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Casi la mitad de los niños que nacen con síndrome de Down presentan
cardiopatías congénitas. Todos los recién nacidos con síndrome de Down
deben someterse a una ecografía de corazón (ecocardiograma).
Aproximadamente la mitad de los niños con síndrome de Down también
tienen problemas visuales y auditivos. Las pérdidas auditivas (o
hipoacusias) se pueden deber a la acumulación líquido dentro del oído
interno o a la existencia de problemas estructurales dentro del oído. Los
problemas de visión suelen incluir estrabismo (los ojos no se mueven a la
vez para seguir un mismo objeto), miopía o hipermetropía y cataratas.
¿Cómo se diagnostica el síndrome de Down?
Hay dos tipos de pruebas prenatales que se utilizan para detectar el síndrome de Down en
un feto:
Las pruebas de cribado calculan las probabilidades de que un feto tenga síndrome de Down.
Las pruebas diagnósticas permiten afirmar o negar si el feto padece esta anomalía.
Las pruebas de cribado son económicas y fáciles de hacer. Pero no permiten dar una
respuesta definitiva a la pregunta de si un bebé tiene o no el síndrome de Down. Por eso, se
utilizan para ayudar a los padres a decidir si quieren o no someterse posteriormente a
pruebas diagnósticas.
Las pruebas diagnósticas permiten diagnosticar con precisión el síndrome de Down y otras anomalías
cromosómicas. Pero debido a que esto implica obtener algunas de las células del bebé mientras aún está
dentro del útero, existe el riesgo de que ocurra un aborto espontáneo y otras complicaciones.
Entre las pruebas de cribado, se incluyen las siguientes:
• Prueba de la traslucencia nucal. Esta prueba se hace entre las semanas 11 y 14 de embarazo. Utiliza la
ecografía para medir el grosor del pliegue nucal, ubicado detrás del cuello del feto. En los bebés con
síndrome de Down y otras anomalías cromosómicas se tiende a acumular fluido en esa parte, lo que hace
que el pliegue sea más grueso. Esta medida, junto con la edad de la madre (las mujeres embarazadas de
más de 35 años tienen más probabilidades de tener bebés con síndrome de Down) y la edad gestacional
del bebé, es utilizada por los médicos para calcular el riesgo de que el bebé nazca con síndrome de
Down.
• Ecografía
• Análisis de ADN fetal circundante: Esta prueba analiza el ADN fetal que se encuentra en la sangre de
la madre. Se puede hacer en el primer trimestre y es más precisa para detectar la trisomía 21 que el
análisis de sangre.
Las pruebas diagnósticas incluyen:
El muestreo de vellosidades coriónicas (MVC).