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generando en la Sociedad una mayor capacidad de respuestas a los problemas de dicha Sociedad, ya que el
estudio se realiza en la comunidad no solamente por medio de un investigador que estudie la problemática
desde afuera, sino que de manera integrada se involucre con cada uno de los miembros de la comunidad,
para estudiar los problemas, y las posibles soluciones.
En el desarrollo de este tema estaremos estudiando acerca de la manera de investigar, que es la I.A.P.;
enfoques, ejes centrales en que se basa, métodos, finalidad, origen y evolución, entre otros aspectos
importantes que conciernen a la Investigación Acción Participativa.
MANERAS DE INVESTIGAR:
Hay la manera tradicional de investigar científicamente, en la cual una persona capacitada o grupo capacitado
(sujeto de la investigación), aborda un aspecto de la realidad (objeto de la investigación), ya sea para
comprobar experimentalmente una (s) hipótesis (investigación experimental), o para describirla (investigación
descriptiva), o para explorarla (investigación exploratoria). Generalmente, en este tipo de investigación, la
comunidad en la que se hace la investigación, o para cual se hace, no tiene injerencia en el proceso, ni en los
resultados; ella, solo puede llegar a conocer las conclusiones, sin quitar los valores que tiene.
En este siglo, y más, en estas últimas décadas, sin perder el carácter de cientificidad, han nacido otros
enfoques de investigación científica, buscando mayor participación y apropiación del proceso y de los
resultados por parte de la comunidad involucrada. En estos nuevos enfoques se ubica la Investigación -
Acción - Participación (IAP).
¿Qué es la IAP?
IAP es la sigla de: Investigación - Acción - Participación.
Es un enfoque investigativo y una metodología de investigación, aplicada a estudios sobre realidades
humanas.
Como enfoque se refiere a una orientación teórica (filosofía, marco teórico) en torno a cómo investigar.
Como metodología hace referencia a procedimientos específicos para llevar adelante una investigación -
estudio científico diferente a la investigación tradicional; es una manera concreta de llevar adelante los pasos
de la investigación científica de acuerdo con su enfoque.
La novedad puede ubicarse en el sentido e implicación de las dos palabras que acompañan la primera
(investigación): Acción - Participación.
No es solo investigación, ni solo investigación participativa, ni solo investigación -Acción; implica la presencia
real, concreta y en interrelación de la Investigación, de la Acción, y de la Participación.
EL ENFOQUE DE LA IAP:
La IAP nace en los años 70, con base en la orientación sociológica de la teoría de la dependencia -
Liberación, orientación que fue siendo asumida por las ciencias humanas, las ciencias de la educación, la
pastoral y la misma teología. Uno de sus aspectos claves es el dar el valor que se merece, la acción -
la praxis (acciones que conducen al cambio estructural) y el valor que tiene la comunidad toda, aun aquella a
la que no se le ha permitido la capacitación el colegios u universidades (la clase pobre).
Enfoques
Se trata de una metodología que permite desarrollar un análisis participativo, donde los actores implicados se
convierten en los protagonistas del proceso de construcción del conocimiento de la realidad sobre el objeto de
estudio, en la detección de problemas y necesidades y en la elaboración de propuestas y soluciones.
Con el fin de detectar esas demandas reales relacionadas con el objeto de estudio y concretarlas en
propuestas de acción ajustadas a necesidades sentidas, se desarrolla un proceso de investigación que apunta
a la transformación mediante el trabajo con colectivos, asociaciones, grupos de vecinos/as y otros actores del
municipio con sensibilidades o intereses comunes, lo cual facilita una movilización hacia la implicación
ciudadana que favorece la creatividad social en beneficio de toda la comunidad local. El conocimiento de la
realidad se construye progresivamente en un proceso participativo en el cual los actores implicados "tienen la
palabra", y de este modo se crean las condiciones que facilitan espacios de reflexión, programación y acción
social relacionados con los problemas que plantea el objeto de estudio.
Para crear esas condiciones necesarias se aplica un procedimiento de investigación riguroso bajo el enfoque
de la denominada Investigación-Acción Participativa (IAP), que propone intervenir de forma integral e
integradora en el territorio. Tal procedimiento investigador persigue la elaboración de un conocimiento sobre el
objeto de estudio que sea útil socialmente y que permita la implementación de Planes de Acción Integral,
donde la participación ciudadana, plena y consciente, sea un eje articulador básico. Por eso se trabaja con
grupos humanos, con el fin de transformar su entorno, a partir del conocimiento crítico de la realidad que les
rodea y de la puesta en marcha de un conjunto de estrategias y propuestas vertebradoras.
La IAP no ofrece una batería de respuestas y soluciones a los problemas, sino que propicia la conversación y
el diálogo como mecanismos con los que crear procesos donde los sujetos afectados aporten, tras la
reflexión, soluciones a sus problemas. Construyendo las respuestas con los distintos agentes sociales y
ciudadanos del municipio se abre un gran abanico de posibilidades, pero las respuestas, soluciones y
propuestas de acción se ajustarán más a la realidad concreta, en la medida en que han sido participadas y
compartidas por la ciudadanía en el proceso de investigación-acción.
EJES CENTRALES EN QUE SE BASA (I.A.P)
Los ejes centrales en que se basa el desarrollo de una Investigación-Acción-Participativa son los siguientes:
- En primer lugar, se han de delimitar unos objetivos a trabajar que responden a la detección de determinados
síntomas, como por ejemplo: déficits de infraestructuras, problemas de exclusión social, etc.
- A esta etapa de concreción le siguen otras de apertura a todos los puntos de vista existentes entorno a la
problemática y objetivos definidos: se trata de elaborar un diagnóstico y recoger posibles propuestas que
salgan de la propia praxis participativa y que puedan servir de base para su debate y negociación entre todos
los sectores sociales implicados.
- Esta negociación es la que da lugar a una última etapa, de cierre, en la que las propuestas se concretan en
líneas de actuación y en la que los sectores implicados asumen un papel protagonista en el desarrollo del
proceso. - La puesta en marcha de estas actuaciones abre un nuevo ciclo en el que se detectarán nuevos
síntomas y problemáticas, y en el que cabrá definir nuevos objetivos a abordar.
En todo este proceso cabe resaltar la importancia de dos elementos: la comisión de seguimiento y el grupo de
investigación-acción-participativa o GIAP.
La comisión de seguimiento
Se trata de una comisión que reúne a todas las entidades potencialmente interesadas en debatir
el proyecto en cada una de sus etapas: equipo investigador, representantes del tejido asociativo y de la
administración (políticos y técnicos).
El número de integrantes no es fijo, sino que variará en cada investigación dependiendo del territorio y del
momento del proceso. La idea es que, a medida que la investigación llegue a más sectores organizados,
éstos se vayan integrando en las reuniones de la comisión.
Los objetivos de esta comisión son la realización del seguimiento, la supervisión y la reorientación de la
investigación; el planteamiento y el debate de los diferentes puntos de vista en torno al tema planteado; y el
debate y la negociación de las propuestas.
Aspectos a tener en cuenta para un buen funcionamiento de la comisión son: fijar una frecuencia bimestral o
trimestral de reuniones; evitar que la comisión interfiera en el día a día de la investigación, ya que su
presencia constante podría alterar el contacto con la base social; presencia de uno o dos miembros del equipo
investigador como secretarios que vayan recogiendo las intervenciones y anotando cualquier aspecto
relevante en la relación entre los participantes.
Por último, es importante que los miembros de la comisión se comprometan a dar publicidad a la
investigación, con el fin de que en las posteriores reuniones se puedan ir incorporando nuevas asociaciones
e instituciones.
Finalidad
La finalidad de la IAP es cambiar la realidad y afrontar los problemas de una población a partir de sus
recursos y participación, lo cual se plasma en los siguientes objetivos concretos: a) Generar un conocimiento
liberador a partir del propio conocimiento popular, que va explicitándose, creciendo y estructurándose
mediante el proceso de investigación llevado por la propia población y que los investigadores simplemente
facilitan aportando herramientas metodológicas. b) Como consecuencia de ese conocimiento, dar lugar a un
proceso de empoderamiento o incremento del poder político (en un sentido amplio) y al inicio o consolidación
de una estrategia de acción para el cambio. c) Conectar todo este proceso de conocimiento, empoderamiento
y acción a nivel local con otros similares en otros lugares, de tal forma que se genere un entramado horizontal
y vertical que permita la ampliación del proceso y la transformación de la realidad social.
Fases
En la IAP se siguen básicamente cuatro fases, aunque no siempre se diferencian nítidamente unas de otras.
a) La observación participante, en la que el investigador se involucra en la realidad que se estudiará,
relacionándose con sus actores y participando en sus procesos. b) La investigación participativa, en la que se
diseña la investigación y se eligen sus métodos, basados en el trabajo colectivo, la utilización de elementos de
la cultura popular y la recuperación histórica.
El investigador presenta al grupo los diversos métodos disponibles para la obtención de información,
explicándoles su lógica, eficacia y limitaciones, para que aquél los valore y elija en base a los recursos
humanos y materiales disponibles. Para la recogida de información se usan técnicas como la observación de
campo, la investigación en archivos y bibliotecas, las historias de vida, los cuestionarios, las entrevistas, etc.
La información es recogida, y luego sistematizada y analizada, por la propia comunidad, siendo el papel del
investigador de mero facilitador. c) La acción participativa implica, primero, transmitir la información obtenida
al resto de la comunidad u otras organizaciones, mediante reuniones, representaciones teatrales u otras
técnicas, y, además, con frecuencia, llevar a cabo acciones para transformar la realidad. d) Laevaluación, sea
mediante los sistemas ortodoxos en las ciencias sociales o simplemente estimando la efectividad de la acción
en cuanto a los cambios logrados, por ejemplo en cuanto al desarrollo de nuevas actitudes, o la redefinición
de los valores y objetivos del grupo (Guzmán et. al, 1994).
Origen y evolución
En cuanto a su origen y evolución, la IAP surge en los años 70, en un clima de auge de las luchas populares y
ante el fracaso de los métodos clásicos de investigación en el campo de la intervención social. Sin embargo,
sus precedentes se hallan en el concepto de "investigación-acción" acuñado por Kurt Lewin en 1944,
entendido como un proceso participativo y democrático llevado a cabo con la propia población local, de
recogida de información, análisis, conceptualización, planificación, ejecución y evaluación. Se trataba de una
propuesta que rompía con el mito de la investigación estática y defendía que el conocimiento se podía llevar a
la esfera de la práctica, que se podían lograr de forma simultánea avances teóricos, concienciación y cambios
sociales.
Estas formulaciones fueron retomadas a fines de los 60 en Latinoamérica, por diferentes iniciativas y enfoques
comprometidos en la lucha contra la pobreza y la desigualdad social. Fue clave para ello el brasileño Paulo
Freire y su obra __La pedagogía de los oprimidos, __de 1968, en la que argumenta que los pobres están
capacitados para analizar su propia realidad. En consecuencia, se asume que la identificación y consolidación
de los conocimientos y capacidades que poseen los pobres pueden utilizarse como herramientas para su
propio empoderamiento. Esta perspectiva contribuyó a una reconceptualización del trabajo social con los
sectores vulnerables, así como a una expansión de la educación de adultos y la educación popular.
Posteriormente, en 1977, varios enfoques partidarios de combinar la reflexión con la acción transformadora
confluyeron en el Simposio Mundial sobre el Investigación-Acción y Análisis Científico celebrado en Cartagena
(Colombia). Fue a partir de este encuentro cuando comenzó el desarrollo de la IAP como una metodología de
investigación participativa, transformadora y comprometida con la práxis popular. Ahora bien, aunque el
carácter participativo estaba implícito en esas formulaciones, parece que no fue hasta mediados de los 80
cuando al concepto investigación-acción se le añade el de "participación" y se utiliza claramente el término
IAP.
La IAP ha contribuido al desarrollo de diversos enfoques y corrientes que, a su vez, también le han
enriquecido a ella. A pesar de sus diferencias, su característica común es la preocupación sobre la utilidad de
la investigación para la mejora de la realidad, y entre ellos destacan: los movimientos de renovación
pedagógica, los movimientos de educación popular, las nuevas concepciones de la educación, o los
movimientos de intervención comunitaria.
Una de sus principales contribuciones fue la realizada al desarrollo de los movimientos populares de los años
80. La IAP comenzó a ser utilizada no sólo para analizar problemas a pequeña escala en zonas rurales, sino
también otros más complejos como los problemas urbanos y regionales, la salud pública o la historia del
pueblo.
En el campo de la cooperación para el desarrollo, las técnicas de la IAP han sido aplicadas
con éxito por ONG y otras agencias en campos como el cooperativismo, la extensión agraria y la educación
de adultos. En este sentido, es importante destacar que la IAP es uno de los métodos que han servido de
base a la aparición y desarrollo de otras metodologías participativas que cuentan con un creciente uso en el
campo de la cooperación, como son el diagnóstico rural participativo y el conjunto de los enfoques
participativos.
En los años 90, ha continuado utilizándose en el Norte en el campo de la educación y de la intervención social
con grupos de barrio, inmigrantes, enfermos de SIDA, etc. Y, en el Sur, en muy diversos proyectos que van
desde el desarrollo local y la alfabetización, hasta la gestión colectiva de ciencias hidrológicas. En todos esos
ámbitos la IAP ha seguido proporcionando explicaciones de la realidad en clave colectiva y sirviendo como
herramienta de acción transformadora. M. E. y N. Z.
Conclusión
La Investigación - Acción – Participación, Es un enfoque investigativo y una metodología de investigación,
aplicada a estudios sobre realidades humanas.
Nace en los años 70, con base en la orientación sociológica de la teoría de la dependencia - Liberación,
orientación que fue siendo asumida por las ciencias humanas, las ciencias de la educación, la pastoral y la
misma teología.
La investigación y la ciencia deben estar al servicio de la colectividad; busca ayudarle a resolver sus
problemas y necesidades y ayudar a planificar su vida.
La comisión de seguimiento, Se trata de una comisión que reúne a todas las entidades potencialmente
interesadas en debatir el proyecto en cada una de sus etapas.
El Grupo de investigación-acción-participativa (GIAP), se trata de un grupo mixto formado por el equipo
investigador y vecinos de la comunidad que tiene por objetivo participar de forma activa en el proceso.
El método de la investigación-acción participación (IAP) combina dos procesos, el de conocer y el de actuar,
implicando en ambos a la población cuya realidad se aborda.
La finalidad de la IAP es cambiar la realidad y afrontar los problemas de una población a partir de sus
recursos y participació
I. MANERAS DE INVESTIGAR :
La IAP es una opción metodológica a la que recurren los científicos sociales y naturales que
han reflexionado sobre las limitaciones de la investigación académica. La IAP no es la última
moda en las corrientes de pensamiento ni un conjunto de técnicas o herramientas que generan
datos o información rápida en beneficio de las estructuras convencionales del conocimiento. La
IAP es un enfoque que encara el desafío de generar conocimiento con los actores sociales de una
realidad para que ellos asuman el poder de transformarla creativamente.
Decir que la IAP es una opción metodológica supone que los investigadores reflexionen y tengan
una posición personal respecto al poder, centrando la atención en la práctica participativa de las
poblaciones marginalizadas. Implica también que entiendan el desarrollo como procesos
endógenos, formulados y conducidos por los grupos de base. Otro punto central de la IAP es que
los investigadores perciban que conocer la realidad es un espacio de aprendizaje en el que
dialogan el conocimiento popular y el científico partiendo del presupuesto ético que ambos son
igualmente válidos y valiosos.
El proceso de reflexión que incentiva a los investigadores a desmitificar los conceptos y métodos
de la investigación convencional (positivista, académica, cuantitativa) se conoce como cambio de
paradigma. Se trata de una actitud personal y profesional que permite a los científicos visualizar
la comprensión de la realidad integrando en un solo enfoque la investigación (tecnológica, social)
el trabajo educativo y la acción transformadora conjunta.
La IAP es un enfoque integral
En la IAP confluyen una serie de corrientes de pensamiento científico social cuya preocupación
común es que el conocimiento que posee la gente que vive una realidad concreta se convierta en
la fuerza motriz de transformaciones individuales y colectivas, materiales y culturales. Ellas
coinciden que mediante la interacción de igual a igual, entre sujetos (los investigadores y la
población) se forja una idea más clara sobre las maneras de mejorar la calidad de vida, siendo
los pobladores quienes toman en sus manos la dirección y la conducción de ese proceso.
Son muchos los personajes que han contribuido y que enriquecen en la actualidad la IAP. Por
ejemplo, en los años 40, Kurt Lewin, un sicólogo social judío alemán emigrado en los Estados
Unidos, salió del consultorio privado y poniendo su conocimiento al servicio de procesos de
democratización en el medio urbano sentó los fundamentos de la IAP. Mas adelante en los años
50 nos encontramos con sociólogos como Antonio Dos Santos, André G. Frank, Samir Amin,
entre otros, quienes elaboraron teóricamente la práctica del poder en diferentes contextos. El
educador brasileño Paulo Freiré aportó desde los años 60 con la idea que la teoría y la práctica
liberadoras germinan en cada ser humano mediante procesos de concientización. En esa misma
década, Gerrit Huizer, antropólogo holandés, planteaba la participación popular a partir de la
democratización interna de los organismos de desarrollo.
Desde los años 70, la IAP toma un cariz mas participativo y político desde la práctica social de
las poblaciones. Orlando Fals Borda, sociólogo colombiano, Rodríguez Brandao, antropólogo
brasileño entre otros científicos sociales de Canada, USA, Suiza, Inglaterra, India, Australia, es
decir tanto del norte como del sur, vienen ampliando y enriqueciendo la teoría y la práctica de la
investigación acción participativa (IAP). Es importante notar la larga trayectoria de la IAP y
profundizar las premisas conceptuales y metodológicas de las disciplinas que la nutren pues de
esta manera adoptaremos esta opción de investigación con mayor convicción y no solo como
una moda metodológica. También queda claro que la IAP es un enfoque que nace de las ciencias
sociales “críticas” del norte y del sur nutrido por la creatividad de las resistencias populares
frente al abuso.
Los investigadores que optan por la IAP no solo son meros usuarios del repertorio de técnicas
participativas sino que forman parte de un movimiento de investigadores-activistas. Ellos
debaten permanentemente sus experiencias para profundizar con base empírica la construcción
teórica de temas como el rol del investigador, la naturaleza de la participación, el conocimiento
popular/ local, la autonomía, la visión de desarrollo.
Seguramente que en la vida real tenemos más de uno de estos roles de acuerdo a las
circunstancias pues forman parte del repertorio de posibilidades que nos ofrece el enfoque
participativo. En los últimos años he venido leyendo, observando en mi misma y en otras
personas ciertos procesos de transformación personal que quisiera compartir como una forma de
reflexión sobre el trabajo participativo. Veo que las experiencias participativas nos sensibilizan
por la cultura y la historia de la gente local. Escuchar los argumentos, historias de vida, los
recuerdos de cada persona como un universo de riqueza y complejidad despiertan en mi un
sentido de admiración. Me inspiran confianza la persistencia con que los campesinos de las
comunidades andinas, de Honduras, de Colombia, Brasil, o los Ngobe de Panamá, y los Mapuche
de Chile recrean sus identidades en estos tiempos de la modernidad agresiva y globalizante. Me
producen una profunda fuente de inspiración que a pesar de que vienen siendo intervenidos por
distintos tipos de proyectos de desarrollo, esquemas organizativos, tentados por créditos y
fondos, investigados con diferentes metodologías ellos no pierden de vista sus utopías propias,
sus sueños comunes.
Enfoques:Se trata de una metodología que permite desarrollar un análisis participativo, donde los actores implicados se
convierten en los protagonistas del proceso de construcción del conocimiento de la realidad sobre el objeto de
estudio, en la detección de problemas y necesidades y en la elaboración de propuestas y soluciones.Con el fin
de detectar esas demandas reales relacionadas con el objeto de estudio y concretarlas en propuestas de acción
ajustadas a necesidades sentidas, se desarrolla un proceso de investigación que apunta a la transformación
mediante el trabajo con colectivos, asociaciones, grupos de vecinos/as y otros actores del municipio con
sensibilidades o intereses comunes, lo cual facilita una movilización hacia la implicación ciudadana que
favorece la creatividad social en beneficio de toda la comunidad local. El conocimiento de la realidad se
construye progresivamente en un proceso participativo en el cual los actores implicados “tienen la palabra”, y
de este modo se crean las condiciones que facilitan espacios de reflexión, programación y acción social
relacionados con los problemas que plantea el objeto de estudio.Para crear esas condiciones necesarias se
aplica un procedimiento de investigación riguroso bajo el enfoque de la denominada Investigación-Acción
Participativa (IAP), que propone intervenir de forma integral e integradora en el territorio. Tal procedimiento
investigador persigue la elaboración de un conocimiento sobre el objeto de estudio que sea útil socialmente y
que permita la implementación de Planes de Acción Integral, donde la participación ciudadana, plena y
consciente, sea un eje articulador básico. Por eso se trabaja con grupos humanos, con el fin de transformar su
entorno, a partir del conocimiento crítico de la realidad que les rodea y de la puesta en marcha de un conjunto
de estrategias y propuestas vertebradoras.
La IAP no ofrece una batería de respuestas y soluciones a los problemas, sino que propicia la conversación y el
diálogo como mecanismos con los que crear procesos donde los sujetos afectados aporten, tras la reflexión,
soluciones a sus problemas. Construyendo las respuestas con los distintos agentes sociales y ciudadanos del
municipio se abre un gran abanico de posibilidades, pero las respuestas, soluciones y propuestas de acción se
ajustarán más a la realidad concreta, en la medida en que han sido participadas y compartidas por la ciudadanía
en el proceso de investigación-acción.
Los ejes centrales en que se basa el desarrollo de una Investigación-Acción-Participativa son los siguientes:- En primer
lugar, se han de delimitar unos objetivos a trabajar que responden a la detección de determinados síntomas, como por
ejemplo: déficits de infraestructuras, problemas de exclusión social, etc.- A esta etapa de concrección le siguen otras de
apertura a todos los puntos de vista existentes entorno a la problemática y objetivos definidos: se trata de elaborar un
diagnóstico y recoger posibles propuestas que salgan de la propia praxis participativa y que puedan servir de base para su
debate y negociación entre todos los sectores sociales implicados.
– Esta negociación es la que da lugar a una última etapa, de cierre, en la que las propuestas se concretan en líneas de
actuación y en la que los sectores implicados asumen un papel protagonista en el desarrollo del proceso.
– La puesta en marcha de estas actuaciones abre un nuevo ciclo en el que se detectarán nuevos síntomas y problemáticas,
y en el que cabrá definir nuevos objetivos a abordar.
En todo este proceso cabe resaltar la importancia de dos elementos: la comisión de seguimiento y el grupo de
investigación-acción-participativa o GIAP.
– La comisión de seguimiento.
Se trata de una comisión que reune a todas las entidades potencialmente interesadas en debatir el proyecto en cada una de
sus etapas: equipo investigador, representantes del tejido asociativo y de la administración (políticos y técnicos).
El número de integrantes no es fijo, sino que variará en cada investigación dependiendo del territorio y del momento del
proceso. La idea es que, a medida que la investigación llegue a más sectores organizados, éstos se vayan integrando en las
reuniones de la comisión.
Los obejtivos de esta comisión son la realización del seguimiento, la supervisión y la reorientación de la investigación; el
planteamiento y el debate de los diferentes puntos de vista en torno al tema planteado; y el debate y la negociación de las
propuestas.
Aspectos a tener en cuenta para un buen funcionamiento de la comisión son: fijar una frecuencia bimestral o trimestral de
reuniones; evitar que la comisión interfiera en el día a día de la investigación, ya que su presencia constante podría alterar
el contacto con la base social; presencia de uno o dos miembros del equipo investigador como secretarios que vayan
recogiendo las intervenciones y anotando cualquier aspecto relevante en la relación entre los participantes.
Por último, es importante que los miembros de la comisión se comprometan a dar publicidad a la investigación, con el fin
de que en las posteriores reuniones se puedan ir incorporando nuevas asociaciones e instituciones.
– Grupo de investigación-acción-participativa (GIAP).
Se trata de un grupo mixto formado por el equipo investigador y vecinos de la comunidad que tiene por objetivo participar
de forma activa en el proceso.
La captación de vecinos se puede iniciar en la primera reunión de la comisión de seguimiento, pero es importante que no
se apunten presidentes ni dirigentes comunitarios, sino gente de la base asociativa (especialmente mujeres y jóvenes) y no
asociada. En cuanto a la cantidad de vecinos, a partir de 3 personas se puede constituir un GIAP, aunque es recomendable
que el número de vecinos no sea inferior al del número de miembros del equipo investigador.
Se pretende que este grupo asuma una alta corresponsabilidad y protagonismo a lo largo del proceso, tanto por lo que se
refiere al diseño de la investigación, como al análisis de los materiales de campo y a la capacidad para elaborar
propuestas.
Estos vecinos pueden aportar, entre otros aspectos, conocimientos e informaciones básicas sobre el territorio y la
comunidad, proporcionar y realizar contactos con la base social, definir cuales son las relaciones sociales y
posicionamientos de los diferentes grupos de la comunidad, etc. Incluso pueden llegar a formar plataformas estables
dinamizadoras de la comunidad, asumiendo la realización, evaluación y retroalimentación de los proyectos elaborados.
La frecuencia de reuniones variará según el tipo de grupo y el momento de la investigación, aunque se acosenja una
reunión semanal o quicenal. Además, es importante que en las primeras reuniones el equipo investigador asuma un papel
más activo y dinamizador del grupo.
Por último, al igual que en el caso de la comisión de seguimiento, se puede dejar constancia de los debates mantenidos en
un documento que sirva de material de análisis.
Investigación-Acción Participativa o IAP es un método de estudio y acción de
tipo cualitativo que busca obtener resultados fiables y útiles para mejorar situaciones
colectivas, basando la investigación en la participación de los propios colectivos a investigar.
Así, se trata de que los grupos de población o colectivos a investigar pasen de ser “objeto” de
estudio a “sujeto” protagonista de la investigación, controlando e interactuando a lo largo del
proceso investigador (diseño, fases, evolución, acciones, propuestas,...), y necesitando una
implicación y convivencia del personal técnico investigador en la comunidad a estudiar.
Esta definición de T. Alberich (2006) se puede ampliar viendo los conceptos (p. ej. en
Wikipedia), muy utilizados, de "Investigación-Acción" (K. Lewin,...) más usado en Ciencias de
la Educación, y en la Sociología práctica mediante metodologías denominadas de
"Investigación Participativa" o "Metodologías Participativas" (Sociología práxica, ver: T.R.
Villasante, Red CIMAS,...).
La IAP busca entender el mundo al tratar de cambiarlo, colaborativa y reflexivamente. Una
alternativa al positivismo en la ciencia, esta larga tradición hace hincapié en principios de
investigación colectiva y experimentación basados en evidencia e historia social. Dentro de un
proceso de IAP, "las comunidades de investigación y acción desarrollan y dirigen preguntas y
problemas significativos para aquellos que participan con co-investigadores" (Reason and
Bradbury, 2008, p. 1).
Como en otros métodos de intervención social, como es el caso de la IAP, su finalidad
principal es la acción. Una acción con la participación activa de la gente y con el propósito de
resolver los problemas de la misma gente, que se pueden resolver a nivel local (Ander Egg,
2003).1
Los profesionales de IAP realizan un esfuerzo en conjunto para integrar tres aspectos básicos
de su trabajo: participación (la vida en la sociedad y democracia), acción (compromiso con la
experiencia y la historia), e investigación (solidez en el pensamiento y el desarrollo del
conocimiento) (Chevalier and Buckles, 2013, ch. 1). La acción se une, orgánicamente con la
investigación" y los procesos colectivos de auto investigación. (Rahman, 2008, p. 49). La
manera en la cual cada componente se entiende en realidad y el énfasis relativo que recibe
varía no obstante de una teoría y práctica de IAP a otra. Esto significa que la IAP no es un
monolítico cuerpo de ideas y métodos sino una orientación pluralista de nuevos conocimientos
y cambios sociales. (Chambers, 2008, p. 297; see Allen, 2001; Camic and Joas, 2003).
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Características[editar]
La IAP se origina a partir del trabajo pionero de Kurt Lewin (1946) y el Instituto Tavistock en
los años 1940, la IAP es una tradición de auto-experimentación colectiva apoyada en el
razonamiento evidencial, la determinación de los hechos y el aprendizaje, que está bien
documentada. Todas las formulaciones de IAP tienen en común la idea de que la investigación
y la acción deben ser hechas 'con' personas y no 'en' o 'para' personas. (Brock and Pettit,
2007; Chevalier and Buckles, 2008, 2013; Heron, 1995; Kindon et al., 2007; Reason, 1995;
Reason and Bradbury, 2008; Swantz, 2008; Whyte, 1991). En conjunto ellos constituyen una
alternativa robusta a la negación del positivismo de la acción humana, una que promueva el
conocimiento a un entendimiento crítico, orientado a la acción de la historia social (como en
gran parte de la economía política). La investigación basada en principios de la IAP tiene
sentido del mundo a través de esfuerzos colectivos para transformarlo, al contrario de
simplemente observar y estudiar el comportamiento humano y opiniones de la población
acerca de la realidad, con la esperanza de que cambios significativos eventualmente surgirán.
En el campo del desarrollo, IAP ha obtenido inspiración considerable del trabajo de Paulo
Freire (1982), nuevas ideas en la investigación de la educación para adultos (Hall, 1975), el
movimiento de los derechos civiles (Horton and Freire, 1990), movimientos sociales en Asia
del Sur tales como el Bhoomi Sena (Rahman, 2008, 2011), e iniciativas claves como la Red de
Investigación Participativa creada en 1978 con base en Nueva Delhi. "Se ha beneficiado de un
desarrollo interdisciplinario extrayendo su fuerza teórica de la educación de adultos,
sociología, economía política, psicología comunitaria, desarrollo comunitario, estudios en
materia de asuntos feministas, psicología crítica, desarrollo organizativo y más". El sociólogo
colombiano Orlando Fals Borda y otros organizaron la primera conferencia explicita de IAP en
Cartagena, Colombia en 1977 (Hall, 2005). Basándose en su investigación en grupos
campesinos de Boyacá y otros grupos desatendidos, Fals Borda hace un llamado al
componente de "la acción comunitaria" para que sea incorporada en los planes de
investigación de investigadores tradicionales entrenados. Sus recomendaciones a los
investigadores comprometidos a la lucha por la justicia y una mejor democracia en todas las
esferas, incluyendo al negocio de la ciencia, son de gran alcance:
"No monopolices tus conocimientos ni impongas arrogantemente tus técnicas, pero respeta y
combina tus habilidades con el conocimiento de las comunidades investigadas, tomándolas
como socios y co-investigadores. No confíes en versiones elitistas de historia y ciencia que
respondan a intereses dominantes, pero se receptivo a las narraciones y trata de capturarlas
nuevamente. No dependas únicamente de tu cultura para interpretar hechos, pero recupera
los valores locales, rasgos, creencias y artes para la acción por y con las organizaciones de
investigación. No impongas tu propio estilo científico para comunicar los resultados, pero
difunde y comparte lo que haz aprendido junto con la gente, de manera que sea totalmente
comprensible e incluso literario y agradable, porque la ciencia no debería ser necesariamente
un misterio ni un monopolio de expertos e intelectuales. " (Fals Borda, 1995)
Las estrategias de la IAP para democratizar el conocimiento y fundamentarlo en necesidades
reales de la comunidad representa un esfuerzo genuino para sobrellevar la ineficacia y el
elitismo de la escolarización convencional y la ciencia, y los efectos negativos de las fuerzas
del mercado y la industria en el lugar de trabajo, la vida comunitaria y medios de vida
sostenibles. Estos principios y la evolución en desarrollo de la IAP ha tenido un legado
duradero en los campos que van desde la resolución de problemas en lugares de trabajo
hasta desarrollo comunitario y medios de vida sostenibles, educación, salud pública,
investigación en materia de asuntos feminista y compromiso cívico. Es importante notar que
estas contribuciones son sujeto de muchas tensiones y debates en problemas clave tales
como el rol de "la psicología clínica", "el pensamiento crítico social" y las preocupaciones
pragmáticas del "pensamiento organizativo" en la teoría y práctica de la IAP. Las etiquetas
utilizadas para definir cada enfoque (IAP, IAP crítica, investigación aplicada, psicosociología,
análisis sociotécnico, etc.) reflejan estas tensiones y apuntan a mayores diferencias que
pudieran sopesar las similitudes. Mientras que un denominador común, la combinación de
"participación", "acción" e investigación refleja la frágil unidad de tradiciones cuya diversidad
de contextos ideológicos y organizativos los mantuvo separados y en gran parte ignorantes
unos de otros por varias décadas (Brown and Tandon, 1983; Brown, 1993).
La siguiente revisión se centra en tradiciones que incorporan los tres pilares de la IAP. Los
enfoques estrechamente relacionados que se superponen pero que no traen los tres
componentes juntos se dejan por fuera. La investigación aplicada, por ejemplo, no está
comprometida necesariamente a los principios de participación y podrá ser iniciada y
controlada en su mayoría por expertos, con la implicación de que "sujetos humanos" no están
invitados a desempañar un papel clave en la creación de la ciencia y la elaboración de
preguntas de investigación. Como en la ciencia convencional este proceso "considera a las
personas como fuentes de información, como teniendo **bits** de conocimientos aislados,
pero ni son esperados ni se asume que sean capaces de analizar una realidad social
determinada". (Hall, 1975, p. 26) La IAP también difiere de la indagación participativa o la
investigación de colaboración, contribuciones al conocimiento que no podrán implicar
compromisos directos con la acción transformadora y la historia social. La IAP en contraste, ha
evolucionado a partir del trabajo de activistas más interesados con el fortalecimiento de los
pueblos marginados que con la generación de conocimientos académicos por su propio bien.
(Freire, 1970; Hall, 1981; Tandon, 2002). Por último, dado a su compromiso al proceso de la
investigación, la IAP superpone pero no es sinónimo del Aprendizaje Activo, del Aprendizaje
de acción y reflexión, desarrollo participativo y desarrollo comunitario - formas reconocidas de
resolución de problemas y el aumento de la capacidad que podrían llevarse a cabo sin
preocupaciones inmediatas para la investigación y los avances del conocimiento. (Bartunek
and Schein, 2011).
Vida Organizacional[editar]
La investigación aplicada en el lugar de trabajo tomó su inspiración inicial del trabajo de Lewin
en desarrollo organizacional (y del énfasis de Dewey en el aprendizaje sobre la base de la
experiencia). La contribución más importante de Lewin involucra un acercamiento flexible y
científico para planificar cambios que pasan por un espiral de pasos, cada uno de los cuales
es compuesto por ‘un círculo de planeación, acción y recopilación de datos sobre los
resultados de la acción’, hacia un ‘clima’ organizacional de liderazgo democrático y
participación responsable que promueve un trabajo crítico, auto investigativo y colaborativo
(Lewin, 1948, pp. 82, 202-6). Estos pasos dan a conocer el trabajo de Lewin con grupos de
entrenamiento con capacidad básica, Grupos-T donde los líderes de la comunidad y
facilitadores de grupo utilizan la retroalimentación, la solución de problemas, la dramatización
y la ayuda cognitiva (lecturas, folletos, películas) para obtener percepciones de sí mismos, de
otros y grupales con una visión de ‘descongelación’ y cambiando sus mentalidades, actitudes
y comportamientos. La comprensión de Lewin de la acción-investigación coincide con las
ideas claves y prácticas desarrolladas en el influyente Instituto Tavistock (creado en 1947)) en
el Laboratorio de Formación Nacional del Reino Unido (LNT) en Estados Unidos una
importante ramificación del pensamiento Tavistock y su práctica son los sistemas socio
técnicos perspectiva de la dinámica en el lugar de trabajo, guiada por la idea que la mayor
productividad o eficiencia no depende de tecnología improvisada por sí sola. La improvisación
en la vida organizacional propone la interacción y ‘optimización conjunta’ de los componentes
técnicos y sociales de las actividades en el lugar de trabajo. En este sentido, la combinación
entre los factores sociales y técnicos del trabajo organizado se basa en los principios de
‘autonomía responsable de grupo’ y de la democracia industrial, en oposición a la
descualificación y la burocracia jerárquica guiadas por la gestión científica y la cadena lineal
de mando de Taylor (Ackoff, 1999; Crézé and Liu, 2006; Crozier, 2000; Greenwood et al.,
1991; Liu, 1997; |Trist y Bamforth, 1951; Rice, 2003).
El LNT jugó un rol importante en la evolución del aprendizaje experiencial y la aplicación de la
ciencia del comportamiento en el rendimiento de las organizaciones. El proceso de consultas,
el compañerismo, el manejo de conflictos, y la democracia en el lugar de trabajo y la
autonomía fueron temas recurrentes en el prolijo cuerpo de la literatura y la práctica conocida
como desarrollo organizacional (DO) (Friedlander y Brown, 1974; Cummings, 2008). . Al igual
que con 'la ciencia de la acción' (Argyris et al., 1985; Argyris y Schön, 1989; Argyris, 1993;
Dick y Dalmau, 1991), DO es una respuesta a los llamados cambios planificados y ‘gestión
racional social’ que involucra una normativa en el movimiento de relaciones humanas y el
acercamiento al equilibrio entre la vida y el trabajo en economías capitalistas dominantes
(Dubost, 1987, pp. 84–88). Su meta principal es mejorar el desempeño de una organización y
la experiencia en su vida laboral-personal, con la asistencia de un consultor, un agente de
cambio o catalizador que ayude a que la organización patrocinadora defina y resuelva sus
propios problemas, introduzca nuevas formas de liderazgo (Torbert y Associates, 2004) y haga
cambios en la cultura organizacional y aprendizaje (Cameron y Quinn, 2011; Senge y
Scharmer, 2001). Un diagnóstico y actividades de fomento de la capacidad son informados, en
distinto grado, por psicología, las ciencias del comportamiento, estudios organizacionales, o
teorías del liderazgo y la innovación social (Ospina et al., 2008; Mesnier y Vandernotte, 2012).
La Indagación Apreciativa (IA), por ejemplo, es una ramificación de la IAP basada en
psicología positiva (Seligman, 2002). La recopilación rigurosa de datos o los métodos de
investigación pueden ser utilizados para apoyar el proceso interno y el pensamiento del grupo
y la planeación. En conjunto, sin embargo, la ciencia tiende a ser un instrumento, no un fin. El
lugar de trabajo y las intervenciones en el aprendizaje organizacional son primero y ante todo
solucionador de problemas, orientado a la acción y centrado en el cliente.
Psico-sociología[editar]
Tavistock abrió nuevos horizontes de otras formas también, mediante el engranaje de la
medicina general y la psiquiatría con la psicología y ciencias sociales Freudiana y la de Jung
para ayudar a la armada británica a enfrentar varios problemas de recursos humanos. Esto dio
origen a un campo de la investigación académica e intervención profesional conocida como
psico-sociología, particularmente influyente en Francia (CIRFIP). Varias escuelas del
pensamiento y prácticas de ‘clínica social’ pertenecen a esta tradición, todas ellas críticas para
la mentalidad experimental y experta en psicología social (Dubost, 1987, pp. 287–291). La
mayoría de las formulaciones del a psico-sociología comparten con DO un compromiso con la
autonomía relativa y la participación activa de los individuos y grupos de apoyo con problemas
de autorrealización y la eficacia en el logro de los objetivos dentro de organizaciones más
grandes e instituciones. Adicional a esta agenda humanística y democrática, la psico-
sociología utiliza conceptos psico-analíticos, inspiración para afrontar las relaciones
interpersonales y la interacción entre uno y el grupo. Reconoce el rol de lo inconsciente en el
comportamiento social y la representación colectiva y la expresión inevitable de la
transferencia y contra transferencia — lenguaje y comportamiento que redireccionan
sentimientos no expresados y ansiedades a otras personas u objetos materiales participando
en la investigación activa (Chevalier y Buckles, 2013, ch. 1).
Los trabajos de Balint (1954), Jaques (1951) y Bion (1961) son momentos históricos en los
años de formación de la psico-sociología. Los autores comúnmente citados en Francia
incluyen a Amado (1993), Barus-Michel (1987; et al., 2002), Dubost (1987), Enriquez (1992),
Lévy (2001, 2010), Gaujelac (1997) y Giust-Desprairies (1989). Las diferentes escuelas del
pensamiento y la práctica incluyen la investigación activa de Mendel necesaria en la
perspectiva ‘socio-psicoanalítica’ (Mendel, 1980; Mendel y Prades, 2002) y el trabajo psico-
dinámico de Dejours, con énfasis en el sufrimiento del trabajo inducido y los mecanismos de
defensa (Dejours, 1988). El foco de las intervenciones ‘socio analíticas’ de Lapassade y
Lourau en las instituciones vistas como sistemas que desmantelan y recomponen normas y
reglas de interacción social a través del tiempo, una perspectiva que construye sobre los
principios de análisis institucional y psico-terapia (Lapassade y Lourau, 1971; Lourau, 1970,
1996; Tosquelles, 1984, 1992). Anzieu y el trabajo de Martin (1966) en grupos de psico-
análisis y la teoría colectiva 'ego mental' es generalmente considerado como el más fiel a la
tradición Freudiana. Las diferencias claves entre estas escuelas y los métodos que utilizan
parten desde el peso que asignan a la experiencia del analista en entender el comportamiento
del grupo y sus impresiones y también los aspectos sociales del comportamiento del grupo y
lo que les afecta. Otro tema es la medida en que la intervención es fundamental para
instituciones y sistemas sociales más grandes. La utilización de los conceptos psico-analíticos
y el peso relativo del esfuerzo dedicado a la investigación, entrenamiento y acción también
puede variar (Chevalier y Buckles, 2013, ch. 1).
Salud pública[editar]
PAR ha hecho avances importantes en el campo de la salud pública, en áreas como la ayuda
humanitaria, la rehabilitación basada en la comunidad, prevención de accidentes, la atención
hospitalaria y la prevención de drogas (Catley et al, 2009;. Chevalier y Buckles, 2013, capítulo
10 y. . ch 15, De Koning y Martin, 1996; Eisenberg et al, 2006;. Hills et al, 2007;. Minkler y la
Wallerstein, 2008; Todhunter, 2001).
El feminismo y género[editar]
La investigación feminista y la teoría del desarrollo de la mujer (Belenky et al., 1986) también
contribuyeron a repensar el papel del aprendizaje para desafiar los regímenes de poder
existentes, utilizando métodos cualitativos y de interpretación que se centran en la subjetividad
y la introspección en lugar de enfoque cuantitativo de la ciencia tradicional (Brydon-Miller,
2001; Maguire, 1987, McIntyre, 2008; Minkler y Wallerstein, 2008; Tolman y Brydon-Miller,
2001; Vickers, 2006; Williams y Lykes, 2003).
Ética[editar]
Los llamados a que las normas de conducta ética sean las guías en la relación entre los
investigadores y los participantes son muchos. Las principales normas internacionales de la
ética en la investigación con seres humanos son el respeto por la autonomía y la libertad de
los individuos y los grupos para deliberar sobre una decisión y actuar en consecuencia. Este
principio se expresa por lo general a través del consentimiento informado y continuo de las
personas que participan en la investigación (o los que los representan en el caso de personas
que carecen de capacidad de decisión). Otro principio general es el bienestar de los
participantes, los cuales no deben ser expuestos a ninguna situación desfavorable en el
equilibrio de los beneficios y riesgos de la participación en la investigación dirigida a la
promoción del conocimiento, especialmente las que son graves y probables. Dado que la
privacidad es un factor que contribuye al bienestar de las personas, la confidencialidad de los
datos obtenidos a través de la recopilación y el uso de los datos que son anónimos (por
ejemplo, datos de una encuesta) u omitidos tiende a ser la norma. Por último, el principio de la
justicia (la igualdad de trato y la preocupación por la justicia y la equidad) exige medidas de
inclusión y mecanismos apropiados para hacer frente a los conflictos de intereses.
Si bien la elección de las normas adecuadas de conducta ética rara vez es questionable, la
IAP implica una comprensión diferente de lo que el consentimiento, el bienestar y la justicia
entrañan. Por un lado las personas involucradas no son meros "sujetos" o "participantes.
Actúan más bien como socios clave en un proceso de investigación que puede tener lugar
fuera de las murallas de la ciencia académica o empresarial. Como la Declaración del Consejo
de Investigación Médica de Canadá sobre Conducta Ética en la Investigación con Sujetos
Humanos (Tri-Council Policy Statement: Ethical Conduct for Research Involving Humans)2
sugiere, la IAP exige que los términos y condiciones del proceso de colaboración se
establezcan en un acuerdo de investigación o protocolo basado en la comprensión mutua de
las metas y objetivos del proyecto entre las partes, sujeto a discusiones y negociaciones
preliminares. A diferencia de los formularios de consentimiento individuales, estos términos de
referencia (TdR) pueden reconocer derechos colectivos, intereses y obligaciones mutuas. Los
TdR también pueden exigir respeto para con las generaciones futuras y formas de vida
distintas a la humana. Pueden basarse en las relaciones interpersonales y una historia de
confianza en lugar de formas jurídicas y contratos.
Otra consecuencia de la ética IAP es que los socios deben protegerse y proteger a los demás
contra los riesgos potenciales, al mitigar las consecuencias negativas de su trabajo en la
colaboración y la búsqueda del bienestar de todas las partes interesadas. Esto no impide las
batallas contra los intereses dominantes. Debido a su compromiso con la justicia social y la
acción transformadora, algunos proyectos de IAP pueden ser críticos de las estructuras
sociales existentes y luchar contra las políticas e intereses de los individuos, los grupos y las
instituciones responsables de sus acciones.
En materia de asistencia social, las normas de IAP sobre el empoderamiento a través del
reconocimiento y "ser escuchado" pueden ser más importante que la privacidad y la
confidencialidad. El respeto por las personas y grupos que desean ser escuchados e
identificados por su contribución a la investigación se puede demostrar a través de las citas
adecuadas, agradecimientos, coautoría, o el otorgamiento de derechos de propiedad
intelectual.
Por definición, la IAP es siempre un paso hacia lo desconocido, el surgimiento de nuevos
interrogantes y la creación de nuevos riesgos a largo plazo. Dadas su propiedades
emergentes y la sensibilidad con el contexto social y las necesidades, la IAP no puede limitar
las discusiones y decisiones acerca de la ética en la fase de diseño y propuesta. Las normas
de conducta ética y sus implicaciones pueden tener que ser revisadas a medida que el
proyecto se desarrolla (Chevalier y Buckles, 2013, cap. 8).
Retos[editar]
La IAP ofrece una larga historia de la experimentación con investigación basada en la
evidencia y en las personas, una alternativa innovadora para integrar la ciencia positiva. Al
igual que con el positivismo, el enfoque crea muchos desafíos (Phillips y Kristiansen, 2012),
así como debates sobre lo que se considera como participación, acción e investigación. Las
diferencias en los compromisos teóricos (Lewinian, Habermas, Freire, psicoanalítica,
feminista, etc) e inclinaciones metodológicas (cuantitativa, cualitativa o mixta), son numerosas
y profundas (véase Chevalier y Buckles, 2013; Gergen, 2009; Greenwood y Levin, 1998;
Heikkinen et al, 2001;. Johannessen, 1996; Masters, 1995; Nielsen y Svensson, 2006; Shotter,
2012). Esto no es necesariamente un problema, dado el sistema de valores plural integrado en
la IAP. Otras maneras de responder mejor a las preguntas relativas a la relación de igualdad
con la ciencia y la historia social son, sin embargo, la clave de su futuro.
Una de las preguntas críticas está relacionada con la orientación de la resolución de
problemas de investigación dedicada (el de medios y fines racionales) foco de la mayoría de
los experimentos PAR, ya que afectan al rendimiento de la organización o los medios de vida
materiales, por ejemplo. Bajo el punto de vista clínico de la psicosociología francesa, una
orientación pragmática a la investigación deja de lado las formas de comprensión y conciencia
que no son estrictamente instrumental y racional (Michelot, 2008). La IAP debe prestar la
misma atención a las interconexiones de la autoconciencia, el inconsciente y la vida en
sociedad.
Otro tema, más ampliamente debatido, es la escala: la forma de abordar los sistemas de base
amplia de poder y las preguntas de complejidad, sobre todo las de otro desarrollo en una
escala global (Burns, 2007; Chevalier y Buckles, 2013, Mead, 2008; Werner y Totterdill,
2004)? ¿Cómo puede la IAP desarrollar una macro-orientación al diálogo democrático
(Gustavsen, 1985) y frente a los desafíos del siglo XXI, al unirse a los movimientos para
apoyar la justicia y la solidaridad en las escalas local y global? Al mantener las cosas
estrechamente ligadas a la dinámica de grupo local, la IAP corre el riesgo de sustituir la
participación a pequeña escala por la democracia real y no el desarrollo de estrategias para la
transformación social en todos los niveles (Bebbington, 2004; Hickey y Mohan, 2005). Dadas
sus implicaciones políticas (Chambers, 1983), la investigación-acción basada en la comunidad
y su "ethos" por consenso se conocen por ser presa de los actores poderosos y servir como
caballos de Troya para traer los procesos de reestructuración globales y ambientales
directamente a las condiciones locales, por encima de los mediadores institucionales legítimos
y ocultar intereses divergentes y el ejercicio del poder durante el proceso. La cooptación
puede conducir a resultados altamente manipulados (Brown, 2004; Cooke y Kothari, 2001;
Cornwall, 2004; Rocheleau, 1994; Rahman, 1998; Triulzi, 2001). Contra esta crítica, otros
argumentan que, dadas las circunstancias adecuadas, es posible construir acuerdos
institucionales para el aprendizaje y la acción conjunta a través de las fronteras regionales y
nacionales que pueden tener repercusiones en la acción ciudadana, las políticas nacionales y
los discursos globales (Gaventa y Tandon, 2010; Brown y Gaventa, 2010).
El papel de la ciencia y la erudición en el IAP es otro punto de diferencia (Stoecker, 1999). En
la tradición lewiniana, "no hay nada tan práctico como una buena teoría" (Lewin, 1951, p 169;.
Ver Gustavsen, 2008). En consecuencia, la lógica de desarrollo de la teoría científica, la
formación y las pruebas de hipótesis, la recopilación de datos medibles y la interpretación de
los resultados juega un papel central. Aunque más orientado clínicamente, la psicosociología
en Francia también hace hincapié en el papel distintivo de la investigación formal y el trabajo
académico, más allá de la resolución de problemas en contextos específicos (Dubost, 1987,
pp 90-101). Muchos practicantes PAR críticos de la ciencia convencional y su énfasis en los
datos cuantitativos también señalan que la investigación sobre la base de Métodos
cualitativos pueden ser teóricamente informado y riguroso en su propia manera (McNiff y
Whitehead, 2009). En otras tradiciones, sin embargo, PAR mantiene gran distancia tanto a
nivel académico y de la ciencia social. Dado su énfasis en el pluralismo y el conocimiento de
estar, muchos profesionales de la investigación de base son críticos de la gran teoría y
métodos avanzados de investigación en colaboración, hasta el punto de abandonar la palabra
"investigación" por completo, como en participación aprendizaje en acción. Otros comparan la
investigación de cualquier participación en la práctica reflexiva destinado a evaluar los
problemas y evaluar los resultados del proyecto o programa en contra de las expectativas del
grupo. Como resultado, los métodos de investigación tienden a ser suave y la teoría
permanece ausente o subdesarrollados. Esfuerzos prácticos y teóricos para superar esta
ambivalencia hacia la actividad académica, sin embargo, están surgiendo (Chevalier y
Buckles, 2013; Reason y Bradbury, 2008).
Véase también[editar]
Investigación-acción