Está en la página 1de 18

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN

CAPÍTULO I: COMPRENDIENDO EL JUEGO INFANTIL – DEFINIENDO


CONCEPTOS
1.1 Etimología
1.2 Definiciones
1.3 Características generales del juego

CAPÍTULO II: TEORÍAS MODERNAS


2.1 Juego y psicoanálisis según Freud
2.2 Teoría psicoevolutiva de Piaget
2.3 La escuela soviética de Vygotski y Elkonin

CAPÍTULO III: EVOLUCIÓN DEL JUEGO


3.1 Estadío sensorio motor
3.2 Estadío preoperacional
3.3 Estadío de las operaciones concretas

CAPÍTULO IV: ROL DEL ADULTO EN EL JUEGO INFANTIL


4.1 En entornos familiares
4.2 En entornos educativos

CAPÍTULO V: APLICACIÓN PRÁCTICA – OBSERVACIÓN Y ANÁLISIS

CAPÍTULO VI: CONCLUSIONES GENERALES

BIBLIOGRAFÍA
INTRODUCCIÓN

El juego constituye la ocupación principal del niño, así como un papel


muy importante, pues a través de éste puede estimularse y adquirir mayor
desarrollo en sus diferentes áreas como son psicomotriz, cognitiva y afectivo-
social. Además el juego en los niños tiene propósitos educativos y también
contribuye en el incremento de sus capacidades creadoras, por lo que es
considerado un medio eficaz para el entendimiento de la realidad.
Por medio del juego los pequeños experimentan, aprenden, reflejan y
transforman activamente la realidad. Los niños crecen a través el juego, por
eso no se debe limitar al niño en esta actividad lúdica.

El juego es la actividad principal que realiza el niño pequeño. A través


del juego el niño crece, se desarrolla y vive.

El juego no sólo es un entretenimiento, sino que a través del juego el


niño aprende a resolver problemas y contribuye tanto a su desarrollo
psicomotriz como intelectual.

El bebé comienza a jugar de forma instintiva y sin finalidad, pero con el


juego explora, y empieza a conocer, el mundo que le rodea. Poco a poco el
juego se convierte en algo más complejo, en un instrumento que le ayuda a
resolver problemas y a conocer mejor y manipular todo aquello que tiene
alrededor.

En el presente trabajo, pues se va a desarrollar el tema del juego en la


infancia para lo cual se ha dividido el trabajo en varios capítulos para su mejor
comprensión.
CAPÍTULO I: COMPRENDIENDO EL JUEGO INFANTIL –
DEFINIENDO CONCEPTOS

1.1 Etimología
El juego es una actividad natural del hombre, y especialmente
importante en la vida de los niños porque es su forma natural de
acercarse y de entender la realidad que les rodea. Resulta fácil
reconocer la actividad lúdica; sabemos perfectamente cuándo un niño
está jugando o está haciendo cualquier otra cosa.
La palabra juego aparece de manera cotidiana en el lenguaje hablado o
escrito cuando hablamos, por ejemplo, de “juego limpio”, “abrir el juego”,
“jugarse la vida”, “es un juego de niños”, etc. Sin embargo, tratar de
definir con precisión qué es el juego es una tarea mucho más compleja
porque bajo esa denominación englobamos una enorme variedad de
conductas que, examinadas al detalle presentan notables diferencias
entre sí.
En los idiomas semíticos la palabra juego está dominada por la raíz l’b’,
que significa jugar, a la que podemos emparentar la raíz l’t, que significa
reír o burlar. En hebreo la forma sahap, además de su significado inicial
de reír y llorar, también significa burlarse y divertirse; algunos autores le
han atribuido el significado de danzar. En el antiguo anglosajón lác y
lácam se asocian a juego, saltar, moverse, además de sacrificio y
ofrenda, lo cual relaciona el juego con los ritos y otras manifestaciones
culturales.
Según Corominas (1984), el sustantivo castellano “juego” procede del
latín iocus, mientras que el verbo jugar sería iocare; su significado es
broma, gracia, frivolidad, pasatiempo, recreo. En latín existe también
ludus, que significa jugar, y alude tanto al juego infantil como al recreo y
la competición. El acto de jugar, lusi lusum, incluye también el gusto por
la alegría y el jolgorio.
1.2 Definiciones
La definición del diccionario de la Real Academia Española explica que
el juego es la acción y efecto de jugar, entretenerse, travesear, retozar.
Es decir que al jugar nos divertimos y solemos “hacer algo”, intervenir,
realizar acciones sobre los objetos o las personas, imaginar, etc., lo que
nos llevará una serie de resultados y consecuencias.
Aunque la palabra juego no sea un concepto científico, si las acciones y
efectos son controlados de una manera técnica, pueden producir
aprendizajes. Estos se darán siempre y cuando la persona tenga
intenciones de aprender y de llegar a conclusiones. El juego heurístico
consiste en eso, en indagar y descubrir.
Las palabras juego y jugar están asociadas al entretenimiento y a la
diversión, pero hay otras acepciones. Cuando pensamos en la palabra
juego, pensamos también en las normas, en las reglas que llevan
implícitos los juegos. Si no se respetan las normas en los juegos de
reglas, no hay juego. En la trampa hay una intención maliciosa de alterar
las pautas del juego porque resulta divertido para algunos,
especialmente para los que ganan.
En el ludus hay reglas que definen a los ganadores y a los perdedores,
en la paidia no. Si observamos un juego simbólico infantil, por ejemplo
un niño que juega con una caja como si fuera un coche, y lo
comparamos con cuatro universitarios jugando al mus, lo que
observamos es diferente. En ambas situaciones habrá recreo, diversión
e imaginación pero en una situación hay normas y en la otra no.
Johan Huizinga (1938) enunció una de las definiciones más completas
de juego, que al explicar que “el juego, en su espacio formal, es una
acción libre ejecutada como si y sentida como situada fuera de la vida
corriente, pero que a pesar de todo puede absorber por completo al
jugador, sin que haya en ella ningún interés material ni se obtenga en
ella provecho alguno, que se ejecuta dentro de un determinado tiempo y
un determinado espacio, que se desarrolla en un orden sometido a
reglas y que da origen a asociaciones que tienden a rodearse de
misterio o a disfrazarse para destacarse del mundo habitual”.
1.3 Características generales del juego
En las personas que juegan percibimos una serie de características que
permiten distinguir ente comportamientos de juego y comportamientos
de no juego. En el juego las personas se expresan y se dan a conocer.
Los adultos distinguimos fácilmente entre trabajar y jugar pero, para un
niño, el juego, es su forma principal de aprender y ejercitar destrezas,
puede tratarse de una actividad muy seria.
El juego sigue en la vida del ser humano en sus diferentes etapas
evolutivas, y le ayuda a madurar, crecer, comprender, socializarse y
aprender. En el juego también se lucha y se compite, o no, como en el
caso de los juegos cooperativos. En el juego se estimula la alegría, la
autoestima y la confianza en uno mismo. El juego, además, tiene
relación con el trabajo, la fiesta, la sexualidad, la belleza y la cultura.
Entonces podemos mencionar que las principales características son:
a) El juego es libre: Es una actividad espontánea y autónoma, no
condicionada desde el exterior. La mayoría de los juegos deben
definirse por su carácter gratuito y no obligatorio.
b) El juego produce placer: Se realiza por placer y proporciona
satisfacción inmediata. Hay toda una serie de conductas asociadas al
juego, como la broma, la risa, la diversión, la relación social, el hecho
de ganar, etc., que son placenteras por sí mismas y se convierten en
el verdadero objeto de interés del juego. El carácter gratificante del
juego, con vierte el deseo de jugar en las personas en una
necesidad.
c) El juego implica actividad: No todos los juegos son motores o
conllevan ejercicio físico pero el jugar está psíquicamente activo
durante su desarrollo. Algunas de las capacidades implícitas al hecho
de jugar son explorar, moverse, pensar, deducir, imitar, relacionar y
comunicarse con los demás.
d) El juego es algo innato y se identifica como actividad propia de
la infancia: Muchos juegos no necesitan explicarse, se hacen de
forma casi automática. Los bebés juegan con su cuerpo al poco
tiempo de nacer, en la etapa simbólica los niños se inventan ellos
mismos historias y artefactos para jugar, y hasta los diez años de
edad es la ocupación más importante de sus vidas.
e) El juego tiene una finalidad intrínseca: Uno de los rasgos más
singulares de la conducta de juego es que en él son más importantes
los procesos que los fines de los fines; en otras palabras, lo
importante es participar. En el juego no se busca ningún otro objetivo
que el mero hecho de disfrutar con la actividad lúdica, es decir, el
placer del juego no se encuentra tanto en la meta o resultado final
como en el proceso. Esta cualidad se denomina “autotelismo” y es
común a otra actividad de ocio.
f) El juego es una vía de autoafirmación: El juego ayuda a los niños
a desarrollar estrategias para resolver sus problemas. Un niño juega
a los maestros, a los papás y a las mamás o a los médicos, porque
necesita entender a los adultos. En el juego erótico, el adulto se firma
a sí mismo, expresando sus necesidades y deseos, y aumentando su
autoestima y gozo ante la relación íntima.
g) El juego favorece la socialización: El juego nos enseña a respetar
las normas, a entendernos y a relacionarnos con los demás.
Mediante la comunicación, la competición y la cooperación, se
facilitan procesos de inserción social. Por eso el juego cumple
también una función compensadora de las desigualdades socio
cultural. Los juegos pueden ser adaptables y permiten la participación
de niños de diferentes edades, sexos, razas, culturas, etc.
h) Los juegos están limitados en el tiempo y en el espacio, pero
son inciertos: El tiempo que dedicamos a jugar depende de la
motivación del que juega y del atractivo, en parte subjetivo, del propio
juego. En la sociedad actual podemos decir que ocupamos los
espacios en los que podemos jugar y que estos cambian con cierta
frecuencia; se puede jugar dentro de casa, en la calle, en el campo,
en una cancha deportiva, etc. Los espacios de juego se modifican y
alteran según nuestras posibilidades. Sin embargo, el juego siempre
tiene una duración determinada y se pone en práctica en un espacio
más o menos acotado.
CAPÍTULO II: TEORÍAS MODERNAS
2.1 Juego y psicoanálisis según Freud
Freud consideró el juego como un medio para expresar y satisfacer las
necesidades. Por eso lo vinculo a la expresión de los instintos, y en
particular al instinto de placer. Pero el juego también puede cumplir la
función de expresar los sentimientos reprimidos, las proyecciones del
inconsciente y la realización de los deseos. Mediante la actividad lúdica,
el niño manifiesta sus deseos insatisfechos y puede incluso revivir
experiencias desagradables. El niño se convierte en actos y representa
esos aspectos negativos de la realidad, canalizando la angustia y
reconstruyendo lo que le ha sucedido en el pasado. Los acontecimientos
traumáticos son dominados y se solucionan los conflictos personales.
Para el psicoanálisis, el juego cumple una función terapéutica o catártica
similar a la del sueño, proporcionando una oportunidad de expresión a la
sexualidad infantil.

2.2 Teoría psicoevolutiva de Piaget


Para Piaget, el juego es reflejo de las estructuras mentales y contribuye
al establecimiento y desarrollo de nuevas estructuras mentales. Las
diversas formas que el juego adopta en la vida del niño son
consecuencia de su desarrollo evolutivo. Así, en las etapas iniciales los
niños desarrollan esquemas motores utilizando objetos y el propio
cuerpo durante el juego; al ejercitarlos, con independencia de las
propiedades específicas de cada objeto, el niño va reconociendo la
realidad al mismo tiempo que interioriza el mundo y lo interpreta. La
función de este juego de ejercicios es consolidar los esquemas motores,
y su coordinación, a medida que otros se adquieren.
Sobre los dos años de edad se inicia el denominado juego simbólico,
que hace posible la ficción mediante juguetes, cosas y representaciones
que actúan a manera de símbolos. El dominio de lo simbólico hace que
el juego evolucione desde lo individual hacia lo colectivo, donde se
comparten los símbolos. Cuando alcanzamos el juego social
aprendemos a jugar con otros y a representar papeles.
Para terminar, aparece el juego de reglas, porque a medida que los
juegos se van complicando, adquieren de unas normas y una estructura
que en ocasiones son imprescindibles para que el juego sea “jugable”.
Ello requiere la representación simultánea y abstracta de las acciones de
los distintos jugadores. El juego, la edad de los que juegan y la situación,
hacen que las reglas que queramos satisfacer en un determinado juego
también harán que las normas y las reglas del propio juego cambien y
sean sometidas a acuerdo.

2.3 La escuela soviética de Vygotski y Elkonin


Para estos autores el juego nace de la necesidad de conocer y dominar
los objetos del entorno. La actividad lúdica constituye el motor del
desarrollo, en la medida en que crea continuamente lo que Vygostki
denominó “zona de desarrollo próximo”. Esta zona de desarrollo próximo
es la distancia que hay entre el nivel de desarrollo, determinado por la
capacidad de resolver un problema sin la ayuda de nadie, y el nivel de
desarrollo potencial determinado por la capacidad de resolver un
problema con la ayuda de otro.
En consecuencia, el juego adquiere un carácter marcadamente social.
Los niños y adultos pueden aprender a dominar sus capacidades y las
normas sociales cuando juega, y al mismo tiempo, en el juego se
ofrecen capacidades personales a los demás y se aprende de otros.
Para Elkonin, la esencia del juego está precisamente en que muestra
cómo se producen las interacciones entre las personas. Por ello el juego
tiene sus reglas internas y evoluciona con la edad, dependiendo de las
características del propio juego, de las personas y sus relaciones
sociales.
CAPÍTULO III: EVOLUCIÓN DEL JUEGO

3.1 Estadío sensorio motor


El juego funcional, según Piaget, es la actividad lúdica por excelencia del
estadio sensorio motor. En este estadio, el niño actuará mediante actos
reflejos, a través de acciones repetitivas para obtener placer, ejercitando
sus esquemas mentales centrando estos en la repetición de un resultado
interesante que le produzca placer, representando los primeros rasgos
de intencionalidad, egocéntricamente, y construirá imágenes mentales
de la actividad lúdica para crear medios que le permitan alcanzar una
solución.
En este período (sensorio motor de 0 a 2 años), el juego funcional en el
niño se desarrollará a través de las acciones del niño y dependiendo de
sus capacidades y limitaciones.
La actividad lúdica se presenta en el niño a través de una conducta
principalmente motora, sin representación interna de los acontecimientos
externos. Dado que el niño no piensa en conceptos, usará sus sentidos y
sus capacidades motrices para jugar.
También se debe tener en cuenta el juego de construcción, que
aparecerá a partir de los primeros 12 meses de vida, para permanecer
en todos los estadios que tratemos.

Sub estadio I: reflejos (0-1 mes):


Desde que nace, se observa en el niño los actos reflejos. El recién
nacido aprende a llamar la atención con rapidez.
Los papas y las mamás son las primeras personas con las que el niño
inicia su actividad ludida. Este actúa de forma innata, sin intencionalidad.
Así, dado que el juego se caracteriza por ser intencional, es muy difícil
observar juego en este subestadio.
Sub estadio II: reacción circular primaria (1-4 meses)
Aunque todavía no se puede considerar que el niño tenga intención de
jugar, en este subestadio es evidente que el niño emite respuestas a los
estímulos que le hacen sentir placer.
Todavía el niño no es capaz de dominar las manos para coger las cosas,
así que se distrae observando los rostros que hay a su alrededor, los
sonidos que escucha, etc.
En estas edades, para el niño, cualquier objeto es parte de él mismo. Si
pierde el contacto con él, dejará de interesarle. Su propio cuerpo es un
objeto de juego, principalmente las manos (las abre y las cierra,
entrelaza los dedos, mira las manos, las junta, las separa…). Por otro
lado, las personas que están a su alrededor también hacen la función de
juguete, la forma de moverse y los tonos de voz hacen que el niño preste
más o menos atención según tenga una sensación agradable o no.

Sub estadio III: reacciones circulares secundarias (4-8 meses)


Las primeras manifestaciones de actividad lúdica en este período,
seguirán centradas en el logro y repetición de un resultado interesante,
que le produzca placer. El tiempo de juego estará relacionado con la
satisfacción que encuentre el niño al realizar la actividad.
En este período, es capaz de llevarse objetos a la boca, acercárselos y
mantener la mirada fija sobre algo que le interese. Descubre los pies y
los utiliza para jugar.

Subestadio IV: coordinación de esquemas secundarios (8-12


meses)
En este período se puede decir que el juego evoluciona, aumenta la
curiosidad del niño y éste se desplaza para conseguir el objeto que le
resulta llamativo.
El niño comienza a ser autónomo en sus movimientos y empieza a
comprender los sucesos (primeros actos inteligentes). Presenta los
primeros rasgos de intencionalidad. El bebé disfruta con las sensaciones
táctiles y con los ruidos que se producen al golpear los objetos.
En el juego, el niño inicia conductas repetitivas para conseguir un
resultado ansiado. Coge con destreza los juguetes y se los pasa de una
mano a otra, dedica gran parte del tiempo a explorar, observar e
investigar.

Subestadio V: relaciones circulares terciarias (12-18 meses)


El niño actúa y se mueve cada vez de forma más autónoma, el juego se
presenta como un proceso en el que el niño realiza la acción porque sí,
sin un objeto en concreto, sólo porque le gusta. Poco a poco el niño va
descubriendo los espacios y la relación de los objetos con estos.
En el desarrollo de este período, el juego del niño se basará en arrastrar
y desplazar juguetes, meter y sacar objetos del recipiente, jugar con
juguetes de ruedas. Todo esto, a través de la exploración, manipulación
y observación.

Subestadio VI: Imágenes simbólicas (18-24 meses)


El niño, en esta etapa, comienza a desarrollar el juego simbólico, y
realiza juegos en los que finge acciones. Esto lo consigue gracias a
representaciones previas de conductas. Sus exploraciones no paran y el
uso del lenguaje es reducido.
Todo lo que se pone a su alcance es inspeccionado gracias a sus
habilidades manipulativas descubiertas. Comienza a darse cuenta de
que los juguetes representan cosas y personas de la realidad.
Los juguetes que se arrastran y desplazan, los que se estén y se sacan
de recipientes, los peluches, las pelotas, etc., continúan siendo
necesarios para el desarrollo de la actividad lúcida del niño. Pero ahora
tomará una importancia clave los juguetes de ruedas, los trenes,
camiones, todos los objetos manipulativos que sean grandes y
llamativos, en los que el niño se pueda montar y que pueda coger con
facilidad.

3.2 Estadío preoperacional


A partir de los dos años, se considera que ha entrado en un estadio en el
que predomina el juego simbólico.
Su mundo cabalga entre la fantasía y la realidad.
La complejidad de este juego simbólico irá progresivamente en aumento
y supondrá un gran avance cualitativo cuando aparezca en este estadío
la posibilidad del juego grupal.
El juego funcional y el de construcción se mantienen en esta etapa.

De 2 a 4 años
Durante esta época se producen cambios espectaculares en las
actividades lúdicas. El juego funcional puede llegar a ser muy movido, y
todo ello es posible gracias a un avance en el desarrollo de las
habilidades motoras.
Es conveniente facilitar espacios abiertos y elementos seguros donde
niños y niñas puedan desfogar cómodamente toda su energía.
También dedican parte de su tiempo a actividades más tranquilas, entre
ellas, el juego simbólico. Este tipo de juego evoluciona en el tiempo en
dos fases muy diferenciadas:
 en un principio se centran en sus propias acciones y las dramatizan
con gestos exagerados.
 posteriormente proyectan sus propias conductas sobre los demás:
personas adultas u objetos.

Respecto a las relaciones sociales, los pequeños continúan el


descubrimiento de sus iguales y comparten con ellos más actividades
lúdicas y durante más tiempo.

De 4 a 6 años: La aparición del grupo


Se reflejan tres consignas:
 la primera de estas consecuencias es que los niños y niñas, al
relacionarse constantemente con sus iguales, ya no necesitan tanto
la presencia de las personas adultas.
 la segunda es la aparición de las incipientes manifestaciones de las
reglas y de las consignas en sus juegos.
 la tercera es el gran cambio que se produce en la utilización de
materiales, utensilios y juguetes.
3.3 Estadío de las operaciones concretas
La aparición de las reglas en el juego
Según Piaget, los juegos de reglas son considerados como "la actividad
lúdica del ser socializado". Son juegos de combinaciones
sensoriomotoras (carreras, lanzamientos, puntería) o intelectuales
(damas, cartas, de recorrido) con competencia entre los participantes y
regulados por un código transmitido por la cultura o producto de un
acuerdo del mismo grupo.
El incipiente desarrollo social que mostraba al principio, se transforma
ahora en madurez social que le capacita para aceptar y superar
premisas como:
 la implicación en estos juegos de un elevado grado de organización,
con una negociación inicial y un mantenimiento de las reglas durante
todo el juego.
 la asimiliación, tan difícil para algunos niños y niñas, del hecho de
que en estas actividades lúdicas existe una superioridad del grupo
sobre la individualidad.

Juego de reglas y desarrollo de las diferentes capacidades


A esta edad existe una gran afición por la gimnasia y los deportes que,
además de necesarios, son vividos como una fuente de placer. Los
niños y las niñas muestran preferencias muy definidas y juegan a lo que
les hace sentir mejor.
Otro tipo de juegos que estimulará el razonamiento, y por tanto, el
desarrollo cognitivo se podrán realizar en espacios más reducidos y con
menos desgaste físico aparente, como pueden ser: el ajedrez, las
damas, las cartas, etc. Continúan además las representaciones
dramáticas, cada vez con mayor grado de complejidad.
Los papeles entre los sexos siguen rígidamente definidos, llegando
incluso a existir algo de rivalidad entre ambos sexos.
CAPÍTULO IV: ROL DEL ADULTO EN EL JUEGO INFANTIL

4.1 En entornos familiares


No debemos olvidar que la familia es el primer contexto natural de juego
y tiene para el niño un valor extraordinario e insustituible.
Arrastrados por la corriente del día a día, por la inmediatez de lo urgente,
muchos padres y madres ven poco a sus hijos durante el curso escolar,
tan solo un rato al final del día y con suerte de que el niño no se
encuentre dormido. Jugar juntos nos parece algo inalcanzable. Por tanto,
compartir el juego es una forma agradable, lúdica y gratificante de hacer
ejercicio, disfrutar y aprender en familia. Por todo esto y mucho más es
importante que juguemos con nuestros pequeños, ya que seguro que
más de una persona añora en su infancia el que sus padres hayan
jugado con ellos. Y si cerráramos ahora los ojos e hiciéramos el ejercicio
mental de situarnos dentro de 20 años atrás, es posible que nos
embargue la añoranza del tiempo perdido, ese tiempo pasado en que
tuvimos la ocasión y no aprovechamos de disfrutar de ese periodo
presente de padres de niños que crecen demasiado deprisa.
Todo el juego que se desarrolle en estas edades potencia lo siguiente:
 Desarrollo de las habilidades y destrezas básicas
 Realización de desplazamientos de todo tipo (para atrás, a cuatro
patas, de cuclillas, agarrados al compañero, con pelotas a la pata
coja, por encima de colchonetas, por encima de bancos etc.
 Transportar objetos (pelotas, aros, conos...) con una mano, con las
dos, en la barriga, en la espalda, con los ojos cerrados etc. Manejar
objetos (grandes, pequeños, con compañeros etc.).
 realizar trepas (por espalderas, colchonetas inclinadas...).
 saltos (con una pierna, con las dos, hacia delante, a un lado, en
zigzag...) realizar giros (sobre el eje vertical, sobre el eje horizontal,
con pelotas).
 Trabajo de las cualidades perceptivas: (percibir objetos estáticos, en
movimiento, el niño en movimiento y el objeto también, apreciación
de trayectorias.
 Trabajo de situaciones de equilibrio: dinámico, estático y
desequilibrio.
 Trabajo del sentido del ritmo: controlar las situaciones de aceleración
y desaceleración, coordinar la percepción.

4.2 En entornos educativos


Entre los diversos tipos de actividad que efectúa el niño, el juego es una
de las más importantes en la edad infantil por lo tanto debe de ser
realizada por los propios niños y dirigido adecuadamente por el adulto,
mejor que cualquier otro tipo de actividad, la psiquis infantil, debido a
que por medio del juego, nuestros pequeños pueden satisfacer su
principal necesidad de trato con ellos mismos y con los adultos.
El juego debe ser dirigido por el adulto para que este se convierta en un
medio de educación y desarrollo. Sin embargo se ha comprobado que
existen distintas formas de dirigir el juego y que no todas son
adecuadas.
Dentro de los tipos de dirección del juego tenemos:
La autoritaria: donde la educadora le dice al niño todo lo que él debe
hacer al jugar. El niño es un elemento pasivo, sólo cumple con lo que se
le indica.
Dirección liberal: plantea que al niño no se le puede privar del juego, de
la creación. El educador/a apenas dirige, sólo se dedica a realizar
preguntas y a observar.
Dirección pseudo-democrática: el educador/a deja que el niño actué,
hable, pero ella es quien determina quién será cada cual y qué hará en
el curso del juego.
Dirección óptima: el educador/a le da el modelo de juego al niño y
luego lo deja actuar de forma independiente de forma que desarrolle sus
habilidades y hábitos. Aplicando su poca experiencia social.
Esta dirección pedagógica es considerada la más ajustada pues es
donde el niño seleccionará sus juegos, sus compañeros, los materiales a
utilizar y llega a formar sus propios argumentos.
Como todo proceso pedagógico, la dirección del juego debe tener
presente la planificación, la ejecución, el control y la evaluación.
CAPÍTULO V: APLICACIÓN PRÁCTICA – OBSERVACIÓN Y
ANÁLISIS

a) Observar analíticamente el comportamiento de un infante durante


actividades de juego en por lo menos 3 sesiones diferentes.

b) Realizar la descripción y análisis del juego infantil del caso


seleccionado indicando: Datos del caso, características del juego, estadío
en el que se encuentra, rol de los adultos involucrados, actitud del
infante, manifestaciones emocionales durante el juego, beneficios del
juego, aportes del juego al desarrollo infantil.

Juego: Empujar cosas


Durante los 12 a 18 meses, el 'peque' descubre también lo divertido que puede
ser empujar las cosas, como sillas, mesas pequeñas o cualquier objeto que le
sirva de apoyo.
Rol del adulto: Por seguridad, debe estar pendiente de lo que el niño empuja,
ya que podría ser peligroso para el infante.
Actitud del infante: Aunque aun suele perder el equilibrio, la posibilidad de
levantarse, caminar, detenerse o ponerse de rodillas representa la mejor de las
distracciones.
Manifestaciones emocionales durante el juego: En primer lugar la curiosidad,
conocer que sucede luego que el infante empuja un objeto, luego la
satisfacción y la alegría de poder ver deslizarse el objeto.
Beneficios del juego: Control de la motricidad.
Aportes del juego: El infante aprende a andar y a controlar su equilibrio.

c) Examina los datos encontrados y analiza si corresponden a lo


esperado para la edad cronológica del niño.
El niño se comporta adecuadamente y de acuerdo a su edad.
CAPÍTULO VI: CONCLUSIONES GENERALES

 El juego infantil se caracteriza por ser una actividad divertida pero seria
a la vez. El niño, mientras juega se divierte, pero por otro lado se toma el
juego muy en serio porque, para él, es una forma de afirmar su
personalidad y mejorar su autoestima. Se logra además una experiencia
de libertad, de ficción y que a veces, implica un esfuerzo por parte del
niño.

 El juego infantil pasa por tres etapas: El juego funcional o de ejercicio,


en la cual se da la repetición de una acción por placer, va de 0 a 23
años. El juego simbólico, en donde se da la simulación de situaciones,
objetos y personajes no presentes en el momento del juego. Y el juego
de reglas, la cual se tiene presencia de reglas en el juego desde los
primeros años.

 El juego estimula y exige diferentes componentes del desarrollo infantil.


Contribuye al desarrollo cognitivo, social, emocional y motor.

 Los padres y educadores tienen un papel muy importante en el juego


infantil, ya que son los que observan las necesidades lúdicas de los
pequeños y, en base a esa observación, les proporcionan los medios
para su disfrute, permitiendo siempre la libertad de explorar, manipular,
tantear, investigar, etc. En definitiva, los padres y educadores son los
que guían y ayudan sutilmente a los niños a descubrir el mundo que les
rodea y el papel que van a desempeñar en el mismo.
BIBLIOGRAFÍA

Alfonso García, Josué Llull; “El juego infantil y su metodología”, Editorial Editex.

Incarbone, O (2005). Juguemos en el jardín: el juego y la actividad física en la


educación inicial. Buenos Aires, Stadium.

Incarbone, O (2010). Iniciación deportiva y educación física en la edad escolar


de 6 a 12/13 años. Buenos Aires, Stadium.

González, L. Gómez, Jorge. (2007). La educación física en la primera infancia.


Buenos aires, Stadium.

Venegas Rubiales F; García Ortega M.; y Venegas Rubiales A. “El juego infantil
y su metodología”. 1ra. Edición, España, 2010.

http://www.mcgraw-hill.es/bcv/guide/capitulo/8448171519.pdf
http://books.google.com.pe/books?
id=Jx988XdHm20C&pg=PA38&dq=el+juego+infantil&hl=es&sa=X&ei=EUkOVL
DXA9OWgwSa_YLQBw&ved=0CEcQ6AEwCA#v=onepage&q=el%20juego
%20infantil&f=false

También podría gustarte