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MARGARET MEAD

(1901 Filadelfia-1978 Nueva York)


Es conocida por haber estudiado la
naturaleza de los géneros en tribus aisladas.
Margaret Mead estuvo casada tres veces, primero con Luther Cressman y luego
con dos colegas antropólogos, Reo Fortune y Gregory Bateson, con quien tuvo una
hija, también antropóloga, Mary Catherine Bateson. Su nieta, Sevanne Margaret
Kassarjian, es actriz de teatro y televisión y trabaja profesionalmente bajo el
nombre de Sevanne Martin.

Mead también tenía una relación excepcionalmente estrecha con la antropóloga


Ruth Benedict. En su libro de memorias sobre sus padres, With a Daughter's Eye,
Mary Catherine Bateson implica que la relación entre Benedict y Mead fue en parte
sexual.

Pasó sus últimos años en una colaboración personal y profesional estrecha con la
antropóloga Rhoda Métraux, con quien vivió desde 1955 hasta su muerte en 1978.
Margaret Mead fue una de las pioneras de la antropología
cultural y el feminismo norteamericano de la segunda mitad
del siglo XX.

Entre otras cosas estudió cómo las normas sociales sobre la


sexualidad, la infancia y la adolescencia difieren entre distintas
culturas; lo cual sirvió para cuestionar las perspectivas
biologicistas que dominaban la comprensión sobre el
desarrollo humano.
En sus investigaciones etnográficas de las décadas de 1920 y 1930, puso en
entredicho la visión sexista biologicista que prevalecía en las ciencias sociales en
EE. UU. según la cual la división sexual del trabajo en la familia moderna se debía
a la diferencia innata entre el comportamiento instrumental (público, productivo) de
los hombres y el expresivo de las mujeres.

En su estudio comparativo Sex and Temperament in Three Primitive


Societies Mead introdujo, en 1935, la idea revolucionaria de que, por ser la especie
humana enormemente maleable, los papeles y las conductas sexuales varían
según los contextos socioculturales.

Fue, así, precursora en la utilización del concepto de «género», ampliamente


utilizado posteriormente en los estudios feministas.
Margaret Mead fue una antropóloga cultural que mantuvo una perspectiva de
género importante en sus estudios, por lo que se considera también como una de
las precursoras del movimiento feminista norteamericano.

Era la mayor de 4 hermanos. Aunque sus padres eran también científicos sociales,
que habían inspirado mucho su carrera profesional, Mead definió como su
influencia más decisiva a su abuela paterna, a quien reconocía como una mujer
muy empoderada.

En el año de 1923, Margaret Mead se graduó del Colegio Barnard, que era una
escuela para mujeres afiliada a la Universidad de Columbia. Había cursado la
mayoría de sus materias en Psicología, carrera que le interesaba mucho y que le
motivó a estudiar el desarrollo infantil.

Posteriormente se formó con Franz Boas, profesor de antropología de Columbia, y


finalmente se convenció por estudiar y ejercer esta disciplina. Obtuvo el grado de
doctorado en antropología en el año de 1929, por la Universidad de Columbia.
Una de las convicciones de Margaret Mead era que las condiciones culturales
son más determinantes que las características genéticas en el comportamiento
humano; lo que rápidamente trasladó al análisis de los roles de género y al
desarrollo humano.

A partir de esto comparó varias culturas que eran consideradas como “primitivas”,
con la cultura norteamericana. Dadas las condiciones culturales del momento en el
oeste estadounidense, su pensamiento resultó muy innovador, aunque al mismo
tiempo obtuvo respuestas negativas.

En términos generales, Mead tenía una perspectiva muy liberal sobre la sexualidad,
que fue visible no sólo en sus trabajos académicos, sino en sus experiencias
relacionales. Es decir que, su perspectiva tanto académica como privada estaba
muy cercana al relativismo cultural y al relativismo moral sobre la sexualidad, lo que
la colocó también en el centro de muchas críticas moralistas y controversias en el
mundo académico.
A pesar de esto, su rigurosidad académica la volvió muy pronto una mujer
prestigiada.

Se unió como curadora al Museo Americano de Historia Natural en New York,


además de haber impartido clases en la Universidad de Columbia, la Universidad
de New York, la Universidad Emory, la Universidad de Yale, y la Universidad de
Cincinnati.

Finalmente fundó el departamento de antropología en la Universidad


Fordham (New York)

Así mismo se convirtió en presidenta de la Asociación Americana de Antropología,


entre otros institutos de antropología aplicada muy conocidos.

Entre otras cosas, impulsó la creación de un archivo nacional de films etnográficos


que sirvieran para preservar el importante trabajo y legado antropológico.
Desarrollo humano y roles de género en Nueva Guinea

Durante sus trabajos, Mead refutó la idea de las sociedades “primitivas”, donde los
habitantes eran considerados como niños, o como si estuvieran genéticamente
determinados para desarrollar estados psicológicos “menos avanzados”. Ella
defendía que el desarrollo humano depende del entorno social.

Partiendo de ahí, Mead observó que los roles de género eran muy diferentes entre
las distintas sociedades, con lo cual llegó a la conclusión de que estos roles
dependen mucho más de la cultura que de la biología.
Hizo visible, por ejemplo, que las mujeres eran las dominantes en algunas
tribus de Papúa Nueva Guinea, sin causar ningún problema social. Había tribus
donde mujeres y hombres eran más pacifistas y vivían en sociedades más
cooperativas que la estadounidense, por ejemplo en Arapesh (Papúa)

En otras tribus, como en Tchambuli, hombres y mujeres tenían roles diferenciados,


pero sumamente distintos a los occidentales. Los hombres eran más cercanos al
plano de lo sensible, y las mujeres dirigían las actividades públicas.

Lo contrario encontró en sociedades como en Mundugumor, donde veía que


los hombres y las mujeres habían desarrollado temperamentos más explosivos y
conflictivos, con lo cual los niños eran educados también de manera más dura.

Al comprar los estudios entre estas sociedades, Mead llegó a la conclusión de que
la cultura moldea el comportamiento humano. De ahí una de sus frases más
famosas: “la naturaleza humana es maleable”.
Perspectiva de género

Para Mead la masculinidad y la feminidad reflejan las condiciones culturales,


y las diferencias de género no están enteramente determinadas por la biología.

Su perspectiva de los roles de género fue muy radical para su tiempo y ayudó a
derribar muchos tabúes en torno a la sexualidad de la mitad del siglo XX en la
sociedad estadounidense.
Aunque ella no se llamaba a sí misma “feminista”, sus desarrollos teóricos no solo
impactaron la academia, sino que fue rápidamente reconocida como una activista y
pionera de movimiento feminista.

Defendió la libertad de las prácticas sexuales, criticó las estructuras familiares


tradicionales, la crianza basadas en modelos de género disimétricos, y finalmente,
impulsó la transformación de los valores morales relacionado con la sexualidad.
Principales obras

Algunas de sus principales obras son Coming of Age in Samoa (Adolescencia en Samoa), libro
de 1928 que resultó de su tesis de doctorado en donde estudió principalmente a chicas
adolescentes de las islas polinesias en relación con las normas sobre la sexualidad que
circulaban ahí. Además, estableció algunas comparaciones sobre la transición a la adultez con
la cultura norteamericana y los efectos emocionales en los jóvenes.

Con esta obra, Mead se posicionó como una de las grandes influencias de la antropología de su
tiempo. Posteriormente continuó estudiando la relación entre la infancia, la adolescencia y las
familias Americanas, enfatizando el valor de los trabajos comparativos e interdisciplinarios.

Otras de sus obras importantes son Growing Up in New Guinea: A Comparative Study of
Primitive Education (Creciendo en Nueva Guinea: Un Estudio Comparativo sobre la Educación
Primitiva); y el film Trance and Dance in Bali, Learning to Dance in Bali, and Karba’s First Years.
Así mismo, Margaret Mead participó en otras producciones cinematográficas que abordaban el
tema de las diferentes prácticas sobre cuidado y crianza en distintas culturas.

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