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MICHEL FOUCAULT

Dr ©ALICIA AGURTO CALDERÓN


(15 de octubre de 1926-París, 25 de junio
de 1984)
• Fue un filósofo, historiador, sociólogo y psicólogo francés. 
• Foucault es conocido principalmente por sus estudios críticos de
las instituciones sociales en especial la psiquiatría, la medicina, las ciencias
humanas, el sistema de prisiones, así como por su trabajo sobre la historia de
la sexualidad humana.
• Sus análisis sobre el poder y las relaciones entre
poder, conocimiento y discurso han sido ampliamente debatidos. 
PODER
Foucault va a afirmar que el poder no es una propiedad, sino una estrategia; no
es algo que se posee, sino algo que se ejerce. El poder es algo que está en juego.
El segundo postulado es el de la localización, según el cual (VISIÓN
TRADICIONAL)el poder se entiende como poder del Estado. Al contrario, dice
Foucault, el Estado no es el lugar privilegiado del poder, sino que su poder es un
efecto de conjunto. Debemos atender a la microfísica del poder, puesto que el
espejismo del Estado nos puede conducir a dos graves errores: 1) Plantear la
toma del poder como toma del Estado; y 2) Plantear un contra-Estado como
forma óptima del ejercicio del poder.
• El tercer postulado que refuta Foucault es el de la subordinación, para el cual
el poder estaría subordinado a un modo de producción que sería su
infraestructura. El poder no es una mera superestructura, ya que toda
economía presupone unos mecanismos de poder inmiscuidos en ella.
• El cuarto postulado es el del modo de acción, según el cual el poder actúa
por medio de mecanismos de represión e ideología. Foucault sustituye la
imagen negativa del poder que proyecta al poder como algo que oculta,
reprime e impide; por una imagen positiva en la que el poder produce. Y
produce lo real, a través de una transformación técnica de los individuos, que
en nuestra sociedad recibe el nombre de normalización. El poder se aplica a
la inmediata vida cotidiana que categoriza al individuo, lo marca por su propia
individualidad, lo adhiere a su propia identidad y le impone una ley de verdad
que él debe reconocer y que los otros deben reconocer en él.
•  El quinto postulado es el de la legalidad, según el cual el poder del Estado
se expresa por medio de la Ley. Debemos entender la Ley, afirma Foucault, no
como aquello que escinde limpiamente dos dominios (legalidad/ilegalidad),
sino como un procedimiento por medio del cual se gestionan diferentes
órdenes de ilegalismos. La Ley no es un estado de paz, ni es la carta otorgada
por el nuevo soberano en el día de su triunfo sino, la batalla perpetua: el
ejercicio actual de unas estrategias.
MICROFISICA DEL PODER
• Así se fue configurando, según Foucault, una red de poder que anteriormente
había estado ligada durante siglos a una institución religiosa específica, y que
se extendió por todo el cuerpo social, encontrando soporte en una amplia
multitud de instituciones. Una tecnología del poder que Foucault va a
describir es la del panoptismo, en su famoso ejemplo de Vigilar y castigar.
LOS ANORMALES
2000
EL MONSTRUO HUMANO

• De acuerdo con la lectura que realiza Foucault (2000) respecto del monstruo
humano, jurídico natural y jurídico biológico, -sosteniendo la tesis de que
toda monstruosidad esconde una naturaleza de criminalidad, y que con el
monstruo moral se pone énfasis en que toda conducta criminal se sustenta en
la monstruosidad del sujeto.
• “El marco de referencia de éste, desde luego, es la ley, la noción de
monstruo es esencialmente jurídica – jurídica en el sentido amplio del
término, claro está-, porque lo que define al monstruo es el hecho de que, en
su existencia misma y su forma, no sólo es violación de las leyes de la
sociedad, sino también de las leyes de la naturaleza. Es, en un doble registro,
infracción a las leyes en su misma existencia” ( Foucault, 2000:61).
• En la antigüedad greco-espartana, los deficientes eran exterminados por ser
considerados seres inferiores y anormales que rayaban en la animalidad.
Además ni siquiera los dioses los aceptaban como sacrificio, porque para
conseguir la simpatía de los dioses, había que sacrificarle animales o personas
puras (niños), sanas (jóvenes) y valientes (prisioneros de guerra).
• De acuerdo con Claros (2004), en la antigua Grecia la deficiencia era
totalmente ignorada, no tenía ningún espacio, considerando que la belleza y el
culto al cuerpo y la perfección física eran tenidos como condición sine qua
non para la participación en la sociedad. Por tanto, una persona con
deficiencia era considerada fea, malformada, era prácticamente una ofensa al
pueblo. Así, cuando nacía un niño malformado debía pasar por un consejo que
definía si debía morir o vivir. El niño condenado a muerte era conducido al
Apothetai, que significa depósito. Sin embargo, como en Roma, en Grecia
había muchas personalidades que presentaban alguna deficiencia, entre ellos,
Homero, que era ciego; o Alejandro el Grande, que sufría de epilepsia.
EL INDIVIDUO A CORREGIR
• Foucault establece la aparición del incorregible y del individuo a corregir
como contemporánea a la introducción de las técnicas de disciplinas de los
siglos XVII Y XVIII en el ejército, la escuela, los talleres y las familias. Se
establece con estas prácticas la domesticación del cuerpo y el
comportamiento; además se intensifica este control con el encierro, en el cual
se emplean los métodos de la rectificación. Surge en este marco la formación
de instituciones técnicas para tratar a los no videntes, sordos, retardados,
desequilibrados, etc.
• “El individuo a corregir: éste es un personaje que aparece muy claramente en
el siglo XVIII, incluso más recientemente que el monstruo, quien, como verán,
tiene una larga herencia tras de sí. El individuo a corregir es, en el fondo, un
individuo muy específico de los siglos XVII y XVIII; digamos que de la edad
clásica. Su marco de referencia, por supuesto, es mucho menos basto que el del
monstruo…El marco de referencia del individuo a corregir es mucho más
limitado; es la familia misma en el ejercicio de su poder interno o la gestión de
su economía ; o, a lo sumo, la familia en su relación con las instituciones que
lindan o la apoyan. El individuo a corregir va a aparecer en… ese sistema de
apoyo que hay entre la familia y la escuela, el taller, la calle, el barrio, la
parroquia, la iglesia, la policía.” (Foucault, 2000:63)
 
• Foucault, en su libro Los anormales acentúa una triple propiedad en este
género de discurso: la primera propiedad dice del poder de la vida y de la
muerte de estos discursos; en segundo lugar, su funcionalidad como discursos
de verdad por su status científico, formulados por personas calificadas en el
interior de las instituciones científicas; en tercer lugar por su poder de
hacernos reír, por su capacidad de volverse ridículos y obsoletos a nuestros
ojos, mas no sin antes ridiculizar determinados individuos.
• “Es particularmente repugnante. Como pueden darse cuenta, habría a la vez
poco y mucho que decir sobre este tipo de discursos. Puesto que, después de
todo, en una sociedad como la nuestra son raros. No obstante los discursos
tienen a la vez tres propiedades. La primera es poder determinar, directa o
indirectamente, un fallo de la justicia que, concierne a la libertad o la detención
de un hombre. En el límite (y veremos algunos casos), la vida y la muerte. Así
pues, se trata de discursos que en última instancia tienen un poder de vida y
muerte. Segunda propiedad: ¿ de dónde sacan ese poder?. De la institución
judicial, tal vez, pero también del hecho de que funcionan en ella como discursos
de verdad, de verdad por su status científico, o como discursos formulados, y
formulados exclusivamente por personas calificadas, dentro de una institución
científica. Discursos que pueden matar, discursos de verdad y discursos que dan
risa” (Foucault, 2000:19).
• Imperan, la tecnología de poder disciplinar, que tiene como objeto la sujeción
del cuerpo, del individuo, en cuanto tecnología del biopoder, ejercida sobre un
cuerpo colectivo
• “Entonces como un intento de controlar la población, ese control no resume
solamente su consciencia, mas en sus cuerpos es una realidad bio-política”.
La medicina es una estrategia bio-política” (Foucault, 1998: 80).
• “Entonces como un intento de controlar la población, ese control no resume
solamente su consciencia, mas en sus cuerpos es una realidad bio-política”.
La medicina es una estrategia bio-política” (Foucault, 1998: 80).
• Según Foucault, la manera de tratar con este sujeto corregible es la de
establecer reglas y normas para determinar si un individuo es normal o no.
Son técnicas que marcan con estigmas físicos a los individuos analizados para
que, en cierta forma, se pueda comprobar su anormalidad.
• “la cara no exhibe la simetría conforme con el cráneo que normalmente
deberíamos encontrar”. El tronco y los miembros no son proporcionados. El
cráneo esta viciosamente desarrollado; La frente es huidiza, lo cual, junto con
el achatamiento posterior , hace que la cabeza parezca un pan de azúcar, las
caras laterales son igualmente achatadas, lo que hace subir un poco más
arriba de lo habitual las protuberancias parietales” ( Bonnet y Bulard. Citado
en Foucault, 2000: 275)
• Frente a lo anterior, el autor plantea que las dismorfias del cuerpo son las
salidas físicas y estructurales de ese estado y las aberraciones de la conducta.
En esta forma se definen características que evidenciarían anormalidades
físicas, las cuales serían las señales de una anormalidad mental.
• Estamos por tanto, en una constante creación de dispositivos para demarcar
quienes son normales y quiénes son anormales y en concordancia con eso se crean
las instituciones que se encargarán de esos “otros”.
• Siguiendo la lectura foucaultiana, esas prácticas de dar orden al mundo, ese
disciplinamiento, no se encierra en el saber, se extiende al cuerpo, a su
codificación clínica, a la medicalización. La ciencia moderna y la práctica de las
técnicas de normalización se constituyen en un complejo dispositivo para producir
discursos de verdad lo cuales tienen como objetivo ese poder de normalización.
No se trata de un saber médico, ni judicial, sino de un poder de normalización que
establecen las diferentes instituciones y se diseminan por toda la sociedad, la
cual, a su vez, usa técnicas de disciplinamiento que fueron desarrolladas para que
ese sujeto llegase lo más próximo a lo normal y se comportase como tal.
• “No se trata de expulsar, se trata de lo contrario, de establecer, de fijar, de
atribuir un lugar, de definir presencias controladas. No rechazo, más
inclusión” (Foucault,2000:57).
• Foucault, en Los anormales, resalta cómo esos discursos actuaban en busca
del orden. Si antes eran engendrados para la reclusión o el exterminio, ahora
son destinados a la normalización. De una cierta manera, los especialistas son
responsables en determinar quién debe vivir, quién debe morir.
• (…) Se paso de una tecnología del poder que expulsa, que excluye, que
prohíbe, que margina, que reprime, a un poder que es en fin, un poder
positivo, poder que fabrica, un poder que observa, un poder que sabe y un
poder que se multiplica a partir de sus propios efectos. (Foucault,2000:60).
• La norma, para Foucault, tiene una función positiva, de intervención, de
transformación, porque carga en si dos principios: uno de calificación y otro
de corrección. De ese modo, su función no es excluir, rechazar, mas por el
contrario, ella describe, califica, clasifica y determina cómo se debe operar en
el proceso de corrección, de cambio.
• Tal como señala Foucault de las ciencias, que no fue el loco quien creó a
psiquiatría, sino que la psiquiatría creo al loco, (Foucault, 2000)
VIGILAR Y CASTIGAR
• Vigilar y Castigar es la obra publicada en 1975. Esta obra, a través de un
estudio del derecho penal, y concretamente del régimen penitenciario del siglo
XVIII hasta el siglo XIX, estudia la presencia de las relaciones de poder, las
tecnologías de control, y la microfísica del poder presentes en nuestra
sociedad.
• Esta obra desarrolla básicamente dos tesis: la primera consiste en que la
pena ha sufrido mutaciones, lo cual implica no un mejoramiento o
empeoramiento de las mismas, no su humanización o racionalidad, como
habitualmente se sostiene, sino más bien una transformación que responde a los
cambios político-económicos de las sociedades occidentales; se trata entonces
de un estudio de los métodos punitivos de cara a la economía y la política. La
segunda tesis se basa en la afirmación de que existe un conjunto de elementos
materiales y de técnicas que sirven de armas, de relevos, de vías de
comunicación y de puntos de apoyo a las relaciones de poder y de saber que
cercan los cuerpos humanos y los dominan haciendo de ellos un objeto de saber
(p. 35). La tesis consiste en que las prácticas penales no son tanto consecuencia
de las teorías jurídicas, cuanto un capítulo de la anatomía política.
• Estas tesis son desarrolladas en cuatro capítulos: Suplicio, Castigo,
Disciplina y Prisión, los cuales se rigen por cuatro reglas que guían el
estudio, a saber: 1) no centrar el estudio en el aspecto represivo de la pena,
sino también en sus efectos positivos, considerando así al castigo como una
función social compleja; 2) abordar los métodos punitivos desde la
perspectiva de la táctica política y no meramente como consecuencia de la
ley; 3) analizar la historia del derecho penal y de las ciencias humanas no
como si estuvieran separadas, sino buscar si ambas dependen de un mismo
proceso de formación epistemológico-jurídico; y 4) examinar si el
desplazamiento de la pena del cuerpo al alma, y la inserción de un saber
científico en el ámbito penal, implican un cambio en la forma como el cuerpo
se ve atravesado por las relaciones de poder.
SUPLICIO
• En el primer capítulo Foucault inicia el estudio de la pena desde el siglo XVI
y encuentra que lo característico de esta forma de penalidad es el suplicio. El
suplicio es la pena corporal, que debe cumplir con tres requisitos: 1) debe
producir cierta cantidad de sufrimiento, es decir, debe ser cuantificable; 2)
dicha producción debe estar sometida a reglas, así, dependiendo de la
gravedad del delito, se impone determinado castigo; y 3) el suplicio forma
parte de un ritual en donde se marca al delincuente que fue víctima del
suplicio y, a la vez, se comprueba el triunfo de la justicia sobre el delito.
• Esta forma de castigo se ejerce por varias razones; una es la razón política en
la que el delito se observa como si se hubiese cometido directamente contra el
monarca, pues al provenir la ley del soberano ésta es su semejanza misma, por
lo que si es quebrantada, se quebranta al rey. El suplicio es entonces venganza
del soberano y, en consecuencia, desempeña una función jurídico-política,
pues restituye la soberanía lesionada. Otra razón es la económica, según la
cual el suplicio se entiende bajo al sistema de producción de los siglos XVI y
XVII, en el que las fuerzas de trabajo y, por tanto, el cuerpo humano, no
tienen el valor que les confiere una economía industrial. Para Foucault, el
suplicio hace parte de la práctica jurídica porque revela la verdad y realiza el
poder.
EL CASTIGO
• En el segundo capítulo, Castigo, Foucault muestra cómo a partir del siglo
XVIII la pena que se imponía sobre el cuerpo del condenado, en espacios
públicos, empieza a extinguirse. Se da entonces la desaparición del
espectáculo punitivo pues. La ejecución pública se percibe ahora como un
foco en el que se reanima la violencia (p. 17). Con el ocultamiento del castigo
afirma Foucault se dan ciertas consecuencias, a saber: el castigo pasa a ser
parte de la conciencia abstracta, se trata de que sea la certidumbre de ser
castigado y no el suplicio público lo que persuada el no cometer crímenes; la
justicia pasa a descargar la ejecución de las penas al ámbito administrativo, y
en el ámbito teórico penal se empieza a afirmar que lo que busca la justicia no
es el castigo, la imposición de la pena, sino reformar, corregir.
• Así, aun si las penas se siguen ejerciendo a través del cuerpo (encierro, trabajo
forzoso, interdicción de residencia, deportación, etc.), no es éste el fin último
del castigo; no se trata ya de buscar un suplicio; sino a través del cuerpo al
cual se le concibe como instrumento privar al individuo de un derecho y un
bien (por ejemplo, de la libertad). Se ha pasado de un arte de las sensaciones
insoportables a una economía de los derechos suspendidos.
• El objeto de la pena ya no es el cuerpo sino el alma. Para el pensador
francés, a través del castigo penal, si bien se castigan ciertas acciones, objetos
jurídicos definidos, no sólo se está juzgando esto, sino que se están juzgando
también pasiones, instintos, anomalías. Para Foucault los elementos
constitutivos del delito, formulados por la teoría penal (la tipicidad, anti-
juridicidad y culpabilidad) no son finalmente los elementos valorados, sino lo
que se encuentra detrás de ellos; aquellas prácticas que no están permitidas en
el discurso, lo anormal, y que no se permiten porque no son útiles al sistema
de producción liberal.
• El alma como objeto de la penalidad explicaría entonces la inserción en el
ámbito penal de la psiquiatría, la criminología y la antropología criminal, pues
su función consistiría en dar una justificación científica al castigo legal de por
qué juzgar no simplemente las infracciones, sino a los individuos, no ya sólo
lo que han hecho, sino lo que son. Se trata de la sustitución de la semiotécnica
punitiva por una nueva política del cuerpo (p. 107).
DISCIPLINA
• En el capítulo Disciplina, Foucault encuentra que el castigo en forma de
ejercicio y aislamiento, soportado en la prisión como institución, termina
imponiéndose en las sociedades modernas, en parte, debido a la incursión de
un nuevo mecanismo de poder: la disciplina. Si bien ésta ha estado presente
en la historia en diferentes instituciones, principalmente en las militares, es en
los siglos XVII y XVIII que deviene en una fórmula general de dominación,
naciendo así una anatomía política. La disciplina son los métodos que
permiten el control minucioso de las operaciones del cuerpo, que garantizan la
sujeción constante de sus fuerzas y les imponen una relación de docilidad-
utilidad (p. 141).
• Estos métodos son minuciosos y constantes, discretos, anónimos e invisibles,
constituyen una microfísica del poder que privilegia los castigos del orden
del ejercicio, pues de esta forma logra obtener cuerpos dóciles y
normalizados, la problematización del criminal detrás de su crimen, la
preocupación por un castigo que sea una corrección, una terapéutica, una
normalización, la división del acto de juzgar entre diversas instancias que se
suponen medir, apreciar, diagnosticar, curar, trasformar a los individuos
(revelan) la penetración del examen disciplinario en la inquisición judicial (p.
229). En ese sentido, el poder no sólo excluiría, reprimiría, ocultaría; sino que
también produciría. Para Foucault el poder produce una realidad, ámbitos de
objeto, rituales de verdad, obtiene conocimiento del individuo y, al mismo
tiempo, produce un determinado tipo de individuo.
LA PRISIÓN
• Para Foucault, la prisión ha sobrevivido y ha triunfado como lugar del castigo
a pesar de no lograr realmente la terminación o disminución de los delitos,
pues el sistema carcelario no estaría destinado a suprimir las infracciones, sino
más bien a distinguirlas, a distribuirlas, a utilizarlas; no tanto para docilitar a
los delincuentes, como para someterlos. En ese sentido, Foucault propone que
el sistema penal sería una forma de administrar los ilegalismos, aceptando
algunos y reprimiendo otros.
• El panóptico es un modelo de prisión diseñado por el filósofo utilitarista de
los siglos XVIII y XIX, Jeremy Bentham. Aunque nunca fue construido como
tal, Foucault dirá que éste sirvió de modelo para la escuela, el hospital, el
cuartel, la fábrica y todas las demás instituciones modernas que Foucault va a
llamar—siguiendo a la prisión—lugares de encierro. El panóptico consiste
en una edificación carcelaria circular con una gran torre en el centro, desde la
cual el observador puede mirar dentro de cada una de las celdas que se
encuentran a su alrededor. Debido a la iluminación, sólo el guardián desde la
torre puede ver a los prisioneros, pero éstos no pueden ver al guardián.
Panóptico
• Vigilar y Castigar no es una propuesta teórica que formula una solución al
problema del poder y la manera como es ejercido a través de las formas
jurídicas. Es una denuncia de los excesos del poder y las transformaciones que
ha sufrido. Se podría decir entonces que Vigilar y Castigar, en la medida en
que denuncia los abusos del poder en el campo penal, es una crítica que podría
y debería ser tomada en el derecho como propedéutica
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Sin importar lo que hagas,
SIGUE AVANZANDO HACIA DELANTE.

Martin Luther King Jr.: pastor y activista por los derechos civiles

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