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El desarrollo de las investigaciones científicas en las Ciencias Naturales como producto de

los grandes descubrimientos de la época expresados en las leyes y la física de Newton


(1684), el origen de las especies de Darwin (1859) y el desarrollo de la psicometría de Alfred
Bidet (1905), entre otros adelantos de la época, contribuyeron a una visión social del
lenguaje como reacción a las corrientes hereditarias. La obra lingüística de Ferdinand de
Saussure se enmarca en la vorágine de los avances de estas ciencias y las ciencias afines.

Este lingüista de formación positivista y neogramática fue influido por la sociología


positivista, pero por la enseñanza que impartió en Ginebra entre 1906 y 1911 abrió una
perspectiva nueva, ahistórica y sincrónica. Su pensamiento estuvo dirigido a liberar el
objeto de la lingüística, aislándola de todo lo ajeno, y esbozó la posibilidad y necesidad de la
existencia de una ciencia que se ocupara del estudio de los signos en la vida social,
surgiendo de esta forma la semiología.
El signo lingüístico integra el sistema del lenguaje natural del ser humano. Como parte de
este sistema, el signo lingüístico ha sido objeto de estudio de muchas ciencias
interrelacionadas: la psicología, la fisiología, la etnografía, la filología y la lingüística.
En el estudio del signo lingüístico no siempre se han tenido en cuenta dos problemas
dialécticamente interdependientes: la estructura del signo y en particular, la unilateralidad
o bilateralidad del signo lingüístico y la relación entre el lenguaje y el pensamiento.

De ahí que en el estudio de la relación entre pensamiento y lenguaje del signo lingüístico se
entienda solo la expresión, el aspecto material del signo, y todo lo que se relacione con el
contenido semántico, queda fuera del signo.

La concepción bilateralista de Saussure reconoce dos componentes del lenguaje: la lengua y


el habla. Consideró que en la lengua se establecen dos tipos de relaciones: de
simultaneidad y de consecutividad. De aquí se deducen los dos enfoques para el estudio:
sincrónico y diacrónico (vigentes en la terminología actual) de la lengua, pero Saussure al
profundizar en esta lo hace en su forma sincrónica, o sea en un punto dado del tiempo y no
en su aspecto dinámico, evolutivo, en el transcurso de la duración.

Con respecto al signo lingüístico Ferdinand de Saussure planteó que este consta de dos
caras: el significante y el significado. El problema está en que Saussure no dice
simplemente que el signo es una entidad de dos caras, sino que, además, afirma que el
signo es una entidad psíquica. La concepción del signo como una entidad psíquica lleva a
Saussure a considerar el signo como un contenido ideal. Sitúa al signo en la lengua y
plantea que en el habla no hay signos.

Con relación al signo lingüístico Saussure decía: ... Llamamos signo a la combinación del
concepto y de la imagen acústica: pero en el uso corriente este término designa
generalmente la imagen acústica sola... Y proponemos conservar la palabra signo para
designar el conjunto, y reemplazar concepto e imagen acústica respectivamente con
significado y significante... (Saussure, 1973: 127)

Existe una unidad dialéctica del aspecto fónico y la imagen acústica del aspecto material
correspondiente que no permite separación. Separar el sonido real de la imagen acústica
constituyó un error de la lingüística saussureana que ha penetrado fundamentalmente en
los análisis de fonética y fonología. El significado como el contenido lingüístico de los
signos que refleja el resultado del proceso del conocimiento de la realidad, en su unidad
dialéctica con el significante, están presentes tanto en la lengua (en el sistema) como en el
habla (en el discurso) y es lo que hace posible la transmisión del pensamiento. Es en el
discurso donde una serie de fenómenos fónicos van deviniendo significantes que, a su vez,
hacen posible la significación y de esa manera la aparición del signo como unidad dialéctica
de forma y contenido.

A través de la función intelectiva (noética) el lenguaje sirve al pensamiento en su


formación y formulación. Al respecto Curbeira, C.A. (2005) plantea: Sin el lenguaje el
pensamiento no se puede formar en el grado de complejidad que requiere la praxis social.
Por otra parte, sin lenguaje el pensamiento no podría formularse en signos que le
sirvieran para exteriorizarse, podríamos decir para materializarse, para hacer posible la
expresión material del pensamiento.

No obstante, Ferdinand de Saussure, a quien corresponde el gran aporte de la escuela


sociológica con su curso de lingüística general, contribuyó enormemente al surgimiento de
la lingüística general, disciplina que trata los problemasteóricos de la lengua a partir del
estudio de su estructura y sus condicionamientos internos. Los principios metodológicos
postulados por este autor, constituyen la base en que descansan las contribuciones
lingüísticas realizadas después de él hasta la fecha.
Sin negar que el lenguaje es un hecho social, Saussure orientó por el contrario el análisis
de la relaciones entre lenguaje y sociedad en una dirección completamente diferente que
hasta el momento parece haber quedado demostrada como la mejor según plantea Mounin
en su obra Historia de la Lingüística.
Alonso, A. Prólogo a la edición española del Curso de Lingüística general de Ferdinand de
Saussure. Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1973 pp. 3 - 30
-Akulenko, V.V. Breve introducción histórica a la lingüística. La Habana, 1979.
-Benveniste, E. La naturaleza del signo lingüístico. Cuadernos H. Lingüística Nº 2. Editorial
Pueblo y Educación, 1974.

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