"Si queremos adultos que piensen por sí mismos, debemos educar a
los niños para que piensen por sí mismos" Matthew Lipman ¿Es posible enseñar filosofía a los niños?
"La filosofía no es una teoría sino una actividad”
• En la actualidad, es muy frecuente
escuchar referirse a la educación en términos de "enseñanza para pensar”. • Expresión en la que el concepto de pensar debe ser interpretado del modo más amplio posible, sin caer en la retórica hueca de creer que el pensar está cubierto adecuadamente por el curriculum que se imparte. MATTEW LIPMAN
Concibió la Filosofía para
Niños como un programa educativo.
• En el que los niños:
• Son los actores principales, deben ser personas capaces de hacer juicios razonables sobre lo bueno y lo malo, que actúen como ciudadanos responsables en una sociedad democrática. • Brindarle a los niños instrumentos adecuados en el momento en que comienzan a interrogarse acerca del mundo y de su inserción en él. Se preocupa por hacer filosofía con niños dispuestos a vivir e indagar en la experiencia de lo que realmente son: niños • Se propone que los niños adquieran habilidades y disposiciones del pensar para crear nuevos conocimientos y mejores juicios.
• Tanto Lipman como sus colaboradores consideraron que para
lograr el objetivo del buen pensar era necesario introducir una práctica docente. • Condiciones de posibilidad para el ejercicio del filosofar: • Implementación de una comunidad de indagación • Ejercicio de la razonabilidad • Establecimiento de relaciones a través del juicio • Desarrollo de la creatividad y de la autonomía • Para Lipman mejorar el pensamiento en el aula significa primordialmente mejorar el pensamiento en el lenguaje y ello supone la necesidad de enseñar el razonamiento, tradicionalmente un contenido de la filosofía. Filosofía con Niños… • Pretende transformar las aulas en comunidades de indagación.
• Significa que la filosofía es algo
que todos los niños pueden practicar. • En esta época en la que la autonomía, el pensamiento crítico y la tolerancia son más predicados que practicados, la filosofía abre un camino a transitar, camino que se hace sólo si al mismo tiempo se lo transita.
• Este es uno de los desafíos que afrontamos los educadores en
la difícil y apasionante tarea de formar niños y jóvenes. LA TRANSFORMACIÓN DE LOS SALONES DE CLASE EN COMUNIDADES DE INVESTIGACIÓN
• La filosofía en las aulas puede convertirse en algo más que
estudiar una larga lista de pensadores y sus diferentes teorías. • Puede ser el espacio en el que los niños formen debates y se planteen dudas y conflictos que deban resolver tras una reflexión individual y, posteriormente, conjunta.
• La filosofía es el cauce para que niños y jóvenes aprendan a
dialogar, investigar y pensar por sí mismos para lograr alcanzar un aprendizaje significativo no sólo de esta materia, sino del resto de asignaturas curriculares. VISIÓN FILOSÓFICA DE LOS NIÑOS Y LA FILOSOFÍA DE LOS NIÑOS Los niños, de manera natural, se pasan los primeros años de vida preguntándose por el porqué de las cosas.
Es algo innato el querer conocer cómo funciona el mundo que les
rodea, la curiosidad por saber hasta el último detalle. Si lo pensamos bien, esta postura no está tan lejos de la de los filósofos, tanto antiguos como contemporáneos, que basan sus reflexiones en la búsqueda de respuestas a determinadas preguntas.
• Los creadores de Filosofía para niños proponen un modelo de
trabajo en el aula plagado de actividades que invitan a los niños y jóvenes a explorar su pensamiento y a reflexionar sobre su propio proceso de aprendizaje a partir de la curiosidad y el asombro. ESTRATEGIAS PARA ENSEÑAR FILOSOFÍA
Deberemos dejar de lado en ocasiones la filosofía académica
y centrarnos en el propio procedimiento del filosofar.
• La clave está en cambiar la metodología, haciendo hincapié en
los procesos en sí mismos para que los estudiantes aprendan qué es la filosofía mediante la práctica.
• Las diferentes formas de filosofar con los más pequeños deben
variar según su edad y sus intereses, por lo que es conveniente adaptarlo al grupo con el que se trabaje. La base fundamental para enseñar filosofía es: Propiciar un conjunto de novelas y relatos filosóficos, clasificados por edades, en los que los protagonistas son niños con inquietudes y problemas similares a los de los estudiantes. Las situaciones cotidianas que se suceden en las novelas sirven de punto de partida para introducir los temas y destrezas filosóficas que se quieren desarrollar en cada grupo escolar. Una buena forma de comenzar, sobre todo con los niños de menor edad, es mediante obras de arte. Esto se trata de que a partir de determinados cuadros e imágenes, reflexionar sobre lo que vemos y sobre lo que eso nos transmite.
Método efectivo para que los niños y niñas desarrollen su
imaginación y aprendan a describir sus ideas y pensamientos. • Otra interesante técnica, es proponer un listado de conceptos abstractos o conflictos éticos (la familia, la justicia, el dinero…) como inspiración para una pequeña redacción individual.
• Además se pretende fomentar el debate y la participación en
grupo. En lugar de redacciones individuales puede ser muy productivo plantear la elaboración de murales conjuntos sobre esos temas. La complejidad de los diferentes asuntos requerirá una reflexión grupal previa y la llegada a un consenso para elaborar un trabajo que refleje las opiniones de todos los componentes. DINÁMICA PARA TRABAJAR NOMBRES NO VERDADEROS
Una forma divertida y deshinibidora de comenzar una sesión es
presentarse de nuevo. Pero esta vez, mediante Nombres No Verdaderos. Una manera de hacerlo es la siguiente:
El alumno se presenta con su Nombre No Verdadero
Se debe insistir en el término “No Verdadero”, no aceptar la
palabra “falso”, aun menos “mote”; si surge se dará un ejercicio de matización… ¿es lo mismo No Verdadero que Falso? Una herramienta divertida que se puede utilizar con los alumnos más vergonzosos es la de “el bocina” el bocina es un personaje (que puede ser el facilitador mismo, o el compañero de al lado) que se acerca al alumno y se convierte en bocina suya: debe repetir bien alto las palabras que el alumno dice en bajito. A veces, algunos alumnos primero no son capaces de decir su Nombre No Verdadero en alto, pero sí pueden ser “bocina” de otro. El resto de la clase saludo al alumno por su Nombre No Verdadero
Toda la clase devuelve el saludo. En centros donde existe la
disciplina de saludo por la mañana al profesor este pequeño juego se vuelve aun más divertido. Además, volver a la clase entera coro del que se presenta no los deja fuera del juego, y se crea un ritmo: uno saluda los otros se ríen o alborotan, pero deben guardar silencio para poder escuchar el siguiente Nombre No Verdadero. Oportunidades
Para propiciar la escucha después de cada intervención, se
pueden dar cuatro o cinco oportunidades para el saludo de la clase. De esta manera si un alumno se presenta, pero hay demasiado alboroto y los demás son incapaces de devolver el saludo, se pierde una oportunidad. Si se llegan a perder todas se para el juego. Esta dinámica además propicia que surja la reflexión sobre los nombres. El momento de introducirla se va a dar cuando algún niño se presente a través de su “apodo”, esto da pie la pregunta ¿el nombre verdadero es el que nos ponen nuestros padres, o el que nos damos nosotros mismos, o el que nos dan los compañeros? Sin embargo conviene no cortar demasiado el ritmo del juego, por lo que es mejor anotar estas dudas que vayan surgiendo en la pizarra; para después iniciar la reflexión.