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El sa ber filosófico, el saber científico y otros modelos de saber

«Sócrates: Querido amigo, parece que l.. El origen Y la naturaleza del saber filosófico
Teodoro no se ha equivocado al juzgar
tu condición natural, pues experimen- t 1.1. LA ACTITUD RACIONAl FR ENT E A LA REALIDAD
tar eso que llamamos la admiración es
muy característico del filósofo. Este y Aristóteles (384-322 a. C.) empieza afirmando en una de sus obras, la
no otro, efectivamente, es el origen de
Metafísica, que «todos los hombres desean por naturaleza saber». Las
la filosofía.• (Platón, Teeteto, 155d,
Gredas, Madrid, 1988)
palabras de este pensador griego sintetizan una de las principales condi-
ciones que hacen posible el saber filosófico. Se trata, en efecto, de la
inquietud por conocer de todo ser humano, que lo lleva, por su misma
manera de ser, a preguntar por sí mismo y por todo lo que lo rodea.

Esta actitud es propia solo del ser humano; cabe definirla, pues, como una
capacidad esencial del hombre. El ser humano, animal racional, adopta
una actitud interrogativa ante lo que hay a su alrededor e indaga las cau-


Frene al asombro que la realidad provoca en el ser
nwnano, este responde con una actitud racional,
sas de los fenómenos que observa y las conexiones que existen entre ellos
interrogándose por todo lo que le rodea. con el fin de encontrar sus fundamentos últimos.

La pregunta con la que se comienza a filosofar es la expresión de


un asombro (thaumazein lo llamaban los griegos) que se pro-
duce de forma natural. El asombro o admiración es «darse
cuenta de algo a lo que no se encuentra explicación». Por
ejemplo, el eclipse de sol o de luna asombró a los pensadores
griegos; el cielo estrellado en la noche, no menos que la pre-
sencia de la ley moral en el interior del hombre, eran motivo
de asombro para Kant (1724-1804). Maravillado ante el
mundo y los otros, maravillado incluso de sí mismo, el ser
humano siente la imperiosa necesidad de agotar el conoci-
miento de lo que tanto admira: el mundo, el hombre, él
mismo.

Más allá de las cuestiones cotidianas o inmediatas, las pregun-


tas filosóficas abarcan los fundamentos y principios generales
de un todo y, quizá, no tendrán respuesta o, al menos, no una
respuesta definitiva. Pero, entonces, ¿por qué necesitamos un
saber que aparentemente no nos va a proporcionar respuestas
definitivas de aquello que pone en cuestión? Es probable que filo-
sofemos para bus& r el sentido último del mundo, de la vida y de
nosotros mismos. Por ello, la filosofía tiene, o debería tener, un
componente crítico que le permite analizar y cuestionar las res-
puestas de cualquier otro ámbito del saber, e incluso de sí misma.

t 1.2. EL ORIGEN HISTÓRICO DE LA FILOSOFÍA


La filosofía apareció en un contexto histórico determinado, concreta-
Logos: término griego que puede traducirse mente en la antigua Grecia, gracias a una serie de condiciones sociales y
como 'expresión', 'palabra', 'd iscurso' o culturales que lo hicieron posible. Estudiaremos en este epígrafe cuáles
razón'; significó también 'ley' o 'principio'.
Para los griegos, este concepto podía enten- fueron estas condiciones y cómo se desarrolló el saber griego hasta dar
derse, pues, como el discurso inteligible o origen a lo que ahora entendemos por filosofía, lo que se conoce como el
razonado, a la vez que como la razón univer-
sal que hace posible un orden y un sentido paso del mito al logos*, o la transición entre un saber mítico y un saber
del mundo. racional.

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El sabe, 1;1osóflco, el sabe e den1;1;c, y otrns modelos de sabec'

Del mito al logos


Con la aparición del saber filosófico en Grecia, de una concepción mito-
lógica del mundo se pasó a una concepción racional. Antes del naci-
miento de la filosofía el mundo se explicaba a través del mito. El mito es
la forma narrativa más antigua de la que se sirve el hombre para explicar
todo aquello que no entiende. A través de los mitos el ser humano busca
encontrar una explicación a los fenómenos que no puede entender. Así,
por ejemplo, en los relatos del poeta Hesíodo (siglo VII a. C.) se explicaba
el origen del cosmos aludiendo a las luchas entre los dioses.

Sin embargo, pronto se empezaron a buscar explicaciones razonadas de la


realidad. Aunque, en sus inicios, este discurso razonado o logos no se
diferencia siempre con claridad del mito, se puede afirmar que con Tales
de Mileto (h. 639-547 a. C.) - al que se considera el primer filósofo de la
historia- se inaugura una nueva etapa en el pensamiento occidental.

Grecia, cuna de la filosofía


Así, la filosofía aparece por primera vez en Mileto, una antigua ciudad
griega, en el siglo VI a. C. Pero, ¿qué condiciones históricas favorecieron el
nacimiento de la filosofía en Grecia? Fueron una serie de características de
índole económica, social y cultural, que pueden resumirse así:

• A partir del siglo vm a. C. empiezan a surgir las ciu-


dades-estado independientes. El sistema sociopolí-
tico de las polis griegas se basaba en la participación
de los ciudadanos, que gozaban de instituciones
políticas libres. Además, en esa época, las islas y las
ciudades costeras de Grecia cobran relevancia como
lugares de intercambio de bienes y costumbres, gra-
cias a los contactos comerciales entre los pueblos
del Mediterráneo. ;
• La cultura griega era propicia para impulsar el de-
sarrollo intelectual del hombre. Recordemos la
importancia que los griegos otorgaban a la educa- I
ción, a la formación literaria (a través de la épica, de
las tragedias y las comedias) y, en general, a la cali-
dad moral de sus ciudadanos.
• El ágora, o plaza pública, se convierte en el centro cultural y político de La escuela de Atenas representa la Filosofla y mues-
tra a los filósofos, cient[ficos y matemáticos más
las ciudades griegas. Allí se reúnen los ciudadanos para discutir; algunos importantes de la época clásica. Fue pintada por
de ellos pertenecen a las clases acomodadas, que disponen de tiempo Rafael entre 1509 y 1510.

libre para dedicarse a profundizar en sus conocimientos e investigar.

• En Grecia, el hombre adquirió viva conciencia de sí mismo y de su


racionalidad. Asimismo, se percató de la existencia de un orden en el
universo, por lo que entendió que este resultaba inteligible y que esta-
ba sometido a las leyes de la naturaleza.

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El saber filosófico, el saber científico y otros modelos de saber

«La relación de la filosofía con su • 1.3. CARACTERÍSTICAS DEL SABER FILOSÓFICO


ob¡eto es distinta que en las otras
ciencias, tanto más cuanto que en
El asombro, como se ha visto, permite al ser humano situarse frente a la
ella no se enfrl!flta al espíritu un realidad y cuestionársela. Así, la pregunta filosófica surge del intento de
ámbito de cosas fijo. La filosofía se solucionar un problema provocado por el asombro. La cuestión, sin
determina tanto por el comporta- embargo, puede apuntar a una respuesta todavía no ·definitiva, como
miento del espíritu mismo como por
cuando el niño pregunta por qué ante todo lo que ve por primera vez;
10s objetos de los que se ocupa. Esto
se preludia ya en aquel concepto de otras veces el ser humano se ha contentado con explicaciones imaginati-
amor a la sabiduría. (... ] Platón unió vas y fingidas, como las que daban los mitos griegos personificando las
por primera vez esta idea del amor fuerzas de la naturaleza. ·
[ . .] con el objeto de la filosofía.•
(Theodor W. Adorno, Terminología filo-- • Evidentemente, a medida que se progresa en el conocimiento de la reali-
sófica, vol. 1, Taurus, Madrid, 1976, dad, se percibe que las explicaciones intuitivas resultan insuficientes e
págs. 56-62)
insatisfactorias. El hombre quiere averiguar por sí mismo la razón de ser
de las cosas, esto es, quiere «conocer las cosas por sus causas». Si las res-
puestas aportadas por los mitos no bastaron a los primeros filósofos grie-
gos, es porque la propia dinámica de la razón lleva a buscar explicaciones
más sólidas y coherentes.

En consecuencia, se puede afirmar que la filosofía es el mantenimiento


continuado de una actitud inquisitiva o interrogativa sobre la realidad,
actitud que aparece justo en el momento histórico en que el ser humano
deja de conformarse con los relatos míticos y legendarios al uso, y decide
entregarse al estudio minucioso del mundo.

La filosofía, de este modo, puede definirse como «el saber de todos los
seres por sus causas últimas, que se adquiere mediante la luz natural de la
u lilosofia va más allá de la apariencia de las cosas
e intenta alcanzar siempre d saber profundo. razón». Veámoslo por partes:

a) La filosofía es un saber universal: su objeto de estudio no se


limita a una parcela concreta de la realidad; el saber filosó-
fico engloba la totalidad de los seres existentes.

b) La filosofía es un saber racional: para lograr su objetivo, la


; filosofía se sirve de un método, que consiste en el uso armó-
nico de los recursos de todo saber o conocimiento humano:
la experiencia sensitiva, la abstracción intelectual, el razona-
miento lético, la argumentación discursiva, etc. Estamos
ante un saber racionalmente fundamentado. Fruto de este
saber es un conocimiento ordenado y sistemático.

c) La filosofía es un saber profundo: la filosofía estudia el qué


y el porqué del ser de las cosas. El saber del qué apunta a la
esencia, a lo que define una realidad, diferenciándola de
todas las otras; el saber del porqué se orienta a las causas que
la hacen ser lo que es.

d) La filosofía es, por lo tanto, un conocimiento por causas: el


filósofo aspira a desentrañar las causas últimas de la reali-
dad, los principios últimos de los que los seres proceden y
que explican lo que son.

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