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ÉTICA CLÁSICA

Laura, Sofia y Valery


 QUE ES LA ÉTICA

La palabra ética proviene del griego ethikos (“carácter”). Se trata del estudio de la


moral y del accionar humano para promover los comportamientos deseables.
La ética es una disciplina de la filosofía que estudia el comportamiento humano

La función de la ética como disciplina es analizar los preceptos (normas) de


moral, deber y virtud (integridad, dignidad) que guían el comportamiento humano
hacia la libertad y la justicia.

 QUE ES
En la ética clásica la idea es deliberar (reflexionar, meditar) sobre cuál es la
mejor forma de vivir. Muchas veces no decidimos a partir de la razón, si no que
nos basamos en las emociones. Es complicado saber cómo actuar, dado que en
muchos casos actúa la parte irracional del cerebro. La ética clásica busca unos
hábitos que nos ayuden a funcionar cada vez mejor.

Para explorar al máximo nuestras virtudes como seres humanos hay que
entender qué es una buena vida y ser una buena persona. Para ello lo principal
es estar acompañado, tener amigos. Por tanto, cuando se habla de ética,
siempre se habla del componente de los otros. La ética no es una cosa
personal, es algo político: aprender a vivir en sociedad.

Es la rama de la filosofía que estudia la bondad o la maldad de los


comportamientos. Tiene como centro de atención las acciones humanas y
aquellos aspectos de estas que se relacionan con el bien, la virtud, el deber, la
felicidad y la vida realizada.

 PLATÓN
Platón fue un filósofo sistémico, veía a la ética y la moral y decía que debería ser
inquebrantable. La ética y la moral sólo podrán fundamentarse, si los objetos del
conocimiento son incorruptibles e inmutables. Según Platón, el bien es un
elemento esencial de la realidad. El mal no existe en sí mismo, sino como reflejo
imperfecto de lo real, que es el bien.

En sus Diálogos (primera mitad del siglo IV a.C.) mantiene que la virtud humana
descansa en la aptitud de una persona para llevar a cabo su propia función en el
mundo. El alma humana está compuesta por tres elementos —el intelecto, la
voluntad y la emoción— cada uno de los cuales posee una virtud específica en la
persona buena y juega un papel específico. La virtud del intelecto es la sabiduría,
o el conocimiento de los fines de la vida; la de la voluntad es el valor, la capacidad
de actuar, y la de las emociones es la templanza, o el autocontrol.

La virtud última, la justicia, es la relación armoniosa entre todas las demás, cuando
cada parte del alma cumple su tarea apropiada y guarda el lugar que le
corresponde. Platón mantenía que el intelecto ha de ser el soberano, la voluntad
figuraría en segundo lugar y las emociones en el tercer estrato, sujetas al intelecto
y a la voluntad. La persona justa, cuya vida está guiada por este orden, es por lo
tanto una persona buena.

 ARISTÓTELES
Aristóteles dice que el hombre debe alcanzar el bien supremo. *El bien supremo
es el fin. * El fin último debe ser definitivo y más perfecto. El fin último que debe
buscar el hombre es lo bueno y lo mejor. Este fin último él lo considera como LA
FELICIDAD = BIEN SUPREMO. Aristóteles, discípulo de Platón, consideraba la
felicidad como la meta de la vida. En su principal obra sobre esta materia, Ética a
Nicómaco (finales del siglo IV a.C.), definió la felicidad como una actividad que
concuerda con la naturaleza específica de la humanidad; el placer acompaña a
esta actividad, pero no es su fin primordial. La felicidad resulta del único atributo
humano de la razón,
Aristóteles mantenía que las virtudes son en esencia un conjunto de buenos
hábitos y que para alcanzar la felicidad una persona ha de desarrollar dos tipos de
hábitos: los de la actividad mental, como el del conocimiento, que conduce a la
más alta actividad humana, la contemplación, y aquéllos de la emoción práctica y
la emoción, como el valor.

Aristóteles y la ética completa


Aristóteles trató la ética completa. Esta nos guía sobre el comportamiento
a seguir en diversos ámbitos de la vida. A diferencia de Platón, el
planteamiento de Aristóteles es más pragmático. Abandera que no hay
maneras de pensar ni actuar que sean las mejores. La ética y la forma de
vivir dependerá mucho de las circunstancias e intereses que haya en cada
momento.

Lo que nos propone son unas pistas para que las personas lo adapten a
su propia vida. Una de las ideas principales de Aristóteles es que
distingue diferentes niveles sobre los hábitos más adecuados para tener
una buena vida.
Primer nivel: tener técnica

Saber hacer bien las cosas técnicamente. Por ejemplo, un periodista debe
tener un buen dominio del lenguaje.

Segundo nivel: tener ciencia

Conocer el campo de lo que se trata, informarse. Debemos conocer el


tema de lo que hablamos o hacemos.

Tercer nivel: prudencia

Habilidad para prever los efectos que pueden provocar ciertas acciones,
informaciones, comportamientos, etc.

Cuarto nivel: sabiduría y entendimiento

Se trata de tener una comprensión completa sobre un tema y saber


reflexionar sobre él, hacernos preguntas, tener plena conciencia del
contexto en general.

 SÓCRATES
La ética socrática es aquella que nace del desarrollo de la virtud (Capacidad que
tiene una cosa de producir un determinado efecto positivo) como columna esencial
del obrar correcto. Sócrates explica cómo la práctica del bien perfecciona al ser
humano, por el contrario, la práctica del mal corrompe su naturaleza. La ética del
autor es, ante todo, práctica.

Ya que, aunque para realizar el bien en la experiencia, es positivo conocerlo


también previamente de forma teórica, la virtud solo se entrena a partir de la
vivencia del obrar.
El pensamiento de Sócrates se ha conocido en gran medida gracias a la
aportación de Platón que en sus diálogos convierte a su maestro en objeto mismo
de la filosofía. La ética en este pensador griego es un acto
de responsabilidad que conduce a la felicidad.
El bien produce felicidad
De este modo, la práctica del bien produce una alegría interior que es fruto de esa
satisfacción inmediata que una persona experimenta cuando sabe que ha hecho lo
correcto. Por el contrario, la virtud de la justicia tiene como objetivo reparar un
daño cometido. Por ejemplo, por medio de un castigo.
La virtud es inseparable al ser humano como ser racional, como un ser consciente
de sí mismo y de las consecuencias de sus actos. De este modo, la práctica de la
bondad (cualidad de bueno) conduce a la vida plena. Desde el punto de vista del
autor, la virtud es inseparable a la propia naturaleza del ser humano.

Conócete a ti mismo
Según el autor, es suficiente que una persona sepa qué es justo en un contexto
determinado para que aplique este criterio en el marco de la acción. Una reflexión
que da lugar a un intelectualismo socrático. “Conócete a ti mismo”, este mensaje
de reflexión mueve la filosofía de Sócrates como punto de partida para que el ser
humano cuide su alma a partir de aquello que le hace bien.

Por tanto, la ética apela (pide) a la propia responsabilidad del hombre para ser una
buena persona. A su vez, el autor considera que la ignorancia afecta de un modo
negativo al ser humano puesto que cuando una persona no se conoce a sí misma
no puede saber aquello que le conviene de verdad a partir de su propia
naturaleza.

Sócrates fue un mentor para otras muchas personas puesto que por medio de una
filosofía practicada en forma de diálogo, este pensador ayudó a otros hombres a
encontrar su verdadera felicidad.

CONCLUSIÓN

La ética se le define como la ciencia del comportamiento moral. Teniendo este


concepto en cuento la ética clásica se trata de que pensemos muy bien en
nuestras acciones para poder tener una mejor forma de vivir.
Sócrates
La ética de Sócrates se basa en dos premisas las cuales son:
- El bien produce felicidad: se basa en que al hacer un acto bueno la persona va a
sentir una satisfacción inmediata y alegría al saber que sus actos no van a tener
consecuencias negativas en los demás, lo que lleva a la persona a tener una
vida plena, puesto que la virtud es inseparable de la naturaleza del ser humano
como ente racional.

- Conócete a ti mismo: Este puede considerarse un mensaje para que sepamos que
está en nosotros la voluntad de ser buenas personas, en otras palabras, queda
en nuestra responsabilidad, aunque la ignorancia de nosotros mismo puede ser
un impedimento para poder saber lo que nos conviene.

Aristóteles
Definió la felicidad como una actividad que concuerda con la naturaleza específica
de la humanidad; el placer acompaña a esta actividad, pero no es su fin primordial.
La felicidad resulta del único atributo humano de la razón, y funciona en armonía
con las facultades humanas.

Aristóteles mantenía que las virtudes son en esencia un conjunto de buenos


hábitos y que para alcanzar la felicidad una persona ha de desarrollar dos tipos de
hábitos: los de la actividad mental, como el del conocimiento, que conduce a la
más alta actividad humana, la contemplación, y aquéllos de la emoción práctica y
la emoción, como el valor.

Las virtudes morales son hábitos de acción que se ajustan al término medio, el
principio de moderación, y han de ser flexibles debido a las diferencias entre la
gente y a otros factores condicionantes.

Para Aristóteles, las virtudes intelectuales y morales son sólo medios destinados a
la consecución de la felicidad, que es el resultado de la plena realización del
potencial humano.

Platón

La ética y la moral sólo podrán fundamentarse, si los objetos del conocimiento son
incorruptibles e inmutables. Según Platón, el bien es un elemento esencial de la
realidad. El mal no existe en sí mismo, sino como reflejo imperfecto de lo real, que
es el bien.

Platón mantenía que el intelecto ha de ser el soberano, la voluntad figuraría en


segundo lugar y las emociones en el tercer estrato, sujetas al intelecto y a la
voluntad. La persona justa, cuya vida está guiada por este orden, es por lo tanto
una persona buena.

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