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Síntesis de los videos del director Simon Rattle:

Ritmo, Color y Three Journeys Through Dark


Landscapes
La música del siglo xx es un reflejo de su época. Este fue un
siglo de migración masiva, exilio y tristeza. El efecto de ello
repercutió profundamente en la música. La certeza de la
forma, el ritmo, la armonía, jerarquías tonales, etc. Todo se
desdibujo en un siglo donde la incertidumbre política, social,
económica agobiaban los corazones occidentales. De igual
manera, el desarrollo de los medios de transporte permitió
que muchos compositores tuvieran experiencias culturales
de otras culturas diferentes a la propia.

RITMO

Siempre, se concibió el ritmo como algo natural, regular y


biológico, consecuente con los latidos del corazón y el pulso.
Nuestros oídos se acostumbraron a escuchar estructuras y
pautas rítmicas, que a su vez consolidaban las armonías y
melodías de la música que conocemos bien. La consagración
de la primavera compuesta por Stravinsky fue una de las
obras revolucionarias del siglo xx. Escrita previa a una de las
grandes de calamidades bélicas del mundo. En ella la
estructura rítmica son indescifrables, asimétricas y turbias.

Edgar Varese demostró que los instrumentos de percusión


pueden constituir la sustancia de la música, al igual que lo
podía hacer cualquier otro instrumento. Con su obra
ionización, revolucionó la música clásica sin hacer uso de
algún sonido definido y con la presencia de una abrumadora
sirena en los primeros movimientos de la obra que parecería
siniestra.

La desintegración de las jerarquías sociales pareció liberar


el ritmo. Mahler fue una figura importante de transición
entre los siglos XIX y XX. Gran parte de la música que hoy
conocemos sería impensable sin él. El ritmo comenzó a
tornarse infinitamente más flexible y se acerca a un estado
de levitación.

Colon Nancarrow por sus actividades en la guerra civil


española fue condenado al exilio, pasó muchos años de la
posguerra en México trabajando con la pianola. Esta música
de máquinas permito al compositor imitar una destreza
dactilar ilimitada con unas combinaciones rítmicas que solo
podían ser asimiladas y tocadas por dos seres humanos a la
vez.

A finales del siglo XIX, una orquesta gamelán estuvo en las


exposiciones universales de parís, lo que marco
trascendentalmente la música de aquellos compositores y
artistas que tuvieron la oportunidad de escucharla. Esta
música constaba de una flexibilidad y complejidad rítmica
que se escapaba de las mentes occidentales. Debussy, fue el
primero que exploró este nuevo recurso. Mas tarde, otros
compositores como Messiaen, Boulez y Britten se vieron
influenciados por este tipo de sonoridad.

Pierre Boulez, en su pieza “Rituel in memoriam Madema”,


demuestra que los ritmos pueden chocar los unos con los
otro, pero al mismo tiempo permanecer audibles y
conmovedores.

¿Puede acaso ser el ritmo, en el siglo XX ser emocional?


¿Tiene aún esa fuerza visceral que hacía saltar y bailar a la
gente? – La respuesta es un rotundo sí.

COLOR

Debussy nos transporta a un mundo donde la luz y la


flexibilidad lo son todo. Los impresionistas franceses
dotaron al mundo de una nueva imagen de color, forma y
textura. Fue un movimiento que estuvo marcado
significativamente por los pintores franceses de la época,
que captaban la luz y la difuminaban sin ningún tipo de línea
en un lienzo.

La jerarquía instrumental pierde rigor, los vientos de


madera pueden hacer algo diferente y tienden a crear
formas que ya no son meros adornos. Las cuerdas se
transforman en una especie de fondo acuoso, semejante a
una acuarela, muy detallado, pero no muy claro para la vista
o el oído.
Diaguilex fue un gran empresario y visionario que promovía
conciertos y manejaba el ballet ruso. Logro que coreógrafos,
actores, músicos y compositores trabajaran juntos.

No hay persona que personifique mejor el sonido del siglo


XX que Stravinsky, con su obra rapaz y peligrosa el pájaro
de fuego. Una antigua fabula rusa que relata el típico
enfrentamiento entre el bien y el mal. Años después,
Stravinsky se encuentra con Maurice Ravel. A este último,
le interesaban aquellas culturas que tuvieron el poder para
influir en Francia, y pensaba que la mera realidad no tenía la
fuerza de la imaginación. Dos años después de compuesto el
pájaro de fuego, Ravel le da vida a Dafne y Cloé. El más
sensual de los ballets compuestos.

La idea de Debussy de crear música de orquesta que no


tocara el suelo abre nuevos mundos. No se trataba de crear
una música sin forma, sino una forma que ningún compositor
hubiera definido como tal. Dónde, al oyente, se le da algo
nuevo de probar todo el tiempo; pequeños valses, pequeñas
marchas, etc. La música generalmente iba a un lugar sin
llegar jamás.

Schoenberg fue un aclamado compositor que a su vez era


pintor. En sus pinturas, reflejaba la manera en que “pintaba”
y mezclaba colores en el medio musical. Demostró que es
posible reflejar la técnica de la pintura en la música. Por otro
lado, Boulez no componía solamente para una gran orquesta,
sino para una gran orquesta con más de 100 solistas, que para
el conformaban el todo de su obra musical. Lo justificó
afirmando:

Cuando ves un árbol no puedes ver cada una de las hojas,


pero si las hojas faltan, lo notas.

TRES VIAJES A TRAVÉS DE PAISAJES OSCUROS

Los compositores del siglo XX perdieron su inocencia como


consecuencia de las diversas manifestaciones bélicas, que
sin duda alguna sirvieron como precedentes para que estos
artistas se emanciparan de cualquier tipo forma o sistema
anterior. La música podía decir verdades que, expresadas en
palabras podían costarle la vida al autor.

Béla Bartók nació en 1881 en Hungría. Un país censurado por


el dominio Austriaco. Fue uno de los primeros que se
enfrentó al problema de la notación de la música popular.
Además, de ser uno de los pocos que podía aceptarla como
era, con todas sus imperfecciones e irregularidades. Muy
temprano con su música le dio vida a la obra “El castillo de
barbazul”. Bartók hace algo milagroso cuando le encargan
componer para un gran mecenas suizo; al emplear dos
oquestas enfrentadas como un espejo y divididas por la
mitad, fusiona cientos de años de tradición musical
occidental con música popular. Cuando los fascistas tomaron
el poder de Hungría y su apertura política se amplío. No le
quedó más remedio que exiliarse a EEUU. Experimento una
especie de choque cultural cuando desembarco allá, estaba
desorientado no conocía a nadie, nadie lo conocía a él y se
encontraba enfermo mortalmente de leucemia.

Dmitri Shostakovich nació en Rusia, en el tiempo en que las


revoluciones y el nuevo orden parecían haber destruido las
barreras e inhibiciones de los artistas. Sin embargo, al llegar
a su madurez, todo esto cambia y estos mismos que se hacían
llamar libres, eran nuevamente censurados. Su cuarta
sinfonía es un reflejo de ese peligroso y terrible paisaje que
se estaba viviendo. Tuvo que posponer el estreno de esta
misma porque podría ser suicida ante aquel ambiente de
presión. En 1969, ya enfermo y prematuramente envejecido
da testimonio del terror de aquellos años, por parte de
carniceros y tiranos. Al final de su libro “testimonio” escribe
una frase que no solo servirían de inspiración para las
futuras generaciones, sino para la composición de la su
sinfonía #14. Dice: “Tuve que escribir esto para salvar a
toda una generación de la amargura que me ensombreció mi
vida entera”. Si la música sirviera sólo para levantar el ánimo,
entonces el tema de la muerte sería el mayor de los tabúes.

Es increíble como la música popular que tanto libero la mente


de Bartók acabara sofocando la creatividad de los
compositores de la generación de Lutoslavski. El
proletariado tenía como único interés dominar las mentes de
las masas para que no existiera postura o pregunta diferente
a la impuesta. A mediados de los años 50, las artes respiran
nuevamente. Lutoslavski escuchó música de Jhon Cage en el
festival de otoño en Varsovia. La idea que no todo debía
organizarse rígidamente igual, sin duda alguna fascino a
Lutoslavski. En juegos venecianos, Lutoslavski emplea esta
técnica para crear una nueva clase de magia que parece
estar rodeada del sonido de una lluvia de Guijarros.
Lutoslavski, que alguna vez afirmo, que quería despertar un
nuevo renacimiento y comprobar así que, toda la música que
se toca es contemporánea.

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