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La advertencia y el consentimiento
Ya hemos dicho que el acto humano exige la intervenció n de las potencias racionales, inteligencia y
voluntad, que determinan sus elementos constitutivos: la advertencia en la inteligencia y el
consentimiento en la voluntad.
La advertencia
Por la advertencia el hombre percibe la acció n que va a realizar, o que ya esté realizando. Esta
advertencia puede ser plena o semiplena, segú n se advierta la acció n con toda perfecció n o só lo
imperfectamente (p. ej., estando semi-dormido).
Obviamente, todo acto humano requiere necesariamente de esa advertencia, de tal modo que un
hombre que actú a a tal punto distraído que no advierte de ninguna manera lo que hace, no realizaría un
acto humano.
No basta, sin embargo, que el acto sea advertido para que pueda ser imputado moralmente: en este caso
es necesaria, ademá s, la advertencia de la relació n que tiene el acto con la moralidad (p. ej., el que
advierte que este comiendo carne, pero no se da cuenta que es vigilia, realiza un acto humano que, sin
embargo, no es imputable moralmente).
La advertencia, pues, ha de ser doble: advertencia del acto en sí y advertencia de la moralidad del acto.
El consentimiento
Lleva al hombre a querer realizar ese acto previamente conocido, buscando con ello un fin. Como señ ala
Santo Tomá s, el acto voluntario o consentido es “el que procede de un principio intrínseco con
conocimiento del fin”.
Ese acto voluntario –consentido- puede ser perfecto o imperfecto -segú n se realice con pleno o
semipleno consentimiento- y directo o indirecto. Por la importancia que tiene en la prá ctica,
estudiaremos con má s detenimiento lo que se entiende por acto voluntario indirecto y directo.
El problema de la responsabilidad mora se liga, a su vez, de la necesidad y libertad humanas, pues solo
si se admiren que el agente tiene cierta libertad de opció n y decisió n cabe hacerse responsable de sus
actos.
No basta juzgar determinando acto conforme a una norma o regle de acció n, sino examinar las
condiciones concretas en que aquel se produce a fin de determinar si se da el margen de la libertad de
opció n y decisió n necesario para poder imputarle una responsabilidad moral. Por ejemplo, Juan le robo
a su amigo, desde el punto de vista moral es un acto reprobable, tal vez sea un tanto precipitado si no te
toman en cuenta las condiciones peculiares en que se condena moralmente a Juan.
En una presió n inmediata, su condena se justifica ya que robar a una amigo no tiene excusa, ya la no sé
excusable la acció n de Juan no se le puede eximir de responsabilidad.
¿Cuá les son las condiciones necesarias para poder imputar a un sujeto una responsabilidad moral a
determinado acto?
¿En qué condiciones puede ser alabada o censurada una persona por su conducta?
¿Cuá ndo puede afirmarse que el individuo es responsable de sus actos?
Desde Aristó teles contamos ya con una respuesta a estas cuestiones; en 2 condiciones fundamentales:
Que la causa de sus actos este en el mismo (o causa interior), y no en otro agente (o causa exterior) que
le obligué a actuar en cierta forma pasando por encima de su voluntad; o sea, que su conducta sea libre.
Solo el conocimiento por un lado, y la libertad, por otro, permite hablar legítimamente de
responsabilidad. Por el contrario, la ignorancia de una parte, y la falta de libertad de otra (entendida
aquí cono coacció n) permite eximir al sujeto de su responsabilidad mora.
La 2da condició n fundamental no dice que para q pueda hacerse responsable a una persona de un acto
suyo es que la causa de este se halla en el mismo, y no provenga de exterior, es decir de algo a alguien
que le obligue, contar su voluntad a realizar dicho acto.
Si el agente no es responsable de los actos que tiene si causa fuera de él, ¿Lo será, en cambio de toda
aquello que tiene su causa o fuente en sí mismo? ¿No pueden darse actos cuya causa habite en el
interior del sujeto y de los cuales s no sea responsable moralmente? Antes de responder a estas
cuestiones se debe de insistir en que, en términos generales, el hombre solo puede ser responsable de
los actos cuya naturaleza conoce y cuyas consecuencias puede prever, así como de aquellos que, por
realizarse en ausencia de una coacció n extrema, se halla bajo su dominio y control.
Podemos decir que un individuo normal es responsablemente de robo cometido por el, pero que no lo
es , por el contrario, el cleptó mano que roba por un impulso irresistible. El asesinato es responsable
moralmente, el que lo comete contrae responsabilidades.
4.1.4.-tipos de libertad
La libertada se divide segú n el punto de vista desde el que se aprecie y podemos establecer la libertad
psíquica, física y la que determina el derecho jurídico o libertad legal.
El existencialismo nace como una reacción frente a las tradiciones filosóficas imperantes, tales como
el racionalismo o el empirismo, que buscan descubrir un orden legítimo de principios metafísicos
dentro de la estructura del mundo observable, en donde se pueda obtener el significado universal
de las cosas. En los 1940s y 1950s, existencialistas franceses como Jean-Paul Sartre, Albert Camus,
Simone de Beauvoir y Daniel Lira realizaron escritos académicos y/o de ficción que popularizaron
temas existenciales del tipo de la libertad, la nada, el absurdo, entre otros. Walter Kaufmann
describió al existencialismo como "el rechazo a pertenecer a cualquier escuela de pensamiento, el
repudiar la adecuación a cualquier cuerpo de creencias, y especialmente de sistemas, y una marcada
insatisfacción hacia la filosofía tradicional, que se marca de superficial, académica y alejada de la
vida".
Se definen numerosas tendencias, entre ellas la religiosa y la atea, aunadas por una problemática
común aunque cada una con su propio enfoque del entendimiento de la vida. La primera otorga
primacía a la relación del hombre con Dios mientras que la tendencia atea considera al individuo
como único ser. Estas concepciones se influyen mutuamente al manifestar las mismas
preocupaciones y principios éticos, y por experimentar las mismas decepciones en cuanto a todo lo
que de absurdo y sin sentido hay en la vida. Este afán por el espíritu de pesimismo, desasosiego y
desesperación caracteriza a las tendencias del movimiento existencialista. El existencialismo, o más
precisamente la filosofía existencial, se interesa en reflexionar sobre el sentido de la vida y de la
muerte por encima de cuestiones abstractas; también intenta mostrar un camino individualmente
creativo para que el hombre pueda realizarse, hacerse y valerse a sí mismo, a pesar de las
pesadumbres y desasosiegos o de toda circunstancia.
El determinismo es una doctrina filosófica que sostiene que todo acontecimiento físico, incluyendo el
pensamiento y acciones humanas, están causalmente determinados por la irrompible cadena causa-
consecuencia. Existen diferentes formulaciones de determinismo, que se diferencian en los detalles de sus
afirmaciones. Para distinguir las diferentes formas de determinismo conviene clasificarlas acorde al grado de
determinismo que postulan:
El determinismo fuerte sostiene que no existen sucesos genuinamente aleatorios o azarosos, y en general el
futuro es potencialmente predecible a partir del presente (aunque lógicamente predictibilidad y
determinación son independientes, ya que la primera requiere además cierto tipo de conocimiento de las
condiciones iníciales).
El determinismo débil sostiene que es la probabilidad lo que está determinado por los hechos presentes, o
que existe una fuerte correlación entre el estado presente y los estados futuros, aun admitiendo la influencia
de sucesos esencialmente aleatorios e impredecibles.
El libertarismo (del inglés libertarianism, traducido al español en ocasiones como libertarianismo o
liberalismo libertario), es una filosofía política antiautoritaria, antiestatista o libertaria que, partiendo de las
mismas bases del liberalismo, afirma la vigencia suprema de la libertad individual (o de primera generación o
libertad negativa), es decir, el derecho natural del individuo sobre sí mismo, cuyo límite no es otro más que
el derecho ajeno.
Hay algunas justificaciones filosóficas libertarias, todas comparten como principio el respaldo de la
asociación voluntaria y la propiedad privada, la afirmación de la intrínseca libertad y eficiencia del
capitalismo de libre mercado y la mínima intervención estatal -o inclusive nula- en cualquier aspecto de la
vida. Para los libertarios, toda relación humana debe ser producto de pactos voluntarios y la fuerza sólo
puede emplearse legítimamente contra otros de manera defensiva o ante el incumplimiento de un acuerdo
(principio de no agresión).
Dialéctica de la libertad
Actualmente gozamos de gran Libertad moral, de manera que nadie es quién para decir a otro lo que debe
hacer, y a la vez estamos sometidos a un poder total y formidable que la sociedad ejerce sobre cada uno. Ese
poder se organiza jurídicamente en forma de Estado, y penetra en todos los detalles de la vida de cada
individuo, con lo que parece que la Libertad, lo más precioso que tenemos después de la vida, se
autodestruye al implantarse en sociedad. Esta paradoja es el tema del ensayo. En él se examina la Libertad
humana íntegramente, tanto en su faceta de Libertad individual o moral como en su aspecto de Libertad
política o social. Ambas se confrontan y se relacionan, buscando conciliar teoría y práctica, como dos caras
que son de una única y valiosa moneda llamada Libertad. Para conseguirlo se replantean sus fundamentos, y
se reflexiona en profundidad acerca de conceptos tales como la autonomía de la voluntad, la ley moral, la
convivencia libre en un Estado democrático, la esencia del Derecho, y, en definitiva, sobre todo aquello que
puede contribuir a afianzar ese valor en alza llamado Libertad.
El mundo sonríe a todos no pensar que la naturaleza es enemiga debido al calentamiento de la tierra y por
ello estar contra la naturaleza. En el concierto de la naturaleza, la conquista de la libertad, si el depredador
atenta contra la naturaleza no elimina todas las especies de la naturaleza la naturaleza, la naturaleza dejara
hacer hasta un día en que cansada eliminara al depredador.
El saber usar la libertad es una manera de perderla sin embargo, día a día nos encontramos con grandes
restricciones, pues todos vivimos dentro de una sociedad, vivimos dentro de leyes sociales y leyes
constitucionales, por ello "El que no puede corregir la conducta de los ciudadanos sino suprimiéndoles las
comodidades de la vida, debe confesar que no sabe gobernar a hombres libres". (Tomás Moro, Utopía)…
Ahora bien, la libertad no puede ser absoluta o ilimitada. ¿Estás de acuerdo? El propio marco legal que
establece y garantiza las libertades es, al mismo tiempo, uno de sus límites. Pero las leyes no son las malas
de la película; no existen para darnos dolores de cabeza, ni estorbarnos; existen para demarcar el sentido y
alcances de las libertades mismas, para que su ejercicio por parte de unos no menoscabe el derecho de
otros; existen, pues, para que podamos convivir los unos con los otros en libertad. Por eso no se vale evadir
el cumplimiento de la ley.
En otro sentido, la libertad significa que cada quien puede decidir por sí mismo obedeciendo sólo a su propio
criterio y no determinado por otros. Esta definición se orienta más hacia la autonomía que cada uno
tenemos, por ejemplo: la de vestir como me gusta o elegir el credo que quiera. Así, mientras que en el
terreno individual la libertad entraña la capacidad de auto determinarnos y auto gobernarnos, en el ámbito
social la libertad remite al derecho y a la consiguiente responsabilidad de participar en las decisiones
colectivas, como la formación de gobiernos, la discusión de las leyes y la elaboración de las políticas públicas;
sólo participando de esta manera puede decirse que al obedecer las leyes y a nuestras autoridades nos
estaremos obedeciendo a nosotros mismos.
Las diferentes formas de la libertad están estrechamente vinculadas entre sí: no es casual que los gobiernos
autoritarios las restrinjan por igual.
Cortadas las libertades de conciencia, expresión, información y disertación, la ciudadanía libró una
importante lucha por el restablecimiento de los derechos cívico-políticos conculcados. Una lucha que se
prolongó por más de quince años y que culminó con la reinstauración de la democracia y de las libertades de
las que abreva la cultura.
Es posible que el anarquismo español haya sido algo más que una gigantesca protesta contra unos
determinados orden social. Quizá haya sido también una inmensa rebelión contra el dogmatismo que tan
largamente ha pasado sobre la manera de ser española. Dogmatismo e intolerancia han condicionado las
páginas menos gloriosas de nuestra historia, la tendencia se acababan de dibujar en el anarquismo española:
la colectividad de Bukunin, la comunista-anarquista de Kropotkin y la anarco-sindicalista, muy importante a
primeros de siglo.
La dialéctica de la transformación de los contrarios uno en otro, será resaltada por Lenin como una
de las claves teóricas para comprender los saltos y grandes procesos históricos. Desde este punto de vista su
audaz consigna “transformar la guerra imperialista en guerra civil” tiene una relación directa con el
enriquecimiento de su pensamiento político-ideológico a través de la lectura de Hegel y del tratamiento de
la dialéctica viva del proceso histórico. En este sentido Trotsky señalaría en los años 30 que la dialéctica de
Lenin era una “dialéctica de gran escala”.
La dialéctica de Trotsky es una dialéctica del desarrollo desigual y combinado del proceso histórico
que a la vez se expresa en la lógica interna de su teoría de la revolución permanente. Esta afirmación
reconocida por infinidad de comentadores, ha sido acompañada en la mayoría de los casos por la
construcción de un Trotsky mecanicista y dogmático en filosofía. Lejos estamos de inventar un Trotsky
filósofo, con respuestas a todos los problemas planteados en el debate acerca de la filosofía del marxismo.
No obstante desde la publicación en los años "80 de los Escritos sobre Lenin, dialéctica y evolucionismo1
contamos con un valioso material en el cual Trotsky, de forma fragmentaria expone algunos puntos de vista
sobre la dialéctica, los cuales es necesario estudiar y debatir.
En este sentido, el hombre nuevo es aquel que se libera de la alienación de los objetos para constituirse
como un sujeto pleno en su condición humana trascendental. Pero el hombre no trasciende a través de la
racionalidad, sino por medio del amor. En este sentido Fromm define su postura como un Humanismo, para
destacar que el sujeto no está condicionado o determinado por su naturaleza (ello) o por las condiciones
económicas propias de la sociedad capitalista (lucha de clases); dado que él puede liberarse trascendiendo
sus pulsiones y su interés egoísta por poseer, a través de la relación amorosa con los otros.
CONCLUSIÓN
La libertad humana es la facultad humana de determinar los propios actos, de hacer y decidir cuando no
se oponga a las leyes y a las buenas costumbres. La cual se puede hallar una determinada felicidad con
los cuales se obtienen de elementos de un acto voluntario que tendrá una advertencia para percibir la
acció n que va a realizar y un consentimiento que este está previamente conocidos. También involucra
el acto voluntario indirecto que se da al realizar una acció n de modo de modo que no se pretende. Pero
como todas las cosas siempre tiene un obstá culo en este caso es: la ignorancia y responsabilidad moral,
coacció n exterior y la coacció n interna.
Ademá s se encontrara diversos tipos de libertad: física, psíquica, legal y moral, segú n el punto de vista
en el que se aprecie por donde se establecerá la libertad. Otros aspectos son: El determinismo débil
sostiene que es la probabilidad lo que está determinado por los hechos presentes, o que existe una fuerte
correlación entre el estado presente y los estados futuros, aun admitiendo la influencia de sucesos
esencialmente aleatorios e impredecibles. El liberalismo es una filosofía política libertaria que, partiendo de
las mismas bases del liberalismo, afirma la vigencia suprema de la libertad individual (o de primera
generación o libertad negativa), es decir, el derecho natural del individuo sobre sí mismo, cuyo límite no es
otro más que el derecho ajeno.
El saber usar la libertad es una manera de perderla sin embargo, día a día nos encontramos con grandes
restricciones, pues todos vivimos dentro de una sociedad, vivimos dentro de leyes sociales y leyes
constitucionales, por ello "El que no puede corregir la conducta de los ciudadanos sino suprimiéndoles las
comodidades de la vida, debe confesar que no sabe gobernar a hombres libres". (Tomás Moro, Utopía)…
Dogmatismo e intolerancia han condicionado las páginas menos gloriosas de nuestra historia, la tendencia
se acababan de dibujar en el anarquismo española: la colectividad de Bukunin, la comunista-anarquista de
Kropotkin y la anarco-sindicalista, muy importante a primeros de siglo.
Opinión personal
La libertad humana acciones que somos libres de hacer sin convertirlo en abuso de la libertad donde
involucrara obligaciones y responsabilidades que nos llevaran a un bien común y a una felicidad interna o ya
sea externa donde tanto que se anhela se disfruta o tanto que la tenemos no nos damos cuenta de que lo
que poseemos o que hacemos con ella así que a todos como humanos “seremos libres sin abusar de ella”
BIBLIOGRAFÍA
Libro: Ética, Autor: Sánchez Vázquez, Ed.: Tratados y Manuales Grijalbo.
Libertad, Javier Ramírez Gálvez, Huerga Ferro- Segunda Edición
http://sepiensa.org.mx/contenidos/libertad/libertad.htm
http://www.escuelacima.com/actoshumanos.html
http://www.monografias.com/trabajos33/virtudes-actos-voluntarios/virtudes-actos-
voluntarios.shtml