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RELACIÓN
ING. MAURICIO SALAS, MG.
PROBLEMAS DE RELACIÓN PATERNO
FILIALES
El papel que juegan los padres en el desarrollo y
maduración de la personalidad del niño es fundamental.
Los niños necesitan sentirse queridos y protegidos por los
padres, o en su defecto, por las personas que los sustituyen
cuando éstos faltan por muerte, abandono, etc. La falta de
afecto o privación afectiva padecida durante la infancia
puede dar lugar a numerosos trastornos psicológicos y
psicopatológicos que se manifiestan durante la misma
infancia o, a veces, con la llegada de la adolescencia,
pudiendo persistir en el adulto.
Las causas más frecuentes de privación afectiva infantil
están directamente relacionadas con factores paternos,
como muerte de uno o ambos padres, ausencia de alguno
de ellos por abandono, emigración, divorcio o separación,
falta de tiempo para dedicar a los hijos por exceso de
trabajo o del número de hermanos, hijos dejados así
totalmente a cargo de personas de servicio o ingresados
en régimen de internado en colegios distantes del
domicilio familiar, etc.
En otras ocasiones, la falta de afecto procede más
bien de un ambiente familiar deteriorado, con
frecuentes disputas entre los padres del ante de los
hijos que pueden estar relacionadas con trastornos
psicopatológicos de alguno de los progenitores del tipo
del alcoholismo, drogadicción, personalidad psicópata,
etc. En estos casos los niños pueden sufrir agresiones o
malos tratos, con lo que el problema es aún más
grave. La privación afectiva se puede vivir también en
relación al resto de los hermanos, con la sensación de
que los demás son los preferidos de los padres.
También son frecuentes entre los adultos y
adolescentes el alcoholismo, las toxicomanías y las
conductas suicidas como consecuencia de la
privación afectiva infantil. Cuando se añaden malos
tratos, es decir, cuando el niño tiene que padecer
conductas agresivas propiciadas por sus propios
padres u otras personas a cuyo cago está, lo más
probable es que desarrolle una personalidad
psicopática, por la cual el niño pretende reclamar
afecto mediante conductas inadecuadas o incluso
violentas, estableciéndose un patrón de conducta
contradictorio. El niño ha aprendido que no recibe
afecto y que sólo se le presta atención cuando "se
porta mal", con lo que éste es el único medio que le
queda para poder atraer la atención de sus padres.
Los tres estilos de parentaje emocionalmente más
inadecuados son los siguientes:
1. Ignorar completamente los sentimientos de los
hijos