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- Leche esterilizada: Aunque puede conservarse durante más tiempo, pero los cambios producidos
durante la ebullición que es de entre 110°C y 115°C, durante 15 minutos, si bien destruyen todos
los microorganismos existentes, producen cambios en las cualidades nutritivas, ya que se alteran
las proteínas y se pierden vitaminas.
- Leche ultrapasteurizada, es sometida a un tratamiento de calor muy elevado durante uno o dos
segundos. No hay prácticamente alteraciones nutritivas ni del sabor.
- Leche evaporada: Es la que ha perdido parte del agua, por lo que al consumirla se debe preparar
de modo que se reponga el agua siguiendo las instrucciones de uso.
- Leche en polvo: Es la que ha sido totalmente deshidratada. Y para prepararla hay que añadir
buena cantidad de agua, según las instrucciones.
- Leche condensada: Es la leche, que después de haber sido pasteurizada, se le añade sacarosa.
También la leche tiene varios tipos dependiendo de la cantidad de grasa que contenga.
- La leche entera conserva toda su grasa.
- La leche semidescremada, contiene solamente la mitad de las grasas, pero conserva sus
propiedades nutritivas.
- La leche descremada, ha perdido casi toda su grasa.
- La leche con grasa vegetal, no contiene grasa natural, sino otras de origen vegetal que se le
incluyen de forma artificial.
Otra forma de consumir leche es por medio del yogur que es leche fermentada y conserva el valor
nutritivo de la leche fresca. El contenido de calcio de 2 yogures equivale al de un vaso de leche y
proporciona además un beneficio adicional en la flora intestinal. Se recomiendan mucho después
de un periodo diarréico o de tomar antibióticos.
por: Redacción
Fuente: esmas.com
http://www.esmas.com/salud/home/recomendamos/454756.html
¿Qué es el requesón?
El requesón es una importante fuente proteica ya que contiene cuatro veces más
proteínas que la leche. Además sus proteínas (lactoglobulina y lactoalbúmina) son de
mayor valor biológico que las presentes en mayor cantidad en otros lácteos como la
caseína.
Esto se debe a que el requesón se elabora a partir del suero lácteo; muy rico en
seroproteínas (proteínas del suero) que contienen todos los aminoácidos esenciales.
Su contenido graso es menor que el de la mayoría de los quesos ya que solamente aporta
4 calorías por cada cien gramos. Contiene la mitad de grasa que el queso fresco y casi
ocho veces menos que un queso semicurado, un roquefort o un tipo Cabrales, lo que le
convierte en un alimento apropiado para incluir en una dieta de control de peso o de
grasas, así como en la alimentación de personas con estómago delicado por ser un
alimento de fácil digestión.
En cuanto a sales minerales aporta la mitad de calcio que la leche y respecto a sus
vitaminas, destaca en especial su contenido de B1, B2 y ácido fólico.
Elaboración [editar]
La caseína, el elemento que se coagula dando su consistencia al queso, ya no está
presente en el suero empleado para elaborar el requesón, que obtiene su textura de la
cocción a alta temperatura, al endurecerse la albúmina y la globulina presentes en el
suero. El añadido de ácido cítrico o tartárico se emplea a veces para catalizar el proceso.
Aunque el requesón tradicional se produce exclusivamente a base del suero
reaprovechado, la producción industrial, en especial en Estados Unidos, le añade a
veces leche entera para incrementar la consistencia. Una vez coagulada, se deposita en
recipientes que permiten el drenaje del exceso de líquido durante unos diez días.
Consumo [editar]
El sabor y el valor nutricional dependen en gran medida de la leche empleada; en Italia
está extendida la producción de ricota vacuna, ovina, caprina y aun de búfala. La de
leche de oveja es la más rica en grasas, alcanzando el 24%, mientras que las de origen
bóvido no superan el 8%. Es rica en proteínas, y especialmente en lactosa.
AUTOR:
http://es.wikipedia.org/wiki/Ricota
Nadie parece saber dónde se hizo el primer queso ni quién lo inventó. El primer queso es a lo
mejor el producto de una pura casualidad.
Quizás fue descubierto hace cinco mil años cuando un mercader árabe transportaba leche en un
estómago de un cordero cuando estaba cabalgando por el desierto. Debido al cuajo del estómago
del cordero, a la alta temperatura del desierto y a las sacudidas de la cabalgada, la leche se
convirtió en queso. Pero quizás también se hizo en otra parte y en otro tiempo.
El queso «suizo» es mencionado por primera vez por el historiador Plinio el Antiguo en el siglo I d.
C. que describe el caseus helveticus, es decir, el «queso de los helvetas», un pueblo celta que
entonces estaba asentado en territorio de la actual Suiza.
Durante siglos el queso más popular y más producido era el requesón que se hacía de leche
cuajada y no se podía conservar mucho tiempo. Desde el siglo XV se utilizaba en el lado
septentrional de los Alpes el cuajo, una sustancia del estómago vacuno, para hacer queso duro.
Los quesos de pasta dura son mejor conservables que el requesón y eran por eso muy solicitados
como provisiones para el viaje.
Los monjes que llevaban los hospicios en algunos pasos alpinos, que durante los meses del
invierno solían estar bloqueados por la nieve, almacenaban grandes cantidades de queso para sus
huéspedes.
El almacenamiento de queso era muy necesario ya que entre los huéspedes que en el año 1800
hacían alto en el paso del Gran San Bernardo se encontraba Napoleón, con sus 40.000 soldados
que comieron en total de una tonelada y media de queso.
Los franceses no pagaron el queso hasta cincuenta años más tarde y eso sólo en parte. La deuda
se amortizó finalmente de modo simbólico en 1984 por el entonces Presidente de la República
francesa François Mitterand.
A partir del momento en el que se podía conservar el queso durante más tiempo, se convirtió en
una mercancía muy importante para Suiza. Desde el siglo XVIII se vendía queso suizo en toda
Europa.
Si se da crédito a una guía de viaje de 1793, el surtido de productos lácteos en Suiza sufría bajo la
exportación del queso: «Parece bastante raro que el queso y la mantequilla son tan malos en las
tabernas suizas. Incluso en aquellas regiones que producen mucha leche es difícil encontrar buena
crema y manteca de leche fresca, porque parece un negocio más lucrativo utilizar la lecha para la
fabricación de queso.»
Pero no sólo el queso, también los queseros abandonaron Suiza. Entre los miles de suizos que en
el siglo XIX emigraron a Estados Unidos se encontraban también algunos queseros.
También en dirección opuesta, hacia el este, emigraron muchos queseros, de los cuales, sin
embargo, muchos regresaron a Suiza tarde o temprano. El queso tilsit por ejemplo debe su
nombre a la ciudad del mismo nombre en la Prusia oriental, donde fue inventado por un quesero
suizo. Cuando volvió a Suiza trajo consigo la receta del tilsit.
No tan gloriosa es la historia de un valioso pasto suizo que, por equivocación, se cedió a Italia. El
propietario suizo de un terreno pastizal de alto valor en Bettelmatt Alp (Valais) lo vendió a un
italiano sin saber que con la venta el terreno se incorporaría automáticamente al Estado italiano.
Fue en 1821 que un notario en Brig (Alto Valais) realizó el cese del pasto que daba pienso para
unas cien vacas y cuyas hierbas eran famosas por su sabor aromático y jugoso.
El queso cremoso que ahora se produce de la leche que las vacas producen que allí pastan es
ahora ya una especialidad italiana y no suiza.
http://www.swissworld.org/es/switzerland/especiales/queso_suizo/historia_de_la_queser
ia/
La historia del cuajo
En fundador de la empresa,
Josef Hundsbichler
Josef Hundsbichler
http://www.hundsbichler.com/php/la_historia_del_cuajo_es_1.html?PHPSESSID=6c10
4586465bc952403fdafaf8016c96
La tradición.
En los tiempos, no tan lejanos, en los que en Alcázar de Venus la mayoría de las
familias tenían su punta de ganado, cabras u ovejas, para surtirse de la leche y sus
derivados tan necesarios para la alimentación, sobre todo de los más pequeños, no era
extraño que casi todos los vecinos conocieran a la perfección lo que hoy es
prácticamente desconocido para un gran porcentaje de habitantes del medio urbano e
incluso rural: la fabricación del queso, requesón, cuajada y otros derivados de la leche,
así como el uso que de ellos se hacía.
Cuajar la leche.
El cuajo no es otra cosa que el cuajar (estómago en sentido estricto de las cuatro partes
de las que está formado el estómago de los rumiantes) de un cabritillo lechal (que
solamente se alimentaba de la leche de su madre) lleno de leche y secado. Se sacrificaba
al animal cuando acababa de mamar para que su estómago estuviese lleno y antes de
que saliese del corral y hubiese ingerido cualquier otro tipo de alimento, a más leche
mayor tamaño del cuajo. Se ataba el extremo del cuajar con unas hilas de esparto, se
colgaba en la cámara en lugar adecuado y cuando estaba totalmente seco se usaba para
cuajar la leche. Se raspaba la parte interna del cuajo y se machacaba
en un mortero con una gotilla de agua para, tras colarlo, después
añadírselo a la leche, la cantidad debía ser la precisa (una
cucharadita a cada orza) para que al queso no le saliese el sabor a
cuajo. Se removía con un palo de higuera al que se le había quitado
la capa exterior.
Las orzas, con la boca tapada, se solían colocar próximas al rincón donde se estaba
preparando la comida del día para que la leche se mantuviese templada. Después de un
tiempo prudencial se destapan y se observan para ver si tenían suero en la parte superior
lo cual indicaba que debajo había cuajado la leche, se volvía a mover otra vez con el
mismo palo, se tapaba la orza y se dejaba el tiempo necesario hasta que volvía a cuajar
de modo definitivo la leche.
Yogourt.
Tras esta segunda vez en la que se movía la cuajada, y antes de tapar la orza, se sacaba
lo que en Alcázar se llamaba “cuajada en lé”, una especie de
yogourt natural de sabor fino y exquisito que se tomaba por
aquellos lares mucho antes de que Danone inundara el mercado
con sus productos.
Las pelotas de cuajada se iban reservando para hacer el queso, la que no se utilizaba
para tal fin era lo que conocemos como “cuajada” y que se solía tomar acompañada de
miel o azúcar, a gusto del comensal.
El resto se iba colocando en las pleitas que ya estaban sobre las queseras y primero se
prensaba por una cara con las manos y todo el resto de suero que iba saliendo de la
masa se recogía para añadirlo al que había quedado en la orza. Una vez bien prensado el
queso por una cara se volvía de la otra y de nuevo se prensaba hasta que la cantidad de
suero que salía era inapreciable, también se le daba la vuelta para que “la flor” quedara
impresa en ambas caras, en cada una de ellas se les ponía un poco de sal, a gusto.
Finalmente se prensaba colocándole encima de una tabla unas piedras utilizadas
exclusivamente para tal fin. A las veinticuatro horas se les
quitaban las pleitas y se colocaban en los zarzos donde se
dejaban orear hasta que, según el gusto, se comían más o menos
frescos, crudo, frito o en tortilla. Cuando estaban bastante secos
también se podían conservar en aceite de oliva por un tiempo
mucho más prolongado.
El suero.
Habíamos dejado el suero en la orza y le habíamos añadido el que había ido rezumando
el queso al prensarlo ¿qué se haría con este suero? Había dos posibilidades, o bien se
tomaba tal cual, frío o caliente, con sopas de pan o sin ellas, o bien se sacaba de él el
exquisito requesón. Para ello se hervía el suero en una caldera mediana o en una olla,
dependiendo de la cantidad, y en el momento de subirse se le añadía poco a poco leche
o agua fría para detener la ebullición y hasta que en la parte superior se formaba una
capa de cierto grosor. Esta capa, o corteza, se retiraba con un colador y se iba colocando
en finas servilletas (para que pudiese sudar) que se ataban y colgaban hasta que
perdieran todo el poco suero que pudiesen tener. Al igual que la cuajada también se
solía comer acompañado de azúcar o miel.
“Le gusta más que a los gorrinos el suero”, este dicho popular tan extendido tiene su
razón de ser porque el resto de suero que aún había quedado en la olla o caldera se
destinaba, fundamentalmente, a alimento de los marranos y, como con ellos, podemos
decir que de la leche no se desperdiciaba absolutamente nada, todo era aprovechable y
aprovechado ¡igual que hoy en día!
ESTEBAN GOMEZ
http://www.alcazardevenus.es/queso.htm
01 NOVIEMBRE 2005
La historia del queso
VelSid
Siempre nos agrada conocer algo del queso que vamos a probar,
creemos que saber algo más sobre él, hará que lo degustemos
mejor. Seguimos unos procedimientos para degustar un nuevo
queso, por ejemplo, si vamos a probar distintas clases a la vez,
debemos utilizar un cuchillo para cada queso, para que así no se
mezclen los sabores.
Ricotta
Es el requesón, producto que se consigue con la cocción del suero residual de la fabricación
del queso. Citaremos la ricota romana, producida con leche de oveja y de sabor delicado.
http://www.dopazochef.com/web/quesos/queso%20italia.htm
Suero de leche: Todo el suero de leche que se vende se obtiene del cultivo de
una bacteria que produce un ácido lácteo que se añade a la leche fresca
pasterizada o baja en grasa para producir el suero de leche. Es más espesa que la
leche descremada y contiene más sodio. El suero de leche es bueno para calmar
la sed.
Consejos para el uso de suero de leche: Siempre conserve en frío el suero
de leche de cultivo de bacteria. Si se deja fuera del refrigerador se puede
separar. Si se separa puede batirla. El suero de leche en polvo es un producto
derivado de la butirización, que se usa en panqueques y en productos de
pastelería.
http://www.monografias.com/trabajos52/exportacion-lacteos/exportacion-lacteos2.shtml
Suero de leche
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Saltar a navegación, búsqueda
http://es.wikipedia.org/wiki/Suero_de_leche
Dado que el azúcar de leche como disacárido es fácilmente asimilable por el organismo,
la lactosa constituye una buena fuente de energía. A ello hay que añadir otras ventajas.
El ácido láctico actúa como un laxante suave y natural con un efecto extraordinario
sobre la atonía intestinal y el estreñimiento.
El ácido láctico producido a partir de la lactosa favorece asimismo laasimilación del
calcio, fósforo, potasio y magnesio al aumentar la solubilidad de estas sales minerales
en el intestino. De esta forma pueden ser absorbidas mucho mejor por la pared
intestinal, de donde pasan al torrente sanguíneo. A través de la sangre llegan finalmente
a su destino final: las células.
La investigación moderna ha demostrado que existen dos tipos de ácido láctico: ácido
D(-)- láctico y ácido L(+)- láctico es más fisiológico porque nuestro organismo posee la
enzima necesaria para su catabolismo. Por cierto, nuestro organismo también transforma
la lactosa en ácido L(+)- láctico. El mismo tipo de ácido láctico lo producen también
nuestros músculos en la combustión de la glucosa, lo que, en condiciones de esfuerzo
extremo, da lugar a las conocidas “agujetas”. En cambio, el ácido D(-)- láctico, a través
de la dieta, hiperacidifica el medio orgánico.
El suero de leche es el medio más suave, y al mismo tiempo eficaz, para mejorar el flujo
libre de la bilis, la evacuación de las deposiciones y el vaciamiento de la vejiga.
Indicaciones Generales
http://www.medspain.com/ant/n8_ene00/suero.htm
HISTORIA:
Históricamente fue utilizado por médicos de gran renombre como Hipócrates, Ga-leno, Avicena,
etc, que recomendaban tomas regulares de Suero de leche por sus efectos depurativos y
detoxicantes del organismo.
Incluso en el Siglo XVIII, se abrieron sanatorios especializados en las Curas de Suero de leche.
El Kéfir ha sido y es consumido por la población del caucaso de forma habitual como alimento
natural y saludable.
Además, contienen una PROTEINA DE GRAN CALIDAD BIOLÓGICA (con-tiene todos los
aminoácidos esenciales en una proporción correcta) imprescindible para una alimentación
eficaz y segura. Últimos estudios avalan que la proteína del Suero de leche es equivalente a la
proteína de la sangre.
Sus componentes naturales (Beta Lactosa, Ácido Láctico L(-), Oligosacaridos e inulina),
generan un gran efecto prebiótico fundamental para mantener una flora in-testinal correcta y
equilibrada fundamental para el organismo.
SUERO
La fabricación de queso dan inevitablemente lugar a la producción de una
gran cantidad de suero, (aprox.83%). Resulta difícil separar el problema de la
eliminación del suero, ya que la eliminación de aquel, se esta convirtiendo en
uno de los problemas industriales y de la salud publica . El suero contiene
nutrientes muy valiosos, por eso no debe ser desechado, sino aprovechado
para la alimentación humana y del ganado.
SUERO DE LECHE
Es un alimento neutro, libre de proteínas y grasas, es indicado para la dieta
absoluta y contra vómitos incoercibles, intolerancia gástricas, para casos
dispepticos y ulceras gástricas.
BIBLIOGRAFIA