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CONSECUENCIAS

DEL MALTRATO
INFANTIL
PARA EL AGRESOR
• Empleo de la violencia para resolver
conflictos o lograr objetivos.
• Generalización de conductas violentas a otros
ámbitos, como por ejemplo, en las relaciones
de pareja.
• Falta de sensibilidad ante el sufrimiento de
otros.
• Probabilidad de desarrollar conductas que
infringen la ley.
• Bajo rendimiento escolar
• Suspensiones frecuentes
• Constituye sus acciones como método de tener
un estatus en el grupo, una forma de
reconocimiento social por parte de los demás.
• Si ellos aprenden que esa es la forma de
establecer los vínculos sociales, generalizarán
esas actuaciones a otros grupos en los que se
integren, donde serán igualmente molestos.
• Incluso, cuando se vayan a emparejar, pueden
extender esas formas de dominio y sumisión
del otro a la convivencia doméstica, como son
los casos que vienen sufriendo con tanta
frecuencia las mujeres.
PARA LA VÍCTIMA
• Problemas de rendimiento escolar .
• Miedo o rechazo a asistir a la escuela.
• Aislamiento.
• Ansiedad, depresión. En casos extremos,
intento de suicidio.
• Desórdenes alimenticios y de sueño.
• Olweus (1993) señala que las dificultades de la víctima
para salir de la situación de ataque por sus propios
medios provocan en ellas defectos claramente negativos
como el descenso de la autoestima, estados de ansiedad e
incluso cuadros depresivos con la consiguiente
imposibilidad de integración escolar y académica. En este
sentido, cuando la victimización se prolonga, pueden
empezar a manifestar síntomas clínicos que se pueden
encuadrar en cuadros de neurosis, histeria y depresión.
Por otra parte, ello puede suponer una dañina influencia
sobre el desarrollo de su personalidad social. La imagen
que terminan teniendo de sí mismos puede llegar a ser
muy negativa en cuanto a su competencia académica,
conductual y de apariencia física. En algunos casos
también puede desencadenar reacciones agresivas en
intentos de suicidio.
El efecto del acoso sobre las víctimas se ha estudiado sobre cuatro condiciones
de salud negativas (Rigby, 2003):
Bienestar psicológico bajo. Se incluyen estados que son considerados
desagradables, pero no intensamente angustiosos tales como: infelicidad
general, autoestima baja y sentimientos de cólera y tristeza.
Bajo ajuste social. Se consideran los sentimientos de aversión expresada hacia
la escuela, manifestación de soledad, aislamiento y absentismo.
Afección psicológica. Es valorada con más gravedad que las anteriores
categorías e incluye niveles altos de ansiedad, depresión y pensamiento suicida.
Indisposición física. Se estudia la presencia de signos claros de desorden físico
y evidencias de una enfermedad médicamente diagnosticada. Los síntomas
psicosomáticos son incluidos en esta categoría.
PARA LOS OBSERVADORES
• Los espectadores no permanecen ilesos respecto de estos hechos y les suponen
un aprendizaje sobre cómo comportarse ante situaciones injustas y egoístas, y lo
que es más peligroso, un escaparate para valorar como importante y respetable la
conducta agresiva. Se señala como consecuencia para ellos la desensibilización
que se produce ante el sufrimiento de otros a medida que van contemplando
acciones repetidas de agresión en las que no son capaces de intervenir para
evitarlas. Por otra parte, también se indica que aunque el espectador reduce su
ansiedad de ser atacado por el agresor, en algunos casos podría sentir una
sensación de indefensión semejante a la experimentada por la víctima.
• Indiferencia y falta de sensibilidad ante el sufrimiento del otro.
• Tolerancia a la violencia.
• Valoración de la violencia como forma de prestigio social.
• Sentimientos de rabia, impotencia y culpabilidad, por no saber como
ayudar a la víctima
PARA LA COMUNIDAD EDUCATIVA
• Dificultad para desarrollar la labor educativa, afectando el clima escolar .
• Sensación de impunidad cuando no se interviene para detener el maltrato.
• Pérdida de la hegemonía cultural de los docentes.

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