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LA FAMILIA

DESDE LA PERSPECTIVA CRISTIANA – AMORIS LAETITIA (LA ALEGRÍA DEL


AMOR)
LA FAMILIA, CÉLULA VITAL DE LA SOCIEDAD

• El pensamiento social cristiano sostiene que la familia es los más importante y lo central de la persona humana,
y se vale del siguiente pasaje bíblico: « No está bien que el hombre esté solo » (Gn 2,18) (Sagrada Escritura,
Tradición, Magisterio: La transmisión de la fe)

• A partir de los textos que narran la creación del hombre (cf. Gn 1,26-28; 2,7-24) se nota cómo — según el
designio de Dios— la pareja constituye la expresión primera de la comunión de personas humanas (Adán y Eva)

• La Iglesia considera la familia como la primera sociedad natural, titular de derechos propios y originarios, y
la sitúa en el centro de la vida social.
LA IMPORTANCIA DE LA FAMILIA PARA LA PERSONA

• La familia es importante y central en relación a la persona. En esta cuna de la vida y del amor, el
hombre nace y crece…En la familia, por tanto, la entrega recíproca del hombre y de la mujer unidos
en matrimonio, crea un ambiente de vida en el cual el niño puede « desarrollar sus potencialidades,
hacerse consciente de su dignidad y prepararse a afrontar su destino único e irrepetible ». (Nº 212
CDSI)

• La primera estructura fundamental a favor de la humanidad es la familia, en cuyo seno el hombre


recibe las primeras nociones sobre la verdad y el bien.
LA IMPORTANCIA DE LA FAMILIA PARA LA SOCIEDAD
• Es evidente que el bien de las personas y el buen funcionamiento de la sociedad están estrechamente relacionados
con « la prosperidad familiar ».
• En la familia se inculcan desde los primeros años de vida los valores morales, se transmite el patrimonio espiritual
de la comunidad religiosa y el patrimonio cultural de la Nación. En ella se aprenden las responsabilidades sociales
y la solidaridad. (CDSI N.º 213)
• La “comunión” se refiere a la relación personal entre el “yo” y el “tú”. La “comunidad”, en cambio, supera este
esquema apuntando hacia una “sociedad”, un “nosotros”.
• Ha de afirmarse la prioridad de la familia respecto a la sociedad y al Estado. La familia, sujeto titular de derechos
inviolables, encuentra su legitimación en la naturaleza humana y no en el reconocimiento del Estado. La familia no
está, por lo tanto, en función de la sociedad y del Estado, sino que la sociedad y el Estado están en función de la
familia.
DESAFIOS PARA LA FAMILIA
• Reparto equitativo de cargas, responsabilidades y tareas.
• Dificultad para presentar al matrimonio más como un camino dinámico de
desarrollo y realización que como un peso a soportar toda la vida.
• Existe una cultura tal que empuja a muchos jóvenes a no poder formar una
familia porque están privados de oportunidades de futuro.
• Decadencia cultural que no promueve el amor y la entrega: las personas
pasan de una relación afectiva a otra, creen que el amor, como en las redes
sociales, se puede conectar o desconectar a gusto del consumidor e incluso
bloquear rápidamente.
• La crisis de los esposos desestabiliza la familia y, a través de las
separaciones y los divorcios, puede llegar a tener serias consecuencias para
los adultos, los hijos y la sociedad, debilitando al individuo y los vínculos
sociales
Y MÁS…
• Las familias sufren en particular los problemas relativos al trabajo: las posibilidades para los jóvenes son pocas y la
oferta de trabajo es muy selectiva y precaria; las jornadas de trabajo son largas y, a menudo, agravadas por largos
tiempos de desplazamiento. Esto no ayuda a los miembros de la familia a encontrarse entre ellos y con los hijos, a fin de
alimentar cotidianamente sus relaciones.
• La extrema pobreza, y otras situaciones de desintegración, inducen a veces a las familias incluso a vender a sus propios
hijos.
• La familia tiene derecho a una vivienda decente, apta para la vida familiar y proporcionada al número de sus miembros,
en un ambiente físicamente sano, que ofrezca los servicios básicos para la vida de la familia y de la comunidad.
• El debilitamiento de la fe y de la práctica religiosa en algunas sociedades afecta a las familias y las deja más solas con
sus dificultades; una de las mayores pobrezas de la cultura actual es la soledad, fruto de la ausencia de Dios en la vida
de las personas y de la fragilidad de las relaciones.
LA CUESTIÓN DEL PERDÓN…

• Saber perdonar es la mayor satisfacción que podemos tener y perdonar nosotros


mismos, aceptar nuestros errores reflexionar.
• Es esencial el perdón reciproco, para formar una familia más sólida.
• El perdón en la familia se fomenta desde el sentimiento de respeto mutuo , desde un
sentimiento de amor, evitando en cualquier caso que ocurran agresiones y violencia
hacia el otro
• No es necesario un gran discurso, con un gesto simple alcanza para hacer de la familia
un ambiente en el que todos se sientan en un verdadero hogar.
• El perdón es algo increíblemente difícil de lograr. Tiene que haber un compromiso de
ambas partes para el perdón. Uno de cambiar, y el otro de dar la posibilidad al cambio.
A veces el orgullo y la necedad pueden importunar esos intentos de reconciliación.
ALGUNOS DESAFÍOS – AMORIS LAETITIA (Nº 50 AL
57)
Nº 50: La función educativa, que se ve dificultada,
entre otras causas, porque los padres llegan a su casa
cansados y sin ganas de conversar, en muchas
familias ya ni siquiera existe el hábito de comer
juntos.
…Parece haber más preocupación por prevenir
problemas futuros que por compartir el presente.
Esto, que es una cuestión cultural, se agrava debido
a un futuro profesional incierto, a la inseguridad
económica, o al temor por el porvenir de los hijos.
LAS ADICCIONES…
51. También se mencionó la
drogodependencia como una de las plagas
de nuestra época, que hace sufrir a muchas
familias, y no pocas veces termina
destruyéndolas. Algo semejante ocurre
con el alcoholismo, el juego y otras
adicciones…
Notamos las graves consecuencias de esta
ruptura en familias destrozadas, hijos
desarraigados, ancianos abandonados,
niños huérfanos de padres vivos,
adolescentes y jóvenes desorientados y sin
reglas
DEBILITAMIENTO DEL MATRIMONIO

Nº 52 : Nadie puede pensar que


debilitar a la familia como sociedad
natural fundada en el matrimonio es
algo que favorece a la sociedad.
Ocurre lo contrario: perjudica la
maduración de las personas, el
cultivo de los valores comunitarios
y el desarrollo ético de las ciudades
y de los pueblos.
VESTIGIOS DE CULTURA PATRIARCAL
Nº 54: Destaco la vergonzosa violencia que a
veces se ejerce sobre las mujeres, el maltrato
familiar y distintas formas de esclavitud que no
constituyen una muestra de fuerza masculina
sino una cobarde degradación… La historia lleva
las huellas de los excesos de las culturas
patriarcales, donde la mujer era considerada de
segunda clase… La idéntica dignidad entre el
varón y la mujer nos mueve a alegrarnos de que
se superen viejas formas de discriminación, y de
que en el seno de las familias se desarrolle un
ejercicio de reciprocidad.
DISTINGUIR NO SEPARAR… SEXO E IDEOLOGÍA DE
GÉNERO
Nº 56: La ideología de género (gender) que « niega la
diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de
mujer. Esta presenta una sociedad sin diferencias de
sexo, y vacía el fundamento antropológico de la
familia. Esta ideología lleva a proyectos educativos y
directrices legislativas que promueven una identidad
personal y una intimidad afectiva radicalmente
desvinculadas de la diversidad biológica entre hombre
y mujer. La identidad humana viene determinada por
una opción individualista, que también cambia con el
tiempo ». No hay que ignorar que el sexo biológico
(sex) y el papel sociocultural del sexo (gender), se
pueden distinguir pero no separar.
LA TECNOLOGÍA CONTRA LA REALIDAD…

Por otra parte, « la revolución biotecnológica en el campo de la


procreación humana ha introducido la posibilidad de manipular el acto
generativo, convirtiéndolo en independiente de la relación sexual entre
hombre y mujer. De este modo, la vida humana, así como la paternidad
y la maternidad, se han convertido en realidades componibles y
descomponibles, sujetas principalmente a los deseos de los individuos o
de las parejas ». Una cosa es comprender la fragilidad humana o la
complejidad de la vida, y otra cosa es aceptar ideologías que pretenden
partir en dos los aspectos inseparables de la realidad. No caigamos en el
pecado de pretender sustituir al Creador. Somos creaturas, no somos
omnipotentes. Lo creado nos precede y debe ser recibido como don. Al
mismo tiempo, somos llamados a custodiar nuestra humanidad, y eso
significa ante todo aceptarla y respetarla como ha sido creada.

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