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Subtítulo
La voluntad
Teleología consciente y teleología inconsciente
Lo que distingue a los actos que son objeto de evaluación moral no es el poseer
simplemente una estructura teleológica, sino el hecho de que dicha estructura sea de
carácter consciente, es decir, que esté vinculada con un comportamiento intencional.
Hay dos aspectos de la teoría aristotélica del acto intencional, que se encuentran
desarrollados en dos textos de la Ética a Nicómaco.
La voluntad
Ética a Nicómaco III 1-3: contiene la teoría aristotélica de la imputabilidad de los actos.
Caracterización negativa del acto voluntario (Ética a Nicómaco III 1-3) : esta teoría,
en vez de caracterizar directamente el acto libre, más bien indica bajo qué condiciones un
acto ya no se considera plenamente libre y por lo tanto imputable.
1) involuntarios
2) voluntarios
3) "mixtos"
La voluntad
Actos involuntarios
¿Qué se entiende por compulsión? : ¿Qué se entiende por acto involuntario forzado, es
decir, hecho bajo compulsión o violencia?
Aristóteles dice, en Ética a Nicómaco III 1, que un acto es por compulsión o forzado
cuando la causa está fuera del agente –no está en su poder– y cuando el agente no
coopera libremente en el acto en ningún nivel de análisis.
El ejemplo que pone Aristóteles es el de alguien que tiene que realizar una serie de actos
porque ciertas personas tomaron secuestrados a sus familiares; por ejemplo, le secuestran
la mujer y los hijos y le dicen que debe robar o matar.
La voluntad
Actos involuntarios
Aristóteles rechaza completamente que alguien puede excusarse de un acto por referencia
a una pasión, como la ira o el amor; las pasiones no son fuerzas de compulsión, ya que no
son exteriores al agente. Compulsión aquí significa siempre compulsión exterior.
Aquí no vale ningún alegato de inocencia que recurra a las pasiones, como, por ejemplo,
el de quien diga "maté a mi esposa, porque me enamoré de otra mujer y había que
liberarle el camino a esta feliz pareja": éste es un acto que, desde este tipo de tipología,
no puede ser catalogado como realizado bajo compulsión, porque la compulsión que
implica involuntariedad es externa al sujeto y en este caso es interna.
La voluntad
Actos involuntarios
Si alguien mata a otra persona y se excusa diciendo que no sabía que matar a otro estaba
mal, aun cuando ese alegato fuera cierto, no es ése el tipo de ignorancia que
necesariamente lo excluye de la imputabilidad moral, pues justamente lo que se le imputa
a un sujeto adulto es que no sepa tal principio, porque debería saberlo.
Ignorancia de la norma moral: alguien que alegue, después de matar a una persona,
que hasta entonces no se le había ocurrido pensar que estaba mal matar a un semejante es
un sujeto que, lejos de excusarse, se pone bajo el ámbito de lo que le puede ser atribuido
como demérito.
La voluntad
Actos involuntarios
Son aquellos que pueden ser considerados como fruto de una iniciativa consciente de
parte de un agente maduro racional.
Hay actos, que siendo voluntarios (elegidos) son de carácter mixto, pues se realizan
voluntariamente aunque por necesidad, a fin de evitar perjuicios futuros.
Las acciones mixtas son voluntarias porque el origen de la acción recae en el agente, se
desean racionalmente pero no son placenteras (EN III, 1: 1110a 11 y 16).
La voluntad
Caracterización positiva del acto moral: en el libro II, capítulo 4 de la Ética a
Nicómaco, Aristóteles hace una breve enumeración de las características del acto moral,
ahora desde el punto de vista positivo y no negativo como antes: no cuáles características
deben estar dadas para que el acto sea moralmente evaluable, sino qué características
positivas presenta el acto moral como tal.
Aquí el contexto de discusión es más bien una distinción entre acto moral y acto técnico.
Para lo que interesa ahora basta con tomar estas características y darse cuenta de adónde
apunta la caracterización positiva del acto moral.
b) debe ser resultado de una elección deliberada: no quiere decir que todo acto
particular deba ir precedido de un sesudo proceso de deliberación consciente. De hecho,
la mayoría de los actos no va acompañado de ese proceso de deliberación expresa, pues
con mucha frecuencia los procesos de deliberación son descargados en el hábito.
La voluntad
c) debe ser un acto escogido por sí mismo: apunta a que el acto moral no se utilice para
un fin extrínseco, porque si el acto es instrumentalizado para un fin exterior a sí mismo,
se convierte en otro acto. Por ejemplo si alguien hace una donación, tal acto se puede
describir como un acto de generosidad si se escogió hacer la donación por sí misma.
d) debe llevarse a cabo de modo seguro y sin vacilaciones: lo que importa son las
disposiciones habituales, es decir, no tanto si el acto es valiente o no, sino si el sujeto que
lo realiza es valiente o no. Por eso Aristóteles introduce este requerimiento adicional, que
depende de una ética de las virtudes.