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CARTA A LOS
TESALONICENSES
COMUNIDAD DESTINATARIA
Instrucción en sí innecesaria (v. 1): quizás por una frase que sólo Mt
24,36 y Mc 13,32 se atrevieron a recoger, saben exactamente que el
día del Señor vendrá como un ladrón (v. 2).
Todo su ser tiene que prepararse a la venida del Señor (v. 23), pero con la
confianza de que él mismo ha puesto en ello su empeño (v. 24). Como
despedida, pide que recen por él (v. 25), como él no deja de rezar por
ellos (1,2). Recibirán su saludo saludándose todos con el beso santo (v.
26). Se acuerda de los que ya estarán faltando a las reuniones y se
preocupa de que todos reciban su carta (v. 27). Termina con el mismo
deseo de gracia con que ha comenzado (v. 28; cf. 1,1).
II CARTA A LOS TESALONICENSES
AUTOR Y DESTINATARIOS
• No sólo por el nombre, sino también por un total paralelismo con 1 Tes
1,1, la carta (1,1s) se presenta como del mismo Pablo que escribió la
Primera.
• Más aún, al final carga las tintas sobre la autenticidad del escrito (3,17:
«El saludo va de mi mano, Pablo. Es la señal de toda carta: así escribo»).
• Los destinatarios, según 2 Tes 1,1, son los mismos «tesalonicenses » a los
que se dirigió la Primera. Quizás se les atribuye algún grado más de
conocimientos bíblicos, pues se usa con naturalidad el término onoma
(«nombre»: 2 Tes 1,12; 3,6), que falta en Primera Tesalonicenses;
también se habla, sin más explicación, del «templo de Dios» (2 Tes 2,4).
GENERO LITERARIO