando haya un embargo sobre el crédito cedido.
- Segunda tesis (López de Zavalía): considera que el acreedor embargante y el cesionario,
entran en concurrencia, y cobran a prorrata. Esta tesis llega a esta conclusión por una
coordinación de los arts. 1465, 1467 y 1471. Porque no obstante lo dispuesto por el art. 1465,
el art. 1467 establece que “La notificación y aceptación de la transferencia, causa embargo del
crédito a favor del cesionario…”; y el art. 1471 dispone que “Los acreedores del cedente
pueden, hasta la notificación del traspaso del crédito, hacer embargar el crédito cedido; pero
una notificación, o aceptación después del embargo, importa oposición al que ha pedido el
embargo”; y esta tesis considera que si esta oposición a la que hace referencia el artículo
significa algo, es que el cesionario concurre con el embargante.
c) Que los acreedores del cedente embarguen después de la notificación de la cesión. (cesión-
notificación-embargo).
En este caso, los acreedores del cedente que embargan después de la notificación, obran
en el aire116, inútilmente actúan, ya no tienen que embargar, pues el derecho salió ya del
patrimonio del cedente, y esa salida les es oponible (art. 1459, 1465, 1467 in fine).
116
López de Zavalía.
178
CONTRATOS
179
CONTRATOS
180
CONTRATOS
LOCACION DE COSAS
ANTECEDENTES HISTÓRICOS Y REFORMAS LEGISLATIVAS
La evolución de este contrato se muestra claramente a través del principio protectorio: en el
Derecho Romano se protegía al propietario; en el Derecho Moderno, al locatario.
En Argentina se destaca el período de la denominada “legislación de emergencia
habitacional” que comienza en 1943 con el decreto 1580 y que finaliza en 1978, y que importó una
sucesión de leyes de prórroga de los plazos de las locaciones en miras a proteger a los locatarios.
En 1984 se dictó la ley 23.091 que dispone normas con finalidad protectoria para las
locaciones urbanas con destino a vivienda, pero de un modo más equitativo para locadores y
locatarios. Esta ley es la que tiene vigencia en la actualidad, con algunas pequeñas reformas
introducidas por la ley 24.808.
CONCEPTO
Hay contrato de locación de cosa cuando una persona (locador) se obliga a entregar el uso
y goce de una cosa durante un cierto tiempo a otra (locatario) que a su vez se obliga a pagar un
precio en dinero.
Cabe notar que nuestro Código define a la locación en un precepto general, el art. 1493,
que comprende la locación de cosas, de servicios y de obra: “Habrá locación, cuando dos partes
se obliguen recíprocamente, la una a conceder el uso y goce de una cosa, o a ejecutar una obra, o
a prestar un servicio; y la otra a pagar por este uso, goce, obra o servicio un precio determinado
en dinero.
FINALIDAD TÍPICA
La finalidad típica es la cesión del uso y goce sobre una cosa. Ello importa la transferencia
de la tenencia, de modo que el locatario usa y goza la cosa reconociendo en otro la propiedad.
LA PROMESA DE LOCACIÓN
La promesa de locación es posible, ya que no se trata de un contrato real, sino consensual.
La promesa bilateral, en la cual una parte se obliga a entregar una cosa en locación y la otra a
ocuparla, es un verdadero contrato de locación. La promesa unilateral, en cambio, constituye una
obligación causada por una voluntad unilateral, que resulta revocable hasta tanto haya sido
aceptada; luego de ese acto, queda perfeccionada en su obligatoriedad.
CARACTERES
La locación es un contrato:
1. Bilateral: porque origina obligaciones recíprocas para ambas partes.
2. Consensual: porque sus efectos se producen a partir del mero acuerdo de voluntades (1494).
3. Oneroso: porque a la ventaja deviene un sacrificio prestacional.
4. Conmutativo: porque desde el inicio se sabe con certeza cual va a ser la entidad del sacrificio y
la ventaja.
5. De tracto sucesivo: porque el cumplimiento de los fines del contrato requiere del transcurso del
tiempo y las obligaciones se devengan por períodos.
6. Como regla es no formal: sin embargo, deben celebrarse por escrito: las locaciones urbanas,
sus modificaciones y prórrogas (art. 1, ley 23.091), la locación de cosas muebles con destino al
consumo (art. 1, inc. a, ley 24.240).
7. Típico: porque está regulado legalmente.
8. De cambio: porque se basa en la finalidad de cambiar el uso y goce de una cosa por el precio
pagado.
2. Con el depósito:
El contrato de locación es bilateral, consensual y oneroso, mientras que el depósito típico
es unilateral, real y gratuito.
Por otro lado, la finalidad típica de la locación es la transferencia del uso y goce, mientras
que la del depósito es la guarda y custodia, y por ello, el depositario no puede usar la cosa ni
percibir los frutos.
El depósito es real, de modo que se perfecciona con la entrega de la cosa (art. 2242),
mientras que la locación es consensual (art. 1494).
Caja de seguridad bancaria.
Se trata de un contrato bancario mediante el cual el banco cede el uso y goce de una cosa
para que el cliente deposite allí efectos personales, con una finalidad de custodia.
En la doctrina, la opinión mayoritaria ha considerado que es una locación con finalidad de
guarda, ello porque se da el uso y goce de una cosa por un tiempo a cambio del pago de un precio
en dinero.
En contra de la asimilación con la locación, puede señalarse que no hay un desplazamiento
de la cosa, que permanece bajo el control del locador (Banco), y que existe una finalidad de
guarda que no se da en la locación, porque se acerca al depósito.
Según Lorenzetti, este contrato debe ser calificado como atípico mixto, con elementos de la
locación, del depósito y de servicios, así como de consumo en lo atinente a la aplicación de la ley
24.240 para las relaciones banco-cliente, y bancario para las relaciones entre el banco y la
autoridad de contralor.
Contrato de garaje:
En este vínculo, se cede el uso y goce de un lugar para el estacionamiento de un vehículo
contra el pago de un precio; pero hay otras obligaciones: de custodia, de servicios. Para algunos
autores, se trata de un contrato atípico que participa de los caracteres de la locación de cosas, del
depósito y de la locación de servicios.
3. Con el comodato:
Tanto el locatario como el comodatario tienen el uso de la cosa ajena, pero las diferencias
son sustanciales: 1) la locación es un contrato consensual (1494), el comodato es real (art. 2256);
2) la locación es onerosa, en tanto que el comodato es esencialmente gratuito (art. 2255); el
locatario tiene no sólo el derecho al uso, sino también a los frutos que la cosa produce; el
comodatario sólo tiene derecho al uso, a menos que por cláusula expresa se lo autorizara también
a aprovechar para sí los frutos (art. 2265 y 2271).
183
CONTRATOS
LA COSA
El objeto de este contrato es una operación jurídica consistente en la entrega del uso y
goce de una cosa a cambio de un precio en dinero.
Cosas muebles e inmuebles. Cosas fuera del comercio. Determinación. Accesorios.
La cosa locada puede ser inmueble o mueble no fungible120.
Se aplican aquí las reglas generales del objeto de los contratos y de las obligaciones. La
única excepción relevante es que las cosas que están fuera del comercio pueden ser objeto de la
locación, salvo que fueran nocivas al bien público, con lo que el objeto de la locación es más
amplio que el de los actos jurídicos en general (art. 953).
120
Si se admitiera la locación de cosas fungibles, esto es, intercambiable, el locatario, cumpliría entregando otra cosa
distinta de la recibida, pero equivalente. Se trataría de un préstamo de consumo.
184
CONTRATOS
Derechos.
Se discute si los derechos pueden ser arrendados. El Código alude sólo a las cosas al
definir este contrato (1493) y al establecer su objeto (1499).
La tesis mayoritaria se pronuncia en contra de la locación de derechos en nuestro sistema
legal122.
Cosas ajenas.
Se puede alquilar válidamente una cosa ajena si se obra en virtud de representación
convencional o legal del propietario, si se promete una diligencia tendiente a obtener el
consentimiento del titular dominial o si se tiene un derecho sobre el uso y goce de la cosa que
permita la celebración de un contrato derivado (sublocación, usufructo, uso y habitación).
El caso que motiva dudas es la posibilidad de alquilar una cosa ajena sin tener derecho a
hacerlo; señala Borda que sería el caso de quien posee la cosa por un título que no le permite
alquilarla (depósito, comodato, administración), o de quien no tiene la posesión y la alquila. En
tales casos el contrato es válido entre las partes, si éstas son de buena fe, y debe ser cumplido
entre ellas, pero es inoponible al dueño, toda vez que ha sido ajeno al negocio. No obstante,
podría estar de acuerdo con el mismo y ratificarlo expresa o tácitamente, por ejemplo, recibiendo
alquileres en pago.
La duración de la locación sólo se extiende hasta que el propietario ejerza su derecho
tomando la posesión. Si las partes no son de buena fe, el contrato es nulo, pudiendo ser planteada
la acción en cualquier momento por parte del locatario y por el locador hasta la entrega de la
tenencia de la cosa. Es claro que el contrato no puede ser opuesto al dueño y éste puede pedir el
desalojo. Es claro también que es válido entre partes; si e locador se entera que dio en locación
una cosa que no le pertenece, es justo que pueda plantear la nulidad, pero si ya ha entregado la
cosa, no podrá hacerlo, puesto que lesionaría la expectativa del locatario. Luego de la entrega, el
locador es responsable por los perjuicios causados al locatario, y sólo éste puede deducir la acción
de nulidad, o la resolución o puede continuar en la locación hasta que sea desalojado. En todos los
casos, haya o no conocido que la cosa era ajena, el locatario tiene la acción de daños contra el
locador, porque éste incumplió su deber de obligación de garantía de goce pacífico de la cosa.
EL PRECIO
CARACTERES DEL PRECIO
Determinación.
El precio debe ser determinado o determinable; en éste último caso, son de aplicación
subsidiaria las reglas de la compraventa (art. 1349). La regla general en materia de contratos es
que, tratándose de un elemento esencial, si éste no está establecido en el contrato, o no surge de
sus cláusulas, el contrato es nulo. No obstante, en la locación, por el principio protectorio del
locatario, si la cosa se ha entregado, el contrato no es nulo por falta de determinación del precio,
sino que se entiende que las partes se sometieron al precio que fuere corriente, normal o de estilo
en el lugar, para las cosas de la misma especie y calidad (1494, 2ª parte, y 1354).
Periodicidad.
El pago del precio puede pactarse en forma total o periódica y, en ambos casos, en forma
anticipada o vencida. Lo más común es el pago periódico y por adelantado, es decir, en los
primeros días del mes en que se devenga el uso y goce de la cosa.
En las locaciones urbanas la ley 23.091 dispuso una serie de normas con finalidad protectoria
del locatario en este tema. Así:
a) El precio del alquiler se debe estipular por mes (art. 6);
b) No podrá pedirse al locatario el pago de alquileres anticipados por períodos mayores de un
mes;
c) No se pueden exigir depósitos en garantía o exigencias similares por una cantidad mayor del
importe equivalente a un mes de alquiler por cada año de locación contratado.
d) Esta prohibido el pago de valor llave o equivalentes (art. 7)
123
La ley 23.091 en el art. 1 prohibía que en las locaciones urbanas el precio sea pactado en monedad extranjera. Pero
con la ley 23.928 se suscitaron interrogantes sobre si dicha prohibición aún seguía vigente. La jurisprudencia tiene dicho
que: “El art. 13 de la ley de Convertibilidad derogó tácitamente el art. 1 de la ley 23.091 por lo que la concertación del
precio del alquiler es perfectamente valida en moneda extranjera”.
186
CONTRATOS
Para Spota y Borda, es posible el precio mixto siempre que las cosas o frutos que se
entreguen tengan valor determinable en dinero
Para Abatti y Rocca, en cambio, es posible pero siempre y cuando la suma en dinero sea
mayor que la representada por las cosas o frutos.
Modificación unilateral-bilateral.
El precio no puede ser modificado unilateralmente en la etapa de cumplimiento, ni en el
período poscontractual; si el locatario continúa en la ocupación, agotado el plazo, el locador no
puede incrementar el precio porque la continuación es del mismo contrato y en las mismas
condiciones (art. 1622), salvo que se pueda determinar que la intención ha sido celebrar otro o
cambiar la obligación de pago del precio extinguiendo la anterior (que exista animus novandi).
FORMA
En el régimen del C.C., la locación es un contrato no formal (art. 1494)
Pero la ley 23.091 marca un distingo al disponer en su art. 1º que los contratos de
locaciones urbanas deberán formalizarse por escrito (por instrumento privado). Dicha formalidad
se impone como una manera de proteger al locatario.
Ahora bien, la ley 23.091 no dice con que carácter exige esa formalidad. Para algunos,
dicha exigencia llevaría a considerar al contrato de locación urbana como formal no solemne, de
modo que la forma es exigida para la eficacia del contrato. Otro sector, en cambio, considera que
la forma es solo exigida a los fines de la prueba, con lo cual sería un contrato no formal con forma
para la prueba. Este debate aún no está cerrado.
Pero la misma ley dispone que si se ha incumplido dicha formalidad, y no obstante el
contrato haya tenido principio de ejecución (lo que ocurre cuando el inquilino ha entrado a vivir en
124
No debe confundirse el escalonamiento pactado por las partes con las cláusulas de indexación, pues estas últimas
suponen un modo de combatir la inflación y han sido prohibidas por la ley de Convertibilidad.
125
En 1993 el Ministerio de Economía emite la Resolución 144 por la cual prohibía la posibilidad de convenir en las
locaciones precios escalonados. Los jueces en la mayoría declararon la inconstitucionalidad de dicha resolución por
oponerse al Código civil y leyes suplementarias.
187
CONTRATOS
el inmueble con el consentimiento del propietario) se considerará pactado por el plazo mínimo
fijado por la ley y por el precio que fije el juez de acuerdo al valor y práctica de plaza.
También deben respetar la forma escrita los arrendamientos y aparcerías rurales (art. 40,
ley 13.246) y la locación de cosas muebles con destino al consumo (art. 1, inc. a, ley 24.240)
LA PRUEBA
Puesto que la locación es un contrato consensual, puede probarse por cualquier medio, con
la limitación del art. 1193 según el cual los contratos que tengan por objeto una cantidad mayor a
los diez mil pesos de la vieja moneda no pueden probarse por testigos a menos que hubiere
principio de prueba por escrito o principio de ejecución, o imposibilidad de obtener la prueba
exigida por la ley.
Utilizando esta regla se ha considerado suficiente prueba de la existencia del contrato: la
demostración del pago periódico mediante recibos de pago de alquiler, pero no el pago de
impuestos o contribuciones o la mera ocupación de la cosa, porque en este supuesto se prueba la
tenencia, pero no el título por el cual la misma resulta legítima.
Pero el contrato de locaciones de inmuebles urbanos sólo puede probarse por instrumento
escrito a menos que exista principio de ejecución, en cuyo caso es válido toda clase de pruebas.
EL PLAZO
Caracteres del plazo.
El plazo en la locación es resolutorio, de modo que su cumplimiento extingue el vínculo.
Dicho plazo puede ser expreso o tácito126.
Plazo máximo. (10 AÑOS)
En la época de la sanción del CC, se permitían los arrendamientos de hasta noventa y
nueve años, lo que no pareció razonable a Vélez porque un plazo tan prolongado desvaloriza la
cosa e impide la circulación de los bienes, ya que una cosa arrendada por veinte o treinta años no
se vende. Estos argumentos pueden verse en la nota al art. 1505. López de Zavalía sostiene que
habría cuatro razones:
a) de economía social (pues un arrendamiento “hace siempre que la cosa no se mejore”);
b) de movilidad del tráfico negocial (pues “sería sumamente embarazoso para la enajenación de
las cosas”);
c) de conveniencia para el régimen hereditario (para “no embarazar la división de las herencias”);
d) es incompatible con los principio de libertad para las acciones (art. 953 CC).
Por esta razón el Código fijó un plazo máximo de diez años. Este límite es de orden
público, de modo que una locación celebrada por un plazo mayor, se entiende limitada a diez años.
Sin embargo, debe tenerse presente que en la contratación empresarial es muy necesario y lícito
tener contratos de locación por plazos mayores para amortizar la inversión; en este supuesto,
según Lorenzetti la cláusula que fija un plazo mayor no es ilícita, porque tiene una causa distinta:
no tiene por finalidad la inmovilización del bien, sino su uso productivo. En esta tendencia se
enrolan los proyectos de reformas127.
126
Un ejemplo de plazo tácito es cuando no habiendo plazo expreso se establece el objeto a cumplir: en tal caso “se
juzgará hecho por el tiempo necesario para llenar el objeto del contrato” (art. 1508).
127
Así, el proyecto del ‘98 fija un plazo máximo de 20 años para los inmuebles destinados a vivienda y de 50 años para
los destinados al comercio.
188
CONTRATOS
Plazo mínimo.
Vélez no estableció plazos mínimos; el derogado art. 1507 disponía que si el plazo no
estaba estipulado, se juzgaba hecho por el tiempo fijado al precio, y así, si el precio se pagaba por
mes, el contrato duraba un mes; si el precio se pagaba por semana, el contrato duraba una
semana, etc. Esta norma generó dificultades a fines del siglo XIX con el fenómeno inmigración
masiva, porque supuso la distorsión del mercado locativo, ya que había mas demanda que oferta;
esto llevó a que los locadores se aprovecharan no disponiendo plazos mínimos, de modo que las
familias deambulaban por varios inmuebles dentro de un mismo año. Esto desembocó en
numerosas huelgas de locatarios que reclamaban entre otros derechos, el del plazo mínimo.
En 1920, bajo el gobierno de Yrigoyen se dictó la ley 11.156 modificatoria del art. 1507,
reconociendo plazos mínimos legales, y dispuso que, “…cuando no hubiere contrato escrito que
estipule un plazo mayor de dos años, se entenderá que el locatario tiene opción para considerarlo
realizado por los términos que a continuación se establecen, a pesar de cualquier declaración o
convenio que lo limite…”. En el segundo párrafo establece que esos plazos mínimos son de dos
años para los destinados a comercio e industria, y de un año y medio para habitación. Pero como
se ve, el plazo mínimo era un derecho, una facultad del locatario, ya que el mismo estaba
establecido en beneficio exclusivo suyo. No obstante esta solución ya no se encuentra vigente.
La ley 23.091 sustituyó el régimen de los plazos mínimos del art. 1507. En el art. 2 dispone
que, para los contratos de locaciones urbanas con destino a vivienda, con o sin muebles, el plazo
mínimo será de dos años, mientras que será de tres años para los restantes destinos. Los
contratos que se celebren por términos menores serán considerados como formulados por los
plazos mínimos precedentemente fijados.
Resolución.
El art. 8 de la ley 23.091 ha previsto la facultad del locatario de resolver el contrato en las
siguientes hipótesis:
a) Preaviso: transcurrido los primeros seis meses, notificando la decisión con una antelación
mínima de sesenta días a la fecha en que reintegrará lo arrendado128;
b) De hacer uso de esta facultad en el primer año de vigencia del contrato, debe pagar al locador
en concepto de indemnización la suma equivalente a un mes y medio de alquiler
c) Si se hace uso de esta facultad, transcurrido u año, debe pagar una indemnización de un mes
de alquiler.
Pero la ley 23.091 solo contempló esta facultad para los locatarios de inmuebles urbanos
destinados a vivienda, excluyendo a los locatarios con destino a comercio, quienes se vieron
dificultados, ya que la única solución que les quedaba era rescindir el contrato, pero los locadores
muchas veces no querían, con lo cual no les quedaba otra opción más que cumplir. Por ello, la ley
24.808 modificatoria de la ley 23.091, incorporó el art. 29 bis que establece que la disposición
contenida en el art. 8 resulta aplicable a los restantes destinos locativos previstos por la ley 23.091.
128
La cuestión que se ha planteado es si a los cuatro meses se puede efectuar el preaviso para que a los seis meses quede
resuelto el contrato o si es obligatorio esperar que transcurran seis meses para recién poder efectuar el preaviso y
quedaría resulto recién a los ocho meses. Tanto la doctrina como la jurisprudencia se inclinan por la primera posibilidad.
189
CONTRATOS
1) las contrataciones para sedes de embajadas, consulados y organismos internacionales, así como
también las destinadas a personal diplomático y consular o pertenecientes a dichos organismos
internacionales;
2) las locaciones de viviendas con muebles que se arrienden con fines de turismo, en zonas aptas para ese
destino129. Cuando el plazo del alquiler supere los seis meses, se presumirá que el contrato no es con
fines de turismo;
3) las ocupaciones de espacios o lugares destinados a la guarda de animales, vehículos u otros objetos y
los garajes y los espacios que formen parte de un inmueble destinado a vivienda u otros fines que
hubieran sido locados, por separado, a los efectos de guarda de animales, vehículos u otros objetos;
4) las locaciones de puestos de mercados o ferias;
5) las locaciones en que los Estados nacional o provincial, los municipios o entes autárquicos sean parte
como inquilinos.
EFECTOS
1. El locador.
Obligación de entregar la cosa: estado de las cosas y accesorios.
Conforme al art. 1514, el locador debe entregar la cosa en buen estado de conservación
con todos los accesorios que de ella dependan al tiempo del contrato.
La regla legal es que la cosa debe ser entregada en un estado apropiado para el uso que
ha sido contratada, lo cual tiene su razón de ser en la finalidad del contrato.
129
La jurisprudencia ha interpretado que no son locaciones con finalidad de turismo: a) las que están en una ciudad de
turismo, como Mar del Plata, sin que la finalidad del uso sea temporaria. Se ha invocado la aplicabilidad del plazo
mínimo en departamentos de la ciudad mencionada, lo que fue rechazado, porque si se aplicara este criterio no regiría el
plazo mínimo en toda ciudad turística. b) La circunstancia de que el objeto del arrendamiento sea una casa con pileta o
esté en una zona residencial no constituye por ello una locación temporaria, a menos que se advierta la condición de
transitoriedad o coincida con la residencia permanente en otro lugar.
190
CONTRATOS
Hay excepciones a esta regla, es decir, circunstancias en las cuales el locador se libera
entregando la cosa en el estado en que se halle:
- Cuando las partes pacten expresamente que la cosa se entregue en el estado en que se
encuentre.
- Dicho pacto se presume cuando se arriendan edificios arruinados, y cuando el locatario entra
en posesión de la cosa sin hacer reserva alguna acerca del estado defectuoso en que se
encuentre la cosa.
La cosa debe ser entregada con sus accesorios.
2. El locatario.
130
Esta es una diferencia con la garantía en la compraventa, en la que el vendedor está obligado por los vicios existentes
al momento de la celebración conforme explica Vélez en la nota al art. 1525: “en la venta, siendo transferida la
propiedad, los peligros son del comprador, mientras que en el arrendamiento, el objeto esencial, es el goce y uso de la
cosa, y por consiguiente, el propietario debe hacer cesar todas las causas anteriores o posteriores que impiden este
goce”.
191
CONTRATOS
La fianza garantiza todas las obligaciones del contrato, salvo un pacto limitativo expreso
que la reduzca sólo a los alquileres (art. 1582).
El art. 1582 bis dispuso que “La obligación del fiador cesa automáticamente por el
vencimiento del término de la locación salvo la que derive de la no restitución a su debido tiempo
del inmueble locado. Se exige el consentimiento expreso del fiador para obligarse a la renovación
o prórroga expresa o tácita del contrato de locación, una vez concluido este. Será nula toda
disposición anticipada que extienda la fianza, se simple, solidaria como codeudor o principal
pagador, del contrato de locación original”.
193
CONTRATOS
4. El régimen de mejoras.
Definición.
Mejora es toda modificación que se incorpora a la cosa dándole mayor valor y que resulta
de la acción del hombre.
Clases.
- Urgentes (art. 1544): son las que atañen a la conservación y de la cosa y su realización no
puede ser demorada. Deben ser realizadas rápidamente porque de lo contrario la cosa puede
deteriorarse.
- Necesarias (art. 591): son aquellas que están destinadas a la conservación de la cosa en sí.
194
CONTRATOS
- Útiles (art. 591): son las que resultan de manifiesto provecho para cualquier poseedor de la
cosa, porque no son realizadas teniendo en cuenta el interés de una de las partes, sino de la
cosa misma.
- Voluntarias: son las de mero lujo o recreo, las de exclusiva utilidad para el que las hizo.
131
La doctrina entiende que la mejora altera la forma cuando incide sobre la naturaleza de la cosa cambiando su
finalidad.
195
CONTRATOS
La realización de mejoras por parte del locador puede afectar, alterar o disminuir el uso de
la cosa en forma sustancial. En este caso el locatario puede pretender:
1) La suspensión temporaria del pago del precio, hasta tanto se superen los inconvenientes;
2) Una baja del precio proporcional al tiempo que duren las reparaciones, o
3) Si el locador no aceptase la suspensión o la rebaja, resolver el contrato (1519), con más los
daños y perjuicios.
Cesión de la locación.
Se trata de la cesión de la posición contractual (conjunto de derechos y de obligaciones) del
locador o del locatario, lo cual es posible ya que no se trata de un vínculo que cause obligaciones
intuitu personae.
Sublocación.
Se trata de un nuevo contrato de locación celebrado por el locatario, resultándole aplicable
todas las reglas del subcontrato o contrato derivado132.
Para calificar el vínculo y entender sus efectos, debe tenerse en cuenta que “constituye una
nueva locación, y será regido por las leyes sobre el contrato de locación” (art. 1585), “y los efectos
del subarriendo serán juzgados sólo por lo que el locatario y sublocatario hubiesen convenido
entre ellos, y no por el contrato entre el locador y locatario” (art. 1600, ultima parte).
En cuanto al precio de la sublocación la ley establece que “será nula toda convención que
importe elevar en mas de un 20 % el precio del subarriendo o de los subarriendos en conjunto
132
En el subcontrato una de las partes celebra otro negocio distinto del mismo tipo contractual con un tercero, surgiendo
un vínculo nuevo y derivado con dependencia unilateral del originario.
196
CONTRATOS
sobre el alquiler originario” (art. 1583). Esta regla rige solamente en las locaciones urbanas con
destino a vivienda o comercial. El efecto de la violación de esta prohibición es la nulidad de la
cláusula, no del contrato, y una vez declarada, surge la obligación de restituir el precio cobrado en
exceso del límite y sin causa.
En cuanto a las acciones: el locador originario (1592) “tiene acción directa contra el
sublocatario por el cumplimiento de las obligaciones resultantes de la sublocación”, y el art. 1591
acuerda igual acción al sublocatario frente al locador, por “el cumplimiento de las obligaciones que
éste hubiese contraído con el locatario”.
EXTINCIÓN. CAUSAS.
Las causas de extinción de la locación son los siguientes:
.1 Cuando fuese contratada por tiempo determinado, acabado ese tiempo (art. 1604, inc. 1)
.2 Cuando fuese contratada por tiempo indeterminado, después del plazo mínimo legal de dos
años para las locaciones urbanas con destino a vivienda y de tres años con destino comercial e
industrial (art. 1604, inc. 2) cuando cualquiera de las partes lo exija.
.3 Por la pérdida de la cosa arrendada (art. 1604, inc. 3).
.4 Por imposibilidad del destino especial para el cual la cosa fue expresamente arrendada (art.
1604, inc. 4)
.5 Por los vicios redhibitorios de la cosa, que a existiesen al tiempo del contrato o sobreviniesen
después, salvo si tales vicios eran aparentes al tiempo del contrato, el locatario sabía de ellos,
o tenía razón de saber (art. 1604, inc. 5).
.6 Por casos fortuitos que hubieran imposibilitado principiar o continuar los efectos del contrato
(art. 1604, inc. 6).
197
CONTRATOS
.7 Por todos los casos de culpa del locador o locatario que autoricen a uno u otro a resolver el
contrato (art. 1604, inc. 7).
Falta de pago.
El incumplimiento del deudor autoriza al acreedor a pedir la resolución, por aplicación de la
regla del pacto comisorio implícito (art. 1204).
El primer requisito es entonces la mora del deudor, que es automática, y se produce por e
sólo vencimiento del plazo de pago del alquiler o de las expensas. El segundo elemento es la
exigencia de un plazo de gracia para el pago. El deudor ya está en mora, pero la ley exige darle un
plazo adicional para otorgarle una última oportunidad de pago que evite la resolución, que es de
quince días por aplicación de la regla general (art. 1204), y que en las locaciones urbanas nunca
puede será inferior a diez días corridos a partir de la recepción de la intimación (art. 5, ley 23.091).
INTRODUCCIÓN
Mediante el contrato-sistema de ahorro previo un sujeto, denominado suscriptor, paga una
cantidad de dinero en cuotas anticipadas, contra la entrega de un bien mueble o inmueble, un
servicio o una suma de dinero, la que tendrá lugar en el futuro, una vez que cumpla con las
condiciones de adjudicación pactadas, de sorteo o licitación.
Este contrato de ahorro produce sus ventajas si se encuentra enlazado a un grupo amplio
que permita reunir una masa de dinero relevante, conforme a las relaciones técnico-financieras
que determine la organizadora.
El sistema nació como una mutualidad basada en la solidaridad y financiación recíproca de
los integrantes, aunque luego evolucionó hasta convertirse en una forma de captación del ahorro
público y comercialización. En la configuración actual, si bien se mantiene el incentivo al ahorro,
opera como un crédito que el adherente hace a la empresa.133
Esta transformación provoca ciertas confusiones: lo que antes era un aporte de cada
asociado al fondo común, ahora es un pago que el suscriptor efectúa a la organizadora, la que se
obliga a entregar el bien pactado. Lo que antes era una comunidad de sujetos con personalidad y
133
Por ese préstamo que el cliente hace a la empresa, esta debería pagar intereses. Sin embargo, no sólo no lo hace, sino
que se utiliza la calificación de “aporte” para desviar la de “préstamo”.
198
CONTRATOS
134
Por ej.: un grupo de 30 empleados decide comprar televisores, aportando cada uno de ellos una suma de dinero
mensual equivalente al 1/30 del precio del televisor; una vez reunido el dinero, uno de ellos compra el bien y lo sortean.
Luego de treinta cuotas todos tienen su televisor. La dificultad de estos sistemas surge de la falta de profesionalidad para
administrarlos y de la dificultad de encontrar grupos homogéneos. Formar el primer grupo para comprar televisores será
fácil, pero en lo sucesivo de los treinta empleados habrá diez que quieran compra autos, diez que deseen heladeras y
otros diez que quieren comprar microondas, con lo cual no habrá grupo suficiente.
199
CONTRATOS
CONTRATOS DE AHORRO
1. Finalidad: ahorro público y distribución.
El sistema se basa en la captación del ahorro público, lo que justifica su regulación (dec.
1422/77), y la aplicación analógica de las reglas de los contratos de crédito y de las disposiciones
sobre entidades financieras.
Siguiendo esta línea se han descalificado por nulos los sistemas denominados “sesenta por
mil”, en los que se constituyen grupos de mil suscriptores que pagan sesenta cuotas y hay sesenta
bienes; el suscriptor puede obtener el bien mediante un sorteo mensual; si al cabo de sesenta
cuotas no lo obtiene, se le devuelve el dinero. Como son sesenta cuotas y sesenta sorteos, hay
sólo sesenta adjudicados, quedando novecientos cuarenta suscriptores sin el bien. A ello hay que
agregar que la devolución del dinero es con una tasa de interés inferior a la corriente del mercado,
especulando con el deterioro monetario. El sistema se convierte entonces en una gran
especulación financiera de la organizadora. Se ha dicho que no se fomenta el ahorro, sino el juego
(Kemelmajer de Carlucci).
2. Sujetos autorizados.
200
CONTRATOS
Conforme con las disposiciones vigentes (dec. 1422/77), sólo pueden ejercer esta actividad
las entidades constituidas con ese objeto bajo la forma de sociedades anónimas, los bancos
oficiales, los entes públicos con autorización administrativa de la Inspección de Justicia de la
Nación.
5. Caracteres.
Es celebrado por adhesión a condiciones generales, lo cual genera que deba interpretarse
“contra el estipulante”, y declararse vejatorias las que violen la buena fe y el ejercicio regular de los
derechos. Puede ser calificado como un contrato de consumo, de conformidad con la ley 24.240,
salvo cuando una empresa adquiere bienes por sistema de ahorro para integrarlos al sistema
productivo (art. 2, ley 24.240). En ambos casos puede plantearse la abusividad de sus cláusulas,
sin que la autorización dada por la autoridad de aplicación impida su descalificación.
201
CONTRATOS
También, es un contrato de larga duración, porque los efectos no pueden producirse sino
con el transcurso del tiempo. El plazo no podrá ser superior a 30 años (art. 12, dec. 1422/77).
Es bilateral, oneroso, formal (porque debe celebrarse por escrito) y de cambio.
202
CONTRATOS
que así lo disponen. Además firma un contrato de garantía prendaria sobre el bien, un contrato de
seguro de vida y un contrato de seguro del bien.
A) Calificación del dinero entregado como pago del precio por la entrega de un bien.
Atento a la calificación que dimos del contrato de ahorro previo como de cambio, el
suscriptor es un adquirente de un bien y da una suma de dinero en pago, a fin de recibir como
contraprestación el bien objeto del contrato. En esta situación, la administradora no tiene
obligación de rendición de cuentas ni de restitución del dinero (como si fuese mandatario), porque
no es ajeno, ya que con el pago pasó a su patrimonio. Su obligación es de entregar el bien, y si es
incumplida, puede producir la resolución del contrato, en cuyo caso no devolverá dinero ajeno, sino
que deberá indemnizar con el valor sustitutivo del bien.
Es decir que el dinero no se da a la administradora en virtud de un mandato para comprar,
del cual derive una obligación de rendición de cuentas y restitución de un bien ajeno. No es un
contrato de colaboración gestoria, sino de cambio, de modo que el dinero se da en pago de un
bien. La obligación del deudor es entregar el bien, no restituir el dinero. Frente al incumplimiento,
podrá pedirse la resolución y habrá una obligación dineraria representativa del valor del bien.
B) Elementos que integran “la cuota” y “cargos” por administración.
La cuota debe contener la “cuota pura”, la carga por administración necesaria para que la
sociedad pueda “desenvolver prudentemente sus actividades”, cubriendo los gastos de gestión
durante todo el tiempo de duración del contrato, gastos de cobranza y amortización de gastos de
producción, todo lo cual en conjunto no puede superar el 18% de la cuota comercial y,
excepcionalmente, el 20% si así lo autoriza la autoridad de contralor (art. 8, dec. 1422/77)
C) La facultad de cancelación anticipada de cuotas: modo de ejercerla.
Es habitual el pacto que consagra el derecho del suscriptor al pago anticipado de cuotas,
como una manera de optar por la entrega adelantada del bien. Sobre el modo de ejercer este
derecho la jurisprudencia ha señalado que no basta con cursar una nota y seguir pagando las
cutas a media que éstas se devenguen, porque ello configura una conducta autocontradictoria; el
ejercicio del derecho requiere el pago de la totalidad de las cuotas adeudadas en forma anticipada.
Efectuado el pago íntegro de lo adeudado, puede generarse la expectativa de entrega del bien. Sin
embargo, la jurisprudencia ha dicho que la referida entrega debe ajustarse a los procedimientos
previstos contractualmente, es decir, el sorteo o la licitación.
UNIDAD X
LOCACIÓN DE SERVICIOS135
CONCEPTO
Nuestro Código, dedica una breve preceptiva que consta sólo de 25 artículos, a legislar
bajo el título de la “locación de servicios” dos contratos perfectamente diferenciados: el de locación
de servicios propiamente dicho (locatio conductio operarum, arts. 1623 a 1628), y el de locación de
obra (locatio conductio peris o locatio operis faciendi, en los arts. 1629 a 1647 inclusive).
135
Rezzónico.
203
CONTRATOS
Después de haber anticipado en el art. 1493 la noción general de la locación en sus tres
especies136, Vélez se preocupó por completar y caracterizar mejor el concepto de este contrato. A
ese propósito responde el art. 1623 que dice: “La locación de servicios es un contrato consensual,
aunque el servicio hubiese de ser hecho en cosa que una de las partes debe entregar. Tiene lugar
cuando una de las partes se obligare a prestar un servicio, y la otra a pagarle por ese servicio un
precio cierto en dinero. Los efectos de este contrato serán juzgados por las disposiciones de este
Código sobre las obligaciones de hacer”.
PARTES
- Locador: el que presta el servicio;
- Locatario: el que paga el precio.
136
“Habrá locación cuando dos partes se obliguen recíprocamente, la una a conceder el uso o goce de una cosa, o a
ejecutar una obra, o prestar un servicio; y la otra a pagar por ese uso goce, obra o servicio un precio determinado en
dinero”.
204
CONTRATOS
En cambio, en la locación de servicios, si la cosa en que éstos se han aplicado perece por
caso fortuito, o si el trabajo no ha producido el resultado esperado (por ej., si el enfermo muere
a pesar de la operación que le hizo el médico, si el pleito se pierde no obstante los servicios del
abogado, etc.), los riesgos son soportados por el locatario de esos servicios, y quien los prestó
no pierde su derecho a la retribución o remuneración correspondiente.
b) En cuanto a la prescripción: la prescripción de la acción para reclamar el pago del precio en
la locación de obra, es la ordinaria de 10 entre presentes y 20 entre ausentes (art. 4023).
En cambio, la acción por el cobro del precio de la locación de servicios es generalmente de
prescripción más breve: 5, 2, ó 1 año, según los casos de los arts. 4032 y 4035, incs. 3 y 5.
c) En cuanto al precio a pagarse en caso de resolución: en caso de resolverse el contrato por
voluntad del locatario, si es locación de obra el locador o empresario debe percibir “toda la
utilidad” que hubiera percibido si el contrato se hubiera cumplido y la obra se hubiera ejecutado
totalmente.
Si el contrato es de locación de servicios, sólo se consideran y pagan los servicios
“efectivamente prestados”.
d) En cuanto a la responsabilidad: en la locación de servicios el locatario responde por los
daños causados a terceros por el locador del servicio (art. 1113).
En la locación de obra es el empresario quien asume esa responsabilidad.
En conclusión, dice Rezzónico, cabe expresar que los diversos criterios establecidos por la
doctrina para distinguir la locación de servicios de la de obra, no son excluyentes: todos ellos
proporcionan elementos que pueden aprovecharse para caracterizar el contrato como locación de
obra o de servicios, según las modalidades del caso que se examine.
3) Criterio de la representación:
Considera que el criterio típico de diferencia entre el contrato de mandato y el de locación
de servicios reside en la representación, que va casi siempre junto al mandato y en cambio falta en
la locación de servicios.
Crítica.
Se ha replicado que hay casos de mandato sin representación y casos de representación
sin que exista contrato de mandato, y que en los casos de mandato no representativo, cabría la
diferenciación.
4) Criterio ecléctico:
La mayoría de los autores enseña que la locación de servicios se distingue del mandato en
dos puntos principales:
- Función representativa: El locador de servicios a diferencia del mandatario, no representa al
locatario, o por lo menos esa representación nunca es más que accesoria. Es decir, que el
mandato se caracteriza por la función representativa: el mandatario es representante del
mandante, hace sus veces y le obliga cuando procede dentro de los límites del mandato, como
si interviniera el mandante; mientras que en la locación de servicios se presta un servicio
independientemente de toda función representativa.
- Actos jurídicos y actos materiales: Por otra parte, el mandato se otorga para realizar un acto
jurídico o una serie de actos de esa naturaleza en nombre del mandante. En cambio, la
locación de servicios sólo tiene por objeto actos materiales, consistentes en la realización de un
trabajo del locador, y en cuya realización es posible que el locador tenga la representación del
locatario, sin que ello desvirtúe la naturaleza de ese contrato como locación de servicios.
CAPACIDAD
207
CONTRATOS
FORMA
El contrato de locación de servicios es un contrato no formal, puesto que la ley no exige
formalidad alguna para celebrarlo.
PRUEBA
Rige el principio de amplitud probatoria (1190 y ss), con la limitación impuesta por el art.
1193, que está referida a la existencia del contrato pero no a la efectiva prestación del servicio, ya
que esta última es un hecho jurídico que puede ser demostrado por cualquier medio de prueba
(testigos, confesión, presunción).
La carga de la prueba incumbe a la parte que invoca el contrato, según las reglas que rigen
el onus probandi.
208
CONTRATOS
cumplimiento del servicio a que se obligó, salvo que resulte lo contrario de los
términos del contrato o de una estipulación o consentimiento posterior del acreedor.
140
Es decir que si el servicio que debía prestar el locador puede ser igualmente cumplido por un tercero, si no exige una
capacidad especial y puede ser ejecutado por cualquiera, el acreedor a la prestación de ese servicio puede optar entre
obtenerlo de un tercero, o hacerse indemnizar por aquél los perjuicios que le ocasionó el incumplimiento.
Pero si opta por la ejecución del servicio necesita la autorización judicial y sólo podría prescindir de esa previa
autorización en casos de urgencia. En tales casos el acreedor o locatario del servicio prometido evidentemente no estaría
obligado a esperar la venia judicial, para procurar su prestación por un tercero a costa del locador obligado.
209
CONTRATOS
141
Y es claro que, como observa Lafaille, cuando media gratuidad nos encontramos fuera de la órbita de la “locación de
servicios”, ante un contrato atípico.
210
CONTRATOS
cuando no existía convenio sobre el precio de los servicios, o cuando las partes no se ponían de
acuerdo sobre él, su determinación debía hacerse “por árbitros”. Esta interpretación tenía el
inconveniente de las dilaciones y gastos, pues obligaba a probar previamente en un juicio ordinario
la existencia y extensión o importancia de los servicios prestados, y después, en juicio arbitral, los
árbitros señalaban el precio debido por el locatario del servicio.
Por ello, la jurisprudencia posterior resolvió que sin necesidad de formarse tribunal arbitral,
los jueces podían determinar el precio o retribución de los servicios.
c) Otras causales.
La locación de servicios contratada sin convenirse su duración puede también tener fin por
las diversas causas mencionadas al referirnos a la locación de servicios por tiempo determinado.
142
El caso fortuito puede recaer: a) sobre el locador del servicio, por ej., si cae enfermo por largo tiempo; b) sobre la
persona del locatario del servicio, por ej., si éste contrató el servicio de una persona como acompañante de un viaje y
luego enferma; c) sobre la cosa a que deben aplicarse los servicios contratados, por ej., si se contratan los servicios de un
jardinero para arreglar un parque y el inmueble es expropiado por el Estado.
211
CONTRATOS
CONTRATO DE OBRA
Introducción.
El contrato de locación de obra, en el derecho moderno denominado “contrato de obra”,
esta legislado en nuestro C.C bajo la denominación general de “locación de servicios” (arts. 1623 y
ss.), es decir que en el C.C no existe como Título la “locación de obra”143.
CONCEPTO
De la lectura del art. 1493, que define a las tres locaciones, podemos decir que “Habrá
locación de obra cuando dos partes se obliguen recíprocamente, la una a ejecutar una obra y la
otra a pagar por esa obra un precio determinado en dinero”.
Agrega el art. 1493 en su 2º párrafo: “El que paga el precio se llama locatario o
arrendatario. El precio se llama también arrendamiento o alquiler”.
Así, para nuestra ley, quien se obliga a ejecutar la obra se denomina “locador de obra” (o
empresario de obra) y quien la recibe y paga se llama “locatario de la obra” (o dueño de la obra).
CARACTERES
1) Es Bilateral, ya que genera obligaciones para ambas partes.
2) Es Consensual, puesto que queda perfeccionado por el mero consentimiento.
3) Es oneroso, pues las ventajas que cada una de las partes obtiene del contrato tienen su
contrapartida en las que a su vez obtiene la otra parte, y resultan de una prestación que cada
uno de los contratantes ha hecho o se obliga a hacerle al otro.
4) Es conmutativo, pues no existe “álea” de ninguna naturaleza y porque desde el inicio se sabe
con certeza cual va a ser la entidad del sacrificio y la ventaja.
5) Es no formal, puesto que no exige forma alguna para su celebración.
6) ¿De ejecución instantánea o de tracto sucesivo? Esta es una cuestión respecto de la cual la
doctrina se encuentra dividida:
- Para López de Zavalía es de ejecución instantánea puesto que la obra se define en un
único momento que es el de la terminación total de la obra y porque los avances parciales no
hacen al objeto del contrato.
- Para Borda, en cambio, es de ejecución continuada o de tracto sucesivo, porque los
efectos del contrato se prolongan en el tiempo; las prestaciones son fluyentes.
- Para Rezzónico, por su parte, no se puede hacer una generalización absoluta: a veces
será de ejecución instantánea y otras veces de ejecución continuada o de tracto sucesivo.
143
Según Lopéz de Zavalía, siguiendo el Esbozo de Freitas, Vélez debería haber puesto ambos contratos bajo el titulo
“locación de actividad” puesto que de esta manera quedaría comprendida tanto la locación de servicios como la
locación de obra, ya que tanto una como la otra son actividades.
212
CONTRATOS
144
Consistente en el poder del locatario de dirigir y controlar el cumplimiento de la tarea.
145
Implica que el locador depende para su subsistencia del locatario.
146
Implica que el locador va a recibir instrucciones de otro sujeto.
213
CONTRATOS
Además vale decir que esta posición confunde la locación de servicios con el contrato de
trabajo.
En conclusión, dice Rezzónico, cabe expresar que los diversos criterios establecidos por la
doctrina para distinguir la locación de servicios de la de obra, no son excluyentes: todos ellos
proporcionan elementos que pueden aprovecharse para caracterizar el contrato como locación de
obra o de servicios, según las modalidades del caso que se examine.
b) Con el mandato.
El régimen legal de ambas figuras jurídicas difiere y da lugar a consecuencias distintas:
a) El mandatario obliga directamente al mandante por los actos que realiza a nombre de éste. En
cambio, el dueño de la obra es ajeno a las obligaciones que el locador o empresario asuma.
214
CONTRATOS
b) El mandante puede revocar el mandato ad nutum (a su capricho o antojo) como expresa el art.
1970, sin incurrir en responsabilidad. En cambio, en la locación de obra, si el locatario o dueño
desiste de la obra debe indemnizar al empresario “todos sus gasas, trabajo y utilidad que
pudiera obtener por el contrato” (art. 1638).
215
CONTRATOS
Así, por ejemplo, si una persona encarga a un sastre que confeccione a su medida un traje
con una tela que elige entre las de su muestrario ¿realizan un contrato de locación de obra o de
compraventa de cosa futura?
La importancia del distingo reside en que el régimen aplicable tiene efectos muy diferentes,
por ejemplo, el vendedor debe garantizar la evicción y vicios redhibitorios al comprador, mientras
que el empresario solo responde en el caso de ruina total o parcial por vicio de la construcción,
vicio del suelo, o mala calidad de los materiales (art. 1646).
FORMA
El contrato de locación de obra es un contrato no formal, puesto que la ley no exige
formalidad alguna para celebrarlo.
PRUEBA
Rige el principio de amplitud probatoria (1190 y ss), con la limitación impuesta por el art.
1193, que está referida a la existencia del contrato, pero no a la efectiva realización de la obra o al
suministro de materiales; en estos caos, todos los medios de prueba serían admisibles, cualquiera
sea el valor de ellos, por tratarse de la prueba de simples hechos. La carga de la prueba incumbe
a la parte que invoca el contrato, según las reglas que rigen el onus probandi.
Es necesario distinguir:
1) Aceptación: es la manifestación de conformidad del dueño respecto de la obra. Manifiesta estar
de acuerdo con la misma.
2) Recepción: es la toma voluntaria de la obra por parte del dueño de la misma, de manos del
empresario. La misma trae aparejada una serie de consecuencias:
- Plazo: si hubo demora en la terminación de la obra, implica concesión tácita de plazo.
- Trabajos adicionales: si se realizaron trabajos adicionales, se presumen que fueron
hechos.
- Vicios aparentes: el dueño no podrá reclamarlos luego, salvo el caso de ruina.
- Vicios aparentes no advertibles al momento de la entrega 148 y vicios redhibitorios:
quedan subsitentes, y el dueño tiene 60 días para denunciarlos desde que fueren
descubiertos, luego de trascurrido dicho plazo, caduca el derecho a reclamar.
Recepción con reservas: el dueño puede recibir la obra haciendo reservas, pero las mismas deben
ser especificadas, determinadas, y cuanto más concisas mejor, puesto que las reservas generales
resultan inoperativas, como si no estuviera escrita.
Recepción provisoria: el dueño tiene derecho a recibir la obra en forma provisoria, reteniendo una
parte del preció como depósito en garantía para vicios aparentes no advertibles y vicios
redhibitorios.
4) Obligación eventual de pagar a los obreros y proveedores de materiales: la acción del
art. 1645.
En la ejecución de una obra será raro que el locador pueda ejecutar el trabajo por sí sólo:
en la inmensa mayoría de los casos, tratándose de construcciones, el empresario ocupa los
servicios de otras personas que trabajan bajos sus órdenes como obreros y operarios. La cuestión
que se plantea es si estas personas tienen alguna acción contra el dueño de la obra por el cobro
de los servicios o trabajos que se le adeuden.
Y el mismo problema se presenta respecto de las personas que han suministrado al
empresario los materiales empleados en la ejecución de la obra.
Nuestro Código Civil resuelve este punto en el art. 1645, en los siguientes términos: “Los
que ponen su trabajo o materiales en una obra ajustada en un precio determinado, no tienen
acción contra el dueño de ella, sino hasta la cantidad que este adeuda al empresario”.
Se ha discutido doctrinariamente la naturaleza jurídica de la acción de los obreros y
proveedores de los materiales contra el dueño de la obra, consagrada en el art. 1645.
148
Por ejemplo, si la obra es entregada en verano y luego se descubre en invierno al poner en funcionamiento la
calefacción que la misma está mal instalada o es de mala calidad.
218
CONTRATOS
Algunos opinan que se trata de una acción indirecta, oblicua o subrogatoria, de las
comprendidas en el amplio precepto del art. 1196, que le acuerda al acreedor acción para ejercer
los derechos de su deudor.
Salvat y otros juristas, en cambio, sostienen que se trata una acción directa puesto que al
accionar contra el dueño de la obra, ponen en ejercicio un derecho propio y personal y no actúan
por subrogación en los derechos de su deudor, el empresario.
Esta acción se acuerda, como resulta del propio texto del art. 1645 a dos clases de
personas:
a) a las que ponen su trabajo, es decir, a los obreros y operarios;
b) a los que suministran los materiales para la construcción.
Tratándose de una regla de excepción, esta enumeración debe ser interpretada
limitativamente y no ser extendida a otros casos semejantes.
La acción se acuerda contra el dueño de la obra “...hasta la cantidad que este adeuda al
empresario”.
Por último la ley exige que se trate de una obra ajustada a “un precio determinado”.
Probablemente el legislador ha querido que existiese una base firme para establecer el alcance de
la obligación del locatario.
219
CONTRATOS
Señala Salvat que en caso de disidencia para la designación de los peritos, los mismos
deben ser designados judicialmente, en la forma de un juicio ordinario.
220
CONTRATOS
Es decir que si la obra se destruye por caso fortuito, el empresario pierde su trabajo y el
dueño pierde los materiales entregado para la ejecución de la obra. Esto es una aplicación de la
regla general de que las cosas perecen para su dueño (res perit domino).
La excepción a la regla la trae el mismo art. 1630 y es en el caso en que el deudor sea
moroso en recibir la obra, ya que la mora, por principio, pone a su cargo la responsabilidad por
caso fortuito o fuerza mayor, según el art. 513 C.C.
Obviamente en caso que el dueño sea moroso en recibir la cosa, el empresario tendrá
derecho reclamar el precio y una indemnización por los materiales.
“Tratándose de edificios u obras en inmuebles destinados a larga duración, recibidos por el que los
encargó, el constructor es responsable por la ruina total o parcial, si esta procede de vicios de
construcción o de vicios del suelo o de mala calidad de los materiales, haya o no el constructor
proveído estos o hecho la obra en terreno del locatario.
Para que sea aplicable la responsabilidad, deberá producirse la ruina dentro de los diez
años de recibida la obra y el plazo de prescripción será de un año a contar del tiempo en que se
produjo aquélla.
La responsabilidad que este artículo impone se extenderá indistintamente al director de la
obra y al proyectista según las circunstancias, sin perjuicio de las acciones de regreso que
pudieren competer.
No será admisible la dispensa contractual de responsabilidad por ruina total o parcial”.
222
CONTRATOS
SUBCONTRATACIÓN
El empresario de una obra no siempre la ejecuta personalmente sino por intermedio de los
obreros y operarios que tiene directamente bajo su dirección. En las grandes obras, puede
suceder, que el empresario subcontrate por su cuenta con otras personas, los distintos aspectos
de la obra (instalaciones sanitarias, las de calefacción, electricidad, etc.). En este caso, el
empresario principal pasa a ser locatario con relación a los subcontratistas vinculados a él.
b) Subjetiva: vinculada o referida a la persona misma del empresario, como por ej., si
el mismo es condenado prisión.
En cuanto a los efectos hay que distinguir diversas situaciones:
a) Si la imposibilidad ocurre sin culpa del empresario: el dueño deberá pagar al
empresario por lo que ha hecho, como dice el mismo art. 1642 en su 2ª parte, es
decir, en proporción a lo hecho y al precio convenido.
b) Si la imposibilidad proviene de la culpa del dueño: en tal caso, enseña la doctrina
que el dueño de la obra es responsable por todos los daños y perjuicios que el
empresario sufra, e inclusive de todas las utilidades que debía obtener de la obra.
c) Si la imposibilidad proviene de la culpa del empresario: el empresario deberá
satisfacer al dueño de la obra los daños y perjuicios ocasionados.
5) Desaparición del empresario (art. 1643).
Otra de las causales de conclusión del contrato es la que establece el art. 1643: “Puede el
contrato ser resuelto por el locatario, si desaparece el empresario”.
La desaparición del empresario no es su mera ausencia más o menos prolongada, o su
cambio de domicilio, si ha dejado a una persona a cargo de la dirección y vigilancia de la obra. La
ley se refiere aquí a la ausencia total de la obra por parte del empresario, o demora que lentifique
de tal forma la obra que autorice al dueño a tener por abandonada la obra.
6) Quiebra del empresario (art. 1643):
Este supuesto esta contemplado en la 2ª parte del art. 1643 al establecer que el contrato
puede ser resuelto por el locatario por falencia del empresario.
CONTRATO DE EDICIÓN
CONCEPTO
El art. 37 de la ley 11.723 define al contrato de edición diciendo: “Habrá contrato de edición
cuando el titular del derecho de propiedad sobre una obra intelectual, se obliga a entregarla a un
editor y este a reproducirla, difundirla y venderla”.
La ley incluye dentro de este contrato tres procesos distintos:
- Reproducción: se refiere a la denominada “impresión”, proceso mediante el cual la obra
intelectual del autor es inserta en un soporte material de papel o informático
- Difusión y venta: se refieren a la finalidad distributiva de la obra editada.
Siendo actos diferentes, nada impide que puedan ser contratados separadamente, la
reproducción con un sujeto y la distribución y venta con otro.
NATURALEZA JURÍDICA
225
CONTRATOS
CARACTERES
1) Es Bilateral, ya que genera obligaciones recíprocas para ambas partes.
2) Es Consensual, puesto que produce sus efectos con el mero consentimiento.
3) Se presume Oneroso (art. 40 ley 11.723), por lo que las ventajas que cada parte obtiene del
contrato tienen su contrapartida en las que a su vez obtiene la otra parte. Admite también que
sea Gratuito si el autor no cobra ningún precio y el editor actúa por interés no económico, sino
de apoyo a las artes.
FORMA
La ley 11.723 en el art. 40 dispone que en el contrato deberá constar el número de
ediciones y el de ejemplares de cada una de ellas, la retribución pecuniaria del autor o de sus
derechohabientes; considerándoselo oneroso, salvo prueba en contrario. Si las anteriores
condiciones no constaran, se estará a los usos y costumbres del lugar.
La doctrina ha interpretado que el incumplimiento de esta disposición no produce efecto
alguno, de modo que si no se celebrara por escrito sería válido, lo que le originaría un carácter no
formal; si no se especificara el número de ediciones, debería entenderse que se refiere a una sola;
si no se establece el número de ejemplares, debe interpretarse que el editor esta autorizado “a
tirar” los que crea convenientes, y en todo lo demás aplicándose los usos y costumbres149
PRUEBA
En cuanto a la prueba, rigen los principios generales de los arts. 1190 y ss.
EFECTOS
A) OBLIGACIONES DEL AUTOR
1) Obligación de hacer la obra y de entregarla.
El autor se obliga a hacer la obra y a entregarla en el plazo convenido (art. 37). A falta de plazo,
el tribunal lo fijará equitativamente en juicio sumario y bajo apercibimiento de la indemnización
correspondiente (art. 42).
149
Borda.
226
CONTRATOS
El precio puede ser una cantidad determinada o determinable a través de porcentaje sobre
el precio de cada libro vendido o sobre las utilidades líquidas.
227
CONTRATOS
Para cuantificarlo debe tenerse en cuenta el prestigio del autor, los premios obtenidos y el
mérito de sus libros anteriores150.
- Si la obra pereciera en poder del autor o sus derechohabientes, estos deberán la suma que
percibida a cuenta de regalía o participación y la indemnización de los daños y perjuicios
causados al editor, por ej., si este había realizado gastos anticipados de propaganda y difusión
(art. 41, 2ª parte)
2) Vencimiento del plazo resolutorio: las partes pueden pactar un plazo resolutorio cuyo
vencimiento extingue el contrato.
Si la edición en ese momento esta totalmente vendida, las relaciones entre las partes
concluye sin dificultad alguna. Pero si al vencimiento del plazo hay todavía ejemplares no vendidos
la ley le confiere al titular el derecho de comprarlos a precio de costo mas un 10% de bonificación
(art. 43, 1ª parte). El titular adquiere en tal caso el derecho de disponer de esos ejemplares de la
forma que mejor crea conveniente.
Si el titular no hace uso de ese derecho el editor podrá continuar la venta de dichos
ejemplares en las condiciones del contrato fenecido (art. 43, 2ª parte).
3) Agotamiento de la edición: la ley establece que el contrato terminará cualquiera sea el plazo
estipulado si las ediciones convenidas se agotaran (art. 44).
4) Muerte o incapacidad de las partes : si la muerte del autor se produce antes de estar
terminados los originales, es indudable que esta es una causa de extinción del contrato, a menos
que sus herederos estuvieren en condiciones de continuarla, pero si se produce después de
concluida, sus herederos deben cumplir con la obligación respetar el contrato.
5) Quiebra del editor: la quiebra del editor permite al autor pedir la resolución del contrato, pero
el síndico, con autorización judicial, puede oponerse a la resolución y requerir el cumplimiento,
asumiendo las obligaciones propias del editor. La quiebra produce la caducidad de los plazos y por
ello debe reputarse vencido el que el editor tenía para vender la edición pudiendo el autor pedir la
entrega de los ejemplares restantes (art. 43). En cuanto a los ejemplares vendidos, el autor podrá
pedir rendición de cuentas y verificará su crédito por la suma que resulte adeudársele.
CONTRATO DE REPRESENTACIÓN
CONCEPTO
El art. 45 de la ley 11.723 dice que “Hay contrato de representación cuando el autor o sus
derechohabientes entregan a un tercero o empresario y este acepta, una obra teatral para su
representación pública”
El art. 50 agrega que “...a los efectos de esta ley se consideran como representación o
ejecución pública, la transmisión radiotelefónicas, exhibición cinematográfica, televisión o cualquier
otro procedimiento de reproducción mecánica de toda obra literaria o artística”.
NATURALEZA JURÍDICA
La similitud de este contrato con el contrato de edición es evidente. Ambos son medios de
hacer transcender públicamente una obra literaria, artística o científica, utilizando la reproducción
impresa en el caso de la edición, y utilizando la reproducción visual o auditiva directa en el caso de
la representación.
Por ello no es extraño que se haya producido aquí la misma controversia con relación a la
naturaleza jurídica.
150
Borda.
228
CONTRATOS
Lo cierto es que al igual que el contrato de edición, el contrato de representación, tal como
lo prevé la ley, es un contrato con naturaleza propia, con una tipicidad peculiar, una regulación
legal especial e inclusive un nombre que lo diferencia de los demás contratos.
EFECTOS
A) OBLIGACIONES DEL AUTOR
1) Entregar la obra.
2) Garantizar el disfrute de la misma por parte del empresario, específicamente en lo atinente a la
autoría y disponibilidad.
3) Abstenerse de hacer representar la obra por otro en competencia, o reproducirla por si mismo.
MANDATO
REPRESENTACIÓN, MANDATO Y PODER151
151
Farina.
229
CONTRATOS
No obstante debemos reconocer que no surge del texto legal con claridad y precisión la
necesaria distinción entre mandato y representación. Se puede explicar esto por cuanto esta
distinción fue lograda con posterioridad a la sanción de nuestro Código Civil, a comienzos del siglo
XX, por obra principalmente, de los juristas alemanes, entre ellos Laband.
A) LA REPRESENTACIÓN
Según Farina, “hay representación cuando una persona denominada representante, está
facultada para emitir manifestación de voluntad jurídica por cuenta y en nombre de otra persona
llamada representada, repercutiendo los actos que ejecute el representante, directamente en la
esfera de intereses jurídicos del representado, como si este último hubiese obrado
personalmente”.
Elementos.
La representación presenta pues los siguientes elementos:
a) Consiste en una facultad otorgada al representante; esta facultad puede ser conferida por
la ley (caso del padre respecto a su hijo menor), o bien por el propio representado (casos de
representación voluntaria).
b) El representante debe actuar en nombre de su representado (contemplatio domini), pues
de otro modo los terceros quedarían vinculados directamente con el representante y no con el
representado.
c) La representación tiene por objeto actos jurídicos.
d) El representante debe actuar dentro de los límites que tiene conferidos, sea por la ley o
por el poderdante, según se trate de representación legal o voluntaria.
Clases de representación.
a) Representación legal: es la que emana de la autoridad de la ley (el padre respecto al hijo
menor).
b) Representación Voluntaria: constituye un acto por el cual una persona capaz voluntariamente
otorga a otra la facultad de representarla (el mandante que otorga poder a su mandatario).
Desde otro punto de vista la representación se clasifica en:
a) Representación necesaria: cuando la ley la impone para suplir la incapacidad de hecho de una
personas (el caso de los incapaces y el de los representantes de las personas jurídicas.
b) Representación Voluntaria.
B) EL MANDATO
Farina define al mandato diciendo que “es el contrato mediante el cual una parte
denominada mandante, encarga a otra denominada mandatario, y ésta se obliga, la realización de
uno o mas actos jurídicos por cuenta del primero”.
Notas caracterizantes.
a) El mandato es un contrato, es decir, resulta del acuerdo entre mandante y mandatario.
b) El mandato constituye un contrato auxiliar pues su objeto es encomendar al mandatario la
realización de otro contrato o de un acto jurídico cualquiera. Nadie celebra un mandato por el
mandato mismo, sin para llevar a cabo otro negocio jurídico.
230
CONTRATOS
C) EL PODER O PROCURA
Cuando hay representación voluntaria, necesariamente debe existir un poder.
La palabra “poder” tiene en derecho varios significados; y dentro de nuestro CC es utilizada
otorgándosele diversas acepciones.
Nuestro CC utiliza la palabra “PODER” en el titulo del mandato, otorgándole los siguientes
significados:
1) En sentido general: la denominación “poder” se utiliza como sinónimo de “facultad” o
“potestad” conferida al mandatario.
2) En sentido técnico: se ve al poder como un negocio o como “instrumento” en el que consta el
otorgamiento de la representación (acto jurídico unilateral de apoderamiento que emana de la
voluntad del otorgante -representado o poderdante-; negocio de apoderamiento).
- Función Interna: el poder sirve de base para la procura, puesto que sirve para determinar
cual es el negocio de base, el negocio bilateral que subyace detrás del poder. Esta función
interna solo puede ser invocada interpartes.
MANDATO Y REPRESENTACIÓN
El mandato no debe confundirse con la representación, ya que puede haber mandato sin
representación (o mandato oculto o prestanombre –art. 1929-) y mandato con representación (o
mandato representativo –art. 1869-).
No siempre que se presenta la figura de la representación tiene que haber necesariamente
un contrato de mandato, y a la inversa, no es necesario que el mandato sea representativo, si bien
esto es lo usual.
231
CONTRATOS
CARACTERES
1) Es Consensual, ya que se perfecciona con el mero acuerdo de voluntades.
2) Puede ser Gratuito u Oneroso. El art. 1871 dice: “Presúmese que es gratuito cuando no se
hubiera convenido que el mandatario perciba remuneración. Presúmese que es oneroso
cuando consiste en atribuciones o funciones conferidas por ley al mandatario 152 y cuando
consiste en trabajos propios de la profesión lucrativa del mandatario o de su forma de vivir”.
Entonces, y aunque en la mayoría de los casos es oneroso, el mandato civil por regla se
presume gratuito153. El mandato comercial, en cambio, se presume oneroso (art. 221C. Com.).
3) Será Bilateral o Unilateral según sea oneroso o gratuito.
4) Es No Formal. La forma es requerida para el otorgamiento del poder.
5) Es un contrato de Colaboración que se refiere a actos jurídicos, mientras que otros, como la
locación de servicios o la de obra, se refieren a actos materiales.
6) Es un contrato de Confianza hacia el mandatario.
ESPECIES DE MANDATO
Como vimos anteriormente, el mandato puede darse en dos especies:
1) Mandato Representativo: (art. 1869), es aquel en el cual media representación, es decir que el
mandatario actúa a nombre y por cuenta ajena.
2) Mandato No Representativo u oculto: (art. 1929) es aquel en el cual no media representación,
con lo cual el mandatario actúa a nombre propio pero por cuenta ajena.
FORMA
El mandato no requiere formalidades, pudiendo ser celebrado verbalmente o por escrito y
en este último caso, por instrumento público como privado.
Para lo que se exige forma es para el otorgamiento del poder; el art. 1184, inc. 7 dice que
“Deben ser hechos en escritura pública [...] 7) Los poderes generales o especiales que deban
presentarse en juicio, y los poderes para administrar bienes, y cualquiera otros que tengan por
objeto un acto redactado o que deba redactarse en escritura pública”.
152
Por ej., el caso del curador respecto de su representado.
153
Esto se debe a que el contrato de mandato, en sus orígenes, era un contrato basado en la confianza, un oficio de
amistad.
232
CONTRATOS
Mandato expreso.
El mandato expreso, dice el art. 1873 2ª parte, “puede darse por instrumento público o
privado, por carta y también verbalmente”. Esta es una consecuencia lógica del carácter no formal
del mandato: en principio no esta sujeto a formalidad alguna y por ende las artes tienen la libertad
de otorgarlo en el instrumento que mejor les parezca e incluso verbalmente.
Mandato tácito.
La existencia o inexistencia de un mandato tácito constituye una cuestión de interpretación
que deberá ser apreciada según las circunstancias y antecedentes de cada caso. Nuestro CC ha
consagrado al respecto la siguiente regla:
El art. 1874 establece que “El mandato tácito resulta no solo de los hechos positivos del
mandante, sino también de su inacción o silencio o no impidiendo, pudiendo hacerlo, cuando sabe
que alguien está haciendo algo en su nombre”. Tenemos entonces tres casos de mandato tácito:
1) Existencia de hechos positivos del mandante: como por ejemplo si una persona entrega a otra
el importe de una mercadería que desea adquirir, ello importa el mandato de comprarla.
2) Inacción o silencio del mandante: es preciso que el mandante tenga conocimiento de que
alguien está obrando a su nombre e interés.
3) No impedir que otro actúe a nombre del mandante: es preciso que el mandante haya podido
oponerse y que no lo haya hecho; su inacción determina en este caso la existencia del
mandato.
233
CONTRATOS
PRUEBA
El contrato de mandato, en las relaciones interpartes, se aplican los principios generales en
materia de prueba de los contratos (arts. 1190 y ss.)
Por el contrario, en las relaciones con los terceros, al no haber podido éstos proporcionares
prueba escrita por no haber sido parte en el contrato de mandato, están habilitados para valerse
de toda clase de medios probatorios sin limitación alguna.
CAPACIDAD
Capacidad del mandante.
Para determinar la capacidad requerida para ser mandante, la ley hace una distinción
teniendo en cuenta el objeto del mismo:
a) Si el mandato tiene por objeto la realización de actos de administración, el mandante debe
tener capacidad para administrar sus bienes (art. 1894).
b) Si el mandato, en cambio, tiene por objeto la realización de actos de disposición, el mandante
deberá tener capacidad para disponer de sus bienes (art. 1895).
6) A las procuraciones judiciales en todo lo que no se opongan a las disposiciones del Código de
Procedimientos.
7) A las representaciones por albaceas testamentarias o dativos.
b) Mandato especial.
El art. 1879 in fine dice que el mandato especial comprende “uno o ciertos negocios156
determinados”.
Es decir que el mandato es especial cuando comprende uno o más bienes determinados en
cuanto a su individualidad.
157
Así por ejemplo, se requieren mandato con poderes expreso para realizar un acto de disposición como lo es vender
una casa.
236
CONTRATOS
b) Reembolsar gastos: suponiendo que el mandatario no haya hecho uso del derecho de pedir
las cantidades requeridas para los gastos el art. 1949 establece que “Si el mandatario las
hubiese anticipado, debe reembolsarlas el mandante, aun cuando el negocio no le haya
resultado favorable y aunque los gastos le parezcan excesivos, con tal que no pueda
imputarse falta alguna al mandatario; pero puede impugnarlos si realmente fueren excesivos”.
De la norma se deduce que en principio los gastos se deben en su totalidad, aunque al
mandante le parezcan excesivos, salvo dos limitaciones que prevé expresamente el artículo:
1) Que el mandante pueda imputarle alguna falta al mandatario, como por ejemplo si hizo
gastos inútiles o inoportunos;
2) Que los gastos fueran realmente excesivos, es decir, cuando los gastos se aparten de
lo normal y corriente teniendo en cuenta todas las circunstancias del caso
c) Liberar al mandatario en caso de mandato oculto : el art. 1951 establece que “El mandante
debe liberar al mandatario de las obligaciones que hubiese contraído en su nombre, respecto
de terceros, para ejecutar el mandato, o proveerle de las cosas o de los fondos para
exonerarse”.
Esta disposición no podría aplicarse en caso de mandato representativo puesto que el
mandatario no queda obligado frente a los terceros con quien contrate en virtud del mandato,
resultando ser el mandante el único obligado.
Pero en el caso del mandato oculto en el cual el mandatario contrata en su propio nombre,
resulta de clara aplicación el precepto en estudio.
d) Retribución del servicio: cuando el mandato es oneroso, es obligación del mandante retribuir
el servicio (art. 1952).
Pluralidad de mandantes.
Para el caso de pluralidad de mandantes, el art. 1945 expresa que “Si dos o más personas
han nombrado un mandatario para un negocio común, le quedarán obligados solidariamente para
todos los efectos del contrato”.
cuando no lo acepte, debe tomar las medidas conservatorias urgentes (art. 1917) ya
que el mandante podría haber confiado en la aceptación, dada la profesionalidad.
- Responsabilidad por inejecución: El mismo art. 1904 2ª parte, determina la
responsabilidad del mandatario para el caso de inejecución total o parcial del mandato,
estableciendo que deberá responder de los daños y perjuicios que se le ocasionen al
mandante.
- Circunscribirse a los limites de su poder: de acuerdo al art. 1905, el mandatario esta
obligado a “circunscribirse a los límites de su poder, no haciendo menos de lo que se le
ha encargado. La naturaleza del negocio determina la extensión de los poderes para
conseguir el objeto del mandato”. Es decir, que el mandatario no debe hacer más ni
menos que lo que se le hubiera encargado.
Pero no obstante ello, el art. 1906 establece que “No se consideran traspasados los
límites del mandato, cuando ha sido cumplido de una manera más ventajosa que la
señalada por éste”.
- No cumplir el mandato cuya ejecución fuera manifiestamente dañosa al mandante: el
art. 1907 establece claramente esta obligación de abstención por parte del mandatario
para los supuestos en que la ejecución del encargo pudieran causar daños al
mandante.
- Oposición de intereses entre el mandatario y el mandante: el art. 1908 consagra al
respecto la siguiente solución: “El mandatario no ejecutará fielmente el mandato, si
hubiese oposición entre sus intereses y los del mandante, y diese preferencia a los
suyos”.
Podemos considerar como una consecuencia del principio enunciado la siguiente
disposición: “No podrá el mandatario por sí ni por interpuesta persona, comprar las
cosas que el mandante le ha ordenado vender, ni vender de lo suyo al mandante, ni
vender lo suyo al mandante, si no fuese con su aprobación expresa” (art. 1918). Si bien
el art. 1918 habla de aprobación expresa, no caben dudas que una ratificación posterior
por parte del mandante también confirmaría el acto.
En materia de préstamo de dinero, el art. 1919 hace una distinción: “Si fuese encargado
de tomar dinero prestado, podrá prestarlo al mismo interés corriente” (art. 1919 1ª
parte). En este caso, el legislador ha pensado que siendo el interés del préstamo de
dinero perfectamente conocido y usual ningún inconveniente habría en autorizar el
préstamo del mandatario al mandante.
“Pero facultado para dar dinero a interés, no podrá tomarlo para sí, sin aprobación del
mandante” (art. 1919 2ª parte). Esta prohibición responde a que en primer lugar es
preciso apreciar y valorar la solvencia del mandatario y en segundo lugar a que se
presume que el mandatario hubiese podido prestar el dinero a un mejor interés en el
mercado.
b) Obligación de rendir cuentas: la rendición de cuentas es la obligación de informar al
mandante lo realizado y el resultado de la gestión acompañando los comprobantes de todo lo
efectuado.
La fuente de esta obligación es legal, por lo tanto, resulta obligatoria aun cuando no haya sido
expresamente convenida. No obstante, las partes pueden acordar la eximición del deber de
rendir cuentas; pero ello no significa una liberación de responsabilidad, ya que no exonera al
mandatario de los cargos que contra él justifique el mandante (art. 1910). Es decir que lo que el
238
CONTRATOS
C.C prohibe es la dispensa anticipada de responsabilidad (art. 507), y por ello, aun sin
obligación de rendir cuentas, el mandatario puede ser imputado por “cargos que contra el
justifique el mandante.
Pluralidad de mandatarios.
Para el caso de pluralidad de mandatarios el art. 1920 expresa que “Cuando el mandato ha
sido dado a muchas personas conjuntamente, no hay solidaridad entre ellas, a menos de una
convención en contrario”.
Pero cuando la solidaridad ha sido pactada, el art. 1921 nos da las dos reglas siguientes:
1) “Cada uno de los mandatarios responde de todas las consecuencias de la inejecución del
mandato” (art. 1921, 1ª parte).
2) Responden igualmente “por la consecuencia de las faltas cometidas por sus co-mandatarios”,
es decir, por la culpa o dolo con que hayan procedido. “Pero en este último caso el uno de los
mandatarios no es responsable de lo que el otro hiciere, traspasando los límites del mandato”
(art. 1921, 2ª parte).
1) MANDATO REPRESENTATIVO.
Dijimos que hay mandato representativo cuando el mandatario actúa por cuenta y nombre
del mandante.
Como consecuencia de ello, las relaciones jurídicas que surgen del acto jurídico celebrado
por el mandatario se forman directamente entre el mandante y los terceros, pero es preciso hacer
una distinción según que el mandatario haya obrado o no dentro de los límites de sus poderes.
Pero sin embargo actuó dentro de los límites del poder, porque como dijimos al comienzo
del estudio de este contrato, el poder en su aspecto externo sirve para acreditar al mandatario
frente a los terceros con quienes contrate, y es el poder lo que rige las relaciones con los terceros,
y como el poder lo autorizaba a Cristian a tomar $1.000 prestados sin individualizar de quien
debían ser tomados, resulta entonces que Carlos queda obligado frente a los tres prestamistas, sin
perjuicio de las acciones que podrá ejercer luego contra Cristian por incumplimiento del mandato.
Se configura entonces un caso de abuso de poder, en el cual el representante no se
excede de los límites que son oponibles a los terceros, pero viola las instrucciones que tienen
efectos interpartes.
2) MANDATO OCULTO.
Dijimos que hay mandato oculto cuando no media representación, con lo cual el mandatario
actúa a cuenta del mandante pero a nombre propio.
El art. 1929, 2ª parte, establece que si el mandatario “contrata en su propio nombre, no
obliga al mandante respecto de terceros”.
La razón de que el mandante no quede obligado frente a los terceros se debe a que estos
no conocen que el mandatario está actuando en interés de otra persona. Para el tercero el contrato
se formado personalmente con el mandatario, y en consecuencia es sólo él quien en principio se
encuentra obligado frente al tercero.
Pero el Código, en la 3ª parte del art. 1929 agrega que el mandante “sin embargo, puede
exigir una subrogación judicial en los derechos y acciones que nazcan de los actos”. Se trata del
ejercicio de la acción subrogatoria.
En sentido inverso, hablando siempre del mandante, el artículo 1929, in fine, agrega: “…y
puede ser obligado por los terceros acreedores que ejercieren los derechos del mandatario a
llenar las obligaciones que de ellos resultan”. Los terceros acreedores, es decir, los terceros con
quienes contrató el mandatario, ejercen aquí la acción subrogatoria que la ley ha reglamentado en
términos generales en el art. 1196. Todo ello, en tanto y en cuanto, el tercero logre conocer el
contrato de mandato entre mandante y mandatario.
3) MANDATO APARENTE.
Muchas veces en el tráfico comercial se dan situaciones en las que una personas se
presenta a lo largo del tiempo como mandatario de otra; así, por ejemplo, una persona que es
mandatario-representante de una empresa de Buenos Aires viene a Rosario a vender productos.
240
CONTRATOS
La primera vez que vino, el cliente le pidió la procura, y con el correr de los años siguieron
manteniendo relaciones comerciales. Pero resulta que al cabo de una cantidad de años, esta
persona deja de trabajar para la empresa, y sin embargo viene a Rosario a cobrarle al cliente una
suma de dinero que aún le adeudaba a la empresa. El cliente, sin tener conocimiento de que esta
persona no trabajaba mas para la empresa, de buena fe, efectúa el pago.
Ahora bien, ese pago, ¿es oponible al mandante?. La respuesta es afirmativa por lo
dispuesto por el art. 1964 que reza: “Para cesar el mandato en relación al mandatario y a los
terceros con quienes haya contratado, es necesario que ellos hayan sabido o podido saber la
cesación del mandato”. Este es un caso de mandato aparente: hay una apariencia de mandato, y
el actuar diligente exige que sea el mandante quien comunique la extinción del mandato para que
terceros no se vean perjudicados por el actuar de mala fe del mandatario.
También hay que tener en cuenta el art. 1967 que dice que “En relación a terceros, cuando
ignorando sin culpa la cesación del mandato, hubieren contratado con el mandatario, el contrato
será obligatorio para el mandante…”.
Lo mismo sucede si por ejemplo una persona concurre a un negocio a comprar un producto
y paga por el mismo a una persona que se encuentra detrás del mostrador al lado de la caja. El
cliente no tiene que pedirle que esa persona le muestre el instrumento que lo autoriza a cobrar,
puesto que se presume que si está detrás del mostrador al lado de la caja tiene facultad para el
cobro. En tal caso, el pago es válido y oponible a quien luego pretenda cobrarle por el producto
que adquirió, puesto que se ha creado una apariencia de que la persona que está detrás del
mostrador es mandatario.
El supuesto de mandato aparente es el único caso en el cual el mandante responde cuando
el mandatario actúe fuera de los límites del poder. Pero sobre este tema no hay normas estrictas,
quedando a criterio del juez ponderar si en tal o cual caso hubo apariencia de mandato y si el
tercero tomo o no las diligencias debidas.
LA RATIFICACIÓN
La ratificación es una declaración unilateral de voluntad del representado que no está
dirigida a terceros, ni es recepticia, ni está dada con anterioridad a la actuación del representante.
La ratificación tiene lugar cuando se produce la actuación de una persona que no tiene
facultades representativas (mandato oculto), luego de la cual existe una declaración de voluntad
del titular del interés (mandante) que asume la obligación como propia. De esta manera, otorga
eficacia con posterioridad al acto.
La ratificación es una “aprobación de lo actuado y cumple una función de justificación,
dándole una eficacia directa similar al poder.
Formas.
La ratificación puede ser expresa o tácita. La ratificación tácita resultará de cualquier hecho
del mandante, o de su silencio, de los cuales pueda inferirse una aprobación de lo que hubiere
realizado el mandatario (art. 1935).
241
CONTRATOS
representante hasta que medie ratificación, y el dueño del negocio no es representado hasta que
emita la ratificación.
Los efectos entre las partes alcanzan al día de la celebración del acto, ya que la ratificación
lanza un manto de aprobación a lo actuado desde ese momento.
242
CONTRATOS
243
CONTRATOS
El art. 1980 1ª parte dispone que “La muerte del mandante no pone fin al mandato, cuando
el negocio que forma el objeto del mandato debe ser cumplido o continuado después de su
muerte”.
En primer lugar, la norma se refiere al mandato cuyo objeto debe ser cumplido después de
la muerte del mandante. Sería por ejemplo el mandato dado para levantar un monumento al
causante, para pagar una deuda, etc.
La condición requerida para que este mandato sea válido es que pueda valer como
disposición de última voluntad y así lo establece el art. 1983: “Cualquier mandato destinado a
ejecutarse después de la muerte del mandante, será nulo si no puede valer como disposición de
ultima voluntad”158.
El segundo caso en que la muerte no pone fin al mandato es el del mandato cuyo objeto
debe ser continuado después de la muerte del mandante. El art. 1980 2ª parte explica esto
diciendo: “El negocio debe ser continuado, cuando comenzado hubiese peligro en demorarlo”.
Otro caso de aplicación de la misma idea se encuentra contemplado en el art. 1982 que
reza: “El mandato continua subsistiendo aún después de la muerte del mandante, cuando ha sido
dado en interés común de este y del mandatario, o en el interés de un tercero.
Ahora bien, si la voluntad tácita del mandante puede dar lugar a la prosecución del
mandato después de su muerte con mayor debe ser admitida cuando existe una voluntad expresa.
El CC, en efecto, en el art. 1981 establece: “Aunque el negocio deba continuar después de muerto
el mandante y aunque se hubiese convenido expresamente que el mandato continuase después
de la muerte del mandante, el contrato que da resuelto, si los herederos fuesen menores o
hubiese otra incapacidad, y se hallaron bajo la representación de sus tutores o curadores”. La
razón de esta norma es que los incapaces se encuentran bajo la representación necesaria de sus
representantes.
158
Se trata de una clase de actos entre vivos denominados actos in diem mortis dilati, que son aquellos actos que son
celebrados en vida, pero que ciertos efectos están supeditados a la condición de la muerte de una de las personas que
otorga el acto.
244
CONTRATOS
NATURALEZA JURÍDICA
La naturaleza jurídica de los servicios prestados por abogados, médicos, ingenieros,
arquitectos, y demás profesionales, ha dado lugar a una larga controversia jurídica.
Se han sostenido diversas opiniones:
1) Teoría del mandato: Para algunos autores, la relación que vincula al profesional con su cliente
es el mandato. Es una teoría que está inspirada en el Derecho Romano. Pero está idea ha sido
desechada por la doctrina moderna, ya que el mandato en la mayoría de los casos supone
representación, y ésta no se explicaría por ejemplo en el caso de los médicos, o de los
arquitectos, etc.
2) Teoría de la locación de servicios: los servicios prestados por una persona que ejerce una
profesión liberal, cuando lo hace en forma particular, quedan regidos por las reglas generales
de la locación de servicios (Salvat).
3) Teoría de la locación de obra: para otros se trata de una locación de obra (Mesineo) lo cual es
criticable por cuanto en la locación de obra el locador compromete un resultado, lo cual no
explica por ejemplo, los casos de los médicos y los abogados que sólo comprometen medios.
4) Teoría del contrato multiforme: (Mosset Iurraspe, Bueres) consideran que dada la
heterogeneidad de las relaciones que emergen del contrato de prestación profesional, no
puede pensarse en una sola figura jurídica que sea omnicomprensiva. Debe estarse a la
situación concreta.
CARACTERES
1) Es consensual.
2) Es conmutativo: aunque en los servicios prestados por médicos y abogados puede plantear
dudas.
3) Se presume oneroso.
4) Es no formal.
5) No es un contrato de consumo: puesto que la ley 24.240 excluye a los profesionales liberales.
CONCEPTO DE PROFESIONAL
Según Lorenzetti las definiciones sobre el profesional son variadas, y se ha sugerido que la
ambigüedad sólo puede ser superada mediante una definición legal.
En sentido amplio profesional es todo aquel que practica su actividad de modo habitual,
adquiriendo el carácter de experto.
En sentido restrictivo sólo quien tiene título habilitante (los profesionales autónomos).
245
CONTRATOS
ARANCELES PROFESIONALES
Lorenzetti cita el proyecto del ‘98 que dice que el precio se determina en principio “por el
contrato, por la ley, por los usos, o en su defecto por decisión judicial”.
Borda por su parte trata brevemente las remuneraciones de cada profesional:
- Servicios médicos: honorarios fijados por el contrato; no existen aranceles, y si el precio no ha
sido convenido lo determina el juez.
- Abogados y procuradores: está sujeto a una escala legal (ley de aranceles profesionales).
Si el precio fuera una participación importante podría dar lugar a presumir la existencia de
un vínculo asociativo; así lo señala la ley nacional de aranceles (21.839) cuando dispone que al
resultar mayor del 20% los gastos están a cargo del profesional excepto pacto en contrario (el
vínculo asociativo importa soportar las pérdidas y las ganancias).
246
CONTRATOS
FIDEICOMISO
ANTECEDENTES EN EL DERECHO COMPARADO Y NACIONAL
Derecho Romano.
En su origen romano, el fideicomiso (fidei commissum) era una disposición testamentaria
por la cual el testador dejaba su hacienda o parte de ella encomendada a la fe de una persona
para que ésta ejecute su voluntad. Como se ve, se originaba por un acto jurídico mortis causa.
El pactum fiduaciae, en cambio, era un contrato por el cual una de las partes, al recibir de la
otra una cosa, se obligaba a hacer uso de ella con un fin determinado y a restituirla una vez
logrado ese fin. Se denota entonces que se originaba por un acto jurídico inter vivos. Se
reconocieron dos formas:
a) Fiduacia cum amico: es un negocio por el cual una persona denominada fiduciante entrega en
propiedad una cosa, con base en la confianza, a otra persona, denominada fiduciario para
cumplir con la finalidad perseguida, generalmente de custodia o uso. El fiduciario posee la
custodia o la administración en interés del fiduciante, pero frente a terceros él es el propietario
del bien, ya que la convención que media con el fiduciante y que limita sus atribuciones
permanece oculta159.
b) Fiducia cum creditote: es un negocio por el cual el fiduciante/deudor entrega en propiedad una
cosa, en garantía del cumplimiento de una obligación, al fiduciario/acreedor quien recibe los
bienes y la autorización para que en caso de incumplimiento pueda mantenerlos en su
propiedad definitivamente o enajenarlos para cobrar la deuda, aún cuando el valor de la cosa
excediese a la deuda garantizada; pero pagada la deuda la cosa debe ser devuelta al
fiduciante/deudor160.
[EL CONCEPTO DE PROPIEDAD ES UNITARIO]
Derecho Anglosajón.
La otra gran vertiente es el trust anglosajón. Mediante el trust, una persona denominada
settlor, confía en propiedad a otro denominado trustee, para que se encargue de ella en beneficio
de otra persona denominada beneficiary161. El trustee se encuentra investido del control y la
administración de la propiedad y entrega las ganancias que esta produce al beneficiary.
De este modo surgen dos tipos de propiedad:
- El propietario legal (common law) que es el trustee;
- El propietario en equidad (equity law) que es el beneficiary162.
[EXISTE UN DOBLE CONCEPTO DE PROPIEDAD]
Derecho Latinoamericano.
159
Este negocio no reconocía acciones legales, basado en la confianza pura (fiducia pura); aunque luego se concedieron
acciones, principalmente la actio fiduciae para la rendición de cuentas.
160
Este pacto fue luego reemplazado por la prenda y la hipoteca.
161
El negocio surge como resultado de un acto volitivo expreso de la persona que crea el trust (settlor).
162
El propietario de los bienes transfiere a otro (fiduciario) la titularidad legal, manteniendo la propiedad equitativa. De
este modo, el dominio ostensible lo detenta el trustee.
247
CONTRATOS
La influencia anglosajona en Mexico, motivó a que este país sancionara una regulación de
vanguardia sobre fideicomiso en el Derecho Latinoamericano porque al pretender introducir el trust
en el sistema vigente, encontró dificultades que obligaron a su “remodelación”. En efecto, no se
incorporó el trust, porque no se admitía la doble propiedad, legal y de equidad; ni tampoco adoptó
la fiducia romana, porque pareció demasiado riesgoso e improbable que alguien se basara sólo en
la confianza de otro. Se creó entonces una figura intermedia: el fideicomiso, que fuera definido
como un mandato irrevocable en virtud del cual se transmiten determinados bienes a una persona
llamada fiduciario para que disponga de ellos conforme le ordena que los transmita, llamado
fiduciante, a beneficio de un tercero, llamado fideicomisario163.
Derecho Argentino.
La regulación del fideicomiso en el derecho argentino puede dividirse en dos etapas. Dentro
de la primera estaría comprendido el régimen que estableció Vélez en el Código Civil, vinculándolo
a la transferencia del dominio fiduciario. La segunda etapa estaría signada por Ley 24.441; que
regula específicamente el fideicomiso e introduce algunas modificaciones al régimen anterior.
La ley 24.441:
El fideicomiso en el Derecho Argentino ha recibido un nuevo impulso con la entrada en
vigencia de la Ley 24.441. Su objeto no se limita a la regulación del fideicomiso, sino que legisla
sobre diversas materias, con el propósito de estimular la vivienda y la construcción y auspiciar el
ahorro interno y las inversiones extranjeras.
Hasta la promulgación de la Ley 24.441 el contrato de fideicomiso integraba el universo de
los llamados contratos atípicos. El Código Civil permitía la transferencia de la propiedad a título
fiduciario, pero no regulaba el fideicomiso. Este a partir de la Ley 24.441, pasa a ser un nuevo
contrato típico.
CONCEPTO DE FIDEICOMISO
La ley 24.441, en su art. 1, define al fideicomiso diciendo: “Habrá fideicomiso cuando una
persona (fiduciante) transmita la propiedad fiduciaria de bienes determinado a otra (fiduciario),
quien se obliga a ejercerla en beneficio de quien se designe en el contrato (beneficiario), y a
transmitirlo al cumplimiento de un plazo o condición al fiduciante, al beneficiario o al
fideicomisario".
Mario Carregal, puntualizando el aspecto subjetivo del negocio (la confianza), indica que
“el fideicomiso es aquel contrato por el cual una persona recibe de otra un encargo respecto de un
bien determinado cuya propiedad se le transfiere a título de confianza, para que al cumplimiento
de un plazo o condición le dé el destino convenido”.
CARACTERISTICAS
1) Puede ser de fuente contractual o testamentaria (art. 3), pero no se acepta que se origine
de la voluntad unilateral del fiduciante.
2) Es consensual, puesto que queda perfeccionado desde que las partes manifiesten
recíprocamente su consentimiento.
163
El fideicomiso “latinoamericano” es creación del jurista panameño Ricardo Alfaro, conforme lo reconocen todos los
autores que han escrito sobre el tema; a definición transcripta es la dada por ese autor e incorporada al texto de la ley
panameña sobre fideicomisos.
248
CONTRATOS
2) El fiduciario.
164
El art. 2 en el párr. 3º establece que “Si ningún beneficiario aceptare, todos renunciares o no llegaren a existir, se
entenderá que el beneficiario es el fideicomisario. Si tampoco el fideicomisario llegara a existir, renunciare o no
aceptare, el beneficiario será el fiduciante”.
249
CONTRATOS
B) TERCEROS INTERESADOS
1) El beneficiario.
Este no es parte en el contrato, sino que posee una estipulación contractual a su favor (art.
504 CC).
Es quien durante la vigencia del fideicomiso aprovecha el resultado económico del
patrimonio fideicomitido (frutos)165.
Puede ser cualquier persona, sea física o jurídica, no requiriéndose que sea capaz; pero
nunca podrá serlo el fiduciario166. Inclusive pueden ser personas que no existan al momento de
celebrarse el contrato, siempre que consten los datos que permitan su individualización futura (art.
2)167.
Puede haber varios beneficiarios y en tal caso todos se benefician por igual, salvo
disposición en contrario al constituirse el fideicomiso. Asimismo, pueden designarse beneficiarios
sustitutos para el caso de que el primer designado no acepte o renuncie al beneficio o muera (art.
2, párr. 2º).
Si ningún beneficiario aceptare, todos renunciaren o no llegaren a existir, se entenderá que
el beneficiario es el fideicomisario. Si tampoco el fideicomisario llegare a existir, renunciare o no
aceptare, el beneficiario será el fiduciante (art. 2, párr. 2º).
Sus derechos pueden transmitirse por actos entre vivos o mortis causa.
2) El fideicomisario.
Este tampoco es parte en el contrato, sino que posee una estipulación contractual a su
favor (art. 504 CC).
Es el destinatario final de los bienes, que recibe el patrimonio fideicomitido una vez
cumplida la condición o fenecido el plazo dispuesto para su duración.
Puede ser cualquier persona física o jurídica, no requiriéndose que sea capaz; pero nunca
puede ser el fiduciario.
Sus derechos son transmisibles por actos entre vivos o mortis causa.
a) Obligación de entregar al fiduciario los bienes suficientes para el cumplimiento del fin
estipulado, para integrarlos al patrimonio separado, bajo la titularidad fiduciaria.
b) Obligación de abonar al fiduciario los honorarios pactados , salvo que se prevea otra forma de
remuneración en el contrato o sea gratuito.
Derechos.
a) Derecho a revocar el fideicomiso siempre que se hubiere reservado dicha facultad al
constituirlo. La revocación no tendrá efecto retroactivo (art. 25).
b) Derecho a remover judicialmente al fiduciario por incumplimiento de sus obligaciones (art. 9,
inc. a).
c) Derecho a exigir la rendición de cuentas al fiduciario.
2) EL FIDUCIARIO.
Obligaciones.
a) Obligación de cumplir con el encargo pactado en el contrato, administrando los bienes a favor
del beneficiario.
b) Obligación de entregar los bienes al fideicomisario al cesar el fideicomiso.
c) Obligación de rendir cuentas por lo menos una vez al año. Esta obligación no podrá ser
dispensada (art. 7).
d) Obligación de iniciar las acciones necesarias para la conservación de los bienes168.
e) Obligación de inscribir los bienes en los Registros correspondientes.
f) No puede adquirir los bienes fideicomitidos para sí. Esta obligación de no hacer no puede ser
dispensada (art. 7).
g) Deber de imparcialidad en caso de existir varios beneficiarios, salvo disposición contractual en
contrario.
h) Deber de guardar secreto. Este deber se encuentra limitado cuando el fiduciario fuera una
entidad financiera o cuando el encargo implique operaciones con instituciones bancarias o
financieras.
i) Prohibición de administrar los bienes en provecho propio.
j) No puede disponer del patrimonio fideicomitido por actos mortis causa. Los bienes no ingresan
al patrimonio de sus herederos en caso de fallecimiento, salvo que así los establezca en el
contrato.
Derechos.
a) Derecho a disponer y enajenar los bienes fideicomitidos sólo “…cuando lo requieran los fines
del fideicomiso…” (art. 17).
b) Derecho a percibir una remuneración por su desempeño, salvo disposición en contrario (art. 8).
c) Derecho a renunciar a su designación como fiduciario si en el contrato se hubiese
expresamente autorizado (art. 9, inc. e).
3) EL BENEFICIARIO.
Derechos.
1) Tiene el derecho de percibir las utilidades o ganancias que produzcan los bienes fideicomitidos
mientras subsista el fideicomiso.
2) Podrá solicitar la remoción judicial del fiduciario por incumplimiento de sus obligaciones, con
citación al fiduciante (art. 9, inc. a).
168
Por ej., notificar al deudor cedido, ejercer acciones posesorias o de deslinde, etc.).
251
CONTRATOS
Hernández entiende que también resultan aplicables las normas del art. 1858 del CC, en
cuanto su designación como fideicomisario implique una liberalidad del fiduciante.
CLASES DE FIDEICOMISO
Son muchas las clases de fideicomiso, pero vamos a limitarnos al estudio de solo aquellos
que resultan ser los más importantes.
A) FIDEICOMISO DE ADMINISTRACIÓN.
El fiduciante entrega determinados bienes al fiduciario para que éste los administre en
beneficio de terceros o del propio fiduciante. Puede decirse que el el fideicomiso clásico o típico.
B) FIDEICOMISO DE GARANTÍA.
Tiene como presupuesto necesario la existencia de una deuda del fiduciante al fiduciario;
para garantizar su cumplimiento, el deudor (fiduciante) le entrega determinados bienes al acreedor
(fiduciario), para que éste se cobre su crédito con las rentas que ellos produzcan o bien los
enajene al cumplimiento del plazo y se cobre con el importe de la venta, devolviéndole el saldo al
fiduciante.
C) EL FIDEICOMISO TESTAMENTARIO.
Según el art. 3 de la ley 24.441, “el fideicomiso también podrá constituirse por testamento,
extendido en alguna de las formas previstas por el CC […]”.
D) EL FIDEICOMISO FINANCIERO.
Con el objeto de crear un instrumento del mercado de capitales que permita el crédito a
mediano y largo plazo, necesario para la financiación de los proyectos tenidos en la mira por la ley,
como especie de fideicomiso, se da tipicidad y se regula en forma expresa en los artículos 19 a 24
252
CONTRATOS
de la ley 24.441 el fideicomiso financiero. Su regulación permite contar con un marco legal
adecuado para la emisión de títulos valores, en particular dirigido a la titularización de activos.
Titularizar o securitizar es el proceso financiero a través del cual se captan fondos mediante
la emisión de títulos valores con respaldo en activos (cosas o derechos), previamente
seleccionados y determinados de modo homogéneo, para facilitar la adecuada valorización y
reducción de riesgos. El riesgo de inversión está centrado en las posibilidades de repago de los
títulos de deuda según los activos que resguardan el flujo de fondos. El propósito perseguido es la
obtención de financiación sin recurrir a la tradicional intermediación financiera, reduciendo los
costos del financiamiento en virtud de la colocación y negociación de los títulos en el mercado de
capitales. La clave de este proceso está dada por el adecuado aislamiento jurídico de los bienes
que respaldan o garantizan la emisión. Los fideicomisos financieros se adaptan para estructurar la
captación privada de inversionistas para la adquisición de grandes empresas, en ocasiones con
fuerte tasa de riesgo.
Este fideicomiso se asemeja a uno de administración y garantía (por medio de los bienes
fideicomitidos) aún cuando cumpla funciones de inversión.
1) Títulos representativos de deuda: éstos podrán ser emitidos por el fiduciante, el fiduciario o
terceros. Tienen por objeto instrumentar la deuda del fideicomiso y motivan el pago de
intereses.
2) Certificados de participación: éstos serán emitidos sólo por el fiduciario con el objeto de atribuir
los resultados de la operatoria del fideicomiso, estando garantizados por los bienes
fideicomitidos.
3) Certificados de participación residual: éstos serán emitidos por el fiduciario a favor de
beneficiarios finales, con el objeto de destinar los bienes fideicomitidos a la finalización del
fideicomiso.
Estos títulos valores pueden emitirse de cualquier forma, incluida la escritural. La emisión
en caso de solicitar la autorización de oferta pública, debe hacerse sobre las bases y condiciones
formuladas según el modelo aprobado por la C.N.V.
Si se emiten certificados globales de los certificados de participación para su inscripción en
regímenes de depósito colectivo, éstos se considerarán definitivos, negociables y divisibles.
Resumen de las características del fideicomiso financiero
1) Fiduciarios Financieros: podrán actuar como tales las entidades financieras y las sociedades
especialmente autorizadas por la C.N.V.,
2) Beneficiarios: serán los titulares de certificados de participación en el dominio fiduciario o de
títulos representativos de deuda garantizados con los bienes así transmitidos.
3) Los certificados de participación y los títulos de deuda serán considerados títulos valores y
podrán ser objeto de oferta pública, siendo la autoridad de aplicación la Comisión Nacional de
Valores.
4) Los certificados de participación serán emitidos por el fiduciario.
5) Los títulos de deuda podrán ser emitidos por el fiduciante, el fiduciario o por terceros.
6) Los títulos valores emitidos podrán ser al portador o nominativos, endosables o no, o
escriturales.
7) Podrán emitirse certificados globales de los certificados de participación para su inscripción en
regímenes de depósito colectivo. A tal fin se considerarán definitivos, negociables y divisibles.
EL PATRIMONIO FIDEICOMITIDO
Es aquel patrimonio:
- cuya titularidad corresponde al fiduciario, aunque separado de su patrimonio general;
- afectado a la consecución de un fin determinado;
- constituido:
en su aspecto activo: por los bienes (cosas [dominio fiduciario] o derechos [propiedad
fiduciaria]) que el fiduciante ha transmitido al fiduciario en propiedad fiduciaria, ya sea en el
origen del fideicomiso o con posterioridad, por los que se incorporan por subrogación real al
adquirirse con los frutos devengados por los bienes que lo integran o con el producido de
su enajenación;
en su aspecto pasivo: por las obligaciones contraídas en la ejecución del fideicomiso;
- y que no puede ser declarado en quiebra.
Contenido.
El patrimonio fideicomitido se encuentra integrado por:
254
CONTRATOS
- todas las cosas que se encuentran en el comercio, sean muebles o inmuebles, registrables o
no (dominio fiduciario)
- todos los derechos (propiedad fiduciaria) créditos y deudas cuya disposición se encuentre
autorizada por la ley (art.11).
Conforme al art. 4, inc. a) el contrato debe contener la individualización de los bienes objeto
del contrato. En caso de no resultar posible tal individualización a la fecha de celebración del
fideicomiso, constará la descripción de los requisitos y características que deberán reunir los
bienes.
Por lo tanto, podemos decir que los bienes pueden ser determinados o determinables.
Naturaleza jurídica.
- Constituye un patrimonio de afectación a un fin determinado;
- Diferenciado de los patrimonios del fiduciante, el fiduciario y el beneficiario;
- Sobre el cual se ejerce un dominio imperfecto. Presenta similaridades con el dominio
revocable, pero no se los debe confundir. Se distingue del mismo por el destino específico del
patrimonio fideicomitido otorgado en el acto constitutivo y por imperio legal.
- Frente a terceros, cuando el daño se realice con un bien fideicomitido, por dolo, culpa o
negligencia, responde tanto con el patrimonio fiduciario como con el patrimonio general.
RESPONSABILIDAD OBJETIVA.
Conforme al art. 14 “la responsabilidad emergente del art. 1113 del Código Civil se limita al
valor de la cosa fideicomitida cuyo riesgo o vicio fuese causa del daño si el fiduciario no pudo
razonablemente haberse asegurado”
Por ejemplo, el daño fue de $100.000 y la cosa “cuyo riesgo o vicio” fue causa del daño,
vale o valía $50.000. Dado ese ejemplo, el resarcimiento se limitará a $50.000. Ello si el fiduciario
no hubiera podido “razonablemente haberse asegurado”, pues si pudo haberlo hecho la deuda no
tendrá limitación y responderá por toda la deuda con también con su patrimonio general.
La referencia a la posibilidad de asegurar “razonablemente” la cosa dañosa (standard)
refiere no solamente a la razonabilidad de asegurar la cosa, sino la posibilidad cierta, en la gestión
del patrimonio fiduciario, de obtener aseguramiento para la cosa (valor de las primas, negativa de
las aseguradoras de brindar cobertura, empleo de otros medios para evitar el daño, etc.).
Efectos de la extinción.
Según el art. 26 “producida la extinción del fideicomiso, el fiduciario estará obligado a
entregar los bienes fideicomitidos al fideicomisario o a sus sucesores, otorgando los instrumentos
y contribuyendo a las inscripciones registrales que correspondan”.
257
CONTRATOS
DONACIÓN
CONCEPTO. CRITICAS
El art. 1789 define a la donación diciendo: “Habrá donación, cuando una persona por un
acto entre vivos transfiera de su libre voluntad gratuitamente a otra, la propiedad de una cosa”.
En conclusión, podemos definir al contrato de donación como “aquél contrato por el cual
una parte denominada donante, se obliga a transferir gratuitamente a otra parte denominada
donatario, la propiedad de una cosa”.
169
Este equivoco probablemente responde a la confusión que sobre la regulación de la donación existía en el Código de
Napoleón, en el cual el contrato de donación no esta ni siquiera tratado con motivo de los contratos, sino que estaba
ubicado al aborda las disposiciones de ultima voluntad.
170
Por vía de la donación no se transmite el dominio de una cosa, porque la donación no tiene efecto traslativo; la
donación constituye simplemente el título, y para que se opere la transmisión será necesario además el modo, que variará
conforme se trate de la donación de bienes muebles o inmuebles.
258
CONTRATOS
6) Todos aquellos actos por los que las cosas se entregan o se reciben gratuitamente; pero no con
el fin de transferir o de adquirir el dominio de ellas (inc. 8): Si no existe finalidad de transmitir el
dominio no puede haber donación.
La característica de estas liberalidades es que en ninguna de ellas se transfiere el dominio
de una cosa, lo cual es un elemento esencial de la donación.
Son ejemplos de liberalidades que no son donación, el mutuo gratuito, el comodato, la
renuncia a la herencia, etc.
Estas liberalidades que no son donaciones, se rigen subsidiariamente por el régimen de las
donaciones.
CONSENTIMIENTO
El consentimiento de las partes es un elemento esencial de todos los contratos, y por lo
tanto también lo es del contrato de donación: el contrato de donación nace del concurso de la
voluntad del donante y el donatario.
En principio, la formación del consentimiento en el contrato de donación está regido por las
reglas generales aplicables a todos los contratos, pero en el Título de las donaciones el Código ha
consagrado algunas reglas especiales.
Aceptación de la donación.
Ante todo, el art. 1792 establece: “Para que la donación tenga efectos legales debe ser
aceptada por el donatario, expresa o tácitamente, recibiendo la cosa donada”.
Al estudiar el régimen general de la oferta vimos que el regía el principio de caducidad de
la oferta (art. 1149), es decir, que la oferta queda sin efecto si el proponente fallece o pierde su
capacidad antes de haber sabido la aceptación.
Pero en materia de donación rige el principio de autonomía, es decir, que acá existe una
excepción al régimen general. Este principio de autonomía se encuentra consagrado en dos
artículos:
- El art. 1795, que toma en consideración la hipótesis de la muerte del oferente y dispone: “Si el
donante muere antes que el donatario haya aceptado la donación, puede éste, sin embargo,
aceptarla, y los herederos del donante están obligados a entregar la cosa dada”
- El art. 1809, por su parte dispone: “La capacidad del donante debe ser juzgada respecto al
momento en que la donación se prometió o se entregó la cosa”. Así, suponiendo que el
donante después de haber hecho la donación caiga en incapacidad, esta circunstancias no
259
CONTRATOS
afectaría la oferta de la donación, con lo cual el donatario podría aceptar, y su aceptación sería
válida, dando lugar así al concurso de voluntades y quedando entonces perfeccionado el
contrato.
171
No obstante ello, la promesa generaría para el promitente, una responsabilidad de tipo pre-contractual, si ni siquiera
se han cumplido con las formalidades exigidas para los testamentos.
260
CONTRATOS
172
Es ésta una cuestión de hecho librada a la apreciación de los jueces en cada caso en particular.
173
Art. 1185: “Los contratos que debiendo ser hechos en escritura pública, fuesen hechos por instrumento particular,
firmado por las partes, o que fuesen hechos por instrumento particular en que las partes se obligasen a reducirlo a
escritura pública, no quedan concluidos como tales, mientras la escritura pública no se halle firmada; pero quedarán
concluidos como contratos en que las partes se han obligado a hacer escritura pública”.
261
CONTRATOS
Son aquellas en las que si la forma no se cumple, el contrato no producirá efecto alguno,
por ser exigida la forma como un elemento esencial del contrato, que hace a la validez del mismo.
En el texto aparecen los tres supuestos de donaciones formales solemnes, a saber:
- donaciones de bienes inmuebles. La razón de ser de la exigencia de la forma solemne es el
importante valor de los bienes inmuebles174. La forma exigida en estos casos es la escritura
pública.
- donaciones de prestaciones periódicas o vitalicias, es decir, la donación por la cual el donante
se obliga a dar periódicamente una determinada cosa a un determinado sujeto, eventualmente
suma de dinero. Precisamente por la extensión del compromiso (periódico o vitalicio) es lo que
lleva a exigir la forma solemne. Lo que se exige es la escritura pública.
- Donaciones que se hacen al Estado. Son también consideradas como contratos formales
solemnes, pero respecto de estas donaciones el art. 1810 trae una variante: el donante puede
optar entre valerse de la escritura pública como en los dos casos anteriores, o bien reemplazar
dicha escritura con las constancias administrativas.
CLASES DE DONACIONES
1) DONACIÓN POR CAUSA DE MUERTE
Por regla general, las donaciones por causa de muerte son nulas, cuando la muerte actúa
como condición suspensiva, lo cual implica que la donación producirá sus efectos después de la
muerte. El art. 1790 las prohíbe, pero la nulidad es relativo atento a que se convierten en
testamentos si se observan las formalidades exigidas por la ley para los mismos.
174
Se ha criticado muchas veces esta distinción, porque ya no condice con la realidad actual; no necesariamente las cosas
inmuebles son las más valiosas.
262
CONTRATOS
Pero hay dos casos excepcionales en se las admite, pues la muerte actúa como condición
resolutoria, de modo que la donación produce efectos desde la celebración del contrato y se
extinguen si sobreviene la condición prevista. Los casos están contemplados en el art. 1803 que
dice: “No se reconocen otras donaciones por causa de muerte, que las que se hacen bajo las
condiciones siguientes:
1) Que el donatario restituirá los bienes donados, si el donante no falleciere en un lance previsto.
2) Que las cosas donadas se restituirán al donante, si éste sobreviviere al donatario”.
O sea que la donación por causa de muerte es posible cuando:
1) Se pacta que el donatario restituirá los bienes donados si el donante no muere en un “lance”
previsto; “lance” es un evento determinado, por ejemplo, una guerra.
2) Se pacta que la donación se resuelve si el donante sobrevive al donatario, es decir, si el
donatario fallece antes que el donante.
En ambos casos se toma en consideración la muerte, pero no como hecho disparador de
efectos jurídicos (condición suspensiva), sino la muerte como condición resolutoria de la donación
oportunamente perfeccionada.
2) DONACIONES MUTUAS
El art. 1819 define a las donaciones mutuas diciendo: “Las donaciones mutuas son
aquellas que dos o más personas se hacen recíprocamente en un solo y mismo acto”.
Así, los elementos que la caracterizan son:
1) La reciprocidad: la donación que cada una de las partes hace viene a ser la causa o condición
de la otra, de donde resulta que estas donaciones tienen cierto aspecto interesado175.
2) Las donaciones deben ser hechas en un solo y mismo acto: porque sólo en esta forma puede
tenerse la certeza de que una de las donaciones sea causa o condición de la otra.
Este tipo de donaciones tienen un régimen peculiar. El problema que se presenta es el
relativo a la influencia que puede tener sobre una de las donaciones, la anulación o revocación de
la otra, problema que ha sido considerado y resuelto por el CC en el art. 1821 que dice:
“La anulación por vicio de forma, o de valor de la cosa donada, o por efecto de incapacidad
en uno de los donantes, causa la nulidad de la donación hecha por la otra parte…”. La razón de
ser es que éstas donaciones se encuentran conectadas entre sí, la una es causa de la otra y
viceversa; es un típico caso de conexidad contractual.
Pero en sentido inverso, el mismo art. 1821 en su segunda parte establece:
“… pero la revocación de una de las donaciones por causa de ingratitud, o por inejecución
de las condiciones impuestas (cargos), no trae la nulidad de la otra”.
El legislador ha tenido en cuanta que la revocación es aquí imputable al donatario que da
lugar a ella y que no seria justo dejar sin efecto la donación hecha por él.
En síntesis: - La nulidad de una, causa la nulidad de la otra
- La revocación de una, no afecta a la otra.
3) DONACIONES ONEROSAS
175
Algunos autores impugnan esta clase de donaciones, ya que parecen más un acto oneroso que gratuito. Además han
dicho que es lo mismo que una permuta, ya que evidentemente en la permuta también hay una obligación recíproca de
ambas partes de entregarse cosas, con lo cual carecerían de sentido.
Pero aquí, en las donaciones mutuas, prevalece un criterio de liberalidad que es el que campea sobre todas las
donaciones. Evidentemente, en la donaciones no interesa tanto el equilibrio del negocio, no interesa la equivalencia de lo
dado y de lo recibido; prevalece la gratuidad por sobre la onerosidad, y esto es lo que da un ribete, un contorno particular
a la donación mutua.
263
CONTRATOS
Las donaciones onerosas, o que tienen un margen de onerosidad (Mosset Iturraspe) son
dos:
- Las donaciones remuneratorias;
- Las donaciones con cargo.
3.a) DONACIONES REMUNERATORIAS
Las mismas están definidas en el art. 1822 que dice: “Las donaciones
remuneratorias son aquellas que se hacen en recompensa de servicios prestados al
donante por el donatario, estimables en dinero, y por los cuales éste podía pedir
judicialmente el pago al donante”.
De la lectura del texto surgen los tres requisitos que tiene que darse para que
una donación sea remuneratoria:
1) Que la donación se haga en recompensa de servicios prestados al donante 176 por el
donatario.
2) Que estos servicios sean estimables en dinero.
3) Que el donatario estuviera habilitado para pedir judicialmente el pago al donante, es
decir, que exista acción judicial por el cobro de ellos177.
Ahora bien, para que la donación sea remuneratoria, el donante debe dejar
expresamente aclarado que la donación la hacer con el propósito de remunerar los
servicios prestados por el donatario. A ello viene el art. 1823 cuando dice: “Si del
instrumento de la donación no constare designadamente lo que se tiene en mira
remunerar, el contrato se juzgará como donación gratuita”. Es decir que el carácter de
remuneratoria tiene que surgir del título mismo de la donación.
Aclara el art. 1824 que “Las donaciones hechas por un deber moral de gratitud, por
servicios que no dan acción a cobrar judicialmente su valor en dinero, aunque lleven el
nombre de remuneratorias, deben considerarse como donaciones gratuitas”.
Las donaciones remuneratorias son consideradas como regla, actos a título gratuito;
son liberalidades, pero en la medida de la remuneración el acto es oneroso. Es decir
que la donación remuneratoria es gratuita en lo que excede de la remuneración y es
onerosa en la medida de la remuneración (art. 1825).
176
Si los servicios fueron prestados a parientes del donante, ya no estaremos frente a una donación remuneratoria.
177
Ejemplo: servicios médicos, abogadiles, y en general, servicios de la profesión o modo de vivir del donatario.
264
CONTRATOS
178
Indudablemente se trata de dos cargos de ejecución continuada.
265
CONTRATOS
4) DONACIONES INOFICIOSAS
Dice el art. 1830: “Repútase donación inoficiosa aquélla cuyo valor excede en la parte de
que el donante podía disponer (gratuitamente)…”. O sea que una donación es inoficiosa cuando
afecta la legítima de los herederos forzosos. En general, afecta la legítima cuando el valor de los
bienes donados excede el 20% del patrimonio.
El art. 3602 dispone que el patrimonio que se va a tomar en consideración para determinar
si se afecto o no la legítima será: bienes – deudas + donaciones.
Veamos un ejemplo: supongamos que una persona al morir deja bienes por un valor de
$200.000; a su vez deja deudas por el valor de $100.000, y además había hecho donaciones por
$50.000. Entonces, veamos si se afecto o no la legítima: $200.000 (bienes) - $100.000 (deudas) +
$50.000 (donaciones)= $150.000.-
Si la persona fallecida tenía descendientes, dijimos que no podía disponer de más del 20%
ya que la legítima de los herederos es del 80%. En el caso que venimos viendo, la porción legítima
de los herederos es de $130.000 y la porción disponible por la persona fallecida es de $30.000.
Pero la persona fallecida, hizo una donación por $50.000. Esa donación, ¿es inoficiosa?.
Si, porque excede de la porción disponible.
+Acción de reducción.
Es una acción que tiende a atacar una donación inoficiosa en la que el donatario es un
tercero no heredero.
El efecto que procura esta acción es que el bien donado vuelva al patrimonio del donante
fallecido, y luego, una vez ejecutado ese bien, el remanente se le restituye al donatario179.
+Acción de colación.
Es una acción que tiene a atacar una donación inoficiosa en la que el donatario es un
coheredero forzoso.
El Código parte de la premisa de que toda donación entre vivos hecha a un heredero
forzoso que concurre a la sucesión legítima del donante, sólo importa una anticipación de su
porción hereditaria (art. 3476), lo cual implica reafirmar la igualdad de todos los herederos.
Esta acción produce un efecto distinto a la de reducción, que como dijimos, suponía que el
bien donado vuelve al patrimonio del donante fallecido. La acción de colación tiene por finalidad
efectuar un recómputo de valores. O sea que el heredero que se beneficiado contra quien se
ejerce la acción deberá deducir lo que a el le correspondería de la sucesión, pero no tiene
obligación de regresar el bien, sino el valor que ese bien tiene.
En principio deberá hacer ingresar a la sucesión el valor de todo el bien, salvo que en la
donación el donante halla dispensado de colación en la porción disponible, en cuyo caso, por esa
porción disponible, los demás herederos no podrán colacionar. Pero si nada se dijo, la acción de
179
Algunos opinan que el remanente no vuelve al donatario sino que queda en el patrimonio del fallecido para ser
distribuido entre los herederos forzosos.
266
CONTRATOS
colación es por el todo, porque como dijimos en el comienzo, se presume que se hizo como
anticipo de herencia.
EFECTOS
+ OBLIGACIONES DEL DONANTE
1) Obligación de entregar la cosa donada.
El art. 1833 dispone “El donante que no hubiere hecho tradición de la cosa donada (como
en el caso de las donaciones manuales), queda obligado a entregarla al donatario con los frutos
de ella desde la mora en que se hubiese constituido, no siendo sin embargo considerado como
poseedor de mala fe”.
En las donaciones manuales la obligación de dar es contemporánea a la celebración del
contrato.
En los otros supuestos, perfeccionado el contrato, surge la obligación de dar a cargo del
donante, y si éste no hubiere hecho tradición de la cosa deberá constituírselo en mora, salvo que
se haya pactado que la mora sería automática.
La mora obliga al donante a entregar la cosa con los frutos de ella desde la misma.
El incumplimiento otorga una acción personal contra el donante para solicitarle la entrega
de la cosa (art. 1834). Pero si el donante hubiere enajenado la cosa a un tercero, contra éste el
donatario tendrá acción real de reivindicación180.
180
En el caso de bienes muebles, esa pretensión sería dificultosa en razon de que la posesión de buena fe crea una
presunción de titularidad (art. 2412) y el consecuente poder de repeler una acción reivindicatoria, lo cual beneficia al
tercero frente a la acción del donatario.
267
CONTRATOS
3) Cuando fuere una donación con cargos (art. 2146, inc. 3): en este supuesto la evicción es una
garantía proporcional al importe del cargo y al valor de los bienes donados (art. 2149) porque
en esa medida es onerosa.
4) Cuando la donación fuere remuneratoria (art. 2146, inc. 4): en este aso la evicción es en
proporción al calor de los servicios percibidos del donatario y al de los bienes donados (art.
2150).
5) Cuando la evicción tiene por causa la inejecución de alguna obligación que el donante tomara
sobre sí en el acto de la donación (art. 2146, inc. 5).
En cuanto a los vicios redhibitorios, el CC no trae normas especiales. La regla general es
que el contratante a titulo gratuito no responde por vicios redhibitorios porque es un instituto que se
aplica a los contratos onerosos. Las excepciones son las misas que contempla el CC en relación a
la evicción (art. 2180), o sea, cuando se ha prometido expresamente, cuando hay mala fe y
cuando hay onerosidad (donación con cargo o remuneratoria), en la medida de esa onerosidad.
3) Deber de gratitud.
El donatario tiene un deber de abstención de todo acto que importe una notoria ingratitud, y
si incurre en ellos la liberalidad puede ser revocada.
EXTINCIÓN
1) REVERSIÓN
La palabra “reversión” deriva del latín “reversio” (retorno), y significa la restitución o
devolución de una cosa a la persona que la poseía primero.
La reversión en la donación consiste en el retorno o la devolución al donante de la cosa
que había sido donada por él.
Se trata de una verdadera condición resolutoria que debe ser pactada expresamente (art.
1843) y que sólo puede estipularse a favor del donante (art. 1842)181
181
“Si se hubiere estipulado copulativamente en provecho del donante y sus herederos, o de un tercero, la cláusula será
reputada no escrita respecto a estos últimos” (art. 1842, 2ª parte).
268
CONTRATOS
Conforme a lo dispuesto por el art. 1841 “El donante puede reservarse la reversión de las
cosas donadas, en caso de muerte del donatario, o del donatario y sus herederos”.
O sea que son dos los casos en que la reversión se admite:
1) por muerte del donatario;
2) por muerte del donatario y sus herederos (en tal caso para que opere la reversión deberá
producirse la muerte del donatario como de todos sus herederos).
Esos dos casos operan como condición resolutoria de la donación, debiendo la cosa ser
devuelta al donante.
Efecto de la reversión.
El art. 1847 establece que “la reversión tiene efecto retroactivo. Hace de ningun valor la
enajenación de las cosas donadas, hecha por el donatario o sus hijos, y los bienes donados
vuelven al donante libres de toda carga o hipoteca, tanto respecto al donatario como respecto de
los terceros que los hubiesen adquirido”.
2) REVOCACIÓN
Obviamente que no habiendo sido aceptada la donación, el donante puede revocar su
oferta. Pero una aceptada la donación y perfeccionado el contrato, sólo puede revocarse en los
casos que la ley determina expresamente (art. 1848).
Podemos decir que la revocación es la facultad que otorga la ley al donante para dejar sin
efecto la donación, en caso de que ocurra alguno de los supuestos enumerados por ley.
Pero cabe dejar en claro que en principio la donación es irrevocable.
269
CONTRATOS
Pero en cualquier caso, los terceros adquirentes de los bienes donados pueden impedir los
efectos de la revocación ofreciendo ejecutar el cargo impuesto al donatario, salvo que el mismo
deba ser ejecutado personalmente por aquél (art. 1857).
270
CONTRATOS
COMODATO
CONCEPTO
El art. 2255 define al comodato diciendo que “Habrá comodato o préstamo de uso, cuando
una de las partes entregue a la otra gratuitamente alguna cosa no fungible, mueble o raíz, con
facultad de usarla”.
Esteban Centenaro objeta a la definición legal la ausencia de la obligación de restituir y la
calificación de mueble o raíz.
SUJETOS
Quien otorga el préstamo de uso es el comodante. Como no se transmite la propiedad, no
es necesario que sea el titular del dominio sobre la cosa, pudiendo ser el usufructuario, usuario,
locatario, sublocatario (Borda).
El otro sujeto es el comodatario, quien recibe la cosa y debe restituirla.
CARACTERES
1) Unilateral o bilateral: según Salvat este contrato es unilateral, ya que al momento de la
celebración sólo se crean obligaciones para el comodatario, lo que no se desnaturaliza por la
obligación de respetar el plazo que existe a cargo del comodante (art. 2283)182.
Borda, en cambio, considera que es bilateral, ya que ambas partes resultan obligadas, una a
permitir el uso de la cosa por el tiempo pactado en el contrato y la otra a cuidar y devolver la
cosa.
2) Gratuito: el comodato es esencialmente gratuito, ya que el derecho al uso se le confiere al
comodatario sin compensación alguna de su parte183. Si fuera oneroso se trataría de una
locación de cosa y no de un comodato.
3) Real: en el régimen del Código es un contrato real ya que se perfecciona con la entrega de la
cosa184 (art. 2256).
4) No formal: pues la celebración del contrato no está sujeta a ninguna solemnidad especial.
cambio, el comodatario adquiere sólo el uso de la cosa y por lo tanto los riesgos de la cosa son por
cuenta del comodante quien resulta ser propietario de la cosa.
Además, el mutuo puede ser gratuito u oneroso; el comodato, en cambio, es esencialmente
gratuito.
2) Con la locación de cosas.
Si bien en ambos contratos se confiere el uso de una cosa, la locación es esencialmente
onerosa, mientras que el comodato es esencialmente gratuito.
Por otra parte, la locación es consensual, mientras que el comodato es un contrato real.
3) Con el usufructo o el uso.
Entre el comodato y el derecho de usufructo o de uso existen las siguientes diferencias:
- el comodato es un derecho personal, en tanto que el usufructo y el uso confieren a su titular un
derecho real;
- el comodato es un contrato, mientras que el usufructo o el uso puede nacer de un contrato, de
un testamento, o aun de la ley.
- El comodato es esencialmente gratuito, en tanto que el usufructo o el uso pueden constituirse a
título oneroso o gratuito.
4) Con el depósito.
El depósito se realiza en beneficio del depositante y el depositario no adquiere en principio
el derecho a usar la cosa. El comodato, en cambio, se establece en beneficio del comodatario
adquiriendo éste el derecho a usar de la cosa.
LA PROMESA DE COMODATO
El CC estipula en el art. 2256 que “la promesa de hace un empréstito de uso no da acción
alguna contra el promitente”.
La doctrina mayoritaria ha señalado que esta norma no impide que las partes, si así lo
desean, pacten una promesa, la que no sería de objeto prohibido y, por lo tanto, cabría su
exigibilidad con base en la autonomía privada (en contra: Borda)185.
FORMA
El art. 2263 del CC establece que “Ninguna forma es indispensable para el comodato”.
PRUEBA
El art. 2263 establece que “…toda clase de prueba del contrato es admisible, aunque la
cosa prestada valga más que la tasa de la ley”. Se trata de una excepción al principio general
establecido en el art. 1193 según el cual no se admite la prueba de testigos cuando el contrato
exceda los $10.000 de la vieja moneda.
A su vez, el art. 2264, reenvía a las reglas de la locación; pero en ese capítulo no hay
reglas sobre prueba, por lo que se aplican las reglas generales sobre prueba de los contratos, no
rigiendo, como dijimos en el párr. anterior, el art. 1193.
CAPACIDAD
185
En el proyecto del ’98, el contrato es consensual, de modo que si las partes celebran un contrato preliminar, donde se
estipulen los elementos esenciales que identifiquen un futuro contrato, es válido como obligación de celebrar un futuro
contrato.
272
CONTRATOS
La ley no nos dice quiénes tienen o no capacidad para figurar en el comodato como partes,
por lo tanto se irá a las reglas generales sobre capacidad.
Pero se ha discutido en doctrina si el comodato es un acto de administración o de
disposición. No obstante, la mayoría de la doctrina se inclina por considerar que se trata de un acto
de disposición.
Ahora bien, supongamos que el comodante es incapaz; el Código le reconoce en el art.
2257, 1ª parte, el derecho de demandar “…la nulidad del contrato y exigir la restitución de la cosa
antes del tiempo convenido”. Dicha demanda procede tanto contra el comodatario capaz como
incapaz, porque lo que se toma en cuenta es la capacidad del comodante.
Si por el contrario, el comodante es capaz no puede oponerla la nulidad del contrato 8art.
2257, 2ª parte).
Pero supongamos que el incapaz sea el comodatario; en tal caso el art. 2258 nos dice: “El
comodante capaz no puede demandar la nulidad del contrato al comodatario incapaz; mas el
comodatario incapaz puede oponer la nulidad al comodante capaz o incapaz”.
Por excepción, el art. 2259 establece que “Si el comodatario incapaz no fuese menor
impúber y hubiere inducido con dolo a la otra parte a contratar, su incapacidad no lo autoriza para
anular el contrato y debe devolver la cosa prestada como si fuere capaz”.
OBJETO
En cuanto a las cosas objeto del comodato, las mismas pueden ser muebles o inmuebles y,
como regla general, deben ser no fungibles (art. 2255), porque es necesario que se restituya la
misma cosa, y si fuera fungible podría entregarse al término del contrato otra cosa distinta aunque
de la misma categoría.
No pueden ser cosas consumibles, pues desaparecerían con su primer uso y estaríamos
antes un contrato de mutuo. Excepcionalmente pueden ser cosas consumibles cuando fuesen
prestadas como cosas no fungibles, es decir, para ser restituidas idénticamente186 (art. 2260).
Las cosas ajenas pueden ser objeto de este contrato, ya que no se transmite la propiedad.
Con relación a las cosas fuera del comercio, cabe la misma solución que en la locación,
porque no se transfiere el dominio, sino el uso. Consecuentemente, la circunstancia de que la
transmisión del dominio de una cosa no esté permitida, no afecta a este contrato, pero sí influirá si
está prohibido su uso por ser contrario a la moral o las buenas costumbres, o por alguna otra razón
de orden público (art. 2261).
EFECTOS
+ OBLIGACIONES DEL COMODATARIO
1) Obligación de usar la cosa regularmente conforme a destino.
El comodatario debe usar la cosa conforme al destino convenido, y si no lo hubiera,
conforme al que tenía la cosa al tiempo del contrato, al que corresponda según su naturaleza o
costumbre del país (art. 2268).
2) Obligación de restituir la cosa prestada.
El comodatario debe restituir la misma e idéntica cosa en el tiempo pactado 8art. 2283); a
falta de pacto, cuando se haya cumplido la finalidad por la cual se prestó; y subsidiariamente, el
comodante puede reclamarla en cualquier momento 8art. 2285).
186
Por ej., cuando se presta una torta para una exposición, o cuando se prestan monedas de colección.
273
CONTRATOS
La cosa debe ser restituida en buen estado, pues se presume que así la entregó el
comodante; si sufre deterioros debe devolverla “en el estado en que se halle” (art. 2271), debiendo
indemnizar por ello el comodatario si actuó con culpa.
3) Deberes secundarios de conducta: gastos ordinarios.
El comodatario tiene el deber secundario de conducta de conservar la cosa y,
consecuentemente, de responder por los deterioros. Los gastos ordinarios que normalmente
general por el uso de la cosa, son a su cargo (art. 2282).
El art. 2278 por su parte dispone: “El comodatario no puede retener la cosa prestada por lo
que el comodante le deba, aunque sea por razón de expensas”.
Si hubiere algún gasto que el comodatario considera extraordinario (de conservación de la
cosa) debe ser abonado por el comodante (art. 2287). El comodatario debe informar al comodante
de la necesidad de efectuarlo y de su voluntad de hacerlo; ello le permitirá exigir el reembolso al
comodante. La ley lo exime de notificar al comodante cuando exista urgencia dada por el peligro
para la cosa (art. 2287, ultima parte).
+ RESPONSABILIDAD DEL COMODATARIO:
Riesgos del contrato.
El comodatario es responsable por los deterioros que sufra la cosa por su culpa (art. 2266),
pues está obligado a poner toda la diligencia en la conservación de la cosa.
Pero no responde por caso fortuito salvo que el mismo ocurra por su culpa o mora en la
restitución, o porque lo haya pactado (art. 2269).
Si el deterioro es total la responsabilidad se extiende al valor de la cosa. Así lo dispone el
art. 2267 que reza: “Si el deterioro es tal que la cosa no sea ya susceptible de emplearse en su
uso ordinario, podrá el comodante exigir el valor anterior de ella, abandonando su propiedad al
comodatario”.
+ OBLIGACIONES DEL COMODANTE
Posición jurídica del comodante.
Antes que nada, debe dejarse en claro que siendo el comodato un contrato real, el
comodante no tiene una obligación de entrega, ya que ésta es un modo de perfeccionar le contrato
y no una obligación causada por el consentimiento.
1) Obligación de asegurar el uso de la cosa por el tiempo convenido.
El comodante debe asegurar el uso de la cosa pro el tiempo convenido en el contrato. El
art. 2283 prevé: “El comodante debe dejar al comodatario o a sus herederos el uso de la cosa
prestada durante el tiempo convenido, o hasta que el servicio para que se prestó fuese hecho.
esta obligación cesa respecto a los herederos del comodatario, cuando resulta que el préstamo
sólo ha sido en consideración a éste, o que sólo el comodatario por su profesión podía usar de la
cosa prestada”.
2) Deberes secundarios de conducta: gastos extraordinarios.
Eventualmente, el comodante debe pagar los gastaos extraordinarios que el comodatario
haya efectuado para la conservación de la cosa (art. 2287).
Para que el comodatario pueda repetir del comodante lo abonado en concepto de gastos
extraordinarios deberá probar su aviso al comodante y que se trataba de gastos de conservación
de la cosa. El comodatario se podrá eximir del aviso en el caso de que un peligro grave amenazara
la cosa y la urgencia de esas reparaciones fuera de tal magnitud que impidiera al comodante dicha
situación.
3) Garantías.
274
CONTRATOS
El comodante debe una garantía por os vicios ocultos de la cosa. El art. 2286 dispone al
respecto: “El comodante que, conociendo los vicios o defectos ocultos de la cosa prestada, no
previno de ellos al comodatario, responde a éste de los daños que por esa causa sufriere”.
187
“Si el préstamo fuese precario, es decir, si no se pacta la duración del comodato ni el uso de la cosa, y éste no resulta
determinado por la costumbre del pueblo, puede el comodante pedir la restitución de la cosa cuando quisiere. En caso
de duda, incumbe la prueba al comodatario”.
275
CONTRATOS
necesaria la constitución en mora. En estos casos, la existencia de obligación debe probarse, por
lo que corresponde al comodatario demostrar la existencia de plazo o destino.
EFECTOS DE LA EXTINCIÓN
Cuando concluye el comodato, el comodatario debe restituir la cosa prestada, con todos
sus frutos y accesorios (art. 2271).
CONTRATO DE FIANZA
La fianza se ubica en el campo de las garantías desde el punto de vista económico y
jurídico; su fin es brindar seguridad.
Las garantías pueden ser:
Personales: son aquellas en las cuales el garante compromete todo su
patrimonio en el cumplimiento de una determinada obligación cuyo cumplimiento
garantiza (por ej. la fianza).
Reales: en ellas se afecta un bien determinado del patrimonio al cumplimiento de
una obligación (por ej. prenda).
CONCEPTO
276
CONTRATOS
El CC en el Art. 1986 lo define como: “Habrá contrato de fianza cuando una de las partes
se hubiere obligado accesoriamente por un tercero y el acreedor de ese tercero aceptase su
obligación accesoria”.
El C. Com trata esta figura en el Art. 478 y ss sin dar alguna definición.
El Proyecto de reforma de 1998 lo define como: “En el contrato de fianza una persona se
obliga accesoriamente por otra a satisfacer una prestación para el caso de incumplimiento”.
CARACTERES DE LA DEFINICION
ES UN CONTRATO: es un acto jurídico
bilateral diferente de otras garantías que pueden constituirse por acto unilateral y que son
diferentes a la fianza. Aunque el Art. 1987 establece que “puede también constituirse la fianza
como acto unilateral antes que sea aceptada por el acreedor”.
Ante la aparente contradicción entre el articulo 1986 y el 1987, la doctrina se pregunta si la
finaza es siempre un contrato o puede tener también como causa fuente un acto jurídico
unilateral. La conclusión a la que se arriba es que la fianza voluntaria es siempre de fuente
contractual, mientras que la legal y la judicial se generan en un acto jurídico unilateral.
CELEBRADO ENTRE FIADOR (Tercero en la
relación primitiva) Y ACREEDOR.
CAUSA UNA OBLIGACION DE GARANTÍA
RESPECTO DE LA OBLIGACION QUE TIENE EL DEUDOR EN OTRO CONTRATO, en
virtud de la cual el fiador se obliga a satisfacer una prestación para el caso de incumplimiento
del deudor principal.
ESTABLECE UNA RELACIÓN DE
ACCESORIEDAD entre el contrato principal que causa la obligación afianzada y el de fianza
que origina la obligación de garantía.
LA ACCESORIEDAD ES JURÍDICA, puesto
que la obligación principal afianzada es la razón de ser de la garantía, pero no temporal, ya
que la garantía puede constituirse antes, durante o después de la existencia de la obligación
principal a la que accede.
Hay una RELACIÓN TRIANGULAR; una relación originaria entre acreedor y deudor y una
relación accesoria entre acreedor y fiador, pero sólo este último es el vínculo de fianza. No es un
contrato plurilateral, el deudor es en esta relación un tercero interesado, son dos contratos
distintos.
CARACTERES
a) ACCESORIO: la garantía presupone la existencia de una obligación principal a la que accede.
b) SUBSIDIARIO porque el fiador solamente responde a falta de cumplimiento por parte del
obligado directo: paga cuando este no lo verifica188.
c) CONSENSUAL: produce efectos y se concluye desde que las partes hubiesen manifestado
recíprocamente su consentimiento.
188
Según DIEZ-PICAZO, esta subsidiariedad, que significa que existe “un determinado orden en la responsabilidad” es una
característica de la obligación y no del contrato, en virtud de la cual se requiere la previa excusión de los bienes del deudor
277
CONTRATOS
d) CONMUTATIVO: por que el balance entre las ventajas y desventajas son conocidas por las
partes al tiempo del perfeccionamiento del contrato.
e) UNILATERAL O BILATERAL: de conformidad con la concepción vigente a la época de la
sanción de CC, es un contrato unilateral y gratuito, por que crea obligaciones solo para el
fiador. Aunque se mencione obligaciones a cargo del acreedor, en realidad no lo son, por que
son deberes secundarios de conducta. Si el deudor paga un precio, para el fiador no altera la
gratuidad por que no es parte. Pero si es el acreedor quien paga al fiador para que otorgue la
fianza el contrato es bilateral y oneroso.
FORMA Y PRUEBA.
278
CONTRATOS
CAPACIDAD
La regla general es que “tienen capacidad para obligarse como fiadores todos los que
tienen capacidad para contratar empréstitos”. (ART 2011)
Crítica (Lorenzetti): esto ha sido criticado, ya que no hay normas en el CC que regulen
específicamente la capacidad para contraer empréstitos (contrato de mutuo). Por otra parte, los
menores no pueden contraer empréstitos pero pueden ser fiadores y los administradores de
corporaciones pueden contraer empréstitos pero no pueden ser fiadores, con lo cual la regla no
puede ser aplicable.
La doctrina ha señalado que en general se requiere capacidad para contratar, con las
excepciones previstas en el Art. 2011 del CC que son:
1) Los menores emancipados, aunque obtengan licencia judicial y aunque la fianza
no exceda de $ 500 fundamento: proteger al menor ya que la fianza es un acto muy sencillo
(sola firma) y de consecuencias muy graves.
2) Los administradores de bienes de corporaciones en nombre de las personas
jurídicas que representaren en este tema se sigue a Freitas y las corporaciones son personas
jurídicas que no persiguen un fin de lucro.
3) Los tutores, curadores y todo representante necesario en nombre de sus
representados, aunque sean autorizados por el juez;
4) Los administradores de sociedades si no tuviesen poderes especiales; el
otorgamiento de una fianza importa un compromiso patrimonial de relevancia, lo que justifica la
exigencia de un poder especial.
5) Los mandatarios en nombre de sus constituyentes, si no tuviesen poderes
especiales;
6) Los que tengan órdenes sagradas cualquiera que sea su jerarquía, a no ser por
sus iglesias, por otros clérigos, o por personas desvalidas. estas disposiciones se refieren
unicamente a los religiosos profesos.
SEGÚN LORENZETI también:
7) La fianza entre conyuges es admisible, toda vez que, en realidad, no es entre ellos que
se celebra, sino que un conyuge que quiere respaldar al otro firma el contrato con el acreedor.
279
CONTRATOS
El Art. 1994 establece que la fianza no puede existir sin una obligación válida; dos
cuestiones a analizar:
A) OBLIGACIONES FUTURAS.
El Art. 1988 establece que la fianza puede ser otorgada en garantía de una obligación
futura, sin que sea necesario que su importe se limite a una suma fija, pudiendo referirse al importe
de las obligaciones que contrajere el deudor. También el Art. 1989 (la fianza de una obligación
futura debe tener un objeto determinado, aunque el crédito futuro sea incierto y su cifra
indeterminada), admite ese afianzamiento en concordancia con lo que dispone el articulo anterior.
De modo que es perfectamente posible que se afiance una obligación proveniente de un
contrato futuro.
La norma (Art. 1989) parte del supuesto de considerar licita la fianza constituida sobre una
obligación futura con objeto determinado, por ejemplo, un fiador asume la garantía por el saldo
deudor de una cuenta corriente o una tarjeta de crédito, lo cual es algo cotidiano en la gira de los
negocios, aquí el objeto esta determinado por que seria la cuenta corriente o el saldo de la tarjeta
de crédito. Aquí el fiador esta asumiendo una responsabilidad por las obligaciones futuras,
vinculadas a ese negocio determinada.
El código en esto trae una solución extremadamente amplia, por que dice que para que sea
valida la fianza, basta con que este determinado el objeto, aun cuando (aclara la norma) el monto
del afianzamiento sea incierto y su cifra indeterminada.
Esta norma tenia todo un sentido y una razón de ser cuando Vélez la proyecto en el siglo
XIX. En los contratos, se partía de la premisa de que eran entre iguales. Entonces no había
necesidad de proteger a ningún contratante en particular.
280
CONTRATOS
Esta figura es muy amplia, la podemos denominar como FIANZA ABIERTA. Evidentemente
resulta peligroso para los intereses del fiador. Por ejemplo en el caso del ejemplo anterior tan
protegido tiene que estar el consumidor que contrata con el banco, como el fiador que va a prestar
la garantía.
Por lo tanto parte de la doctrina (y también la cátedra) cree que el Art. 1989 hoy no puede
ser interpretado en su literalidad, hay que ver el tipo de fianza que se otorga y ver si esa fianza
garantiza un negocio de consumo, por que si el negocio afianzado es de consumo la fianza
también es una fianza de consumo y en ese caso por aplicación del deber de información, el
acreedor esta obligado a informarle al fiador cual es el monto máximo por el cual esta asumiendo
la responsabilidad. Obviamente que no puede saberse a ciencia cierta cual va a ser la extensión
completa de la responsabilidad, pero si lo que se puede saber es cual es el monto máximo por el
cual el fiador esta asumiendo la responsabilidad.
Es por eso que se cree que en las fianzas abiertas para afianzar negocios de consumo a
esta exigencia del Art. 1989 le debemos adicionar el monto máximo.
Para esta postura si se constituye una fianza abierta por un monto indeterminado y no se
preciso cual es la extensión de la responsabilidad del fiador, la fianza es pasible de nulidad.
Otros autores aunque admiten la validez de las fianzas por montos indeterminados, y con
formulas genéricas, sostienen que pueden ser declaradas ilícitas o revisadas por aplicación de la
lesión, de la imprevisión, el abuso de derecho, etc.
Esta cuestión debe ser resuelta por los dos criterios que suministra el código:
a) la obligación afianzada puede ser futura y su monto indeterminado;
b) la fianza debe tener objeto determinado, es decir, que la garantía debe presentar alguna
forma de delimitacion del riesgo asumido.
Esto surge por que el codificador era conciente de que si las partes celebran un contrato
sobre una obligación que aun no nació, no saben cual es el riesgo asumido y por lo tanto se
trataría de un compromiso peligroso por esta razón, estableció dos limitaciones importantes: la
fianza debe ser indeterminada aunque la obligación no lo sea y que la fianza puede ser retractada.
281
CONTRATOS
2) FIANZA SOLIDARIA: Aquí no es necesario para que el fiador solidario responda que haya una
ejecución de los bienes del deudor, aquí basta que el acreedor lo haya intimado al deudor
requiriéndole el pago de su obligación, si frente a ese requerimiento fundado en el principio de la
283
CONTRATOS
buena fe, el deudor no cumple con su obligación, entonces ya queda expedita la acción del
acreedor contra el fiador solidario.
Aquí el fiador no tiene los beneficios de excusión, ni de división y para poder proceder
contra el fiador solo es necesario requerir el cumplimiento de la obligación no siendo necesaria la
ejecución de los bienes del deudor. En lo demás se aplican las reglas de la fianza simple. (Art.
2004)189
3) FIANZA DEL PRINCIPAL PAGADOR: Es la figura más usual, es la que tiene más relevancia en
la vida práctica. Es la manera más rigurosa bajo la cual la fianza puede ser constituida.
Lo regula el Art. 2005 que dice que “el fiador principal pagador será deudor solidario y se le
aplicaran las disposiciones sobre los codeudores solidarios”.
Esta norma ha dado lugar a debate en la doctrina en relación a la naturaleza jurídica del
fiador principal pagador. Tenemos dos posturas mayoritarias:
Interpretación literal: Ha sido interpretada por algún sector de la doctrina de modo literal y
en base a ello se ha sostenido que esta fianza no es en verdad fianza y que el fiador esta
asumiendo una garantía diferente, la derivada de constituirse en co-obligado solidario. Para
esta postura el fiador principal pagador no seria un fiador sino que seria un co-deudor solidario
y por lo tanto no se le aplicaran las normas de la fianza sino las normas de las obligaciones
solidarias. Aquí se emplea la voz solidaridad en un sentido distinto de lo que veíamos antes, se
lo interpreta a modo de obligación solidaria.
Critica: Esta tesis la cátedra no la comparte al igual que la mayoría de la doctrina, por que bien
interpretado el art.2005, nunca puede coincidir a ese entendimiento.
Interpretación histórica, sistemática y lógica del Art. 2005 (Cátedra): Para que existan
obligaciones solidarias deben darse determinados componentes, por ejemplo tiene que tratarse
de una obligación, de una relación jurídica que tenga: a) una única causa, b) un único objeto y
c) una pluralidad de vínculos. Si no hay estos tres elementos, una obligación no puede ser
solidaria.
Si trasladamos esto a la figura del fiador principal pagador, estas notas no se dan, por
que no hay unidad de causa, (dado que el fiador no se obliga por la finalidad de la obligación
principal, sino como garante), tampoco unidad de objeto, (sino que hay una pluralidad de
objeto, por que el obligado principal se obliga a la prestación debida, en cambio el fiador no se
obliga a la prestación debida, se obliga dar una suma de dinero en concepto de resarcimiento
por los daños y perjuicios derivados del incumplimiento del afianzado), de modo tal que seria
un equivoco conceptual entender la solidaridad como la de las obligaciones solidarias.
Esta tendencia entiende que la figura del fiador principal pagador es una variante del
fiador solidario, y decimos variante por que aquí no es necesario que el acreedor intime o
requiera el cumplimiento de la obligación para poder ir contra el fiador, por que como su
nombre lo indica el fiador se obligo como principal pagador, de modo que ante el mero
incumplimiento del deudor afianzado puede el acreedor ir directamente contra el fiador190.
189
Son supuestos en los que hay fianza solidaria: cuando lo dice el contrato, cuando el fiador renuncie al beneficio, o cuando el
acreedor fuera el estado nacional o provincial. La fianza solidaria es la regla en el derecho comercial.
190
Esta seria la diferencia desde el punto de vista técnico entre la fianza solidaria y la del principal pagador. El nombre
nos da cuenta de la Naturaleza Jurídica, ya que la expresión utilizada por el código no habla de principal deudor como si
lo seria un co-deudor solidario, entonces el paga frente al requerimiento, lo que no quiere decir que sea un co-obligado
solidario. Esto que parece una mera distinción tecnica, no lo es por que varian las normas que se aplican.
284
CONTRATOS
EFECTOS DE LA FIANZA
La fianza se puede explicar a través de una relación triangular, por esto existe una
pluralidad de relaciones.
Son partes del contrato fiador y acreedor, por tanto hay que determinar cuales son las
consecuencias jurídicas que se dan entre ellos. Aquí hay que ver de qué tipo de fianza se trata por
que las consecuencias son distintas según sea el tipo de fianza adoptado.
285
CONTRATOS
286
CONTRATOS
EXTINCION DE LA FIANZA.
La extinción de la fianza según la doctrina puede darse por dos grandes causales:
EXTINCION POR VIA DE CONSECUENCIAS
Es la expresión mas acabada de la conexidad contractual, aquí la fianza se extingue por
que se extingue la obligación principal. De modo que si se extingue el negocio principal, se
extingue la fianza, salvo el caso marginal de la fianza que garantiza la obligación asumida por un
incapaz, que no se extingue, por tanto todas las causales de extinción de las obligaciones son
aplicables a la fianza.
Podemos referirnos a supuestos puntuales:
a) En caso de NOVACION, el código en el Art. 2045 plantea la hipótesis en la cual el
negocio principal se extingue por novación, pero en la novación el acreedor hace reserva de que la
novación no importa la extinción de la fianza. El CC dice que esa manifestación de voluntad no
impide la extinción de la fianza, salvo que medie consentimiento del fiador.
b) En la DACION EN PAGO sucede algo similar. El CC en el Art. 2050 planteo el caso de la
entrega de una prestación diferente a la debida y luego esa cosa entregada da lugar a la garantía
191
Art. 2037: “El cofiador que paga la deuda afianzada, queda subrogado en todos los derechos, acciones, privilegios y garantías del
acreedor contra los otros cofiadores, para cobrar a cada uno de estos la parte que le correspondiese”.-
Art. 2038: “El fiador que paga más de lo que le corresponde es subrogado por el exceso en los derechos del acreedor contra los
cofiadores y puede exigir una parte proporcional de todos los cofiadores”.-
Art. 2039: “Al fiador que hubiese hecho el pago podrán los otros cofiadores oponerles todas las excepciones que el deudor principal
podría oponer al acreedor; pero no las que fuesen meramente personales a éste”.-
Art. 2040: “Tampoco podrán oponer al cofiador que ha pagado, las excepciones puramente personales que correspondiesen a él contra
el acreedor, y de las cuales no quiso valerse”.-
287
CONTRATOS
de evicción y vicios redhibitorios, estas responsabilidades no alcanzan al fiador por que la fianza
se extingue, por el hecho de la dación en pago.
288
CONTRATOS
relación locativa o por el plazo que demande la restitución de la cosa frente a la negativa del
locatario.
El fiador responderá durante el plazo que dure la ocupación ilegitima, siempre que el
locador lo demande, es decir que sea diligente.
EXTINCIÓN DE LA FIANZA.
Hay dos grupos…
Por vía de consecuencia: cuando se ha extinguido la obligacion principal y consecuentemente se
extingue la fianza. Las causales de extinción de la obligacion son causales de extinción de la fianza (por ej. pago,
novación, transacción, etc.)
Respecto del pago: en materia de fianza el CC trata la dación en pago en el art 2050: “cuando
el deudor paga con una prestación distinta de la debida, se extingue la obligacion. El fiador no
responde luego por evicción”. la dación en pago extingue definitivamente la fianza.
Respecto de la novación: más allá de las manifestaciones entre acreedor y deudor, la
novación siempre va a extinguir la fianza, aún cuando el acreedor la haga con reserva de conservar
derechos contra el fiador, salvo acuerdo del fiador en contrario (art. 2047).
Por vía principal o directa: cuando se extingue la fianza, pero subsiste la obligacion principal afianzada.
Causales:
1. Imposibilidad de que el fiador se subrogue en los derechos que correspondían al acreedor
como consecuencia de una conducta negligente de éste último o por un hecho positivo (art. 2043).
2. Prorroga del plazo de cumplimiento de la obligacion principal esa prórroga es inoponible al
fiador porque éste se obliga por un plazo determinado, por lo que la fianza se extingue (salvo acuerdo
del fiador) (art. 2046).
3. Cuando el acreedor es negligente en la excusión de los bienes del deudor (art. 2018) esta
causal no es invocable por el fiador principal pagador.
4. Cuando hay negligencia por parte del acreedor cuando vence la deuda, el fiador puede
intimar al acreedor para que se accione contra el deudor; si el acreedor no acciona y el deudor se torna
insolvente, la fianza se verá extinguida.
En el caso del fiador pagador principal, si se admite la naturaleza de codeudor solidario no podrá invocar estas
causales de extinción.
289
CONTRATOS
CONCEPTO.-
La ley 25.248 lo define en su art. 1: “En el contrato de leasing el dador conviene transferir al
tomador la tenencia de un bien cierto y determinado para su uso y goce, contra el pago de un
canon y le confiere una opción de compra por un precio”.-
Es una definición importante porque:
Define el contrato como autónomo, a diferencia de la ley 24.441 que lo calificaba
como “locación con opción de compra”, aunque dispone la aplicación subsidiaria de
las normas del contrato de locación y compraventa.-
Es general, pues abarca tanto el leasing mobiliario como el inmobiliario, el operativo
y financiero, difiriendo de la anterior normativa que adoptaba la técnica de los
subtipos.-
PARTES.
Son el DADOR, que puede ser una persona física o jurídica.- Antes la ley 24.441 exigía que
el dado fuera un entidad financiera.-
El otro sujeto es el TOMADOR.-
OBJETO.-
Resultan de aplicación las normas generales relativas al objeto de los contratos,
especialmente en cuanto a la licitud, posibilidad, determinabilidad y patrimonialidad.-
El régimen de la ley 25.248 amplió la nómina de los bienes que pueden ser objeto del
contrato: muebles, inmuebles, marcas, modelos industriales, patentes, y el software, con lo que
además de cosas se incluyen derechos, adoptando las siguientes reglas:
290
CONTRATOS
- debe tratarse de cosas individualizadas, lo que significa que deben ser susceptibles de
identificación, a fin de que puedan ser registradas.- El objeto debe ser un bien cierto y
determinado, con lo que se establece el requisito necesario para su individualización
registral.-
- no dice nada respecto de si deben ser nuevas o usadas, lo que permite interpretar que
las cosas usadas puede ser objeto de leasing.-
- en el leasing financiero, las cosas muebles deben haber sido adquiridas especialmente
para ese fin a un tercero o bien ser de propiedad del dador.-
ELEMENTOS TÍPICOS.-
+ ELEMENTOS GENERALES DEL TIPO.-
Son los que derivan de la definición del art. 1 de la ley:
a) “La transferencia onerosa de la tenencia sobre un bien cierto y determinado para su uso y
goce”. El tomador del leasing recibe la tenencia del bien, es decir, que lo tiene
reconociendo en otro la propiedad; esa tenencia es para el uso y goce de la cosa.-
b) “La opción de compra”. Es un elemento esencial, una vez ejercida provoca la aplicación
analógica de las reglas de la compraventa.- Se confiere contra el pago de un precio, que
normalmente, dado el momento en el cual se ejerce, equivaldrá al valor residual de las
cosa, previo descuento de las cánones pagados, pero cuya fijación la ley deja librado a la
autonomía de la voluntad, estableciendo que “debe estar fijado en el contrato o ser
determinable según procedimientos o pautas pactadas”.-
291
CONTRATOS
B) LEASING FINANCIERO.-
En el leasing financiero aparece un tercer sujeto (fabricante, mayorista o distribuidor) de
quien el dador adquiere el bien indicado por el tomador, con la finalidad de dar financiamiento a su
cliente.-
Se configura en forma tripartita: hay un negocio de compraventa o suministro, celebrado
por el fabricante o comerciante con el dador (que es quien financia el negocio), sobre el bien
indicado por el tomador, y luego un leasing entre la entidad financiera y el tomador.-
No se celebra un único contrato, ni puede afirmarse que el leasing tenga tres partes, sino
que se trata de un supuesto de conexidad contractual que autoriza una acción directa.-
entonces con un banco una operación mediante la cual enajena a la entidad financiera el bien, y
ésta se lo alquila.- De este modo, el industrial recibe un préstamo, bajo la forma de precio, y no
pierde el uso del bien, ya que lo tiene en locación.- Una vez que devuelve el préstamo dinerario,
bajo la forma de alquileres, ejerce la opción de compra y recupera la cosa.-
FORMA Y PRUEBA
La ley 24.441 no establecía una forma especial. La mayoría de la doctrina sostuvo que la
forma era escrita, ya que de otro modo no sería posible la inscripción que preveía la ley.-
La ley vigente dispone que debe instrumentarse en escritura pública si tiene como objeto
bienes inmuebles, buque o aeronaves, y en los demás casos puede instrumentarse por
instrumento público o privado.-
El contrato se prueba por las formas previstas en la ley.-
INSCRIPCIÓN REGISTRAL.
Es un requisito que sirve para la oponibilidad frente a terceros. El interés prevalente en la
inscripción es del tomador, toda vez que de esta manera puede ejercer la opción de compra contra
el dador, y oponerla a terceros en caso de conflicto.-
Debe efectuarse en el registro que corresponda según la naturaleza del bien; a partir de la
fecha de celebración del contrato y con prescindencia de la fecha en que corresponda hacer la
entrega de la cosa; pero para que produzca efectos contra terceros desde la fecha de la entrega
del bien, la inscripción debe solicitarse dentro de los 5 días hábiles posteriores; pasado ese
término, producirá ese efecto desde que el contrato se presente para su registración.-
Si se trata de cosas muebles no registrables o software, la inscripción debe realizar en el
Registro de Créditos Prendarios del lugar donde se encuentren las cosas o, en su caso, donde la
cosa o software se debe poner a disposición del tomador.-
El plazo de duración de la inscripción es de 20 años para los inmuebles, y 10 en los demás
casos.-
293
CONTRATOS
- Transcurridos esos plazos (30 o 60 días según el caso) sin que se haya optado por continuar o
resolver el contrato, el mismo queda resuelto de pleno derecho.- Se debe restituir el bien, sin
necesidad de verificación previa, bastando sólo la exhibición de que el contrato estaba
inscripto.-
Plazo para la inscripción.-
Para que tenga efectos desde la celebración, hay que inscribirlo dentro de los siguientes
plazos registrales:
inmuebles: 45 días.-
muebles registrables: 10 días.-
muebles no registrables: dentro de las 24 hs en el Registro de Créditos Prendarios.-
Para que tenga efectos desde la entrega:
el plazo es de 5 días (hábiles, corridos) contados desde la entrega.-
Vencidos estos plazos el contrato es oponible desde la inscripción.-
2) Uso regular: El tomador puede usar y gozar del bien y debe ejercer regularmente
ese derecho, conforme se exige al locatario y de acuerdo a los standards de buena fe y
del ejercicio no abusivo de los derechos.-
3) Obligación de restitución: Si el tomador no ejerce la opción, debe restituir la cosa
en tiempo oportuno, aplicándose las normas de la obligación de restituir propia de la
locación.-
4) Ejercicio de la opción de compra: También debe ejercer la opción de compra en
el plazo pactado, pagar el valor residual en tiempo oportuno y cumplir con los recaudos
legales para la transmisión, conforme lo hemos señalado al estudiar este elemento.-
Producido el desalojo, el dador puede reclamar por vía ejecutiva los cánones adeudados hasta el
lanzamiento, más los intereses y costas. Los daños y perjuicios resultantes del deterioro anormal de la cosa
por dolo o culpa del tomador puede reclamarse por la vía procesal pertinente.
296
CONTRATOS
CONTRATO DE MUTUO
CONCEPTO.-
El art. 2240 dice: “Habrá mutuo o empréstito de consumo, cuando una parte entregue a la
otra una cantidad de cosas que esta última está autorizada a consumir, devolviéndole en el tiempo
convenido, igual cantidad de cosas de la misma especie y calidad”.-
En el mutuo hay un préstamo de cosas consumibles o fungibles que se agotan con el uso y
obligan a restituir otra similar.-
Cabe señalar que el mutuo actual es preferentemente un préstamo de dinero.-
Además el art. 1411 dice que “se aplican al mutuo las disposiciones relativas a las
obligaciones de dar sumas de dinero o de género, según sea el caso”.-
OBJETO.
Una cosa mueble consumible o fungible aunque no sea consumible (art. 2241)
Según Borda la esencia del mutuo es un préstamo (uso), pero al ser cosas consumibles su
uso implica su perecimiento, por lo que el prestatario no puede restituir sino otra cosa de igual
especie y calidad.
297
CONTRATOS
A) CON LA COMPRAVENTA.-
EL punto de contacto entre ambos contratos se presenta en la venta con pacto de
retroventa, en los casos que ella encubre un préstamo necesario.- Pero la diferencia entre los dos
contratos es fácil, la primera se realiza para transmitir la propiedad de la cosa, en el segundo el fin
de la parte es permitirle al mutuario disponer del capital cuya devolución debe efectuar.-
Además, el mutuo es real y unilateral; mientras que la compraventa es consensual y
bilateral.- Finalmente en el primero la cosa debe ser restituida; mientras que en el segundo no
debe restituirse la cosa.-
PROMESA DE MUTUO.-
El art. 2244 dice que “la promesa aceptada de hacer un empréstito gratuito no da acción
alguna contra el promitente; pero la promesa aceptada de hacer un empréstito oneroso, que no
fuese cumplida por el promitente, dará derecho a la otra parte, por el término de 3 meses, desde
que debió cumplirse, para demandarlo por indemnización de pérdidas e intereses”.-
En consecuencia:
a) No se la admite para el mutuo gratuito.-
b) En el oneroso no es posible ejercer la acción de cumplimiento, tanto si se trata de una
promesa efectuada por el mutuante, mutuario o por ambos; sólo cabe la indemnización de
daño que debe ejercerse en un plazo de caducidad de 3 meses.-
FORMA Y PRUEBA.-
El art. 2246, expresa que el mutuo no requiere formalidad alguna, puede ser contratado
incluso verbalmente.- Si es celebrado por escrito no se requiere el doble ejemplar, ya que esta
formalidad no es exigida cuando una de las partes llenare o cumplimentare las obligaciones a su
cargo en el momento de celebrar el contrato.-
Empero tratándose de la prueba, rige el principio del art. 1193 sobre la prueba tasada:
excediendo de $ 10.000, el contrato de mutuo no admite la prueba testimonial y por ende, la
298
CONTRATOS
prueba de presunciones.- En otros términos: se requiere la prueba por instrumento público o por
instrumento privado.- Agrega el art. 2246 que si se trata de instrumento privado, este requiere
fecha cierta.-
CAPACIDAD.
Se requiere que sea persona capaz de enajenar sus bienes.
Los representantes legales o mandatarios requieren poder especial al efecto.
Como transfiere la propiedad el mutuante debe ser propietario (por ser cosa mueble la
posesión vale titulo, art. 2412).
EFECTOS.-
A) OBLIGACIONES DEL MUTUARIO.
Restitución al mutuante en el tiempo convenido igual cantidad de cosas
de la misma especie y calidad (art. 2240). Cuando no sea posible la restitución el mutuario
debe pagar el precio de la cosa o cantidad recibida en el lugar y tiempo en que debía
restituirse (art. 2251)
Pago de los intereses. En principio el mutuo es gratuito. Se deben los
intereses moratorios o las perdidas ocasionadas por la mora (art. 2248). Si fuera oneroso
también los intereses compensatorios pagados en los plazos pactados (si no hubiera plazo
cada un año).
Deben distinguirse tres clases de intereses:
El interés compensatorio, que representa el precio por el uso de un
capital.-
El interés moratorio, que representa un monto indemnizatorio
devengado por el retardo o, en su caso, la mora en la obligación de restitución
del capital dado en préstamo.-
El interés punitorio, que no constituye compensación ni
indemnización, sino pena, ya que es una sanción por el incumplimiento de una
carga, o por una inconducta del deudor.-
A estas modalidades cabe agregar el anatocismo, que es el pacto en virtud del cual
se dispone la capitalización de los intereses, sumándose al capital originario y devengando
nuevos intereses.-
299
CONTRATOS
NOTA: CLÁUSULAS INVÁLIDAS Y ABUSIVAS: En materia de interpretación se ha señalado que en caso de duda debe
interpretarse a favor del deudor cuando el mutuo es oneroso.- En cambio, cuando el mutuo es gratuito, la regla se invierte a favor del
prestamista.-
300
CONTRATOS
CARACTERES.-
El contrato de depósito presenta los siguientes caracteres:
- REAL: el C. Civil señala expresamente el carácter real de este contrato diciendo en su art.
2190 que “El contrato de depósito es un contrato real y no se juzgará concluido, sin la
tradición de la cosa depositada”.-
- UNILATERAL O BILATERAL: El contrato de depósito civil es unilateral, y el comercial es
bilateral.- El primero es unilateral porque en el momento genético nace una sola obligación
que es la restitutoria.- El depósito comercial es bilateral, pues hay obligaciones a cargo de
ambas partes en el acto genético y son recíprocas.-
301
CONTRATOS
B) CON EL COMODATO.-
a) En el comodato, el comodatario recibe la cosa con derecho a usarla.- En el depósito el
depositario no tiene en principio derecho a usar la cosa.-
b) En el comodato el comodante no puede pedir la cosa cuando quiere, salvo excepción.- En
el depósito, el depositante puede pedir la cosa cuando quiere.-
302
CONTRATOS
OBJETO.-
La operación jurídica considerada por las partes es la entrega de una cosa para su guarda
y custodia.- Esta operación se refiere a las cosas y no a las personas; dentro de éste género
puede tratarse tanto de inmuebles como de muebles.-
El debate sobre si deben o no incluirse los inmuebles dentro del depósito se desarrolla al
margen de su verdadera utilización, ya que en las costumbres no se suele recurrir al depósito, sino
a otros contratos como el de servicios, como lo explica BORDA.- Sin embargo VELEZ defendió su
posición afirmando que no hay razón alguna para decir que una persona que cierra su casa y
deposita en otra las llaves, no efectúa un depósito, sino una locación de servicios.-
FORMA Y PRUEBA.-
Al ser un contrato no formal, no se requiere forma alguna para su celebración.- No se
admite la prueba por testigos cuando el monto supere los $10.000 de la vieja moneda, y sólo podrá
probarse por escrito.- En el depósito necesario se admite todo tipo de pruebas.-
Al respecto LORENZETTI nos dice que tanto el depósito civil como el comercial, no
requieren solemnidades absolutas o relativas para su celebración.- Específicamente el C.
Civil dispone en su art. 2200 “La validez del contrato de depósito, no está sujeta a la observancia
de ninguna forma particular”.- Dicho esto y para concluir decimos:
I. Cuando el depósito es voluntario y gratuito, y su valor fuere superior
a diez mil pesos, no admite la prueba testimonial, y se debe probar por
escrito.-
II. Cuando el depósito es necesario es admisible todo tipo de prueba.-
III. Cuando el depósito es comercial, se aplica el mismo régimen que en
el depósito civil.-
DISTINTAS ESPECIES.-
DEPÓSITO VOLUNTARIO Y DEPÓSITO NECESARIO.-
A) En el depósito voluntario el depositante elige al depositario sin ningún
condicionamiento, mediante el ejercicio pleno de su voluntad.-
B) En el depósito necesario, la libertad está restringida por una circunstancia externa
y, conforme a una enumeración ejemplificativa del CC (art. 2187), ello sucede
cuando se hace “por ocasión de algún desastre, como incendio, ruina, saqueo,
naufragio u otros semejantes, o de los efectos introducidos en las casas destinadas
a recibir viajeros.-
303
CONTRATOS
A) DEPÓSITO VOLUNTARIO.-
Consentimiento.- Influencia del error sobre la validez.-
Rigen en cuanto al mismo los principios generales de los contratos, pero hay una regla
especial que atañe al error, y que se encuentra expresada en el art. 2184 que dispone: “El error
acerca de la identidad personal del uno o del otro contratante, o a causa de la sustancia, calidad o
cantidad de la cosa depositada, no invalida el contrato.- El depositario, sin embargo, habiendo
padecido error respecto a la persona del depositante, o descubriendo que la guarda de la cosa
depositada le causa algún peligro, podrá restituir inmediatamente el depósito”.-
304
CONTRATOS
Para sintetizar este tema decimos que el depositario capaz queda obligado, no pudiendo
pretender la nulidad.- Pero la parte incapaz puede:
1) exigir el cumplimiento del contrato.-
2) reclamar la nulidad, en este caso el depositario capaz puede reclamar los gastos
útiles que hubiera hecho en la conservación de la cosa.-
- DEPOSITARIO INCAPAZ: El Código Civil establece en su art. 2194 que: “si el depósito ha sido
hecho por una persona capaz, en otra que no lo era, el depositante solo tendrá acción para
reivindicar la cosa depositada mientras exista en poder del depositario, y el derecho a cobrar al
incapaz todo aquello con que se hubiere enriquecido por el depósito”.-
También se contemplan los efectos en el art. 2195 al señalar que: “La persona incapaz,
que ha aceptado un depósito de otra persona capaz o incapaz, puede cuando fuese demandada
por pérdidas o intereses originados por no haber puesto los cuidados convenientes para la
conservación de la cosa depositada, repeler la demanda por la nulidad del contrato; pero no puede
invocar su incapacidad para sustraerse a la acción de la restitución de la cosa depositada”.-
En este caso tampoco hay contrato, por la incapacidad del depositario, y si lo hubiera es
nulo.-
Las acciones que las partes pueden invocar se fundan en el enriquecimiento sin causa.-
Por esta razón el depositante está facultado para reivindicar la cosa, que es de su
propiedad, y tiene derecho a cobrar al depositario todo lo que se hubiere enriquecido con el
depósito.-
305
CONTRATOS
1) DEPÓSITO REGULAR
+ OBLIGACIONES EN EL DEPÓSITO REGULAR.-
En relación al depositario.-
1) Obligación de guarda y custodia: estándar de conducta exigible.-
La única obligación causada por la entrega es la que corresponde al depositario: la guarda
y custodia de la cosa.- La custodia se hace en interés del depositante, esta idea es clave para
comprender algunas reglas legales.- Están previstas en el art. 2202 cuando dice “El depositario
está obligado a poner las mismas diligencias en la guarda de la cosa depositada, que en las suyas
propias”.-
2) Obligación de restitución.- Responsabilidad por la no devolución.-
La entrega de la tenencia de la cosa en el depósito regular se hace con el propósito de
custodia y restitución al término del plazo pactado.- De modo que el depositario queda obligado a
restituir la misma cosa que fue depositada en su estado exterior, con todas sus accesiones y
frutos.-
El depositario tiene la simple tenencia, estando obligado a conservar y restituir la cosa,
teniendo el derecho al pago de los gastos o mejoras necesarias, pero no a apropiarse de los
frutos.- En caso de no poder restituir la cosa por su culpa, deberá pagar los daños y perjuicios.-
306
CONTRATOS
Riesgos.-
El depositario no responde por caso fortuito, ni por fuerza mayor, salvo que sea moroso en
la restitución.-
2) DEPÓSITO IRREGULAR.-
OBLIGACIONES EN EL DEPÓSITO IRREGULAR
En relación al depositario-
En el depósito irregular se entregan cosas en propiedad, de modo que el propietario
(depositario) no se obliga a restituir las mismas cosas.- El depositario tiene entonces una
obligación de restituir que presenta particularidades, ya que, conforme, lo señala el Código Civil,
en su art. 2220: “Si el depósito fuese irregular, de dinero o de otra cantidad de cosas, cuyo uso
fuese concedido por el depositante al depositario, queda éste obligado a pagar el todo y no por
partes, otro tanto de la cantidad depositada, o a entregar otro tanto de la cantidad de cosas
depositadas, con tal que sean de la misma especie”.-
La entrega en propiedad de cosas consumibles obliga a restituir otras equivalentes o su
valor en dinero.- Si se entregan cosas consumibles es obvio que se autoriza su uso.- También se
reconoce al depositario el derecho de retención, el art. 2223 dice que “el depositario puede retener
el depósito por compensación de una cantidad concurrente que el depositante le deba también por
depósito, pero si se hubiere hecho cesión del crédito, el cesionario no puede embargar en poder
de depositario la cantidad depositada”.-
307
CONTRATOS
308
CONTRATOS
por lo que puede solicitar la devolución de la cosa con anterioridad al vencimiento, lo cual se funda
en el carácter de contrato de confianza.-
b) Pérdida de la cosa depositada: la extinción también se produce por la desaparición de la cosa,
siguiéndose el régimen de transmisión de riesgos analizados.- Este efecto extintivo no se produce
en el depósito irregular, en el que se entregan cosas fungibles, que no perecen, porque siempre es
posible entregar otra perteneciente al género.-
c) Enajenación de la cosa depósitada por parte del depositante: el depositante puede requerir la
devolución de la cosa en cualquier momento, y por lo tanto, no necesita invocar causa alguna ni
probar que lo hace porque ha vendido la cosa.-
d) Distracto: el depósito puede extinguirse por mutuo acuerdo de las partes, antes del vencimiento.-
B) DEPÓSITO NECESARIO.-
Es aquel que se hace con motivo de una imperiosa necesidad del depositante, porque se
hace en ocasión de algún desastre, como incendio, ruina, saqueo, naufragio, o otros
acontecimientos.-
RÉGIMEN LEGAL.-
Se aplica el mismo régimen legal que en el depósito voluntario, pero con dos excepciones:
1. Es válido el depósito hecho a personas adultas aunque incapaces de hecho.- En realidad
se tiene en cuenta el discernimiento, y así, si el depositario es un demente, el depósito será
inválido; pero si el depositario es un sordomudo, será válido.-
2. Para acreditar el contrato se admiten toda clases de prueba.-
OBJETO: El objeto de este contrato son “los efectos introducidos en las posadas por los viajeros” y “los carros y
efectos de toda clase que hayan entrado en las dependencia de las posadas”, lo que interpretado con ciertos
criterios actuales, incluye a los automóviles.-
CELEBRACIÓN.- PERÍODO PRECONTRACTUAL.: El contrato se celebra por “la introducción en ellas de los
efectos de los viajeros, aunque expresamente no se hayan entregado al posadero o sus dependientes, y aunque
ellos tengan la llave de las piezas donde se hallen los efectos”.-
La entre de los bienes ha sido contemplada en forma amplia, a los fines de proteger al viajero.- Por ello es
indiferente que hayan sido entregados al dueño de la posada u hotel, a un empleado, o que permanezcan en
manos de los pasajeros, y bajo su control porque posean la llave de las habitaciones.-
309
CONTRATOS
OBJETOS POR LOS QUE RESPONDE EL POSADERO: El posadero responde por los daños o pérdidas sufridos
en los efectos introducidos en las posadas, y por los vehículos de cualquier clase dejados en las dependencias del
hotel.- Sin embargo, cuando se trata de objetos de gran valor, el viajero debe hacerle saber al posadero que los
tiene en su poder, e incluso mostrárselos si éste se los exige; de no proceder así, el posadero no responde por su
pérdida.-
MOMENTO PERFECTIVO DEL CONTRATO: El contrato queda perfeccionado desde que el viajero introduce los
efectos en la posada, aunque no se los haya entregado al posadero, y el viajero tenga la llave de las piezas donde
se encuentren los mismos.-
310
CONTRATOS
Cláusulas eximentes.
Son nulas estas estipulaciones ya que este depósito se considera necesario y que el viajero no
puede discutir libremente sus cláusulas. Nada se opone a que asuma mayor responsabilidad.
Prueba.
La prueba de la perdida, cantidad, calidad y valor de los objetos se puede realizar por cualquier
medio.
Derecho de retención.
En principio el posadero tenía derecho de retención sobre todos los efectos introducidos en el hotel
hasta que sea pagado el crédito.
Luego se limito a dinero, alhajas, ropa suntuaria, dejando de lado la ropa y muebles comunes o
necesarios para la profesión del viajero.
311
CONTRATOS
312
CONTRATOS
CARACTERES.-
a) ES REAL: no queda concluido sino por la entrega del dinero, o por la tradición de la cosa, en
que consistiere el capital.- (Art. 2071).-
b) ES UNILATERAL: porque surge una única obligación a cargo del deudor (SPOTA; LAFAILLE).-
Para otros como BORDA es bilateral, en la medida en que una de las partes se obliga a
entregar el capital y la otra la renta.- Sin embargo tratándose de un contrato real, la entrega no
puede ser entendida como una obligación.-
c) ES ALEATORIO: ya que las ventajas o las pérdidas para ambas partes contratantes, o
solamente para una de ellas, dependen de un acontecimiento incierto.- El hecho jurídico que
constituye el alea es la duración de la vida de la persona que se toma en cuenta para
determinar la extensión temporal del pago de la renta.-
d) ES ONEROSO: quien se obliga al pago de una renta lo hace en virtud de la prestación que ha
recibido del constituyente como consecuencia de la entrega del capital.- Esta onerosidad
subsiste, aun cuando el beneficiario sea un tercero.-
e) ES TÍPICO: porque está disciplinado en el Código Civil.-
f) ES DE TRACTO SUCESIVO: pues las obligaciones de pago de la renta se van devengando
periódicamente (mensual, semestral, anualmente).-
g) ES FORMAL: puesto que debe ser realizado en escritura pública, bajo pena de nulidad.-
FORMA.-
En materia de contrato oneroso de renta vitalicia, la forma es la escritura pública, y en el
sistema del antiguo código, esa forma se exigía bajo pena de nulidad.- Esta postura ha quedado
derogada por el art. 1184.-
Dice SPOTA, que la forma del contrato en cuestión es meramente probatoria, no es
constitutiva, no es una forma solemne.- Todo, pese a que el art. 2071 imponga la pena de nulidad
al presente contrato, cuando no se celebre por escritura pública, ya que esas expresiones han
quedado derogadas implícitamente por el art. 1184.192-
192
Art. 2071: “El contrato oneroso de renta vitalicia no puede ser hecho, pena de nulidad, sino por escritura pública, y no quedará
concluido sino por la entrega del dinero, o por la tradición de la cosa, en que consistiese el capital”.-
Art. 1184: “Deben ser hechos en escritura pública, con excepción de los que fuesen celebrados en subasta pública (...)”.-
Art. 1185: “Los contratos que debiendo ser hechos en escritura pública fuesen hechos por instrumentos particular firmado por las
partes, o que fuesen hechos por instrumento particular en que las partes se obligasen a reducirlo a escritura pública, no quedan
concluidos como tales, mientras la escritura pública no se halle firmada; pero quedarán como contratos en que las partes se han
obligado a hacer escritura pública”.-
313
CONTRATOS
asegurados entre los cuales se fracciona, además, con la muerte del cabeza de renta, se
extingue el contrato: en cambio, en el seguro, con la muerte del asegurado se hace exigible la
obligación del asegurador.-
b) En punto a las diferencias en las regulaciones legales, el contrato de seguro posee una
tipicidad legal en virtud de la ley 17.418, un desarrollo y control de constitucionalidad que no
tiene la renta.-
MONTO Valor pactado por las partes. No En función del fondo acumulado.
DE RENTA necesaria// depende del capital
Aportado.
CABEZA DE RENTA.-
El cabeza de la renta es aquella persona de cuya vida se trata, lo que significa que se van a
pagar prestaciones periódicas mientras dure la vida de la persona que denominamos “cabeza de
renta”.-
El art. 2077 establece, que la renta puede constituirse en cabeza de quien aporta el capital
(constituyente), en cabeza del deudor de la renta, en cabeza de un tercero, o de varias personas.-
Art. 2078: “El contrato de renta vitalicia será de ningún efecto cuando la renta ha sido constituida en
cabeza de una persona que no existía el día de su formación, o en la de una persona que estaba atacada,
en el momento del contrato, de una enfermedad de la que muriere en los 30 días siguientes, aunque las
partes hayan tenido conocimiento de esa enfermedad”.-
Renta constituida en cabeza de varias personas: Hay pluralidad de cabezas de renta. Debe
acordarse un régimen, si nada se estableció la renta se paga hasta la muerte del último de ellos.
ACREEDOR DE LA RENTA.-
Puede ser beneficiario o acreedor el constituyente u otra persona, en cuyo caso estamos
en presencia de un contrato a favor de tercero.- El Código Civil prevé que la renta sea creada a
favor de una sola persona o de muchas, sea conjunta o sucesivamente, supuesto en el que existe
una obligación con pluralidad subjetiva activa mancumunada.-
En este caso, se debe aclarar en qué proporción concurre cada uno de los beneficiarios y
orden, y si nada se hubiere dispuesto tienen derecho a percibirla conjuntamente y por partes
iguales.- También puede establecerse el orden para el caso en que uno de ellos fallezca con
anterioridad al cabeza de renta; si se lo dispone alternativamente, el orden es sucesivo.- Si se
acordó que se percibida conjuntamente y con derecho a acrecer a favor del sobreviviente, éste
percibirá el total de la renta hasta la muerte del cabeza de renta.- Si se fijó que sea percibida en
forma conjunta y sin derecho a acrecer, cesa el contrato en relación a cada uno de los pensionistas
que falleciere.-
315
CONTRATOS
Conjunta Sucesiva
realmente repugne al objeto fin del negocio. Si esto último ocurre, para Gastaldi y Centanaro,
debe aplicarse el régimen de las donaciones. Para Lorenzetti eso exigiría un análisis complejo y
casuístico por lo cual los mejores remedios, en este caso, serían la lesión o la simulación (si se
encubre un negocio usurario).
MEDICINA PREPAGA
CONCEPTO.
Es un contrato mediante el cual una de las partes se obliga a prestar servicios médicos a
los pacientes, por sí o por terceros, sujeta a la condición suspensiva de que se de una
determinada enfermedad en el titular o beneficiante, contra el de un precio anticipado y periódico.-
Jurídicamente lo esencial es que la empresa asume el deber de prestación de asistencia
médica, pudiendo llevarla a cabo por sí o por otros, y que no presenta un carácter intuitu
personae.- Económicamente, lo primordial es que es una empresa de intermediación, capaz de
reunir los recursos suficientes para organizar un sistema de prestación médica para una masa de
pacientes.- El pago del precio puede ser anticipado en forma periódica y también complementado
con refuerzos posteriores a la prestación.- Sin embargo, el pago anticipado es la esencia del
sistema y las otras formas son complementarias.-
CARACTERES.
I. BILATERAL.-
II. CONSENSUAL.-
III. ONEROSO.-
IV. ALEATORIO.-
V. ATÍPICO.-
VI. DE CONSUMO y CELEBRADO POR ADHESIÓN193 Y A C.G.C.
a) Que exista una empresa que se compromete a dar asistencia por sí o por terceros.-
b) Que la obligatoriedad de la prestación esté sujeta a la condición suspensiva de que se dé
una determinada enfermedad en el titular o grupo de beneficiarios.-
c) Que exista el pago anticipado como modo sustantivo de financiación, aunque pueda ser
complementado.-
RÉGIMEN APLICABLE: LA APLICACIÓN ANALÓGICA DE LAS REGLAS DEL SEGURO.-
Las leyes 23.660 y 23.661 regulan el “seguro de salud” y refieren a la responsabilidad de los
agentes de seguros, y definen a las obras sociales como “agentes del seguro”, y establecen que hacen
operativo el “seguro social”. Estas menciones han justificado la aplicación analógica de la ley 17.418 en
materia de obras sociales.
Es importante analizar en qué sentido hay una similitud que justifique la aplicación de las
normas del contrato de seguro, como modo de solucionar aspectos controvertidos de la medicina
prepaga.-
El sistema del seguro tiene elementos análogos.- Busca seguridad económica frente a
acontecimientos futuros e inciertos; opera mediante una empresa que capta el ahorro en forma masiva
en base a una relación técnica establecida entre la prima y el riesgo.- Se trata de un contrato
sinalagmático, oneroso, aleatorio, de tracto sucesivo.- Todas estas características se pueden dar en el
sistema de medicina prepaga.-
No obstante las similitudes, el prepago no es, en nuestro Derecho, un contrato de Seguro
Típico.- Ello acarrea importantes consecuencias; la actividad no es controlada por los organismos de
aplicación previstos en la ley, ni se aplican sus normas legales y reglamentarias en forma directa, sino
en tanto se verifique la existencia de supuestos de hecho análogo.-
318
CONTRATOS
194
Se aplica el Art. 218, inc. 7º del C. de Com. que postula la liberación del deudor y la doctrina desarrollada con
referencia a la delimitacion del riesgo en el contrato de seguro.
319
CONTRATOS
contrapartida, la empresa tiene el deber de informar al consumidor con claridad sobre estos
aspectos, y si lo hace de un modo ambiguo, habrá una interpretación a favor del consumidor. De
tal manera que si la empresa informa adecuadamente y sin ambigüedades cual es el riesgo
cubierto, el juez no tendrá posibilidad de introducir otros aspectos no incluidos. El problema central
en este aspecto es la claridad de la información que se suministra sobre la cobertura.
195
hay fallos que dispusieron que todo aquello que se ofrezca (promesa publicitaria) será incorporado a la etapa formativa previa a la
celebración del contrato particular.
320
CONTRATOS
E) EXCLUSIÓN DE COBERTURA.
Las exclusiones de cobertura son las enfermedades o tratamientos no incluidos; estas
exclusiones son válidas con dos condiciones: que exista información clara al consumidor y que se
hayan puesto a su disposición otros planes que si las incluían y que el consumidor rechazo.
En Argentina, la exclusión o limitación de responsabilidad es una cláusula abusiva (Art. 37,
ley 24.240), pero se refiere a las obligaciones y no al objeto del contrato. De manera que la
exclusión de cobertura no es una cláusula abusiva ya que no produce una limitación de
responsabilidad, sino que excluye enfermedades o tratamientos del objeto del contrato. En cambio,
si una enfermedad o tratamiento están incluidos en la cobertura, la empresa no puede limitar su
responsabilidad o exonerarse de ella, dentro de los términos del objeto contractual.
G) LAS ENFERMEDADES.
Al ser un contrato aleatorio sólo cubre eventos futuros, no en curso o pasados.
Pero no importa si lo anterior es sólo el origen de la enfermedad: puede existir antes pero
manifestarse luego (por ej. cigarrillo, cáncer). La preexistencia de la enfermedad no puede ser
relacionada con el origen de la misma, ya que de ese modo una gran cantidad de enfermedades
quedarían excluidas.
La cobertura no comprende enfermedades preexistentes, que son aquellas donde ya hubo
manifestación (por ej. ya hay síntomas), por que carece de aleatoriedad, es un riesgo conocido.
En este caso al asegurado le corresponde la carga informativa omitir esa declaración
(reticencia) o falsearla (falsa declaración) vicia la voluntad del asegurador. Ese deber de informar
se extiende a toda circunstancia conocida (o que se debiera conocer) y relevante (susceptible de
alterar el equilibrio contractual). La reticencia autoriza al asegurador a solicitar al juez la anulación
del contrato y se prueba mediante la declaración jurada y el examen médico de ingreso.
196
También se puede establecer un sistema cerrado mas barato para el paciente por que los médicos se comprometen a cobrar menos,
pero a la vez abierto en el sentido de que el enfermo puede acudir a otros médicos de un listado mas o menos amplio, pagando algo
mas. Es un pacto de preferencia con incentivos económicos.
321
CONTRATOS
OBLIGACIONES:
A) DE LA EMPRESA DE MEDICINA PREPAGA.-
1) La obligación nuclear.-
a) Servicios médicos en contratos de larga duración.-
La obligación que asume la empresa de medicina prepaga es el suministro de servicios
médicos.- Suelen presentarse problemas referidos a la calidad de los mismo, al mantenimiento de
esa calidad en el tiempo y a la mejora de la misma en relación a los cambios tecnológicos.-
b) La obligación de dar servicios mínimos.-
La ley 24.754 establece que a partir del plazo de 90 días de promulgada las empresas o
entidades que presten servicios de medicina prepaga deberán cubrir, como mínimo, en sus planes
de cobertura médico asistencial las mismas prestaciones obligatorias dispuestas por las obras
sociales.-
c) La cobertura de lo normal presume la de lo urgente.-
En un caso se resolvió que “sería incongruente pensar que un sistema médico que cubre
los gastos de maternidad no prevea situaciones de emergencia en un parto; es decir, hipótesis que
aunque no aparezcan regladas en el instrumento, se pudo verosímilmente entender que se
hallaban comprendidas en la cobertura”.- De ello se deduce una regla de previsión a cargo del
oferente: si ofrece el tratamiento de una enfermedad debe incluir lo necesario para las alternativas
que esa terapia usualmente presenta.
d) La promesa de una calidad especial.
Elijo un plan porque creo que posee una calidad especial, superior, mejor. Contrato en
razón de ello, por lo que el incumplimiento de esa calidad especial afecta la causa del negocio.
Según un sector doctrinario existe en estos casos el derecho a indemnización por
afectación de la calidad y que el monto debe estar relacionado con un porcentaje de la inversión
de la empresa en publicidad.
e) El problema de las derivaciones.
En el caso en el que el que la infraestructural del hospital en el que se recibe al paciente
por razones de urgencia no reúna los recaudos indispensables para la adecuada atención del
enfermo se deben tomar rápidamente las medidas tendientes a la derivación del paciente a un
centro especializado que si reúna las condiciones optimas de atención. En este caso es indudable
que el ente prepago garantiza del mismo modo una actuación eficiente de estos centros de
internacion, ya que las razones de internacion son ajenas al socio-paciente. Al paciente siempre le
asiste el derecho de que se le proporcione todo lo necesario para satisfacer la finalidad asistencial,
para lo cual resulta indispensable que el ente prepago tenga organizado el sistema de internacion.
322
CONTRATOS
2) Deberes colaterales.-
Dentro de los deberes colaterales se admiten en la contratación actual, derivado del deber
genérico de buena fe, trataremos algunos que se aplican específicamente en la contratación
relativa a la medicina prepaga.-
a) El ofrecimiento de alternativas suficientes.-
Si la empresa ofrece varios planes, con distintos precios y calidades e informa
adecuadamente al usuario sobre las diferencias entre ellos, disminuye la minusvalía del
consumidor.- En efecto, si se ofrecen varias alternativas claras el consumidor puede optar, y al
hacerlo se incrementa su libertad.- De modo que si se le ofrece un plan que cubre una prestación y
el usuario opta por otro plan que no la cubre, no puede luego quejarse de esa circunstancia, salvo
que sea un limite irrazonable.
b) Deber de cooperación.-
Este débito también es colateral y derivado de la buena fe.- En la medicina prepaga se lo
ha relacionado con prácticas abusivas que desarrolla el empresario, como por ejemplo: suministrar
un lugar de pago distante del domicilio; exigir estudios previos perturbadores de la intimidad o
riesgosos, a fin de desalentar al consumidor.- La empresa carga sobre si lo que la doctrina ha
denominado “carga de diligencia”.
c) Deber de seguridad.-
El deber de seguridad es fundamento para imputar a la empresa médica por el hecho de
sus dependientes, de sus auxiliares o sustitutos y existe en todos aquellos casos en que la
seguridad del paciente depende de una prestación médica.-
323
CONTRATOS
Según Lorenzetti el interés público autoriza a los jueces para agudizar el análisis del
cumplimiento de los deberes que asume la empresa, por ejemplo, impidiendo que cuestiones
burocráticas (por ejemplo no tener la cuota al día) desplacen valores superiores (vida).
Hay situaciones de extrema necesidad que obligan a dejar de lado formalidades, sobre todo
de admisión y egreso, a fin de salvaguardar los susodichos bienes.- De modo que si comparece
una persona en estado de necesidad debe atendérsela si esta en peligro su vida; igual deber
incumbe al medico. Si no está al día con el pago de las cuotas del prepago, la clínica debe
atenderla igual reconociéndosele el derecho a reembolso como excepción y aun frente al
cumplimiento de los requerimientos impuestos por el prepago.-
afectando la larga duración del contrato y llevando a un estado de insatisfacción absoluta el estado
de salud del paciente.
Si la rescisión fue realizada en base a una causa contemplada en el contrato, la misma
será válida, siempre y cuando no sea abusiva (Ej.: dos días de retraso en la cuota). En general las
causas de rescisión se aprecian con criterio restrictivo.
325
CONTRATOS
CONTRATO DE JUEGO
CONCEPTO.-
El CC en su art. 2052 dispone que: el “contrato de juego tendrá lugar cuando dos o más
persona entregándose al juego se obliguen a pagar a la que ganare una suma de dinero, u otro
objeto determinado”.-
El proyecto de 1998 establece que: “hay contrato de juego si dos o más partes compiten
en una actividad de destreza física o intelectual, aunque sea sólo parcialmente, obligándose a
pagar a la que gane un bien mesurable en dinero”.-
El juego es un ejercicio recreativo dirigido a, entretener o impulsado por un propósito de
lucro, sometido a reglas, en el cual se gana o se pierde y sometido a un riesgo: depende del azar.-
El ganador recibe el premio que debe consistir en una suma de dinero o en otro bien
mesurable en dinero.- Si el premio consiste en un hacer, no es un contrato de juego sino un
negocio atípico.-
Para que exista juego se requiere que el resultado (ventaja o pérdida) depende de un
evento aleatorio, que puede ser de diversos grados: el azar, la habilidad física, la inteligencia o una
combinación de ellos.-
CARACTERES.-
a) ES CONSENSUAL, se perfecciona con el solo acuerdo de voluntades de las dos partes.-
b) ES BILATERAL, porque desde su perfeccionamiento causa obligaciones para ambas partes
en forma recíproca.- Si participan más de dos partes, es plurilateral.-
c) ES ONEROSO, las partes lo celebran teniendo en miras las ventajas que van a obtener.-
d) ES ALEATORIO, pues aquí las ventajas o pérdidas dependen de un acontecimiento incierto
(Art. 2051).- El hecho aleatorio puede ser la suerte, el azar o simplemente la habilidad física o
intelectual de los participantes; el único requisito es que las partes no conozcan de antemano
el resultado ni sea previsible de modo certero.
e) NO ES FORMAL, ya que el Código no prescribe solemnidades en cuanto a su
instrumentación. Aunque si existen numerosos casos especiales en que se transforma en u
contrato formal, en virtud de normas provinciales.
f) EN ALGUNOS SUPUESTOS ES INTUITU PERSONAE, en la hipótesis en que resulta esencial
que la actividad sea desarrollada por un jugador y no por otro.- De allí que el CC establezca
limites al mandato para jugar (Art. 2061).
g) TIENE FINALIDAD RECREATIVA.-
h) ES TÍPICO, ya que cuenta con su propio régimen legal en el Código Civil.-
CAPACIDAD.
El CC no incluye una regulación específica sobre la capacidad para este contrato y por lo
tanto se aplicaran las reglas generales sobre la capacidad para contratar. También resultan
326
CONTRATOS
aplicables las normas reglamentarias que prohíben a determinados sujetos participar en el juego,
en razón de su cargo o profesión197.
MODALIDADES:
El contrato de juego presenta diferentes modalidades según el grado de protección que le
provee el ordenamiento jurídico. Cuando el legislador quiere incentivar un juego determinado,
concede acciones civiles; cuando quiere desalentarlo, solo considera que hay obligaciones
naturales; cuando no desea que se juegue, lo prohíbe.
197
Como por ejemplo, el DEC/LEY 1285/58 que prohíbe a los jueces de la nación participar en los juegos de azar, concurrir
habitualmente a lugares destinados para ello, ejecutar actos que comprometan la dignidad del cargo.
198
Art. 515 C.Civil: “Las obligaciones son civiles o meramente naturales.- Civiles son aquellas que dan derecho a exigir
su cumplimiento.- Naturales son las que, fundadas sólo en el derecho natural y en la equidad, no confieren acción para
exigir su cumplimiento, pero cumplidas por el deudor, autorizan a retener lo que se ha dado por razón de ellas (...)”.-
En otras palabras, la obligación civil se funda en el derecho civil, y es garantizada por las instituciones civiles,
por medio de una acción.- Hay obligación natural siempre que exista un vínculo obligatorio entre dos personas.- Este
vínculo merece ser respetado, pero mientras no esté positivamente sancionado, no hay derecho para invocar la
intervención de los tribunales.-
199
De aquí que esta clasificación – Prohibidos/Permitidos – se superponga con la anterior.
327
CONTRATOS
casos solo es irrepetible si hubo torpeza del deudor, pero no si medio error de hecho, de derecho o
un engaño, supuestos en los cuales la acción de repetición es viable.
Entran en esta categoría los denominados juegos de azar, que resultarán prohibidos por el
DEC/LEY 6618/57; para que sean subsumibles en esta categoría se requiere que sean: juegos de
azar, que se juegue por dinero, que se hagan en casas de juego.
FORMA Y PRUEBA.
Es un contrato NO FORMAL, pudiendo celebrarse en forma verbal, escrita o aun por signos
inequívocos.
En materia de PRUEBA, indudablemente será necesaria la forma escrita para poder
demostrar la existencia de una obligación civil con un monto determinado, o para fundar la acción
de repetición en el caso de una obligación natural.
EFECTOS
Dijimos que la regla general es que los juegos no conceden acción (juegos no tutelados);
por ello ahora pasamos a analizar los efectos en relación a ellos.
328
CONTRATOS
El CC establece en el Art. 2059 que: “Si una obligación de juego o apuesta hubiese sido
revestida como título a la orden, el subscriptor debe pagarla al portador de buena fe; pero tendrá
acción para repetir el importe del que recibió el billete. La entrega de él no equivaldrá a pago que
hubiese hecho”. La hipótesis que plantea la norma es que se instrumente la deuda de juego (no
tutelado) en un titulo valor a la orden y que este sea transferido a un tercero quien inicia un juicio
ejecutivo al perdedor del juego. La disposición establece que este último no podrá oponerse a la
ejecución.
C) OTORGAMIENTO DE MANDATO.
El Código Civil prevé en los artículos 2061200 y 2062201, tres supuestos diferentes:
a) Cuando se otorgue mandato a una persona con el objeto de que esta realice
el pago de deudas de juego, el mandatario puede exigirle al mandante el reembolso
de lo que hubiera entregado (2061).
b) Si el mandato fuere conferido a los efectos del juego que aquel deba realizar
por cuenta del mandante o bien en sociedad con él, si en tales circunstancias el
mandatario hubiera anticipado sumas de dinero, no tendrá derecho a exigir del
mandante el reembolso de dichos montos (art. 2061).
c) Si un tercero, sin mandato, hubiese pagado una deuda de juego o apuesta,
no goza de acción alguna contra aquel por quien hizo el pago (gestión de negocios).
200
Art. 2061: “El que ha recibido y ejecutado el mandato de pagar sumas perdidas en el juego o apuestas, puede exigir
del mandante el reembolso de ellas; pero si el mandato hubiese sido de jugar por cuenta del mandante, o en sociedad
de éste con el mandatario, no puede exigirse del mandante el reembolso de lo anticipado por el mandatario”.
201
Art. 2062: “El tercero que sin mandato hubiere pagado una deuda de juego o apuesta, no goza de acción alguna
contra aquél por quien hizo el pago”.
329
CONTRATOS
CONTRATO DE APUESTA.-
CONCEPTO
El código lo define en el art. 2053 diciendo: “La apuesta sucederá, cuando dos personas
que son de una opinión contraria sobre cualquier materia, conviniesen que aquella cuya opinión
resulte fundada, recibirá de la otra una suma de dinero, o cualquier otro objeto determinado”.-
Quien resultare ganador puede acreditarlo, y consecuentemente, exigir el cumplimiento
(cobrar la apuesta).- La parte cuya postura resultare fundada, recibirá de la otra una suma de
dinero o cualquier otro objeto determinado en dinero.- Si el pago no consiste en dinero, el contrato
es atípico.-
Es necesario que exista ALEATORIEDAD202, es decir, un resultado incierto ya que si se lo
conoce de antemano no habrá apuesta. En el contrato de apuesta las partes sostienen posturas
diferentes sobre una materia, y la de una de ellas es la correcta, sometiendo su suerte a esa
circunstancia.
CARACTERES.-
a) PLURILATERAL, porque nada impide que varios sujetos convengan en realizar una apuesta, ya que
siempre habrá una correcta y las demás serán equivocadas;
b) ES ONEROSO, porque las partes pretenden obtener una ventaja derivada de la apuesta;
c) ES CONSENSUAL, queda concluido desde que las partes prestan su consentimiento;
d) ES ALEATORIO, porque las ventajas o pérdidas no se conocen al tiempo de calcularlo ya que
dependen de un acontecimiento incierto;
e) ES NO FORMAL.-
OBJETO
El objeto de la apuesta es una opinión sobre cualquier materia, y sobre hechos pasados,
presentes o futuros, no existiendo límites específicos al respecto.- El objeto del contrato consiste
en el hecho de la contradicción que existe entre las partes y la suma de dinero ofrecida al ganador.
MODALIDADES
A) APUESTAS TUTELADAS (Provistas de acción): Si bien puede apostarse sobre cualquier
materia, sólo es posible demandar en juicio las deudas originadas en apuestas relativas a
ejercicios de fuerza, destreza de armas, corridas y otras apuestas semejantes, conforme al
art. 2055 del CC203.- Tienen regulación conjunta con el contrato de juego y compartiendo la
normativa sobre el mandato para apostar y pagar deudas de juego y sociedad para jugar.-
B) APUESTAS NO TUTELADAS (Desprovistas de acción): Las que recaigan sobre otros hechos
o circunstancias ajenos a los contemplados en el artículo 2055 del CC, no revisten accionabilidad.
202
La aleatoriedad proviene del desconocimiento que tienen las partes sobre algún aspecto del mismo, como la fecha o
las características; cuando el hecho es futuro, la aleatoriedad consiste en la incertidumbre sobre su ocurrencia.
203
Art. 2055: “Prohíbese demandar en juicio deudas de juego, o de apuestas que no provengan de ejercicio de fuerza,
destreza de armas, corridas, y de otros juegos o apuestas semejantes, con tal que no haya habido contravención a
alguna ley o reglamento de policía”.-
330
CONTRATOS
LOTERÍAS Y RIFAS.
RÉGIMEN APLICABLE.
Las loterías y rifas son mencionadas en el CC como excluidas de su regulación en el Art.
2069204, criterio que mantiene el proyecto de reformas del año 1998.
Estas actividades están reguladas, fundamentalmente, por normas administrativas públicas
y privadas que refieren a las autorizaciones para la realización de las rifas y loterías, las
condiciones exigibles, los premios, los aspectos impositivos y normas de carácter publico que
contemplan la relación entre el adquirente y el vendedor de la rifa o lotería.
No obstante, la delegación de la regulación que hace el CC en las municipalidades, existen
leyes nacionales (Ley 11.672) y provinciales que se ocupan del tema.
La ley 11.672 en su art. 5º reservo al Estado la posibilidad de actuar como organizador de
loterías, de modo que solo las rifas pueden ser organizadas por los particulares, previa
autorización del Estado y destino social de los fondos.
CONCEPTO.
“El contrato de rifa o lotería es el que se celebra entre el organizador de la misma y el
adquirente del BILLETE”.
Para algunos autores, se trata de un contrato de juego permitido, en cambio para otros, es
un contrato atípico. En cualquier caso, resultan aplicables analógicamente las normas relativas al
contrato de juego. La jurisprudencia se ha orientado en ese sentido, por lo que no caben dudas
que se trata de un contrato aleatorio.
CARACTERES.
a) CONSENSUAL.
b) ONEROSO.
c) ALEATORIO.
d) CELEBRADO POR ADHESION A CONDICIONES GENERALES PREDISPUESTAS por la
entidad organizadora
204
Art. 2069: “Las loterías y rifas, cuando se permitan, serán regidas por las respectivas ordenanzas municipales
o reglamentos de policía”.
331
CONTRATOS
332
CONTRATOS
obligación de seguridad impuesta a los organizadores del espectáculo por el mencionado dispositivo legal.-
Tampoco es eximente el hecho de que la víctima estuviera de pie y fuere arrastrada por una avalancha.-
333