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Esta es la primera pregunta que debemos hacernos porque los robots, tanto colaborativos
como tradicionales, están programados para realizar la misma tarea una y otra vez. Donde
realmente es útil un robot es realizando tareas monótonas y repetitivas. Por ejemplo,
colocar productos en sus envases, atornillar pernos o empaquetar periódicos son tareas que
podría hacer un robot colaborativo de forma rápida y eficiente.
¿Cuántas horas tendría que trabajar?
• Esta es una cuestión muy importante
aunque no lo parezca. Es el paso previo a
la instalación del cobot. Tras haber
determinado si la tarea a realizar es
factible, necesitamos calcular cuál será su
ROI (retorno de la inversión) para
asegurarnos de su viabilidad desde el
punto de vista económico. Este aspecto
nos lo preguntamos muchas veces cuando
ya es demasiado tarde, por lo tanto,
debemos ser previsores.
¿Responde la tarea a las “tres d” (dirty, dull,
dangerous)?
• Las “tres D”, que pueden traducirse al castellano como tareas sucias,
aburridas y peligrosas, están relacionadas con el tipo de tareas en las que un
robot es más beneficioso que un ser humano. Es evidente que un robot
colaborativo siempre realizará las tareas más aburridas y repetitivas de forma
más eficiente y rápida que una persona. Ya que para una persona no es nada
motivante tener que empaquetar periódicos de forma mecánica o soldar siempre la
misma pieza en una cadena de montaje.
¿Su pyme está hecha para la robótica?
Conclusión
El uso de los robots en las pequeñas y medianas empresas son de
una gran ayuda a la hora de realizar distintas actividades ya que
estas nos podrían beneficiar con una mayor productividad y una
mejor eficiencia para la empresa. Brindándonos mejor seguridad a
los operarios al momento de realizar actividades peligrosas o
demasiadas repetitivas.