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NUTRICIÓN
Y LA SALUD
PÚBLICA
Algunas definiciones
Salud Pública:
La salud pública es el conjunto de actividades
organizadas por las Administraciones públicas, con
la participación de la sociedad, para prevenir la
enfermedad así como para proteger, promover y
recuperar la salud de las personas del territorio o
región, tanto en el ámbito individual como en el
colectivo y mediante acciones sanitarias, sectoriales
y transversales.
Qué es la Nutrición
La nutrición es el proceso por el cual los nutrientes
contenidos en los alimentos satisfacen las necesidades de
nuestras células y permiten el desarrollo adecuado de
nuestros sistemas y aparatos con el fin de proporcionar a las
personas de una resistencia física adecuada a nuestra
actividad diaria.
LOS CONFLICTOS
VARIABILIDAD Y CONDICIONES EXTREMAS
DEL CLIMA
DESACELERACIONES Y DEBILITAMIENTOS DE
LA ECONOMÍA
INASEQUIBILIDAD DE LAS DIETAS
SALUDABLES
3 000 millones de personas no pueden permitirse
ni siquiera la dieta saludable más barata, con
alimentos de varios grupos y mayor diversidad
dentro de los grupos de alimentos
EL NÚMERO DE PERSONAS SUBALIMENTADAS
EN EL MUNDO SIGUIÓ AUMENTANDO EN 2020.
ESE AÑO PADECIERON HAMBRE EN TODO EL
MUNDO ENTRE 720 Y 811 MILLONES DE
PERSONAS. SI SE TOMA EL PUNTO MEDIO DEL
RANGO ESTIMADO (768 MILLONES), EN 2020
PADECÍAN HAMBRE 118 MILLONES DE
PERSONAS MÁS QUE EN 2019, CIFRA QUE SE
ELEVA HASTA 161 MILLONES MÁS SI SE TIENE
EN CUENTA EL LÍMITE SUPERIOR DEL RANGO
Por lo que se refiere a la población, se estima que en
2020 padecieron hambre en todo el mundo de 720 a
811 millones de personas. Si se toma el punto medio
del rango estimado (768 millones), en 2020 padecían
hambre unos 118 millones de personas más que en
2019 (Figura 1), y las estimaciones oscilaban entre los
70 y los 161 millones. Las estimaciones para 2020 que
se presentan en los Cuadros 1 y 2 se basan en el punto
medio del rango estimado. Los rangos completos
figuran en el Anexo 2.
PREVALENCIA DE LA SUBALIMENTACIÓN
EN EL MUNDO, 2005-2020
igura1 Grado de inseguridad alimentaria.
Adaptado de "Méto dos para la estimación de
índices comparables de prevalencia de la
inseguridad alimentaria experimen tada por
adultos en todo el mundo, FAO 2016".
17 Objetivos de desarrollo sostenible
ODS 2 “Poner fin al hambre, lograr la seguridad
alimentaria y la mejora de la nutrición y promover
la agricultura sostenible” y el ODS 3 “Garantizar
una vida sana y promover el bienestar de todos a
todas las edades”.
N.U.
En2019, el número de personas que vivían con
hambre en América Latina y el Caribe se situó en
47 millones. Esto implica que aproximadamente el
7,4% de los habitantes de la región sufría hambre,
pero de forma quizás más importante, significa
también un incremento de más de 13 millones de
personas en el total de población subalimentada
solo en los últimos cinco años.
De forma similar, en 2019 más de 190 millones de
personas enfrentaba inseguridad alimentaria
moderada o grave. Es decir, 1 de cada 3 habitantes
de los países de América Latina y el Caribe, no
tenía acceso a alimentos nutritivos y suficientes
por falta de recursos económicos o de otro tipo.
La calidad de la alimentación guarda también
relación con el exceso de peso, y esta nueva
edición del Panorama de la seguridad alimentaria
y nutrición en América Latina y el Caribe
confirma que el sobrepeso infantil en la región
sigue aumentando, situándose en 2019 en el 7,5%,
por encima del promedio mundial de 5,6%
De hecho, el sobrepeso, y la obesidad, han aumentado
en todos los grupos de edad. En todos los países de la
región, el sobrepeso en las mujeres es mayor que en los
hombres, y en 19 países, la diferencia es al menos de
10 puntos porcentuales. El costo económico y social de
la doble carga de la malnutrición, y muy especialmente,
del sobrepeso y la obesidad se incrementa en la región,
con un 75% de las muertes causadas por enfermedades
no transmisibles asociadas, en gran medida, a una
alimentación no saludable.
El sobrepeso en niños y niñas menores de 5 años
se manifiesta de forma más pronunciada en las
zonas urbanas, y particularmente en los grupos
más pobres, aunque también se presenta en las
zonas rurales. De hecho, 53 territorios, o 1 de cada
5, se encuentran rezagados por la doble carga de la
malnutrición, y estos tienden a ser rurales, con
altos niveles de pobreza y con alta presencia de
pueblos indígenas y afrodescendientes.
Durante 2019, el 7,4% de la población de América
Latina y el Caribe vivió con hambre, lo que
equivale a 47,7 millones de personas. La situación
se ha ido deteriorando durante los últimos 5 años,
con un aumento de 13,2 millones de personas con
subalimentación.
è De mantenerse esta tendencia, se aleja la
posibilidad de cumplir la meta Hambre Cero del
Objetivo 2 (ODS2) de los Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS). Se estima que, en 2030, en la
región el hambre afectará a 67 millones de
personas, una cifra que no contempla las
repercusiones de la pandemia de COVID-19.
è La población afectada por inseguridad alimentaria ha
seguido aumentando en América Latina durante los
últimos 5 años. En 2019, casi un tercio de la población,
o lo que es lo mismo, 191 millones de personas, se
vieron afectadas por inseguridad alimentaria moderada
o grave. De ellos, 57,7 millones, aproximadamente un
10% de la población de la región, se vio en situación de
inseguridad alimentaria grave, es decir, se quedaron sin
alimentos, pasaron hambre o estuvieron más de un día
sin comer.
è En la región desciende el retraso de crecimiento
infantil y aumenta el sobrepeso en las niñas y los
niños menores de 5 años. La desnutrición crónica
se redujo de 22,7% en 1990 a 9% en 2019, un
porcentaje inferior al promedio mundial de 21,3%.
En cuanto al sobrepeso infantil aumentó del 6,2%
al 7,5% en el mismo período, situándose por
encima del promedio mundial de 5,6%.
Durante 2016, cerca del 75% de las muertes en
ALC, es decir 2,8 millones, se debieron a ENT.
Una alimentación suficiente, de calidad y nutritiva
ayuda a prevenir este tipo de enfermedades y a
fortalecer el sistema inmunitario para responder
mejor a problemas de insuficiencia respiratoria,
entre otros.
El impacto de la pandemia de COVID-19 aún no se
refleja en los indicadores de los ODS relacionados
con la alimentación y la nutrición. Sin embargo, los
datos disponibles sobre el consumo de alimentos,
encuestas nutricionales y las proyecciones sobre el
incremento de la pobreza en la región permiten
augurar un aumento significativo del hambre, la
inseguridad alimentaria y la malnutrición en los
próximos años.