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La Masonería

Historia
 
Masonería en España
 
Análisis doctrinal
 
Definición y finalidad
 
Masonería regular e irregular
 
Doctrina
 
Moral masónica
 
Punto de vista filosófico
 
Declaraciones de la Santa Sede
 
La masonería actual
 
Origen
 
Doctrina
 
Relación con la Doctrina católica
 
Organización.
 

Historia.

Conocida más universalmente por francmasonería, procede por su etimología del


francés franc (libre) y mason (albañil); es decir, albañil libre, aludiendo con ello a lo que
la masonería considera como su remoto origen; la comunidad de albañiles que dirigidos
por Hiram de Tiro construyó el templo de Salomón. Más que sociedad secreta, como ha
sido considerada, diremos que la masonería es una sociedad cerrada que, por
fundamentarse en unos principios determinantes ha sufrido modificaciones y
transformaciones paralelas a los supuestos ideológicos, intelectuales, morales y
religiosos que le dieron vida. Aunque suele hablarse de un periodo mítico y legendario
de la masonería (mito de Hiram) y de otro periodo llamado de masonería "antigua" u
"operativa" (que no es sino la continuación y transformación de las agrupaciones
gremiales del Medievo y del Renacimiento), la auténtica masonería, considerada en el
moderno significado de la palabra, llamada "masonería moderna" o "masonería
especulativa", surgió a principios del siglo XVIII con carácter de sociedad de
"iniciados", primero al culto divino, que más tarde deviene en iniciación a las virtudes y
adquiere el matiz filantrópico-racionalista con que se le distingue.
La masonería propiamente dicha surgió en 1717 por obra de los pastores protestantes
ingleses James Anderson y J. T. Desaguliers, continuadores del movimiento espiritual
inspirado por Comenio. Recibe una estructuración sistemática y definida en 1723,
cuando publica Anderson, The Constitutions of the free-masons. Desde entonces, la
masonería recogió las influencias de las corrientes intelectuales del enciclopedismo del
siglo XVIII y del racionalismo y liberalismo del siglo XIX. Se difundió muy
rápidamente por Europa: en 1721, se constituyó la primera logia en Francia; en 1717, en
Rusia, establecida por Pedro I; en 1723, en España; en 1734, en La Haya; en 1738, en
Boston; etc.

La establecida en Francia, de origen escocés, estuardista, fue favorecida por el espíritu


racionalista francés: estableció como rito el "escocés antiguo y aceptado", frente al de
York de las logias inglesas; y, en 1738, al fundarse la Gran Logia de Francia, la francesa
quedó desvinculada de la inglesa, encontrándose desde entonces en abierta oposición.
De esta división nacieron las tres ramas principales de la masonería actual: Rito ingles,
Rito escocés, Rito simbólico francés. Frente al carácter aristocrático y puritano de la
masonería inglesa, la francesa evolucionó hasta un difuso deísmo, inspirado en el
racionalismo naturalista que poco a poco le hace perder el matiz religioso que tenía
aquella; más adelante, en un segundo proceso de transformación, cambia su concepción
de una base aristocrática de la sociedad por una estructura más democrática, intelectual
y politizada.

Aunque se ha querido ver siempre una activa participación política en los designios de
las logias, a las que se atribuyen la casi totalidad de las revoluciones burguesas del siglo
XIX, lo cierto es que, en principio, la masonería no tomó parte trascendente en ellas.
Hoy día está en entredicho la relación que pudo tener con la Revolución francesa, a
pesar de la coincidencia de lemas de las mismas en el epígrafe de "libertad, igualdad y
fraternidad". Pero mientras que en la masonería anglosajona pervive el espíritu estático
y religioso inicial, la francesa se convierte, pasado el Terror y bajo el Imperio, en
paladín de las nuevas tendencias liberales. Masón y liberal serán términos coincidentes
en algunos países europeos; durante el siglo XIX, la burguesía mercantil, intelectual o
militar, desplaza al aristocratismo y al afán de perfectibilidad humana que la dominaban
al nacer.

En 1804, La Gran Logia General de Francia se convierte con Napoleón en el primer


centro impulsor de la masonería en Europa, siendo designado gran maestre José
Bonaparte.

El predominio de la masonería francesa en Europa origina una incisión interna en el


universalismo de la misma. La inicial ruptura de las logias francesas, por motivos
religiosos, se acentúa más aún a mediados del siglo XIX, cuando la Gran Logia de
Francia suprime la obligación del lema: "A la Gloria del Gran Arquitecto del Universo",
quedando separada por ello del cuerpo masónico general y siendo repudiada por la Gran
Logia unida de Inglaterra. Desde entonces persiste la división. Por un lado, la andeísta,
de carácter ritual, muy conservador en moral y en costumbres, que forma un bloque
dirigido por Inglaterra; por otro, una masonería carente de espíritu religioso, más
intelectual, con base humanística e implicada fuertemente en los acontecimientos de su
tiempo, particularmente en el campo del compromiso político; no obstante, al quedar
superado el liberalismo político intelectual, que le dio base, por nuevas tendencias
(socialismo, totalitarismo, neocapitalismo, etc.), devino en mero humanismo formalista.
En Inglaterra y países nórdicos, la masonería sigue vinculada a las realezas; en Francia,
inclinada siempre a fórmulas de gobierno basadas en la estricta libertad individual, fue
siempre respetada por todos los regímenes políticos hasta 1940 en que el mariscal
Petain la declaró fuera de la ley; aunque, posteriormente, en tiempo del general De
Gaulle, quedó sin validez dicha ley.

En el siglo XX se han efectuado varios intentos de unificación. El de 1910 fracasó al


negarse Inglaterra a reconocer a la Gran Logia de Francia, que insistía en no aceptar el
espíritu ritual y simbolismo religioso que tenía aquella. El 15 de Mayo 1954 se llevó a
cabo, sin éxito, otro nuevo intento, no obstante, cinco grandes logias europeas llegaron a
un acuerdo de unificación en Luxemburgo, dejando recluida a Inglaterra. Finalmente y
tras algunas defecciones (las de Austria, Suiza, etc.), varios países europeos, como
Francia, Alemania, Bélgica, Holanda y Luxemburgo, según los acuerdos de sus
respectivos grandes maestres aceptados en las reuniones de Estrasburgo y Bruselas de
1961 han llegado a una fusión total sustentada en la libertad de conciencia y tolerancia
mutua, acuerdos a los que posteriormente se ha adherido Italia.

En la actualidad las logias masónicas más florecientes están en los E.U.A., que poseen
cuatro de los cinco millones de masones regulares que se calcula hay en el mundo; le
siguen los de Inglaterra con medio millón. Fieles a sus antecedentes liberales, las
sociedades masónicas son inconformistas de todo régimen político autoritario y están
inscritas como una corriente más del pensamiento contemporáneo. Se declaran
propugnadoras de una vaga espiritualidad deísta y de un humanismo trascendente. En
1960, el gran maestre de la Chaine d'Union declaraba que "los jalones permanentes de
nuestra obra y justificación de nuestra existencia" estaban marcados por: el sentimiento
de la fraternidad, el sentido cívico a escala universal y la protección del hombre y de los
valores que representa y que le caracterizan esencialmente, a saber: aquiescencia a la
razón, a los valores morales permanentes y a la libertad.

Masonería en España.

El tipo de masonería estudiado hasta ahora no fue exactamente el que arraigó en los
países latinos, concretamente en Italia y España, en los que la masonería se ha
considerado siempre como sociedad secreta con fines más secretos aún, claramente
anticatólica y muy vinculada a la actividad política; además, por ser la masonería
sociedad internacional se han señalado a los masones como traidores a la patria.

En España, la masonería moderna o especulativa, que es la masonería en el sentido


actual de la palabra, fue establecida en 1727 al fundarse la Matritense, primera logia de
Madrid, por Lord Wharton, si bien funcionaba otra desde 1726 en Gibraltar. Años
después, en 1739, Lord Raimond constituía la Gran Logia Provincial de España, con
sede en Andalucía. Son logias de fundación y obediencia inglesas y, durante el siglo
XVIII, mantuvieron, en gran parte, el espíritu inicial que las creara, formando parte de
las mismas una minoría ilustrada española, de carácter selectivo aristocrático e
intelectual. La figura más destacada de este periodo es el conde de Aranda, que
desvincula la masonería española del Oriente ingles, aceptando en cambio el rito
escocés de las logias francesas. En 1780, se crea el primer Gran Oriente español, que
alcanza gran florecimiento con Montijo, sucesor de Aranda. En este primer periodo, la
masonería española tiene ya alcance y significación política debido a la actividad de
Aranda y, principalmente, de Montijo, en quien se ha querido ver uno de los
responsables del motín de Aranjuez.

Al iniciarse el siglo XIX, la influencia masónica en España es doble: hay logias de


inspiración francesa favorecidas por la presencia en España de José Bonaparte, y las hay
de inspiración inglesa. De aquellas formas parte los ilustrados llamados afrancesados;
de estas los patriotas, entre los cuales se forman los cuadros de los liberales que
intervienen en las Cortes de Cádiz. Las logias españolas quedaron reducidas a la
clandestinidad al retornar Fernando VII, si bien en 1816 se establece un nuevo Gran
Oriente en Granada, continuación del de Montijo; estas logias, que eran el vehículo de
transmisión de la ideología política liberal, devienen en reductos de conspiraciones
contra la monarquía absoluta. La masonería española adquiere entonces unas
características peculiares: carácter conspirador y reducto del militarismo romántico
liberal, pues a ella pertenecen todos aquellos (Lacy, Riego, Torrijos, etc.) que
protagonizaron en España, de manera sistemática y continuada, el sinfín de
pronunciamientos propios del siglo XIX hispánico.

Los hombres que acceden al poder durante el llamado trienio constitucional (1820-23)
procedían del Gran Oriente español; un grupo discrepante sale de las logias y, aceptando
de estas sólo el ritual y los símbolos, constituyen una sociedad típica española, los
Comuneros, donde se sustituye la doctrina masónica por un especial ideal
revolucionario, burgués y liberal, aplicado a España. Es este el momento de más fuerte
influjo político de la masonería española, particularmente en 1822. En este mismo año
se funden masones y parte de los comuneros (el ala izquierda de los comuneros pasa al
carbonarismo), bajo la dirección de Pérez de Tudela, terminando así por desvirtuarse lo
que quedara en las logias de primitivo espíritu masónico.

En 1824, la masonería está prohibida y de nuevo en clandestinidad, sin embargo, entre


las revoluciones de 1854 y 1868, las logias españolas actúan con efervescencia en los
medios políticos, educacionales, intelectuales y militares, adquiriendo un fuerte matiz
anticatólico. Hasta 1868 no sale la masonería a la calle, reconocida públicamente,
asistiendo los miembros de las logias con sus insignias y símbolos a los entierros del
infante Enrique y de Prim (1870). A raíz de la revolución de 1868, la masonería
española conoce un periodo, aunque corto, de auge e influencia en la vida nacional. Los
responsables más directos de la revolución pertenecían a las logias, civiles o militares;
por ello, en la Constitución de 1869 se cree percibir claras huellas del espíritu masónico
español que le dio vida. Este papel decisivo jugado por la masonería en España perdura
durante el efímero reinado de Amadeo I, quien había detentado elevados grados en las
logias italianas. Con la Restauración, en 1874, aparecen nuevas leyes que la prohiben y
desde entonces se ha querido siempre ver en ella un activo artífice de los múltiples y
contradictorios bandazos y vaivenes de la política hispánica. De modo especial se le
atribuye una participación muy directa en la implantación de las dos repúblicas
españolas, estimándose que jugaron un significativo papel en el desarrollo y desenlace
de los acontecimientos que originarán la Guerra Civil de 1936. En 1888, los tres
Grandes Orientes españoles, además del Supremo Consejo de Colón en la Habana, se
unificaron en uno solo, formando logia aparte el Gran Oriente militar español.

Los reyes españoles de la casa de Borbón, que nunca aceptaron grados de la masonería,
al menos hasta 1874, la prohibieron a medida que lo hacía la Iglesia Católica.
A raíz de la Bula prohibitiva de Clemente XII, en 1738, lo hizo Felipe V; después
Fernando VI, Fernando VII, etc. Actualmente, la masonería está prohibida por Ley del
1º de marzo de 1940, sobre delitos de masonería y comunismo.

Análisis doctrinal.

1. Definición y finalidad.

Acerca de la masonería existen multitud de conceptos y apreciaciones, bien por la


complejidad del movimiento, bien porque las mismas definiciones que la masonería da
de sí misma suelen ser poco precisas, sin manifestar aveces sus verdaderos y últimos
fines, o sin indicar sus objetivos o logros en la realidad.

Según los ritos ingles y escocés, la masonería es "un hermoso sistema de moral
revestido de alegoría e ilustrado por símbolos". El artículo 1º de los Estatutos del Gran
Oriente de Bélgica es algo más concreto: "una institución cosmopolita y en proceso
incesante, que tiene por objeto la investigación de la verdad y el perfeccionamiento de
la humanidad. Se funda sobre la libertad y la tolerancia, no formula dogma alguno, ni
descansa en él. Uno de sus adeptos precisa más sus objetivos y la define así: "La
francmasonería es una asociación universal, filantrópica, filosófica y progresiva, que
procura inculcar en sus adeptos el amor a la verdad, el estudio de la moral universal, de
las ciencias y de las artes, los sentimientos de abnegación y filantropía y la tolerancia
religiosa: que tiende a extinguir los odios de raza, los antagonismos de nacionalidad, de
opiniones, de creencias y de intereses, uniendo a todos los hombres por los lazos de la
solidaridad y confundiéndolos en mutuo afecto de tierna correspondencia".

Uno de los artículos fundamentales de la constitución de 1723 se expresa así: "todo


masón está obligado en virtud de su título, a obedecer la ley moral; y si comprende bien
el arte, no será jamás un estúpido ateo, ni un irreligioso libertino. Así como en los
tiempos pasados los masones estaban obligados, en cada país, a profesar la religión de
su patria o nación, cualquiera que esta fuese, en el presente nos ha parecido más a
propósito el no obligar mas que aquella en la que todos los hombres están de acuerdo,
dejando cada uno su opinión particular: a saber, ser hombres buenos y verdaderos,
hombres de honor y probidad, cualquiera que sea la denominación o creencias conque
puedan distinguirse. De donde se sigue que la masonería es el centro de unión y el
medio de conciliar una verdadera amistad entre personas que (sin ellas) permanecerían
en una perpetua distancia.

De este texto y de las definiciones dichas, parece que la finalidad de la masonería es el


ser una reunión de hombres que creen en Dios (Ser Supremo), que respetan la moral
natural y quieren conocerse y trabajar juntos a pesar de la diversidad de opiniones
religiosas, o de su pertenencia a confesiones o partidos opuestos. Pero bajo este difuso
deísmo y filantropía se puede intuir una realidad más profunda. León XIII en su
encíclica "Humanum Genus" puso de manifiesto como las doctrinas religiosas,
filosóficas y morales en que se inspira la masonería como tal cualquiera que sea las
opiniones particulares de sus miembros, llevan a la negación de la existencia de Dios; a
la negación de la misma moral; y abre camino al ateísmo, al panteísmo, al iluminismo,
al espiritismo, etc.

Masonería regular e irregular.


Al extenderse la masonería por Europa, esa finalidad filantrópica y humanitaria que en
sus principios se proponía la masonería no se mantuvo. Al lado de la masonería
propiamente dicha, ordinaria, oficial, ortodoxa, surgieron numerosas sectas, unas
particularmente herméticas, cabalísticas, eclécticas y seudomísticas (martinistas
franceses, pietistas alemanes) u otras netamente políticas (iluminados bávaros); e
incluso la masonería regular conforme pasaban los años se iba dividiendo en numerosas
ramas y ritos.

El paso definitivo de esta ruptura lo dio el Gran Oriente de Francia en 1877 al borrar de
sus estatutos la obligación, hasta entonces exigida, de la creencia en el Ser Supremo al
que dan el nombre de Gran Arquitecto del Universo. De resultas de esta actitud se
siguió la condena de la Gran Logia de Inglaterra contra el Gran Oriente francés. La
posición adoptada por la masonería francesa era consecuente con la actitud anticlerical,
laicista y racionalista que sus miembros propugnaban. El paso francés fue secundado
por muchos Orientes y Logias, tanto europeos como hispanoamericanos, que no
admitieron "como primera condición para ser miembros de la masonería la creencia en
el Ser Supremo, condición ante la que no cabe ningún compromiso".

De la masonería, pues, no se puede hablar en un sentido unívoco, ya que no existe una


única masonería; existen muchas manosearías independientes unas de otras (masonería
inglesa, norteamericana, alemana, austríaca, escandinava, holandesa, el Gran Oriente de
Francia La Gran Logia Nacional francesa, las masonerías italianas, las latinoamericanas,
etc.) y dentro de estas mismas se da una variedad extraordinariamente de ritos (Rito
escocés antiguo y aceptado, Rito de York, Rito escocés rectificado, Rito mixto
universal, etc.). A la hora de analizar la masonería se tendrá que distinguir, más en
cuanto a la finalidad que persiguen que en cuanto a los principios fundamentales de su
doctrina, una masonería regular u ortodoxa, frente a una masonería irregular y
heterodoxa. La primera sigue más fiel a los principios sobre los que fue fundada:
creencia en un Ser Supremo, respeto de la Biblia y no injerencia en cuestiones políticas
y confesiones, y ha preferido dedicar su actividad al campo humanitario; Y la segunda
es la propugnada por el Gran Oriente francés, atea, sectaria y declaradamente
anticatólica.

Doctrina.

La exposición unitaria de la doctrina masónica es difícil y compleja, dada la existencia


de diversos tipos de masonería, si se hace a un nivel fenomenológico, de experiencia
concreta, de finalidad que persiguen. La tarea se facilita, aunque no está exenta de
dificultad, si se intenta ir a los fundamentos últimos de las doctrinas masónicas y a las
consecuencias a las que, sosteniendo tales doctrinas, se llega. La encíclica Humanum
genus de León XIII sirve de base para el desarrollo y análisis de la doctrina propugnada
por la masonería. Puede analizarse su doctrina desde el punto de vista religioso, desde el
punto de vista moral, y desde el punto de vista filosófico.

Desde el punto de vista religioso: la masonería proclama como principio básico e


incontrovertible la independencia absoluta de la razón humana frente a cualquier
autoridad o enseñanza. El naturalismo y el racionalismo son su punto de partida.
Consecuencia de esta radical decisión es la negación de la mayor parte de deberes con
Dios y el indiferentismo. Todas las enseñanzas de la Iglesia no serían más que mitos de
los que el hombre moderno y culto debe librarse. En la recepción de los grados
supremos es de rigor la apostasía, bien de manera expresa, bien mediante la realización
de acciones sacrílegas que la suponen. Como la Iglesia Católica afirma ser la encargada
de transmitir la enseñanza de Cristo, la masonería cae fácilmente en el deseo de
combatirla; no es de extrañar que una de las metas más codiciadas de la secta haya sido
la de "suprimir la sagrada potestad del Romano Pontífice y destruir por entero el
Pontificado, instituido por derecho divino"

Las verdades religiosas cognoscibles con la luz natural de la razón y que son como los
fundamentos de la fe - existencia de Dios, espiritualidad e inmortalidad del alma,
distinción entre el bien y el mal, recompensa y castigos eternos, etc. - se convierte
pronto para los masones en producto de la superstición y del fanatismo. Aunque suelen
hablar, ejemplo: de un Ser Supremo con el nombre de Gran Arquitecto del Universo,
este resulta bien distinto del Dios de la revelación cristiana, trascendente al mundo,
providente, personal. Para la masonería, Dios viene a ser una palabra del vocabulario de
los pueblos infantiles, que se repudia cuando se alcanza la madurez de la civilización.
Tal madurez supone la emancipación de la humanidad de cualquier tipo de "esclavitud",
civil, religiosa y moral.

Así sea tolerancia inicial con las diversas nociones de Dios va cambiando según se
progresa en la escala jerárquica de la masonería. En el Rito Escocés Antiguo y
Venerado, uno de los más difundidos, en el momento de recibir el grado 13, el Gran
Maestro recuerda al candidato: "cuando fuiste iniciado en nuestra orden manifestasteis
la idea de Dios según vuestro criterio y en armonía con vuestras creencias religiosas.
Aunque aprobado nosotros vuestra manera de pensar sobre este importante asunto,
deseamos que os sirváis amplificar aquellas primeras opiniones acerca de la existencia
de Dios, y decirnos si habéis establecido alguna modificación a cuanto entonces
expresasteis, como consecuencia de los estudios masónicos o de los dictados de vuestra
conciencia. Los francmasones no pueden fomentar la existencia de Dios en el concepto
sometido al efecto por las religiones positivas, porque en este caso tendrían que
mostrarse partidarios de una u otra creencia religiosa, y bien sabéis que esto se opondría
al principio de máxima libertad consignado en sus estatutos".

Moral masónica

La masonería "predica la moral universal, una e inmutable, más extendida, más


universal que la de las religiones positivas, todas ellas exclusivistas, puesto que
clasifican a los individuos en paganos, idólatras, cismáticos..." Como en consecuencia
inmediata de esta vaga moral naturalista, se sigue fácilmente la negación de toda norma
moral objetiva (ley eterna, ley divina, etc.), es el relativismo moral, que puede llegar, en
la teoría y en la práctica, a sostener el principio de que el fin justifica los medios.

Aunque quizá partiendo de la masonería irregular, esta se ha mostrado especialmente


activa, según denuncia de León XIII, en la promulgación de leyes anticristianas,
prescribiendo las órdenes religiosas, confiscando los bienes de la Iglesia, promoviendo
activamente el divorcio, suprimiendo la enseñanza religiosa de las escuelas, quitando
los emblemas cristianos de hospitales, aulas, tribunales de justicia, etc., También cabe
enumerar entre sus objetivos el alejamiento de los sacerdotes de la cabecera de los
moribundos, la inhumación con un solo rito civil, etc. El resumen de actividades de la
Logi-Unión de los Pueblos, en 1891, proclamaba que "todas las grandes leyes que desde
hace veinte años han sido aprobadas (en Francia), y las que se aprobarán en lo sucesivo,
han sido elaboradas en nuestros Talleres y han sido objeto de nuestros trabajos"

Desde el punto de vista filosófico: la masonería acepta y patrocina todas las teorías que
no pretendan para sí la exclusividad de la verdad. Es un sistema ecléctico en el que,
rechazando toda apertura a lo sobrenatural, caben tanto el ateísmo como el panteísmo, el
iluminismo o el espiritismo, las doctrinas maniqueas como el politeísmo. De un modo
más o menos oficial, los escritores masones han presentado la filosofía del siglo XVIII,
y el deísmo como su propia enseñanza, si bien no decisiva. En la masonería caven todos
los sistemas filosóficos con tal que no tengan un contenido católico. Su religión es la de
la Humanidad; su Evangelio, la Ciencia; su Dios, la Razón; filosóficamente podría
calificarse como un escepticismo y relativismo de tipo práctico, y poco especulativo.

Declaraciones de la Santa Sede. Sustentando la masonería estas doctrinas


(naturalismo, racionalismo, indiferentismo, gnosticismo, deísmo, etc.) no es de extrañar
que la Santa Sede la haya condenado repetidamente. La primera intervención, antes de
la división de la masonería, es de Clemente XII el 24 de abril 1738 con la Constitución
In eminenti: "Teniendo la misión de salvar las almas. Nos ordenamos a todos los fieles,
en nombre de la santa obediencia, que no se agreguen a estas sociedades de masones.
También les prohibimos propagarlas o favorecerlas. Todos los cristianos deben
abstenerse de esas reuniones y congresos bajo pena de excomunión inmediata, reservada
exclusivamente a Nuestra Persona". Benedicto XIV interviene de nuevo para acallar las
voces que sostenían que la Constitución In eminenti había dejado de obligar
(Constitución Providas, 18 de mayo 1751).

Posteriores condenas son las de Pío VII, con la Constitución Ecclesiam a Jesu Christo,
de 12 sept 1821; León XII, con la Bula Quo graviora, de 13 marzo 1825; Pío VIII, con
la Encíclica Traditi, de 21 de mayo 1829; Gregorio XVI, con la Encíclica Mirari vos de
15 agosto 1832; Pío IX, con la Encíclica Qui pluribus de 9 noviembre 1846 y Quanta
cura de 8 diciembre 1864; y el mismo Pío IX en la Bula Apostolicae Sedis de 12
octubre 1869 resume así las sanciones contra la masonería: "declaramos sometidos a la
excomunión latae sententiae reservada al Soberano Pontífice a todos los que dan su
nombre a las sectas de los masones o carbonarios, o bien a las asociaciones del mismo
genero que conspiran, ya públicamente, ya en secreto, contra la Iglesia o las legítimas
potestades; y a quienes favorecen esas sociedades, de la manera que sea; y también a
quienes no denuncien a sus jefes y directores, hasta que los denuncien".

Documento importante es la Encíclica Humanum genus, 20 abril 1884, de León XIII,


donde se exponen los fundamentos últimos de la secta y los peligros que entraña para la
fe. Es también importante la alocución consistorial de 20 de noviembre 1911 de Pío X
(AAS 30 nov. 1911); la Sagrada Congregación del Santo Oficio (actualmente Sagrada
Congregación para la Doctrina de la Fe) el 27 de junio 1838, declaraba que en la
condena general están comprendidas también la masonería escocesa, irlandesa y
norteamericana. Pío XII, el 24 junio 1958, señaló como "raíces de la apostasía moderna
el ateísmo científico, el materialismo dialéctico, el racionalismo, el laicismo, y la
masonería, madre común de todas ellas".

La disciplina vigente está recogida en los cánones 684, 2335 y 2336 del CIC. En el
primero se prohibe a los fieles dar el nombre de asociaciones secretas, condenadas,
sediciosas, sospechosas o que procuran sustraerse a la legítima vigilancia de la Iglesia.
En el segundo, se indica que los que dan el nombre a la secta masónica incurren ipso
facto en excomunión. En el tercero recoge las penas impuestas a los clérigos que dan su
nombre a la secta masónica.

La masonería actual.

En enero de 1968 la prensa occidental divulgó una decisión del Episcopado.


Escandinavo, fechada en octubre de 1966, que permitía a dichos obispos conceder
autorización para continuar inscritos en la logia a los masones que quisieran ingresar en
la Iglesia Católica. Con este hecho se ha querido ver un cambio en la posición de la
Iglesia respecto a la masonería. Se sostiene la tesis de que la masonería actual no es la
misma de hace un siglo, que hay que distinguir entre la masonería regular anglosajona y
la de los países latinos, y que sólo a esta última se habían dirigido las reprobaciones
pontificias de los dos últimos siglos. Ante noticias que presentaban como inminente una
declaración pontificia en tal sentido, la Radio Vaticano hizo público el 16 marzo 1968 el
siguiente comunicado: "Según recientísimos informes de la prensa diaria de varios
países, la Santa Sede habría autorizado la permanencia en la organización masónica a
personas convertidas al catolicismo, y tendría la intención de mudar profundamente la
disciplina canónica acerca de la misma masonería. Por el competente Dicasterio de la
Santa Sede hemos sido autorizados a desmentir tales informaciones como carentes de
fundamento".

Es verdad el cambio experimentado por la masonería en la actualidad, incluso la


masonería irregular ha perdido en parte su carácter sectario y anticatólico. Por otra
parte, el diálogo personal con los masones, como con todo el mundo, por parte de los
cristianos individualmente, forma parte de la convivencia humana y del trato apostólico
que todo cristiano con la debida preparación está obligado a vivir; cosa distinta es el
diálogo con la masonería en sí, como asociación o como doctrina, que exige prudencia y
personas competentes, si en alguna circunstancia fuese oportuno o conveniente; incluso
la Iglesia podría levantar las penas disciplinares vigentes actualmente como los que dan
su nombre a una secta masónica; pero esto no significaría la aprobación de la
masonería. Tampoco podría decirse que, a partir de ese momento, los católicos podrían
inscribirse en la masonería, o que los masones podrían ser simultáneamente miembros
activos de la masonería y de la Iglesia. La cualidad buena o mala de una doctrina o
institución es intrínseca a ella misma, anterior e independiente de cualquier declaración
del magisterio. La masonería no es inconciliable con la Iglesia porque ha sido
condenada; sino al revés: Ha sido condenada porque es inconciliable; y continuará
siéndolo -aunque la Iglesia, por motivos psicológicos o pastorales, decida suprimir la
excomunión mientras no cambien substancialmente sus principios anticristianos. No es
la diferencia, aprobación o reprobación oficial que lo convierte a una doctrina en buena
o mala. Ej. El hecho de que no se condene expresamente el Islamismo no significa su
aprobación, ni permite a los católicos formar parte simultánea de la Iglesia y del Islam;
o si la autoridad eclesiástica levantara la excomunión que recae sobre los que procuran
eficazmente el aborto, no por eso el aborto dejaría de ser pecado moral: es siempre -con
excomunión y sin ella- un atentado grave a la ley moral.

Lo mismo ocurre con la inscripción en la masonería: con excomunión y sin ella, un


católico no puede formar parte de una secta o sociedad masónica (pecaría mortalmente),
pues se hallaría en peligro próximo e inmediato de apostasía, y estaría cooperando en el
mal. Mientras no cambien los principios ideológicos de la masonería, esta es
inconciliable con la doctrina católica. La masonería ha cambiado, aunque más en su
aspecto externo; no suele aparecer como perseguidora de la Iglesia, ni hace mucho
hincapié en el secreto; presenta a algunos de sus miembros públicamente, celebra
grandes reuniones, saca fotografías en la prensa, proclama sus ideales de fraternidad
universal; y esto, también en los países latinos, donde tradicionalmente actuaba en
forma violenta. Sin embargo, en los puntos fundamentales, en sus presupuestos
doctrinales sigue siendo una mezcla de naturalismo, racionalismo, indiferentismo
religioso, deísmo, etc.; aunque en su forma más radical, tal como lo resumía León XIII,
no son ya tan virulentamente sostenidos, en el sentido de que muchas logias no insisten
tanto en ellos y centran más su atención en realizaciones prácticas de tipo humanitario o
de vida social de todas formas aquellos principios continúan de alguna forma presentes.

Es siempre un gran riesgo -en muchas circunstancias, pero en concreto por lo que se
refiere al diálogo con la masonería- la abdicación de la fe en nombre de un humanismo
radical sin Dios. En aras de unos valores que se presentarían como unos ideales o
superiores, al menos desde un punto de vista práctico e inmediato, invocando una
fraternidad filantrópica, se prescinde fácilmente, primero, de Dios como autor del orden
sobrenatural y de la Redención, y se excluye, por tanto, toda religión revelada. Al
recluir la fe a un mero plano de convicciones de conciencia se termina por eliminar a
Dios de la vida de los hombres, reduciéndolo a una mística expresión de la Humanidad,
del Universo, etc. Y de esta forma se destruye el orden moral, privado ya de
fundamento.

Origen.

Los masones definen que ellos no son una secta, sino un pensamiento filosófico. Sin
embargo, la mayoría de los autores que escriben sobre sectas, los incluyen como una
más. La masonería tiene afinidad con los movimientos esotéricos, es pseudo-espiritual y
pseudo-religiosa. Varias de las sectas que hemos tratado han estado relacionadas de una
forma u otra con la masonería. La Teosofía, el Espiritismo de Allam Kardec, los
Rosacruces.

Es muy discutido el origen de la masonería. Algunos autores lo sitúan en los comienzos


de la antigüedad oriental; otros admiten que su fundador fue Hiram Abif, arquitecto del
templo de Salomón, que había sido masón; otros más dicen que se deriva de
corporaciones de operarios creados por Numa, en el 715 A.C. Cierto autor masón
afirmó que Jesús usó muchas enseñanzas masónicas en su doctrina, y que el origen de la
masonería se pierde en la noche de los tiempos.

Como vemos:

En cuanto a los orígenes de la masonería se han dicho diferentes cosas. Se ha afirmado


que proceden de Egipto, del templo de Salomón y de ministerios antiguos. Sin embargo
su nombre proviene de la palabra inglesa "free-mason" que designa al obrero que pule la
piedra. Se trata de albañiles libres que se organizan en forma especial para asegurar
formar un grupo de trabajadores calificados. Eso sucede en la edad media. Este grupo
incluye los que no pertenecen a él. Para lograr esto guardan secretos técnicos y
profesionales sobre palabras, signos y manejo de instrumentos. Para que esto sea
efectivo y el secreto se guarde hacen un juramento. En su origen la masonería tuvo
incluso patronos; uno de ellos fue San Juan Bautista.
Luego los masones evolucionan y cambian de espíritu. En 1717 se unieron cuatro logias
y formaron la gran logia de Londres. Esta siguió en 1723 las Constituciones de J.
Anderson, que era una reglamentación jurídica. Ahora sus trabajos y arquitectura toman
un sentido simbólico; ya no se trata de construir catedrales de piedra como lo hicieron
anteriormente, sino de edificar la catedral humana, el hombre ideal, esto se hace para
dar gloria al gran Arquitecto del Universo que es Dios. En el siglo XVIII la masonería
se extiende por Europa y América.

Después de 1815 una parte de la masonería toma otro sentido político y religioso
especialmente en Francia, Italia y otros países latinoamericanos; algunos se unieron a
los que eran adversarios del orden religioso y monárquico; en Italia quisieron conseguir
el fin del papado y de la Iglesia; en Francia defendieron las leyes anticlericales de la
tercera república; en España defendieron la república que terminó en 1936. A esta línea
de masonería se le llamaba "irregular". Era más intelectual, humanista y racionalista. La
logia del "Gran Oriente de Francia" prohibió ya en 1877 hablar del "gran Arquitecto del
Universo", es decir, de Dios. La de Inglaterra no siguió este camino y defendió incluso
principios como "la fe en la gran voluntad revelada". La masonería ha sido prohibida en
varios países por razones políticas y religiosas.

En varios países de América Latina, la masonería estuvo ligada a su independencia e


historia. No estuvo tan ligada a la Gran Logia de Inglaterra que era conservadora, ritual
religiosa. La francesa fue diferente. "El ejemplo francés, anticlerical, laicista,
racionalista y no pocas veces declaradamente ateo, fue imitado por muchos Orientes y
Logias de América Latina, hasta nuestros días".

Por eso, en muchos casos, nos hemos encontrado con masones deistas, anticlericales,
racionalistas y defensores de la libertad absoluta de conciencia. No hubo demasiados
deseos de entendimiento con la Iglesia Católica. Cuando se dieron contactos fue más
bien a un nivel personal. Claro que después del Concilio Vaticano II se dio un ambiente
diferente e intentos de cambios. Pero como veremos posteriormente los logros no son
tantos.

No obstante lo dicho: La propaganda masónica declara que la masonería es una


institución esencialmente caritativa, filantrópica, filosófica y progresista; que tiene
como meta la indagación de la verdad, el estudio de la moral, el combate de la
superstición y la práctica de la caridad; que en ella quiere trabajar solamente para el
mejoramiento material y social de la humanidad; afirman reconocer y defender la
existencia de Dios, la prevalencia del espíritu sobre la materia y que, por eso, ningún
ateo o materialista puede ser masón, que la masonería no se opone a la religión, mucho
menos a la Iglesia Católica, más bien recomienda que cada uno practique su religión;
que no hay ninguna incompatibilidad entre la masonería y la Iglesia; que la masonería
proclama la tolerancia y el respeto a las convicciones religiosas y políticas de los otros,
la autonomía de la persona humana, el amor a la familia, la fidelidad a la patria y la
obediencia a la ley; que ella considera a todos los hombres hermanos, libres e iguales,
cualquiera que sea su raza, nacionalidad o religión; que sus leyes, constituciones y
reglamentos prohiben expresamente hablar o discutir sobre política o religión; que hubo
incluso obispos, curas y frailes ilustres miembros de la masonería sin que hubiera
percibido la más mínima dificultad contra su fe y sus convicciones católicas; que sus
leyes y rituales exigen constantemente que el verdadero masón sea virtuoso, ejemplar,
de buenas costumbres, muerto para el vicio, sin errores ni perjuicios, observante de la
ley, patriota, cumplidor del deber, apóstol del bien, generoso, devoto, confiante,
pacífico, hermano de todos, protector de las viudas, abogado de los oprimidos..."

Sin embargo, también se exige al masón no profesar ideologías cristianas en sus


principios, ser progresista, guardar los secretos, jurar bajo diversas penas incluída la
muerte. En la masonería se dan misterios, secretos, esoterismo. Por eso los consideran
secta. Lo afirmado consta en su documento oficial.

Doctrina.

No se puede hablar de principios universales que sean válidos para todos los masones,
ya que hay diferencia entre ello. Sin embargo podemos decir que destaca el siguiente
pensamiento.

La existencia de Dios.

Muchos masones lo aceptan como el "Gran Arquitecto del Universo". Se trata de un


Dios constructor del mundo, ordenador de la materia. Falta la idea de un Dios personal
con el que el hombre se puede comunicar. Lo más importante en la existencia de una
"fuerza superior". Se cae en un deísmo.

La libertad.

Teóricamente los masones defienden el derecho a pensar libremente, a creer lo que cada
uno desee. Pero ya hemos visto que a algunos masones les imponen normas y
juramentos que les quitan la libertad. Cuando a uno le dirigen el pensamiento y le
exigen no decir nada de los secretos que encuentre no le conceden una absoluta libertad
de conciencia. Los masones no pueden fomentar la idea de Dios de una religión, porque
irían contra su principio de máxima libertad.

Importancia de la razón.

Los masones le conceden toda la fuerza a la razón y a la conciencia, dicen que la razón
es autónoma. Para los católicos la razón tiene importancia; pero la verdad se encuentra
entre la adecuada relación entre la razón y la fe, entre razón y comprensión de la
revelación divina. Así evita uno ser un "racionalista". Los masones basan su verdad en
la razón y la ciencia.

Tolerancia e indiferencia.

La mayoría de los masones dicen que ellos son tolerantes con todos, que no imponen
dogmas y que solo admiten lo que se discute racionalmente. Sin embargo el hecho de
considerar todas las religiones iguales y no optar por ninguna es un indiferentismo
religioso. Para el cristiano la revelación de Dios es garantía de verdad; en la Biblia
explicitada por la Iglesia asistida por el Espíritu Santo está toda la verdad sobre Dios, el
hombre y el mundo. No obstante la tolerancia, no se permite discutir los principios
masónicos, cambiarlos.

La enseñanza laicista.
Los masones al tratar de mantenerse públicamente indiferentes ante la religión concreta
han defendido los estados y la enseñanza laica o sin religión. Por eso han defendido
tanto la separación entre Iglesia y Estado. También han luchado por escuelas públicas
sin las clases de religión. Muchas veces su actitud privada ha sido deferente, ya que han
enviado sus hijos a colegios católicos. Ciertamente Dios y la religión no estorban al
hombre, sino que le ayudan. Los masones, al defender teóricamente la libertad de
conciencia para no caer en el fanatismo, violencia e injusticia, terminan en la
neutralidad. El mismo Estado tiene que ser indiferente y neutro respecto de las
religiones concretas. Pero ya hemos señalado que no son neutros respecto de sus
principios, doctrinas, rituales y normas. En el fondo se cae en un agnosticismo.

Moral y religión natural.

La moral no debe estar ligada a ninguna creencia religiosa ni basarse en pretendidas


revelaciones divinas. Si queremos creer en las numerosas declaraciones oficiales, la
finalidad de la masonería sería "el estudio y la práctica de la moral". Pero, hemos visto,
una moral sin Dios, sin Cristo, sin Evangelio, incluso sin concepciones metafísicas.

La religión oficial y pública debe mantenerse en los límites de la religión natural


indicados por las verdades básicas pacíficamente aceptadas y comunes a todas las
religiones.

Además de esta religión común a todos, se deja a cada uno sus creencias individuales.
Pero también existen críticas a la religión católica y sus prácticas. La masonería aparece
como una sociedad secreta de fines filantrópicos y humanitarios. Su filosofía es
religiosa, muy parecida al deísmo. (Deísmo = Palabra en extremo compleja. Se trata de
un sistema que, si bien admite a un Dios personal, rechaza algunos de sus atributos
positivos o, cuando menos, su acción reveladora. Es exactamente ese aspecto negativo
que ya señaló Bossuet, calificándolo de "ateísmo disfrazado". Hacia la mitad del siglo
XVI aparecen unos adversarios del cristianismo ostentando por vez primera el nombre
de "deístas". Sin embargo, en Inglaterra es donde, en la segunda mitad del mismo siglo,
se consolida dicha doctrina. Voltaire, Rousseau y los enciclopedistas fueron los que
contribuyeron a su desarrollo en Francia. Gran parte de los errores propugnados por este
sistema están solemnemente condenados por el Concilio Vaticano).

En 1717 fue fundada la Gran Logia de Londres, por el reverendo anglicano James
Anderson y por el hugonote refugiado Jean Theophile Desaguliers. Sus principios
fundamentales, al inicio fueron: tolerancia religiosa; fe en el progreso de la humanidad;
fe en Dios; cierto racionalismo que excluye las formas exteriores de la religión
organizada como iglesia; aversión contra el sacerdocio oficial, contra la fe en los
milagros y otros".

Relación con la Doctrina católica.

Entre la Iglesia Católica y la masonería se mantuvieron conversaciones oficiales en los


años 1974-1980, por encargo de la Conferencia Episcopal Alemana. Se trató de
constatar si la masonería ha experimentado cambios, tales que consientan a los católicos
a pertenecer a ella. Se han estudiado los tres primeros estadios o grados de pertenencia a
la secta. Después de atento examen, la Iglesia Católica ha constatado que existen
contrastes fundamentales e insuperables. En su esencia la masonería no ha cambiado, la
pertenencia a la masonería pone en duda fundamentos de la existencia de Cristo; debido
a que no ha sufrido cambios en la actualidad se llegó a la conclusión obvia: No es
compatible la pertenencia a la Iglesia Católica y al mismo tiempo a la masonería.

Las razones son:

a. El relativismo y el subjetivismo son convicciones fundamentales en las actitudes


masónicas.
b. El concepto masónico de verdad niega rotundamente la posibilidad de un
conocimiento objetivo de la verdad.
c. El concepto masónico de religión es relativo: todas las religiones serían para
expresar la verdad sobre Dios.
d. El concepto masónico del gran arquitecto del Universo es deísta, un Dios que no
sería un ser personal, sino más bien neutral, un "algo".
e. El concepto masónico de Dios no admite la posibilidad de una verdadera
revelación o automanifestación de Dios.
f. El concepto masónico de tolerancia no se relaciona solamente con las personas
sino también con las ideas, aunque sean contradictorias.
g. Los rituales masónicos dan la impresión de ser, pero no son sacramentos.
h. El concepto masónico sobre el hombre perfecto: lo que vale no es la gracia sino
la virtud, y está en un sentido de autorredención, que no deja lugar para la
doctrina cristiana sobre justificación.
i. La espiritualidad masónica pide de sus adeptos una total y exclusiva pertenencia,
dedicación y entrega, que ya no deja lugar para las exigencias espirituales de la
Iglesia.

Organización.

Está organizado en ritos que se dividen en grados. Unos grupos tienen más grados que
otros. Así el de York tiene 10 y el escocés 33.

De esta forma presenta José Cabral los aspectos principales:

Los juramentos: Para cada grado de la masonería hay un juramento específico con las
promesas evangélicas. La realidad es que el masón jura no revelar cosas que todavía no
conoce.

El ritual de iniciación: Para el primer grado (aprendiz) se le pone una venda en los ojos,
y con vestimentas especiales se le conduce a la puerta del templo, donde él afirma que
es un profano que se está allegando a la luz de la masonería. Y así, en forma semejante,
se suceden los rituales para cada grado.

Los símbolos: Se usan mucho los instrumentos del albañil y del arquitecto, así como los
que usaban los sacerdotes del Antiguo Testamento. El delta -triángulo que tiene en el
centro un ojo que representa todos los atributos de la divinidad- se encuentra encima del
trono del venerable Maestro, entre el sol y la luna, que representan las fuerzas del sumo
Creador. La escuadra representa la mortalidad; el nivel, la igualdad y la plomada, la
rectitud
El culto: El segundo código masónico dice que el verdadero culto a Dios consiste en las
buenas obras. En el ritual empleado para el candidato a Maestro Masón (grado 3), el
venerable abre y cierra el trabajo en nombre de Dios y de un patrono, digamos, "San
Juan de Escocia". El absurdo es evidente.

Las oraciones: Hacen oraciones; con todo, no las hacen en el nombre de Jesús, como lo
enseña la Biblia, ni tampoco lo mencionan a Él.

Ceremonias fúnebres: En los funerales hay una ceremonia en la logia, sin la presencia
del cuerpo del fallecido; otra en una iglesia o en una residencia; y otra en el cementerio.
En todas ellas se enfatiza la salvación por las obras y se afirma que el fallecido está
pasando de la logia terrestre a la logia celestial. Lógicamente, esta manera de hablar se
fundamenta en que la masonería cree que su adepto está salvo: una salvación sin Cristo
y sin su sangre expiatoria.

En cuanto al funcionamiento concreto nos encontramos con una logia que es una
agrupación de masones, presidida por un maestro. Una obediencia o Gran Logia que es
una federación de logias presidida por un Gran Maestro; estas son nacionales.
Igualmente se llaman logias "a los templos o locales donde se reúnen o trabajan;
también se llaman escuelas, talleres, templos o santuarios". El delantal es el símbolo del
trabajo y de la jerarquía tradicional de aprendices, compañeros y maestros.

MASONERÍA
Incluye: Breve historia, Cartas al Editor
Declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre la Masonería, 1983.

La masonería se presenta como una organización de


Ver también:
orientación filosófica, pero en realidad tiene las
Masonería,
características de una religión: Da culto al "Gran
Laicismo y Arquitecto del Universo", formula sus propias doctrinas,
catolicismo  por ejemplo sobre el camino de salvación y la
¿Existe una retribución después de la muerte. Tiene su propio
conspiración código de moral, templos, altares, jerarquía, ritos de
masónica? iniciación y ritos fúnebres, vestimentas rituales, días
¿Católico y masón, festivos, y oraciones propias.
compatible?
El Papa Pio IX
La filosofía masona exalta la capacidad de la mente y la
frente a la lógica sin tomar en cuenta la necesidad de la gracia y la
masonería misericordia divina nuestra plena realización y
Enciclopedia salvación. Ignora la realidad del pecado. Por lo tanto no
Libro: La considera la eficacia de la Cruz ni la vida en el Espíritu
Masonería Santo que los cristianos recibimos en la Iglesia.
Invisible, de
Ricardo de la Las doctrinas de la masonería contradicen la fe católica
y por eso la Iglesia ha declarado que no se puede ser
Cierva. Editorial Fénix.
ISBN 84-88787-40-5 católico y masón. porque ambas se contradicen en lo
Masonería - esencial. Al mismo tiempo aclaramos que, aunque
seudexativa.org rechazamos los errores de la masonería, no guardamos
animosidad contra los masones. El amor de Cristo nos
mueve a amar a todos. Ese mismo amor exige que hablemos la verdad que
lleva a la salvación. 
Muchos masones desconocen la ideología de su propia organización. Hay
dos razones para esto: Primero, la masonería tienen muchos grados y los
secretos de los grados superiores son desconocidos por los inferiores.
Segundo, parece que algunas logias modernas han optado por mantenerse
al margen de la ideología de su organización. 

No pretendemos una presentación exhaustiva sino solo algunos puntos


básicos para aquellos que desean saber por que los católicos no deben ser
masones.

Orígenes

El profesor don Ricardo de la Cierva, historiador e investigador, ha dedicado


muchos años de su vida al estudio de la masonería afirma que : "la masonería tiene
una tesis fundamental: su esencia sólo puede ser comprendida por un masón. Esta
tesis tiene un precedente en el siglo I después de Cristo, en los gnósticos, que
buscaban la gnosis, el conocimiento profundo, y que afirmaban poder alcanzarlo
sólo ellos. Ya el Papa León XIII, en su encíclica "In eminenti", explicaba que "la
masonería es la actualización del paganismo antiguo y el gnosticismo". El
gnosticismo nació como una reacción pagana contra el cristianismo, y se ha venido
reproduciendo a lo largo de la Historia hasta hoy. Se puede afirmar que la
masonería es una organización que tiene como fin fundamental acabar con el
cristianismo, implantar la secularización en la sociedad, y esto se puede ver en la
lectura de los rituales masónicos".  -Revista "Alfa y Omega"

La masonería toma su nombre del antiguo gremio de los masones. Éstos eran los
artesanos que trabajaban la piedra en la construcción de grandes obras. Con el
declive de la construcción de las grandes catedrales en Europa y la propagación del
protestantismo, los gremios de masones comenzaron a decaer y para sobrevivir
comenzaron a recibir miembros que no eran masones de oficio. Con el tiempo,
estos últimos se hicieron mayoría y los gremios perdieron su propósito original.
Pasaron a ser fraternidades con el fin de hacer contactos de negocios y discutir las
nuevas ideas que se propagaban en Europa.

La fundación de la masonería moderna podría precisarse en 1717 con la unión en


Londres de cuatro gremios para formar la Gran Logia Masónica como liga
universal de la humanidad. De aquí pronto pasó a Francia donde se fundó "El Gran
Oriente de Francia" en 1736.

Una identidad anticatólica.


Los primeros masones fueron protestantes ingleses y por lo tanto rechazaban el
concepto de una Iglesia poseedora de dogmas de fe. 

Tomaron como patrones a Adán y los patriarcas y se atribuyeron arbitrariamente


las mayores construcciones de la antigüedad, entre ellas el Arca de Noé, la Torre de
Babel, las Pirámides y el Templo de Salomón. Mezclaron las enseñanzas de las
antiguas religiones y tomaron libremente de los grupos cultistas, como los
rosacruces, los sacerdotes egipcios y las supersticiones paganas de Europa y del
Oriente. El objetivo era crear una nueva "gnosis" propia de personas ascendidas a
un nivel superior.

Como parte de su sincretismo, la Masonería no tiene reparo en incluir también a la


Biblia, la cual ponen sobre su "altar". Las logias pueden también recibir miembros
de cualquier religión y cada cual aporta sus propios libros sagrados a los que se les
da el mismo valor que a la Santa Biblia.
La Masonería se propone como la nueva religión universal mientras que las iglesias
cristianas son relegadas a la categoría de meras "sectas". La verdadera filosofía
masónica es el "humanismo secular", una ideología meramente humana
proponente del racionalismo y el naturalismo. Según ella, la "naturaleza" está
guiada por la razón que lleva por si sola a toda la verdad y, consecuentemente, a
una utopía de "libertad, igualdad y fraternidad". Este debía ser el "novus ordo
seculorum" (un nuevo orden secular). La filosofía  masónica es precursora de la
Revolución Francesa e influye mas tarde en la filosofía comunista.

Según don Ricardo de la Cierva: "Hay que tener claro que, para su finalidad
principal, necesitan el poder. Yo hoy, lo que veo innegable es una conexión entre la
masonería y la Internacional socialista. En el libro de Jacques Mitterrand, primo
hermano del ex-Presidente Mitterrand, masón y alto cargo del partido socialista de
Francia, titulado "La política de los francmasones", publicado en 1975, decía que,
"así como en el siglo XVIII la masonería equivalía a la igualdad, en el siglo XIX a la
libertad, en el siglo XX la masonería equivale al socialismo de raíz marxista". Este
libro desapareció de la venta a las pocas semanas" -ABC, Suplemento "Alfa y
Omega".

Conceptos Masónicos

Dios
Dios es le "Gran Arquitecto" que aparece como un concepto y no como persona. De
hecho, en 1887 la logia masónica del "Gran Oriente" (de la que se inspira por lo
general la Masonería en América Latina) formalmente eliminó la necesidad de que
sus miembros crean en Dios o en la inmortalidad del alma. Los símbolos cristianos
de la cultura recibieron una interpretación secular. Así, la cruz pasó a ser un mero
símbolo de la naturaleza sin mayor trascendencia. Las letras "INRI" sobre la cruz de
Jesús, pasaron a significar "Igne Natura Renovatur Integra" (el fuego de la
naturaleza lo renueva todo), lo cual es un absurdo. (su verdadero significado es:
"Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum", Jesús de Nazaret Rey de los Judíos).

Jesús
Se refiere a Jesucristo como el apóstol mayor de la humanidad, por haber superado
el fanatismo de los romanos y de los sacerdotes. Jesús es "el Gran Maestro", pero,
para no ofender a otras religiones, el nombre de Jesús quedó prohibido en la logia.

El secretismo y los ritos de iniciación.  La masonería cela a los miembros en los
ritos de iniciación. Los candidatos deben hacer juramentos de no revelar en
absoluto los "secretos" de la masonería. Cada masón desconoce lo que enseñan y
hacen en los grados superiores. Por esa razón muchos masones de grados
inferiores no saben la verdadera naturaleza de la masonería.

Luz
Como el cristianismo, la masonería expresa el deseo de buscar "luz", pero en la
masonería la luz no es Cristo. Mas bien  asegura a los iniciados que recibirán la luz
de la instrucción espiritual (masónica) y que tendrán descanso eterno en la "logia
celestial" si viven y mueren según los principios masónicos. 

La Masonería tiene una extensa jerarquía compuesta por 33 grados.


-Primer Grado: El masón "Aprendiz" jura: "No revelaré ninguno de los secretos de
la masonería, bajo pena de que me corten el cuello".
-Segundo Grado;: El masón "Compañero" jura: "No revelaré jamás ninguno de los
secretos de la masonería a los que no son masones, ni siquiera a los Aprendices, y
esto bajo pena de que me arranquen el corazón y de que mi cuerpo sea arrojado a
los cuervos".
-En el grado 18° se enseña al iniciando la naturaleza de Lucifer en cuanto Ángel de
la Luz; y se celebra una parodia de misa con pan y vino "consagrados" por el
Venerable Maestro de la Logia.
-En el ritual de iniciación del grado 29° el iniciando pisa y escupe sobre un crucifijo,
al que considera como signo de destrucción y muerte oprobiosa. 1
- Al llegar al treintavo grado (llamado "Kadosh"), se debe pisar la tiara papal y la
corona real, simbolizando el repudio a sus mayores enemigos, la Iglesia y el
Estado. Entonces se jura liberar a la humanidad "de las ataduras del despotismo"
(que se refiere, sobre todo a la Iglesia Católica).  

Gabriel López de Rojas, quien fuera iniciado a la masonería en los mas altos grados
del Rito Escocés Antiguo y es fundador de la organización paramasónica Orden
Illuminati asegura que la leyenda masónica de Hiram Abiff, asociada al tercer grado
masónico es claramente luciferina.

Los masones se consideran librepensadores para opinar sin contar con la Biblia o
la Iglesia (a la que consideran una tiranía) y sin embargo están atados a la logia.

La influencia masónica es poderosa tanto en la política como en los


negocios. Cuando los masones han tomado control de un gobierno, como en
Francia en 1877 y en Portugal en 1910, han establecido leyes para restringir las
actividades de la Iglesia. El continente americano ha sido también profundamente
afectado por la masonería. Muchos líderes tanto de la corona española como de los
movimientos independentistas fueron masones. La masonería sigue muy presente
en los grupos de poder.

La Masonería y Fátima. Fue en un Portugal dominado por los masones en que se


apareció la Virgen de Fátima en 1917. Como consecuencia, las ordenes religiosas
fueron suprimidas, confiscaron las propiedades de la Iglesia y se quiso cortar su
contacto con Roma. Es de notar que la Virgen se aparece en el bicentenario de la
fundación de la Masonería. Ante un mundo dominado por sociedades secretas, la
Virgen nos ofrece sus propios secretos. Realmente se trata de una batalla espiritual

La Virgen viene para advertirnos de los peligros en que se encuentra la humanidad.


Graves errores amenazan nuestra salvación. La Virgen nos pide que renunciemos al
pecado y volvamos a Dios. En 1917 surge el Comunismo. Pero el aviso del cielo va
mas allá del mal del comunismo. Va a la raíz que es la filosofía moderna que se
revela contra Dios y es conocida con el nombre general de Humanismo Secular.
Esta filosofía, primero produjo la Masonería. Mas tarde, y como consecuencia lógica
de la Masonería, aparece el Comunismo.

En 1917, año de las apariciones, ocurrieron la revueltas en Roma inspiradas por la


Masonería que clamaba por el fin del papado. En el mismo año surgió el código de
ley canónica (Ver abajo) que explícitamente condena la Masonería. Mientras tanto,
los pastorcitos estaban directamente amenazados por la Masonería. Arturo de
Oliveira Santos, quién arrojó en la cárcel a Lucia, Jacinta y Francisco y amenazó
con matarlos, era miembro de la temida autoridad masónica que gobernaba
Portugal.

Qué dice la Iglesia de la Masonería

La oposición de la Iglesia a la Masonería se fundamenta en:


-Su violación del Primer Mandamiento. Los masones tienen un concepto de la
divinidad opuesto al de la revelación judeo-cristiana. No aceptan al Dios Trino,
único y verdadero. Su deidad es impersonal. El falso dios de la razón.
-Su violación del Segundo Mandamiento. El grave abuso de los juramentos en
nombre de Dios. Formalmente invocan la deidad en sus ritos de iniciación para
sujetar al hombre, bajo sanciones directas, a objetivos contrarios a la voluntad
divina,
-Su rechazo a la Iglesia Católica, la cual intenta destruir. (Su objetivo de
destruir la Iglesia está ampliamente documentado).

 El 24 de abril, de 1738 (21 años después de la fundación de la Masonería)


Clemente XII escribió IN EMINENTI, la primera encíclica contra la
Masonería. Desde entonces ha estado prohibido para los católicos entrar en
la Masonería. (Los ortodoxos y algunos grupos protestantes también han
prohibido en diversas ocasiones la entrada de sus miembros en la
Masonería).

Otros documentos papales que exponen el error de la Masonería:

 Benedicto XIV, Providas, 18 mayo, 1751.


 Pío VII, Ecclesiam a Jesu Christo, 13 sept., 1821.
 León XII, Quo Graviora, 13 marzo, 1825.
 Pío VIII, Traditi Humilitati, encíclica, 24 mayo, 1829.
 Gregorio XVI, Mirari Vos, encíclica, 15 agosto, 1832.
 Pío IX, Qui Pluribus, encíclica. 9 nov., 1846.
 León XIII, Humanum Genus, encíclica, 20 abril, 1884.
 León XIII, Dall'alto dell'Apostolico Seggio, encíclica,15 de octubre1890.
 León XIII, Inimica Vos, encíclica 8 diciembre, 1892.
 León XIII, Custodi Di Quella Fede, encíclica 8 diciembre, 1892.

Algunos puntos de la encíclica Humanum Genus, escrita por León XIII en


1884. Esta es la mas extensa y reveladora de las encíclicas que exponen la
Masonería. Desvela el engaño masónico y sus verdaderos objetivos:

 El fin de la Masonería es derrocar todo el orden religioso y político


del mundo que ha producido la enseñanza cristiana y sustituirlo por un
nuevo orden de acuerdo a sus ideas.
 Sus ideas proceden de un mero "naturalismo". La doctrina fundamental
del naturalismo es que la naturaleza y la razón humana deben ser dueñas y
guías de todo.
 La Masonería reclama ser la religión "natural" del hombre. Por eso dice
tener su origen en el comienzo de la historia.
 El concepto masón de Dios es opuesto al de la Iglesia Católica. No
aceptan de Dios sino un conocimiento puramente filosófico y natural. (Dios
es entonces imagen del hombre. Por eso no tienen una clara distinción entre
el espíritu inmortal del hombre y Dios)
 Niegan que Dios haya enseñado algo.
 No aceptan los dogmas de la religión ni la verdad que no puede ser
entendida por la inteligencia humana.
 Poco les importa los deberes para con Dios. Los pervierten con
opiniones erradas y vagas.
 La Masonería promulga un sincretismo que mezcla desde los misterios de
la cábala del antiguo oriente hasta las manipulaciones tecnológicas del
modernismo occidental.
 El emblema masónico del compás y el cuadrante son símbolos de un
racionalismo que pretende identificarse con todo lo que es "natural".
 Su calendario numera los "Años de Luz" (del primer día de la creación o
"Años del Mundo".
 Enseña que la Iglesia Católica es una secta.
 Su oposición a la Iglesia Católica antecede a la oposición de la Iglesia contra
ella.

Incompatibilidad entre el Catolicismo y la Masonería:

 El Catolicismo es una religión revelada y esencialmente sobrenatural. Por


eso la Iglesia debe enseñar con autoridad la doctrina revelada.
 La Masonería promete la perfección por medio solo del orden natural y ve
el orden natural como el más alto destino.
 De lo anterior se concluye que el Catolicismo y la Masonería son
esencialmente opuestas. Si una desistiera de su oposición a la otra,
dejaría de ser lo que es.
 La encíclica hace una reflexión basada en las "dos ciudades" de San Agustín
que representan dos reinos opuestos en guerra. En un lado Jesucristo,
en el otro está Satanás.  La fuerza detrás de la Masonería, causante de sus
engaños y su odio a la verdad de Jesús no puede ser sino Satanás, el
príncipe de la mentira.

El Papa enseña que el abandono de las virtudes cristianas es la principal


causa de los males que amenazan a la sociedad. (ref. Misericors Dei filius,
23 de junio, 1883)

Otros pronunciamientos de la Iglesia referentes a la Masonería

El antiguo Código de Ley Canónica (ley oficial de la Iglesia) del año 1917,
condena la Masonería explícitamente.

Canon 2335: "Personas que entran en asociaciones de la secta masónica o


cualquier otra del mismo tipo que conspire contra la Iglesia y la autoridad civil
legítima, contraen excomunión simplemente reservada a la Sede Apostólica.

Ver abajo sobre el nuevo código y la nueva clarificación

Declaración sobre la Masonería  de la Conferencia Episcopal Alemana


Publicado en L`Osservatore Romano, (periódico del Vaticano), 9 de julio,1980

Entre la Iglesia Católica y la Masonería se han mantenido conversaciones oficiales


en los años 1974-1980 por encargo de la Conferencia Episcopal Alemana y de las
grandes Logias reunidas.

En el curso de aquella se ha tratado de constatar si la Masonería ha experimentado


cambios a lo largo del tiempo, tales que consientan a los católicos de pertenecer a
ella actualmente. Las conversaciones se han desarrollado en clima de cordialidad y
con gran franqueza y objetividad.

Se han estudiado los tres primeros estados (grados) de pertenencia a la secta.


Después de atento estudio de esos tres primeros estados, la Iglesia Católica ha
constatado que existen contrastes fundamentales e insuperables. En su esencia la
Masonería no ha cambiado. La pertenencia a la Masonería pone en duda los
fundamentos de la existencia de Cristo; el examen minucioso de los rituales
masónicos y de las afirmaciones fundamentales, como también la constatación
objetiva de que hoy no ha sufrido ningún cambio la Masonería, lleva a esta
conclusión obvia:

No es compatible la pertenencia a la Iglesia Católica y al mismo tiempo a la


Masonería

La Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, el 17 de febrero, de


1981, promulgó una clarificación sobre el estado de los católicos que se
asocian a la Masonería en la que se reafirma la posición tradicional de la Iglesia
acerca de la Masonería.

El Código de Ley Canónica actual (promulgado en 1983) no habla


explícitamente de la Masonería sino que se limita a la siguiente advertencia general
contra ese tipo de asociación:

Canon 1374: "Quien se inscribe en una asociación que maquina contra la Iglesia
debe ser castigado con una pena justa; quien promueve o dirige esa asociación, ha
de ser castigado con entredicho".

Algunos obispos pensaron que este canon ya no aplicaba a la Masonería porque no


la nombra explícitamente. Estimaban que la Masonería había evolucionado y que ya
no "maquinaba" contra la Iglesia. Sugirieron que se podría abrogar la prohibición
contra la entrada de católicos en las logias masónicas. Sin embargo, posteriores
declaraciones oficiales de la Iglesia han dejado muy claro que eso no es posible.

La siguiente declaración expresa en resumen la posición oficial vigente.

Declaración sobre las Asociaciones Masónicas, Quaesitum est...


de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe.
26 de noviembre, 1983.  Fuente: vaticano

Se ha cuestionado sobre si ha habido algún cambio en la decisión de la Iglesia en


respecto a las asociaciones masónicas ya que el Código de Ley Canónica, a
diferencia del anterior, no las menciona expresamente. Esta sagrada congregación
está en posición de responder que esta circunstancia se debe al criterio editorial
que se siguió también en el caso de otras asociaciones que tampoco se
mencionaron en cuanto que están contenidas en categorías más amplias.

Por lo tanto, el juicio negativo de la Iglesia sobre las asociaciones masónicas se


mantiene sin cambios ya que sus principios siempre se han considerado
irreconciliables con la doctrina de la Iglesia ("earum principia semper iconciliabilia
habita sunt cum Ecclesiae doctrina") y por lo tanto se continúa prohibiendo ser
miembro de ellas.
Los fieles que se inscriben en asociaciones masónicas están en estado de pecado
grave y no pueden recibir la Santa Comunión. No está en la competencia de las
autoridades eclesiales locales el impartir un juicio sobre la naturaleza de las
asociaciones masónicas que implicase una derogación de lo que se ha decidido
arriba, y esto en línea con la declaración de esta sagrada congregación promulgada
el 17 de febrero de 1981 (1).

En una audiencia concedida al subscrito cardenal prefecto, el Supremo Pontífice


Juan Pablo II, aprobó y ordenó la publicación de esta declaración que ha sido
decidida en una reunión ordinaria de esta sagrada congregación.

Cardenal José Ratzinger, prefecto.


Padre Jerome Hamer, O.P., Titular Arzobispo de Lorium, Secretario.
(Traducción no oficial -SCTJM). 

La declaración de 1983 (arriba) establece con toda claridad que la condena a la


Masonería por parte de la Iglesia es vigente. Las opiniones contrarias no cambian la
realidad de las cosas.

Sobre la supuesta "oración" de Juan XXIII.

La siguiente "oración",  falsamente atribuida al Papa,  es una absurda mentira


con la que se busca justificar la masonería. A pesar de ello, sigue propagándose
impunemente:  

Señor y Gran Arquitecto:

Nosotros nos humillamos a tus pies e invocamos tu perdón por la herejía en el


curso de desconocer en nuestros hermanos masones como tus seguidores
predilectos. Luchamos siempre contra el libre pensamiento, porque no habíamos
comprendido que el primer deber de una religión, como afirmó el Concilio, consiste
en reconocer hasta el derecho de no creer en Dios.

Habíamos perseguido a aquellos que, dentro de la propia iglesia habíanse


distanciado inscribiéndose en las Logias, despreciando todas las injurias y
amenazas. Habíamos irreflexivamente acreditado que una señal de la cruz pudiese
ser
superior a tres puntos formando una pirámide. 

Por todo esto nos arrepentimos Señor y con tu perdón te rogamos nos hagas sentir
que un compás sobre un nuevo altar puede significar tanto como nuestros viejos
crucifijos. Amén.

¿Por qué tantos caen en la Masonería?

La Masonería es producto del alejamiento de Dios en que los hombres han caído.
Su influencia sobre los hispanos es favorecida por el machismo que considera la
práctica cristiana como propia solo de las mujeres. La participación en la logia
masónica se ha presentado como una alternativa para los hombres, donde, en vez
de someterse a Dios, hablan de negocios y hacen contactos según sus intereses.
Esto ha profundizado la crisis de falsa identidad masculina. Las consecuencias han
sido graves tanto para la familia como para la sociedad.
Del sincretismo a la ceguera espiritual. Hay que tener en cuenta que muchos
entran en la masonería buscando favorecerse de su poderosa red de contactos e
influencias. Es una gran tentación el percibir las oportunidades que se abren en los
negocios y trabajos para los miembros de la logia. Los masones suelen ayudarse
entre ellos y tienen algunas obras benéficas. Está también el atractivo para los
hombres en creerse que entran en un grupo elite de librepensadores.

Sin duda, muchos están confundidos y creen que pueden ser católicos y masones.
Quedan sinceramente consternados al conocer la posición de la Iglesia contra la
Masonería. Cuando se les explican las razones no lo pueden creer. Dicen que su
logia no es así. Es cierto que algunas logias ya no tienen la agresividad tradicional
contra la Iglesia, pero la filosofía sigue siendo la misma. Hay además que tomar en
cuenta que los miembros de bajo rango no saben la realidad oscura de la
masonería porque se les esconde hasta que suban de grado y estén más
influenciados y comprometidos.

Un masón que se llama católico escribió un artículo asegurando que los grados de
la Masonería son complementarios con las creencias de "cualquier religión que crea
en Dios". No podía comprender el "fanatismo" de "algunos" en la Iglesia que
condenan la Masonería (el "algunos" al que se refiere son en realidad todos los
papas desde el año 1738). Más adelante, en el mismo artículo se lee: "la Masonería
me ha inspirado a ser tolerante y aprender de las otras religiones. He leído con
gran interés la Kabala, el Korán... todos los masones adoran al mismo Dios." 

Parece por este escrito que en su logia no atacan directamente a la Iglesia católica,
pero ocurrió algo que a veces es peor: lograron confundirle de tal modo que no ve
la diferencia entre leer la Biblia y la Kabala (escritos del ocultismo). Busca ambas
lecturas "con gran interés". Ha confundido la tolerancia (respeto a las creencias
ajenas) con el sincretismo (mezcla de creencias uniendo la verdad y el error).

En la masonería moderna, por lo general, hay menos agresividad abierta contra la


Iglesia.  No se duda que haya habido algunos cambios, pero en todo caso continúan
latentes los mismos principios. ¿Por qué seguir en una asociación que está
esencialmente errada y es dañina para el alma?.

Jesucristo es El Camino, La Verdad y La Vida


Descubrir la realidad sobre la masonería es muy doloroso para sus miembros y
familiares. Pero el dolor puede llevar al bien si ayuda a la conversión de vida.

Debemos amar a los masones sinceramente ya sean familiares, amigos o


desconocidos. Debemos también apreciar y reconocer lo bueno que hagan.

La condena de la Iglesia no es falta de caridad sino una verdadera expresión de


amor. Enseñar la verdad y advertir el error es un gran acto de amor. Por eso la
Iglesia tiene el deber de alertar a sus hijos sobre el peligro que los graves errores
de la Masonería acarrean a su alma y las consecuencias para la vida eterna. Eso
mismo también es lo que hizo Jesús.  Vemos el ejemplo de Jesús con los
recaudadores de impuestos y con los pecadores en general. Ama al pecador
mientras condena el error y el pecado.
Cardenal Pablo Poupard (Presidente del Consejo para la Cultura -Vaticano): "La
francomasonería mete en un mismo paquete todas las visiones del mundo. Es lo
que yo denomino el 'relativismo absoluto'. Y el cristiano no puede admitir eso
porque sólo Jesucristo es la verdad. Había que decirlo de forma clara. Ninguna
visión del mundo puede situarse en el mismo lugar que la verdad de Cristo."

La Masonería según un ex gran maestro masón:

La Masonería no es en todo caso una religión, por cuanto no se presenta como un


camino de salvación, sino como un método de crecimiento personal y de aumento
de la conciencia, en la búsqueda de una plenitud como diría el filósofo masón
Krause "del hombre en cuanto hombre". La masonería no es en última instancia
sino una forma colegiada de reflexión filosófica, y hoy a nadie se le ocurre plantear
una contradicción entre filosofía y teología ya que se reconocen como jurisdicciones
diferentes. La masonería propone un esfuerzo de autoconciencia y de autenticidad
personal que está por supuesto abierta a cualquier interpretación confesional y en
esa libertad, naturalmente todas las opciones son posibles para el masón. Decir que
por esa garantía de libertad la masonería es incompatible con el catolicismo sería
como venir a decir que la Historia de las Religiones es una asignatura anticatólica
porque estudia el fenómeno religioso poniendo a todas las religiones en el mismo
plano, o que la filosofía es anticristiana por el hecho de no ser ya "sierva de la
teología" 
-Javier Otaola, Pasado Gran Maestro de la Gran Logia Simbólica Española. Carta del
26 de Abril, 2001 a la revista "Alfa y Omega".

Respondemos: La historia indica otra cosa.

La masonería dice no ser religión pero da culto al Gran Arquitecto del Universo, ha
formulado sus propias doctrinas religiosas, tiene templos, altares, oraciones
propias, un código moral, vestimentas rituales, días festivos, la promesa de
retribución después de la muerte, jerarquía, ritos de iniciación y ritos fúnebres
propios. Todos esos elementos unidos reflejan una religión.  

La filosofía y la teología son jurisdicciones diferentes pero no aisladas. Una filosofía


que desprecie la vida humana es incompatible con la fe católica. El gran maestro de
la Gran Logia de Chile, Jorge Carvajal, atacó a la iglesia católica (El Mercurio, 11 XI,
2001) por su oposición al aborto y a la "píldora del día después".   

¡Qué cosa es la Masonería!


.-.El problema del origen y el origen del problema.-.

.-.Resumen del artículo publicado por Massimo Introvigne en la revista "CHRISTUS" año 4,
Nº8, 2/1994.-.

Contenido:

I.- EL PROBLEMA DEL ORIGEN. III.- LOS ORÍGENES DEL PROBLEMA.


1. El origen "sociológico".
2. El origen histórico. 1. ¿Existe una doctrina masónica?
2. Una tipología de los "antimasones".
3. Argumentos de la crítica a la
II.- UN MAPA masonería.

1. Las obediencias. Algunas conclusiones.


2. Los ritos:
DOCUMENTOS DEL MAGISTERIO DE LA
3. Organizaciones para-masónica, y IGLESIA EN RELACIÓN A LA MASONERÍA
pseudo-masónicas.

I. EL PROBLEMA DEL ORIGEN.

Si se quiere entender que cosa es la masonería es necesario conocer su


origen. Sin embargo, esta es una de las cuestiones más discutidas dentro de lo
que son las investigaciones históricas.

No obstante esta dificultad, se puede hacer una distinción clarificadora,


distinguiendo entre lo que son los orígenes "sociológicos" y los orígenes
"históricos" de la masonería.

1. El origen "sociológico".

La masonería surge en el ámbito cultural de la "modernidad", caracterizada por


el fenómeno del "pluralismo" en lo social y doctrinal.

La sociedad pluralista nace de la Reforma protestante y sus ulteriores


fragmentaciones, luego se ve alentada por el "iluminismo" con sus variadas
formas de racionalismo e incredulidad (deismo, agnosticismo,...)

Paradójicamente una de las reacciones contrarias al fenómeno del "pluralismo",


marcará notablemente el surgir de la masonería, se refiere al fenómeno de las
"sectas", mundos cerrados "no plurales", agrupados en torno a un jefe
carismático, que surgen como un refugio ante el pluralismo social y que
contienen en muchos casos elementos de "esoterismo".

Este itinerario sociológico demuestra, paradójicamente, la necesidad que tiene


el hombre de poseer una "verdad" que apuntale su vida y la profunda desazón
de vivir en un mundo de contradicciones. Cuando en la sociedad pluralista
moderna se manifiestan contradicciones, los hombres reaccionan de tres
modos: primero, sienten la necesidad de resolverlas; segundo, si no pueden
resolverlas, optan por una evasión, buscando refugio en el sectarismo; tercera,
tratan de dar una razón que haga compatible las contradicciones mediante el
"relativismo y el sincretismo".

2. El origen histórico.

a. En general.
Sobre la pista del origen "sincretista y esotérico", las investigaciones históricas
nos llevan a la leyenda de los "Rosacruces", se trata de una confraternidad,
fundada por un tal Christian Rosenkreutz (o Cristiano Rosacruz) que poseía el
"núcleo secreto" común denominador de todas las religiones. Esta sabiduría se
encontraba escondida en su tumba, la cual se supone que estaba escondida en
un bosque alemán. La publicación de la leyenda apareció entre 1614-16 en tres
libros titulados "Fama freternitatis", "Confessio" y las "Bodas químicas de
Christian Rosenkreutz".

En realidad no existieron ni los rosacruces, ni su supuesto fundador, el autor de


la leyenda fue un pastor protestante alemán llamado Johann Valentín Andreae,
que buscaba alentar la unidad, no obstante el relativismo de los protestantes
frente al Papado y los Habsburgo.

Durante el siglo XVI y XVII los rosacruces y su sabiduría fueron buscados. Uno
de los lugares donde se buscaba con mayor interés era en las "corporaciones
de artes y oficios" de Inglaterra y Escocia, las cuales contaban con un
abundante bagaje de técnicas y simbolismos ("misteres" esta palabra
originalmente tenía el significado latino de la palabra italiana "mestiere", esto es
oficio .-. trabajo, pero por la influencia esotérica se interpretó como "mystery",
misterio), estas corporaciones eran denominadas "free masons" en inglés,
"franc maçons" en francés y "frammassoni" en italiano, "masones" en español.

En forma por demás legendaria, remitían sus técnicas, artes y simbolismos a


las grandes construcciones de la antigüedad como el arca de Noé, el templo de
Salomón... etc.

La entrada en estas corporaciones de elementos con un marcado interés


esotérico, hombres, que no eran propiamente trabajadores de ramo de la
construcción, mezcló la leyenda de los rosacruces con las leyendas propias del
arte de las corporaciones.

En un primer momento se distinguían los miembros de las corporaciones en


"operativos" (trabajadores del ramo de la construcción propiamente hablando) y
en "aceptados" (esoteristas que entraban en la corporación interesados en los
secretos de los rosacruces y también por intereses de tipo social).

Los textos que hacen referencia al origen de la masonería y sus "misterios",


datan de los años 1390-1410, se trata de dos manuscritos titulados "Regius" y
"Cooke", en ellos se relata una "historia antigua breve" y una "historia nueva
larga".

La "historia antigua breve", se remonta a un viaje mítico realizado por Euclides


a Egipto, donde fundó un escuela del arte de la geometría y la construcción,
arte difundido a muchos pueblos, pero en especial a los ingleses durante el
reinado de Athelstan.

La "historia nueva larga", por su parte se remonta a antes del diluvio a un tal
"Jabal" constructor contratado por Caín y Enoch, que habría transmitido el arte
de la construcción en laminas de oro, pero en forma secreta. Sucesivamente
estos conocimientos fueron revelados a Abraham, el cual habría tenido a
Euclides como discípulo y este a su vez los enseñó a los egipcios; de los
egipcios este arte habría sido retransmitido nuevamente a los judíos y alcanzó
su culmen en la construcción del templo de Salomón. Tras la destrucción del
templo de Salomón el arte pasó a los cristianos. Depositarios de estos secretos
habrían sido los "cuatro santos coronados" (constructores) y San Albano en
Inglaterra, el cual con la ayuda del rey Athelstan los habría codificado.

"La palabra masónica", fue un elemento que ulteriormente consolidaría la


estructura de la masonería, comenzó siendo un "signo de reconocimiento
secreto" para distinguir a los miembros "operativos" afiliados a las
corporaciones, de los "cowan" obreros del ramo de la construcción
independientes. Aunque sobre este término se desarrollaron también una serie
de interpretaciones mágico.-.esotéricas.

Tramite los "aceptados" las logias masónicas se fueron llenando de elementos


esotéricos, los cuales al no poder ser ventilados abiertamente crearon una
atmósfera de "secreto" en torno a la actividad de estas corporaciones.

Así se llegó a la fecha del 24 de junio de 1717, fecha de la fundación de la


masonería moderna. En esta fecha se funda la logia masónica de Londres, casi
exclusivamente con miembros "aceptados", se trata de auténticos
"especulativos" (hombres con intereses esotérico-filosóficos), se consuma así
la separación de la masonería de la corporaciones de trabajadores y artesanos
del ramo de la construcción.

El pastor presbiteriano James Anderson - masón especulativo - es el


encargado de reelaborar sus nuevas Constituciones; revisadas por un comité
de masones estas constituciones son publicadas en 1723; las constituciones
tienen cuatro partes: unas historia legendaria del orden y del arte masónico; los
deberes "charges"; el reglamento de las logias; y una serie de cantos para los
tres grados, aprendiz, peón (compagno) y maestro.

La parte más importante de estas constituciones es las que habla de los


"deberes", más en concreto los referente al primer y segundo deber, los cuales
rechazan el ateísmo y promueven la adhesión al poder estatal, el tercer deber
hace referencia al "secreto". Estos deberes aún son aceptados por muchas
logias, pero han sido la causa de mucha polémica, de cismas y divisiones entre
los masones.

En las constituciones hay una referencia clara al esoterismo, al secreto y a un


relativismo que coexiste con el deismo iluminista.

El intento de conciliar todo esto, fue la causa de un primer cisma masónico, se


acusó a la logia de Londres - los "moderns"- de un racionalismo inmoderado.
En antagonista de ella se constituyó la logia de York - los Antients - "antiguos".
Los cuales más esotéricos introdujeron un cuarto grado, de carácter sincretista,
en la masonería, el grado llamado del "Arco Real", donde se acuña un nombre
que pretende ser el común denominador de la divinidad, se le llama a dios
"Jahbulon" o "Jah-Bel-On" (Jah de Jahveh, Bel del caldeo Baal y On de una
divinidad egipcia).

b. El origen de los "altos grados".

La multiplicación de "altos grados" se debe a un prominente caballero escocés


llamado André Michel de Ramsay (1686-1717), para hacer más atractiva y
difundir la masonería entre la nobleza de Francia, introduce la convicción de
que la nobleza europea ha entrado en la masonería desde la época de las
cruzadas, haciendo de ella más que una realidad corporativa, una realidad
caballeresca con una intrincada estructura de grados. También se relacionará
la masonería una presunta continuidad de la orden de los Templarios.

Los partidarios de los "altos grados" le dieron a la masonería un acento


fuertemente esotérico y ocultista, desplazando en el continente europeo la
influencia de las logias inglesas, más racionalista e iluministas.

La pugna entre estas dos corrientes (esotérico-ocultista y racionalista-


iluminista) tienen un fuerte enfrentamiento durante la Revolución francesa,
donde prominentes masones "fríos" detentan el poder y persiguen a los
masones de la llamada "corriente caliente".

En el plano internacional, la masonería llega a los Estados Unidos en 1801, la


primera logia, influida por los "altos grados", se funda en Charleston, ahí
cristaliza la versión más difundida de la masonería, el "Rito escocés antiguo y
aceptado" estructurado en 33 grados, el cual será difundido por Albert Pike
(1809-1891).

II. UN MAPA

1. Las obediencias.

Las "obediencias" son federaciones adminstrativas de logias o de grupos


nacionales de logias, que aceptan la prioridad de una logia originaria, o por lo
menos aceptan el someterse a una cierta coordinación.

Los "ritos", son sistemas de grados masónicos, en función de los cuales se


prescriben ceremonias y características específicas.

Eventualmente al interno de una misma obediencia, se pueden encontrar ritos


diversos, sin que esto comporte un cisma. Y al contrario se puede encontrar el
mismo rito en diversas obediencias.

Esto en el plano teórico, pues en la práctica se dan cismas, divisiones y


rivalidades, por motivos de obediencias y de ritos y por interferir los jefes de un
ámbito en el de otro.

a. En cuanto a las "obediencias" se pueden distinguir:


* La obediencia de la "Gran Logia Unida de Inglaterra", reconocida como la
"Gran Logia Madre" para todo el mundo, por la mayoría de los masones en el
mundo (cerca de seis millones).

Sus textos principales son "Basic Principles for Grand Lodge Recognition"
(Principios para el reconocimiento de la Gran Logia) y "Aims and Relationships
of the Craft" (Fines y Relaciones del Arte). Estos escritos determinan los
criterios de "regularidad" masónica de la Gran Logia, los cuales son tres:

- regularidad de origen (Sólo una Gran Logia puede fundar una logia regular, o
tres logias regulares conjuntamente)

- la regularidad de territorio (Solo se puede reconocer una Gran Logia por país).

- regularidad de doctrina

* Se necesita creer en Dios como el "Gran Arquitecto del Universo".

* Usar "un libro que contenga la sagrada ley" -normalmente es la Biblia, en


oriente puede ser otro

* La exclusión de las mujeres.

* La prohibición de discusiones políticas.

No obstante estas bases deducidas de las "Constituciones de Anderson" su


interpretación es muy variada y discutida. Se pone en entredicho la
"regularidad", sobre todo de las logias de Francia, España y América Latina a
las cuales se acusa de admitir ateos, de no usar la Biblia y de ocuparse de
temas políticos (las logias se convierten en "núcleos de poder"), así como de
admitir mujeres.

b. El CLIPSAS Centre de Liaison et d'Information des Puissances


maçonniques signataries de l'Appel de Strasbourg (Centro de Unión e
Información de las potencias masónicas firmatarias del Apelo de Estrasburgo).

Reúne desde 1971, los grandes Orientes de Francia, Bélgica y Alemania y las
grandes logias de Holanda, Dinamarca e Italia. Estas "obediencias" denuncian
el "dogmatismo" y conservadurismo de las logias anglosajones, y admiten en
sus filas ateos, agnósticos y mujeres y no renuncian a una acción política en
favor de los derechos del hombre y de la democracia. Aunque los logias de
lengua española no adhieren formalmente al CLIPSAS, por lo general se
encuentran en posiciones similares.

c. La masonería de "franja".

La Gran Logia Unida de Inglaterra, denomina masonería de "franja" (frangia)


(fringe masonry) (al límite), al conjunto de "obediencias" cuyos intereses se
centran en el ocultismo y la magia. Aspectos que la masonería "regular" ha ido
progresivamente abandonando. Esta masonería de franja pretende ocuparse
de los "grados superiores azules". El simbolismo de esta masonería se inspira
en el antiguo Egipto.

d. La masonería "irregular".

Consideradas como "irregulares" (por parte de la Gran Logia Unida de


Inglaterra y en base a las constituciones de Anderson) son las "obediencias
femeniles y mixtas" surgidas con el propósito de reconocer con pleno título de
pertenencia a la masonería a las mujeres.

La principal logia "irregular" es "el orden mixto Le Droit Humain" fundada por la
feminista María Deraismes en 1893 en Francia.

Una mención aparte se debe hacer de las logias "de adopción", las cuales son
simple auxiliares que organizan a las hijas y esposas de los masones, sin
considerarlas propiamente miembros de la orden.

2. Los ritos.

En las enciclopedias masónicas se encuentran centenares de ritos (sistemas


de grados).

a. Al centro de los ritos se encuentra el "rito de Emulation", el cual nace de la


Gran Logia Unida de Inglaterra con sus tres grados básicos, aprendiz, peón y
maestro, y es el más difundido en el mundo.

*. En este rito cada grado tiene jerarquías propias. En algunos lugares tiene
"grados complementarios" como el grado del "Arco Real" grado
complementario del "maestro" o el grado "Mark Master" que complementa el de
"peón".

* En la masonería anglosajona se encuentran también difundidos los grados


"Knights Templar".

b. En los Estados unidos se encuentra largamente difundido el "rito de York", el


cual reúne los grados del "Arco Real", el "Marco" (grados del cuarto al
séptimo), los grados "crípticos" (del octavo al décimo) y cuatro ulteriores grados
"templarios".

c. Otro rito largamente difundido es el "Rito Escocés Antiguo y Aceptado",


dividido en 33 grados, donde los masones más importantes son de grado 33,
cosa que no necesariamente ocurre en otros ritos.

d. Hay un "rito francés", mucho más simplificado y escaso de grados y ritos


más complejos como los de la masonería egipcia, el rito de "Menphis" tiene 92
grados y el de "Misraïm" 90.
3. Organizaciones para-masónica, y pseudo-masónicas.

a. Las organizaciones "para.-.masónicas", no forman propiamente parte de la


masonería, sin embargo se distinguen por contar entre sus miembros, casi
exclusivamente masones, algunas de las más importantes son:

La organización "Shrine" .-.el Santuario.-. (Ancient Arabic Order Nobles of the


Mystic Shrine), organización filantrópica con una marcada simbología islámica,
que reúne a una élite masónica y es notable por sus obras benéficas sobre
todo en el sector de los hospitales infantiles en los Estados Unidos.

La "Societas Rosacruciana de Anglia" Inicialmente reservada a masones y


lugar de incubación del más famoso orden de magia ceremonial moderno, la
"Golden Dawn"

Aunque no son propiamente organizaciones masónicas, los masones han


estado a la base de organizaciones esotéricas, ocultistas, movimientos que
están a mitad de camino entre lo religioso y lo mágico como la "Sociedad
Teosófica" o la "Sociedad Antroposófica".

b. En la literatura masónica se encuentran organizaciones pseudo.-.masónas,


que remitiéndose a la masonería organizan actividades filantrópicas y
conceden "grados", más como actividad lucrativa, que como participación de
logias regulares. En realidad se encuentran fuera de ella.

Un ejemplo de estas organizaciones es la "Prince Hall Freemasonry" que sería


el equivalente de la logia masónica para los negros americanos, los cuales han
sido largamente excluidos de la masonería.

c. Finalmente encontramos, organizaciones simil.-.masónicas, las cuales hoy


por hoy están desapareciendo: sin tener un vínculo formal con la masonería, se
inspiran en el modelo de la "fraternidad moderna" que es la masonería.

III. LOS ORÍGENES DEL PROBLEMA.

1. ¿Existe una doctrina masónica?

Analizando las Constituciones de Anderson, es muy poco lo que se puede


encontrar como "contenido doctrinal".

Explícitamente se habla de excluir discusiones de religión, nación o política.


Ello hace que no se encuentre casi nada de doctrinal en las Constituciones.

Se hace una referencia genérica a la "ley moral" (natural) y al "sustrato religioso


sobre el cual todos los hombres están de acuerdo". Se presenta genéricamente
un "deismo" orientado a un teísmo personal y poco más.

La masonería tal como surge de sus raíces anglosajonas, se presenta no como


una "doctrina", sino como un "método" que propone la libre discusión de
problemas y aporta soluciones según el parecer de lo que parece justo y
verdadero a la mayoría de los hermanos.

La discusión tiene un límite: "no está permitido poner en tela de juicio la


existencia de Dios" aunque no se sabe de que tipo de Dios se habla pues ni
siquiera sobre un modelo monoteísta se ha llegado a un acuerdo.

En realidad el único límite de la discusión, es "el mismo método", este es lo


único que no se cuestiona todo lo demás es susceptible de cuestionamiento.

Por ejemplo, quien propone la unicidad de una verdad, de una religión, de un


camino, se coloca automáticamente fuera del método masónico. El ex.-.Gran
Maestro del Grande Oriente de Italia, Armando Corona, declaraba: "el principio
fundamental masónico es aquel según el cual no existe una única religión para
llegar a la Salvación".

Un famoso masón francés, Alain Gérard se expresaba así: "la masonería del
Gran Oriente de Francia, no es una religión, ni una filosofía, solamente "un
método".

- Este método, según Gérard, no impide el tener opiniones propias bien


definidas.

- Pero impone a todos el "ponerlas a discusión", esto es, aceptar que en la


eventualidad de que en la logia, se analicen, sean cuestionadas y se tome la
hipótesis de que puedan ser falsas (o puedan ser superadas por una síntesis
mejor), o puedan pasar la prueba. Todo ello según los principios de un debate
libre.

Aquí está la raíz del problema con las comunidades cristianas y en especial
con la Iglesia católica, ya que ella enseña verdades "no negociables", en
cuanto que no se consideran de origen humano sino divino y por ello no se
pueden "poner en discusión" con una perspectiva revisionista o de eventual
abandono.

Para comprender esta forma de proceder hay que tener en cuenta el origen
sociológico de la masonería, el método masónico hace frente al pluralismo
ideológico, proponiendo como clave de comprensión el "relativismo".

Aunque los masones rechazan esta expresión, en cuanto que ellos no rechazan la
adhesión a la verdad. Sin embargo es lo que ocurre de forma implícita. El escéptico
piensa que no existe la verdad y el escético práctico piensa que no es importante, a
diferencia de ellos el relativista se adhiere a alguna verdad, pero considera la verdad
como algo que depende de una variante independiente, que en cuanto tal, la determina.
Esta variante independiente puede ser la razón humana.

Afirmar que el método masónica se sitúa en el horizonte del "relativismo", no significa


acusar a los masones en su conjunto .-.o apersonas concretas.-. de negar la
cognosibilidad filosófica, o la relevancia existencial de la verdad. Significa constatar
que se trata de un método que promueve una visión de la verdad como relativa y
condicionada por variables independientes que la determinan, y esta es precisamente la
definición del relativismo. Teniendo en cuenta el origen sociológico de la masonería y
el método aportado explican el éxito de la masonería.

Ya desde el 1700 y sobre todo el siglo pasado, la masonería latina ha elaborado una
serie de posiciones doctrinales más precisas, promoviendo el anticlericalismo, el
licismo, el naturalismo en todos los sectores. Batallas como la laicisación de las
escuelas, el divorcio, y más tarde el aborto han sido promovidas por obediencias
masónicas latinas, cuyo anticlericalismo ha llego a tonos virulentos. La masonería
"regular" ha precisado que se trata de obediencias separadas de la Gran Logia Unida de
Londres, que han violado la prohibición de tomar partido en cuestiones religiosas y
políticas.

En cierto sentido no es de extrañar estas posturas extremas, en cuanto que se derivan de


las premisas relativistas y deístas del método.

No obstante hay que afirmar que el uso del método es común a toda la masonería.

Este método no es un simple "técnica", implica un horizonte ético.-.filosófico que


condividen los miembros de la logia, para que pueda funcionar.

El Rev. Joseph Fort Newton, publicó en 1914 la obra "The Builders" donde admite la
centralidad del método masónico y explica que su principio se encuentra en "la filosofía
masónica", la cual tiene su punto clave en la idea de que el alma humana es "afin" a
Dios y por ello dotada de poderes a los que nadie puede fijar un límite, esto es un hecho
y por ello su libertad debe ser un derecho, en torno a ello se postula la libertad de
conciencia y de intelecto y la igualdad de todos los hombres ante Dios y la ley.

La referencia a Dios no se encuentra en la masonería Francesa y latina más anticlerical.

Desde el punto de vista "filosófico" el horizonte del método masónico .-.sin el cual
el método mismo sería ininteligible o impracticable.-. comprende:

a. Un principio epistemológico de tipo realista. Aunque no se concede la posibilidad


de llegar a afirmaciones definitivas "dogmáticas" de la realidad, se acepta la
consistenArial">b. Un principio antropológico de tipo antropocentrista. Según este
principio el hombre es libre y se encuentra al centro de su mundo.

c. Un principio filosófico de tipo "espiritualista". Según este principio tanto en el


mundo como en el hombre hay "algo más" tanto desde el punto de vista "inmanente
como trascendente".

La masonería francesa y latina, se inclina por una inmanencia de tipo materialista,


contraria a la trascendencia sostenida por la Iglesia católica y afín a corrientes
anticlericales e izquierdistas.

Estos presupuestos son los más largamente aceptados, aunque habría que decir que en
las diversas obediencias se marcan los acentos más en algunos aspectos que en otros,
dando como consecuencia que se podrían distinguir corrientes filosóficas diversas en las
diversas obediencias.
2. Una tipología de los "antimasones".

a. El antimasonismo laico.

Este antimasonismo, recrimina a la masonería su carácter secreto y de élite, máxime


cuando en algunas logias se concentran hombres que tienen el poder político o
económico, ya que esto es poco compatibles con los ideales democráticos.

Con frecuencia estas críticas han surgido de ambientes comunistas en occidente. Ellos
acusan a la masonería de incubar, relaciones con la mafia, de corrupción política... Por
lo demás la consideran una organización "poco laica", conservadora en cuanto
vinculada a formas de espiritualismo y esoterismo, y aunque liberales en lo político, se
trata de un liberalismo individualista de tipo burgués que ha pactado con es estatismo.

b. Reacción religiosa protestante contra la masonería.

Los protestantes acusan a la masonería de conservar residuos de doctrina católica, sea


por su origen .-.hay que recodar que las corporaciones de constructores donde nace tiene
un fuerte sustrato católico.-. sea por al aceptación de que la salvación se obtiene pos los
obras y no por la fe. Para ellos la masonería sería una caricatura de cuanto enseña la
Iglesia católica.

c. La reacción católica contra la masonería.

Aquí encontramos dos tradiciones, una que podría describirse como


"diabólica" .-.pronta a aceptar una relación directa entre el Demonio y las logias.-. y otra
que enfrenta la masonería en el terreno de lo filosófico, cuestionando el método y sus
presupuestos.

3. Argumentos de la crítica a la masonería.

Estos argumentos se recaban del un artículo publicado en "L'Osservatore Romano" el 23


de febrero de 1985.

a. Argumentos prácticos.

- La cuestión del secreto. El secreto viola la libertad del masón pues el iniciado
desconoce en lo que se mete, quedando después condicionado e instrumentalizado en
función de estrategias que el ignora.

Al límite no permite al iniciado saber hasta que punto esta entrando en una logia
masónica regular o en alguna organización parecida o pseudo.-.masónica, las cuales en
muchas ocasiones son de carácter ilegal, así llamadas "obediencia salvajes".

- La "machinatio". Esta segunda razón "práctica" hace referencia a la "hostilidad .-.al


menos de una parte importante.-. de la masonería en relación con la Iglesia". Sobre todo
la masonería latina tiene un marcado acento anticlerical y laicista, que eventualmente se
extiende a la promoción de leyes y antivalores cristianos .-.en Estados Unidos la
masonería ha apoyado leyes para favorecer el aborto, quitar todo signo religioso de las
escuelas, favorecer a los homosexuales, la pena de muerte...-
- La promoción del ocultismo. Aunque ha tendido a desaparecer, sobre todo en la
masonería de la corriente fría .-.más racionalista y deista.-. en la masonería de franja es
un argumento que no se puede dejar de lado.

b. Argumentación doctrinal: la crítica del método.

La remoción de los argumentos prácticos no hacen automáticamente compatible la


masonería con al confesión católica, no así en denominaciones protestantes (como los
Bautistas del Sur en los EE. UU.). A la base del rechazo católico de la masonería, no
sólo están los argumentos prácticos, sino la irreconciliabilidad de los principios del
método masónico con la fe. Dicho simplemente, el tipo de relativismo que conlleva el
"método masónico", aún y cuando no se haga una profesión explícita de él, hace
imposible el acto de fe tal y como lo entiende la Iglesia.

Algunas conclusiones.

a. Hay que distinguir entra la masonería y las masonerías. Una cosa son los
principios teóricos y otra las realidades concretas y particulares.

b. Hay que distinguir entre el método masón y sus resultados. No obstante que el
método es común los resultados pueden variar de rito a rito, de obediencia a
obediencia...

c. Hay que distinguir entre los diversos tipos de crítica a la masonería.

d. Hay que distinguir entre "diálogo" y doble pertenencia. Eventualmente la Iglesia


puede y ha dialogado con la masonería pero siempre ha rechazado con claridad la
posibilidad de una doble pertenencia.

e. Hay que distinguir entre masonería y los nuevos movimientos religiosos o nueva
religiosidad

f. El peligro. La práctica habitual del método masónico, se manifiesta hoy como algo
particularmente insidioso ya que coincide y corresponde plenamente con ciertas
convicciones que prevalecen en la mentalidad contemporánea, sobre todo con la
convicción de que la verdad no pueda llegar a conocerse, característica típica de nuestra
época y al mismo tiempo elemento esencial de la crisis que padece la cultura occidental.

DOCUMENTOS DEL MAGISTERIO DE LA IGLESIA EN RELACIÓN


A LA MASONERÍA

Hay 586 intervenciones del Magisterio de la Iglesia en relación a la masonería. La más


significativas son:

I. Carta apostólica "In eminenti apostolatus specula" del Papa Clemente XII, del 28
de abril de 1738. En ella se pone en guardia contra la naciente masonería y su papel
substitutivo de un auténtico ecumenismo.

II. Cuatro fases sucesivas:


A. Del 1738 al 1903. Destacan la carta apostólica de "In eminenti..." y la encíclica
"Humanum genus" publicada por el Papa León XIII en 1884, ella ha sido la base de las
condenas masónicas.

B. Del 1903 al 1962: Desde San Pio X hasta la apertura del Concilio Vaticano II.

Emblemático es lo que aparece sobre el tema en el Codex Iuris Cononici del Papa
Benedicto XV de 1917, ahí el canon 2335, art. 247 condenaba la masonería. Luego la
ulterior confirmación de este canon por Juan XXIII en 1960.

C De 1962 a 1981 el silencio del Magisterio.

D. Desde 1981 hasta nuestros días. De particular importancia son el Códice de


Derecho Canónico de 1983 y la "Declaración sobre la masonería" publicada por la
Congregación para la Doctrina de la Fe, en el mismo año.

III. Argumentaciones de fondo del Magisterio.

A. Relativismo religioso.

B. Relativismo filosófico y escepticismo.

C. Relativismo moral privado y público.

IV. Formulación jurídica del juicio, su comprensión y el desarrollo de su


motivación.

En su primera codificación, a tenor del can. 2335 venían excomulgados ipso facto
aquello que dan su nombre a una secta masónica o a asociaciones del mismo género...

Congregación para la Doctrina de la Fe.

Se ha solicitado que se altere el juicio de la Iglesia sobre la masonería por el hecho de


que en el nuevo Código de derecho canónico no se hace mención explícita de ésta, tal
como se hacía en el Código anterior.

Esta S. Congregación juzga a bien responder que tal circunstancia se ha debido a un


criterio redaccional seguido también para las otras asociaciones igualmente no
mencionadas por el hecho de estar incluidas en categorías más amplias.

Se mantiene, por tanto, inmutable el juicio negativo de la Iglesia respecto a las


asociaciones masónicas, ya que sus principios han sido considerados siempre
inconciliables con la doctrina de la Iglesia y por ello la adscripción a las mismas
permanece prohibida. Los fieles que pertenecen a las asociaciones masónicas están en
estado de pecado grave y no pueden acceder a la Santa Comunión.

No le compete a las autoridades eclesiásticas locales pronunciarse sobre la naturaleza de


las asociaciones masónicas, con un juicio que implique la derogación de cuanto ha sido
arriba establecido, según el parecer de la declaración de esta Congregación dada el 17
de febrero de 1981.
El Sumo Pontífice Juan Pablo II, en el curso de la audiencia concedida al infrascrito
Cardenal Prefecto, ha aprobado la presente declaración, formulada en la reunión
ordinaria de esta S. Congregación, y ha ordenado su publicación.

Roma, en la sede de la S. Congregación para la Doctrina de la Fe, 26 de noviembre de


1983.

Joseph Card. Ratzinger


Prefecto

Fr. Jérôme Hamer, O.P.,


Secretario

EL BEATO PAPA PIO IX


El Beato Papa Pio IX
Fuente: Zenit
Pío IX, en el siglo Giovanni Maria Mastai Ferretti, nació el 13 de mayo de 1792 en Senigallia.
Fué elegido pontífice el 16 de junio de 1846, suscitando esperanzas en los ambientes
patrióticos liberales y católicos: uno de los primeros actos fue la promulgación de una amnistía
para los prisioneros políticos y consintió algunas reformas en el Estado Pontificio. En los
primeros dos años del pontificado, se ganó el título de papa liberal, patriótico y reformador.

En abril de 1848, cuando era evidente que la masonería internacional fomentaba atentados,
revoluciones y desórdenes contra el Papado y las naciones tradicionalmente católicas, Pío IX
tomó distancia de las facciones más radicales de los patriotas italianos. A raiz del
desencadenamiento de motines insurreccionales en Roma, se trasladó a Gaeta, mientras que
en la ciudad eterna se proclamaba poco después, en 1849, la República Romana por parte de
Giuseppe Mazzini, Carlo Armellini e Aurelio Saffi. Las iglesias fueron saqueadas mientras
Mazzini se incautaba de obras de arte, propiedad de la Iglesia, para pagar a la masonería
británica que había anticipado el dinero necesario para tomar Roma.

Gracias a la intervención de las tropas francesas, la República romana cayó y el Papa pudo
volver a la capital en 1850. Desde entonces, el Pontífice puso en marcha una política de
intransigencia («Non possumus») hacia las exigencias del poder laico, convirtiéndose en el
adversario más acérrimo del ala anticlerical de la masonería.

En 1854, proclamó el dogma de la Inmaculada Concepción y, en el primer Concilio


Vaticano (1869_70), el dogma de la infalibilidad papal. En 1864, promulgó la encíclica
«Quanta cura», con el anexo del «Sillabus», una lista de enseñanzas prohibidas, con la que la
iglesia condenaba los errores del momento y conceptos liberales e iluministas. Con la llegada
de la unidad de Italia, el último papa_rey se vió desposeido de las regiones de la Romaña
(1859), Umbría, las Marcas (1860) y, en 1870, la misma Roma, con la conocida toma de Porta
Pia, el 20 de septiembre, que marcó el fin del poder temporal de los papas.

Desde entonces, la masonería italiana celebra su propia fiesta anual, justamente el 20 de


septiembre, en recuerdo de la victoria contra la Iglesia. Los documentos antimasónicos del
Pontificado de Pío IX son unos 124 y se subdividen en 11 encíclicas, 61 cartas breves, 33
discursos y alocuciones y documentos de varios dicasterios eclesiásticos. Según Pío IX, todos
los males que se abatieron en aquél tiempo sobre la Iglesia y sobre la sociedad provenían del
ateismo y del cientismo del siglo XVII, postulado por la masonería y exaltado por la Revolución
Francesa. En la encíclica «Qui pluribus» (9/10/1849), Pio IX habla de «hombres ligados por una
unión nefanda» que corrompen las costumbres y combaten la fe en Dios y en Cristo postulando
el naturalismo y el racionalismo y, sobre todo, poniendo en marcha el conflicto entre ciencia y
fe. Otro error atribuido a este círculo de pensadores es el hablar de progreso como un mito y
contraponerlo a la fe.
Ante estas acusaciones precisas, la Masonería reaccionó con un desdén violento. En primer
lugar, convocó un «Anticoncilio masónico, Asamblea de librepensadores» con la idea de liderar
un movimiento internacional dedicado a combatir sin tregua al Vaticano. Entre los escritos que
se difundieron para esta convocatoria masónica, había uno que decía «El Anticoncilio quiere
luz y verdad, quiere ciencia y razón, no fe ciega, no fanatismo, no dogmas, no hogueras. La
infalibilidad papal es una herejía. La religión católica romana es una mentira; su reino es un
delito».

En esta situación de beligerancia contínua, Pío IX no perdió el ánimo y siguió su trabajo para
compactar la Iglesia en torno a un principio de unidad. Atribuyó gran importancia a la
espiritualidad popular, a la relación con los santos, especialmente a María a través del
reconocimiento de las apariciones de La Salette y de Lourdes. Dió impulso a procesiones,
peregrinaciones y todas las formas de piedad popular. En 1870, inauguró un nuevo modo de
elección de obispos y prelados, elegidos no ya preferentemente entre los notables sino entre
los sacerdotes comunes, allí donde se manifestasen los méritos pastorales. Su popularidad
creció enormemente. Fue obstinado en no aceptar ningún arreglo con el Estado italiano. Murió
el 7 de febrero de 1878, pero la masonería trató de perseguirlo encarnizadamente incluso tras
la muerte. En la noche del 12 al 13 de julio de 1881, su féretro fue trasladado del Vaticano al
cementerio del Verano. La masonería organizó una manifestación irreverente, con lanzamiento
de piedras, imprecaciones, blasfemias, y canciones vulgares y obscenas, contra el cortejo
fúnebre, que a su vez respondía con la recitación del rosario, los salmos, el oficio de difuntos y
pías jaculatorias.

El culmen de la agresión tuvo lugar cuando el cortejo fúnebre pasó por el puente Sant'Angelo.
Al grito de «¡muerte al Papa, muerte a los curas!», un grupo de desalmados trató de arrojar el
cadáver de Pío IX al Tíber. Pero los católicos apretaron las filas en torno a los restos mortales
del pontífice y rechazaron el ataque. A la luz de estos acontecimientos, el reconocimiento de la
virtud heroica del nuevo beato hace justicia a una persona de gran espesor humano y a un gran
Papa. 

Pio IX fue beatificado el 30 de Septiembre del 2000. 


La causa de beatificación de Pío IX fue una de las más largas y difíciles de la historia de la
Iglesia. Fue puesta en marcha por Pío X, el 11 de febrero de 1907. Relanzada, por Benedicto
XV, sin gran éxito, y también Pío XI animó el proyecto. Tras la segunda guerra mundial, la
instructoría canónica fue reiniciada por Pío XII, el 7 de diciembre de 1954. Con Pablo VI la
causa experimentó importantes avances: se completó la «positio», es decir, la recogida de las
actas del proceso canónico, el análisis de la vida del candidato a la santidad, los interrogatorios
de los testigos y las evaluaciones de los historiadores y de los teólogos.

El decreto sobre el ejercicio heroico de las virtudes teologales y cardinales fue promulgado por
la Congregación para las Causas de los Santos, el 6 de julio de 1985, y aprobado por Juan
Pablo II. Entre las virtudes del Pontífice, figuran el amor sin reservas por la iglesia, la caridad y
la gran estima por el sacerdocio y los misioneros. El milagro atribuido a Pío IX, verificado por la
Consulta de médicos el 15 de enero de 1986, es la curación inexplicable de una religiosa
francesa. 

Fuente: Zenit, ZS99122305

Pío IX defendió a los judíos

La campaña contra el Papa Pio IX (1792-1878), alcanzó su colmo con la protesta del gobierno
israelita que expresó a la Santa Sede su más profundo descontento por la beatificación de Pío
IX ("Jerusalem Post", 3 de septiembre 2000). En relidad como lo recordó Mons. Carlo Liberati,
de la Congregación para las Causas de los Santos, en dos entrevistas acordadas a los diarios
italianos "Corriere della Sera" y "Avvenire", Pío IX fue "el promotor de la liberación de los judíos
del ghetto. Hizo suprimir las labores indignas y humillantes que estaban asignadas a los judíos.
Declaró que no eran 'extranjeros' y ordenó colocar patrullas encargadas de protegerlos contra
una rebelión popular que explotó efectivamente contra esta emancipación del ghetto". 

En lo que concierne al caso de Edgardo Mortara, el niño judío que, a la edad de dos años en
riesgo de morir fue bautizado por una doméstica católica y fue luego educado por la Iglesia
contra el parecer de sus padres, Mons. Liberati declaró que "lo que nadie nunca ha querido
recordar, es que cuando Edgardo Mortara llegó a la edad de la adolescencia, se le dejó libre de
regresar a su casa. Pasó un mes con sus padres pero en seguida decidió quedarse en Roma y
hacerse sacerdote. Una vez sacerdote se reconcilió con sus padres. Edgardo Montara fue uno
de los primeros testigos que se pronunciaron a favor de la beatificación de Pío IX, haciendo una
declaración en el proceso canónico".

El Papa Pío IX permanece incorrupto.

El 4 de abril pasado en Roma, en la cripta de la basílica de San Lorenzo al Verano, se


desarrolló el reconocimiento del cuerpo del venerable Pío IX que reposa desde el 13 de julio de
1881, tres años después de su muerte acaecida el 7 de febrero de 1878, en el Vaticano. En la
ceremonia del acto de reconocimiento de los restos mortales de Pío IX estaban presentes,
entre otros, el Postulador de la Causa de Beatificación, Mons. Bruneno Gherardini, S. Emin. el
cardenal Jorge Medina Estévez, Pref. de la Congregación para el Culto Divino, el Obispo
emérito de Senigallia, Mons. Odo Fusi Pecci, representantes de la Curia Romana, sacerdotes y
religiosas venidos inclusive del extranjero. 

"Pío IX - escribió Mons. Carlo Liberati - conservado casi perfectamente desde el último
reconocimiento, hecho bajo Pío XII, del 25 de octubre al 24 de noviembre de 1956, apareció en
toda la serenidad de su humanidad tal como se recuerda en la documentación fotográfica, en la
iconografía tradicional y establecida por la descripción hecha de los textos en las actas de
procedimiento. Si es permitido referirnos a los análisis de autores y agiógrafos modernos de
gran valor, como el inolvidable Piero Bargellini y el P. Domenico Mondrone s.j., hechas para
educar e invitar a la santidad, podremos definirlo como un hombre dotado de una gran
humanidad y de una impresionante dignidad, hecha aún más significativa por la serenidad del
rostro intacto en la majestad silenciosa de la muerte" (Mons. Carlo Liberati, La ricognizione dei
resti mortali del venerabile Papa Pio IX  en "L'Ossevatore Romano", 9 de abril 2000, p. 4). 

La masonería está en decadencia, pero


no su doctrina

Habla el autor de una investigación, José Antonio Ullate

MADRID, viernes, 19 octubre 2007 (ZENIT.org).- El periodista José Antonio Ullate


acaba de presentar un libro para comprender la verdadera esencia de la sociedad secreta
más controvertida de la Historia: «El secreto masónico desvelado» (Libros Libres).

Ullate que ha publicado libros en varios idiomas, entre ellos «La verdad del Código Da
Vinci», ha investigado las críticas y alabanzas que esta sociedad oculta ha recibido a lo
largo del tiempo.
--¿Pero, no estaba ya todo dicho sobre la masonería?

--José Antonio Ullate: La misma abundancia de títulos dedicados a temas relacionados


con la masonería demuestra que estamos lejos de haberlo dicho todo sobre esta
institución. Además, y lo que es más importante, de la masonería se habla mucho, pero
con poca claridad. Muchas personas sabrían asociar la masonería con algunos episodios
históricos, algunas otras serían capaces de citar los nombres de algunos supuestos
masones históricos, pero ¿cuántas podrían decir qué es la masonería?

--¿Es lo que resuelve «El Secreto masónico desvelado»?

--José Antonio Ullate: Exacto. Hay muchos libros que tocan el tema de la masonería,
pero casi todos están centrados en la organización masónica y muy pocos -ninguno
disponible para el público en lengua española-, se dedican a profundizar en los
principios de la masonería. Es decir, a responder a la pregunta que se hace la mayoría de
los lectores: «¿Pero qué es la masonería? ¿Qué tipo de ideología hay detrás de la
masonería?».

--¿Tiene hoy la masonería una gran influencia en nuestra sociedad?

--José Antonio Ullate: Si nos referimos a la masonería «organización» –las diferentes


organizaciones masónicas– creo que hoy su influencia social no es muy grande, e
incluso hay que decir que está en franca decadencia, no sólo en España, sino en todo el
mundo. En cambio, si nos fijamos en los principios intelectuales de la masonería, es
decir, en la masonería «doctrina», no hay duda alguna de que la masonería no sólo tiene
una gran influencia social, sino que sus principios han adquirido una difusión casi
universal. Todos nosotros estamos influidos por las doctrinas de la masonería: por el
naturalismo filosófico y el laicismo político. Cuando la masonería ha conseguido
extender sus principios por todo el mundo, paradójicamente, o no tanto, las
organizaciones masónicas han comenzado a perder vitalidad.

--¿Qué piensa usted de las teorías de la conspiración?

--José Antonio Ullate: Las teorías de la conspiración están más difundidas de lo que
pensamos. En el caso de la masonería son el resultado del secretismo con el que actúan
estas organizaciones y de la decadencia del pensamiento crítico, racional. Pensar que
hay grupos que lo controlan todo es una falsa reacción de defensa, porque está basada
en una información insuficiente y conduce a una pasividad, a no hacer nada, «porque las
cosas no van a cambiar». En el caso de la masonería muchas personas han creído y aún
creen que la masonería tiene un poder casi ilimitado para controlar los resortes del
poder. Como diría Belloc (Hilaire), es poco inteligente negar que existen
conspiraciones, pero es una locura atribuirles un poder exagerado. Por otra parte, la
«conspiración» no es un factor privativo de la masonería ni de ninguna organización
secreta. Aunque ha adquirido un matiz peyorativo, «conspirar» quiere decir ponerse de
acuerdo con otras personas para lograr algo. La sociedad debería ser una vasta
conspiración para lograr el bien común.

--Habitualmente se afirma que hay una masonería visible y otra invisible, formada
por los «superiores desconocidos», cuya identidad es ignorada por los mismos
masones y que coordinan la acción de los masones, ¿es eso cierto?

--José Antonio Ullate: Los «superiores desconocidos» no existen, o al menos no


tenemos ningún indicio para pensar que existan. Sin embargo, es cierto que éste ha sido
uno de los temas favoritos de lo que llamo la «antimasonería irracional». Resulta
demasiado cómodo pensar que en algún lugar secreto un pequeño grupo de hombres
dirige los destinos del mundo, pero nadie ha podido demostrar nunca su existencia. Los
distintos masones del mundo no trabajan coordinadamente y en muchas ocasiones se
enfrentan entre sí y el único vínculo real entre ellos es el constituido por los principios
fundamentales de la masonería, de los que hablo en «El Secreto masónico desvelado».
Ahí radica la esencial unidad de acción de todos los masones, y no en un mando único y
oculto.

--¿Es posible ser católico y masón a la vez?

--José Antonio Ullate: Es imposible. En el libro me dedico a explicar con detalle


algunos de los elementos doctrinales esenciales de toda masonería. Todos esos
principios entran en frontal confrontación con la doctrina de Jesucristo. Como dijo el
Papa León XIII, la masonería y la Iglesia son dos realidades tan incompatibles que
entrar en una de ellas es salir de la otra, automáticamente.

--Pero muchos masones afirman que sí es posible conciliar la pertenencia a ambas


instituciones…

--José Antonio Ullate: Sí, pero si se les pregunta se ven obligados a admitir que son
compatibles con una forma «no dogmática» de catolicismo, lo cual no es más que un
juego de palabras: son compatibles con un catolicismo que no se tome en serio la fe. En
este sentido, muchos Grandes Maestros de la masonería han tenido que admitir que en
muchas ocasiones los masones tienen muy poco conocimiento de las exigencias
doctrinales de la masonería, lo que en algún caso puede conducir a que una persona, por
ignorancia, crea posible ser masón y católico a la vez, pero en sí mismo son doctrinas
que se repugnan mutuamente.

--En pocas palabras, ¿por qué recomendaría usted la lectura de «El Secreto
masónico desvelado»?

--José Antonio Ullate: Porque el lector interesado en comprender cuál es la esencia de la


masonería tiene a su disposición una explicación detallada de los ingredientes
intelectuales de esa institución, de su origen, su historia y de sus relaciones reales con la
fe católica. Es decir, en este libro encontrará respuestas a preguntas que se formulan en
otros libros sobre el tema y que hablan de las bondades o de las villanías de los
masones, pero siempre se dejan en el tintero una explicación razonable y convincente de
qué es la masonería. Además, en este trabajo se encuentran muchas claves de la difusión
del pensamiento masónico fuera de los confines de la logia. El lector no sólo se
informará sobre la masonería, sino que –lo que es mucho más importante–, se hará con
elementos suficientes para formarse su propio juicio sobre la masonería, basado en
realidades y no en conjeturas.

Más información en www.libroslibres.com


Masonería, laicismo y catolicismo

Entrevista a Manuel Guerra, autor de «La trama masónica»

BURGOS, martes, 2 abril 2007 (ZENIT.org).-¿Es cierto que existe una conspiración
masónica? ¿Católico y masón, compatible? ¿El Parlamento Europeo está dominado por
masones? Son preguntas que el profesor Manuel Guerra, autor de veinticinco libros
sobre sectas y otras cuestiones, se ha formulado y intenta responder en las 444 páginas
de «La trama masónica», de Styria Ediciones.

Manuel Guerra Gómez (Villamartín de Sotoscueva, 1931) es doctor en filología clásica


y en teología patrística y miembro de la Real Academia de Doctores de España.

El profesor Guerra ha sido presidente de la Facultad de Teología del Norte de España,


sedes de Burgos y Vitoria.

«El método masónico, íntimamente unido al laicismo, refleja el relativismo historicista


y conduce al relativismo socio-cultural promoviéndolo», afirma a Zenit.

--La famosa conspiración masónica con el poder, ¿es un tópico?

--Guerra: Hay que distinguir entre masonería y masones. La masonería en cuanto tal y
en teoría no aspira a poseer el poder o, al menos, a tenerlo al servicio de sus principios e
intereses.

Pero, de hecho, los masones están presentes en casi todos los organismos
internacionales decisorios y en las multinacionales de poder económico y político.

Es lógico que traten de hacer presentes sus principios ideológicos (relativismo, laicismo,
gnosis) dondequiera que se hallen y desde sus puestos hacia fuera por irradiación.

Además, en el mundo anglosajón y en los países nórdicos, en Turquía, etc., no es que


aspiren a tener el poder, es que son el poder.

Así ocurre cuando el rey es el Gran Maestro de la Gran Logia Unida de Inglaterra
(GLUI) y de las más de 150 Grandes Logias (una en cada nación, en EE-UU una en
cada Estado). En el año 1995, la GLUI contaba con 750.000 miembros en 8.000 logias
de todo el mundo.

Además, como impera el secreto, no hay modo de precisar dónde actúan y hasta dónde
llega su influjo directo, mucho menos el indirecto.

El gobierno de Tony Blair ha impulsado un movimiento que reclama la obligación de


los masones a declarar su pertenencia a la masonería, sobre todo si son funcionarios del
Estado, especialmente en la judicatura y en la policía. Es encomiable la respuesta de
más de 1.400 jueces ingleses que han declarado voluntariamente su afiliación a la
masonería. Evidentemente son muchos más.

Tras el affaire de la logia encubierta P2 (Licio Gelli) los funcionarios italianos en


determinados ámbitos de la administración pública, si son masones, están obligados a
declararlo o, en caso contrario, se exponen a perder su puesto (ley del año 1983 de la
región de Toscana con Florencia como capital).

--El famoso 60% de masones en el Parlamento Europeo, ¿es un dato cierto?

--Guerra: Este porcentaje o uno similar es el asignado por Josep Corominas, Gran
Maestro de la Gran Logia de España (GLE) hasta marzo del 2006. El 9 de febrero de
2007 ha abandonado la GLE aunque afirma seguir siendo masón y desea ser
considerado como tal.

¿Una nueva escisión y Obediencia masónica o su incorporación a otra de las ya


existentes? De hecho todas las propuestas cuestiones familiares, bioéticas, en disenso
con la doctrina de la Iglesia e incluso con la ley natural han sido aprobadas por el
Parlamento Europeo. Recuérdese también el caso del italiano Rocco Buttiglione
rechazado por la mayoría laicista.

--En Roma se acaba de celebrar un congreso en el que se recuerda la


incompatibilidad entre catolicismo y masonería, pero se invita a dialogar con los
masones en asuntos socio-culturales. ¿Cómo se hace eso?

--Guerra: A pesar de la incompatibilidad objetiva entre la masonería y el catolicismo los


católicos pueden dialogar con los masones en varios planos, no en el que la Santa Sede,
consciente de los riesgos, se ha reservado como competencia exclusiva suya: «No le
compete a las autoridades eclesiásticas locales pronunciarse sobre la naturaleza de la
asociaciones masónicas con un juicio que implique la derogación de cuanto ha sido
establecido arriba» (Declaración sobre las asociaciones masónicas, 26.XI. 1983; AAS
76, 1984, página 100).

Además conviene tener en cuenta la realidad y las consecuencias del secreto masónico.
¿Cómo dialogar con alguien que está enmascarado? No obstante, puede dialogarse en
asuntos socio-culturales. Las religiones y las ideologías terminan por formar y
conformar su respectiva cultura, si bien siempre hay una base común.

El cultural, al menos en teoría, es un sector más fácil para el diálogo que el


específicamente religioso e ideológico. Resulta más cómodo enhebrar el diálogo
intercultural (sobre el hambre, la alfabetización, la ecología, la sanidad, la globalización,
etc.) que el interreligioso.

Pero, hasta en este terreno, el diálogo con la masonería encuentra serias dificultades,
pues el laicismo masónico, abierta o solapadamente, pretende arrinconar lo
específicamente religioso, lo que no sea común a todas las religiones y éticas,
encerrándolo como en «arresto domiciliario» en el foro de la conciencia individual y
dentro de los templos.

Por eso, procura borrar las huellas socio-culturales cristianas en los países
tradicionalmente cristianos, por ejemplo los «belenes» o representaciones del misterio
navideño y su simbología (estrellas con o sin figuras de los Magos, incensarios) en las
calles durante la Navidad, etc.).

--¿Es la masonería un substituto de la religión?

--Guerra: La masonería, en sintonía con uno de sus productos: New Age o Nueva Era,
prefiere usar «espiritualidad», término de resonancias más subjetivistas, en vez de
«religión».

Los masones, sobre todo si se dicen cristianos, niegan que la masonería sea religión. Si
lo afirmaran, reconocerían su pertenencia a dos religiones: la católica y la masónica.

Pero, de hecho, al menos para muchos, especialmente para los masones agnósticos,
deístas, es un substituto de la religión. Más aún, la masonería es llamada «religión» e
incluso «la religión» en escritos masónicos y de los masones.

--¿Cómo se ha acercado usted a este mundo, si es secreto?

--Guerra: He dedicado muchas horas a estudiar las constituciones, los reglamentos y los
rituales de las distintas Obediencias o federaciones de logias masónicas, así como a
conversar con masones y ex-masones en España y en México, también a leer libros
sobre masonería escritos por masones y por no masones.

En México, hace unos diez años, permanecí dos veranos hablando diariamente, sobre
masonería, con profesores de sus universidades, masones y no masones. Dedicaba las
tardes a visitar centros de diferentes sectas, algunas paramasónicas, que solían hallarse
en la periferia urbana.

--La masonería, ¿es más un método que un contenido?

--Guerra: El hombre, además de pensar, siente e imagina. Los sentimientos y las


imaginaciones pueden provocar interferencias perturbadoras de la lucidez mental. No
obstante, las ideas y creencias orientan al hombre; los principios a las instituciones
humanas, al mismo tiempo que las conforman. Pero para alcanzar la meta, es necesario
utilizar el «método» adecuado.

Precisamente la etimología griega de esta palabra designa el «camino» (gr. odós) que
debe recorrerse para llegar «más allá» (gr. met´), o sea, a la meta. En la masonería, su
método alcanza la máxima categoría y eficacia, pues, de hecho, se ha convertido en uno
de sus «principios», tal vez el básico y configurador de los demás.

Precisamente el método masónico es uno de los motivos por el cual la masonería es


incompatible con la doctrina cristiana.

El método masónico, íntimamente unido al laicismo, refleja el relativismo historicista y


conduce al relativismo socio-cultural promoviéndolo.

Alain Gérard, uno de los dirigentes del Gran Oriente de Francia, reconoce que «la
masonería es solamente un método». Según él, un masón puede tener «opiniones», o
sea, creencias propias de una religión determinada, pero el método masónico le obliga a
«poner en cuestión» sus opiniones y a aceptar la posibilidad de que sean declaradas
falsas si son superadas en una síntesis de razones más sólidas y con el apoyo de la
mayoría.

«No existe una verdadera puesta en discusión si previamente se declara que, sea cual
sea el resultado de la discusión, hay puntos en los cuales uno estará siempre convencido
de tener razón», afirma.

De ahí la alergia masónica a los dogmas y a las religiones calificadas de dogmáticas,


reveladas, especialmente a la cristiana.

De ahí también que los masones tienden a considerar la democracia como una obra de la
masonería y al método democrático (aprobación por mayoría de votos) como algo
connatural con lo masónico que lo extiende a todas las realidades, también a la verdad,
al bien, etc.

Precisamente, el actual Gran Maestre del Gran Oriente de Francia, Jean Michel
Quilardet, en unas declaraciones a «La Voz de Asturias» (20, enero, 2007,
Oviedo/España) reconoce: «Se puede pensar que existe una democracia no laica (= no
laicista, no masónica), pero a mi forma de ver y según mi pensamiento, el laicismo es
un avance en la democracia». Consiguientemente los demócratas, que no son laicistas o
masones, si son demócratas, lo son como de segunda categoría.

--Los masones son una minoría creativa. Los cristianos, ¿también?

--Guerra: Evidentemente los masones no monopolizan la creatividad. Aunque de signo


distinto, corresponde también, en no menor grado, a los cristianos con la ayuda de la
gracia divina y el influjo del Espíritu Santo.

Para comprobarlo basta repasar la historia de la Iglesia y su adaptación evangelizadora a


las circunstancias socioculturales tan cambiantes en los dos mil años de su existencia.
«La mano o el poder de Dios no se ha recortado» (Is 59,1) en nuestros días.

Cuando hace pocos años Juan Pablo II llamaba a los Movimientos eclesiales
«florecimiento primaveral», «nuevo Pentecostés», «don particular del Espíritu Santo a
la Iglesia en nuestro momento histórico», inicialmente lo atribuía a su gran bondad.

El bueno, el santo, no ve sino bondad en todo, como el avaro descubre lucro y el


lujurioso, placer sexual.

Cuando tuve que realizar un estudio: «Los movimientos eclesiales en España» (Real
Academia de Doctores de España, «El estado de España», 2005, páginas. 80-94) y
descubrí la realidad, quedé impresionado. ¡Qué creatividad la de los hijos de la Iglesia,
movidos e inspirados por el Espíritu Santo, en nuestros días!

¿Cómo quedarían la Iglesia y el mundo si los Movimientos eclesiales, las obras


docentes y asistenciales, etc., desaparecieran como por arte de encantamiento, dejando
una especie de gigantesco «agujero negro» en la galaxia eclesial y en la socio-cultural?
No hay novedades por parte de la Iglesia
sobre la pertenencia a la masonería

Aclara el regente de la Penitenciaría Apostólica

ROMA, viernes, 2 marzo 2007 (ZENIT.org).- ¿Puede un católico entrar en la


masonería? A esta pregunta ha respondido negativamente el congreso celebrado este
jueves en la Facultad Pontificia Teológica San Buenaventura.

El encuentro, celebrado en colaboración el Grupo de Investigación e Información


Sociorreligiosa de Italia (GRIS), fue presidido por el obispo Gianfranco Girotti O.F.M.
Conv., regente del Tribunal de la Penitenciaría Apostólica, quien aclaró que el juicio de
la Iglesia sobre esta materia no ha cambiado.

La Iglesia, recordó, siempre ha criticado las concepciones y la filosofía de la masonería,


considerándolas incompatibles con la fe católica.

El último documento oficial de referencia es la «Declaración sobre la Masonería»,


firmada por el entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Joseph
Ratzinger, el 26 de noviembre de 1983.

El texto afirma que los principios de la masonería «siempre han sido considerados
inconciliables con la doctrina de la Iglesia; en consecuencia, la afiliación a las mismas
sigue prohibida por la Iglesia».

«Los fieles que pertenezcan a asociaciones masónicas se hallan en estado de pecado


grave y no pueden acercarse a la santa comunión», añade la declaración firmada por el
actual Papa..

El sacerdote Zbigniew Suchecki O.F.M. Conv., experto en la materia, citó el número


1374 del Código de Derecho Canónico, donde se lee: «Quien se inscribe en una
asociación que maquina contra la Iglesia debe ser castigado con una pena justa; quien
promueve o dirige esa asociación, ha de ser castigado con entredicho».

«Los intentos de expresar las verdades divinas de la masonería se fundamentan en el


relativismo y no coinciden con los fundamentos de la fe cristiana», afirmó el experto en
la materia.

En el encuentro participaron exponentes de las asociaciones masónicas y grandes


maestros.

Monseñor Girotti hizo referencia a las declaraciones de algunos sacerdotes que


públicamente se han declarado miembros de la masonería, y pidió la intervención de
«sus directos superiores», sin excluir que «de la Santa Sede puedan venir medidas de
carácter canónico».

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