Introducción

Hace algunos años escuché el testimonio de un hombre que me marcó mucho. El se

llamaba George McCluskey, y se determinó a hacer algo en los últimos años de su
vida: sembrar en el lugar secreto para sus futuras generaciones. ¿Cómo lo hizo? En las
últimas décadas de su vida, se determinó a orar específicamente por el bien espiritual
de sus hijos, y por los que habrían de venir después de ellos. Dedicó una hora al día
para hacer esto. Al final de su vida, él dijo que el Señor le había hecho una promesa
muy inusual, Dios le había asegurado que cada miembro de su familia en las siguientes
cuatro generaciones sería cristiano.

Hoy, 80 años después, esta promesa se ha cumplido. Su bisnieto James Dobson, en su

libro ‘Tu Legado’, comparte cómo cuatro generaciones de cristianos se han levantado
como resultado de este hombre de fe.

¿Qué tal si te unes conmigo estos próximos 30 días para orar por tu familia? Serán
semillas que darán mucho fruto. ¡Cada día estaré compartiendo algunas oraciones que
mujeres de la Biblia dejaron como ejemplo y también consejos prácticos para este
gran reto! ¿Estás lista? ¿Qué tal si invitas a una amiga que conoces a que se una con
nosotras a este reto?

¿Cómo iniciar el desafío 30 días para orar por tu familia?

1. Aparta mínimo 30 minutos al día específicamente para orar por tu familia.

2. Sé específica: si puedes, anota en un cuaderno lo que quieres que Dios haga en
estos próximos 30 días. También anota las promesas y experiencias que tengas
durante este periodo de oración.
3. Descarga la guía de oración. Cada semana recibirás una guía que te ayudará a
enriquecer los tiempos de oración en casa.
4. Comparte con otras personas lo que Dios hace. Invita a otras mujeres que cono-
ces a que hagan parte del desafío y colóquense en evidencia. Compartan juntas
aquellas peticiones y oren las unas por las otras.
 - SEMANA 1 -
Antes de empezar...
Una dieta espiritual balanceada
¿Alguna vez fuiste a algún nutricionista o leíste
algún artículo en el que te decía los alimentos
que deberías tomar por día para tener una ex-
celente salud? Por lo general, este cuadro de un
menú saludable incluye 4 tipos de alimentos:
proteína, vegetales, granos y frutas. Este balan-
ce ayudará a que nuestro cuerpo reciba los nu-
trientes necesarios. De la misma manera, nues-
tro espíritu necesita ser alimentado, y Dios nos
dejó dos canales para poder hacerlo.
El primero es a través de la Palabra de Dios.
Cuando vamos a ella podemos conocer lo que
Dios piensa, y cuáles son sus planes para nues-
tras vidas. Sin embargo, también Dios nos dejó
otro canal para relacionarnos con Él y es la ora-
ción. A veces la oración pareciera ser algo difícil
o monótono para algunas personas. Antes de
empezar este desafío te quiero motivar a que
conozcas diferentes aspectos que podrás incluir
en tus tiempos de oración para que sea dinámi-
ca y efectiva.
Agradecimiento
Peticiones
Hoy iremos a los escritos de un hombre que amó
la oración, conocido como el hombre conforme
al corazón de Dios. Su devoción por Dios, y so-
bre todo por los tiempos a solas con Él, lo llevó
a inspirarse y escribir una de las más hermosas
canciones en la historia. Creo que ya sabes de
quien estoy hablando: del Salmista David.
En el Salmo 138, en los primeros tres versos, en-
contramos la manera en que David entraba a la
presencia de Dios. La vida de oración del salmis-
ta era balanceada y efectiva. Encontramos cua-
tro ‘tipos’ de oración que podemos usar para
que este reto sea algo que disfrutes.
Con todo mi corazón te daré gracias; en pre-
sencia de los dioses te cantaré alabanzas.
Me postraré hacia tu santo templo, y daré
gracias a tu nombre por tu misericordia y tu
fidelidad; porque has engrandecido tu pala-
bra [o promesa] conforme a todo tu nom-
bre. En el día que invoqué, me respondiste;
me hiciste valiente con fortaleza en mi alma.
En este pasaje encontramos 4 aspectos que po-
dremos incluir en nuestros tiempos de oración.
Adoración
Promesas
Agradecimiento
(v1)”Con todo mi corazón te daré gracias;”
Que importante es empezar nuestro tiempo de
oración simplemente dando gracias. El agrade-
cimiento es una actitud que nace del corazón,
una actitud poderosa, que en verdad toca el
corazón de nuestro Padre Celestial. Y no solo
esto, a medida que damos gracias, sucede algo
también: nuestra fe es fortalecida al recordar la
bondad y fidelidad de nuestro Dios.
Adoración
(v2)”en presencia de los dioses te cantaré
alabanzas. Me postraré hacia tu santo tem-
plo,”
Hay momentos en que la música de adoración se
convierte en un instrumento que Dios usa para
que fácilmente podamos entrar en Su presencia.
Muchas veces, a través de esta actitud de can-
tarle y rendirnos ante Él, estamos pasando de la
preocupación a la dependencia de Dios. Tal vez
Dios coloque un cántico nuevo en tu boca, o tal
vez a través de canciones que coloques en casa;
pero lo más importante es usar este momento
para reconocer que Él es Dios y nosotros somos
ovejas de su prado (Sal.79:13). El salmista oraba
postrándose en actitud de rendición total. Esto
es adorar, ¡más que cantar es la expresión del
alma!
Promesas
(v2b) “porque has engrandecido tu palabra
[o promesa] conforme a todo tu nombre.”
Tu oración cobra poder cuando la unes a las pro-
mesas que has recibido del mismo Dios. Piensa
por un momento lo que uno hace naturalmente
cuando recibe un cheque: por lo general lo lle-
va al banco y lo consigna para que este cobre
efecto. Algo similar sucede cuando recibes una
palabra o promesa de parte de Dios, tienes que
ir y ‘consignar’ este cheque. ¿Cómo lo haces? A
través de la oración. Cuando reclamas y procla-
mas las promesas que Dios ha desatado sobre
tu vida y tu casa. Esto es lo que haremos en los
próximos 30 días.
Peticiones
(v3) “En el día que invoqué, me respondis-
te; me hiciste valiente con fortaleza en mi
alma.”
Esta palabra, invocar, se refiere a un clamor que
sale de lo más profundo del corazón. Fue lo que
Ana hizo cuando fue al templo y oró sincera-
mente a Dios. Su clamor fue específico. Ella ex-
presó la condición de su alma al no tener un hijo,
y oro específicamente para que Dios le diera
descendencia. En estos 30 días tendrás la opor-
tunidad de ser específica con Dios. No basta
con decir: “Señor, cambia a mi hijo”. Tienes que
decirle específicamente como quieres que Él lo
cambie, en qué área de su vida, y lo que quieres
ver en él.
La petición no solo es específica, sino que tam-
bién está llena de expectativa. En el día que cla-
mé… la oración cobra poder cuando la unimos
a la fe. “Pero sin fe es imposible agradar a Dios;
porque es necesario que el que se acerca a Dios
crea que le hay, y que es galardonador de los
que le buscan.” (Hebreos 11:6)
El salmista salió de su oración con nuevas fuer-
zas. Dios te fortalecerá en estos próximos 30
días. Serás esa mujer sabia que edificará una
casa que glorifique el nombre de Dios.
Día 1
El clamor de una madre
En 1 Samuel 1:1-18 encontramos a una mujer que,
aunque era amada por su esposo Elcana, se sen-
tía incompleta. “Y su rival la irritaba, enojándola
y entristeciéndola, porque Jehová no le había
concedido tener hijos” (1 Sam.1:6). Sin embargo,
para Ana, la oración fue la oportunidad para en-
tregarle a Dios sus frustraciones, sus debilida-
des, y sus temores. Tal vez has tenido situacio-
nes en casa o de tu pasado que te han enojado,
tal vez te sientes como Ana, incompleta, o aún
ha entrado la tristeza en tu corazón.
Así como Ana, desahógate con Dios y no permi-
tas que la amargura entre en tu corazón. “Y Elcana
su marido le dijo: Ana, ¿por qué lloras? ¿Por qué
no comes? ¿Y por qué está afligido tu corazón?
¿No te soy yo mejor que diez hijos?” (1 Sam.1:8).
Día 2
La consagración de mis hijos
“E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejérci-
tos, si te dignares mirar a la aflicción de tu
sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares
de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un
hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los
días de su vida, y no pasará navaja sobre su
cabeza.” (1 Sam. 1:11)
“Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que
le pedí. Yo, pues, lo dedico también a Jeho-
vá; todos los días que viva, será de Jehová.”
(1 Sam. 1:27-28)
Ana recibió un niño de parte de Dios como fruto
de su oración; ella no podía encontrar una me-
jor manera de expresar el amor y el gozo de su
La pregunta de Elcana hizo que Ana se determi-
nará a hacer algo: ¡dejar de llorar y amargarse y
empezar a orar!
Oración:
Señor, oro para que en estos 30 días Tú cambies
mis debilidades en fortalezas. Hoy vengo delante
de Ti sin máscaras –completamente rendida y con
un corazón sincero–. Te digo cuál es la condición
de mi corazón, aunque tu ya sabes todas las cosas.
Pido que quites de mí el enojo, la tristeza y todo
lo que me ha irritado en este tiempo, anhelo que
me devuelvas el gozo de mi Salvación. Que pue-
da disfrutar la etapa en la que me encuentro. Así
como Ana, me determinó a dejar de llorar y a
orar más. Creo que la oración tiene poder.
corazón sino entregándolo de vuelta al Señor
por el resto de su vida. Y esto confronta a cada
mamá, pues la realidad es que cada niño le per-
tenece al Señor. El mismo Dios lo entrega a los
padres por un tiempo, para que ellos lo entre-
nen y lo encaminen en Sus caminos.
Recuerdo cuando mi mamá tuvo que asumir su
rol como embajadora de Colombia en Brasil. En
ese momento mi hermana menor y yo aún éra-
mos muy jóvenes. En ese momento, ella escu-
chó la voz del Espíritu Santo que le dijo: “Hija
confía en mí, entrégame tus hijas. Ellas son mías
no son tuyas”. Y ahí tomó la decisión. En oración
entregó a sus hijas en el altar, así como Ana.
Oración:
Señor anhelo que como fruto de esta interce-
sión nazca una generación consagrada y apar-
tada para Ti. Dame la fe que tuvo Ana para dejar
en el templo a Samuel, con la convicción de que
sería un niño que te serviría por el resto de sus
días. Dame la sabiduría para entrenar a mis hijos
Día 3
Una promesa para mi casa
“Y yo me suscitaré un sacerdote fiel, que
haga conforme a mi corazón y a mi alma; y
yo le edificaré casa firme, y andará delante
de mi ungido todos los días.” (1 Sam.2:35)
Recuerdo la primera vez que mis padres me pa-
saron a saludar a la iglesia durante uno de nues-
tros servicios. Tan solo tenía unos 8 añitos y era
la oportunidad para compartir uno de los ver-
sos que mi mamá nos había enseñado en casa.
1 Samuel 2:35 se convirtió en ese verso que nos
marcó tanto a mí como a mis hermanos; con
una voz tímida pasaba y decía este verso.
Esta fue la promesa que Dios le dio a mi mamá
para su descendencia. Hoy es la promesa que
quiero dejar en tu corazón, para que tú la to-
mes, te apropies y, si tus hijos están pequeños
aún, que se las enseñes y que juntos la puedan
declarar. ¿Por qué no?
Sin darnos cuenta, esta promesa se convirtió
en un decreto que marcaría nuestras vidas. Hoy,
unos años después, puedo decir que Dios ha
en el camino de la fe, para que cuando llegue su
tiempo, estén preparados para todas las buenas
obras que preparaste de antemano para ellos.
Hoy Señor, así como Ana, osadamente decreta-
mos que dedicamos a ti nuestros hijos, ¡todos los
días que vivan serán tuyos! ¡Lo creemos, amén!
cumplido Su promesa. En nuestra casa se levan-
ta una familia que ama a Dios y que vive para
servirle. Siempre escuché decir a mi mamá que
la mujer marca la naturaleza de sus hijos.
Oración:
Señor, hoy clamo para que levantes de mi ho-
gar una familia sacerdotal. Una familia apartada
y separada para hacer Tu voluntad, para estar
disponible para Tus propósitos y Tu dirección.
Clamamos para que nuestra familia pueda llevar
a cabo lo que hay en Tu corazón y en Tu alma. Y
a medida que somos obedientes al llamado, Tú
mismo te encargarás de edificarnos casa firme,
una casa que pasara las tribulaciones y los mo-
mentos difíciles que toda casa experimenta.
Hoy decreto que (nombra a tus hijos) _______
_______________________________________
_________________, te servirán bajo la unción
tuya, ¡todos los días de sus vidas!
Dia 4
Una educación completa
“Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y
en gracia para con Dios y los hombres. (Lu-
cas 2:52)
Este pasaje me impresiona. Es uno de los pocos
pasajes en la Biblia que nos habla acerca de la
niñez de Jesús. Sin embargo, es completo y creo
que nada está por coincidencia en la Biblia. Aquí
encontramos un objetivo en cuanto a la edu-
cación y el desarrollo en la niñez de nuestros
hijos al que le podemos apuntar. Esta semana
hemos estado hablando de Ana, una mujer que
logró levantar una generación para Dios. Fue
una mujer que no solo recibió la bendición de
ser mamá, sino que apuntó muy alto –a levantar
siervos de Dios–, ¡y lo logró!
La sabiduría del mundo es diferente a la sabi-
duría de Dios. Mira lo que dice 1 Corintios 2:12-
13, “Y nosotros no hemos recibido el espíritu del
mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios,
para que sepamos lo que Dios nos ha concedi-
do, lo cual también hablamos, no con palabras
enseñadas por sabiduría humana, sino con las
que enseña el Espíritu, acomodando lo espiri-
tual a lo espiritual.”
Como padres cristianos, todavía caemos en el
error de solo procurar una educación secular. Al
respecto, Noah Webster* notó que la verdadera
educación con un modelo bíblico incluye:
Instrucción y disciplina con el propósito de:
• Iluminar el entendimiento,
• Corregir el carácter,
• Formar modales y hábitos,
• Y equiparlos para ser útiles en la sociedad.
En Hablando una Nueva Lengua a las Naciones,
Mark Beliles habla de cuatro marcas del ejemplo
bíblico de una educación cristiana:
1. Los hijos judíos eran enseñados en casa
hasta aproximadamente los 8 años. Des-
pués, algunos de ellos, como un entrena-
miento suplementario, eran instruidos por
levitas y sacerdotes hasta los 13 años (Gal
4, 2 Cró. 17:7-9).
2. El modelo bíblico incluía tanto a hombres
como a mujeres y eran educados en casa
por sus padres.
3. La responsabilidad de los padres era con-
seguir buenos tutores para poder entre-
narlos en el camino que deben andar
(Pr.22:6).
4. Era una educación en base a principios y
valores de Dios; no solo de conocimientos
de materias.
Oración:
Señor, hoy oramos para que nos des las herra-
mientas correctas para apuntar a una educa-
ción completa. No simplemente a que mis hijos
adquieran conocimiento, sino sobre todo carác-
ter. Hoy te pido dirección en cuanto a la clase de
educación que debo darle a mis hijos. También
oro por cada maestro, cada persona de influen-
cia que has puesto en el camino de mi hijo. Gra-
cias porque veré que mi hijo llegará a ser todo lo
que Tú planeaste que él o ella fuera.
*Citado en Mark Beliles. Christ’s Strategy to Disciple Na-
tions: Biblical Best Practices to Transform Every Area of Cul-
ture. P.81
Día 5
Que tengas salud, así como prospera tu alma
“Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura,
y en gracia para con Dios y los hombres.”
(Lucas 2:52)
Jesús no sólo crecía en el área de su intelecto,
sino también en su área física. Su desarrollo fue
integral, fue balanceado. Como padres podemos
influenciar en la salud de nuestros hijos. Los há-
bitos que establecemos en ellos son importan-
tes en este desarrollo integral. La hora que se
van a dormir, el tiempo que pasan frente a una
pantalla y la clase de alimentación que reciben
afectarán para bien o para mal este desarrollo.
A veces, uno de los obstáculos más grandes que
encontramos es la limitación de tiempo que te-
nemos para poder dar lo mejor a los de casa.
Sin embargo, servimos a un Dios que no nos da
más de lo que podemos asumir. Y si Él te confió
Día 6
¡Que te conozcan a ti, el único Dios verdadero!
“Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura,
y en gracia para con Dios y los hombres.”
(Lucas 2:52)
La meta es lograr levantar hijos que amen a Dios.
Y alcanzarla depende grandemente del ejemplo
que nosotros como padres demos en casa. Esto
genera dentro de nosotros necesidad de cami-
nar en el Espíritu, de ser guiados y santificados
por el Espíritu, y de hablar y orar en el Espíritu.
Si un niño crece en un ambiente donde constan-
temente escucha a sus padres expresar el gozo
un hogar, también te dará la sabiduría y la gracia
para que seas una excelente mamá y esposa.
Oración:
Señor, gracias porque hoy puedo pedirte una
gracia especial para poder ser una excelente es-
posa y mamá. Hoy pido que me des estrategias
nuevas para administrar mi tiempo y los recur-
sos de casa. Ayúdame a proveer en mi hogar
un ambiente de paz y los elementos necesarios
para ver el crecimiento físico en la vida de mis
hijos. Perdóname si en algún momento fue ne-
gligente, o me queje por las responsabilidades
que demanda el levantar un hogar.
Hoy decreto 3 Juan 2 sobre cada miembro de
mi casa y declaró: “Amado, yo deseo que tú
seas prosperado en todas las cosas, y que ten-
gas salud, así como prospera tu alma.”
de su fe y su consagración, esto creará un am-
biente para el crecimiento espiritual de los hijos.
Si los padres hablan constantemente palabras
de motivación y de apoyo, entonces esto hará
que nazca en los hijos el deseo genuino de co-
nocer al Dios de sus padres.
Personalmente, creo que lo que más me motivó
a buscar a Cristo fue ver la relación que mi pa-
dre tenía con Jesús cada día. Esto lo logré per-
cibir desde muy temprana edad en la manera en
que mi papá enfrentaba el día a día. No lo vi en
ningún momento salirse de sus casillas, y en los
momentos más difíciles, donde su fe fue pues-
ta a prueba, nos demostró el fundamento de su
vida. Su pasión por la obra y por servir a otros
despertó en mí un amor por la obra de Dios. ¡Su
ejemplo fue su mejor predicación para mí!
Oración:
Padre celestial, hoy me acerco a ti con la con-
fianza de que Tú escuchas mi oración. Hoy an-
helo ver un despertar espiritual en mi hogar,
pero anhelo que empiece en mí. Quiero reflejar
Día 7
Una familia Balanceada
“Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura,
y en gracia para con Dios y los hombres.”
(Lucas 2:52)
Si analizamos la vida de Jesús, Él tuvo momen-
tos de mucho trabajo desde que comenzó su
ministerio, pero a pesar de todas sus ocupacio-
nes, lograba separar constantemente momen-
tos para estar a solas para orar, y para recargar
energía y recobrar fuerzas.
En Génesis 1, vemos que al final de la creación
en el séptimo día, el mismo Dios apartó un día
para descansar. El creador nos dio un modelo a
seguir: ¡DESCANSAR un día a la semana! Esta es
la sabiduría divina.
Qué importante es que por lo menos una vez
a la semana nos desconectemos de muchas
ocupaciones: e-mails, mensajes de textos, redes
sociales, noticias y muchas otras cosas que de-
mandan mucha energía y tiempo.
Qué importante es que como familia saque-
mos por lo menos un día a la semana para estar
juntos, tomar aire fresco, correr en un parque,
o simplemente cambiar un poco la rutina. Un
tiempo para jugar, socializar con otras personas
el gozo de mi salvación en mi servicio a ti, y en
la manera en que me enfrento cada día. Hoy re-
clamo Isaías 59:21 y decreto que es una promesa
para mi casa:
Y este será mi pacto con ellos, dijo Jehová: El
Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras
que puse en tu boca, no faltarán de tu boca,
ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los
hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y
para siempre.
también. Somos seres sociales, y estos momen-
tos traerán un refrigerio a todos los que están
en casa.
Alguna vez me encontré con una frase que hoy
quiero compartir contigo:
Si alguien te dijera que hay una manera de
mejorar tu vida social, de mantener tu casa
limpia, una forma en que se reviva tu matri-
monio; además de esto, que despierte tus
sentidos espirituales, y que pueda mejorar
tu productividad en el trabajo —de la noche
a la mañana y sin costos—, probablemen-
te dirías que es absurdo. Pero descubrir que
todo esto es producto de un gran regalo, y
se encuentra en la ley del sabático, en un día
de descanso.
Oración:
Señor, gracias por revelarnos este principio del
descanso para poder recargar fuerzas y seguir
adelante la carrera que ya marcaste para noso-
tros. Hoy oramos para que como familia poda-
mos encontrar ese balance y seguir Tu ejemplo.
Oramos específicamente para que el tiempo de
compartir en familia sean momentos que disfru-
temos al máximo. Gracias por crear la familia.