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Por otra parte las combinaciones de cartas nos darán la pauta de la cualidad
sombría o luminosa de la respuesta (p.e. "El Emperador" acompañado por "El
Diablo" nos remite a abusos de poder, a la utilización del mismo con fines
ilegítimos, etc. mientras que si aparece con el Sol se resaltan los aspectos
luminosos del arquetipo del Padre). Sin embargo, hay que tener en cuenta
también que nada es definitivo, lo único mutable es el cambio mismo. Nada es
malo o bueno en sí mismo, simplemente es.
* Hay que aclarar lo siguiente: ningún oráculo es infalible. Cuanto más sepamos
acerca del lenguaje simbólico que está presente en los arcanos y más nos
conectemos con nuestra propia intuición mejor interpretaremos su mensaje.
Nuestra misión como intérpretes es ayudar a la persona a conectar con su propio
interior, con su sabiduría, con su inconsciente que es en definitiva de donde
emanan las respuestas. Lo que se debe hacer es aclarar ideas, conceptos,
orientar. En general lo que ocurre en nuestra vida es producto de nuestro
interior, aunque nos cueste este concepto, ya que culpando al entorno nos
libramos de responsabilidad echándole la culpa a la suerte o al destino. Sin
embargo, tendiendo en cuenta la ley universal de Trimegisto "Cómo es arriba es
abajo, como es afuera es adentro" podemos modificar nuestro entorno en la
medida en que trabajemos con nuestro interior.
* ¿En qué nos basamos entonces para interpretar el oráculo? En el concepto
junguiano de la sincronicidad para explicar cómo funciona el mismo. La
sincronicidad consiste en la unión trascendente de dos hechos que
aparentemente parecen desligados y que sin embargo conforman una unidad
psíquica y física. El hecho de extraer una carta es un hecho físico, el problema,
la consulta, la pregunta, es un hecho psíquico. Ambas están unidos en tiempo y
espacio, el momento en el que se extrae la carta y la situación determinada
comparten la misma esencia, por ende el significado arquetípico de la carta nos
va a dar la respuesta a la inquietud que se plantea. Para saber más acerca de
este tema se puese consultar el libro "Adivinacion y Sincronicidad" de M. von
Franz (discípula de Jung).
* Existen distintos tipos de mazo para un mismo tarot. Esto significa que los
arquetipos son los mismos, varía el envase. El tarot junguiano diseñado por
Robert Wang, artista plástico y analista junguiano norteamericano me parece el
más rico desde el punto de vista simbólico. Sin embargo como no se consigue en
el país y es poco conocido me remitiré también al Marsellés.
* Con respecto al tema tiempos. Es muy difícil hablar de tiempos a la hora de
consultar el tarot. Creo que por otra parte plantear una fecha concreta puede
resultar demasiado determinista. En mi caso me baso en calidad activa o pasiva
de la carta a la hora de definir si una situación se puede definir en forma rápida
o por el contrario llevará un proceso más complejo en el tiempo. Las cartas
activas son cartas de concreción: El Sol, El Carro, El Mago, etc. arquetipos de
orden masculino, no entendido como género sino como energía (actividad, lucha,
acción, concreciones), mientras que las pasivas se refieren a energías femeninas
(introspección, fecundidad, receptividad), como La Sacerdotisa, La Luna, etc.
El Loco
Palabras clave:
Espontaneidad, locura, danza, abismo, salto al vacío, caos, aventura, insensatez.
El viaje se inicia con el Loco. Es el número 0 y el 22 dependiendo del mazo con el que
trabajemos. Lo importante es que no tiene número fijo y por eso se dice que es el
nómade del tarot. Es libre de ir y venir a su antojo, y de saltar de un lado al otro. El
concepto del cero, desconocido en el mundo antiguo, apareció en Europa en el s. XVII.
Creó el sistema decimal y filosóficamente descubrió que la aparente "nada" ocupa un
espacio y contiene un poder. El cero no expresa nada y lo contiene todo y está
íntimamente ligado al movimiento circular que rige la vida del hombre: los ciclos de la
naturaleza y de la vida, el fluir de la respiración, etc. El cero simboliza el círculo que
contiene la idea de la totalidad. En realidad que sea al mismo tiempo 0 y 22 también se
relaciona con la dimensión cíclica de este camino de evolución que representa el tarot.
Una vez cumplido el ciclo este vuelve a comenzar. Y la prueba de esto es que volvemos
a atravesar por una misma situación en distintos momentos de nuestra vida (crisis,
rupturas, momentos de expansión seguidos de parálisis, etc).
Es la única carta que persiste en el mazo moderno a través de la figura del joker o
comodín. Y desde ahí sigue alterando el orden establecido aunque no sirve a un
propósito definido.
Se relaciona con el bufón. Ser el espía del rey era una de las funciones del bufón del rey,
quien se podía filtrar libremente entre la gente y husmear en las conversaciones para
luego llevar la información. Generalmente se encuentran dibujos de bufones
acompañados por un perro, tal cual aparece la figura del loco en el tarot. El perro
representa nuestra parte instintiva ya que aún el viaje está en sus primeras instancias,
estamos en los primeros estadios de la evolución. El Loco se deja guiar por su naturaleza
animal, por eso es libre, espontáneo, insensato, intuitivo, inconsciente, creativo. El
hecho de dejarnos guiar por nuestra intuición que nos advierte de los peligros constituye
un recurso fundamental a la hora de transitar nuestro camino.
El loco nos empuja hacia la vida. Cuando conectamos con esta energía nos animamos a
hacer cosas impensadas. Y es que el loco es puro instinto y poca razón. Rompe
estructuras. Vaga sin rumbo fijo, mira hacia adelante, es un ser que vive en el presente
para el futuro. Hay poca reflexión con relación al pasado. Todo se encuentra en
potencia. Por otra parte, el loco también puede ser cruel. No hay conciencia respecto de
las necesidades del otro, sólo quiere divertirse y buscar su propio placer.
Es una energía alegre y multicolor como su vestimenta. Su capucha aunque parece una
burla a la del monje, revela sin embargo una conexión con el mundo espiritual. También
las campanillas son eco del momento más solemne de la misa, cuando nos incitan a
despertar a otras realidades. Pero en realidad sus colores variados y su diseño irregular
nos hablan de un espíritu en discordia, caótico. El loco es el puente entre el mundo
caótico del inconsciente y el ordenado mundo de la conciencia.
Su naturaleza es siempre cambiante. No se ata a nada. Sus únicas pertenencias se
encuentran en su mochila, las que representan sus talentos y potencialidades. No se
somete a disciplina alguna, ni está condicionado por mandatos ni sistemas de creencias.
Lo que hoy es viable mañana puede no serlo. Es pura experiencia y aventura. Así de libre
es el loco. Es imposible detenerlo. Es la ambigüedad lo que lo hace tan creativo.
En francés "Le Fou" (el loco) es afín a la palabra fuego, lo que se relaciona con la luz y la
energía. Pero ese fuego puede salvar a la humanidad, tal como hace Prometeo cuando
roba la antorcha del Olimpo para devolvérsela a los hombres o puede usarse para
destruir. El orden, la civilización y la anarquía son las dos caras de una misma moneda.
Así ambos opuestos están unidos en la figura del loco que simboliza el poder
transformador de la naturaleza humana. Por eso decimos que la semilla del loco
germinará en el Ermitaño, el Anciano Sabio que veremos más adelante. El loco encierra
una verdad detrás de su aspecto alegre y despreocupado. Los niños y los locos al estar
más puros, menos condicionados son los únicos que expresan lo que sienten en forma
auténtica.
El propósito subyacente de la función del bufón en la corte del rey es recordarle al
monarca que la necesidad de anarquía existe en la naturaleza humana y debe tenerse en
cuenta. El loco nos propone volver al origen, al caos primigenio que mencionan las
cosmogonías, del caos surge el orden, por eso en ese estadio lo preponderante es la
libertad y la creatividad.
Esto en realidad significa que el hecho de aceptar al loco en nuestra vida nos puede
traer ideas creativas y vitalidad, negar estos espacios nos vuelve seres secos, demasiado
rígidos y apegados. En la antigüedad determinados rituales servían para recrear el origen
de todas las cosas, el caos, en esos días los roles de la iglesia y los mandatarios eran
ridiculizados, permitiendo que se exteriorizaran los sentimientos de rebelión y hostilidad
que habían estado reprimidos. Hoy en día estas fiestas subsisten en el carnaval moderno.
También persiste la figura del bufón encarnado en el loco del pueblo que la gente
protege y alimenta. Tiene que ver entonces con poder exteriorizar esta porción de la
psiquis que necesita ser expresada para mantenernos equilibrados. Actualmente, las
organizaciones han comprendido la importancia de la creatividad a la hora de tomar
decisiones y basándose en el método de Edward de Bono contenidos en sus libros
"Pensamiento Lateral", "Seis Sombreros para Pensar" se reúnen y se conectan con este
arquetipo para dejan fluir sus ideas por más "locas" que puedan parecer, en el contexto
de lo que se denomina brainstorming o tormenta de ideas.
El loco es nuestro salvador o nuestra endemoniada locura. En su faceta sombría el loco
deviene en fanático, en revolucionario a ultranza, sus ideas locas y la falta de
planificación nos pueden llevar al desastre. Pensemos en Hitler que ideó un plan
macabro basándose en su noción de la superioridad de la raza aria y aniquiló a millones
de personas.
El tarot de Robert Wang se lo representa con el torso desnudo lo que simboliza su
despojo, su exposición a ser transformado por la vida, no lleva equipaje a diferencia del
Marsellés, tiene en sus manos una llama que contiene una rosa y que simboliza la
energía cósmica, lo que sostiene al universo, dicho en otros términos, el tao. El huevo
con la serpiente que se enrosca representa el uro boros, el huevo cósmico que
representa el origen de la creación. La pantera equivale al mundo del instinto, es uno de
los animales más peligrosos de la creación lo que nos recuerda que nuestro retorno al
origen es innegociable. El árbol con sus frutos la productividad, el árbol de la vida y la
corona reemplaza a la capucha o sea la conexión con el espíritu.
El Loco en la interpretación:
Algunas combinaciones:
* Junto a cartas luminosas, activas, de concreción el loco es una energía potente y vital,
aunque dependiendo de las cartas habrá que tener en consideración los excesos. Por
ejemplo con el Carro estamos andando con entusiasmo, con mucha predisposición a
abrirnos a lo nuevo, pero hay que tener cuidado con no volcar, porque si el loco es quien
lleva las riendas nos puede ir mal, hay que ser precavidos. Estamos encaminados pero
todavía no hay un rumbo fijo.
* Con cartas sombrías, pasivas, la energía del loco no puede canalizarse bien. Con El
Colgado hay un sacrificio de la propia espontaneidad, con la luna es una combinación de
mucha inconsciencia, la persona está totalmente desorientada. Con el Diablo se
potencia la crueldad del loco, el exponerse a situaciones autodestructivas sin medir las
consecuencias.
Palabras clave:
Inicios, recursos, creatividad, soluciones, espectáculo, estrategia.
Es el número uno, simboliza los inicios, la luz, el poder, el cielo, el espíritu y el
liderazgo. Es el arquetipo del alquimista, el creador, su aspecto andrógino
simboliza que él es quien va a unir los opuestos.
Está en acción como el Loco pero a diferencia de aquel que andaba sin rumbo
fijo el Mago tiene un plan, es seguro, consciente de lo que hace y de los recursos
con los que cuenta. Su atención se dirige hacia ellos, representados por los
objetos (símbolo de los cuatro elementos) que se encuentran en su mesa, la
mesa de la realidad, lo cual limitará su accionar dentro de esas fronteras, de tal
modo que sus energías no se desperdicien ni se pierdan. Con respecto a los
cuatro elementos vale la pena desarrollar el tema un poco más. En realidad
cuando hablamos de ellos nos referimos a funciones psíquicas que se encuentran
presentes en todos nosotros y que están simbolizados por los cuatro elementos
de la naturaleza: el agua, el aire, el fuego y la tierra. El agua simboliza el mundo
de los sentimientos, el aire lo intelectual, el fuego la acción, los ideales, la
"chispa" divina y la tierra el mundo material y sensorial. Jung tomó estos
conceptos para establecer sus tipos psicológicos, determinando así que el ser
humano en general poseía una función más destacada que el resto y estableció
también pares de opuestos. Esto es si la persona tiene más desarrollada la
función del pensamiento su conexión con el mundo del sentimiento está en
detrimento y viceversa, si es activa, entusiasta, idealista su "fuego interno" o
función "intuitiva" según Jung estará más desarrollada que su "percepción", esto
es su contacto con lo material. Jung distingue entonces dos pares de opuestos: el
pensante vs. el sentimental; el intuitivo vs. el perceptivo. Lo ideal es mantener
un sano equilibrio entre todas estas fuerzas, aunque lo cierto es que parecería
ser que en cada uno de nosotros prevalece una o dos funciones por encima del
resto. Esto es en definitiva lo que logra el mago. Si bien es una energía activa,
masculina, fecundante, el hecho de que todas sus otras funciones representadas
por los elementos estén presentes en la mesa, hace que él tenga sus
potencialidades integradas, ninguna fuerza es contraria a la otra, no carece de
nada, y todo es tenido en cuenta. Finalmente, nada se pierde y todo puede ser
utilizado en su beneficio. Está a punto de montar un espectáculo. Este hombre es
un artista dedicado a su trabajo, un buen profesional. Está en enfocado en el
presente. Si el loco es ese impulso que nos lleva a buscar, el mago es el factor
que canaliza esa energía. Su varita mágica lo conecta con Hermes, el dios de la
comunicación, el único dios al que se le permitía descender al Hades a su antojo.
Como el loco también está emparentado con el arquetipo del tramposo, sin
embargo a diferencia del loco que es un bromista y se ríe a nuestras espaldas el
mago es un ilusionista, prepara el show para nosotros y lo hace de frente. El loco
es un amateur solitario, el mago es un profesional que requiere nuestra
colaboración. El Mago está comprometido con el resultado y si falla busca
entender porqué. A él le interesa saber cuál es el principio creativo subyacente
en medio de la diversidad. Quiere manipular la naturaleza para dominar sus
energías, tal como hacían los hombres de otras épocas y aún hoy en día en
algunas tribus a través de rituales para atraer a la lluvia, generar abundancia,
etc. El mago puede enredarnos y crear ilusión, haciéndonos dar cuenta que las
cosas no son lo que parecen y que todo está en continua transformación. Sin
embargo, este poder mal utilizado puede transformar al mago en el charlatán
que estafa a los desprevenidos.
La esencia oculta del arte que realiza el mago tiene que ver con la revelación. El
tiene el poder de revelar la realidad fundamental que subyace a todo. Por eso el
mago se relaciona con la posibilidad de hacer milagros. Cuando estamos
conectados con esta energía nada es imposible, nos sentimos capaces de
descubrir cosas nuevas, confiamos en nuestra intuición, nos conectamos mejor
con nuestras propias potencialidades, vemos las cosas desde otras perspectivas,
podemos encontrar una salida creativa a nuestras dificultades.
El en el tarot marsellés sus vestimentas son coloridas como las del loco,
representando la unión de los opuestos, el ala de su sombrero sugiere la figura de
un ocho tumbado, símbolo del infinito. lo que nos sugiere el cambio, el
movimiento continuo de la creación. La vara en su mano izquierda (la que
representa el inconsciente) concentra y dirige su energía y los elementos en su
mesa. La vara es un símbolo de potencia y clarividencia.
En el tarot junguiano vemos al mago de frente, manipulando objetos de alquimia
en una mesa con dos velas que además de representar la luz de la conciencia
también nos dicen que este trabajo debe hacerse de día y de noche. En la escena
el mago manipula el fuego sin quemarse lo que da muestras de su habilidad. El
caduceo como simbolizo de la medicina se relaciona con la idea de la curación.
En el fondo se encuentran el sol y la luna, los dos opuestos, luz y oscuridad,
padre y madre, consciente e inconsciente, ambas fuerzas están presentes en el
Mago.
El Mago en la interpretación:
* La persona está realizada, está satisfecha con lo que hace, hay un esfuerzo por
hacer las cosas bien, necesidad de mostrarse, buena conexión con sus propios
recursos. Hay creatividad, entusiasmo, originalidad.
* La sombra del mago es el diablo. La persona no acepta los cambios, no se
conecta con ella misma, puede ser mentirosa, manipuladora, engañosa,
mediocre. No quiere transformarse a ella misma ni a su propia realidad.
Es una carta yang, activa, de concreción. Si bien posee el dominio sobre los
cuatro elementos, se corresponde con el elemento aire y fuego.
* Si preguntamos por los tiempos nos habla de situaciones que salen a la luz
rápidamente.
* Como consejo el mago nos propone actuar, tomar la iniciativa, aceptar una
tarea y dominarla.
* Si hablamos de características personales Roberto Torres los describe como:
activos, inteligentes, versátiles, magnéticos, creativos, mal aspectados son
insensibles, ambiguos, demasiado racionales y tramposos. La sombra del mago es
el diablo. Es la persona que no acepta los cambios, no se conecta con ella misma,
puede ser mentirosa, manipuladora, engañosa, mediocre, no quiere
transformarse a ella misma ni a su entorno.
* Luz: creatividad, recursos, conciencia, libertad, profesionalismo,
transformación creativa.
* Sombra: mentira, engaño, manipulación, negativa a cambiar, falta de confianza
en sus recursos y en la vida.
Algunas combinaciones:
Palabras clave:
Intuición, sueños, idealización, sabiduría, misterio.
La Sacerdotisa en la interpretación:
Junto con la muerte nos habla de un tiempo que se relaciona con el fin de ciclos
y nuevos comienzos que aún no han visto la luz. Ciertas situaciones, determinado
modo de vida ha concluido, hay que esperar, conectarnos con nosotros mismos
para encontrar el camino. Lo nuevo está gestándose. El peligro es caer en
depresiones, sentirse demasiado vulnerable.
En el tarot junguiano encontramos la figura de una mujer flotando sobre el agua
en la que también hay velas encendidas, sobre el mándala se encuentra el
símbolo de la luna creciente, es de noche, aunque el cielo está iluminado por
varias estrellas, ella está vestida con una túnica blanca que la cubre y lleva una
máscara en sus manos que alude a la máscara junguiana, siendo esta una energía
que no se queda en la superficie sino que nos lleva a las profundidades de
nuestro ser.
La Emperatriz en la interpretación:
Algunas combinaciones:
* Con el diablo es la madre devoradora y manipuladora. No hay espacios para el
diálogo ni para la propia individualidad, el amor es condicional.
Palabras clave:
Padre, líder, la ley, el orden, logros materiales, la palabra
El Emperador en la interpretación:
El Papa
Palabras clave:
Espiritualidad, organización, liderazgo, poder, dogmas, arbitraje, contención,
guía.
En esta carta encontramos algo nuevo. Aparecen dos hombres arrodillados frente
a la figura del Papa. Su número, el cinco, representa la quintaesencia, esa
cualidad que sólo conoce el hombre, porque trasciende los cuatro elementos
presentes en la naturaleza. El cinco entonces los sintetiza en el espíritu. Vemos
en el Papa la búsqueda del hombre por lo trascendente, la necesidad de
encontrar un sentido último a la existencia humana, el instinto religioso que lo
distingue de los animales.
Para Jung la necesidad del hombre por esta búsqueda es aún más potente que el
instinto de procreación. Es una figura poderosa tanto en el mundo simbólico
como en el real. Su función es la de conectar al hombre con el mundo de lo
trascendente y organizarlo de tal modo que sea accesible para él, espacio que
hasta este momento se había alcanzado únicamente a través de la intuición que
aportaba la Sacerdotisa. Se lo llama el rostro visible de Dios porque se dice que
posee su mismo carisma. Probablemente este arquetipo lo proyectemos en
maestros, guías espirituales, predicadores, psicólogos, políticos, etc. La palabra
papa está relacionada con “pater”, “padre” así como el Emperador gobernaba el
mundo material el Papa es la figura suprema de la Iglesia pero se ocupa de otras
cuestiones, del crecimiento espiritual de los fieles. Su nombre pontífice significa
“puente”, es el nexo entre dios y los hombres. Sirve a aquellas personas que
todavía no se han conectado con su propia divinidad y necesitan que alguien
ordene, mediante un sistema normativo su conducta (dogmas), qué hay que
hacer y qué evitar para que dios se digne a escucharlos y a recibirlos en su reino
en la hora de su muerte. Proyectan su propio poder personal para que alguien las
ayude a comunicarse con su dios y a reconectarse con su fe, en tiempos en que
esta disminuye. El es el encargado de enjuiciar lo que está bien y lo que está mal
y a la vez dar mucha contención. A diferencia de la Sacerdotisa que porta un
libro y lo consulta él no lleva ninguno porque su palabra es ley que deviene
directamente de dios. Su poder es supremo sobre toda la humanidad. El Papa
verbaliza y su mundo es racional. Los dos hombres que están arrodillados nos dan
la espalda. Para Jung cuando en un sueño aparecen gemelos significa que algo
está aflorando a nuestra conciencia, los opuestos están emergiendo pero todavía
pertenecen al reino del inconsciente. No afrontan los conflictos por sí mismos
sino que se dirigen al Papa en busca de consejo. El Papa para ellos representa
tanto la figura del padre como la de la madre, la "madre iglesia" que da consuelo
y contención a sus fieles. Así se produce un diálogo entre el arquetipo y el
hombre que se produce por primera vez. La sombra de este arquetipo surge –
como ocurre en otros casos- en el momento en que el hombre se deja tomar por
él, así surgen los fanatismos, el seguimiento apasionado por causas que pasan a
tener un protagonismo desmesurado en la vida del individuo, que ya no piensa
por sí mismo, el creerse único portador de la verdad, la separación de aquellos
que no se ajustan a sus mandatos y lo que es peor aún la persecución de aquellos
que no la comparten. Lo colectivo prevalece por sobre lo individual.
En el tarot marsellés está sentado en un trono, lleva una tiara en su cabeza que
representa los tres mundos y en una de sus manos lleva un cetro con el símbolo
papal que a permanecido a través de las distintas generaciones, mientras que
con la otra parecería que va a bendecir a los dos gemelos que se encuentran
frente a él. En el tarot de R. Wang el Papa también está sentado en un trono
pero en una de sus manos tiene el mundo y al símbolo del hombre.
Desde el punto de vista psicológico el Papa encarna el arquetipo del Salvador
porque el tipo de confrontación que sucede entre el ego y lo trascendente hace
que la conciencia del hombre evolucione y se sobreponga a sus instintos.
En las crisis lo que más angustia produce en el hombre es no saber porqué se está
inmerso en esa situación, cuál es el propósito. Victor Frankl en su libro "El
hombre en busca del sentido último" analiza este tema después de haber
sobrevivido a los campos de concentración gracias al hecho de haberle
encontrado un sentido a la vivencia por más horrorosa que haya sido. El
Hierofante simboliza esa búsqueda que nos permite trascender y sobreponernos
aún en los peores momentos.
El Hierofante en la interpretación:
Palabras claves:
Encrucijada, decisión, compromiso, duda, elección libre, parálisis, momento
crítico, triangulo.
Algunas combinaciones:
Con el Carro la persona se movilizó, decidió, optó por seguir su propio camino. Si
estamos frente a una crisis de pareja puede que la persona quiera partir, estar
sola, abrirse a nuevas experiencias. Si en cambio aparece la Estrella la pareja
quiere proyectarse hacia el futuro. Con la Luna está muy atada a lo familiar, a
los mandatos, tiene mucho miedo de actuar y de elegir, eso la paraliza, no sabe
qué hacer.
Palabras clave:
Viaje, camino, experiencias, voluntad, conciencia, vitalidad, poder personal,
ego, empuje, movimiento, actividad, confianza, fe, equilibrio, dominio, control,
temeridad, héroe, guerrero, partida, riesgo, optimismo.
El carro en la interpretación:
* Se corresponde con el arquetipo del héroe. Se relaciona con los elementos aire
y fuego.
* Es una carta yang, de concreciones. Cambia su significado si está acompañada
por cartas ying. El Carro junto con El Colgado podría mostrarnos a alguien que ya
está en condiciones de avanzar y se autoflagela, todavía hay situaciones que lo
atan. Junto con el Diablo podría estar hablándonos del falso viaje, de alguien
excesivamente impetuoso, temerario, ambicioso, "aplasta" a los demás, hará
todo lo que sea para salir airoso de una situación.
* La persona está atravesando un estado de mucha actividad. Es una carta que
representa una iniciación. Hay ligereza, rapidez, mucha energía.
* Si hablamos de características personales estaremos frente a una persona
activa, muy independiente, muy consciente de sus talentos, con mucho poder
personal, cuyo desafío sería no excederse y creerse omnipotente, ser más
consciente de sus límites.
* Partidas, traslados y movimientos, viajes cortos por tierra.
* Se ponen en juego las habilidades de la persona.
* Si hablamos de trabajo es independiente.
* Implica progreso y éxito.
* Hay relaciones con el mundo social que abren posibilidades, gente nueva,
nuevos conocimientos, nuevas habilidades.
* Es una carta de concreción por lo tanto si preguntamos por el tiempo en el que
va a resolverse una situación estamos ante una solución inminente. Los tiempos
son ágiles.
* Como consejo el Carro nos pide que nos pongamos en camino y confiemos en
nosotros mismos, que nos preparemos para abrirnos a nuevos conocimientos y
experiencias.
Palabras clave:
Reparación, compensación, equilibrio, racionalidad, ecuanimidad, imparcialidad,
armonía, mediación, inteligencia, realidad, limites.
La Justicia en la interpretación:
Palabras clave:
Silencio, introspección, iluminación, anciano sabio, luz interior, oración, retiro,
paz, soledad, tiempo.
Lao Tsé en el Tao Te King nos dice que “las cosas son relativas... por eso el sabio
rechaza todo exceso, desecha todo lujo y evita la complacencia”. La sabiduría se
relaciona con el desapego por aquello que no permanece, que está destinado a
desaparecer a diferencia de nuestra esencia. Según Jung representa el Ermitaño
el arquetipo del espíritu, el sentido oculto preexistente al caos de la vida. Se
diferencia del Papa porque no está entronizado como portavoz y árbitro de las
leyes generales. Se diferencia de la Justicia porque no lleva ninguna balanza.
No viene a hablarnos de dogmas, ni a juzgar ni a restaurar el equilibrio, viene
para “religarnos”, lograr que encontremos nuestro camino hacia nuestro interior.
A diferencia del Carro que era una energía yang, que nos impulsaba a salir al
mundo para crecer, experimentar para luego ir hacia adentro, este fraile
también está en camino, él es un peregrino, aunque no está escudriñando nuevos
horizontes como el héroe de nuestro vehículo. “El sabio – dice Lao Tsé – sin salir
sabe todo, sin ver conoce, sin actuar logra todo”. Aparenta estar muy conectado
con su tiempo presente y estar en paz. Su energía es ying. La lámpara que lleva
en sus manos es símbolo de introspección y de iluminación personal, no ya
colectiva ni tampoco reservada a seres canonizados, todos estamos llamados a
ser Buda. Su llama está protegida porque él sabe que debe iluminar y no cegar.
El fuego descontrolado puede ser desastroso. En los mitos cuando el héroe ya ha
escuchado la “llamada” a la aventura y se encuentra en pleno camino aparecen
los ayudantes mágicos que le darán pócimas o le develarán secretos que luego
utilizará en el momento oportuno. Uno de esos personajes es el Anciano o la
Anciana Sabia. En esa instancia el héroe no alcanza a comprender el mensaje o a
tomar conciencia de la utilidad de lo recibido, sin embargo lo escucha para más
tarde comprobar que ha sido prudente seguir los consejos del sabio. Cuántas
veces en nuestra vida la voz de nuestro sabio interno nos aconseja y no lo
escuchamos, estamos demasiado ocupados y luego comprobamos que de haber
seguido su consejo habríamos evitado un daño. Demasiado ocupados en un mundo
en el que a pesar de las múltiples actividades que tengamos cuando apagamos las
luces de nuestros dormitorios nos sentimos vacíos. Sin embargo, aunque
pongamos la radio más fuerte y recorramos el planeta en busca de nuevas
sensaciones no podemos escapar a nuestra naturaleza humana. Según Jung la
apremiante necesidad de encontrar un significado es el motor primario que hace
nacer todos los aspectos de la psique, incluyendo la conciencia del ego. No
podemos vivir en plenitud si negamos nuestra necesidad de encontrarle un
sentido a las cosas. El Ermitaño nos propone encontrar ese sentido a través de la
lámpara propia. Hay momentos en la vida en los que necesitamos encontrar
nuestra verdad, para eso se requiere que hagamos silencio, tengamos fe y los
recursos para aprovechar este tránsito. Si no nos encontramos maduros no
podremos entender el mensaje del Ermitaño. Como en todos los casos lo
peligroso es dejarse tomar por el arquetipo. Los hábitos del moje pacífico
pueden convertirse en uniformes de guerra, o en gestos grandilocuentes
provenientes de gurúes que conducen a la masa a suicidios colectivos. También
su sombra es el ser huraño, soberbio, el que se aísla del mundo y no se hace
cargo de sus responsabilidades terrenales y permanece en un estado de
depresión, como si fuera un vegetal. Separados de nuestro dios interior podemos
caer en la tentación de creer encontrar a dios en lugares en donde gobierna el
diablo. Erich Fromm en su libro “El miedo a la libertad” reflexiona acerca de
cuáles son las motivaciones que puede tener una sociedad que en el pasado ha
luchado por su libertad para someterse e instalar en el poder regímenes tales
como el nazismo y el fascismo.
Esas sociedades, conformadas en su mayoría por egos inmaduros e infantiles,
proyectaron su necesidad de encontrar significación en estos regímenes que les
ofrecieron a cambio falsas promesas de gloria. No comprendieron la verdadera
esencia del Ermitaño y en lugar de seguir avanzando retrocedieron
proyectándose en los arcanos del comienzo. Quizás nuestro personaje no tenga
buena prensa en nuestros días. El nos enseña el arte de la soledad, estado que
nos permite separarnos de la masa para conectar con nuestra individualidad. La
soledad no está bien vista en nuestros días. Pareciera que el “solitario” está
incompleto, algún problema tendrá porque se separa del resto, es “raro”. Los
otros, los que sí se agrupan, los que siguen las últimas tendencias de la moda, los
que no se cuestionan las costumbres, se sienten amenazados por estos
“solitarios”, ellos les recuerdan el silencio, el vacío, el bosque inconmensurable
al que no quieren entrar. Paradójicamente la palabra “soledad” se relaciona
etimológicamente con la palabra “sol” que simboliza unidad, individualidad, luz,
plenitud. El arte de la individuación es un paraje solitario en el que luego
podremos tender puentes hacia los demás, aquel que se auto-realiza se separa
para luego unirse auténticamente. No hay vínculo posible con otro si estoy
separada de mí misma, de mis potencialidades, de mis temores, de mi oscuridad.
Sin embargo ¿podemos afirmar con certeza que “todas” las personas que están
unidas lo están íntimamente, desde sus corazones, o simplemente están
“amontonadas” porque eso las exime de encontrarse con sus propios demonios?
En mundo que gira a toda velocidad el Ermitaño nos habla de un tiempo de
paciencia y calma. Decíamos anteriormente que el Ermitaño era una energía
conectada con el presente, yo lo relaciono con los monjes zen, estando
“presente”, “aquí y ahora” aún realizando las tareas más simples podemos
meditar, vivir la intensidad de ese momento que es en definitiva lo único que
poseemos: el pasado ya se fue el futuro todavía no nos pertenece. La sabiduría
también se relaciona con la aceptación del tiempo circular y no lineal (en
algunas barajas antiguas se lo dibuja con un reloj de arena en sus manos). Hay un
tiempo para cada cosa, una época para sembrar y otra para cosechar, la vida es
un proceso, un viaje. El Ermitaño lo sabe como conoce también la volatilidad del
tiempo, pero lejos de resentirse por esta lo aprovecha al máximo, se vuelve
creativo, se transforma. Sin embargo, a pesar de que el Ermitaño se nos presente
como un viejo esto no significa que la sabiduría esté relacionada con una edad
cronológica, no nos volvemos indefectiblemente más sabios cuando crecemos en
edad, puede haber gente joven que sea más sabia que muchos ancianos. En las
ciudades en donde todo está invadido por los sonidos el Ermitaño nos recuerda el
valor del silencio. Cuando nos silenciamos la mente es como una radio
enloquecida que se niega dejar de transmitirnos sus voces, muchas son las
técnicas de meditación que se desarrollaron en Oriente en el conocimiento de
esta dificultad y en la creencia de que la única manera de encontrar nuestro
centro es a través de ese silencio al que los occidentales tanto queremos evitar.
Así corriendo de un lado para el otro, hablando con otro en un bar en el que la
televisión y la radio están encendidas al mismo tiempo, sin habernos conectado
con nuestro anciano sabio pretendemos “escuchar” al otro... Aún cuando
parezcan antisociales a los ojos de la masa los períodos de soledad permiten que
uno vuelva a la comunidad con ideas nuevas y creativas que pueden provocar un
cambio beneficioso para ella. ¿Qué puede suceder entonces si no atendemos el
llamado del Ermitaño a la introversión? Dice Sallie Nichols que puede traer como
consecuencia una soledad forzada que ocasione una gran depresión o una
enfermedad mental. El Ermitaño puede darnos la paz que necesitamos en medio
del caos que es la vida moderna, pero lejos de darnos la transitoria calma de un
spa, nos ayuda a producir en nuestro interior una verdadera transformación, así
estaremos preparados para los cambios que se avecinan y que veremos luego en
la Rueda de la Fortuna.
El Ermitaño en la interpretación:
Algunas combinaciones:
Junto con cartas sombrías surge el costado oscuro del Ermitaño, con la Luna la
persona probablemente se sienta deprimida a tal punto que se ha retirado
totalmente de la sociedad, se siente "perseguida". Junto con el Diablo, el sabio
que crea dependencia o destrucción. Es el típico gurú que somete y puede llevar
a la destrucción con su fanatismo (suicidios colectivos, estafas, etc.)
Palabras clave:
Oportunidad, destino, libre albedrío, movimiento, azar, cambio.
"Todo va, todo vuelve; gira eternamente la rueda del ser... Tortuoso es el
sendero de la eternidad" Niestzche
“La vida humana rueda inestable como los radios de una rueda de carro”
Anacreonte
Este estado de pasividad y reflexión con el que nos conectaba El Ermitaño y cuyo
objetivo era la búsqueda de la propia sabiduría no podía durar para siempre.
Como habrán observado el camino del tarot es un sistema de pesos y
contrapesos, frecuentemente las cartas ying van precedidas por cartas más
activas, lo que alude a lo cíclico, con esto resumimos un poco el título de nuestro
arcano de hoy.
En la vida cotidiana la rueda es fundamental y esto es algo que comprobamos a
diario, en la antigüedad surge para facilitar la vida del hombre: sirve para que
sus construcciones se puedan hacer en menos tiempo y con menos esfuerzo,
puede trasladarse él mismo y así interactuar con el entorno que lo rodea. El
simbolismo de la rueda es rico en las distintas culturas. Simboliza los ciclos, las
repeticiones, las renovaciones. Es un símbolo solar en la mayor parte de las
tradiciones, también se revela como un símbolo del mundo, siendo el centro
inmóvil el principio del que emana el movimiento, el remolino incesante de la
manifestación. La rueda que el Buda pone en movimiento es la “rueda de la ley”,
la ley del destino humano. La “rueda de la existencia” del budismo tibetano está
basada en la idea de las mutaciones incesantes, representa la sucesión de los
múltiples estados del ser cuyo movimiento cesa cuando se alcanza la iluminación.
Ruedas son también los chakras, centros energéticos por donde atraviesa la
corriente del kundalini. La rueda es sinónimo de revelación divina, en el libro de
Ezequiel se hace referencia a una rueda con constelaciones de ojos, como está
dibujado el arcano del tarot junguiano, en donde vemos a una mujer sosteniendo
una rueda rodeada en sus bordes por ojos y en cuyo centro hay un hombre. Esta
alegoría de estrellas-ojos tiende a expresar la omnisciencia y la omnipresencia de
la divinidad, nada se escapa a la mirada de dios. Para Jung los rosetones de las
catedrales representan al sí mismo, la unidad en la totalidad, es un mándala. Es
la rueda de los nacimientos y las muertes, en el plano humano la inestabilidad
permanente. Podemos concluir diciendo que la rueda se inscribe en el marco
general de los símbolos de emanación-retorno que expresan la evolución del
universo y del ser humano. Con respecto al arcano Hajo Banzhaf en su libro “El
tarot y el viaje del héroe” nos dice que este arcano suele interpretarse de forma
superficial, que se lo toma en forma literal ya que se lo suele relacionar con el
azar, la providencia, él prefiere asociarlo a la “tarea” que todos debemos
realizar en nuestra vida. Sin embargo, no es que el concepto de azar sea
incorrecto, sino insuficiente. La rueda nos confronta con uno de los grandes
dilemas de la humanidad: destino o libre albedrío. En la antigüedad estaba muy
arraigado el concepto de “destino”, por ejemplo, la astrología antigua hablaba
de planetas maléficos y benéficos, el hombre estaba atado a un hado del que no
podía escapar. Con el advenimiento de la psicología hoy la astrología ya no es
determinista como lo era en otro tiempo. Si bien somos un microcosmos que
formamos parte de un macrocosmos y estamos “sintonizados” con la propuesta
energética de la configuración planetaria con la que hemos nacido, este conjunto
de potencialidades que adquirimos se desarrollará o no en la medida que
nosotros lo decidamos. El hombre no es víctima de sus dioses sino que como
recipiente de la divinidad puede caminar junto a ellos, aprovechar sus dones y
construir su propio destino. En ese sentido se puede comprender lo que nos dice
Banzhaf cuando interpreta que la rueda simboliza nuestras tareas en la vida,
pero más que la misión la rueda nos recuerda que somos la expresión de una
totalidad y que esa singularidad es la que en definitiva nos va a permitir
desarrollar nuestra “tarea” en la vida. Sallie Nichols nos dice que la rueda nos
permite entender que los acontecimientos de nuestra vida no suceden
repentinamente sino que son parte de un proceso. Aún cuando la aparición de
ciertas situaciones nos tomen por sorpresa, desprevenidos, nada de lo que
sucede en nuestras vidas es totalmente ajeno. Según Jung aquellos aspectos de
nuestra psiquis que nos negamos a desarrollar o expresar los encontramos
proyectados en el afuera y llegan a nosotros como “destino”. De modo que el
hombre no es la víctima del universo ni del mundo, sino que es cocreador de su
propia realidad. Es cierto que no podemos librarnos del “destino” de pisar esta
tierra y de vivir de acuerdo a las leyes de la naturaleza pero sí podemos
anticiparnos a sus ritmos, conocer qué nos pide la vida en determinado
momento, evitar desastres causados por nuestros propios instintos. Cuánto más
conscientes estemos, más despiertos, seremos nosotros quienes tengamos el
control de la rueda, evitando así nuestra propia destrucción. “No somos de
ninguna manera moscas atrapadas en la red del destino. Dentro de los confines
de la rueda hay un amplio campo de actuación para el movimiento. En el tarot
marsellés encontramos una rueda mantenida en el aire por un aparejo a la cual
se cuelgan dos animales, mientras que una esfinge coronada de oro y alada
sostiene una espada, está sentada sobre un zócalo en la parte superior de la
rueda. Esta rueda tiene seis radios una manivela que la hace girar. A la izquierda
de la rueda se cuelga un mono con la cabeza hacia abajo y medio cuerpo
escondido, a la derecha hay un perro con un collar que le ciñe las orejas y que
parece subir hacia la esfinge. Se ha interpretado que estos animales son
Hermanubis, el genio del bien y Tifón el genio del mal, de la destrucción y la
desintegración. En esta imagen volvemos a ver el concepto de los opuestos: luz y
sombra. Vimos estos dos opuestos en los sacerdotes que escuchaban al
Hierofante, en los caballos del Carro y en los platillos de la Justicia. Dice Sallie
Nichols que el hecho de que estén vestidas significa que esas fuerzas se
encuentran parcialmente civilizadas. La criatura que se encuentra en la cima de
la rueda se asemeja a una Esfinge, representativa del lado oscuro de la
Emperatriz, la madre devoradora, la misma esfinge que – en el mito de Edipo-
interrogaba a todos los que entraban a Tebas y los mataba cuando no adivinaban
el acertijo. Como decíamos cuando analizábamos el símbolo de la rueda este
arcano es un sistema de fuerzas y su esencia es el movimiento. La vida es un
proceso, un sistema de constante transformación que incluye integración y
desintegración, generación y degeneración. Nada existe separado de la totalidad,
todo se manifiesta y todo muere en forma simultánea. Dice Nichols que meditar
acerca del movimiento perpetuo de la rueda nos puede ayudar a experimentar la
simultaneidad de los opuestos por más irreconciliables que estos parezcan. Hay
muchos opuestos simbolizados en la rueda: movimiento – estabilidad;
trascendencia – intrascendencia, lo temporal y lo eterno. El centro de la rueda
representa la ley universal, lo arquetípico mientras que el borde exterior es la
vida humana, lo efímero. El centro expresa la plenitud indiferenciada del puro
ser cuya esencia es inmutable e imperecedera mientras que el borde ofrece
modificaciones, experiencias, movimientos. A diferencia del 0 del loco la rueda
no está vacía, ya que este estado indiferenciado del loco correspondía al estadio
previo a la creación y a la dualidad sobreviniente. Con respecto a su número diez
notamos que su número remite al uno y a la vez contiene el 0, lo que anuncia un
nuevo ciclo, una nueva toma de conciencia para el hombre que lejos de temer a
sus dioses puede comunicarse con ellos, dejar de sentirse solo, acercarse a sus
misterios.
La Rueda en la interpretación:
Palabras clave:
Instinto, libido, pasión, moderación, calma, dulzura, deseo, orgullo.
Nos hemos preguntado alguna vez, ¿de dónde surge esa energía que en
situaciones límite nos permite hacer cosas impensables?. Qué hace que una
madre resista noches enteras sin dormir al lado de la cama de su hijo enfermo,
cómo es posible que en el momento en que debemos ayudar a alguien nos venga
a la mente aquel curso de primeros auxilios que hicimos hace muchísimos años y
que creíamos no recordar. ¿Y por qué alguien frente al comentario de otro
reacciona ferozmente dejándose llevar por ese impulso que puede terminar
ocasionando mucho daño? Dice Robert Wang que fue Frued quien propuso la
palabra latina libido, que significa fuerte deseo, o lujuria como un término
descriptivo de lo que se entiende por “instinto sexual, usualmente dirigido a un
objeto externo". Jung, sin embargo, viéndolo con una mirada filosófica más
amplia, llamó libido a una energía psíquica general. Debemos considerar, él dijo,
“cada esfuerzo, cada deseo, incluido el hambre y el instinto como fenómenos de
energía iguales”. Jung formuló la equivalencia entre la libido y lo que
Shopenhauer dijo: "la voluntad es una cosa en sí misma, sin sujeto ni objeto”.
Encontramos entonces dos conceptos básicos de la carta de la Fuerza: libido y
voluntad. Si bien podríamos decir que la voluntad, el coraje, son características
típicas de lo masculino, propias de héroes y guerreros, la carta de la Fuerza nos
propone una figura de mujer. Estamos frente a otra versión del arquetipo de lo
femenino. Habíamos visto dos caras distintas de lo femenino, la Suma Sacerdotisa
que era su aspecto ying y la Emperatriz que era su aspecto yang, el germen y lo
fructificado. También habíamos dicho que primera la hilera de arcanos se
correspondía con el reino de los dioses, dicho en otras palabras, como aquellos
representantes del inconsciente colectivo. Sin embargo, en el Joven Enamorado
nos encontrábamos con el primer drama humano. Podemos decir que La Fuerza
es la cara femenina del Joven Enamorado, es el arquetipo de lo femenino (el
ánima) encarnado en lo individual, y por ende más cercano a la experiencia
humana. Acá ya no estamos nadando en las aguas inconscientes de la Suma
Sacerdotisa, aquí nos encontramos por primera vez con la pasión humana. Pero
esta pasión es “actuada” por la suavidad de lo femenino. Estamos frente a una
mujer vestida con ropas acordes a su época, que nos hace verla como culta y
refinada. En el tarot marsellés lleva un sombrero que nos recuerda al del Mago,
ya que como él esta mujer tiene sus propios poderes, aunque no lleva una varita
mágica, su poder reside en sus manos, con ellas sostiene las fauces del león, su
magia es más humana, directa y personal. El héroe (el Joven Enamorado) sigue el
camino de su corazón y se sube al propio Carro, se hace responsable de las
consecuencias de sus actos a través de los dictados de la Justicia, se vuelve un
Ermitaño, reflexiona en soledad y escucha a su sabio interno, luego entiende que
en la vida todo es cíclico, y que la falta de conexión con nuestros instintos puede
ser catastrófica. Ahora le toca aprender cómo realizar esa conexión. Estamos
viendo que no será utilizando la fuerza entendida en términos masculinos sino
todo lo contrario. Dice Sallie Nichols que “con su ayuda el héroe se dará cuenta
de las fuerzas instintivas que lleva adentro. Aprenderá a sacrificar los poderes
del ego a otro tipo de fuerza. Su conducta masculina se modificará mediante un
acercamiento hacia lo femenino. Esta nueva forma de funcionar, lejos de
resultar afeminada es muy poderosa”. En otras cartas del tarot también
habíamos visto animales. En el loco el héroe se paseaba junto a un perro en el
caso del tarot marsellés, luego en la Rueda de la Fortuna aparecían monos
vestidos con ropas humanas, aquí nos encontramos nada más y nada menos que
con un león, como dice S. N. “una bestia demasiado salvaje para que el héroe le
haga frente y demasiado peligrosa para que la ignore”. Pero este acercamiento a
las fuerzas del inconsciente no debe hacerse frontalmente sino indirectamente a
través de la mediación del ánima tal como hace Beatriz cuando guía a Dante en
el infierno y en tantas otras historias, mitos, leyendas. La mujer (el ánima) es la
mediadora entre el ego y el sí mismo del héroe. En la “Bella y la Bestia” por
ejemplo, vemos que cuando la mujer aprende a amar y aceptar el aspecto
inconsciente del héroe consumido por su bestia interna, aquel que en un
principio le causaba rechazo, este no sólo se libera sino que se transforma y
recupera su poder personal. Tal como Hércules que una vez que vence al león de
Nemea en una caverna (que simboliza el inconsciente) se vuelve invencible
cuando se pone su piel sobre su cabeza. Para citar algo más contemporáneo en
los comics el héroe y el villano poseen atributos de animales, en realidad tienen
una mitad humana y una mitad animal. Ambos comparten un pasado de dolor,
pero mientras que el héroe ha podido curar las heridas de su animal interno y ha
sabido aprovechar sus potencialidades a su favor, el villano se queda atrapado en
el dolor, en el resentimiento, en el enojo de su bestia que sólo busca destruir. La
dama de la Fuerza se encuentra detrás del león, no está de frente aunque su
relación con el no deja de ser directa, ella sabe entender la naturaleza instintiva
del león, ella sabrá alimentarlo cuando aquel lo necesite, ya que de no hacerlo el
poder de los instintos desenfrenados, el arrebato de las pasiones, el exceso de
ego, podría resultar destructivo. Así como en la historia de la “Bella y la Bestia”
esa última se volvía más rabiosa cada vez que la bella lo rechazaba de ese modo
se vuelven más poderosos e indomables nuestros instintos. Y esto podría terminar
causándonos una enfermedad psicosomática, ya que toda esa libido contenida,
puede acabar manifestándose en el cuerpo físico, de alguna manera el león
encontrará la forma de pegar el zarpazo y se liberará. O quizás seremos los
protagonistas de un hecho violento que no pudimos evitar ... ¿Qué no pudimos
evitar? Sin embargo, hacer que nuestro león se sienta cómodo, amado, que esté
sano y bien alimentado no significa desatarlo cada vez que se nos antoja. No se
trata de la cantidad de control sino de su calidad. Aniela Jafé distingue al
hombre primitivo del hombre contemporáneo en su relación con sus propios
instintos: “Los peligros que atemorizan al hombre civilizado son los instintos
suprimidos o lesionados; los peligros que atemorizaban al hombre primitivo eran
los impulsos desenfrenados.
En ambos casos el “animal” se ve alienado de su naturaleza verdadera y para
ambos la aceptación de su alma animal es la condición para la plenitud y vivencia
total es la condición para su plenitud y vivencia total de la vida. El hombre
civilizado debe cuidar al animal que lleva adentro haciéndose su amigo”. Dice
Sallie Nichols que hay un debate acerca de qué está haciendo la dama con sus
manos, si está abriendo o cerrando las mandíbulas del león. Quizás
intencionalmente se haya permitido esta ambigüedad. Hay momentos en los que
el león necesita gritar, rugir y otros en los que debe callar y aprender paciencia y
moderación. También se pregunta “¿La carta titulada La Fuerza se refiere a la
dama o al león? Quizás a ambos – contesta – pues cada una de ellas es una figura
muy poderosa: su fuerza procede del compromiso mutuo. La dama se
compromete a cuidarlo y el león a ser su más leal defensor. Esto implica que
cuando somos capaces de integrar nuestra "sombra", nuestros aspectos oscuros en
lugar de negarlos descubrimos esas potencialidades dormidas y los ponemos a
nuestro servicio. Podremos utilizar las garras del león cuando realmente lo
necesitemos. Volviendo al símbolo del león este se vincula con el poderío y la
soberanía, este es un animal solar. También simboliza la justicia y la sabiduría
como los leones del trono de Salomón. Los hindúes consideran a los leones
superiores a los hombres porque el león es símbolo de reencarnación. Los
animales salvajes en general dice Jung son símbolos de autorrealización porque
son fieles a su naturaleza instintiva, la cual es pura e incorruptible.
Especialmente el león, con su corona y barba dorada es símbolo del poder de la
psique, su sol central, el sí mismo. En el tarot junguiano encontramos a una
mujer, también detrás de un león rojo. El color rojo del león ha devenido
tradicional en el tarot por la referencia alquímica del siglo XVI con relación al
“león rojo”, en el proceso de convertir el plomo en oro. En la iconografía
occidental el rojo es también el color del pecado, el escarlata es el color del la
Gran Prostituta de Babilonia y su bestia. Como en la carta de la Suma Sacerdotisa
las velas flotan en las aguas de la conciencia. Estas forman un triángulo de luz
que es el aspecto femenino de la estrella de seis puntas. La cueva oscura desde
la cual las aguas fluyen adentro y afuera representan el canal entre la mente
consciente y inconsciente. Aquí también posa su mano en la cabeza de un león.
Su función, como la Hija Virginal, es la de ser la domadora de la energía sexual
que deviene del Joven Enamorado. Como todas las figuras femeninas en el tarot,
ella es un principio organizativo. Más aún, en términos junguianos, esta carta
describe la profunda interacción de los costados masculinos y femeninos de
Mercurius (la Prima Materia) como ellos se expresan así mismos en la
manifestación. Vemos aquí el aspecto inconsciente de la carta. Sin embargo, S.
N. nos dice que tenemos un camino que nos permite tomar contacto con el
animal que llevamos dentro y ese camino son los sueños. “Quizás nuestra alma
animal herida y perdida viene a nuestro encuentro buscando ayuda”. Seamos
tiernos...
La Fuerza en la interpretación:
Palabras clave:
Sacrificio, parálisis, iluminación, pruebas, rito de pasaje, iniciación,
desconcierto, traición.
El Colgado en la interpretación:
* Se relaciona con el arquetipo del sacrificio. Es una carta ying. Se relaciona con
los elementos tierra y agua. En principio puede ser una carta inconsciente pero si
el tránsito es aprovechado conduce a una ampliación de la conciencia.
* La persona no tiene poder alguno para dar forma a su vida o controlar su
destino. Se halla en manos de las circunstancias externas. Seguramente la
persona que cae en este estado luche al principio por liberarse. Se siente
engañado, impotente. Este trance parece inaceptable y humillante. Está
soportando una especie de crucifixión.
* Esta situación es vivida como un castigo. Hay confusión. Es una prueba de
paciencia que se asemeja a las utilizadas en los ritos de iniciación. Es tiempo de
transición hacia una nueva vida. Los viejos modelos entran en crisis. La vida le
pide a la persona que se detenga, el no hacer, el conectarse con uno mismo.
* Es un momento de reflexión. Si la persona no acepta este tránsito y se empieza
a desesperar se genera mucha frustración. Se relaciona con estados depresivos,
enfermedades, parálisis, ayunos, es un buen momento para purificar el cuerpo,
también para encarar una terapia psicológica.
* Si hablamos de características personales podemos estar frente a una persona
atada a complejos y mandatos, le cuesta actuar, puede ser un mártir, sacrifica
sus deseos en función de algo mayor, puede ser un místico. Dice Roberto Torres
en su libro que la personalidad del Colgado es: sacrificada, tesonera, humana,
amable, introvertida, hogareña. Mal aspectada es confusa, insegura, sufrida,
rumiante, testadura, dependiente, superficial.
* El Colgado como consejo: Esta experiencia requiere coraje y sacrificio. Acá está
en juego la voluntad personal. Para sacarle provecho a esta situación lo que hay
que hacer es indagar acerca del significado del acontecimiento y aceptarlo.
* El costado luminoso de esta carta es la iluminación de la conciencia y la
liberación. Es un período que bien aprovechado contribuye a nuestro crecimiento
interior. Hay dos opciones: o nos enfermamos o meditamos sobre lo que nos está
pasando. Es conveniente buscar un guía.
* Si hablamos de tiempo es un tiempo de espera.
* Se relaciona con los mitos de Cristo, Odín, Osiris.
Palabras clave:
Destrucción, renacimiento, crisis, soledad, transformación, fertilidad.
La Muerte en la interpretación:
El Diablo
EL DIABLO: EL ANGEL OSCURO
PALABRAS CLAVE: OSCURIDAD – SOMBRA – PASIÓN – ESCLAVITUD – ATADURAS –
OBSESION – AUTODESTRUCCION – NEGACIÓN – LUZ – CONFUSIÓN – SEDUCCIÓN -
MAGNETISMO
¿Es el diablo ese ser espantoso que hemos visto en películas de terror? ¿Será ese
personaje que nos tienta, nos arrastra al “pecado” del que tanto hemos
escuchado hablar y al que se le ha echado la culpa de casi todo? Las religiones
monoteístas hablan de dios y del diablo, como dos fuerzas antagónicas, ¿es que
habrá un Boca-River también en el mundo espiritual? ¿Dios será tan pusilánime
como para no poder contra este Diablo? ¿O será un Dios morboso, o quizás
indiferente? Según R. Wang el diablo es una creación del cristianismo que
combina aspectos de las distintas personalidades mitológicas. La idea del diablo
se remonta a los comienzos oscuros de la humanidad y a la concepción animada
de la naturaleza involucrando buenos y malos espíritus. Continúa explicando que
el primer diablo parece haber aparecido en India como Mara, la tentadora de
Budah. Históricamente la dualidad dios-diablo del cristianismo surge de la
influencia de la filosofía persa que establecía que el bien y el mal provenían de
dos diferentes e independientes fuentes. Luego en las escrituras del Viejo
Testamento Satán -que en hebreo significa adversario – aparece más como un
sirviente de Dios, que odia a la humanidad, acusa y demanda castigo en nombre
de Dios, que como su oponente. En los tiempos de Cristo se expande la creencia
en un diablo que trae enfermedad y posesión mental, pero este era en esencia un
demonio independiente, difícilmente era una figura que pudiese cuestionar la
autoridad de Dios. Jung se fascinó con el problema del diablo y se concentró
especialmente en las paradojas tales como la responsabilidad de Judas en la
muerte de Cristo, porque si Judas no hubiese traicionado a Cristo no hubiese
habido crucifixión y consecuentemente tampoco cristianismo tal como lo
conocemos. El diablo es en realidad un rebelde que quiere algo mas, dicen que
odia al hombre, pero en definitiva termina siendo su “benefactor”. ¿Que hubiese
sido de nosotros si Eva no hubiese caído en su tentación? La humanidad jamás
hubiese evolucionado y seguiríamos viviendo en el paraíso con todo servido. Sin
embargo, qué difícil aceptar este concepto cuando nuestra cultura judeocristiana
nos ha enseñado que el diablo es el enemigo del hombre, y que Dios es
únicamente bueno. Según comenta S. Nichols Jung argumentó que el bien y el
mal son pares de opuestos y uno no puede existir sin el otro, por lo tanto no
tiene lógica que Dios no tenga también su alter ego, su costado oscuro. Cuanto
más difícil aún aceptar esta teoría. Todo lo cual nos lleva a relacionar al diablo
con el arquetipo de la “sombra”. Yendo a nuestros días probablemente no
encontremos al Diablo tal como le sucede a los protagonistas de una película de
terror aunque si lo identificaremos claramente en las noticias de todos los dias:
crímenes pasionales, adictos que roban para consumir, políticos corruptos ciegos
de poder y de codicia, actos de violencia irracionales, etc. En todos estos casos
el Diablo estaba ahí, no con sus cuernos y su aspecto deforme, sino en la psiquis
de cada una de esas personas que exteriorizaron su oscuridad, la llevaron a la
acción, dañaron o se dañaron. El Diablo es el aspecto oscuro de la personalidad:
la Sombra. ¿Qué es entonces la sombra? Dice R. Wang que la sombra es el
complejo de la personalidad más negativo, desagradable a tal punto que la gente
intenta negar. Tal como Jung explica la sombra personifica todo lo que el sujeto
se rehusa a conocer acerca de uno mismo. El relacionó esta personalidad
“inferior” con los instintos animales, y la describe como la mitad oscura de cada
persona que es percibida como un ser separado. Cada función que se vuelve
autónoma y se separa de la personalidad es demoníaca o sea patológica. El “self”
es la hipotética suma de una indescriptible totalidad, una parte de este está
constituido por el ego-conciencia, la otra por la sombra, lo que para Freud era el
inconsciente personal. En el proceso de individuación, el arquetipo de la sombra
es la clave. Este proceso comienza cuando los contenidos de la sombra son
traídos hacia la conciencia, no puede haber evolución hasta que la sombra sea
reconocida e integrada. En nuestra cultura judeocristiana el bien es totalmente
diferente al mal, además se ha hecho un culto al bien a tal extremo que cuando
en el mejor de los casos tenemos un pensamiento oscuro sentimos culpa, sino lo
reprimimos. Sin embargo, negar el mal no hace que este desaparezca, se
necesita encontrar un receptáculo para nuestra oscuridad, entonces la
proyectamos en el otro, nos victimizamos, no somos responsables de nada. Esto
mismo ocurre a nivel colectivo, y las comunidades que son minoría (negros,
judíos, homosexuales, gitanos, etc.) se convierten en recipientes de la “basura”
de la sociedad, todo lo que esta se niega a aceptar. Según S. Nicholls que con
cada guerra parece más evidente que compartimos características del diablo,
dice que es precisamente la función de la guerra la que revela a la humanidad su
enorme capacidad para el mal. Y es la guerra el escenario perfecto para destruir
al otro y a uno mismo. Dice R. Wang que para Jung el encuentro con la sombra y
su consecuente aceptación e integración es un proceso que muy pocos logran
porque la mayoria de la gente no es conciente de ella y viven en incredulidad de
pensar que son totalmente “buenos”. Además el encuentro con la sombra es una
experiencia muy desagradable que pocos pueden soportar. Ese encuentro implica
encontrarse con los aspectos más oscuros y atemorizantes de la personalidad, los
instintos primarios que la civilización nos enseñado que son inaceptables. Una
manera de conectar con nuestra sombra como con el resto de los arquetipos es a
través de los sueños.
De acuerdo a las investigaciones de Jung la sombra se manifiesta en animales
tales como arañas, murciélagos, ratas, etc. Una noche soñé con un murciélago
que cuelga de un hilo y me mira, al principio me da repulsión, luego lo miro bien
y veo que me mira con dulzura, lo veo otra vez y me doy cuenta que tiene mis
ojos. Este sueño revela perfectamente cómo en realidad ese murciélago no es
otro que mi sombra y describe el proceso de encuentro con ella: rechazo primero
y luego aceptación. Vayamos ahora a contemplar esta carta. En el tarot
marsellés la figura del Diablo es un hombre que está de frente, en una de sus
manos sostiene una espada con la mano izquierda que representa el aspecto
inconsciente y alza la otra en forma descuidada. Tiene alas de murciélago y en tu
torso hay pechos de mujer, las manos y los pies tienen las garras de un ave
depredadora. Está parado sobre un pedestal. Hay otras dos figuras masculinas
pequeñas que están de espaldas a él, se encuentran atados por una soga que
tienen en su cuello. El aspecto del Diablo es confuso, es un hombre mitad animal
con pechos de mujer, porque él en realidad es confuso. Sus atributos animales
están relacionados con lo instintivo, los femeninos con aquellos aspectos
involucionados de lo femenino, la seducción y el magnetismo que devienen en
maniobras manipuladoras y que son utilizados con fines egoístas. La espada que
lleva en la mano izquierda es sostenida descuidadamente a diferencia del Arcano
de la Justicia que la sostiene con autoridad, lo cual indica que la relación con el
logos es totalmente inconsciente. Las alas del diablo son de murciélago. Este es
un animal que nos da rechazo porque parece atentar contra el equilibrio de la
naturaleza: un ratón con alas parece ser un macabro error. Es un animal
nocturno, se cuelga de las cavernas de cabeza y sale a volar de noche cuando
todo duerme, chupa la sangre, su mordida es pestilente y contagiosa de
enfermedades. El aspecto del Diablo es desagradable porque este conglomerado
de partes nos conecta con lo siniestro, con la desarmonía, es un atentado a las
leyes de la naturaleza. Sentimos un profundo miedo y rechazo. Sin embargo, hay
un aspecto seductor y magnético en el Diablo. Creo que al llevarnos a un terreno
desconocido nos sentimos seducidos por el vértigo, luego también creo que
inconscientemente intuimos que algo interesante se esconde detrás de él, como
toda energía lleva implícita los dos opuestos, el aspecto yang, la luz también
está presente en el Diablo, una luz que va a iluminar definitivamente nuestra
vida si sabemos descubrirla. Los dos personajes que lo acompañan están de
espaldas, lo que simboliza que no son conscientes al dominio del diablo, de
hecho están esclavizados, atados a él, aunque no lo saben. Y en tamaño son
pequeños y deformes, lo cual se relaciona con su involución. A diferencia de la
carta del Hierofante cuyos personajes lo miran directamente a él buscando
consejo, el Diablo no es frontal, maneja los hilos sin que ellos sean conscientes.
Siguiendo el esquema propuesto por Nicholls el Diablo se encuentra en el último
estadio del camino del loco. Por encima de el se encuentra El Mago y la Justicia.
El Diablo es la sombra del Mago, recordemos el aspecto sombrío de este:
manipulador, mentiroso, estafador. A diferencia de la Justicia que busca el
equilibrio y la reparación apelando a darle a cada uno lo suyo, el Diablo es el
desequilibrio personalizado y no lo mueven valores trascendentes sino la
búsqueda de sus propios placeres materiales. El Diablo es “el obstáculo” en el
camino del Loco, que soportó su propia muerte y renació, se dejó sanar por las
aguas de la Templaza, si verdaderamente ha salido airoso de estas pruebas, el
encuentro con el Diablo no será una experiencia traumática, si lo es implicará
que todavía hay ciertas cosas que se niega a abandonar. De todos modos si no
logra hacerlo la vida lo hará por él cuando se enfrente a la Torre, nuestro
próximo arcano. El Diablo en la interpretación: Es una carta ying. Se relaciona
con el arquetipo de la sombra. Se relaciona con el elemento tierra. Si hablamos
de un estado la persona está tomada en cuerpo, mente y espíritu por esta
energía. Está obsesionada, esclavizada por sus emociones: celos, deseos
desmedidos rivalidad, venganza, adicciones, pasiones, miedos, odio, acciones
destructivas y autodestructivas. Hay victimización y proyección, el demonio es el
otro. Si hay obsesión no hay voluntad de acción, la persona está sometida por lo
que quiere, tampoco hay valores ni ideales, todo se resume a su emocionalidad y
la búsqueda del placer y a lo material a cualquier costo, aún si para ello se
descuida la salud. Es un estado de profunda inconsciencia y confusión que atrapa
a quien lo vive. Si hablamos de características personales según Roberto Torres
en su libro “El Horóscopo del Tarot” son personas de fuerte personalidad,
pasionales, habilidosos, imponentes, movilizantes, seguros, irónicos, de buen
ánimo. Mal aspectados: arrogantes, orgullosos, materialistas, incrédulos, y
engañosos. Como consejo el Arcano del Diablo nos propone profundizar en los
aspectos oscuros de la situación que estamos atravesando, sería conveniente
buscar un maestro, un terapeuta. Nos puede estar alertando de ciertos manejos
propios o ajenos de los cuales no somos conscientes. En términos de resolución es
una carta lenta
La Torre
LA TORRE: DESTRUCCION - CREACION
PALABRAS CLAVE: ESTRUCTURAS – RIGIDEZ – GOLPE – CATASTROFE – AISLAMIENTO
– SOBERBIA – OMNIPOTENCIA – FATALIDAD – LIBERACIÓN - ILUMINACION
En el arcano anterior nuestro héroe estaba atrapado por su sombra, representada
por el Diablo, parecía no darse cuenta hasta qué punto estaba esclavizado por
sus pasiones. El apego y el sometimiento eran absolutos. Habíamos dicho también
que si él no podía liberarse por sí mismo la vida iba a hacerlo por él. Esta es la
clave del arcano “La Torre” y por ende su propuesta es la liberación. Veamos la
imagen del tarot marsellés. Nos muestra una torre sin ventanas y con una puerta
muy pequeña. En la cúpula hay una corona que es impactada por una pluma,
como consecuencia sus habitantes un hombre y una mujer caen uno a cada lado,
y en medio de ellos caen también esferas de colores. A simple vista parece una
contradicción: ¿es una desgracia o una bendición? La respuesta es: ambas cosas.
Concentrémonos por un momento en el símbolo de la TORRE y su utilización en el
mundo antiguo. Dice Sallie Nichols que en primer lugar uno asocial la torre a la
famosa la torre de Babel que se menciona en la Biblia, un edificio construido por
Nemrod para conquistar el cielo y que según el relato provoca la ira y la
venganza de Dios y por lo tanto es destruida. También eran utilizados como
lugares de reclusión para prisioneros, y edificios pensados para conectar el cielo
con la tierra. Sin embargo, la temática de la torre del tarot plantea el caso de
dos personas que hacen de su propia torre su dios. Estaban aislados tanto del
mundo externo como de la divinidad, creían no necesitar a nada ni a nadie,
“permanecían cerrados a cualquier posibilidad de intervención milagrosa” dice S.
Nichols “para conseguir tal cosa los dioses tenían que buscar un modo de entrar
en ella, aunque fuera por la fuerza”. Sin embargo, como decíamos
anteriormente, lejos de ser una fatalidad esta entrada es liberadora y su efecto
mágico que conduce a la iluminación, está representado por las esferas de
colores que caen al lado de los personajes. Ellos no las perciben, están
demasiado shockeados por el impacto y totalmente tomados por la experiencia y
su consecuente desenlace. El golpe viene directamente del cielo. Este impacto
que en el tarot marsellés es realizado mediante una pluma se puede asociar con
el rayo del dios griego Zeus (el dios del trueno y el rayo asi como también el
protector de la ley y la moral), y Thor el dios nórdico que portaba su martillo y
era conocido como el dios destructor, tal como dice R. Wang. El aclara que en
todas las culturas el dios del cielo tiene muchas responsabilidades, además del
hecho de la creación. En primer lugar, el es el protector arquetípico de sus
criaturas, lo cual significa que debe preservar y proteger el orden y la integridad
de lo que el mismo ha creado. Pero su fuego iluminador es también lo que
destruye para que así el ciclo destrucción – creación vuelve a comenzar. Dice
Wang que el arquetipo del Padre que hace la guerra está separado del Padre
Celestial, lo cual queda muy claro en la mitología romana, Marte era el dios de la
guerra seguido por Júpiter. Aunque en un primer momento las personas
expulsadas de la torre se quejen de su destino, pregunten a dios ¿por qué a mi?,
no pueden ser conscientes del efecto salvador de este acontecimiento, se sienten
abandonados por él y no alcanzan a ver su mano, dios no los ha olvidado, todo lo
contrario, ellos se han olvidado de dios, pero él nunca se olvida de sus criaturas.
La sutileza de ello se encuentra representada por la pluma que es un elemento
suave que la divinidad utiliza para derribar la torre, lo cual nos hace pensar qué
rígida debió haber sido esta torre para que una pluma la derribe. Tal como dice
el Tao lo que cuanto más rígida es una estructura más fácil es tumbarla. La
corona, es símbolo del ego entronizado de los personajes que la divinidad se
encarga de poner en su lugar. Las torres son estructuras construidas por el
hombre. Paradójicamente en la antigüedad se utilizaban como prisiones y lugares
de adoración a dios, en la actualidad para el hombre urbano, contemporáneo
también suele ser una prisión moderna. Se despierta en el piso del edifico donde
vive, y pasa ocho horas en su oficina ubicada en otra torre, lejos de la
naturaleza, respirando un aire artificial. Cada día se construyen torres más
sofisticadas, “inteligentes” que parecen templos para adorar al sistema en el que
los hombres están inmersos. Sin embargo las torres también pueden ser prisiones
psicológicas: matrimonios acabados, trabajos insatisfactorios, ideologías,
fanatismos, mandatos familiares, y cualquier otra cosa que nos aísle. Entonces
nuestra pareja nos deja y la empresa quiebra. Nuestro mundo se desmorona
súbitamente. Podemos sentirnos desgraciados y aferrarnos a lo poco que queda
de nuestra torre, o bien iluminarnos, hacer visible la intervención divina detrás
de la experiencia. Para Jung “la iluminación significa un repentino, inesperado, y
poderoso cambio de la condición psíquica”. Simbólicamente la iluminación se
relaciona con el falo así como con la serpiente y su función iluminadora,
vivificante, fertilizadora, transformadora y curativa. El derrumbe de la torre
puede hacernos conscientes de cuán rígidos eramos respecto de determinados
aspectos, vínculos o ideas en nuestras vidas y consecuentemente “iniciarnos”
para que podamos construir espacios diferentes, más flexibles, en donde
podamos dejar entrar la luz, y estar protegidos sin dejar de conectarnos con el
exterior. Así una vez que podamos recuperarnos del shock, despojados al fin de
nuestras estructuras, logremos prepararnos para la experiencia de la entrega
total que nos espera cuando nos encontremos con nuestro próximo arcano, La
Estrella. La Torre en la interpretación: Es una carta yang. Se corresponde con el
arquetipo del Padre como Protector y Destructor. Se relaciona con el elemento
fuego y aire. La Propuesta del arcano: Liberarnos de estructuras rígidas, ideas,
obsesiones. Cambiar, ser conscientes de que no podemos controlarlo todo, como
así también que hemos tenido actitudes soberbias y omnipotentes. El Riesgo del
arcano: no poder salir del estado de shock y/o quedarse aferrado a las viejas
estructuras. Si hablamos de un estado se trata de un momento de mucha
movilización y desequilibrio, representa un despertar en su condición psíquica.
La persona siente que todos los cimientos de su vida se tambalean, pero no le
queda otra alternativa más que dejarse llevar por un cambio que se impone y
que no puede controlar. Es un momento que bien aprovechado puede ser muy
liberador y de una transformación profunda. Se la puede asociar con eventos y
cambios intempestivos que modifican el statu quo: separaciones, quiebras, etc.
Si hablamos de características personales son personas ciclotímicas, iracundas,
estructuradas, reformistas. Según R. Torres son “creyentes, hospitalarios,
elevados, seguros, tolerantes, observadores, visionarios, mágicos, y mensajeros
de los dioses, mal aspectados: frágiles, renegados, reprimidos, confusos,
insensibles, intolerantes, egocéntricos”. Como consejo la torre nos alerta sobre
la manera rígida en que estamos manejando ciertos aspectos de nuestra vida, y
nos insta a tomar conciencia para evitar males mayores. En términos de tiempos
es una carta dinámica. La situación sucede súbitamente.
La Estrella
LA ESTRELLA: ESPERANZA Y LIBERTAD
“Cuando hayas encontrado el comienzo del camino, la estrella de tu alma
mostrará su luz” máxima cabalística
PALABRAS CLAVE: LUZ INTERIOR – DESTINO – FLUIDEZ – LIMPIEZA – SABIDURÍA –
CONFIANZA – ENTREGA – HUMILDAD - INICIOS – ESPIRITUALIDAD – INSPIRACIÓN –
INTUICIONES - CALMA – ENTUSIASMO – PUREZA – ARMONIA – RECEPTIVIDAD -
FUTURO
En el arcano anterior las estructuras del héroe se habían desmoronado,
colapsadas por la fuerza de la divinidad que mediante un hecho súbito lo había
liberado finalmente de sus ataduras. Como consecuencia de ello él había tomado
conciencia de su aislamiento y omnipotencia y había podido percibir la presencia
de la divinidad operando en dicha situación. En el arcano que le sigue y que
vamos a tratar ahora, La Estrella, su “iluminación” entendida como cambio en su
condición psíquica, se va a ser mucho más profunda. Va a comprender que no es
un ser aislado, sino que está conectado con sus semejantes y todos ellos con el
orden superior que es participe de su destino. Dice R. Wang que las cartas que
siguen en el tarot: La Estrella, la Luna y el Sol estaban originalmente unidas. El
Sol y la Luna y todos los planetas fueron llamados “estrellas” y representaban la
influencia del cielo en el destino del hombre. En el tarot original estas eran
(como las virtudes en las artes liberales) representadas por figuras femeninas que
sustentaban sus respectivos atributos. La figura no era la estrella propiamente
dicha sino la personificación de la inteligencia que dirigía el destino de todos.
Presumiblemente esta estrella única, primero ubicada antes que el Sol y la Luna
hacía referencia a la “Estrella Matutina”. Así como también representa a la
Estrella que guió los reyes magos al pesebre de Belén. Con lo cual se puede
inferir que la estrella no sólo era esa fuerza astrológica que controlaba el destino
de la humanidad sino también la proveedora de la guía divina por la cual uno
puede elegir el camino correcto. Las estrellas siempre han sido un elemento de
proyección de los contenidos psíquicos y son el instrumento por el cual
accedemos al cielo, así como los ojos son las ventanas del alma, las estrellas son
los ojos del cielo, o las ventanas del alma del cielo. Vemos una estrella y
pedimos un deseo, nos concentramos en una estrella como si ella pudiera
conectarnos con nuestros seres queridos ausentes. Según Nichols las estrellas
también nos relacionan con la inmortalidad, las figuras heroicas o las divinidades
griegas eran inmortalizados como planetas o constelaciones. Cuando Quirón
muere e intercambia su vida inmortal por la de Prometeo que había sido atado a
una roca y condenado a sufrir el castigo por el cual un ave le comía el hígado por
las noches que se regeneraba al día siguiente, Zeus en honor a él eleva su imagen
al cielo y así se crea la constelación de Sagitario. En el tarot marsellés vemos una
mujer, centro de la escena, que sostiene dos cántaros en sus manos y vierte su
líquido, el de un cántaro en un río y el del otro en la tierra. Está desnuda, vacía,
lo que significa que está conectada con la naturaleza, despojada de todo,
entregada a su tarea, expectante y llena de esperanza. Nos recuerda a La
Templaza, arcano que también se sucede después de una gran crisis (La Muerte)
y que tenía un trabajo entre manos, trasvasar líquido de una vasija a otra. El
elemento agua está muy presente en estos dos arcanos, como función emocional
y a la vez como el instrumento que permite limpiar, curar, purificar. Mientras en
el arcano de La Estrella hay una mujer en La Templanza encontramos un ángel.
Quizás porque en ese estadio del viaje nuestro héroe necesitaba encontrarse cara
a cara con la divinidad y en este ya ha experimentado ese encuentro, incluso ha
conocido la faceta más dura e iracunda de ella. Quizás también porque la
propuesta de La Estrella sea el encuentro entre su propia humanidad y la
divinidad en una instancia más armónica y pacífica, para luego poder transmitir
este conocimiento al resto de los hombres. Dice Sallie Nichols que mientras La
Templanza recoge y mezcla las partes de la psique que La Muerte ha dejado
desparramados, dirigiendo esas esencias hacia nuevos caminos, el trabajo de La
Estrella es distinto. Consiste en separar y redistribuir, quizás esta mujer esté
separando cuidadosamente los contenidos arquetípicos del inconsciente de los
contenidos más personales, parece verterlos de nuevo en los riachuelos
compartidos por la humanidad. Podemos ver entonces cómo acá se hace muy
evidente el pasaje de lo individual hacia lo colectivo. El héroe toma conciencia
de que no está solo, comparte un destino común con la humanidad y alinea su
vida a los deseos del cielo. Esta mujer está sola en el silencio de la noche,
momento que llama a la introspección, a la visión interior, hay paz en ese
silencio, estado que preexiste a la creación de lo nuevo. No hay angustia ni
rastros de la omnipotencia que estaba presente en La Torre. La mujer hace su
trabajo humildemente y en calma. Tiene la sabiduría suficiente para saber que el
fruto de su esfuerzo será una fertilidad nueva. Hay aquí una gran esperanza y
entrega, ella vacía el cántaro sin saber adónde llegará el resultado de su trabajo,
quien beberá esas aguas, qué nuevas tierras serán fertilizadas. Por detrás de la
figura vemos una gran estrella y otras sietes más, todas de ocho puntas. La
estrella central representa un mandala, se puede asociar también con la estrella
polar, el centro por el cual gira el firmamento. Según R. Wang el número ocho
que tal como el leminscato es el símbolo del infinito, se refiere al mercurio
alquímico, a la palabra. Dice S. Nichols que en los textos alquímicos aparecen
configuraciones como estas, que muestran una estrella gigante (que representa
el proceso de iluminación) al lado de los siete planetas. El proceso de
individuación de Jung es parecido al objetivo alquimista que consistía en la
liberación espiritual del hombre y como este se debe realizar en soledad. Además
Jung propone que la salvación del hombre radica en su propia psiquis, lograr la
conexión con su yo superior, provoca un efecto dominó en el resto de la sociedad
pero el punto inicial es siempre el individuo. Quien se encuentra a su estrella
interior y se deja iluminar por ella se convierte en la luz que guía a quienes aún
están perdidos en la oscuridad de su inconsciente. En este sentido vemos la
evolución con respecto al arcano anterior, en la Torre el héroe necesitaba el
golpe para reaccionar, el protagonista era Dios, en la Estrella la protagonista es
la mujer y Dios está presente, por supuesto, pero en otra parte de la escena.
Vemos en el fondo de la carta dos árboles florecidos, podemos asociarlos a los
árboles de la Vida y del Bien y del Mal del Edén. Ellos representan la conexión
entre el cielo y la tierra, ya que hunden sus raíces en la tierra y elevan su copa
hacia el cielo. Hay un pájaro negro en uno de esos árboles, mensajero de los
dioses. Según H. Banzhaf el vuelo de los pájaros era utilizado como oráculo y
simbolizaban la capacidad visionaria de las deidades a las que pertenecían.
También, como las dos vasijas, se relacionan con los pares de opuestos,
inconsciente y conciente. En esta fase del camino evolutivo, el ego y nuestro
espíritu racional están disminuidos y por ende las intuiciones pueden surgir. Dice
Nichols que en ese punto el ego empieza a estar lleno de una sensación de
destino y asimismo empieza a experimentar su sino individual como parte de un
todo, comienza a descubrir que los hechos de la vida cotidiana toman otra
dimensión si se empieza a comprenderlos como hechos trascendentes que
asociados encuentran un nuevo sentido. Esperanza y libertad definen la esencia
de La Estrella. Esperanza por el nuevo comienzo, por el encuentro con nuestra
propia luz que ha de guiarnos por el camino, y libertad porque estamos
despojados de mandatos, ideas, “ropajes” de nuestra civilización, libres para
volver a empezar ahora con una nueva conciencia. Es cierto que notamos cierta
tristeza en los ojos de la Estrella. Mucho ha quedado atrás, es inmensa la
emoción de no sabernos criaturas abandonadas en el universo. Es importante que
la melancolía no nos domine, no hay que perder la fe ganada, para que cuando
conozcamos al próximo arcano, La Luna, no nos perdamos en la oscuridad de la
noche. La Estrella en la interpretación: Es una carta ying aunque hay dinamismo
simbolizado por el trabajo de trasvase. Se relaciona con el arquetipo del anima y
del “sol invisible”, o de la “estrella interior”, la “chispa divina” que es en
definitiva, el self. Se relaciona con el signo de Acuario. Se asocia con el
elemento agua y tierra. La Propuesta del arcano: saber que estamos inmersos en
un orden mayor, pero que conectados con nuestra estrella y alineados con el
universo, podemos edificar nuestro destino en pos de nuestra evolución. Confiar
en la vida, recomenzar. Según Hajo Banzhaf “aumentar nuestra comprensión y
nuestro conocimiento interior sobre la sabiduría del cosmos”. El Riesgo del
arcano: volverse demasiado emocional, melancólico. Según H. Banzhaf
“descuidar el presente al preocuparnos por el futuro”. Si hablamos de un estado
la persona se encuentra frente a un nuevo comienzo, está en calma,
esperanzada, entusiasmada, conectada con lo espiritual, confiada, con capacidad
de asombro. Si hablamos de características personales según R. Torres son:
“libres, esperanzados, desinteresados, abiertos, renovadores, instintivos,
humildes, instrumentos del cielo, íntegros, mal aspectados: libertinos, falsos,
peligrosos, inconscientes, enemigos ocultos. Como consejo: la estrella nos
aconseja conectarnos con nuestra alma, prestar más atención a lo que nos pide
la vida, recuperar la esperanza, alegrarnos. En cuanto a los tiempos son lentos.
La Luna
LA LUNA: LA NOCHE OSCURA DEL ALMA
PALABRAS CLAVE: LOCURA – SILENCIO – NOCHE – MIEDO – OSCURIDAD –
MAGNETISMO – PASADO – MADRE – AMBIGÜEDAD – PASIVIDAD – PESADILLAS
-SOLEDAD
Habíamos visto en la carta anterior que había cierta tristeza en los ojos de la
Estrella, el ego del héroe ya no estaba presente en la escena, muchas cosas en su
momento importantes habían quedado atrás. Sin embargo, el gozo de no
sabernos solos compensa el dolor de la perdida que es esperanzadora y
liberadora al mismo tiempo. Habíamos dicho también que era importante que la
melancolía no nos invadiera, para que esa fe ganada, no nos abandonara cuando
descendiéramos nuevamente a los infiernos y nadáramos en el agua del
inconsciente. Este nuevo arcano, La Luna, nos sumerge una vez más en la
oscuridad de la noche. Si bien es cierto que la experiencia no será tan
desgarradora para el héroe como cuando por primera vez conoció a La Muerte,
en este arcano se libra una batalla muy especial. En el mito universal del camino
del héroe este atraviesa por distintas etapas: la “llamada a la aventura” por
medio de la cual se conecta con su aspecto divino y emprende su viaje, el
encuentro con los “ayudantes mágicos” que van a proporcionarle los elementos
para salir victorioso en su empresa, el “primer umbral”, lugar en el que se bate a
duelo con su guardián que custodia el pasaje hacia el otro mundo, “la batalla”
con seres que harán lo imposible para que no obtenga el triunfo, y finalmente “el
regreso” y la “devolución” de lo obtenido a la comunidad. En esta fase del
camino de evolución de la conciencia nos encontramos en la etapa del “camino
de regreso”. La meta del héroe ha sido cumplida, sin embargo todavía tiene que
enfrentarse con el último desafío que de ser vencido, le dará carta blanca para
regresar con honores. Observemos la ilustración del tarot de Marsella. Si
observamos la carta con nuestro hemisferio derecho podemos experimentar el
silencio de la noche violentado por el aullido de dos lobos o perros que se
encuentran justo antes de las dos torres, destino de nuestro héroe. Hay
oscuridad y desolación. En el estanque nada un cangrejo de río que impide el
paso. Dice Sallie Nichols que tal como ocurría en el arcano anterior en este
tampoco aparece la figura del héroe lo que significa que psicológicamente está
desconectado de sus aspectos humanos, su ego está sumergido en el reino del
inconsciente. Vemos también dos plantas doradas, símbolos de la inmortalidad,
cerca de las torres lo que nos sugiere que una vez que él logre atravesar todos
los obstáculos podrá obtenerlas. Aquí también está presente la polaridad: dos
torres, dos perros, dos plantas, los pares de opuestos que deberán ser finalmente
integrados. La Luna es la protagonista de la escena, si observamos bien la carta
vamos a ver que está rodeada por una esfera que sugiere al sol, que por supuesto
remite también a la polaridad sol-luna. En La Torre veíamos que del cielo llovían
esferas de colores, lo cual significaba que el golpe del cielo venia acompañado
por bendiciones aunque en ese momento los protagonistas no lo vieran, por el
contrario en La Luna hay gotas de agua que surgen de la tierra y son absorbidas
por el astro, como si ella reclamara para sí toda la energía del héroe, lo cual nos
habla de su aspecto devorador. Con respecto al símbolo del cangrejo representa
el aspecto regresivo de la luna - animal lunar por excelencia ya que camina al
revés - en el zodíaco occidental se corresponde con el signo de Cáncer cuyo
regente es la Luna y su modelo arquetípico La Madre. Los perros son típicos
guardianes de los umbrales en los mitos y leyendas, en la mitología griega el Can
Cerbero es quien custodia el portal del Hades. Una vez más vemos cómo nuestro
héroe tiene que aliarse a su parte animal, instintiva (tal como lo analizamos
oportunamente en el arcano La Fuerza) para poder avanzar en lugar de atacarla.
En los mitos griegos quienes fueron capaces de acceder al Hades no atacaron a
Cerbero sino que encontraron caminos alternativos más sutiles para lograr el
objetivo. Según R. Wang la Luna se relaciona con la diosa griega Hécate, la
hechicera que habita en el inframundo y es aún más temida que el mismo Hades
ya que genera locura, epilepsia, y otras enfermedades a los mortales. Dice Wang
que en el tarot las tres fases de la mujer (Doncella, Madre y Anciana) son
ilustradas como La Suma Sacerdotisa, La Emperatriz, y La Luna. Estas cartas eran
equivalentes en la mitología a Artemisa, Selene y Hécate. Las tres fases de la
luna se relacionan entonces con estas distintas facetas del arquetipo de lo
femenino: la luna creciente, sutil, femenina, frágil (la doncella), la luna llena,
desbordante, fértil, generosa (la madre) y la luna nueva, que da una noche
cerrada, atemorizante, extremadamente oscura, y que se relaciona con lo
mágico (la bruja). El tránsito que nos describe el arcano de La Luna es muy difícil
de atravesar. Acá se juega nuestro poder personal, nuestra capacidad para
distinguir realidad de ficción y de no dejarnos gobernar por nuestros aspectos
sombríos. La luz de la luna es magnética y al mismo tiempo ambigüa. Bajo su luz
- que ni siquiera le es propia - todo adquiere un color y una forma diferente. Es
fácil dejarse engañar y seducir por ella, quedar hipnotizado, paralizado y
entregarle toda nuestra energía. Las torres nos sugieren una ciudad que se
encuentra a lo lejos, también nos parece interesante llegar hasta allí, sin
embargo para eso tienen que sortearse los obstáculos, vencerse los miedos que
nos impiden avanzar. Hay un cierto cansancio que se hace evidente en esta etapa
del camino, sentimos melancolía por el pasado y en el fondo de nuestra alma
abrigamos la esperanza de que todo cuanto hemos visto y entendido sea un
sueño. Quizás la vida que llevábamos era mejor, se nos hace doloroso haber
“despertado” cuando hay tanta inconsciencia en nuestro entorno. Sin embargo,
por más que nos dejemos seducir por su falsa promesa de seguridad no hay más
posibilidades de volver atrás, ya no hay adonde ir más que hacia delante. Cuando
los dioses griegos regalaban a los mortales un don aún a su pesar no podían
quitárselo. Psicológicamente significa que cuando tomamos conciencia de
determinado aspecto oscuro llevándolo a la luz es imposible engañarnos a
nosotros mismos y volver a sumergirlo en el estanque. No hay opciones, o
avanzamos hacia un nuevo conocimiento de nosotros mismos o nos quedamos
atrapados en la oscuridad de la noche, solos, locos, confundidos. S. Nichols hace
una reflexión muy interesante respecto de este arcano que pone en evidencia la
ambigüedad del mismo. Podemos resistirnos a entrar al agua con el cangrejo
adentro o utilizar su armadura para cruzar el estanque. Podemos sentir pánico de
enfrentarnos a los perros, o acariciarlos y utilizar el brillo de sus ojos para
iluminar nuestra noche. Así podremos abrirnos paso para que al día siguiente
cuando la luz empiece a emerger por el horizonte y la noche vaya perdiendo
terreno, ya estemos a salvo en la ciudad y podamos salir a disfrutar del sol. La
Luna en la interpretación: Es una carta ying. Se relaciona con el arquetipo de la
madre destructora y su atracción regresiva. Se asocia con el elemento agua. La
Propuesta del arcano: vencer el miedo, asumir la realidad de todo cuanto hemos
aprendido hasta el momento. El Riesgo del arcano: confundir realidad con
fantasía, dejarse vencer por los miedos, la locura, la melancolía del pasado. El
estado por el que se atraviesa es muy difícil de transitar, hay miedo, confusión,
inseguridad, victimización, melancolía, parálisis, locura, depresión, tristeza,
apego al pasado, a los recuerdos. La persona está vulnerable, ciclotímica,
inestable emocionalmente, desilusionada, desconcentrada, pasiva. Según R.
Torres las características personales de las personas “luna” son: receptivos,
profundos, suaves, polifacéticos, sensibles, perceptivos, intuitivos, míticos,
artesanos, duales. Mal aspectados: enemigos ocultos, densos, depresivos, duales
melancólicos, inconstantes, desolados y algunas veces podeer un nocivo
sentimiento de inferioridad. Como consejo hay que vencer el miedo y dejar de
sentirse victima. En cuanto a los tiempos son lentos
El Sol
Palabras clave:
Alegría, juego, inicios, renacimientos, niño, plenitud, vitalidad, totalidad, luz.
¡Por fin ha salido el sol! Después de noches de oscuridad alumbrados por la luz
enloquecedora de la luna, nuestro héroe superó la prueba, llegó a la ciudad y
ahora puede contemplar el nuevo día a salvo. Al igual que en los mitos, el héroe
que desciende a los infiernos, al mundo oscuro de los muertos, encuentra la
salida y emerge hacia la luz. La sensación de victoria es reconfortante y
revitalizadora. A la luz del sol todo luce de otra manera, ya no hay miedos, sólo
alegría y una sensación de libertad total, esa misma libertad que presentía la
mujer del arcano “La Estrella” mientras en la oscuridad de la noche realizaba su
trabajo de trasvase. Ahora es una realidad. Mientras el tiempo de “La Luna” nos
llenaba de lágrimas y nostalgia por el pasado, hoy “El Sol” nos conecta con el
momento presente, con el disfrute, con lo lúdico tal como lo vemos representado
en los gemelos del tarot marsellés que unidos, con un sol imponente de marco,
se dejan fluir con la alegría. Dice S. Nichols que este arcano nos acerca al
sencillo mundo de la infancia solar donde la vida no es un desafío sino una
experiencia, un espacio para recobrar la espontaneidad y la armonía interior. A
diferencia del adulto el niño se conecta con la experiencia del momento
presente, basta con observarlos jugar para darse cuenta, no importa el tiempo
transcurrido, no hay pasado ni futuro sólo ese juego al que están abocados. El
pensamiento racional del niño está en pleno desarrollo, aún no han surgido los
sistemas de creencias que rigen la vida del adulto y la limitan, ni los mandatos
familiares y sociales se hallan consolidados, el niño es un ser emocionalmente
simple, ama o no ama, no hay segundas intenciones, ni matices, no hay miedos,
ni conciencia de sí mismos, en ellos todo es natural. Dice Nichols que los niños
representan la función inferior, aquella que no tenemos desarrollada y que se
encuentra más próxima a la naturaleza, la cual integrada a nuestra psiquis puede
ampliar nuestra gama de posibilidades y potencialidades. Los niños representan
entonces la energía vital, lo nuevo, lo experimental, lo primitivo y total. Según
Robert Wang el motivo del niño divino ha sido un pívot para la filosofía
junguiana. Es el punto de conexión entre lo individual y lo colectivo. El niño
representa el surgimiento de la autoconciencia que emerge del útero de lo
inconsciente. Es el niño divino, poderoso, nacido en medio de circunstancias
mágicas, y criado en circunstancias particulares también, en definitiva el self
que es la instancia última en el camino de individuación junguiana. El arquetipo
del niño aparece con varios disfraces, puede ser el ser hermafrodita, es el
duende y el elfo de la mitología que personifica las fuerzas ocultas de la
naturaleza, es el puer aeternus, es el niño dorado, y es el joven héroe. Es este
niño el que simboliza aquello que une ambos opuestos, el mediador, el que trae
la curación, aquel quien realiza la totalidad. Esta unificación perfecta es la
cuaternidad, es el círculo y es el sol “esférico”. Entonces el niño del arcano El
Sol es el joven Mago, que tiene un doble rol. El es al mismo tiempo e joven héroe
que va en busca del oro espiritual, y es el oro en sí mismo. De esta manera
vemos cómo todos los arcanos se van interrelacionando, y que los primeros
contienen las semillas que han de sembrarse en los últimos. El nacimiento del
niño divino implica estar frente a un nuevo estado de conciencia. Cuando
aparecen niños en los sueños estamos frente a nuevas potencialidades que están
emergiendo, aspectos oscuros de nuestra psiquis que están viendo la luz. Al igual
que la figura de los gemelos – tal como aparecen en nuestro arcano – también
simboliza la toma de conciencia de aspectos inexplorados que representados por
el gemelo oscuro, surgen para ser finalmente integrados. En los mitos el
nacimiento del niño divino (Cristo o Buda) ocurre en circunstancias especiales, no
nace como un ser mortal ordinario, lo que denota su naturaleza espiritual.
Luego, este niño se hará hombre y se convertirá en el héroe que ha de traer la
“poción mágica”, la sabiduría conquistada en el otro mundo para el beneficio de
la humanidad. Dice Wang que la diaria aparición y desaparición del sol ha
provocado mucha especulación y ha sido el origen de diversos mitos, aunque en
realidad el culto al sol ha sido inusual en el mundo antiguo, sólo importante para
el pueblo egipcio, en Asia, en la primitiva Europa y en las poblaciones indígenas
del continente americano. El viaje del sol – su aparición y su puesta – simboliza el
pasaje del niño al adulto, del niño divino al anciano sabio, del puer al senex,
ambos pares arquetípicos. El niño es el sol naciente del este y el anciano es el sol
poniéndose en el oeste. Dice Sallie Nichols que la primera mitad de la vida es
generalmente el viaje del ego, pero cuando hemos dejado nuestra huella en el
mundo y nuestro sol se halla en el zenit podemos reconectarnos con nuestro niño
interior, unirnos a él y sanarlo. A modo personal me es curioso pensar que los
ancianos olvidan los hechos inmediatos de su vida cotidiana actual, mientras que
recuerdan con detalle situaciones vividas en su infancia, parece ser que el senex
se acerca al niño al final de sus días, y que finalmente el niño volverá a renacer
con toda la experiencia acumulada gracias a la sabiduría del anciano. En este
sentido, no hay peligro de una regresión ya que en el arcano “El Sol” los niños
juegan en un lugar cerrado, están protegidos, no hay peligro que los contenidos
del inconsciente los invadan. También aquí se ven claramente los pares de
opuestos: un niño y una niña, los opuestos se unen en este juego solar. El Sol es
el centro del sistema solar, alrededor de él giran todos los planetas, en la
astrología occidental es el regente del signo Leo, el arquetipo del monarca,
también representa el núcleo principal de nuestra carta astral, nuestra tarea
solar es llegar a desarrollar todas las potencialidades del sol natal. Junto con la
Luna representa la polaridad más importante, el Sol simboliza nuestro Padre, el
futuro, nuestras potencialidades a desarrollar, la conciencia, el conocimiento
directo, mientras que la Luna es la Madre, el pasado, nuestro origen, el
conocimiento que se obtiene indirectamente, ya que su luz es el reflejo del sol.
El Padre es quien nos lanza al futuro, mientras la Madre nos retiene en sus brazos
para que nada nos dañe, nos reclama para sí, ella ha creado nuestro cuerpo y le
ha dado forma durante nueve meses. Sin embargo, quedarnos eternamente en los
dominios de la Luna limita nuestras posibilidades, mientras que dejarnos iluminar
por el Sol llena nuestra vida de potencialidades y de felicidad por nuestra
autorrealización. El Sol hace que los paisajes de nuestra vida se vean diferentes.
Cuando en medio de la noche nos asaltan los miedos todo lo vemos oscuro y
difícil, bajo la luz de la luna todo parece inmenso, sin embargo si en medio de
ese estado podemos recordar que mañana será un nuevo día, el Sol nos llenará
de nuevas energías, de esperanza, los miedos desaparecen, vemos por fin ver con
claridad, ya la situación no nos parece tan terrible. Nos sentimos a salvo. Hay un
niño en un pesebre que acaba de nacer, en la más absoluta sencillez. Es el niño
divino, el hijo de Dios. No necesita venir al mundo en un palacio, no le hacen
falta ornamentos, trasciende por su naturaleza y no por lo que tiene. Así de
simple es el encuentro con nuestro ser divino, nuestra naturaleza más profunda,
no hacen falta caminos complicados, ni vanidades inútiles, ni secretos, ni
intermediarios, no es a través de nuestro ego que llegaremos a encontrarlo. Este
niño nos llena de felicidad, como la llegada de todos los niños a este mundo,
simboliza la plenitud que sólo se consigue con el encuentro con uno mismo, con
nuestro ser, con la porción de divinidad que subyace en todos nosotros. Todo lo
demás es circunstancial, y puede darnos simples destellos de felicidad que
desaparecen como estrellas fugaces en nuestro cielo, tal como enseñó Jesús
persigamos el reino de dios y todo lo demás vendrá por añadidura, ese edén que
está en cada uno de nosotros. El niño representa la felicidad por lo que somos y
por lo que podemos llegar a ser. La llegada al mundo de nuestra alma inmortal y
todos los renacimientos que operarán a lo largo de nuestra vida, como así
también al final de nuestro camino. Somos espíritu, somos eternos, el niño nos
trae el mensaje. Nos brinda su ternura, su inocencia, el amor más simple y a la
vez el más profundo. Mañana cuando finalmente haya nacido todo será diferente,
nos regalará un sol enorme para que podamos iluminarnos a nosotros mismos y
ser luz para los demás.
El Sol en la interpretación:
* Es una carta yang. Se relaciona con el arquetipo del niño divino y con el self.
* Se asocia con el elemento fuego.
* La Propuesta del arcano: Sacar afuera nuestro niño interior, disfrutar de la
vida, conectarnos con nuestra intuición, vivir el presente, fluir, ser espontáneos,
volver a nuestro centro, obtener energía de nuestro sol interno.
* El Riesgo del arcano: Volvernos demasiado autocentrados, omnipotentes.
* El estado por el que atraviesa la persona es de inocencia, de felicidad,
aparecen las ganas, el disfrute, la vitalidad.
* Es tiempo de inicios, renacimientos, cosas nuevas.
* Según R. Torres las características de las personas “sol” son luminosas,
frontales, cultas, conscientes, espontáneas, optimistas, lúdicas, nobles, seguras,
sanadoras. Mal aspectados: ambivalentes, hirientes, ansiosos, extremistas,
demasiado perfeccionistas y racionales.
* Como consejo “El Sol” nos propone ser espontáneos y hacer conscientes
aspectos que en nuestra vida no están demasiado claros.
* En cuanto a los tiempos son ágiles.
El Juicio
Palabras clave:
Reencuentro, renacimiento, despertar, devoción, comprensión, balance,
celebración, transformación, redención, liberación, sanación.
El Mundo
EL MUNDO: EL UNIVERSO EN NOSOTROS
Palabras clave:
Unidad, triunfo, consagración, final del camino, atman, arte, belleza.
El Mundo en la interpretación:
* Es una carta yang. Es la síntesis de todos los otros arcanos. Se relaciona con los
cuatro elementos: aire, agua, tierra y fuego.
* Se relaciona con el arquetipo del sí mismo. Para R. Wang se relaciona con el
arquetipo de persona.
* La Propuesta del arcano: Encontrar nuestro centro y consecuentemente nuestro
lugar en el mundo. Poder ver a Dios en toda la creación. El Riesgo del arcano: No
existe.
* Si hablamos de un estado la persona se encuentra viviendo un ciclo concluido
con éxito, pero este triunfo es de adentro hacia fuera. El éxito interno se
trasluce en éxitos externos. Puede haber reconocimientos por parte del entorno.
* Hay un equilibrio entre mente, cuerpo, emociones y espíritu. La persona se
deja fluir, se siente satisfecha con las tareas realizadas, la sensación de armonía
es total. Está en paz con la vida y el mundo. No hay tareas pendientes.
* Según R. Torres los seres “mundo” son: armónicos, íntegros, equilibrados,
comunitarios, éticos, intuitivos, sinceros, incorruptibles, perseverantes y
pacientes. Mal aspectados: cambiantes, impulsivos, ciclotímicos, adictos,
maniáticos.
* Como consejo “El Mundo” nos propone valorar nuestros logros personales y salir
al mundo.
* En cuanto a los tiempos son ágiles.