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Capítulo 3

Los "orígenes" de
la filosofía

Es oprtuno creer que nuestro tiempo, también é1,


rechaza al fí16sr:rfo en sí mismo y que una vez más
Ia filosofía no es mós que nubes' Pues lílosofar
es busco r e ímplica que hay cosas para uer y
Wra decír. Ahora bien, hoy en día casí no se busco'
Merleau-Ponty, M., Elogio de la lilosr.Íía

a. I^a int erpretación tradicional


En este mundo de imágenes y pensamientos lManos, mundo
aleiado hasta el límite de pretensiones críücas o ft¡ndacionales, es con-
veniente preguntarnos y rastrear posibles orígenes para una forma de
pensar diferente como la que oftece la filosofía entendida como crítica
iadical. En obas palabras y bio la forma de un interrogante: ¿qué nos
ller¡a a la filosofía en este mundo posmodernamente hostil a ella?
58 La filosofía en Ia escuela / A. Cerletti - W. Kohan Los "orígenes" de la filosofía 59

i. Sobre el asombro lleva al conocimiento. Fse camino era recorrido por los filósofos, sa-
bios u hombres de ciencia, indistinguibles por el momento.
Si recurrimos a los libros o a los claustros, se nos dirá, por
ejemplo, que el asombro es el sentimiento que da origen a la filosofía,
Pr oba parte, los griegos no creían que las ideas o las verda-
des fuvieran historia. Concebían la verdad como algo absoluto, como
aquello que nos mueve a filosofar. Se insistirá en que la filosofía viene algo que no depende de factores como el tiempo, el espacio o la
de una cierta sensación de maravilla que produce el espectáculo del historia. De ahí que trasladaron rápidamente esta hipótesis sobre el
mundo. La idea no es nuetüa. Cuando se buscan antecedentes históri- origen de la filosofía en Jonia a toda otra filosofía. Creyeron no sólo
cos para ella se puede llegar tan lejos como el Teeteto de Platón o la que el origen (histórico) de la filosofía jonia había sido el asombro,
Metafísica de Aristóteles. sino que el asombro es el verdadero y único motor de la filosofía, en
todo tiempo y lugar. Y ese es el ofigen legado de la filosofía griega.
Que ila filosofíal no es productiua resulta euidente a partír Los filósofos griegos han encantado a toda la filosofía poste-
de los que prímero filosofaron. Pues los hombres, tanto ahora como rior. Supieron aprovechar los beneficios de toda fundación: nombra-
al comienzo, empezaron a fílosofar por el asombrarse. Al comien- ron la actividad, bautizaron sus conceptos, delimitaron un campo de
zo los asombraron las cosos más simples entre las extraños y poco problemas, fijaron un origen. Concebidos como fuente o reservorio
a poco se problematizaron acerca de las mós complejas, como los priülegiado del saber filosófico, se reiteran $rs verdades en todo tiem-
esúodos de la Luna, el Sol, Ias estrellas y la generacíón del uníuer- po y lugar, como si esas verdades no fuvieran relación con el momen-
so. Y si olgu íen se problematiza y asombra es porqtue cree que to histórico que las vio nacer. Es el caso del asombro. Como si sólo
ignora algo (por eso el fílómito es en cíerto modo filósofo. pues el importara cómo los griegos pensaron el impulso de un Tales a filoso-
mito se compone de cosos asombrosos.) De modo que si fílosofaron far, la filosofía posterior anquilosó ese origen noble, patéüco, ideali-
psra escapar de Ia ígnorancia, es euídente que buscaban el saber zado, aristocráüco de la filosofía. Bajo ese paraguas del asombro que-
por el saber y no por una utílidad fuera de é1. y esto mísmo Io daron oculto todos los otros intereses y motivos que pudiera abrigar el
atestigua Io sucedido. Pues cuando estaban satisfechos cosi todas nacimiento de la práctica filosófica en Grecia.
Ias necesídades y había recreación y confort fue cuando comenzó a Aún hoy, muchos manuales e introducciones a la filosofía repi-
buscarse un conocimiento semejante. Así pues, es euidente que no ten esta misma idea sobre el origen de la filosofía, sin someter a discu-
buscamos Io /ilosofía por nínguna otra uentaja, síno que así como, sión la "autoridad" de los griegos. A pesar de que unas cuantas cosas
afirmamos, el hombre es líbre en tanto existe para sí mismo y no han cambiado desde el tiempo de la filosofía griega, es común que se
parq otra cosa, así tambíén Ia filosofía es la úníca líbre entre los siga sosteniendo que la filosofía nace del asombro. Pero el mundo
saberes. Porque es la única que exíste para sí mismo. económico, socialy político ha cambiado. Hemos pasado de una Ate-
(Aristóteles, Metat'ísica A2, 982bL1-18, nas imperialista y esclavista, en la que esclavos y colonizados soste-
s. IV a.C., trad. cast. propra) nían materialm ente el surgimiento de una democracia que se conce-
bía a sí misma como la totalidad del mundo, hasta este presente de
Aristóteles afirma que la filosofía surge cuando algunas perso- mercado global, donde las democracias se sostienen negociando con
nas tenían $rs necesidades satisfechas y elüempo libre suficiente para el capital multinacional. También el carácler excluyentemente sexista
dedicarlo a la contemplación. En estos hombres (varones, casi seni- de la filosofía ha empezado a cambiar. las mujeres han conseguido
les) el asombro se suma a la ausencia de necesidades materiales. Por formar parte, progresivamente, del universo filosófico. Y no sólo las
asombro y por ocio comenzaÍon a filosofar los hombres, dice Aristó- mujeres sino también los chicos estan empezando a entrar a é1. Se ha
teles -también Platón y los griegos en general-. Desde el asombro comenzado a diversificar el sexo, la edad y la posición social de quie-
surgió la pregunta problematizadora y de ésta la investigación que nes participan de la filosofía, si bien todavía quedan importantes sec-
60 La fllorcffo en la e*uelo / A. Cerleüi - W. Kohan Los "orlgenes" de la filosofía
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tores socialmente excluidos de-ra cult'ra, g por


ro tanto, der quehacer
filosófico. Del mismo modo, firósofos írá*ts -menos indagadora que moüó a los griegos ar pensamiento. se trata, más
v aún profeso- bien, de una curiosidad débil que reclama ser rápidamente
res de filosofía- ya no somos, en general, satisfecha
aristócratas varones con en forma sencilla, pero sobre todo terminante. Incluso en el
camino
necesidades cubiertas y üempo ¡ib¿. La fiosofn o modus del as<fibro contemporáneo st¡ele darse un paso mas.
El bombardeo
uíuendí' El mundo nos ha cambiado y nuestras "uJio
condiciones de vida y la sobresafuración de eventos "maravillosos", de
espectaJos cada
han cambiado.
En este rElrco' la baslación acrítica a nuestro presente
fía mas impresionantes, combinado con el vertiginoso avance tecno-
de cate- lfuico y la posibilidad de tener a diario ,ruot o hogares los -suce-
gorías como el asombro resulta, cuando menos, problemáüca. sos" del planeta, van tarsformando el ".,
bro griego es un producto social complejo,
-,- Er asom- asombro en n¡tina. c,ada vez
ligado a un es nrás diftcil asombrarse y la sorpresa termina volviéndose
indiferen-
sistema político y económico esclavista e imperialista,
"orr""pto cia y aburrimiento.
*ul"presen-
tación de la inutilidad práctica de algunos hombr", -** De modo tal que el arcmbro griego es doblemente inadecuado
chicos- en un sistema simbólica y materialmente -upro o
excluyente. En otros 99mo concepto fundamental para explicar los orígenes actuales del
términos' es una categoría deudora de la función filosofar. Por los cambios de la filosofia y los filosolos p";b,
soc¡i que la filosofía v cam-
y los filósofos desempeñaron en Grecia crásica. bios en el propio asombro. [a filosofn se ha attendkl"
No se hata aquí de ¿Lr hga, don-
it¡zgar ese lugar sino de reconocer el rnarco histórico de un concepto de h contemplación y el ocio son un r¡aror sociar. Ho pu"u¿"iLuitu,
o una categoría que nos interesa pensar. r¡n mundo donde el asombro predominante se ha u¡elto
también es-
clavo del mercado y el consumo. De él deptúe. El üpo
No se hace nada positíw, pero nada tampoco que movió a algunos griegos a la filosofía soto ptrede
de*mbro
en er terreno ul*r,2¿, a élites
de la crítíca ní de la hístoría, cuando nos limi tamos que diffcilmente se interesen por desarrollar rü posibilidades
o' críücas
desüinodos"igri^i,
uíejos conceptos estereotípados como esqueretos y bansforrnadoras.
tar toda creacíón, sfn uer que los uíejo, o coar-
hemos tomado-prestados ya hacían to'quá
¡ito*¡o, de qurines los
se fiata de ímpedir que ¡i- sobre la duda y las sitr¡aciones límites
hagan los modernos: creabon sus concep tos, y
no se contentofun
con limpior, roer huesos, como el crfficol
a t ¡rtoriodor de nuestro Tradicionalmente se señala un segundo origen de la filosofía:
la
época' Hasta la htstorta de ta filosofío carece det
no se prcwne despertor un concepto adormecldo,
todo de ínterés sí {ú,. arraigada en el recurso metodológico de Descartes. [a
dad de todo conocimiento y la consecuente desconfianza
falibili-
repre*ntarlo ante todo
otra uez sobre un escenarlo nuew, aun a costa de saber daría lugar a la duda productira del filósofo.
wluerlo contra
sf mlsmo. B preciso contextt¡alizar también este segundo origen del filo-
(Deleuze, G.- Guattari,F.,
la sofar. [a duda cartesiana es una duda moderna. unu dud; q.-
¿eué es filosofío? (1991), ul*n-
had. cast., Madrkl: Anagrama, 1993, p. gS) zaba a toda forma de conocer y que sólo enconbó su
límite en la
certeza del propio pensar, en er cogito; a parti r de
En la actrnlidad, el asombro estimulado y rarorado
él proclamó la
sociarmente existencia indudable de la subjetividad y se larzó al contcimiento
ha adquirido una fisonomía bastante menos pi"t"*i*o. y
tos medios dominio de lo otro que es el mundo. una dtrda que se enriqueció
de comunicación son un escenario paradigmáüco. con
F"xponen el asom- la viep logica aristotélica, la viela geometría euclidiano y tu
bro improductivo del espectador sentado frente nue\ra
al ¿bvisor, q,r" * fisica newtoniana. Ean tiempos qo la duda era elcomierzo de un
maravilla frente a un récorddeportivo o un novedoso camino que pretendía apropiarse"ndel mundo.
proauJl i""r,*
lógico. se bata de un asombro que mueve a pasividad Actualmente, la duda, incluso como herramienta metódica,
ra maraüilada. no
Bta ac{itrd pasi'a dista enorrnemente de prout, aqueüa gozade un gran prestigio. [a duda se ha homologado
inquieh.d a la'acilación,
63
A'Cerletti - W' Kohan Los "orígenes" de la filosofía
62 La fllosofla en Ia escuela /

de los deseos y las ambiciones personales de la mayoría. [-a


realidad
Dudar puede hacer perder trn buen del
a la indecisión o a la ineficiencia. "la cotidiana suele contraponer brutalmente la ob.a cara espectáculo'
de iormación empresarial o
negocio, se afirma desde tos "rt ¡¿ios Pero ef conflicto, l"io. de disparar una inquietud crítica y reflexiva'
repiten algunos reaccionarios'
duda es la tacta;i" J" b, intelechrales", termina conduciendo a la desesperanza improductiln o a la pasividad
(o se engendra la duda) debe res-
Cuando * -o.itiotu ,- problema escéptica.
['os problemas son encarados
ponderse ¿" *""i" ,aptiu V gficiente. En una realidad tan compleja -y en muchos aspectos novedosa-
todo, laboral o social-' con la conse-
baio la óptica U'"""¡t¡cto *obre En virh¡d de como la nuesha, habrá que reperisar' entonces, aquel asombro
griego
prJ,r""iOn, de ganancias.
ctrente perdida á" ti"-po, de que surg e dela contemplación ociosa, como originario del impulso a
de lado o disueltos
esto, los problemas deben ser tup¡¿u-"nte.delados filosofai En la misma dirección habrá también que replantear el sen-
de fines inmediatos' pero raftl
o resueltos pragmáücamente en virtud üdo de la üeja duda cartesiana y las existenciales situaciones límites.
con mayor profunddSd;
vez *rán u¿iáiruJos o reelaborados En un texto que reproducimos enhe las lecfuras de este capífulo
(texto
en nuestras sociedades para
En suma, queda muy poco espacio 11), K. Jaspers há sentado las bases sobre las que se erigen la gran
fil,csofar' En r¡n mundo donde todas
la duda creativa y disparadora del (se mayoría de las versiones escolares que señalan estos t.es orígenes
de
los problemas pre-resueltos
las respuestas están dadas v ú; la filosofía. En nuestro caso, nos repreguntaremos qué nos empuja
la duda ha perdido su
trata sólo de saber situarse p";; enfrentarlos), o aquí y ahora a la filosofía.
una petulancia, un gesto excéntrico
lugar. Dudar puede Ser un lulo o
irreverente'ounadebilidadimproductiva..
Un terci;ñ áel filásofar se identifica, desde corrientes
sifuaciones límites' El ser humano
existencialistas, con-las llamadas
la enfermedad o la muerte, Ipcturas
puesto frente á aconte ceres tales como volcaría
esto es, enfrentado a momentos
e*ttemos de la existencia' se
las sifuaciones límites
al filosofar. serían, acotándolo históricamente, individual de la
Texto 11
del existencialismo de entre;;,
de la
.búsoueda
ágrietada por los crímenes de la
cerfezaperdida, de la -"anluud Jaspers, K., La fitosofía(1949), trad. cast., Buenos Aíres: FCE, 1978,
p' 15-7'
humanidu¿ mirr'u. Estas situaciones que limitan la expan-
"áLlSo despiadadamente a su finittrd' lo
sión del hombre y que to "ontttinln La historia de la filosofía como pensar metÓdico tiene sus comienzos
conciencia de estar perdido
exponen ante-áíÍri"uro absoluto. Fsta hace dos mil quinientos años, pero como pensar mítico mucho antes'
del hombre consigo mismo y con
abre la posibilidad del reencuentro sin embargo, comíenzo no es lo mismo que origen' El comienzo es
el mundo, a través del filosofar' histórico y acaffea para los que vienen después un conjunto creciente
de
ha ido disolviendo esta fuente
Pareceriaque el último medio siglo supuestos sentados por el trabajo mental ya efectuado' Origen es' en cam-
en un romántico recuerdo
originaria del pensamignto, traduciéndola bio, la fuente de la que mana en todo tiempo el impulso
que mueve a filosofar'
por el .ont u¡o, nlv día, balo la presión de la efi- en cada momento
desesperu*uáo. únicamente gracias a él resulta esencial la fílosofía actual
los conseios de autoayuda o el
ciencia, las ofertas del "sentirre bLn", y comprendida la filosofía anterior.
límites son completamente
cuidado del individuo, las situaciones y
Este origen es múltiple. Del asombro sale la pregunta el conocimien-
contexto' [a publicidad ofrece un
reinterpretadas e inscriptas en otro y
to, de la dudaacerca de lo conocido el examen crítico la clara
certeza, de la
adaptable a los cambios y,
sujeto ,"gurol-"*ito, ,'ág11, rápidamente estar perdído la cuestión de sí
opuestb a h desesperanzay al conmocíón det hombrey de la conciencia de
por sobre to¿*io.
"o*rlfuertementecasi cáricaturesca del hombre biun- propio. Representémonos ante todo estos tres motivos.
fracaso. Sin embargo, esta imagen
fadordeegtosdlassehainstaladocomounasuertedeideareguladora
Los "orígenes" de la filosofía 69

b. Un panorama actual
fi
Toda filosofía reconoce, en su punto de partida, una experien-
cia y un campo de situaciones, un estado de cosas, un ser en el mun-
do. La filosofía se escenifica en el teabo del mundo. [.os tiempos han
diversificado la naturaleza de esr-, teatro, por lo tanto, han modificado
la fuente y las condiciones que dan origen a la filosoffa.
Este teatro ofrecn, actualmente un espectáculo al que asistimos
entre atónitos y desengañados, enhe fascinados e incrédulos. Pero
gsta realidad a la que asistimos como, espeqtadores no termina_de
S slpo que-s,uele. instalqr,
por lo menqs, glg-gegpggbg. Enbe la sorpresa y el es.epücismo se
desliza un descontento o una molestia que abre interrogantes. ,Se ori-
gila una perhrbación que genera cr¡riosidad (¿pgf@."tt"Z). te-flg.
sofía, e! tanto perrgar crítico.fadical. aparecg-en estos días como fruto
¿"t *""n""i-iS"to de e"ta ir+{gf?cciór .

Este molestar ftente al orden de las cosas (o al estado de cosas),


el intenogante molesto sobre aquello qtre conforma y enmarca a la
I
experiencia cotidiana, se muestran hoy en el origen del filosofar de
r¡anera acenfuada. [a percepción de qtre el orden y las interpretacio-
nes predominantes del mundo tienen fisuras profundas que
¡lstemáücamente se elude significar es la sensación primera de nues-
tra filosofia. [-a filosofía como crítica radical es la superación de la
lnmoülidad a que conduce la aceptación acriüca de esas percepcio-
nes e interpretaciones, la contemplación pasiva del estado de las co-
ms. Es la puesta en cuestión de los supuestos y fundamentos de estos
ordenamientos, removiéndolos, moviliándolos, mostrando su con-
tlngencia y arbituariedad.
Esta incomodidad segt¡ramente ha estado en otros tiempos y
¡n otras filosofías. [a percibimos claramente, por ejemplo, en, el
Sócrates de los diálogos primeros o en el Foucault de las enbevistas;
¡n el Platón de La República o en los aforismos de Nietzsche; en los
lragmentos de Heráclito o en los que fuvieron que hacer escuela
rxlllados de Francfort. La diferencia de diagnósticos y resptrestas no
&b€ ocultar la similitud del origen: algo anda rnal en la pólis. En
quéllas y en ésta, en toda pólis. Algo propio del üvir en una p6lís,
no lmporta cuáI. Algo propio de nuestra condición de seres sociales y
I
I
70 La lilosofía en la escuela / A. Cerletti _ W. Kohan Los "orígenes" de la filosofía 7l

de la imposibilidad de satisfacción o completifud que


conll eva el esta- cosas
bleclmlento de un cierto orden.
rydr q" "" r*¿" *r¡, dador,dgminante.potenqialmerrteinalterúle.EstainquietuclG
senti# radical, porque no se rehere a este o aquel estado de cosas, ni /
miento siquiera simplemente a la sifuación de un eventual sistema políüco o
tilosótico un Estado, sino que plantea la provisoriedad de cualquier estado de
TEüaso de los griegos es significativo por er origen apropiado. cosas, de todos ellos, ya sea en la políüca, en la ciencia, en el arte o en
[a reacción de un Herácrito, un sócrates o un pratón
frente a ras cualquiera de las consfur¡cciones sociales y culfurales. [a filosofta como
fileís de su tiempo muestran a claras que, a pe,ur det origen pensamiento crítico radical asurne una función destotalizadora del
fas
legado, no sólo por asombro han firosofado igrr'o, griegos. Asomé- estado de las cosas, cuestiona la hjeza de lo dado y, a la vez, potencia
monos fugazmente al caso de sócrates. ["eamt, nuevos sentidos. El disparador o el impulso a filosofar es consecuente
h ÁpJogío. ¿eué
oba cosa sino molestia e insatisfacción dan origen a con esta desconfian?ñ, o disconformidad "-atlral" frente a lo dado.
esa tarea ..divi- I
na" de interrogar sin cesar a políticos, poetas y artesanos
para mos_ Ahora bien, esta insaüsfacción que está en el origen de la filo- /
trar la fragilidad de su saber (zLb ss.)? sofía y que surge de una sifuación incómoda frente a los marcos de
¿eué otra cosa da origen al
catácter irrenunciable de su filosofar entendido
como la tarea de mos- referencia- puede situorse ante cualquier estado de cosas, desde la
har a sus ciudadanos el orden degradante de su escala de totalidad de la realidad, o el ser a, será entonces metaffsica-, hasta un
varores
(29d-30c; 31b-c), aun bajo el riesgo de ..morir ámbito parcial (por ejemplo, los medios masivos de comunicación o
varias veces,, (30c)?
¿Qué otra cosa origina su dícfum "una vida sin examen no merece la insüfución educativa) a seÉ trna forrna de filosofía social- promo-
ser üüda", como respuesta a la posibilidad de aceptar viendo la reflexión sistemática y r¡na actifud crítica y creativa. Pero, en
con calma y todos los casos, la filosoÍia, en tanto pensar crítico radical, reconoce
silencio el orden de lo dado (3ga)? [-a filosofia
de sócrates, resulta
notorio, surge y se nutre fundamentalmente de la molesta un origen común en la sospecha y en la disconformidad productiya
insatisfac- que despierta nuestra o<periencia en un orden social compartido.
ción que le provoca el estado de las cosas imperante
en la Atenas de En zuma, importa reconocer la diversidad en el origen. si la
su tiempo- Hay, entonces, algún trazo común en y
nuestro origen.
. filosofía emerge de un contexto social, el origen cambia cuando se
tambián algo diferente.
Este carácter común en el origen de la filosofía puede modifica ese contexto. Entre los griegos predominó la percepión del
com_ origen en el asombro; herdero de la modernidad, fue posible Íecc-
prenderse mejor atendiendo al carácter fundamentalmente
"político,,, nocer otro origen de la filosoffa, la duda; la Europa de enbe sJuerras
en su sentido eümológico, de toda experiencia humana. "político,,
es potenció las sifuaciones límites. En la acfualidad, es posible extender
un adjetivo que deriva der griego pólis. cuando decimos pólis,
deci_ y concenfuar los orígenes del filosofar en la insatisfacción y el descon-
mos comunidad o marco social dador de sentido. pero
también deci- tento frente a lo dado. Sin embargo, no pensamos en estos factores
mos posibilidad de comprensión de la realidad, horizonte
de significa- como un origen inédito -ni los transformamos en excluyentes-:
ciones y límite del pensa r y el hacer. En tanto el ser
humano Sócrates, como hemos visto, y otros filósofos, también originaron zu
cebible sin una pólis, sin un marco comunitario
o social -así"Jr,.o.,-
también filosofar en la insaüsfacción frente al estado de cosas de su época.
lo creían los antiguos griegos-, o sin un horizonte dador
de sentido, Cualquier aparente "origen" no es, obüamente, una condición sufi-
toda filosofía es, en esta acepción específica, filosofía ,,poiiti.u',.
Ar ciente para la filosofia o el filosofar, pero marca los detonantes de un
menos' toda la filosofía de Ia historia occidental ha sido política tiempo y un lugar.
en
::t".
sentido. -u fu de un Desde zus inicios el pensamiento se ha nufuido de interrogantes
fleraclito, un Sócrates o un Foucault_ que expresan asombro y duda (¿es posible?, ¿qué es?, ¿cómo?), pero
otffi también insaüsfacción y rebeldía frente a las explicaciones e interpre-
FFFF. '

72 La ftlosofía en Ia escuela / A. Cerletti - W. Kohan

taciones imperantes de ro que hay y


de ro que es posibre (¿por qué?).
si bien estos interrogantes son en gran medida compartidos
con ra
el.úlüm? d:
fl|f$1::]{F,
posibilidades del cuesüonamiento T?nerg preponderante expande las
filosófiá- g.;ñ;l*=ü?"L.t
re-oregun4f.rjenannente Lpor gué? confirnfi. l- o-^-^^::._ r-
nsaFiento y qpa actitud rá¿icat. üg eIptpstgrr_d" .l--_
\ ¿l;u"sti"n;ffito firosófico está dado no tanto por
,:::*'
J ¡EJ-

iS ifl|.|?-t ,y -Fo
" Fta filosofía. de preguntar y repregunrar se
Tff $ n¡oOu-nte hcü h;ñilffi;#;
üffi;";=,ff;#
Por cíerto que ras parobras que constituyen
es la fílosofía?,..esas cuairo parobros,
Io pregunta ¿qué
no enc¡'erran
en símismos un
sentido fílosófíco. euízó sea ésto una
de las pregunfos que está
con más frecuencia en boca der profani.-
crondo er profano pre-
gunto équé es lo fílosofía?, es pregunta no tíene sentído
Adquiere un sentido fitosofico.
lílosofico cutando un nre,o signifícado enri_
quece su contenido. y sígníficado se nos reueti eÁ el tipo
respuesta que espera er -tgl hombre que se interroga. Ái;'r;r;; -a
de
juicio- Ia esencía der sígníficado mí
dL ,no ir"á,unto, er signíficado de
una pregunta radica en el tipo de
nrpr"{to que espera quien se
interroga. veamos qué tipo d" ,"rpuesta
espera er hómbre'común,
el profono, cuando se ínterroga sobre
ra'esencía de ra fitorcfía.
Fócíl es aduertir que su pregunta
no
-tiene sígníficacíón fitorcfíca
wrque él no espera una respuest3 fjrosofica.'éQué eswra un pro-
fano cuando se pregunta qié es Ia ii;;ff"l'Erp"ro
que notutros exhi4^y: ra sencíyamente
firosofía se puede exhibírun
y digamos: ésta es la filosofía. "o^ó 'oso
(Frondizi, R., .¿eué es la
filosoffa?" (Lg4T,
en Ensoyos fílosófico.s, México: FCE,
19g6,-p.4T.l
-il
114 La filosofía en Ia escuela / A""Cerletti - W. Kohan Filosofía ¿para qué? ru
Lecturas Pero el triunfo logrado es, inevitablemente, un triunfo a lo Pirro, pofgt¡t
pretender contestar positivamente a la mencionada pregunta equivale a hdf

Texto 28
de nperte a la filosoffa. i

En rigor, ante el insólito interrogante, sólo habrla una respuesta ad}


Garcfa venturini, J. L., "La firosof fa. cuada. ¿Para que sirve? -Pues, para nada. Esto es lo que habrían contestado
¿paraqué sirve?,,, en ucurturao, La Na_
ción, Buenos Aires, g de Platón y Aristóteles y toda la tradición occidental. La filosotla -y de modo
fulio de 1972, p. 3.
eminente la metafísica- no sirve para nada, no porque sea inútil, sino porquo
Parece claro que uno de los problemas
más arduos que debe afrontar es supraúffl porque está más allá de toda utilidad y por encima de cualquier
la firosoffa es saber qué es ra firosofía
misma. y esto, desde ros griegos. servidumbre. Porque la filosofía es un específico e ineludible modo de interro-
Tan
curiosa -o no tanto- necesidad de interrogarse gar a la realidad; no el único, por supuesto, pero sí el modo más radical y
a sf misma, esa suerte de
autognosis en que se diferencia de
cualquier otra disciplina, no sólo es
un
omnicomprensivo, el más fundamental y totalizador, que no se detiene en
viejo problema que hace a la índole
misma der filosofar sino que conforma instancias inmediatas y ni siquiera penúltimas, sino que le es inherente la más
uno de los interrogantes más apasionantes
y, por ro demás, ineludibre para índeclinable vocación de ultimidad. Y esas verdades últimas, que pueden
cualquiera que se ocupe de la filosoffa
con un mfnimo de rigor. y hasta esta- funcionalizarse y de hecho se funcion alizan en diversos niveles ontológicos,
mos convencidos de que si la filosofía
no fuera, en riltima instancia, mucho gnoseológicos y epistemológicos, no son verdades que "sirvan", sino -como
más que eso, es decir, una inacababre pregunta
acerca de sf misma, tar como diría Maritain- verdades a las cuales "debemos servir", lo cual es otra cosa.
un dragÓn que procura infructuosamente
morderse su propia cola, estaría- De ahí que la radical no-utilidad de la filosofía no sea in-utilidad, sino constitu-
mos de todos modos -y a pesar de ra
murtitud de distrardos que en mejor
de tiva supra-utilidad.
tos casos apenas rozan la periferia del
saber-, ante el más atrapante de los En tiempos como el nuestro en que todas las cosas progresan y son
juegos intelectuales, ante
una de las más incitantes aventuras del útiles -a riesgo de perecer-, la filosofía parece no exhibir progreso ni utilidad
espfritu.
Pero, en los Últimos tiempos, especialmente
en ciertos ambientes no algunos. Pero la idea de que la filosofía estancada en relación al vertíginoso
estrictamente filosóficos, y frecuentemente
con expresión periodfstica, la gra- avance de las ciencias (partículares) no responde a una perspectiva menos
ve y antigua pregunta ha sido reem plazada
por otra obviamente menos gra_ falsa que la que hace a su supuesta falta de utilidad. No solamente la fílosofía
ve, casifrfvora, no perse quizá, pero
sí por et modo y el contexto en que
suele también progresa, sino que siempre está a la vanguardia del pensamiento,
formulársela: ¿para qué sirve la fílosofía?
A veces se completa este interro- explorando y problematizando inéditas regiones, un poco adelante de los
gante con este otro:
¿qué papel cumple la filosofía en los países en desarro- demás saberes, detalle éste que fuera expresado muy claramente por B.
llo? ¿Qué utiridad tiene ra firosoffa
en er progreso de ros puebros? Russell cuando dijera que respecto del pensamiento filosófico "toda realidad
La dirección de ra pregunta dificurta,
sin duda, ra precísión de ra res_ es anacrónica". Y si, como se objeta también, es cierto que hay discrepan-
puesta. Y no fartan quienes contestan,
a veces ros mismos firósofos, procu_ cias entre los filósofos (recordemos que también las hay entre los científicos
rando satisfacer ar interrocutor, que
ra firosoffa sirye, por ejempro, para
desen_ particulares), ninguno ha renunciado ni podría renunciar -sin dejar de ser
trañar el "ser nacionar", o para dar
una ,,imagen prospectiva,, der proceso filósofo- a pretender para sus afirmaciones validez universal -y en esto van
político' esto es, alíneándose queriendo
o hacerlo con sociólogos, politicólogos, incluidos aun los escépticos, aun los relativistas-. Después de todo, la filoso-
historiadores, a fin de dar sentido
de utilidad y de "actualidad a la vieja
sabi- fía es algo que los hombres no han podido dejar de hacer desde que acce-
duría de Minerva".
dieron a la edad de la raz6n, ni parece probable que puedan dejar de hacerlo
Y por lo general, quienes lanzaron la pregunta se en un futuro inmediato.
sienten bastante satis-
fechos con la respuesta y parecen
dispuestos a otorgar a la filosoffa el pasaporte Estas reflexiones no pretenden esclarecer la índole del saber filosófi-
que le permita seguir circulando
entre las cosas ritiles y de indudable
actualidad. co, amplio y fecundo territorio cada día más transitado, donde la filosoffa
116 Lo fllosoffa en la escuela / A. Cerletil - W. Kohan Filosoffa ¿para qué? rt7

trabaia frente, en especial, al neopositivismo (de suyo, una filosoffa también)


por reivindicar su lenguaje, sus métodos, su objeto; pero sf procuran salir al albricias o desgracias, filosofa alguna vez en su vida, es decir, se hace a lfrr
paso de opiniones tan curiosas como las expuestas más arriba. pensar que la modo las grandes preguntas. Y es que vivir resulta una tarea fundamental-
filosofla tiene por objeto estudiar "er ser nacional" (...) o proyectar esquemas mente intrigante. A las cosas de la vida nunca se acostumbra uno del todo:
para bi# o para mal, siempre nos resulta lo que nos pasa, lo que nos ocurre
Útiles al "desarrollo del pafs", no sólo significa amputarla, sino desvirtuarla en
su más peculiar consistencia. Otras son las metas y la misión del filosofar. o lo que se nos ocurre, un poco raro. Por eso Aristóteles indicó que elcomien-
Bien distintas -aunque todas igualmente respetables- a las de las ciencias zo de la actividad filosófica -es decir de la manía interrogativa- consiste en
particulares, y, claro está, a las de las diversas formas del quehacer tecnoló- asombrarse.
gico. No hay equivalencias posibles. De ahf la dificultad, tan frecuente, de Lo que vemos a nuestro alrededor, lo que sentimos en nuestro interior,
precisar la naturaleza de la filosoffa y de saber dónde están los ¡lósofos. A lo que oímos que los demás aseguran muy serios, todo puede suscitar asom-
veces están donde menos se piensa, y muchas veces no se los ve, justamen- bro cuando uno lo considera ingenuamente, es decir: con libertad y sin prelu
te por la extemporaneidad y supra-utilidad que t¡pif¡can su faena. cíos.
Cuando no se advierten el verdadero sentido y alcance de la filosoffa, Pero, ¿pa'a qué sirve hacerse unas preguntas a las que nadie por lc
se le buscan objetos substitutos; y cuando se cree -de ese modo- cumplida la visto logra dar respuesta definitiva? A esta pregunta que por cierto también
tarea de rescate es precisamente, cuando aquélla ha quedado herida mortal- es filosófica, se le pueden dar como réplica nuevas preguntas: ¿por qué todo
mente. En afán de no declararla no ritil -que para quienes asl proceden es debe servir para algo? ¿Tenemos que servir para algo cada uno de nosotros,
como decir in-útil-, la declaran, sin quererlo, superflua, prescindible. por eso, es decir, es obligatorio que seamos ciervos o criados de algo o de alguien?
la única manera de justificar a la filosofla es contestando adecuadamente a la ¿Acaso somos empleados de nosotros mismos? A lo mejor hacerse las gran-
pregunta por sf misma. No hay otra alternativa. des preguntas sírve precisamente para eso: para demostrar que no siempre
estamos de servicio, que también alguna vez podemos pensar como si fué-
semos amos y señores.
Supongo que algo así es lo que querla señalar Sócrates cuando dijo
Texto 24
que "una vida sin indagación no merece la pena ser vivída". Al repetir las
grandes preguntas intentamos hacernos dueños de nuestra vida, tan incierta
savater, F., "urgencia y presencia de ra firosofla", en "cultura,, La Nación,
Buenos Aires, 29 de octubre de 199S, p. 1-2. y fugitíva; preguntarse es dejar de trajinar como animales, automáticamente
programados por los instintos, y erguírse, sacándose el sudor, para decir:
¿se saca algo en limpio de la filosofla? pues sí, al menos algo muy Aquí estamos los humanos. ¿Qué hay de lo nuestro?
importante: las preguntas mismas. Los filósofos se contradicen en las res- Aunque lo verdaderamente irrenunciable sean las preguntas, tampo-
puestas, pero se confirman unos a otros en las preguntas. En filosofía las co las respuestas que proponen los filósofos (o cualquiera de nosotros, cuan-
respuestas varlan y se enredan unas con otras, pero las preguntas vuelven do hacemos de filósofos) resultan desdeñables. Esas contestaciones filosófi-
una y otra vez, quizás planteadas en un modo'algo más rico o sutil. Son las cas se distinguen porque nunca tapan del todo la pregunta que las suscita y
preguntas de nuestra vida, el catálogo esencial de nuestros "¿por qué?, En el síempre dejan algún hueco por el que se cuelan los nuevos interrogantes,
centro, las que las condensa todas, las que nadie humano -es decir, cons- para que el juego -el humano juego de la vida- siga abierto.
ciente y racional- puede dejar de hacerse: ¿qué significa todo esto (la vida, la Las respuestas filosóficas suelen ser un cóctel racional con dos ingre-
muerte, lo que nos pasa, los demás, las cosas, eltiempo, elmiedo, el gozo, la dientes básicos: escepticismo e imaginación. Lo primero, escepticismo, por-
pena...)?' que quien se lo cree todo nunca piensa nada.
Nadie se dedica fulltime a estos interrogantes radicales porque nadie Para empezar a pensar hay que perder la fe: la fe en las apariencias,
filosofa dla y noche. Pero todo er mundo, antes o después, empujado por en las rutinas, en los dogmas, en los hábitos de la tribu, en la 'normalidad"
¡i indiscutíble de lo que nos rodea. Pensar no es verlo todo clarísimo, sino co-
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118 La filosrrfla en Ia e*uela / A. Ceiletti - W. Kohan Filosofía ¿para qué? 119

menzar a no ver nada claro lo que antes tenfamos por evidente. El escepticis- dos o tres acontecimiento "históricos" y no hay mes en que no se celebre la
mo acompaña siempre a la filosoffa, la flexibiliza, le da sensatez, sólo los tontos boda "del siglo", por no hablar de las rebaias de los grandes almacenes, que
no dudan nunca de lo que oyen y sólo los chalados no dudan nunca de lo que siempre\on "colosales'. Está más que visto que todos los dlas tiene que
creen. Pero además la filosoffa está también hecha de imaginación. ¡Oio, no de ocurrir lo nunca visto. Lo dicen las televisiones, las radios, las revistas y perió-
fantasfas o deliriosl No hay nadie menos imaginativo que los que ven fantas- dicos... de modo que bien está.
mas, bruierfas, adivinanzas, extratenestres y milagros por todas partes. Entre tantos que se ocupan de las cosas que pasan, ¿no habrá al-
Quien carece de imaginación siempre está dispuesto a dar crédito a guien que se ocupe un poco de las que rp pasan? Entre tantas voces que
realidades nuevas y desconocidas, mientras que quien tiene imaginación busca proclaman novedades, ¿nadie se acordará de vez en cuando de lo de siem-
lo nuevo a part¡r de la realidad tal como la conocemos. prd? Si no me equivoco, tal podrfa ser una de las tareas de la filosofía, es
Con escepticismo e imaginación van tramando los filósofos sus res- decir, de ustedes y mfa cuando nos da por repetir las grandes preguntas, por
puestas a las grandes preguntas: conviene recordarlas, desde aquellas pri- intentar con escepticismo e imaginación darles nuestras pequeñas respues-
meras e inolvidables de los griegos, hasta las de Unamuno o Albert Camus. tas. Actitud por cierto bien diferente de esa otra fÓrmula pedantesca de filo-
En conjunto forman el curriculum vitae delarazÓn occidental. Más preguntas: soffa que cada trimestre proclama "el tema de nuestro tiempo': un año será la
pero, ¿de veras que nos hace falta la filosoffa? ¿No es meior confiar en la posmodernidad, luego el neobarroco, después la muerte del suieto y seis
ciencia, que es la hija moderna y elicazde la filosoffa, con un sentido práctico meses más tarde la recuperación del sujeto, despreciando en todo caso la
mucho mayor que el de la mamá? Por supuesto, entre la ciencia y la filosoffa pregunta que nace libre (es decir, ingenua en el sentido etimológico de la
no hay que elegir una sola, rechazando la otra: lo meior es quedarnos con las palabra) porque no se somete a los manierismos culturales del momento.
dos.
No, lo que filosÓficamente cuenta es lo de siempre, lo gue nunca pasa
Pero son distintas, porque a la ciencia le interesa ante todo la eficacia
de moda: la conciencia humana de saberse vivo y mortal, aqul y ahora' Es
de las respuestas que propone y a la filosoffa lo radical de las preguntas que
curioso: lO que nunca pasa eS preCisamente el mOmento presente. "Para mf
plantea.
cada instante es una eternidad", decfa Heine, que fue poeta y filÓsofo. La
La ciencia pretende captar cÓmo funciona lo que hay, sean los áto-
vida es siempre el presente y una de las peores supersticiones consiste en
mos, losplanetas, el aparato digestivo o las sociedades humanas; la filosoffa
denigrar el instante eterno que habitamos como el imposibilitador de la vida.
se preocupa más bien por lo que significa para cada hombre, para usted o
para ml, existir entre átomos y planetas, tener sistema digestivo o vivir en Según los supersticiosos, la vida verdaderamente humana fue posible
ayer, quizá vuelva a serlo mañana o al otro, pero desde luego no lo es hoy:
sociedad.
algún acontecimiento fatal (Auswichtz, el Gulag, la Guerra del Golfo, la inven-
t...1
Los saberes cientfficos fragmentan la realidad para estudiar mejor cada ción de la telebasura, lo que sea...) separa irrevocablemente nuestro "ahora"
uno de sus aspectos y resolver problemas concretos, mientras que la filosofla de cuanto valió la pena o valdrá la pena, Y sin embargo, es ahora mismo
pretende una y otra vez no perder de vista lo que relaciona a las partes del cuando hay que vivir, es ahora cuando está vigente todo lo bueno y todo lo
conjunto, la vida humana con realidad inquietante global. Cada una de las malo, como siempre ha sucedido.
ciencias, antes o después, acaba por plantearse en su campo alguno de ' La plen¡ud del presente no admite requisitos: el momento de las pre-
esos interrogantes absolutos que rompen las costuras de cualquier bata de guntas y del presente no admite requisitos: el momento de las preguntas y
laboratorio, del mismo rnodo que los adultos más atareados y pragmáticos, del desconcierto, de la lucha y del gozo, el momento de la humanidad es a la
en el arrullo del sueño nocturno paladeamos otra vez el sabor de la leche vez incesantemente pasajero y eterno. La filosofía ayuda a vivir humanamen-
materna que nos hizo empezar a crecer. te porque no predica la buena nueva niel apocalipsis, sino que defiende con
En el mundo siempre están pasando cosas, modas, Catástrofes, ha- escepticismo e imaginaciÓn el presente Jo de siempre, lo que nunca pasa-
llazgos revolucionarios y pérdidas irreparables: cada semana tienen lugar contra modas y suPersticiones.
¿Qué es la filosofía?
89
88 La fílosofía en Ia escuela ,/, A. Cerletti - W. Kohan

En el desarrollo de la cultura europea la especulación, iniciada por la poco triste que la filosofla sólo logre ser noticia como asignatura, pero buena
obra genial de los griegos, se extiende a través de veinticinco siglos. Nace será esta ocasión para plantearnos unas cuantas cosas acerca de esta vieia
cuando el mito religioso empieza a perder su dominio exclusivo, a fin de subs- destreza intelectual. La cuestión de cómo ha de enseñarse la filosoffa no creo
t
tituir las ficciones poéticas de la imaginación y por una solución racional de los qü pueOa separarse de algo previo: qué es para nosotros la filosofla y por
problemas humanos. Abarcó entonces, y por mucho tiempo, la totalidad del qué consideramos que debe figurar de algrin modo en los planes de estudio
saber teórico sin distinguir entre el conocim¡ento emplrico y el especulativo, ni de todos los adolescentes, tanto los que van a estudiar letras como los que
entre las nociones reales y las construcciones formales. En la antigüedad em- se preparan para abordar carreras cientfficas.
pezaron a separarse algunas disciplinas especializadas -matemática, astrono- porque es evidente que hay por lo menos dos modos de acercarnos a
una disciplina que tiene una larga tradición y que también se sigue
practican-
mía, derecho-, pero la Edad Media, aunque de mala manera, sólo distingula
por eiemplo, elcaso del arte. Si queremos que
entre ciencia sagrada y ciencia profana, esto es, entre teología y filosofía. Des- do en nuestro dlas. Tomemos,
se inicie a los bachilleres en este tema, podemos incluir una asignatura de
de el siglo )0/ll comienzan a diferenciarse los integrantes del conglomerado
histo¡a del arte entre sus asignaturas, en la que se estudien los grandes
filosófico; las ciencias de la naturaleza asumen su autonomla, dividen entre sí la
exploración de la realidad objetiva y crean al efecto sus métodos propios. Este maestros del pasado, sus obras más notables y la sucesiÓn de los estilos
acontecimiento, el más importante de la cultura moderna, restringe poco a hasta el presente. Pero también podrfamos optar por darles una formación
poco la esfera de la filosofla y la limita, en lo esencial, al estudio de la actividad elemental aunque sustantiva en alguna de las artes (pintura, música, cine...)
pslquice'lógica, teoría del conocimiento, psicologla, ética, estética, pero le su- que les permitiera comenzar a desarrollar su talento artfstico. Por lo general
pone la misíón de unificar la totalidad del saber en una concepción metafísica, se prefiere la primera de estas soluciones, deiando el segundo tipo de forma-
llamada a despejar las últimas incógnitas. Esta soldadura de dos tareas muy ción como algo optativo y complementario, entend¡endo que toda persona
distintas aún subsiste; todavía hay quienes identífican la filosofía con la metafí- culta debe conocer la tradición artística, pero no todo el mundo ha nacido
sica, el examen de una realidad empírica, subjetiva u objetiva, con la ilación para pintor o para músico.
aventurada de una realidad que no nos es dada en experiencia alguna. Con- pues bien, en elterreno filosófico también se nos presentan estas dos
vendría distinguir lo uno de lo otro. La diferencia no es baladí. Como la filosofía opciones. Con la importante dilerencia que uno puede comprender la historia
se apartó de la teología y como las ciencías exactas se separaron de la filoso- de la pintura o de la arquitectura sin practicarlas, pero no se puede entender
fía, convendla desligarla también de la metafísica. Así se deslindarían tres do- el sentido de la tradición filosófica sin practicar al mismo tiempo un poco la
minios bien circunscriptos: la ciencia, la filosofía y la metaffsica. Por fin termina- tarea de filosofar. Y otra diferencia: como el tema de la filosofla es el arte de
ría una confusión, explicable por su génesis histórica, pero reñida con el estado pensar y es el pensamiento racional lo que los humanos tenemos en común,
actual de las cosas. Habrá ocasión r¡ás adelante de volver sobre este tema. nadie puede declararse radicalmente exento de vocaciÓn filosófica. Las artes
Entretanto tropezamos aquí, en la definición misma de la filosofía, con la impre- plásticas son manifestaciones insoslayables de la creatividad humana, pero
cisión y la vaguedad de los términos. cabe disfrutarlas como simple espectador.
La filosofía se refiere a la actividad centra! de los humanos en cuanto
tales y por tanto ninguna educación puede soslayarla, ni siquiera enseñarla
como una tarea emprendida por otros y que puede ser admirada sin partici-
Texto 18 pación activa del educando. La historia de la filosofla es ya filosoffa, actividad
filosófica, o resulta incomprensible; pero la filosoffa no puede provenir de la
Savater, F., "Urgencia y presencia de la filosoffa', en "Cultura". Le Nación,
mera historia sino que tiene que convertirse en biografla de quien se acerca a
Buenos Aires, 29 de octubre de 1995, p. 1.
ella so pena de reducirse a pedanterfa ociosa y artificiosa, es decir, repertorio
Desde hace varios meses con motivo de amenazadoras reformas en de venerables tecnicismos. Es por cierto tal pedanteríala culpable en buena
los planes de estudio de bachillerato, se habla en España de filosofla. Es un medida del relegamiento actual de la asignatura filosófica en los planes de
90 La filosofía en la escuela / A. Cerletti _ W. Kohan ¿Qué es la filosofía?
9r

estudio"' lntentemos ahora con toda ingenuidad


esbozar las urgencias bio- Frangois cháteret era un profesor.
gráficas que hacen ímprescindible la presencia Arguien que reparte ro que cree
hístórica de la filosofía en la saber, arguien que tiene, sí no ra certeza,
enseñanza. ar menos ra conciencia segura de
poseer eso que cree saber en el momento
Hace tiempo, en el coloquio tras la charla que en que hace el reparto, en el
acababa de pronunciar momento en el que no sÓlo hay intercambio sino práctica
una muy ínteligente antropóloga argentina compartida. En este
amiga mía, un oyente juvenil excla- sentido' era un hombre de comunicación en
mÓ estrepitosamente: "¡Pero no me
negará usted que esta vida es un asco!,,y el sentido profundo de la palabra;
mi amiga repuso sin ínmutarse: "¿comparada era un hombre acogedor' un hombre dador
con qué?,, Esa pregunta, utiriza_ de sentido. No era un guardlán
da como respuesta, me parece un estupendo celoso de ro que creía saber. Esto se trasrucra
ejemplo de manifestacíón filosó- en su aspecto, en su modo de
fica' Para empezar, tiene un benéfico efecto ser. La estatura de Frangois cháteret, su pose
curativo: sirve para librarnos de un corporar, era ra de un hombre
tópico fantasmar, de un farso dogma acongojante, tranquilizador' se presentaba en el mundo
de un brindis a ra sombra como testimonio de una regíón de
depresivo y quizámañana represivo. Pero, tranquilidad. En todo caso yo, que soy muy
además plantea una ínquietud muy chiquito y ér muy grande, tenfa
legítima, un probrema que no parece tendencia a sentirme protegido cuando estaba
tener nínguna utíridad inmediata, pero cerca de ér.
que' sín embargo, está tleno de sentido,
un interrogante que no se resuelve -Yo tengo er recuerdo de una generosídad
una simple contestación síno que nos remite con enorme.
a muchas otras cuestiones: Era a ravez generosidad y más que generosidad.
demos juzgar si ra vida vare o no ra pena? ¿po- su generosidad se
¿Tiene ra vida tuya y mía un varor fundaba en er hecho de que no podía definirse
determinado o todos los valores los determina ni aceptarse como un pensa-
la vida? ¿Hay formas de vivir dor solítario' La comunicación te era substancialmente
mejores y peores? ¿por qué? inmanente, para decir-
¿Nos preocupa ro que ra vida es, ro que podría ser lo de algún modo.
o lo que debería ser? ¿eué podría ser ra vida y
aún no es o ya no es?
significa decir que ra vida no es ro que debería ¿eué -En la historía de ta filosofía,
ser? Etcétera, etcétera... ¿hay otros ejemplos de esta figura fitosó-
Al conjunto de preguntas como éstas o, fica?
aún mejor, ar aÍánde preguntar
cosas así es a lo que llamamos fitosofía. son preguntas sócrates, sin duda, era de este modo. pero estoy
enormes, radícales, seguro de que todos
absolutas' como las que plantean los níños los fílÓsofos experimentaron en algún momento.de
antes oe que los domestiquen en sus vidas esta exigencia
el
colegio o ras de ros borrachos a ras cuatro de reparto, esta bÚsqueda de reparto. No todos
de ra madrugada. son preguntas la satisficieron, pero todos la
imposibles, como las que se hace uno en sintieron, todos buscaron reasegurar su palabra
el entíerro de un ser querido o las que en la parabra del otro.
susurran los enamorados, mirándose a los
ojos: ,,¿me quieres?,, Las grandes -¿La diferencia en Frangois chátetet era que
preguntas de la vida y de la muerte,
los interrog"nt". de la violencia yát su generosidad estaba
amor. atenta a la pregunta det otro?
A lo largo de los siglos los filósofos han vuelto
a plantearlas una y otra
vez, consistía en reasegurarse, ar respond er a ra pregunta
ofrecíendo cada uno sus respuestas peculíares der otro, de ro
y contradíciéndose unos que él mismo proyectaba como trabajo para
a otros.
Ante el desbarajuste de tanta díversidad, la verdad. Frangoís chátelet era
algunos pueden pensar que la filoso- un trabajador de lo verdadero. si no se tiene
fía es un garimatías der que no hay forma el proyecto de reasegurarse en
de sacar nada en rimpio. cuanto ar sentído de ro que se díce, no hay
trabajo posibre der pensamiento,
Aun cuando no se sepa ro que quiere decir .ser
verdadero,,, permanece ra
exigencia de alcanzar la posesión de un sentido
comunicable, repetible, sus-
Texto 19 ceptible de ser prorongado ante er otro. pues ro que
se dice, se díce siempre
ante el otro, aun cuando se habre en totar
Desanti, J.-T., "un filósofo es un apostador,,, soredad, aun cuando se esté reyen-
entrevista con Frangois Eward, do un texto' Lo ya pensado es necesario comunicárselo
en Magazíne títtéraire, No. 339, enero de 1996, p.44-6,trad. a sl mismo como a
cast. propía. un otro' Estamos siempre en esta situación.
Frangois chátelet habfa entendl-
'Hace diez años desaparecía unafigura importante do esto por abundancia naturat, por así decirro.
de ta filosofía france- Es esto ro que re da peso en
sa, Frangois Chátetet. la historia de la filosofía.

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