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BENEMÉRITA ESCUELA NORMAL FEDERALIZADA DE TAMAULIPAS.

CAPITULO 1
LEER Y ESCRIBIR EN LA ESCUELA:
LO REAL, LO POSIBLE Y LO NECESARIO.

INTEGRANTES:
• CARLOS ALFREDO FUENTES CAMPOS.
• BRYAN NICOLÁS BARRÓN CANO.

PROFESOR:
LUZ ADRIANA ALANIS NAVA.

SEMESTRE:
1° “C” L.E.P.

CD. VICTORIA, TAMPS., A 7 DE NOVIEMBRE DE 2023.


CAPITULO 1:
LEER Y ESCRIBIR EN LA ESCUELA:
LO REAL, LO POSIBLE Y LO NECESARIO.

Leer y escribir… Palabras familiares para todos los educadores, palabras que han marcado y siguen
marcando una función esencial - quizá la función esencial - de la escolaridad obligatoria.

Ahora bien, para concretar el propósito de formar a todos los alumnos como participantes de la
cultura escrita.

Enseñar a leer y escribir es un desafío que trasciende ampliamente la alfabetización en sentido


escrito. El desafío es incorporar a los alumnos a la cultura de lo escrito e integrarlos a la comunidad
de lectores y escritores. Participar en la cultura escrita supone asumir una herencia que involucra la
puesta en acción de conocimientos por las relaciones entre los textos y sus autores.
Es necesario hacer de la escuela una comunidad de lectores que acuden a los textos buscando respuestas para los problemas que necesiten resolver,
que busquen comprender mejor el mundo, encontrar argumentos o identificarse con autores. Es necesario crear una comunidad en la escuela de
autores que se expresen en sus textos, den a conocer sus ideas, informen de hechos o compartan una bella frase. Lo necesario es hacer de la escuela
un ámbito donde la lectura y la escritura son lecturas vivas y vitales.

El hecho de que sean prácticas dificulta su escolarización, pues son totalidades indisociables que ofrecen resistencia tanto al análisis como la
programación secuencial e implica conocimientos implícitos y privados. También se trata de prácticas sociales, que históricamente han provenido de
ciertos grupos sociales más que de otros, por lo que existe la tensión en la institución escolar contra la tendencia al cambio y a la tendencia a la
conservación.
DIFICULTADES INVOLUCRADAS EN LA ESCOLARIZACIÓN DE LAS PRÁCTICAS.

En consecuencia, no resulta sencillo determinar con exactitud qué, cómo y cuándo aprende los sujetos. Al
intentar instaurar las prácticas de lectura y escritura en la escuela, se plantean – en efecto- múltiples
preguntas cuya respuesta no es evidente: ¿qué se aprende cuando se escucha leer al maestro?, ¿cómo
acceder a las anticipaciones o inferencias que los niños presumiblemente hacen al intentar leer por sí
mismos un texto?, ¿cuándo puede decirse que un alumno a aprendido a recomendar libros o a confrontar
diversas interpretaciones?...
TENSIONES ENTRE LOS PROPÓSITOS ESCOLARES
Y EXTRAESCOLARES DE LA LECTURA Y LA ESCRITURA.

Dado que la función de la institución escolar es comunicar saberes y quehaceres culturales a las
nuevas generaciones, la lectura y la escritura existen para hacer enseñadas y aprendidas. Pero
existe una paradoja: si la escuela solo enseña a leer y a escribir con el propósito de que los alumnos
sepan hacerlo, ellos no sabrán leer y escribir para otras finalidades (las que cumplen en la vida
social).

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