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10 Conductas que dificultan la

comunicación en la familia
Crianza positiva

Muchos de los problemas con relación al menor se podrían remediar con una
buena relación entre padres e hijos. En más de un Foro la conclusión ha sido
esa: UNA BUENA COMUNICACIÓN, donde las partes se respeten y exista la
posibilidad de abiertamente compartir las preocupaciones, las emociones, los
problemas y las dudas, por que el niño y la niña saben que son amados,
respetados y comprendidos.
Para que exista ese lazo de comunicación se debe trabajar día a día en
la confianza, así como entender y apreciar las diferencias entre nuestros
hijos, saber que los niños y las niñas tienen sus propias formas de
pensar y sentir, y no hay nada peor que sustituirlas por las nuestras.
Recuerda que cuando hablas sólo repites lo que ya sabes, pero cuando
escuchas puedes aprender algo nuevo. Nuestros hijos tienen mucho que
enseñarnos. Por eso te compartimos los 10 obstáculos que impiden o
dificultan la comunicación en la familia.
1. Mandar, dirigir
Decirle al otro lo que debe hacer sin considerar su opinión, imponiendo nuestro
parecer merma la comunicación, ya que los niños y las niñas deben poder
descubrir lo que les gustas y no, a veces en un proceso de probar y descubrir.
2. Amenazar o insultar
Anunciar sanciones y castigos, conminándole a hacer algo bajo la amenaza del
castigo o faltarles al respeto con insultos es violencia, y algo muy diferente
hacer ver las consecuencias que puede tener una determinada actuación.
Solucionar problemas sin violencia o agresividad física o verbal, exige un
ejercicio de autocrítica, de explorar nuestras motivaciones y de respeto al otro.
Recuerde, la violencia inicia en el hogar y la calle, y después se replica
en las escuelas, y sucede en un ambiente de inequidad, exclusión social,
pobreza y falta de ejercicio de derechos. Cuando un niño o una niña son
educados con violencia, es más factible que sufra acoso escolar o una
agresión física
3. Sermonear
Basarse en argumentos morales, si lo hace no se sorprenda ni se enoje si el
pequeño o la pequeña demuestra aburrimiento. Al señalarle lo que es bueno
desde nuestro punto de vista sin tener en cuenta su opinión no demuestra
empatía. Decirle: “Veo que no haz entendido la importancia de tener buenos
modales.” “Intento enseñarte que, si quieres que sean educados contigo, debes
serlo tú primero con ellos.” No mejorara la comunicación, de hecho la elimina.
No crea que el niño o la niña comprende lo que usted le está diciendo por
el solo hecho de que usted lo comprende; su lenguaje y su razonamiento
es diferente y depende mucho de la edad del menor.
4. Dar lecciones
Hablarle como un experto superior a él ya que tenemos mucha más
experiencia y sabemos y conocemos muy bien las enseñanzas de la vida:
“Hazme caso, que soy tu padre y sé lo que es arrepentirse cuando ya no hay
remedio”
5. Aconsejar
Insistir en que lo mejor para él o para ella es determinada conducta o 
acciones, al igual de cuando sermoneamos, les damos “nuestra” respuesta sin
tener en cuenta sus emociones: “Tú lo que tienes que hacer es olvidarte de
esos amigos con los que vas, que no hacen más que distraerte. ¿Por qué no
vas con Luis, que es tan buen chico? Él sí que te echaría una mano en los
estudios” 
6. Consolar
Consolar obstaculiza la comunicación cuando pretendemos hacerlo para quitar
importancia al tema que le preocupa al menor, negando sus sentimientos y la
importancia de los mismos: “Pero, ¿por esa tontería estás llorando? Si es una
tontería, no sé cómo te puedes preocupar por eso”.
7. Aprobar
Darle siempre la razón, sin analizar sus argumentos y justificaciones, decirle a
todo si como tontos; porque evidentemente no estamos escuchando nada de lo
que nos dice, si no que fingimos que nos importa, lo cual es muy doloroso para
ellos, pues denota y hace pensar, cuando a lo mejor estamos ocupados.
Por ello, lo mejor es ser claro, y si en ese momento es imposible
comunicarnos, pedirle que espere un poco al lugar o momento adecuado,
correcto, oportuno.
8. Desaprobar
El quitarle siempre la razón al niño o a la niña sólo por ser pequeño es un gran
obstáculo para la comunicación y la generación de lazos emocionales. Un
ejemplo seria decir: “Es que ya estás como siempre, metiendo la pata una vez
más”.
9. Interpretar
Hacer presuposiciones de lo que piensa, de lo que quiere decir, sin preguntarle
directamente a la otra persona qué es lo que está intentado transmitir y sin
hacer comprobaciones de que lo que digo se ajusta a la realidad.
10. Ironizar
Usar el sarcasmo para desaprobar algo, cambiar lo positivo por lo negativo de
manera muy refinada, llevarle y hacer presentes las contradicciones.

Algunos factores que afectan la comunicación a nivel familiar,


son:

- No escuchar a los demás.


- Amenazar o castigar.
- Despreciar las opiniones.
- Acusar.
- Burlarse.
- Dar consejos sin ser pedidos.
- Interrumpir a los demás.
- Ser radical.
- No hablar de forma directa.

8 Acciones que dificultan la


comunicación en familia

En la familia la comunicación es uno de los pilares fundamentales que


garantiza la transmisión de los valores, así mismo a través de una
comunicación efectiva se construyen relaciones asertivas entre parejas, padres
e hijos. De este modo resulta vital explorar las acciones que como familia
estamos poniendo en marcha para hacer que la comunicación de los miembros
fluya.

En las familias, producto de la rutina, los conflictos en la dinámica y otras


situaciones comunes es probable que se presenten acciones nocivas para la
consolidación de la comunicación, es común ver que se hable al mismo
tiempo, que algunos opten por el silencio, o inclusive que otros opten por
elevar la voz, sin embargo en este post expondremos algunas acciones que
pueden disparar situaciones que dificulten el establecimiento de una
comunicación efectiva, invitándote a explorarte, observarte y adoptar cambios
que resulten necesarios para favorecer los niveles de interacción y relación
que promoverán el bienestar a los integrantes del núcleo familiar.

Partamos por identificar 8 estilos de interacción que dificultan la


comunicación en familia:
1. Interacción Autoritaria: una familia en la que existan miembros que
impongan sus puntos de vista, así como que exijan se viva de un modo
u otro, considerando exclusivamente sus parámetros, se convierte en
una familia donde los miembros pueden sentir altos niveles de
frustración, indiferencia o bajos niveles de autoestima. En las familias
con este tipo de interacción casi siempre se observan gritos, rigidez,
poca fluidez de los miembros y ningún respeto por las opiniones del
otro. Un exceso de deberías menoscaba la intención de cualquier
integrante por proponer estilos o formas para realizar las cosas que
resulten diferentes a las ya establecidas.
2. Interacción Amenazante: la amenaza eleva el miedo y disminuye la
autoconfianza, en familias donde se evidencia este estilo de interacción
es común ver a niños temerosos y a adolescentes con tendencias
depresivas, la amenaza constante menoscaba el espíritu libre y dificulta
la expresión natural de las emociones. La comunicación no fluye pues
el miedo la ahoga en medio de este proceso interactivo. Este estilo
puede resultar altamente violento, conflictivo y poco motivador para los
integrantes del núcleo familiar. Los castigos, las sanciones se
convierten en todo del discurso, dificultando el autocontrol y la
autorregulación.
3. Interacción Absoluta: cuando pensamos que sabemos todo o que
tenemos la razón en todo, minimizamos el deseo del otro a exponer su
opinión, cerrando los canales de comunicación o abriendo charlas
cargadas de discursos vacíos o conversaciones retadoras donde cada
quien intenta validar su punto de vista. En las familias con este tipo de
interacción es común ver el sermoneo constante o los consejos que no
permiten error, al asumir que solo nosotros tenemos la razón
impedimos que el otro pongan en marcha sus modos para resolver los
conflictos e irrespetamos sus formas de negociación e interacción.
4. Interacción Crítica: es común en familias donde el discurso va en
función de apuntar negativamente sobre lo que hace, dice, logra,
alcanza o no alcanza el otro. Este tipo de interacción busca juzgar
constantemente las acciones que cada miembro de la familia ejerce,
irrespetando los estilos y personalidades e invadiendo las diferencias
individuales de los miembros de la familia. En familias críticas los
miembros se sienten constantemente en desventaja en relación con el
otro que juzga, cercando la libertad de cada uno de vivir en función de
sus elecciones personales.
5. Interacción Victimizante: en este estilo los miembros de la familia
juegan papeles antagónicos, unos ejercen el rol de victimarios y otros el
rol de víctima. Constantemente los integrantes de la familia evaden sus
responsabilidades, dejando fuera la casualidad de las acciones que
ejercen o dejan de ejecutar, debilitando su fuerza vital y compromiso de
cambio.
6. Desanimar a tu pareja: toda relación es un espacio para el
fortalecimiento y crecimiento individual, pues allí debe existir apoyo y
acompañamiento. Cuando por incomprensiones, poca empatía y
reducida asertividad desinflamos los sueños y metas del otro le
estancamos y ponemos freno al crecimiento de la relación.
7. Interacción irónica: este estilo de interacción se basa en el uso
excesivo de la ironía y el sarcasmo como modo para ejecutar sus
comunicaciones. En las familias que hacen uso de este discurso la
violencia va encubierta en este formato verbal, de modo que la
confianza de los miembros de ve debilitada y constantemente se recurre
la silencio para minimizar las verbalizaciones que lleguen a resultar
hirientes.
8. Interacción Nula: este estilo es uno de los más complejos de resolver,
pues está enraizado en la historia de vida de la familia, producto de
heridas pasadas que se han ido bloqueando y reprimiendo. En este
estilo la familia opta por el silencio, el ocultamiento y la ecuación de la
evasión de las situaciones y emociones. Es común recurrir a la mentira
o a la implosión emocional cuando se vive en familias que optan por
este estilo de interacción, pues nada se comunica, todo se guarda, la
expresión ha sido considerada como señal de debilidad y por ende los
lazos de confianza han quedado disueltos.
9. Interacción Conflictiva: al contrario de la anterior en este estilo se
busca constantemente el conflicto, se prioriza el problema y las familias
optan por racionalizar constantemente sus situaciones, viviendo
sumidas en las situaciones difíciles que les tocan enfrentar. El problema
se eleva y la familia elige mantenerse constantemente orientada a no
solucionar, sino más bien la búsqueda es a ir aumentando el problema
añadiendo conflictos personales, gritos, malas interpretaciones,
suposiciones, lecturas de mente y otros recursos que dificultan la
comunicación.

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