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MEDIO AMBIENTE Y

RECURSOS NATURALES
Dr. Rolando Reátegui Lozano
Email: rreateguil@unmsm.edu.pe
MEDIO AMBIENTE

conjunto de factores físicos, químicos,


biológicos y sociales capaces de causar
efectos directos o indirectos, en un plazo
corto o largo, sobre los seres vivos y las
actividades humanas.

Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente en Estocolmo


1972
Actividades humanas
insostenibles

está amenazando

Nuestro
planeta
biodiverso Ya que existe una
transformación y
explotación sin
precedentes de los
ecosistemas
terrestres y
marinos.
Los recursos naturales

proporcionan medios de sustento


para miles de millones de
personas
Cuando se administran bien

los recursos naturales renovables, las cuencas


hidrográficas, los paisajes terrestres productivos y los
paisajes marinos

pueden ser la base

del crecimiento sostenido e inclusivo, la


seguridad alimentaria, la reducción de la
pobreza y el bienestar humano.
Los ecosistemas del mundo

regulan

el aire, el agua y el suelo de los que todos dependemos y constituyen un


mecanismo de defensa único y eficaz en función de los costos contra los
fenómenos meteorológicos extremos y el cambio climático.

Para lograr

el crecimiento sostenible, se requiere una mejor


gestión de los recursos naturales, políticas fiscales
respetuosas con el medioambiente, mercados
financieros más verdes y programas eficaces de gestión
de desechos a nivel mundial.
La disminución de la biodiversidad y los servicios
ecosistémicos a nivel mundial

es un problema de

desarrollo: las economías, particularmente en los


países de ingreso bajo, no pueden permitir que los
servicios proporcionados por la naturaleza colapsen.

El colapso de ciertos servicios, como la polinización silvestre,


el suministro de alimentos provenientes de la pesca marina y
la madera de los bosques nativos, podría resultar en una
disminución significativa del PIB mundial de USD 2,7 billones
para 2030.

Los impactos relativos son más marcados en los países de


ingreso bajo y mediano bajo, donde las caídas del PIB en 2030
podrían ser superiores al 10 %.
La pérdida de biodiversidad y de servicios ecosistémicos es un problema de desarrollo, que
suele afectar en mayor medida a los países más pobres. Los ecosistemas saludables y los
servicios que estos proporcionan son esenciales para el crecimiento a largo plazo de sectores
económicos como la agricultura, la silvicultura y la pesca. Más de la mitad del PIB mundial se
genera en sectores que dependen en gran medida o moderadamente de los servicios de los
ecosistemas, como la polinización, la filtración de agua y las materias primas. Más de 3000
millones de personas dependen de la biodiversidad costera y marina para su ingesta de
proteínas y medios de sustento. Tres cuartas partes de los 115 principales cultivos
alimentarios del mundo se basan en la polinización animal. En los países en desarrollo, los
bosques, lagos, ríos y océanos aportan una proporción significativa de los alimentos,
combustibles e ingresos familiares, y constituyen una red de protección social de gran valor en
épocas de crisis, particularmente para los pobres que viven en zonas rurales.
Sin embargo, la integridad y la funcionalidad de estos activos naturales esenciales se ven
cada vez más comprometidas, ya que entre el 60 % y el 70 % de los ecosistemas del mundo (i)
se están degradando más rápido de lo que pueden recuperarse. La gestión inadecuada del
medioambiente y de los recursos naturales da lugar a pérdidas económicas considerables; por
ejemplo, un monto estimado de USD 80 000 millones al año se desaprovecha (i) debido a la
mala gestión de la pesca en los océanos. La contaminación atmosférica es el principal riesgo
medioambiental para la salud, con un costo equivalente al 6,1 % del PIB mundial al año. La
naturaleza está amenazada y 1 millón de especies animales y vegetales, de un total estimado
de 8 millones, se encuentran en peligro de extinción, muchas de ellas en un plazo de 10
años, según el último informe de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa
sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES [i]). Desde 1970, 14 de 18
categorías de servicios de los ecosistemas se han reducido.
La pandemia de COVID-19 pone de manifiesto los vínculos que existen entre la salud humana y la
naturaleza, ya que alrededor del 70 % de las nuevas enfermedades infecciosas tienen un origen
zoonótico. Los patógenos prosperan donde hay cambios medioambientales, por ejemplo la
deforestación, y cuando los ecosistemas naturales se encuentran sometidos a estrés a raíz de la
actividad humana y el cambio climático.

Además de servir como medio de protección entre los seres humanos y los patógenos, la
naturaleza también puede ayudar al desarrollo económico y social. Las inversiones en la
naturaleza pueden contribuir a la recuperación económica al crear empleo, atender las
necesidades de las comunidades más pobres y generar resiliencia a largo plazo. Los ecosistemas
saludables contribuyen a mitigar el cambio climático y aumentan la resiliencia de las
comunidades más vulnerables de todo el mundo. En investigaciones recientes del Banco Mundial
se plantean argumentos económicos a favor de invertir en la naturaleza (i) y se evalúan opciones
de políticas para enfrentar la crisis de la biodiversidad mundial.

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