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IV:- LA LIBERTAD HUMANA

4.1.- CONCEPTO DE LIBERTAD


La libertad humana es la facultad humana de determinar los propios actos, también la facultad de hacer
y decidir cuando no se oponga a las leyes y a las buenas costumbres. Es la condició n de que no es
esclavo.

4.1.1: elementos de acto voluntario

La ética aristotélica el elemento exclusivamente racional es la felicidad ú ltima que es la actividad de la


parte superior del alma racional; pero a la vez en las virtudes humanas, tanto éticas como dianoeticas o
intelectuales está presente también la razó n. Sin embargo, esto no quiere decir que Aristó teles no dé
cabida al elemento volitivo; es má s, su ética debe entenderse como un intento consciente de superar el
intelectualismo de sus predecesores, y aunque no llegara a expresar con toda precisió n una teoría de la
voluntad, tal doctrina no está sin embargo ausente

La advertencia y el consentimiento
Ya hemos dicho que el acto humano exige la intervenció n de las potencias racionales, inteligencia y
voluntad, que determinan sus elementos constitutivos: la advertencia en la inteligencia y el
consentimiento en la voluntad.

La advertencia
Por la advertencia el hombre percibe la acció n que va a realizar, o que ya esté realizando. Esta
advertencia puede ser plena o semiplena, segú n se advierta la acció n con toda perfecció n o só lo
imperfectamente (p. ej., estando semi-dormido).
Obviamente, todo acto humano requiere necesariamente de esa advertencia, de tal modo que un
hombre que actú a a tal punto distraído que no advierte de ninguna manera lo que hace, no realizaría un
acto humano.
No basta, sin embargo, que el acto sea advertido para que pueda ser imputado moralmente: en este caso
es necesaria, ademá s, la advertencia de la relació n que tiene el acto con la moralidad (p. ej., el que
advierte que este comiendo carne, pero no se da cuenta que es vigilia, realiza un acto humano que, sin
embargo, no es imputable moralmente).
La advertencia, pues, ha de ser doble: advertencia del acto en sí y advertencia de la moralidad del acto.

El consentimiento
Lleva al hombre a querer realizar ese acto previamente conocido, buscando con ello un fin. Como señ ala
Santo Tomá s, el acto voluntario o consentido es “el que procede de un principio intrínseco con
conocimiento del fin”.
Ese acto voluntario –consentido- puede ser perfecto o imperfecto -segú n se realice con pleno o
semipleno consentimiento- y directo o indirecto. Por la importancia que tiene en la prá ctica,
estudiaremos con má s detenimiento lo que se entiende por acto voluntario indirecto y directo.

El acto voluntario indirecto


El acto voluntario indirecto se da cuando al realizar una acció n, ademá s del efecto que se persigue de
modo directo con ella, se sigue otro efecto adicional, que no se pretende sino só lo se tolera por venir
unido al primero (p. ej., el militar que bombardea una ciudad enemiga, a sabiendas de que morirá n
muchos inocentes: quiere directamente destruir al enemigo -voluntario directo-, y tolera la muerte de
inocentes -voluntario indirecto-).
Es un acto, por tanto, del que se sigue un efecto bueno y otro malo, y por eso se le llama también
voluntario de doble efecto.
Es importante percatarse de que no es un acto hecho con doble fin (p. ej., robar al rico para darle al
pobre), sino un acto del que se siguen dos efectos: doble efecto, no doble fin.
"Robín Hood" o "Chucho el Roto" realizan acciones con doble fin: el fin inmediato es robar al rico: el fin
mediato es darle ese dinero a los pobres. No es una acció n de doble efecto, sino una acció n con un fin
propio y un fin ulterior.
Hay casos en que es lícito realizar acciones en que, junto a un efecto bueno se seguirá otro malo. Para
que sea lícito realizar una acció n de la que se siguen dos efectos, bueno uno (voluntario directo) y malo
el otro (voluntario indirecto), es necesario que se reú nan determinadas condiciones:
1o. Que la acció n sea buena en sí misma, o al menos indiferente.
Así, nunca es lícito realizar acciones malas (p. ej., mentir, jurar en falso, etc.), aunque con ellas se
alcanzaran ó ptimos efectos, ya que el fin nunca justifica los medios, y por tanto no se puede hacer el mal
para obtener un bien.
Para saber si la acció n es buena o indiferente habrá que atender, como se ver má s adelante, a su objeto,
fin y circunstancias.
2o. Que el efecto inmediato o primero que se produce sea el bueno, y el malo sea só lo su
consecuencia necesaria.
Es un principio que se deriva del anterior: es necesario que el buen efecto derive directamente de la
acció n, y no del efecto malo (p. ej., no sería lícito que por salvar la fama de una muchacha se procurara
el aborto, pues el efecto primero es el aborto; no sería lícito matar a un inocente para después llegar
hasta donde está el culpable, porque el efecto primero es la muerte del inocente).
3o. Que uno se proponga el fin bueno, es decir, el resultado del efecto bueno, y no el malo, que
solamente se tolera.
Si se intentara el fin malo, aunque fuera a través del bueno, la acció n sería inmoral, por la perversidad
de la intenció n. El fin malo só lo se tolera, por ser imposible separarlo del bueno, con disgusto o
desagrado.
Ni siquiera es lícito intentar los dos efectos, sino ú nicamente el bueno, permitiendo el malo solamente
por su absoluta inseparabilidad del primero (p. ej., el empleado que amenazado de muerte da el dinero
a los asaltantes, ha de tener como fin salvar su vida, y no que le roben al patró n). Aun teniendo los dos
fines a la vez, el acto sería inmoral.
4o. Que haya un motivo proporcionado para permitir el efecto malo.
Porque el efecto malo -aunque vaya junto con el bueno y se le permita só lo de modo indirecto- es
siempre materialmente malo, y el pecado material -en el que no existe voluntariedad de pecar- no se
puede permitir sin causa proporcionada.
No sería lícito, por ejemplo, que para conseguir un pequeñ o arsenal de municiones del ejército enemigo
haya que arrasar a todo un pueblo: el motivo no es proporcionado al efecto malo.

4.1.2: obstáculo y condicionamientos de la libertad

La responsabilidad personal, el problema de determinar las condiciones de dicha responsabilidad


adquiere una importancia primordial. Actos propiamente morales solo son aquellos en lo que podemos
atribuir al agente una responsabilidad no solo por lo que se propuso realizar sino también los
resultados o consecuencias de su acció n.

El problema de la responsabilidad mora se liga, a su vez, de la necesidad y libertad humanas, pues solo
si se admiren que el agente tiene cierta libertad de opció n y decisió n cabe hacerse responsable de sus
actos.

No basta juzgar determinando acto conforme a una norma o regle de acció n, sino examinar las
condiciones concretas en que aquel se produce a fin de determinar si se da el margen de la libertad de
opció n y decisió n necesario para poder imputarle una responsabilidad moral. Por ejemplo, Juan le robo
a su amigo, desde el punto de vista moral es un acto reprobable, tal vez sea un tanto precipitado si no te
toman en cuenta las condiciones peculiares en que se condena moralmente a Juan.

En una presió n inmediata, su condena se justifica ya que robar a una amigo no tiene excusa, ya la no sé
excusable la acció n de Juan no se le puede eximir de responsabilidad.

En este ejemplo nos permite plantear cuestiones de:

¿Cuá les son las condiciones necesarias para poder imputar a un sujeto una responsabilidad moral a
determinado acto?
¿En qué condiciones puede ser alabada o censurada una persona por su conducta?
¿Cuá ndo puede afirmarse que el individuo es responsable de sus actos?

Desde Aristó teles contamos ya con una respuesta a estas cuestiones; en 2 condiciones fundamentales:

A) La ignorancia y responsabilidad moral


Que el sujeto no ignore las circunstancias ni consecuencias de su acció n; o sea, que su conducta tenga un
carácter consiente.
Este nos dice que si solo podemos hacer responsable de sus actos del sujeto que elige, decide y actú a
conscientemente, ya que debemos eximir de responsabilidad moral a que no tiene conciencia de lo que
hace, es decir, a quien ignora las circunstancias, naturaleza o consecuencia de su acció n.
Por ejemplo un objeto Y, que despierta una reacció n de ira, no es responsable de su acció n, que ignora
que esté enfermo, o que puede provocar en él una reacció n desagradable. X ignora las circunstancias, ya
que no prevé las consecuencias negativas de ella. No las conocía, sino que, no podía ni estaba obligado a
cumplirlas.
En pocas palabras la ignorancia no puede eximirle de su responsabilidad, ya que el mismo es
responsable de no saber lo que bebía saber.

B) Coacción exterior y responsabilidad moral

Que la causa de sus actos este en el mismo (o causa interior), y no en otro agente (o causa exterior) que
le obligué a actuar en cierta forma pasando por encima de su voluntad; o sea, que su conducta sea libre.

Solo el conocimiento por un lado, y la libertad, por otro, permite hablar legítimamente de
responsabilidad. Por el contrario, la ignorancia de una parte, y la falta de libertad de otra (entendida
aquí cono coacció n) permite eximir al sujeto de su responsabilidad mora.
La 2da condició n fundamental no dice que para q pueda hacerse responsable a una persona de un acto
suyo es que la causa de este se halla en el mismo, y no provenga de exterior, es decir de algo a alguien
que le obligue, contar su voluntad a realizar dicho acto.

C) Coacción interna y responsabilidad moral

Si el agente no es responsable de los actos que tiene si causa fuera de él, ¿Lo será, en cambio de toda
aquello que tiene su causa o fuente en sí mismo? ¿No pueden darse actos cuya causa habite en el
interior del sujeto y de los cuales s no sea responsable moralmente? Antes de responder a estas
cuestiones se debe de insistir en que, en términos generales, el hombre solo puede ser responsable de
los actos cuya naturaleza conoce y cuyas consecuencias puede prever, así como de aquellos que, por
realizarse en ausencia de una coacció n extrema, se halla bajo su dominio y control.

Podemos decir que un individuo normal es responsablemente de robo cometido por el, pero que no lo
es , por el contrario, el cleptó mano que roba por un impulso irresistible. El asesinato es responsable
moralmente, el que lo comete contrae responsabilidades.

4.1.4.-tipos de libertad

La libertada se divide segú n el punto de vista desde el que se aprecie y podemos establecer la libertad
psíquica, física y la que determina el derecho jurídico o libertad legal.

 La libertad física: de acció n determina la ausencia de vínculos materiales, por ejemplo la


privació n de la libertad en prisiones. Se manifiesta de muchas maneras y las concepciones son
distintas, pues una persona pude ser libre físicamente pero está sometida a normas que coarten
esa libertad en ciertas situaciones.
 La libertad psíquica: permite al individuo elegir por sus juicios los bienes segú n su voluntad.
Muchas normas de tipo social establecen la libertad de creencias o religiones que es parte de la
libertad de tipo psíquico porque son debidas a la voluntad del individuo. La cantidad es una
forma de libertad que carece de ética, porque esta no la somete a un nú mero sino, busca las
cualidades que produce en el hombre y podemos establecer que la libertad de pensamiento es la
que produce mayor nú mero de cualidades.
 La libertad legal: es la manera como nos conducimos en la sociedad de acuerdo a la facultad
jurídica que cada individuo tiene por pertenecer a la misma. Ejemplo: una persona que contrae
matrimonio establece una norma legal de fidelidad para su conyugue.
 Libertad moral: es una forma independiente de la ética aunque con rasgos similares por cuanto
a decisió n de escoger lo correcto. Es una consecuencia de libertad psíquica por que la voluntad
depende de la inteligencia y su raciocinio. La moral nos plantea la manera de conducirnos como
por ejemplo: el querer hacer pero limitarse por la moral.

4.2 corrientes filosóficas de la libertad

 El existencialismo nace como una reacción frente a las tradiciones filosóficas imperantes, tales como
el racionalismo o el empirismo, que buscan descubrir un orden legítimo de principios metafísicos
dentro de la estructura del mundo observable, en donde se pueda obtener el significado universal
de las cosas. En los 1940s y 1950s, existencialistas franceses como Jean-Paul Sartre, Albert Camus,
Simone de Beauvoir y Daniel Lira realizaron escritos académicos y/o de ficción que popularizaron
temas existenciales del tipo de la libertad, la nada, el absurdo, entre otros. Walter Kaufmann
describió al existencialismo como "el rechazo a pertenecer a cualquier escuela de pensamiento, el
repudiar la adecuación a cualquier cuerpo de creencias, y especialmente de sistemas, y una marcada
insatisfacción hacia la filosofía tradicional, que se marca de superficial, académica y alejada de la
vida".

 Es la filosofía de la existencia, el movimiento filosófico y humanístico europeo, identificado por la


concepción según la cual "la existencia precede a la esencia" (Jean-Paul Sartre), y que se popularizó a
partir de la crisis y crítica social y moral, a raíz de los estragos y dramas socio-filosóficos ocasionados
por las grandes guerras europeas del siglo XX, especialmente, la segunda guerra mundial.

 Al existencialismo se le ha atribuido un carácter vivencial, ligado a los dilemas, estragos,


contradicciones y estupidez humana. Esta corriente filosófica discute y propone soluciones a los
problemas más propiamente inherentes a la condición humana, como el absurdo de vivir, la
significancia e insignificancia del ser, el dilema de la guerra, el eterno tema del tiempo, la libertad, ya
sea física o metafísica, la relación dios-hombre, el ateísmo, la naturaleza del hombre, la vida y la
muerte. El existencialismo busca revelar lo que rodea al hombre, haciendo una descripción
minuciosa del medio material y abstracto en el que se desenvuelve el individuo (existente), para que
éste obtenga una comprensión propia y pueda dar sentido o encontrar una justificación a su
existencia.

 Se definen numerosas tendencias, entre ellas la religiosa y la atea, aunadas por una problemática
común aunque cada una con su propio enfoque del entendimiento de la vida. La primera otorga
primacía a la relación del hombre con Dios mientras que la tendencia atea considera al individuo
como único ser. Estas concepciones se influyen mutuamente al manifestar las mismas
preocupaciones y principios éticos, y por experimentar las mismas decepciones en cuanto a todo lo
que de absurdo y sin sentido hay en la vida. Este afán por el espíritu de pesimismo, desasosiego y
desesperación caracteriza a las tendencias del movimiento existencialista. El existencialismo, o más
precisamente la filosofía existencial, se interesa en reflexionar sobre el sentido de la vida y de la
muerte por encima de cuestiones abstractas; también intenta mostrar un camino individualmente
creativo para que el hombre pueda realizarse, hacerse y valerse a sí mismo, a pesar de las
pesadumbres y desasosiegos o de toda circunstancia.

4.2.1 determinismo libertarismo y dialéctica de la libertad

El determinismo es una doctrina filosófica que sostiene que todo acontecimiento físico, incluyendo el
pensamiento y acciones humanas, están causalmente determinados por la irrompible cadena causa-
consecuencia. Existen diferentes formulaciones de determinismo, que se diferencian en los detalles de sus
afirmaciones. Para distinguir las diferentes formas de determinismo conviene clasificarlas acorde al grado de
determinismo que postulan:

El determinismo fuerte sostiene que no existen sucesos genuinamente aleatorios o azarosos, y en general el
futuro es potencialmente predecible a partir del presente (aunque lógicamente predictibilidad y
determinación son independientes, ya que la primera requiere además cierto tipo de conocimiento de las
condiciones iníciales).

El determinismo débil sostiene que es la probabilidad lo que está determinado por los hechos presentes, o
que existe una fuerte correlación entre el estado presente y los estados futuros, aun admitiendo la influencia
de sucesos esencialmente aleatorios e impredecibles.
El libertarismo (del inglés libertarianism, traducido al español en ocasiones como libertarianismo o
liberalismo libertario), es una filosofía política antiautoritaria, antiestatista o libertaria que, partiendo de las
mismas bases del liberalismo, afirma la vigencia suprema de la libertad individual (o de primera generación o
libertad negativa), es decir, el derecho natural del individuo sobre sí mismo, cuyo límite no es otro más que
el derecho ajeno.

Hay algunas justificaciones filosóficas libertarias, todas comparten como principio el respaldo de la
asociación voluntaria y la propiedad privada, la afirmación de la intrínseca libertad y eficiencia del
capitalismo de libre mercado y la mínima intervención estatal -o inclusive nula- en cualquier aspecto de la
vida. Para los libertarios, toda relación humana debe ser producto de pactos voluntarios y la fuerza sólo
puede emplearse legítimamente contra otros de manera defensiva o ante el incumplimiento de un acuerdo
(principio de no agresión).

Dialéctica de la libertad

Actualmente gozamos de gran Libertad moral, de manera que nadie es quién para decir a otro lo que debe
hacer, y a la vez estamos sometidos a un poder total y formidable que la sociedad ejerce sobre cada uno. Ese
poder se organiza jurídicamente en forma de Estado, y penetra en todos los detalles de la vida de cada
individuo, con lo que parece que la Libertad, lo más precioso que tenemos después de la vida, se
autodestruye al implantarse en sociedad. Esta paradoja es el tema del ensayo. En él se examina la Libertad
humana íntegramente, tanto en su faceta de Libertad individual o moral como en su aspecto de Libertad
política o social. Ambas se confrontan y se relacionan, buscando conciliar teoría y práctica, como dos caras
que son de una única y valiosa moneda llamada Libertad. Para conseguirlo se replantean sus fundamentos, y
se reflexiona en profundidad acerca de conceptos tales como la autonomía de la voluntad, la ley moral, la
convivencia libre en un Estado democrático, la esencia del Derecho, y, en definitiva, sobre todo aquello que
puede contribuir a afianzar ese valor en alza llamado Libertad.

4.3.-POSTURAS FRENTE A LA LIBERTAD

Acuerdo pide la libertad a la ciencia y la tecnología en la comunicación con la naturaleza, la ciencia y la


tecnología hablan de su admiración a la naturaleza y de cómo el interés económico y la política que le
favorece les han llevado en contra de la naturaleza.

El mundo sonríe a todos no pensar que la naturaleza es enemiga debido al calentamiento de la tierra y por
ello estar contra la naturaleza. En el concierto de la naturaleza, la conquista de la libertad, si el depredador
atenta contra la naturaleza no elimina todas las especies de la naturaleza la naturaleza, la naturaleza dejara
hacer hasta un día en que cansada eliminara al depredador.

El saber usar la libertad es una manera de perderla sin embargo, día a día nos encontramos con grandes
restricciones, pues todos vivimos dentro de una sociedad, vivimos dentro de leyes sociales y leyes
constitucionales, por ello "El que no puede corregir la conducta de los ciudadanos sino suprimiéndoles las
comodidades de la vida, debe confesar que no sabe gobernar a hombres libres". (Tomás Moro, Utopía)…

Ahora bien, la libertad no puede ser absoluta o ilimitada. ¿Estás de acuerdo? El propio marco legal que
establece y garantiza las libertades es, al mismo tiempo, uno de sus límites. Pero las leyes no son las malas
de la película; no existen para darnos dolores de cabeza, ni estorbarnos; existen para demarcar el sentido y
alcances de las libertades mismas, para que su ejercicio por parte de unos no menoscabe el derecho de
otros; existen, pues, para que podamos convivir los unos con los otros en libertad. Por eso no se vale evadir
el cumplimiento de la ley.
En otro sentido, la libertad significa que cada quien puede decidir por sí mismo obedeciendo sólo a su propio
criterio y no determinado por otros. Esta definición se orienta más hacia la autonomía que cada uno
tenemos, por ejemplo: la de vestir como me gusta o elegir el credo que quiera. Así, mientras que en el
terreno individual la libertad entraña la capacidad de auto determinarnos y auto gobernarnos, en el ámbito
social la libertad remite al derecho y a la consiguiente responsabilidad de participar en las decisiones
colectivas, como la formación de gobiernos, la discusión de las leyes y la elaboración de las políticas públicas;
sólo participando de esta manera puede decirse que al obedecer las leyes y a nuestras autoridades nos
estaremos obedeciendo a nosotros mismos.

Las diferentes formas de la libertad están estrechamente vinculadas entre sí: no es casual que los gobiernos
autoritarios las restrinjan por igual.

Cortadas las libertades de conciencia, expresión, información y disertación, la ciudadanía libró una
importante lucha por el restablecimiento de los derechos cívico-políticos conculcados. Una lucha que se
prolongó por más de quince años y que culminó con la reinstauración de la democracia y de las libertades de
las que abreva la cultura.

4.3.1Anarquismo Bakunin: Dialéctica de Lenin, Posturas Psicoanalíticas de Fromm.

Es posible que el anarquismo español haya sido algo más que una gigantesca protesta contra unos
determinados orden social. Quizá haya sido también una inmensa rebelión contra el dogmatismo que tan
largamente ha pasado sobre la manera de ser española. Dogmatismo e intolerancia han condicionado las
páginas menos gloriosas de nuestra historia, la tendencia se acababan de dibujar en el anarquismo española:
la colectividad de Bukunin, la comunista-anarquista de Kropotkin y la anarco-sindicalista, muy importante a
primeros de siglo.

a).- Dialéctica de Lenin.

La dialéctica de la transformación de los contrarios uno en otro, será resaltada por Lenin como una
de las claves teóricas para comprender los saltos y grandes procesos históricos. Desde este punto de vista su
audaz consigna “transformar la guerra imperialista en guerra civil” tiene una relación directa con el
enriquecimiento de su pensamiento político-ideológico a través de la lectura de Hegel y del tratamiento de
la dialéctica viva del proceso histórico. En este sentido Trotsky señalaría en los años 30 que la dialéctica de
Lenin era una “dialéctica de gran escala”.

La dialéctica de Trotsky es una dialéctica del desarrollo desigual y combinado del proceso histórico
que a la vez se expresa en la lógica interna de su teoría de la revolución permanente. Esta afirmación
reconocida por infinidad de comentadores, ha sido acompañada en la mayoría de los casos por la
construcción de un Trotsky mecanicista y dogmático en filosofía. Lejos estamos de inventar un Trotsky
filósofo, con respuestas a todos los problemas planteados en el debate acerca de la filosofía del marxismo.
No obstante desde la publicación en los años "80 de los Escritos sobre Lenin, dialéctica y evolucionismo1
contamos con un valioso material en el cual Trotsky, de forma fragmentaria expone algunos puntos de vista
sobre la dialéctica, los cuales es necesario estudiar y debatir.

b).- Posturas Psicoanalíticas de Fromm:


Para comprender el sentido en el que Fromm dirige la problemática acerca de la libertad, resulta necesario
ubicar su pensamiento en las influencias que recibe del Marxismo y del Psicoanálisis, esto significa
comprender al ser humano como un sujeto que trabaja y que está determinado por su situación de clase y,
como un sujeto de deseo que debe reprimir el principio del placer por la exigencia del principio de realidad.
El sujeto debe liberarse de las formas alienadas propias de la sociedad de consumo que centran su existencia
en el tener y no en el ser. Es así que hablará del hombre nuevo como aquel que puede vivir en la esencia de
su humanismo dejando la apropiación de los objetos en un segundo plano.
"La función de la sociedad nueva es alentar el surgimiento de un Hombre nuevo, ser cuya estructura de
carácter tendrá las siguientes cualidades:
 Disposición a renunciar a todas las formas de tener, para poder ser plenamente.
 Sentir seguridad, tener un sentimiento de identidad y confianza basados en la fe en lo que uno es,
en la necesidad de relacionarse, interesarse, amar, solidarizarse, con el mundo que nos rodea, en
vez de basarse en el deseo de tener, poseer, dominar el mundo, y así volverse esclavo de sus
posesiones.
 Aceptar el hecho de que nadie ni nada exterior al individuo le da significado a su vida, sino que
esta independencia radical y la no cosidad pueden llegar a ser la condición de la actividad plena
dedicada a compartir e interesarse por sus semejantes.

En este sentido, el hombre nuevo es aquel que se libera de la alienación de los objetos para constituirse
como un sujeto pleno en su condición humana trascendental. Pero el hombre no trasciende a través de la
racionalidad, sino por medio del amor. En este sentido Fromm define su postura como un Humanismo, para
destacar que el sujeto no está condicionado o determinado por su naturaleza (ello) o por las condiciones
económicas propias de la sociedad capitalista (lucha de clases); dado que él puede liberarse trascendiendo
sus pulsiones y su interés egoísta por poseer, a través de la relación amorosa con los otros.
CONCLUSIÓN
La libertad humana es la facultad humana de determinar los propios actos, de hacer y decidir cuando no
se oponga a las leyes y a las buenas costumbres. La cual se puede hallar una determinada felicidad con
los cuales se obtienen de elementos de un acto voluntario que tendrá una advertencia para percibir la
acció n que va a realizar y un consentimiento que este está previamente conocidos. También involucra
el acto voluntario indirecto que se da al realizar una acció n de modo de modo que no se pretende. Pero
como todas las cosas siempre tiene un obstá culo en este caso es: la ignorancia y responsabilidad moral,
coacció n exterior y la coacció n interna.

Ademá s se encontrara diversos tipos de libertad: física, psíquica, legal y moral, segú n el punto de vista
en el que se aprecie por donde se establecerá la libertad. Otros aspectos son: El determinismo débil
sostiene que es la probabilidad lo que está determinado por los hechos presentes, o que existe una fuerte
correlación entre el estado presente y los estados futuros, aun admitiendo la influencia de sucesos
esencialmente aleatorios e impredecibles. El liberalismo es una filosofía política libertaria que, partiendo de
las mismas bases del liberalismo, afirma la vigencia suprema de la libertad individual (o de primera
generación o libertad negativa), es decir, el derecho natural del individuo sobre sí mismo, cuyo límite no es
otro más que el derecho ajeno.

El saber usar la libertad es una manera de perderla sin embargo, día a día nos encontramos con grandes
restricciones, pues todos vivimos dentro de una sociedad, vivimos dentro de leyes sociales y leyes
constitucionales, por ello "El que no puede corregir la conducta de los ciudadanos sino suprimiéndoles las
comodidades de la vida, debe confesar que no sabe gobernar a hombres libres". (Tomás Moro, Utopía)…

Dogmatismo e intolerancia han condicionado las páginas menos gloriosas de nuestra historia, la tendencia
se acababan de dibujar en el anarquismo española: la colectividad de Bukunin, la comunista-anarquista de
Kropotkin y la anarco-sindicalista, muy importante a primeros de siglo.

Opinión personal
La libertad humana acciones que somos libres de hacer sin convertirlo en abuso de la libertad donde
involucrara obligaciones y responsabilidades que nos llevaran a un bien común y a una felicidad interna o ya
sea externa donde tanto que se anhela se disfruta o tanto que la tenemos no nos damos cuenta de que lo
que poseemos o que hacemos con ella así que a todos como humanos “seremos libres sin abusar de ella”
BIBLIOGRAFÍA
 Libro: Ética, Autor: Sánchez Vázquez, Ed.: Tratados y Manuales Grijalbo.
 Libertad, Javier Ramírez Gálvez, Huerga Ferro- Segunda Edición

 http://sepiensa.org.mx/contenidos/libertad/libertad.htm
 http://www.escuelacima.com/actoshumanos.html
 http://www.monografias.com/trabajos33/virtudes-actos-voluntarios/virtudes-actos-
voluntarios.shtml

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