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Placenta:
Órgano fetal muy vascularizado a través delo cual el feto absorbe oxígeno,
nutrientes y otras sustancias y excreta dióxido de carbono y productos de
desecho. Comienza a formarse aproximadamente el octavo día de la gestación, al
contactar el blastocisto con la pared uterina y adherirse a la misma. El blastocisto
queda rodeado por una capa externa del sincitiotrofoblasto y otra interna del
citotrofoblasto. El trofoblasto es capaz de digerir las células endometriales
provocando una pequeña erosión en la pared uterina, en la cual anida el embrión.
Bajo la influencia de la progesterona, secretada en cantidades crecientes por el
cuerpo lúteo y el ovario, el embrión y la placenta continúan desarrollándose. La
placenta, por su parte, secreta una hormona, la gonadotropina coriónica, que
aparece en la sangre y la orina de la madre. La capa trofoblástica continua
infiltrando los tejidos maternos con proyecciones digitiformes denominadas
vellosidades coriónicas, entre las cuales aparecen lagunas sanguíneas dentro del
tejido erosionado. La sangre materna fluye en dichas lagunas que rodean las
vellosidades y de esta forma los nutrientes, gases y otras sustancias penetran en
la circulación fetal por difusión, presión hidrostática y ósmosis. En el tercer mes de
embarazo, la placenta secreta grandes cantidades de progesterona, suficientes
para elevar la función del cuerpo glúteo. A término, la placenta norma pesa
aproximadamente de la quinta a la séptima parte del niño. La superficie materna
está lobulada y dividida en cotiledones y presenta una superficie rugosa, de color
rojo oscuro similar al del tejido hepático. Por su parte la superficie fetal es lisa y
brillante y está recubierta por las membranas fetales, presentando las marcas de
los grandes vasos sanguíneos que, por debajo de las membranas, se extienden
en forma de abanico desde el cordón umbilical situado centralmente. El tercero y
último estado del parto corresponde al tiempo transcurrido entre la expulsión del
feto y la de la placenta.
Placenta previa:
Las estadísticas señalan que la placenta marginal es mucho más frecuente que la
oclusiva y que ésta se presenta más habitualmente en las multíparas.
3) Alteraciones endometriales:
El tacto vaginal, en principio, está proscrito, dado que puede movilizar cotiledones
y coágulos formados e incrementar la hemorragia con grave riesgo.
Formación de segmento inferior, que eleva l placenta y la aleja del orificio interno
del cérvix.
Cesan los tironeamientos que ejercen las membranas sobre el borde placentario y
que facilitan el desprendimiento de éstas.
La sangre derramada se colecciona y forma coágulos dentro del útero, pero luego
trata de ganar el exterior labrándose un camino entre las membranas y la pared
uterina para lo cual necesita disecar y desprender tales membranas; recién
entonces se hace visible en forma de hemorragia externa, que por las
circunstancias apuntadas se presenta como sangre oscura y con coágulos (no
recientemente extravasada), (hemorragia interna). A veces la hemorragia es mixta
(externa e interna). En los casos graves la sangre derramada invade la pared
uterina; se observa entonces zonas extensa hemorragias miometriales que
disocian los haces musculares y que pueden difundirse hacia tejidos
subperitoneales, la trompas, los ovarios y, a veces los ligamentos anchos,
regiones que adquieren una coloración azul difusa o moteada, construyendo la
llamada apoplejía útero placentario de couvelaire. Las fibras musculares uterinas
en ocasiones se hallan seriamente comprometidas en su vitalidad y capacidad
funcional. Este cuadro grave de desprendimiento es más común en las
embarazadas gestósicas.
Cuando no hay hemorragia externa o aún con ella el coágulo se complementa con
otra serie de signos.: La iniciación del proceso se acompaña de dolor agudo, de
intensidad creciente con su máxima localización n el sitio de asiento del
desprendimiento. EL útero crece debido a la acumulación de sangre en su interior,
y su pared aumenta también considerablemente su consistencia y tensión hasta
adquirir a la palpación el carácter clásico del útero leñoso, salvo en el sitio de
asiento de la placenta y del desprendimiento, donde suele existir cierta blandura.
La hipertonía causa sensibilidad a la presión por la tensión del peritoneo, a la par
que explica que las partes fetales sean difícilmente palpables.
El tacto vaginal revela que las membranas están muy tensas. Se ha podido
comprobar que durante la contracción del útero el tacto vaginal revela que las
bolsas de las aguas abomban. Éste hecho representa el único signo clínico de la
actividad contráctil en los casos de que esta se hallará encubierta por la hipertonía
lo que hace imposible apreciarla mediante la palpación abdominal. Éste signo es
valiosos para formarse un juicio de la extensa actividad contráctil del útero en el
desprendimiento normoplacentario y, de acuerdo con el poder adoptar una
conducta expectante a la espera del parto espontáneo. Todos los síntoma
anotados pueden adquirir gran intensidad en el accidente grave, pero también
pueden ser atenuados en los caos benignos, en los que hasta es posible, como
hemos de ver, la prosecución del embarazo.
La hemorragia interna hace pensar en la rotura del útero, pero esta se halla
precedida por una intensa actividad contráctil hasta que se origine el accidente el
que al producirse, se da los síntomas locales. En el embarazo ectópico avanzado
está ausente la serie de signos provenientes del útero. El aumento del tamaño y
tensión de este induce a pensar en el polihidramnios agudo, pero en tal caso han
de faltar los signos de hemorragia y shock. La exploración ecográfica en caso de
desprendimiento parcial puede mostrar un hematoma retroplacentario de
ecogenesidad variable según el tiempo transcurrido desde el accidente. En
ocasiones puede verse el coágulo desprendiendo las membranas.
tipo II :el tono se encuentra francamente elevado por encima de los 30 mmmHg;
la intensidad la frecuencia, y la incoordinación son similares a los caso de tipo I; la
respuesta a la oxitocina es pobre.
Parto vaginal con feto muerto y un buen estado general materno. En los casos
leves y medianos, se puede permitir el pato espontáneo si es que este ya ha
comenzado se debe practicar en forma sistemática la ruptura precoz de las bolsas
de las aguas, pues de esta manera se abrevia significativamente la duración del
parto. Si esta no hubiera comenzado, se puede intentar su inducción mediante la
infusión intravenosa continua de oxitocina. Ambas conductas. Parto espontáneo o
inducido, están justificadas además, por la gran rapidez que se produce el parto
en estas pacientes. En mujeres con muerte fetal y cuello inmaduro puede
recurrirse a la administración de prostaglandinas E2 en gel vaginal o chips de 2,5 a
5.0 mg o de misoprostol en dosis de 50 mg.
LICENCIATURA EN ENFERMERÍA
MATERIA: FISIOPATOLOGÍA
MARTA RODRÍGUEZ
OBJETIVO ESPECÍFICO
Placenta previa
Alteraciones placentarias
Alteraciones de la placenta
Puede ser parcial o total, según afecte un grupo o todos los cotiledones.
Mola hidatiforme
Curso clínico:
Hemorragia: es el signo más común y varía desde muy lento hasta una
hemorragia profusa. Puede iniciarse inmediatamente antes del aborto o, o que es
más frecuente, de manera intermitente durante semanas e incluso meses.
Evacuación inmediata
Evacuación (histerectomía)
Malformaciones placentarias
Placenta múltiple
Debemos ante todo, aclarar la nomenclatura utilizada, pues existe una gran
confusión y disparidad entre diferentes autores. Dentro de las placentas
bilobuladas, reconoceremos:
Placenta bilobata, aquellas que constan de una masa cotiledonica única, con
dos lobulaciones bien notables y en dependencia circulatoria.
Estas placentas con más de dos lóbulos son raras y están con frecuencia
asociadas a otras anomalías, como inserción velamentosa o existencia de
cotiledones o de vasos aberrantes, es decir, de vasos que cursan por fuera del
borde de la placenta y regresa a ella después haber recorrido un trayecto variable
por las membranas.
Significación clínica. Tanto las placentas lobatas como las partitas carecen en
general de significación clínica, no así las succenturiadas, en las que la ,mayor
adherencia a la caduca de los cotiledones accesorios puede ser origen de
hemorragias del alumbramiento, lo que obliga frecuentemente a practicar su
desprendimiento artificial.
Placenta fenestrada.
Enfermedades de la placenta.
Edema
Infiltración calcárea
Infartos
Quistes placentario
Se distinguen dos tipos de: los subcoriales de mayor tamaño y contenido líquido,
y los interbellosos, más pequeños y de contenido gelatinoso, con frecuencia
teñidos de color rosado por la mezcla en sangre.
Tumores