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Julio 2017
Montevideo - Uruguay
Índice
Resumen
La opresión de las mujeres encuentra en el amor uno de sus cimientos. Las mujeres tienen
como mandato al amor, es medio de valoración y autoestima.
Asociado a las mujeres, la maternidad como hecho social, los mitos, el binomio mujer –
madre. Lo que se espera de las mujeres.
La maternidad como medio de completar la vida de las mujeres, dando sentido y propósito a
la misma.
La sexualidad como parte de la experiencia de las mujeres, atribuidas al sexo y definidas
por éste. La doble moral, dividida en decentes e indecentes .La sexualidad como cautiverio.
Introducción
El presente trabajo, surge a partir de las reflexiones de Marcela Lagarde y de los Ríos,
antropóloga feminista, con textos de amplia importancia para este trabajo.
Tomo contacto con sus textos en mi recorrido por facultad, en los seminarios optativos
relacionados a temáticas de género. De allí surge la motivación, para la realización de este
trabajo final de grado de corte monográfico.
Como eje central la monografía tratará el tema del amor, las experiencias de amor para las
mujeres, quienes hemos recibido al amor como mandato. El tridente amor, sexualidad y
maternidad están íntimamente relacionados con la mujer o mejor expresado, con lo que se
espera de ella. Éste no siempre es vivido por voluntad sino en su mayoría por deber.
Tanto las mujeres como los hombres amamos, pero con creencias y expectativas distintas.
En el anhelo del amor para las mujeres prima el deseo de ser amadas, sin embargo los
hombres “son amados”, son parte del sujeto de amor desde la perspectiva de las
sociedades patriarcales. En este trabajo se intentará también mostrar cómo el amor genera
condiciones de desigualdad, de pertenencia. Las mujeres tienen como mandato al amor, el
cual es medio de valoración y autoestima.
En efecto, los cautiverios de las mujeres se han estructurado en torno al amor que
envuelve la sexualidad erótica y procreadora. La maternidad, la conyugalidad, la
familiaridad y la amistad, implican al amor considerado inmanente de las mujeres.
Sexo, sexualidad y amor son una tríada natural asignada a las mujeres. Son la
esencia del mito sobre la naturaleza femenina. Sexualidad y amor son un binomio
que contiene el proceso civilizatorio del hommo sapiens sapiens que, sobre la base
del sexo construyó una sexualidad. (Marcela Lagarde,2001, p…)
Diputada Federal del Congreso Mexicano durante la LIX Legislatura (2003-2006), donde
ejerció como Presidenta de la Comisión Especial para Conocer y Dar Seguimiento a las
Investigaciones Relacionadas con los Femicidios en la República Mexicana, y a la
Procuración de Justicia Vinculada
Su educación fue libre, sin religión esto generó un fuerte sentido de laicidad. Fue así que
aunque adquirió nuevas formas de ver el mundo, no tuvo que cambiar creencias impuestas.
Se llama feminista por convicción, teoriza sobre el feminicidio, no solo expone sino que
genera instancias de construcción de alternativas para combatir la violencia contras las
mujeres .Es por esto que decide entrar en el mundo de la política, para logar la tipificación
del delito feminicidio
Sostiene que más que una observación participante, tipo de investigación típica de la
etnografía, ella hizo estancia con estas mujeres. Se vinculó de forma directa, pasó
temporadas con ellas intercambiando, realizó más de ochocientas entrevistas a mujeres de
distintas clases sociales. Afirma que, todas las mujeres estamos cautivas y cautivadas
porque vivimos en sociedades patriarcales.
Sororidad: Hace alusión especifica a las solidaridad entre mujeres en el contexto patriarcal.
Aporta también desde su rol como mujer política a la visibilización de los feminicidios en
México y su tipificación como delito al tiempo de que se establecen mecanismos de
protección y prevención.
Feminicidio: Llega a sus manos un libro llamado “Femicidio, la política del asesinato de las
mujeres”. Luego de esta lectura que enriquece su teoría sobre el femicidio y decide
feminizar la palabra homicidio. De esta manera impulsa el término feminicidio que se trata
de crímenes de odio contra las mujeres.
Para culminar la psicohistoria de Marcela Lagarde y de los Ríos, se ve una mujer activista
por los derechos de las mujeres, por la erradicación de las desigualdades de género.
Sus aportes destacados, los cautiverios, la sororidad entre mujeres y su fuerte compromiso
por la tipificación del feminicidio en México.
Referente para las feministas de toda América Latina. Las condiciones sociales impactan en
su singularidad de forma tal, que genera opiniones que producen sentido para el resto de
las mujeres.
El amor
"Sólo existe el amor. Las otras cosas nobles apenas sirven para dignificarlo....Algunos hombres jamás lo
encuentran. Para otros es apenas una estrella fugaz que ilumina un año, un mes, una semana o un día en sus
vidas. Pero ese destello efímero da significado a la existencia toda. Bienaventurado el que puede sentir en su
carne y en su espíritu el fuego de esa chispa."
Alejandro Dolina
Las normas sociales de las sociedades Occidentales marcan el amor conyugal como centro
de la vida de las mujeres, en ese amor construido, fantaseado, somos educadas. “La
conyugalidad, más allá de las diversas características que ha adoptado a lo largo de la
historia en Occidente, ha sido secularmente la forma instituida del control de la sexualidad
de las mujeres” (Fernández,1993, p. 256). Con esta pasividad del erotismo femenino se
perpetúa y configura históricamente la subjetividad de las mujeres.
Simon de Beauvoir plantea “no se nace mujer, llaga una a serlo.”(1965, p.13), Lagarde
acuña el término de llegar a ser mujer y plantea como conclusión que: “Nacemos sexuadas,
con características sexuales especificas, y es a partir de ellas que aprendemos los
contenidos de género” (2001, p. 13).La cultura occidental tiene como contenido del género
femenino el amor. Las relaciones parentales son nuestras primeras experiencias de amor,
fundamentalmente la madre que culturalmente es quien provee de cuidado e inviste de
afecto al niño/a.
Se nos plantea el amor universal, lo que no es real. El amor es una construcción subjetiva y
lo universal es el intento de las personas por vivir el amor y en el amor, es el anhelo lo que
se vive masivamente. Este anhelo se da mayoritariamente en las mujeres ya que se
considera a éstas seres del amor, seres para el amor.**
“Para las mujeres, más que para los hombres, el amor es definitorio de su identidad de
género. Para las mujeres el amor no es solo una experiencia posible, es la experiencia que
nos define.”( Lagarde, 2001, p. 12)
Por ser “la” experiencia que nos define, es el amor una forma de cautiverio sostiene
Lagarde. Se vincula al amor y al poder, por lo tanto se entiende que el amor, es una fuente
de poder, gran cantidad de mujeres viven experiencias de desamor, de inequidad amorosa.
Las corrientes feministas teorizan en que el amor es una forma de sometimiento que
perpetúa las desigualdades. El amor romántico como eje central de las vida de las mujeres.
Culturalmente se sostiene que el amor todo lo puede, que da sentido a la vida. Las mujeres
hemos sido educadas y configuradas para poner el amor en el centro de nuestra vida. **
Es necesario que las mujeres seamos protagonistas. Ana María Fernández plantea que:
“la palabra amor viene del latín significa, vivo afecto o inclinación hacia una persona o
cosa”, de esta manera se decentra el amor únicamente a las personas.
“En la tradición occidental se jerarquizan las formas de amor y se escinde la experiencia
amorosa en dos planos, el físico y el espiritual, considerándolos autónomos” (Lagarde,
2001, p. 24). El amor físico, sería el carnal apasionado, en tanto el espiritual tiene
connotación positiva, moralmente aceptado.
El amor también asociado a la voluntad, cuando hacemos cosas con amor, frecuentemente
se llama a la persona amada, amor .Se ama a la naturaleza, los libros, objetos que son
portadores de amor y significados para cada uno. Se aman procesos individuales como
profesiones, oficios y procesos colectivos causas sociales, políticas, etc.
El amor se experimenta como un apetito, un ansia. No solamente un anhelo de, un
afecto por, una inclinación hacia, sino también como una pasión profunda, como una
fuerza que no reconoce normas ni mandatos ni límites y solo busca satisfacerse. Por
esa pasión amorosa se moviliza la voluntad y la creatividad de las personas.
(Lagarde,2001, p. 24)
Habla de un amor vital para la vida de las mujeres, el amor propio tiene que ver con
complejos procesos de construcción y deconstrucción de la subjetividad emocional y social.
Tema fundamental desde la perspectiva feminista.
Lo llamaremos autoestima
La frustración en el amor.
Los conflictos en las relaciones de pareja son definitorios, al momento de vivir la experiencia
del amor.
Mayormente las mujeres tenemos ideales de amor, que difieren de la realidad. Es por esto
que se manifiesta el conflicto entre el mito y la realidad.
El conflicto entre el mito amoroso y realidad amorosa es de carácter cultural y social.
La sociedad fomenta activamente entre las mujeres una mitología amorosa. Se nos
fomenta un tipo de imaginería amorosa profundamente idealista, que a veces
defendemos a toda costa, como parte esencial de nuestra experiencia amorosa. Al
estar viviendo un amor, o al no vivirlo, en la imaginación, en los anhelos, en los
sueños de las mujeres están presentes los mitos amorosos aprendidos, que son los
que organizan el deseo profundo de encontrar a otro o a otra.(Lagarde,2001, p. 68)
Las relaciones amorosas sufren tensiones por este conflicto. El anhelo y la vivencia de amor
determinan las mismas.
Es necesario para plantear nuevos contratos de amor, visualizar nuestros mitos amorosos.
Tomar distancia y embarcarse en la realidad que vivimos, para evitar la frustración, que
aparece cuando se confunde “lo que debe ser con lo que es”.(Lagarde,2001, p. 68)
Esta nueva realidad social produce una “crisis” (ruptura de un equilibrio anterior y
búsqueda y búsqueda de un nuevo equilibrio) de los pactos y contratos que regían
las relaciones familiares y extrafamiliares entre hombres y mujeres. Crisis de los
contratos explícitos e implícitos, de lo dicho y lo no dicho, que habían delimitado lo
legitimo en las relaciones entre los géneros, en los últimos tiempos. (Fernández,
1993, p. 17)
Las mujeres actuales somos sincréticas “vivimos con una extraordinaria intensidad las
contradicciones de tiempos asociados a estereotipos de las condiciones de género”.
(Lagarde, 2012, p. 69).
Somos mezcla de mujeres tradicionales y mujeres modernas, antagónicas. En lo que al
amor respecta las mujeres somos idealistas, sin embargo tomamos elementos actuales
modernos que nos proveen pensamiento crítico.
Pero cuando de amor se habla queda de un lado el pensamiento crítico y anhelamos el
amor como está planteado por los mitos , prima de deseo de amor y ser amadas
Ampliar?
La maternidad
“La construcción de la Mujer de la Ilusión, esencia femenina, más madre que mujer, mas objeto que sujeto
erótico, más pasiva que activa, más partenaire que protagonista” (Fernández, 1993, p.249)
Se habla de maternidad y la naturaleza femenina, del instinto maternal de las mujeres. Si
bien es cierto que las mujeres por su fisiología somos quienes podemos gestar; Esto: ¿Se
puede tomar como un hecho natural?
“Decir que es característico de las mujeres parir, es algo muy diferente de definir a la mujer
por una de sus funciones de individuo social, la función madre.” (Fernández, 1993, p.176)
Todo lo que viene adosado a la vida de las mujeres en cuanto a la maternidad es más
amplio, ya que lo cultural y los mitos se manifiestan en la subjetividad de cada una.
“Las madres tienen una historia y, por lo tanto, la maternidad ya no puede verse como un
hecho natural, atemporal y universal, sino como una parte de la cultura en evolución
continua.” (Palomar Verea, Cristina, 2005,p. 40).
Ana María Fernández en su libro La mujer de la ilusión (1993) plantea el cambio que existe
en la maternidad actual, asociada al cuidado, al ser madre amorosa y afectuosa con los
hijos. A diferencia de la sociedad premoderna donde lo importante era la función
reproductora “gestar y parir. Lo valorizado era parir 18 a 20 hijos.” (Fernández, 1993, p.174)
Actualmente la menor cantidad de hijos, asegura a las mujeres un buen cuidado de ellos.
Siguiendo el pensamiento de Fernández, la sociedad legitima la idea mujer = madre. La
maternidad es función de la mujer, mediante este hecho “la mujer alcanza su realización y
adultez” (Fernández, 1993, p.161). Con esta afirmación se entiende que la maternidad da
sentido a la feminidad, esencialmente la mujer es madre.
Marcela Lagarde en su trabajo el cautiverio de las mujeres, categoriza a la madresposa y su
relación con la maternidad; “la madre es una institución histórica, clave en la reproducción
de la sociedad, de la cultura y de la hegemonía, y en la realización personal del ser social
de las mujeres”(2001,p.390). Mediante la maternidad, la mujer- madre custodia el orden en
la sociedad y en la cultura, los cuidados domésticos y sociales están a cargo de las
mujeres, son parte de su la construcción social histórica.
La misma autora plantea el término “maternizar a la sociedad y desmaternizar a las
mujeres”(2003, p. 5) para impulsar la autonomía, el desarrollo personal de cada mujer,
eliminarndo todo tipo de inequidad social y supremacía de género.
Se plantea la noción de imaginario social, no solo está en juego la identificación con la
madre y las determinaciones inconscientes de la mujer. Hay una gran presión social, que
impregna la subjetividad de las mujeres.
Fernández lo denomina “mito” se refiere a “un conjunto de creencias y anhelos colectivos
que ordenan la valoración social que la maternidad tiene en un momento dado de la
sociedad” (Fernández, 1993, p.162).
(Burin, 1992; 1990), nuestra cultura ha identificado a las mujeres en tanto sujetos con la
maternidad. Con esto les ha asignado un lugar y un papel social considerado como garante
de su salud mental. Nuestra cultura patriarcal ha utilizado diversos recursos materiales y
simbólicos para mantener dicha identificación, tales como los conceptos y prácticas del rol
maternal, la función materna, el ejercicio de la maternidad, el deseo maternal, el ideal
maternal
Instinto materno
Sexualidad
Simone de Beauvoir en El segundo sexo afirma “No se nace mujer: llega una a serlo”
(p. 13), la distinción sexo/género evidencia que el “sexo” puede definirse como aquello que
expresa las diferencias biológicas, mientras que “género” incluye una serie de categorías
socialmente construidas.
La sexualidad es parte de la configuración de la cultura, en todas las sociedades está
presente. En las relaciones sociales, económicas, institucionales y fundamentalmente en la
vida personal. Los sujetos se configuran a través de la sexualidad, Mabel Burin (2010)
parafrasea a Foucault diciendo que a partir de la revolución burguesa la sexualidad queda
restringida a la función reproductora, la familia confisca y reprime la sexualidad. Hace un
recorrido por la historia de la sexualidad, pasando de vivirla libremente, “los cuerpos se
pavoneban” (p.87), luego “la única sexualidad reconocida paso a ser la sexualidad “utilitaria
y fecunda” la sexualidad reproductora” p.87 , todo lo demás era vivido como sexualidad
ilegitima Foucault lo llamo “sexualidades periféricas”
Lagarde, también cita y basa sus supuestos sobre sexualidad, en el pensamiento de
Foucault y dice que es quien manifiesta revelaciones de corte antropológicas ya que
considera a la sexualidad como una experiencia histórica singular, construida por tres ejes,
saber, poder y sexualidad.
Las diferentes culturas construyen, reconocen y asignan distintos atributos sexuales
a los seres humanos, pero todas construyen su clasificación sexual a partir de la
biología. Parece que el impacto de las diferencias corporales es de una magnitud tal
que lo sexual es uno de los fundamentos generalizados de la clasificación y
diferenciación social y cultural. (Lagarde, 2001, p. 205)
Marta Lamas (2016) plantea que es imposible hablar de sexualidad, sin hablar de la doble
moral. Las cuestiones éticas aceptadas para los hombres no son las mismas para las
mujeres. Sostiene que hay avances en la sexualidad, pero la sexualidad femenina, sigue
siendo señalada, reprimida, estigmatizada, diferenciando las putas de las decentes.
La libidido es igual en las mujeres que en los hombres, pero culturalmente el deseo sexual
de las mujeres es reprimido.
Hace un recorrido por la evolución del hombre para entender esta escisión de la sexualidad
femenina. En el cambio del ser humano del paleolítico al neolítico la procreación
simbolizara, la sensibilidad de la mujer. La división sexual del trabajo fue simbolizando que
los hombres son más fuertes físicamente , más racionales en cambio las mujeres más
emocionales y débiles físicamente; si una mujer estaba embarazada no podía realizar
actividades de fuerza, así la mujer fue quedando relegada del mercado del trabajo . “Las
formas históricas de la masculinidad y la feminidad se constituyen en torno al trabajo”
(Lagarde,2001, p. 138). La actividad sexual tiene consecuencias en los cuerpos de la
mujeres y antes de la anticoncepción las mujeres temían estar embarazadas por lo cual la
sexualidad quedo reprimida. La sexualidad femenina esta divida en dos, la procreación y el
erotismo, en su categorización Marcela afirma que; “las madresposas desarrollan el poder
derivado de la maternidad, las prostitutas tienen el poder negativo que emana del cuerpo
erótico” (2001, p. 221). El cuerpo como forma de valoración social y cultural de la sexualidad
de las mujeres, en su texto El Cautiverio ,realiza una cita de Foucault(1980,32) en donde
analiza el poder en y desde el cuerpo.
…el cuerpo está inmerso en un campo político; las relaciones de poder operan sobre
él una presa inmediata, lo cercan, lo marcan, lo doman, lo someten a suplicio, lo
fuerzan a unos trabajos, lo obligan a unas ceremonias, exigen de él unos signos.
Este cerco político del cuerpo va unido, de acuerdo con unas relaciones complejas y
reciprocas, a la utilización económica del cuerpo; el cuerpo en una buena parte, está
imbuido de relaciones de poder y de dominación como fuerza de producción ; pero
en cambio su constitución como fuerza de tranajo sólo es posible si se halla prendido
en un sistema de sujeción (en el que la necesidad es también un instrumento político
cuidadosamente dispuesto, calculado y utilizado). El cuerpo sólo se convierte en
fuerza útil cuando es un cuerpo productivo y cuerpo sometido. ME QUEDA LA
DUDA COMO CITAR????? P.222
El cuerpo considerado lo fundamental para definir la condición de la mujer y la visión
patriarcal de la naturaleza femenina. Todas sus historias pasan por las modificaciones y las
alteraciones de un cuerpo asociado íntimamente con la naturaleza.
El ser considerada cuerpo-para-otros, ya sea para entregarse al hombre o para
procrear, es algo que ha impedido a la mujer ser considerada como sujeto
histórico-social, ya que su subjetividad ha sido reducida y aprisionada dentro de una
sexualidad esencialmente para-otros, con la función específica de la reproducción.
(Basaglia, 1983, p. 40)
Tomando el concepto de cuerpos para otros y seres para los otros citado anteriormente,
Fernández 1993 recoge este término y expone la forma de control de la sexualidad de las
mujeres en occidente, mediante la conyugalidad como forma instituida. El poder que ejercen
los maridos sobre las esposas, sosteniendo en el tiempo la pasividad de las mujeres en la
subjetividad de las mismas.
Para definir la sexualidad me parece pertinente tomar la visión de Marcela ;
Bibliografía
Librería de mujeres