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Monición
Estimada comunidad educativa:
Las madres reflejan el amor de Dios que nos enseña, nos orienta y
está incondicionalmente para sus hijos. En esta celebración
recordamos a las madres, que con entereza y buscando siempre el
bien de la familia forman nosotros una creatura nueva con su
sabiduría. En la primera lectura el escritor del Antiguo Testamento da
gracias a Dios, de quien ha aprendido sabiduría. La sabiduría de Dios
nos da una profunda visión interior y felicidad. El evangelio nos
mostrará el tono de la autoridad de Jesús por lo que enseña y hace.
Demos gracias por el gran tesoro que las madres constituyen en
nuestra familia y unámonos con gozo en el corazón en esta Eucaristía.
Primera lectura
Me enamoré de ella,
y en ella tuve siempre fija la mirada.
Abrí la puerta de su casa
para abrazarla y contemplarla.
La deseé con toda mi alma,
y la encontré en toda su pureza.
Desde el primer momento me enamoré de ella,
y por eso no la abandonaré,
jamás me apartaré de ella.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
—Yo también les voy a hacer una pregunta: ¿Quién envió a Juan a
bautizar, Dios o los hombres? Contéstenme, y yo les diré con qué
autoridad hago esto.
Ellos se pusieron a discutir unos con otros: «Si respondemos que Dios
lo envió, va a decir: “Entonces, ¿por qué no le creyeron?” ¿Y cómo
vamos a decir que lo enviaron los hombres?…» Tenían miedo de la
gente, pues todos creían que Juan era un profeta. Así que
respondieron a Jesús:
—No lo sabemos.
1. Por la Iglesia:
Señor, te pedimos por la Iglesia, para que sea testimonio de tu
amor en el mundo y nos guíe, a través del testimonio de sus
ministros, por el camino que conduce a Ti. Roguemos al Señor.