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QUE ES
En la ética clásica la idea es deliberar (reflexionar, meditar) sobre cuál es la
mejor forma de vivir. Muchas veces no decidimos a partir de la razón, si no que
nos basamos en las emociones. Es complicado saber cómo actuar, dado que en
muchos casos actúa la parte irracional del cerebro. La ética clásica busca unos
hábitos que nos ayuden a funcionar cada vez mejor.
Para explorar al máximo nuestras virtudes como seres humanos hay que
entender qué es una buena vida y ser una buena persona. Para ello lo principal
es estar acompañado, tener amigos. Por tanto, cuando se habla de ética,
siempre se habla del componente de los otros. La ética no es una cosa
personal, es algo político: aprender a vivir en sociedad.
PLATÓN
Platón fue un filósofo sistémico, veía a la ética y la moral y decía que debería ser
inquebrantable. La ética y la moral sólo podrán fundamentarse, si los objetos del
conocimiento son incorruptibles e inmutables. Según Platón, el bien es un
elemento esencial de la realidad. El mal no existe en sí mismo, sino como reflejo
imperfecto de lo real, que es el bien.
En sus Diálogos (primera mitad del siglo IV a.C.) mantiene que la virtud humana
descansa en la aptitud de una persona para llevar a cabo su propia función en el
mundo. El alma humana está compuesta por tres elementos —el intelecto, la
voluntad y la emoción— cada uno de los cuales posee una virtud específica en la
persona buena y juega un papel específico. La virtud del intelecto es la sabiduría,
o el conocimiento de los fines de la vida; la de la voluntad es el valor, la capacidad
de actuar, y la de las emociones es la templanza, o el autocontrol.
La virtud última, la justicia, es la relación armoniosa entre todas las demás, cuando
cada parte del alma cumple su tarea apropiada y guarda el lugar que le
corresponde. Platón mantenía que el intelecto ha de ser el soberano, la voluntad
figuraría en segundo lugar y las emociones en el tercer estrato, sujetas al intelecto
y a la voluntad. La persona justa, cuya vida está guiada por este orden, es por lo
tanto una persona buena.
ARISTÓTELES
Aristóteles dice que el hombre debe alcanzar el bien supremo. *El bien supremo
es el fin. * El fin último debe ser definitivo y más perfecto. El fin último que debe
buscar el hombre es lo bueno y lo mejor. Este fin último él lo considera como LA
FELICIDAD = BIEN SUPREMO. Aristóteles, discípulo de Platón, consideraba la
felicidad como la meta de la vida. En su principal obra sobre esta materia, Ética a
Nicómaco (finales del siglo IV a.C.), definió la felicidad como una actividad que
concuerda con la naturaleza específica de la humanidad; el placer acompaña a
esta actividad, pero no es su fin primordial. La felicidad resulta del único atributo
humano de la razón,
Aristóteles mantenía que las virtudes son en esencia un conjunto de buenos
hábitos y que para alcanzar la felicidad una persona ha de desarrollar dos tipos de
hábitos: los de la actividad mental, como el del conocimiento, que conduce a la
más alta actividad humana, la contemplación, y aquéllos de la emoción práctica y
la emoción, como el valor.
Lo que nos propone son unas pistas para que las personas lo adapten a
su propia vida. Una de las ideas principales de Aristóteles es que
distingue diferentes niveles sobre los hábitos más adecuados para tener
una buena vida.
Primer nivel: tener técnica
Saber hacer bien las cosas técnicamente. Por ejemplo, un periodista debe
tener un buen dominio del lenguaje.
Habilidad para prever los efectos que pueden provocar ciertas acciones,
informaciones, comportamientos, etc.
SÓCRATES
La ética socrática es aquella que nace del desarrollo de la virtud (Capacidad que
tiene una cosa de producir un determinado efecto positivo) como columna esencial
del obrar correcto. Sócrates explica cómo la práctica del bien perfecciona al ser
humano, por el contrario, la práctica del mal corrompe su naturaleza. La ética del
autor es, ante todo, práctica.
Conócete a ti mismo
Según el autor, es suficiente que una persona sepa qué es justo en un contexto
determinado para que aplique este criterio en el marco de la acción. Una reflexión
que da lugar a un intelectualismo socrático. “Conócete a ti mismo”, este mensaje
de reflexión mueve la filosofía de Sócrates como punto de partida para que el ser
humano cuide su alma a partir de aquello que le hace bien.
Por tanto, la ética apela (pide) a la propia responsabilidad del hombre para ser una
buena persona. A su vez, el autor considera que la ignorancia afecta de un modo
negativo al ser humano puesto que cuando una persona no se conoce a sí misma
no puede saber aquello que le conviene de verdad a partir de su propia
naturaleza.
Sócrates fue un mentor para otras muchas personas puesto que por medio de una
filosofía practicada en forma de diálogo, este pensador ayudó a otros hombres a
encontrar su verdadera felicidad.
CONCLUSIÓN
- Conócete a ti mismo: Este puede considerarse un mensaje para que sepamos que
está en nosotros la voluntad de ser buenas personas, en otras palabras, queda
en nuestra responsabilidad, aunque la ignorancia de nosotros mismo puede ser
un impedimento para poder saber lo que nos conviene.
Aristóteles
Definió la felicidad como una actividad que concuerda con la naturaleza específica
de la humanidad; el placer acompaña a esta actividad, pero no es su fin primordial.
La felicidad resulta del único atributo humano de la razón, y funciona en armonía
con las facultades humanas.
Las virtudes morales son hábitos de acción que se ajustan al término medio, el
principio de moderación, y han de ser flexibles debido a las diferencias entre la
gente y a otros factores condicionantes.
Para Aristóteles, las virtudes intelectuales y morales son sólo medios destinados a
la consecución de la felicidad, que es el resultado de la plena realización del
potencial humano.
Platón
La ética y la moral sólo podrán fundamentarse, si los objetos del conocimiento son
incorruptibles e inmutables. Según Platón, el bien es un elemento esencial de la
realidad. El mal no existe en sí mismo, sino como reflejo imperfecto de lo real, que
es el bien.