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Mes Mariano.

Advocaciones
de la santísima
virgen María.
Nuestra Señora
de Guadalupe.
Nuestra Señora de
Guadalupe
Veo el video y
reflexiono con mis
compañeros.
https://www.youtube.com/watch?
v=_dfihfV3VYQ
Nuestra señora de Guadalupe.
Cuenta la historia, que hace muchos años, en un lugar de México donde se
levanta el Monte Tepenyac, vivía un pequeño indio llamado Juan Diego, junto
con su tío Bernardino.
Juan Diego era un niño muy bueno, que siempre ayudaba a su tío en todas las 
tareas de la casa y del trabajo, pues el hombre estaba muy enfermo y apenas
podía sostenerse en pie.

Una fría mañana de un 9 de diciembre de 1531, Juan Diego iba camino de la


ciudad a sus clases, cuando al pasar cerca del cerro Tepenyac una voz le llamó.
Juan Diego no sabía quién le llamaba, así que ascendió la cumbre del monte,
desde donde procedía la voz, para ver quién era.
Allí se encontró con una mujer muy bella, que con dulces palabras le dijo:
- Juan Diego, mi pequeño, soy la Virgen María, la madre de Dios, y deseo que sobre
esta cumbre se me construya un templo para atender a los que me necesitan. Con este
templo las gentes del pueblo podrán venir a contarme sus penas y dolores y yo podré
ayudarles. Por favor, ve al palacio del obispo y transmítele mis palabras.
- Claro que sí mi señora, ahora mismito voy -contestó Juan Diego mientras salía
corriendo hacia el pueblo.

En aquel tiempo, el obispo era un español llamado San Juan de Zumárraga, monje


Franciscano que llevaba un tiempo en aquella tierra evangelizando al pueblo indígena.
El obispo escuchó al niño atentamente:
- Juan Diego, entiendo tu fervor por la Virgen, pero si me trajeras una prueba yo te
creería y levantaría el templo tal como dices que la virgen te ha pedido.
Juan Diego volvió corriendo muy ilusionado hacia la cima del Monte Tepenyac, para
contarle a la Virgen lo sucedido.
- Tranquilo Juan Diego - dijo la Virgen - mañana temprano ven de nuevo y yo te daré la
prueba que el obispo necesita. Pero a la mañana siguiente el tío de Juan Diego se puso
muy enfermo y pidió a su sobrino que llamase a un sacerdote para que le diera la
extremaunción. Así que Diego, corrió y corrió, bordeando el monte Tepenyac para no
perder tiempo, en busca del sacerdote.

De pronto la Virgen se le apareció:


-¿Dónde vas Juan Diego tan corriendo?
- Lo siento virgencita, no he podido venir a verte porque mi tío está muy enfermo y
necesita ayuda - le dijo muy arrepentido Juan Diego.

- No te preocupes mi niño, yo te aseguro que tu tío va a estar bien, pero necesito que vayas
a hablar con el obispo y le entregues la prueba que te voy a  dejar. Sube al cerro, allí
encontrarás cientos de flores que es imposible que florezcan con este frío. Córtalas y
llévalas en tu manto al obispo, eso bastará para que te crea.
Juan Diego, hizo lo que la Virgen le dijo, y se encaminó al palacio del obispo.
- ¡Señor obispo, le traigo la prueba que me pidió! - le dijo Juan Diego desplegando
su manto sobre el suelo.
- Al instante cayeron desparramadas por el suelo todas las flores que había
recogido. Junto a ellas, estaba la imagen de la Virgen impresa en el manto del
niño.
- ¡Milagro, milagro, la Virgen ha hecho un milagro! - gritó el obispo.
En ese mismo instante decidió construir la iglesia sobre la cima del monte
Tepenyac.
Cuando Juan Diego llegó a su casa, y encontró a su tío completamente curado.
- ¡Diego, la Virgen ha venido a verme y me ha curado! También me ha dicho que,
a partir de ahora se la conocerá como la virgen de Guadalupe.

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