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PENSAMIENTO MÍTICO

Curso: Filosofía de la Historia


MIRCEA ELIADE
(1907-1986)
I.- ¿QUÉ ES EL MITO?
Dos sentidos de la palabra “mito”:
 Mito como fabula, ilusión, engaño, mentira. Este significado
proviene de la crítica que la filosofía hace del mito, y que
progresivamente se va refinando en el cristianismo, la
modernidad y la ilustración.
 Mito como narración y/o historia sagrada. Este significado
reivindica el sentido del mito, su valor espiritual para el
hombre. Se comienza a revalorar el mito con el romanticismo
alemán, posteriormente con la escuela historicista, y a partir de
allí desde las diversas ciencias humanas, destacando
investigadores como Tylor, Frazer, Malinoskwi, Levi-Strauus,
Eliade, Campbell, etc.
Cabe destacar que vamos a considerar el mito entendido desde la
revalorización emprendida desde las ciencias humanas.
CARACTERÍSTICAS ESENCIALES DEL DISCURSO
MÍTICO:
 Da sentido a la existencia individual y comunal humana.

 Evento (hecho) extra-oridinario que el mito trata de hacer


comprensible: el mundo, la vida, la muerte, etc.
 Cuenta una historia sagrada – Lo sagrado, lo Santo-Numen.

 Tiempo y espacio míticos: Circular / Densidad entre lo


sagrado y lo profano, Axis mundi-especialidad mítica.
 Funda una “Verdad” para los creyentes en el mito.

 Las historias que cuenta son arquetípicas y paradigmáticas,


tanto ontológica como éticamente.
 La escucha del mito sirve como iniciación en la sociedad.

 Los mitos despliegan una episteme (campo de conocimientos


propio) que puede ser identificado con lo que llamamos
magia, ritos, etc.
TEMPORALIDAD Y ESPACIALIDAD
SAGRADA EN LOS MITOS.

LA IDEA DEL TIEMPO CIRCULAR


ESPACIO SAGRADO Y PROFANO
AXIS MUNDO-CONCEPCIÓN DEL MUNDO DESDE LOS MITOS
NIVELES DEL DISCURSO
MÍTICO
 MITOS COSMOLOGICOS.
MITOS ANTROPOLOGICOS
LEYENDAS
CUENTOS
FABULAS
EL MITO Y LA HISTORIA (SEGÚN
MIRCEA ELIADE).
 El mito no recoge los hechos históricos, esta mas bien
centrado en los arquetipos originarios, y trata de
repetirlos uno y otra vez.
 El mito busca preservar el tiempo originario en el que
comienza todo, por ello los hechos profanos, no son
tomados en cuenta.
 Para Eliade, entonces, el hombre mítico es anti-histórico,
es decir, no atiende los sucesos diarios que hacen la
historia, sino que reduce todo a los arquetipos míticos
preconcebidos.
EJEMPLO DE QUE EL PENSAMIENTO
MÍTICO NO TOMA EN CUENTA LOS
HECHOS:
CONEXIÓN ENTRE ATAHUALPA
Y EL MITO DE INKARRI
¿POR QUE LOS MITOS NO RECOGEN LA
HISTORIA? ¿POR QUE SON ANTI-HISTORICOS?
 Por que los hechos profanos no tienen sentido, no
conducen a nada y no tienen realidad.
 El hombre mítico quiere preservar la realidad, por eso
vive cerca de los mitos, del tiempo originario, por ello,
atender a la historia, es alejarse de ello.
 Para los que viven en los mitos el tiempo se manifiesta
como un circulo, como ciclos repetitivos.
 Por ello, al rechazar la historia esta salvo de la angustia
por el futuro, no tiene miedo a lo que sucederá, pues todo
ocurre, según su pensar, de acuerdo a los mitos.
Superación de los mitos y
la aparición de la historia
 Mircea Eliade agrega que surgen nuevas formas de
pensamiento que si van a atender la historia, es decir, van
a considerar que lo que pasa es para llegar a algún
momento de salvación y redención.
 Surge así la consideración de la historia de manera
positiva en la cosmovisión judeo-cristiana, la que habla
de una historia de la salvación, considerando al tiempo
de forma lineal, ya no circular como en los mitos.
 Ello da lugar una visión teológica y escatológica de la
historia, la cual influye en todas las filosofías de la
historia, incluso en aquellas que se pretenden ateas,
como el marxismo.
PUEBLOS SIN HISTORIA -
OBSERVACIONES
LEVI-STRAUSS Y JACQUES DERRIDA COMO
CRITICOS DE LA IDEA DE LOS PUEBLOS SIN
HISTORIA
¿VOLVEREMOS A UNA COMPRENSION
MITICA DE LA HISTORIA?
Asimismo es menester considerar que cuanto más se agrave el terror a la
historia, cuanto más precaria se haga la existencia debido a la historia, tanto
más crédito perderán las posiciones del historicismo. Y, en un momento en que
la historia podría aniquilar a la especie humana en su totalidad —cosa que ni el
Cosmos, ni el hombre, ni la casualidad consiguieron hacer hasta ahora—, no
sería extraño que nos fuese dado asistir a una tentativa desesperada para
prohibir “los acontecimientos de la historia” mediante la reintegración de las
sociedades humanas en el horizonte (artificial, por ser impuesto) de los
arquetipos y de su repetición. En otros términos, no está vedado concebir una
época, no muy lejana, en que la humanidad, para asegurarse la supervivencia,
se vea obligada a dejar de “seguir” haciendo la “historia” en el sentido en que
empezó a hacerla a partir de la creación de los primeros imperios, en que se
conforme con repetir los hechos arquetípicos prescriptos y se esfuerce por
olvidar, como insignificante y peligroso, todo hecho espontáneo que
amenazara con tener consecuencias “históricas”. Incluso resultaría interesante
comparar la solución antihistórica de las sociedades futuras con los mitos
paradisíacos o escatológicos de la Edad de Oro de los orígenes o del fin del
mundo. Pero como tenemos proyectado proseguir en otro momento con
esas especulaciones, volveremos ahora a nuestro problema: la posición del
hombre histórico en relación con el hombre arcaico, y trataremos de
comprender las objeciones opuestas a este último en virtud de la perspectiva
historicista.

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