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Cuando los arquetipos surgen, tienen ‘un carácter numinoso que sólo podría
describirse como espiritual’. El aspecto ‘numinoso’ (*) es, según él, una
presencia no visible que provoca una particular modificación de la
conciencia. De la misma forma que en los arquetipos de transformación, los
obstáculos simbolizados en el tarot suelen ser, también, desafíos (El Juicio),
decisiones (Los Enamorados), medios (La Fuerza), otros individuos (El
Papa), lugares (El Mundo, La Torre) y, a veces, objetos (La Luna).
Jung aúna todo lo femenino con la Luna (arcano XVIII) y lo varonil con el
Sol (arcano XIX). Según el psicólogo suizo, la luz de la Luna
noseparatantocomoelbrilloencandilador del Sol; sino que amalgama los
detalles y junta lo distante con lo que está aquí cerca.
Finalmente, decía el Dr. Jung: “… es el miedo a la psique inconciente lo
que, no sólo impide el autoconocimiento, sino que es el mayor obstáculo
para una comprensión más amplia y para el conocimiento de la
psicología” ... “La redención total de los sufrimientos de este mundo es y ha
de seguir siéndolo, una ilusión. La vida de Cristo en la tierra finalizó, no con
una bendición complaciente, sino en la cruz. La meta es importante sólo
como una idea; lo esencial es la obra que conduce hacia la meta: ésta es la
meta de una vida”.
(*) Numinoso proviene de numen, ‘presencia’, término latino que se refiere a
la deidad y abarca el sentido sagrado y de inmanencia que había en todos los
lugares y objetos; palabra utilizada también por los sociólogos para expresar
la idea del poder mágico que hay en un objeto, especialmente cuando se
refieren a ideas dentro de la tradición occidental.